Masaje Shantala
Masaje Shantala
Masaje Shantala
DOCENTE:
LCDO. AGUSTIN DORTA
QUE ES EL MASAJE SHANTALA
Las maniobras de masaje en la que se ha
basado el trabajo pertenecen a una antigua
técnica de masaje para bebés usada desde
hace miles de años en la India denominado
Shantala. Dicha técnica fue introducida en
occidente por Dr. F. Leboyer, obstetra francés,
que observó a una madre masajeando a su
bebé en Calcuta y le puso el nombre de esa
mujer: Shantala.
ELEMENTOS DEL MASAJE
Ambiente: el sitio de trabajo no debe ser muy ruidoso, será en un clima fresco, que no
sea muy frío ni caliente para el bebé, ya que estará desnudo durante el tratamiento.
Una música suave e instrumental y con buena iluminación le brindará tanto a los
padres como al bebé un ambiente de paz y armonía. Se recomienda no usar aromas ni
inciensos, dado que puede despertar reacciones desfavorables en algunos infantes. Por
otro lado, es esencial el usar un tono de voz dulce y melodioso a los oídos del niño, de
modo que haya un equilibrio vital entre el y su ejecutor en el tratamiento.
Dirección del masaje: esto ha sido motivo de estudios profundos por parte de muchos
especialistas, dado que el sentido normal de todo masaje es centrípeto, es decir de los
tejidos al corazón. Aquí, las maniobras son centrífugas y transversas, esto se debe a
que el terapeuta trabaja en base a la tonificación del musculo y a la liberación de
neurotransmisores depresores del SNC que ayudarán al niño incluso a dormirse.
ELEMENTOS DEL MASAJE
Tiempo de aplicación: en este respecto existen contradicciones en los terapeutas.
Leboyer propone un tiempo de 40 minutos máximo para la aplicación del masaje
Shantalá, pero es importante acotar que el tiempo lo dará el estado de ánimo en que
se encuentre el bebé, por lo que es erróneo por parte del terapeuta o la madre aplicar
siempre la misma duración en cada sesión.
Sesiones: en cuanto al número de sesiones, van a depender del cuadro clínico que el
niño presente, de su estado de ánimo y del tiempo que dispongan los padres para
cooperar con el masaje. No existe un parámetro específico de cuantas sesiones exactas
necesitará el bebé para tal o cual patología, pero se aconseja un número de dos a tres
sesiones interdiarias de masaje por semana, a fin de dejar espacio al niño en primer
lugar y en segundo para comprobar los efectos benéficos que en él se reflejen
REGLAS DEL MASAJE
• La persona que da el masaje debe estar
sentada con las piernas estiradas pero se
adaptará la posición según la comodidad
de ella misma y tamaño de su niño/a.
• El niño o la niña debe estar en ayunas y
debe recibir un baño al finalizar el masaje,
pero eso, desde luego será marcado por
cada cuidador del niño y sus conocimientos
sobre él.
• Antes de empezar el masaje, debemos
“pedir permiso al niño”, de manera que
haremos siempre el mismo gesto, como
por ejemplo ponernos en aceite en las
manos y frotarlo, lo cual le avisará que la
hora del masaje ha llegado, es adecuado
también decirle algo como: “Ha llegado el
momento del masaje”, con voz suave.
REGLAS DEL MASAJE
• Se realizará con aceite de coco que
siempre previamente pondremos en
nuestras manos y lo frotaremos para
que coja calor.
• Es importante procurar no perder el
contacto con el niño, de manera que
nunca separaremos ambas manos de él,
siempre quedará una en su piel
• Haremos lo posible para que el niño
perciba nuestra mirada, nuestra
compañía
MATERIAL DE TRABAJO
•
OBJETIVOS
Proporcionar a los padres las bases del masaje infantil
• Conseguir una buena estimulación cutánea en el niño con los beneficios que esto
conlleva (un correcto desarrollo orgánico y fisiológico del niño)
• Ofrecer, con el masaje, una buena lección de ternura, cariño, apertura y respeto
que el niño llevará consigo a la vida adulta (si la práctica se realiza de forma
habitual).
BENEFICIOS
- Fortalece los órganos internos y equilibra su funcionamiento para
dar resistencia y rápida recuperación de las enfermedades.
- Estimula el sistema nervioso tanto en la parte sensitiva como en la
motriz, creándose una mayor integridad en el desarrollo
psicomotor.
- Contribuir a la liberación de sustancias bioquímicas que producen
calma y aumentan el apetito.
- En niños con dificultades respiratorias aumenta la capacidad
ventilatoria del pulmón.
- Mejora el patrón conductual en niños autistas, ya que ayuda a
enfocarles la atención.
- Disminuye el estrés, al punto que ayuda al niño con sus hábitos
de sueño y disminuye los episodios de llanto e irritabilidad.
- Equilibrar el cuerpo, mente y espíritu del bebé: despertando en él
un ambiente sereno, de mejor interrelación con sus padres y el
medio que lo rodea.
BENEFICIOS
- Se crea un lenguaje corporal y se sienten protegidos: ya que el
simple contacto manual le tranquiliza y brinda confianza.
- Regula las actividades del sistema digestivo: lo que contribuye
mejor en casos de cólicos intestinales o estreñimiento, por la
acción que ejerce el masaje sobre el sistema nervioso entérico.
- Ayuda a mejorar la tonicidad del músculo: tanto en casos de
espasticidad (IMOC) como en las hipotonías (Síndrome de
Down), por la acción que ejerce sobre el huso neuromuscular y el
órgano tendinoso de Golgi en la modulación del tono y en la
transmisión de información que facilite la actividad coherente de
las fibras musculares.
- Alivia las tensiones y dolores a nivel muscular: ésto dirigido a
niños con contracturas musculares siendo la tortícolis la principal
de ellas.
OBJETIVOS
• Refuerza el vínculo afectivo.
• Estrés.
• Cólicos intestinales.
• Trastornos neurológicos.
• Asma y bronquitis.
• Estreñimiento.
• Reflujo gastroesofágico.
• Tortícolis.
• Síndrome de Down.
• Autismo.
MASAJE DEL PECHO
• Poner las manos en el pecho del niño,
planas, con los dedos hacia sus pies.
Separar cada una a un lado siguiendo las
costillas, una vez llegado el final de su
pecho, en su costado, llevar las manos de
nuevo al punto de partida (primero una y
después la otra para no perder el
contacto), y repetir la maniobra. También
podemos trabajar, con las manos en
direcciones opuestas, es decir, cuando una
baja la otra sube.
MASAJE DEL PECHO
Ahora poner una mano es la
parte más baja del pecho, en el
lado opuesto casi en el costado,
justo al final de las costillas,
llevaremos la mano al hombro
contrario. Después haremos lo
mismo con la otra mano de
manera que describiremos
sobre el cuerpo del niño,
aunque en tiempos diferentes,
una cruz. No olvidar no perder
el contacto táctil con el niño,
siempre seguiremos el mismo
ritmo y la misma presión.
Podemos prolongar la maniobra
hasta abarcar el cuello.
CONTRAINDICACIONES
Pero la técnica tiene ciertas contraindicaciones con las que no debemos
practicar el masaje:
• Fiebre.
• Infecciones.
• Comidas recientes o muy abundantes.
• Vacunación reciente.
• Diarrea.
• Irritabilidad de la piel.
• Cáncer.
• Fracturas.
• Niños muy intolerantes al masaje.
MIEMBRO SUPERIOR
Ahora el niño estará de costado, y una de
nuestras manos aguantará su bracito elevado,
la posición será la misma que para el pecho.
Manteniendo el brazo del niño
elevado, con la mano libre haremos un
brazalete alrededor de su hombro con
índice y pulgar, el resto de dedos se
adaptaran al brazo. Así pues
dirigiremos la mano del hombro hacia
la mano, haciendo una suave presión,
cuando esa mano llegue al final de su
recorrido, la mano del niño, ésta
pasará a sujetar el bracito elevado y la
que antes hacia esta tarea pasara a
formar el brazalete en el hombro que
hará el mismo trabajo que hicimos
antes con la otra mano, y así
consecutivamente iremos alternando
los brazos.
MIEMBRO SUPERIOR
• Ahora las dos manos se
colocarán en el hombro del
niño, envolviéndolo de manera
similar a como se realizó
anteriormente. Las dos
trabajarán juntas, formando un
brazalete, que ejerce cierta
presión en el brazo del niño.
• Manteniendo la misma
colocación de las manos que
en la maniobra anterior,
seguiremos el mismo patrón de
movimiento, pero haciendo
una torsión de las manos,
como si escurriésemos una
toalla.
MIEMBRO SUPERIOR
Mano
Sin modificar la posición.
Brazo:
Mismas maniobras que anteriormente.
Mano:
Mismas maniobras que anteriormente.
MANIOBRAS DEL ABDOMEN
Vientre:
• Con el niño boca arriba y posesionándonos al lado o a los pies del niño, entre sus
piernas.
• Colocamos las manos en la base del pecho, justo donde se abren las costillas. Con
las manos perpendiculares al cuerpo del niño bajamos las manos, primero una, y
una vez llegamos al inicio de sus piernas, empezamos a bajar la otra, sin perder el
contacto con el niño, moviendo las manos como si fuesen olas. Esta maniobra
también se puede realizar con el antebrazo.
MIEMBRO INFERIOR
Colocación a los pies del niño, entre sus piernas
Al igual que hacíamos en los brazos, una mano eleva la pierna del niño y la otra a nivel
de la ingle hace un brazalete con sus dedos en torno a ella, dicha mano baja hasta el
pie ejerciendo cierta presión, una vez llega al pie, pasa a sujetar la extremidad y la
mano que anteriormente hacia tal tarea, pasa a la ingle para ejecutar la misma acción
que realizamos con la otra, así sucesivamente, manteniendo el ritmo.
MIEMBRO INFERIOR
Ahora realizamos un brazalete en torno al
muslo del niño con las dos manos a nivel
de la ingle, de manera que bajamos hacia
el pie ejerciendo la justa presión, una vez
llegamos al final del recorrido volverá
empezar la maniobra. Si el niño es grande
como para sujetar fácilmente su
extremidad es recomendable apoyarla
sobre nuestro hombro.
Colocar las manos sobre la espalda del niño, a la altura de los hombros, y
adelantamos las manos, una después de la otra, con las manos bien planas y de
manera que poco a poco van bajando por la espalda del niño hasta llegar a sus nalgas,
una vez allí, volvemos a subir hacia los hombros haciendo exactamente el mismo
movimiento con las manos. Y repetimos las veces que haga falta.
MANIOBRAS DE ESPALDA
Ahora la mano más próxima a su cabeza
trabajará sola mientras la otra sujeta las
nalgas del niño y se opone al empuje de la
otra mano. La mano que trabaja recorrerá la
espalda del niño desde la nuca hasta sus
nalgas, y después volverá a la nuca para
repetir la maniobra. Debemos ejercer presión,
no es una caricia.
MANIOBRAS FACIALES
Con el bebé boca arriba frente a nosotros.
Frente: con la punta de los dedos en el centro y desplazándolos hacia los costados,
bordeando la parte superior de las cejas; después vuelven al centro y repiten la maniobra.
Cada vez llevaremos los dedos un poco mas a fuera, llegando a las sienes y finalmente
contorneando el ojo, a lo largo de las mejillas.
Nariz:
Base de la nariz: Con los pulgares ligeramente, bordearemos la nariz del niño subiendo
desde su base hasta el inicio de la frente
Muchas gracias por su
atención