Neurociencias y Educacion

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NEUROCIENCIAS Y EDUCACION

CÁTEDRA DE NEUROPSICOLOGÍA DEL APRENDIZAJE


DOCENTES: JORGELINA CASELLA – CAROLA VARGAS
A finales de 2016, se presenta una breve discusión en los medios sobre el método de
alfabetización adecuado, una discusión planteada en términos de “el método de conciencia
fonológica” versus “el método psicogenético” (Clarín.com, 2016; La Nación, 2016).
En dicha discusión varias características de los métodos estaban en disputa, pero una me
llamó la atención, la búsqueda por respaldo neurocientífico, es decir, cuál de las
intervenciones es avalada por evidencia neurocientífica. Durante mi investigación pude
constatar que en diferentes debates sobre educación se invocaban las investigaciones
neurocientíficas para respaldar propuestas e intervenciones, pero ¿son relevantes las
investigaciones neurocientíficas para tomar decisiones en contextos educativos? ¿Qué
características debería tener la investigación para poder informar prácticas
educativas? ¿Hasta dónde pueden aportar esas investigaciones y cuando se sobreexige
sus posibilidades? (Mauro, 2020).
LA METÁFORA DEL PUENTE
- Bruer (1997): “Educación y cerebro: un puente demasiado largo”:
- metáfora del puente y del abismo para pensar las relaciones disciplinares y proyectos de investigación.
- Puentes directos: interpretaciones inadecuadas y demasiado optimistas sobre el alcance del
conocimiento neurocientífico.
- Puentes mediados: a través de otras disciplinas, como la psicología cognitiva.

La metáfora del extenso puente ha sido mencionada por la mayoría de los estudios acerca de esta temática
(Abusamra, 2019; Blakemore y Bunge, 2012; Castorina, 2016; Gago Galvano y Elgier, 2018; Lipina,
2016; Terigi, 2016, entre otros).

- Bruer (2016) enfatiza en que en la década del ´90 su estudio proponía un programa de investigación que
conectara la neurociencia con la educación por medio de otras disciplinas, como el camino más
prometedor para integrar la ciencia del cerebro con la educación.
- El autor concluye en que aún hoy, aquella proposición de que la psicología cognitiva ofrece una base de
conocimientos con la cual mejorar los resultados educativos, continúa en vigencia.
LA METÁFORA DEL PUENTE
- Puentes unidireccionales vs. Puentes bidireccionales
- Relaciones de mutuo beneficio, intercambio y colaboración.
- Reconocimiento de las necesidades, intereses y experticia del conocimiento docente.
- Necesidad de crear un vocabulario común, crear oportunidades de diálogo y debate, espacios
de encuentro.

- Puentes sin fundamento:


- En el año 2002, se advirtió acerca de la circulación de conocimientos malinterpretados acerca del cerebro,
llamados neuromitos, que en la actualidad están muy vigentes.
- Son concepciones erróneas en relación con el aprendizaje escolar, y estableciendo puentes sin fundamento
entre los resultados de las investigaciones procedentes de las neurociencias y la educación (Fuentes & Risso,
2015).
- Se caracterizan “por tener una asociación bizarra con algún tipo de evidencia empírica, lo cual contribuiría a
darle fuerza” (Lipina, 2016; p. 9).
- Se trata de errores de interpretación, que juegan un papel trascendente para justificar ciertas prácticas
pedagógicas.
LA METÁFORA DEL PUENTE

- Puentes unidireccionales vs. Puentes bidireccionales


- Relaciones de mutuo beneficio, intercambio y colaboración.
- Reconocimiento de las necesidades, intereses y experticia del conocimiento docente.
- Necesidad de crear un vocabulario común, crear oportunidades de diálogo y debate, espacios
de encuentro.

Los puentes entre neurociencias y educación están aún en construcción, y se requieren estudios
con metodologías plurales para lograr una fundamentación contundente sobre su aplicación y por
ello se debe ser cauto y crítico con los resultados hallados fomentando la necesidad de
investigaciones con mayor validez ecológica (Gago Galvagno & Elgier, 2018).
ENCUENTROS POSIBLES
Una construcción interdisciplinaria genuina entre neurociencias y educación debería incluir en sus
debates cuestiones ideológicas, epistemológicas, metodológicas y éticas que permitan construir un marco
de referencia compartido y capaz de reconocer la complejidad de los fenómenos educativos. (Castorina,
2016; Terigi, 2016; Lipina, 2016; Abusamra, 2019).

Esto supone cautela y respeto al esfuerzo de diferentes disciplinas orientadas a abordar problemas
educativos concretos que sean identificados por sus propias comunidades, que son quienes intentan
resolverlos. Esto será una condición necesaria previa para el eventual diseño de propuestas concretas de
enseñanza, materia que aún constituye un área de vacancia en la relación entre neurociencias y educación
(Lipina, 2016).

Necesidad de investigación en el campo educativo para dar cuenta de los modos de apropiación de los
conocimientos neurocientíficos en la educación. Y aunque la indagación neurológica pueda inspirar
estudios psicológicos sobre el aprendizaje en el campo educativo, es sólo la investigación educativa la que
puede dar pruebas de su credibilidad (Castorina, 2016).
ENCUENTROS POSIBLES
Terigi (2016) afirma que cuando desde las neurociencias se extienden recomendaciones o prescripciones para
la práctica escolar, corresponde a educadores delimitar de qué tipo de aportes se trata, y situar los
alcances y límites de los aportes neurocientíficos para comprender el aprendizaje escolar.
El aporte de las neurociencias no es lo que está en discusión y, desde el punto de vista de la educación
escolar, es tan absurdo “adherir” a las neurociencias como “oponerse” a ellas, porque no se trata de un
discurso de opinión: es investigación científica en pleno desarrollo y como tal produce aportes que
permiten hacer avanzar la comprensión del desarrollo y el aprendizaje humanos en un determinado nivel de
análisis (Terigi, 2016, p. 51).
Lo que sí corresponde a los educadores es examinar el alcance de las teorías neurocientíficas y su validez
fuera del ámbito de la ciencia, y advertir sobre los problemas de una inadecuada extensión de los resultados
de investigación, y sobre la pretensión de reducir el fenómeno educativo a un determinado nivel de
análisis, cualquiera que éste sea (Terigi, 2016).

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