Exposición 2

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FACULTAD DE INGENIERÍA QUÍMICA

Y METALÚRGICA

ESCUELA PROFESIONAL DE
ING. METALÚRGICA

ASIGNATURA: DEONTOLOGÍA
TEMA:

CARACTERÍSTICAS DE LAS NORMAS


DEONTOLÓGICAS

INTEGRANTES
 CHACPA SOLIS EDSON
 CHAVEZ FRANCIA BRYAN SERGIO
 GUTIERREZ MORENO GUSTAVO
 GAMARRA FLORES CRISTIAN
 JARAMILLO LOZANO ANGELY LIZET
 PUITIZA ALTAMIRANO OMAR
 VEGA GOMEZ DAVID
NORMAS DEONTOLÓGICAS
Son escritas y deben ser conocidas por el profesional. Son normas que
tratan de orientar a un colectivo profesional, y que deben ser aprobadas
por el colectivo. Es el profesional el que se responsabiliza de su
actividad profesional individual. Son prescriptivas, pero interiorizadas.
No son coactivas, pero si admiten cierto tipo de sanciones.
Ayudan a preservar el prestigio de los profesionales.
Las normas deontológicas exigen autorregulación. Los profesionales son creadores, sujetos y objetos de las
normas deontológicas de su profesión correspondiente.
 Legalidad: exigencia de un texto que se identifique como normas deontológicas.
 Tipicidad: se debe predeterminar la normativa de las conductas ilícitas y sus sanciones correspondientes.
 Publicidad: exigencia de difusión, para garantizar su conocimiento, su autenticidad y su constancia,
permitiendo pugnar su validez.

Sanciones de las normas deontológicas


 Llamada de atención
 Sanciones de carácter económico
 Inhabilitación o despido.
CARACTERÍSTICAS DE LAS NORMAS
DEONTOLÓGICAS
1. Autorregulación

La exigencia de la autorregulación tiene que ver con el principio de autonomía colegial que
choca
después, inevitablemente, con el principio de legalidad.
Los profesionales son creadores, sujetos y objetos de las normas deontológicas de su
profesión correspondiente.
Los profesionales tienen la responsabilidad permanente de autorregularse. La función
autorreguladora implica una constante actividad crítica y evaluadora.
2. Legalidad

Exigencia de constancia en un texto identificado como normas deontológicas.


La STC 93/92 señala que, en respeto del principio de legalidad, es conveniente que las normas
deontológicas aparezcan no dispersas, sino ordenadas en un sistema que ofrezca a todos
seguridad jurídica.
La jurisprudencia del Constitucional presta a las normas deontológicas un fuerte respaldo de
legalidad. En la STC 219/89 se afirma que las normas deontológicas no son un catálogo de
deberes morales, sino que tienen consecuencias de tipo disciplinario; que establecen una serie
de deberes de obligado cumplimiento, por lo que no pueden reducirse a consejos acerca de un
comportamiento deseable; y que, tanto en la tradición colegial como en la doctrina jurisprudencial
del Tribunal Supremo, han sido sancionadas, tienen cualidad de ley para los colegiados, de ley
de obligado cumplimiento.
3. Tipicidad

El principio de tipicidad se refiere a la ineludible necesidad de la predeterminación normativa de


las conductas ilícitas y sanciones correspondientes.
El TS ha admitido la flexibilización del principio de tipicidad en la materia sancionadora en
relación a los colegios profesionales, al afirmar: “La utilización de conceptos jurídicos
indeterminados es constitucionalmente lícita en materia sancionadora cuando su concreción es
razonablemente factible en virtud de criterios lógicos, técnicos, o de experiencia que permitan ver
con suficiente seguridad, la naturaleza o características esenciales de las conductas constitutivas
de la infracción tipificada; así como la flexibilidad en la tipificación de las infracciones y en la
determinación de la sanción correspondiente, especialmente en el ámbito de la supremacía
especial, que caracteriza el derecho administrativo sancionador, sin que implique en ningún caso
discrecionalidad”.
4. Publicidad
Exigencia de difusión.
La adecuada publicación de las distintas normas adoptadas por el colegio, en término que
garantice su conocimiento, su autenticidad y su constancia, y que además permita la
impugnación en un proceso declarativo acerca de su validez, deviene en un requisito
imprescindible para hacer posible que su cumplimiento resulte sometido a sanciones
conformes al artículo 25.1 de la Constitución Española. No obstante, como ya se ha
comentado
anteriormente, la publicidad no necesariamente ha de ser en el BOE.
A pesar de que no sea necesaria la publicidad en un diario oficial, la eficaz difusión de las
normas deontológicas y el aseguramiento de su completo conocimiento por los miembros de
la
corporación constituye un presupuesto inevitable para su correcta aplicación.
CÓDIGOS DEONTOLÓGICOS
Los códigos deontológicos, denominados también de practica o ética profesional,
se presentan como documentos en los que se describen los diferentes criterios, normas
y valores que formulan y asumen quienes llevan a cabo una actividad profesional. Un
código ético o deontológico es el conjunto de principios de conducta, derechos,
deberes y normas profesionales emanadas de los propios profesionales o de una
empresa u organización determinada, cuyo cumplimiento se asume voluntariamente.
Como base para hablar de la existencia de un código deontológico a lo largo de la historia
se parte de 2 supuestos:
1. La capacidad cultura de codificar normas de conducto. Se remonta al surgimiento de las
grandes civilizaciones de la antigüedad.
2. La existencia de una actividad profesional que se plantee las normas morales
propias de esa actividad.
FUNCIÓN Y UTILIDAD DE LOS CÓDIGOS
DEONTOLÓGICOS
1. Reconocimiento publico de una actividad profesional.

2. Establecen las normas y obligaciones que deben regir dicha actividad.

3. Defensa de la profesión frente a intrusismos o presiones externas.

4. Crecimiento del prestigio profesional.

5. Un instrumento para garantizar el compromiso social que tienen para la

ciudadanía, titulares del derecho a recibir información veraz.


PROCESO PARA LA ELABORACIÓN DE UN
CÓDIGO DEONTOLÓGICO

El proceso de desarrollar un código ético dependerá en gran medida de la


organización, su historia, su entorno y sus aspiraciones. Para desarrollar un
código deontológico se debería seguir un proceso lógico y hermenéutico
racional:
En la primera fase se trataría de hacer un análisis profundo de la realidad de la organización y su
entorno.

En la segunda fase se debe redactar una primera propuesta para discutirla con profesionales
de prestigio y los órganos de gobierno del colectivo profesional. Esta propuesta debe presentar
de
manera estructurada y lo más completa posible la información recogida en la primera fase.
En la tercera fase se trata de elaborar la redacción definitiva del código. Esta redacción debe
ser
elaborada por miembros del colectivo profesional y contando con una participación activa de
los órganos de gobierno y con ayuda de expertos en ética. En esta redacción se deben
sintetizar los
rasgos esenciales del carácter de la profesión y sus compromisos futuros.
ELEMENTOS IDENTIFICADOS EN LOS CÓDIGOS
NACIONALES

Unión Profesional ha venido elaborando un estudio de campo que analiza las diferentes
categorías o conceptos que tienen cabida en los códigos deontológicos nacionales, tanto los
conceptos básicos, como los que van más allá de los tradicionales.
Desde Unión Profesional, se pretende que este trabajo pueda servir de referente para la
elaboración o modificación de los códigos deontológicos de sus miembros. El deber concreto es
una peculiaridad propia y específica de cada profesión, pero existen unos deberes que pueden
ser exigidos con carácter general, un esquema mínimo.
Los elementos que se han identificado en los códigos deontológicos nacionales son los siguientes (se adjunta
como anexo una tabla con los resultados del estudio y una lista de los códigos que se han examinado):

1. Independencia e imparcialidad
2. Honestidad e integridad
3. Secreto profesional
4. Publicidad
5. Incompatibilidades
6. Competencia desleal e intrusismo
7. Relaciones con los clientes
8. Relaciones con el colegio
9. Entre otros
EVOLUCIONES EN LA DEONTOLOGÍA
PROFESIONAL
Hay que tener en cuenta la modificación social que se produce constantemente.
Hay deberes afianzados, firmes, indudables, obligaciones tradicionales que hoy
tienen plena actualidad; y deberes “nuevos” que surgen como consecuencia del
natural desarrollo de la sociedad, de sus prioridades y de sus necesidades.
Destacan entre las ausencias dos elementos de extremada importancia hoy en día:
la formación continuada, y el respeto a la naturaleza y el medio ambiente.
PROYECCIÓN INTERNACIONAL
En el ámbito internacional la elaboración de códigos deontológicos es muy profusa. Tanto en
cada país o en un área geográfica determinada para cada profesión, como incluso con el
propósito de cubrir todas las profesiones.
A medida que los códigos van cubriendo mayor número de países, su contenido se hace más
general, pues cada país presenta peculiaridades, especificidades, que no es posible contemplar.
En mayor medida ocurre esto cuando además de numerosos países diferentes, se une el hecho
de intentar abarcar distintas profesiones, en este caso la generalización ha de ser máxima,
convirtiéndose en la mayoría de los casos en una enumeración de principios básicos.
Por otro lado, la Resolución del Parlamento Europeo de 13 de octubre 2006 apoyó la adopción de códigos de
conducta profesional de los prestadores de servicios y añadió que éstos deben ser elaborados con la
participación de todos los interesados o stakeholders.

Son evidentes las diferencias de detalle en los códigos individuales de las profesiones a nivel de la UE, por
ejemplo en el ámbito de la confidencialidad de la información, y a nivel de cada Estado miembro en la
legislación - por ejemplo sobre la protección de datos - o en la cultura y la tradición.

La iniciativa de CEPLIS, no obstante, debe resultar en una considerable reducción de


las diferencias en los códigos aplicables en cada Estado miembro.

Así, los valores comunes de CEPLIS para las profesiones liberales en la UE son:
1. Confidencialidad
2. Formación continua
3. Independencia e imparcialidad
4. Honestidad e integridad
5. Supervisión del personal de apoyo
6. Cumplimiento de los códigos de conducta
7. Seguro de responsabilidad civil
8. No intromisión de creencias morales y religiosas
Por otro lado, la Unión Mundial de las Profesiones Liberales (UMPL), creada en 1987 con la
misión de representar a este sector socioeconómico en la escena internacional, está trabajando en la
elaboración de unos principios básicos aplicables a nivel global a todas las profesiones liberales. Como ya
se ha apuntado, la dificultad de esta labor es mayor conforme aumenta el número de países y profesiones
representado, sin embargo, se han podido identificar ciertos valores o principios de conducta que forman
la base de todas las profesiones liberales:

1. Independencia e imparcialidad
2. Confidencialidad
3. Honestidad e integridad
4. Responsabilidad
5. Formación continua
6. Respeto a la naturaleza y medio ambiente
BASES PARA LA ELABORACIÓN DE UN
CÓDIGO DEONTOLÓGICO

→ Los colegios profesionales tienen encomendada por ley la función de ordenar la


actividad profesional de los colegidos, velando por la ética y dignidad profesional y por
el respeto debido a los derechos de los particulares (artículo 5 i) de la Ley de Colegios
Profesionales de 13 de febrero de 1974 - LCP.
→ Para ejercer esta función, los colegios están dotados de la potestad normativa y de la
potestad sancionadora:
 La potestad normativa se traduce en la elaboración de unas normas deontológicas o
código deontológico que el Tribunal Supremo califica de auténticas normas y determinan
“obligaciones de necesario cumplimiento por los colegiados”.

 Potestad sancionadora: Si las normas de deontología se incumplen, se activa el


mecanismo de las facultades disciplinarias. Dicho régimen disciplinario se encuentra en los
Estatutos generales que deben elaborar los colegios conforme al artículo 6.2 de la LCP, y
que serán sometidos a la aprobación del Gobierno a través del Ministerio competente.
→ Con independencia de su conexión con la potestad disciplinaria de los colegios
profesionales, la finalidad esencial de las normas contenidas en los códigos deontológicos no
es punitiva, de
castigo de las conductas divergentes con su contenido, sino preventiva, en el sentido de
mostrar
directrices de conducta que acerquen al profesional al concepto de excelencia que el colegio
tutela,
→ Las ycaracterísticas
de ejercicio dedelalas
función social
normas que las profesiones
deontológicas son: tienen encomendada.
• autorregulación
• Legalidad
• tipicidad
• publicidad
→ El proceso para la elaboración e un código deontológico constaría de las siguientes
fases:
 Primera fase: análisis profundo de la realidad de la organización y su entorno.

 Segunda fase: redacción de una primera propuesta para discutirla con


profesionales de prestigio y los órganos de gobierno del colectivo profesional.

 Tercera fase: redacción definitiva del código.


Junto a estas tres fases creemos que se debe desarrollar una fase transversal de
sensibilización y formación.
→ Pautas básicas:
 Los colegios profesionales deben ir a una codificación, una ordenación de normas, y evitar la
dispersión.
 Hay que modernizar las normas deontológicas y modificar estatutos y reglamentos que el
tiempo ha sobrepasado.
 Hay que establecer buenos principios generales, pero también introducir casuística, reflejando
la realidad profesional, la praxis profesional.
 Hay que proceder a revisiones continuas, para adecuar las normas a la realidad.
 Hay que dotarlas de suficiente publicidad
 Hay que tener un buen fair play en el procedimiento sancionador
→ Unión Profesional ha venido elaborando un estudio de campo que analiza las diferentes
categorías o conceptos que tienen cabida en los códigos deontológicos nacionales, tanto los conceptos
básicos, como los que van más allá de los tradicionales. Tal y como se muestra en las tablas anexadas,
son los siguientes

1. Independencia e imparcialidad
2. Honestidad e integridad
3. Secreto profesional
4. Publicidad
5. Incompatibilidades
6. Competencia desleal e intrusismo
7. Relaciones con los clientes
8. Relaciones con el colegio
9. Entre otros
→ Ausencias y novedades que deberían contemplarse en los códigos:

 La formación continuada y el respeto al medio ambiente

 El avance de las nuevas tecnologías

 Los aspectos éticos de las consecuencias de los avances científicos

 Las Sociedades Profesionales

 La función social y el interés general de la profesión


→ Proyección Internacional

 A medida que los códigos van cubriendo mayor número de países, su contenido se hace más
general, pues cada país presenta peculiaridades, especificidades, que no es posible contemplar.
En mayor medida ocurre esto cuando además de numerosos países diferentes, se une el hecho
de intentar abarcar distintas profesiones, en este caso la generalización ha de ser máxima,
convirtiéndose en la mayoría de los casos en una enumeración de principios básicos. Este carácter
general no resta valores a los códigos internacionales, muy al contrario, resulta necesario establecer
unos elementos fundamentales comunes en un primer nivel, e ir desarrollándolos en posteriores
niveles, contemplando las especificidades en el ámbito nacional.
 Las organizaciones mono-profesionales europeas llevan varias décadas compilando códigos de
conducta o principios comunes. Por ejemplo, son de citar sin ánimo exhaustivo, el Código de
Conducta para Abogados de la Unión Europea, elaborado por el Consejo de la Abogacía
Europea (CCBE). Por su parte, el Consejo Europeo de las Profesiones Liberales (CEPLIS), que
es la asociación que representa a las profesiones liberales a nivel comunitario, ha elaborado los
“Common values of the liberal professions in the European Union”.
CONCLUSIÓN
Unión Profesional ha elaborado este documento tras realizar un estudio de campo de los diferentes
códigos deontológicos de sus miembros, y de otros de ámbito internacional.
El presente documento pretende así servir de orientación o guía en cuanto a la elaboración o
modificación de los códigos deontológicos. Y de referente en general en cuanto a la deontología
profesional en nuestro país.
La deontología es uno de los fundamentos de la existencia misma de los colegios profesionales pues es
el instrumento del que se sirven para procurar la excelencia profesional y controlar y evitar malas
prácticas.
Esta excelencia profesional supone una garantía para el colegiado, el usuario, y en definitiva la
sociedad en general.

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