Bombas Infusoras

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SEPSIS EN NIÑOS

LIC. MARIA ANGELICA TOFEI


SEPSIS
Cuando un niño o un adulto tiene una infección, el sistema inmunitario del cuerpo se pone en marcha
para combatirla. Cuando se enfrenta a una infección viral (como un resfriado o gripe) o una infección
bacteriana (como estreptococos), un niño puede experimentar síntomas como fiebre, dolor de garganta,
dolores corporales y dolor de cabeza. Estos síntomas suelen ser manejables y una respuesta inmunitaria
saludable garantiza que el niño se recuperará completamente en unos días.

A veces, cuando el sistema inmunitario libera sustancias químicas en el torrente sanguíneo para combatir
una infección, estas sustancias químicas pueden atacar los órganos y tejidos normales. Esta reacción
inmunitaria excesiva se denomina septicemia y puede causar inflamación, problemas de circulación
sanguínea, presión arterial baja, dificultad para respirar e insuficiencia de órganos vitales. La septicemia
en niños y adultos puede ser potencialmente mortal.

Esta infección puede comenzar en cualquier parte del cuerpo, y activar la respuesta inmunitaria, por
ejemplo:
 Torrente sanguíneo Piel (celulitis)
 Los huesos Hígado o vesícula
 Intestinos (se ve con las peritonitis)
 Riñones (ITU, pielonefritis, )
 Revestimiento del cerebro (Meningitis)
 Pulmones ( Neumonía bacteriana)
¿Quién está en riesgo de desarrollar septicemia?

La septicemia es poco frecuente, pero puede desarrollarse en niños o adultos de


cualquier edad. Es más frecuente en:

 recién nacidos y bebés menores de 3 meses cuyo sistema inmunitario inmaduro no


puede combatir las infecciones abrumadoras.

 niños no vacunados contra las dos bacterias que causan septicemia con más
frecuencia, Streptococcus pneumoniae (también llamada neumococo)
y Haemophilus influenzae.

 niños o adultos con afecciones crónicas.

 niños o adultos con VIH, cáncer u otras afecciones que debilitan el sistema inmunitario.

 personas de edad avanzada.


Los síntomas de septicemia pueden incluir:
•Confusión
•Taquipnea
•Dificultad para despertarse
•Infección existente (como neumonía) con síntomas que empeoran en lugar de
mejorar
•Fiebre de 38,8 grados o más
•Hipotermia
•Incapacidad o falta de disposición para hacer contacto visual
•Estado mental alterado como: irritabilidad, letargo, flacidez, somnolencia.
• Reducción de la perfusion periférica o relleno capilar prolongado.
•Taquicardia
•Escalofríos
•Erupción cutánea
•Piel caliente o moteada
¿Qué es el choque séptico?

La septicemia se considera grave si una persona presenta al menos uno de los siguientes síntomas,
que pueden indicar insuficiencia orgánica:

 Dolor abdominal.
 Actividad cardíaca anormal
 Cambio en el estado mental
 Disminución de plaquetas
 Dificultad para respirar.
 Disminución significativa de la producción de orina

El choque séptico se caracteriza por estos síntomas graves y una presión arterial muy baja que no
responde al tratamiento común.
Estudios complementarios que se deben realizar:

 Análisis de sangre. Hemograma – EAB – creatinina – urea- plaquetas –


coagulograma – En la muestra de sangre, se busca infecciones, funciones
hepáticas o renales anormales o niveles bajos de oxígeno, lo que podría
indicar septicemia.
 Análisis de orina. Al examinar una muestra de orina, se busca bacterias que
podrían indicar septicemia.
 Punción lumbar. Al examinar una muestra de líquido cefalorraquídeo, se puede
detectar infecciones, incluida la meningitis.
 Radiografías. Las radiografías pueden mostrar neumonía u otras afecciones
que pueden causar septicemia.
 Hemocultivos, urocultivos y cultivos de otros sitios potenciales de infección,
incluso heridas en pacientes quirúrgicos
Los pacientes con ≥ 2 de los criterios siguientes cumplen los criterios para SIRS y
deben someterse a más estudios clínicos:

•Temperatura > 38° C o < 36° C


•Frecuencia cardíaca > 90 latidos por minuto
•Frecuencia respiratoria > 20 latidos por minuto o PaCO2 < 32 mmHg
•Recuento de leucocitos > 12.000/mcL (12 × 10 9/L), < 4.000/mcL (4 × 109/L)
o > 10% de formas inmaduras (en banda)
Los pacientes con ≥ 2 de los criterios qSOFA siguientes deben someterse a más
estudios clínicos y de laboratorio:
•Frecuencia respiratoria ≥ 22 respiraciones por minuto
•Estado mental alterado
•Tensión arterial sistólica ≤ 100 mmHg
TRATAMIENTO

•Restaurar la perfusión con líquidos IV y a veces vasopresores


•Oxígeno de apoyo
•Antibióticos de amplio espectro
•Control de la fuente
•A veces otras medidas de apoyo (p. ej., corticosteroides, insulina)
Los pacientes con shock séptico deben tratarse en una unidad de cuidados intensivos. Lo siguiente
debe controlarse con frecuencia (tan a menudo como cada hora):
•Estado del volumen mediante la medición de la presión venosa central (PVC) y la presión de
oclusión de la arteria pulmonar (POAP), la realización de ecografías seriadas y/o la determinación de
la saturación de oxígeno venoso central (ScvO2)
•Gases en sangre arterial (GSA)
•Análisis en sangre de glucosa, lactato, y niveles de electrolitos
•Función renal
La saturación arterial de oxígeno debe medirse en forma continua mediante oximetría de pulso.
Debe medirse la producción de orina, un buen indicador de perfusión renal (por lo general deben
evitarse los catéteres permanentes hasta que sean imprescindibles). La aparición de oliguria (p.
ej., < 0,5 mL/kg/hora) o anuria o el aumento de creatinina pueden indicar una insuficiencia renal
inminente.
Oxígeno de apoyo
Puede administrarse oxígeno con mascarilla o con cánulas nasales. Pueden ser necesarias la
intubación traqueal y la ventilación mecánica por insuficiencia respiratoria

Antibióticos
Una vez tomadas las muestras de sangre, líquidos corporales y de sitios de heridas para
tinción de Gram y cultivo, deben administrarse antibióticos por vía parenteral en forma
inmediata. Es esencial iniciar de inmediato un tratamiento empírico en cuanto se sospecha
una sepsis, ya que esto puede salvar la vida del paciente. La selección del antibiótico depende
de la probable fuente de la sepsis (p. ej., neumonía, infección urinaria), del cuadro clínico, del
conocimiento o la sospecha del microorganismo causal y de los patrones de sensibilidad
comunes a la unidad de internación o institución específica y los resultados de cultivos
previos.
Normalmente se comienza con un antibacteriano de amplio espectro con cobertura contra
grampositivos y gramnegativos; los pacientes inmonocomprometidos también deben recibir
un medicamento antimicótico empírico. Existen muchas opciones para iniciar el tratamiento; si
es posible se debe utilizar la información acerca de los organismos infectantes en la institución
y sus patrones de susceptibilidad a antibióticos (antibiogramas), para elegir un tratamiento
empírico. En general, los antibióticos comunes para tratamiento empírico contra
grampositivos incluyen vancomicina y linezolide. La cobertura empírica contra gramnegativos
tiene mas opciones e incluye penicilinas de amplio espectro (p. ej., piperacilina/tazobactam),
cefalosporinas de tercera o cuarta generación, imipenems y aminoglucósidos. La cobertura
inicial de amplio espectro se reduce en función del cultivo y los datos de sensibilidad.
Por qué es recomendable la vacuna Hib?
Esta vacuna proporciona una protección de larga duración contra la Haemophilus
influenzae tipo b. Las personas vacunadas están protegidas contra la meningitis provocada
por esta bacteria; la neumonía; la pericarditis (una infección de la membrana que recubre el
corazón); y las infecciones de la sangre, los huesos y las articulaciones provocadas por esta
misma bacteria.
¿Por qué son recomendables las vacunas contra el neumococo?
Los niños que todavía no han cumplido los dos años, los adultos mayores de 65 años y las personas
afectadas por algunas afecciones médicas corren un mayor riesgo de desarrollar infecciones
neumocócicas graves. Estas vacunas son muy eficaces para prevenir enfermedades graves, la
hospitalización e, incluso, la muerte.

vacunas contra Streptococcus


pneumoniae (también llamada
neumococo) y Haemophilus
influenzaea e

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