06 Bautismo
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06 Bautismo
EL BAUTISMO DE JESÚS
EN EL JORDÁN
BAUTISMO DE JESÚS
«El comienzo de la vida pública de Jesús es su bautismo por Juan en el Jordán»
(CCE 535). Los cuatro evangelistas refieren el acontecimiento. La historicidad
del acontecimiento es indiscutible. El bautismo de Jesús por Juan pertenece a
la tradición mejor atestiguada, aunque la tradición sinóptica (Mt, Mc y Lc)
ofrece algunas diferencias.
En su caso, sin embargo, la voz no sólo resuena en los labios sino también en la
conducta. Y no sólo está al servicio de la Palabra divina, sino también al de la
visión de la salvación. Para que todos vean la salvación de Dios es necesario oír
lo que dice esta voz.
BAUTISMO DE JESÚS
1. La solidaridad de Jesús con los pecadores
No hay oposición entre la salvación que Juan anuncia y la que trae el Salvador.
Juan el Bautista y Jesús pertenecen a un único designio salvador, aunque cada
uno en su lugar: el Bautista como precursor y último de los profetas (cf. Mt
11,9), Jesús como el Mesías. El bautismo que él practica es un signo de
conversión, mediante este signo prepara la acogida de Jesucristo y del perdón
de los pecados que Cristo nos trae.
BAUTISMO DE JESÚS
1. La solidaridad de Jesús con los pecadores
Jesús recibe el bautismo de Juan para que se cumpla en Él toda justicia (cf. Mt
3,15), es decir, para manifestar que su misión se realiza en obediencia a la
voluntad del Padre y para revelar que Él cargará sobre Sí con los pecados de
todo el pueblo.
Si el Bautista presenta a Jesús como el Cordero de Dios, Jesús, al dejarse
bautizar, se muestra como el Mesías en quien se cumplen las profecías del
Siervo del Señor. Por eso, al ser bautizado Jesús manifiesta también su
abajamiento (cf. Flp 2,7): el que no tiene pecado se abaja al lugar de los
pecadores y carga con sus pecados para librarlos de ellos. El bautismo del
Jordán anticipa de forma simbólica el “bautismo de la cruz”: descender a la
muerte para levantarse de ella y así derrotar a la muerte y el pecado.
BAUTISMO DE JESÚS
2. El descenso del Espíritu Santo
La voz venida del cielo proclama la condición y misión de Jesús. Estas palabras
contienen el núcleo del mensaje que él va a predicar. En el bautismo de Jesús
alcanza su cumplimiento lo anunciado por la Ley y los Profetas. La voz del
Padre declara que es Él de quien éstos hablaban. A partir de ahora es a Él a
quien hay que escuchar. Al mismo tiempo, el bautismo de Jesús es
cumplimiento porque Jesús cumple con lo establecido por el Padre (cf. Mt
3,15).
Jesús, al pasar por el Jordán, concede a las aguas el poder de santificar y abre
para los hombres el camino pascual que le llevará de la muerte a la vida. El
bautismo cristiano, participación sacramental en el misterio pascual de Cristo,
es la actualización salvífica en el tiempo de la obra de la Redención. Renacido
del agua y del Espíritu, el bautizado participa del misterio pascual.
BAUTISMO DE JESÚS
Algunas interpretaciones deficientes del bautismo de Jesús