El Marinero W.
El Marinero W.
El Marinero W.
W
Un día, el panadero P, la señora de la montaña y sus dos
hijas N y Ñ decidieron ir de excursión. Estaban de vacaciones
y hacía mucho que no se alejaban de casa.
Prepararon una rica merienda, trajes de baño y toallas…
Se pusieron ropa cómoda y zapatillas para caminar seguros y
se dirigieron hacia el mar.
Como estaba un poco lejos, llevaron carpas para poder
pasar unos días en la playa. Cargaron las cosas en un precioso
burrito que habían comprado, manso, fuerte y juguetón, y
comenzaron felices el camino.
Las niñas corrían delante de sus padres, y como pronto se
sintieron cansadas, tuvieron que montar el burrito, que meneó
las orejas y el rabo mostrándose contento.
Cuando estaban llegando, vieron una casita pequeña,
hecha de madera, rodeada por un huerto. Allí vivía alguien que
ellos no conocían. Se miraron muy extrañados. ¿Quién podría
ser?
Siguieron caminado, y al dar la vuelta al camino, vieron un
barco, bastante grande, anclado en el agua y por la playa
algunas redes de pescar.
Al lado de la casa, había una persona sentada
tranquilamente… ¡Parecía el camarero V dando el brazo a otro
igualito a él! ¡Qué raro! ¿Tendría un hermano que ellos no
conocían?
Se acercaron, el señor desconocido se levantó, y todos se
saludaron con amabilidad: “ ppppppp… mmmmmm…
nnnnnn… ññññññ…” El extraño personaje - pues era uno solo
– les contestó: “ue … ue… ue” que quería decir: “¡Cuánto me
alegro de verlos! Estaba muy aburrido y pensaba en
marcharme a mi País.
ue … ue…
ue…
nnn mmm ñññ ppp
Así comprendieron por qué no lo conocían. Era un
extranjero.
Nuestro amigo, les contó que era una marinero y pescador,
que un día sintió la necesidad de conocer otros lugares y
emprendió un viaje que le había llevado hasta allí.
Le gustó el paisaje, la paz de ese lugar y la tranquilidad del
mar y decidió quedarse durante algún tiempo.
Construyó la casa e hizo un huerto donde cultivaba
zanahorias, acelgas, tomates, zapallos, frutillas, melones y
sandías. No tenía árboles frutales porque tardarían mucho en
crecer y dar fruto; y el pensaba regresar muy pronto a su país.
Pasaron unos días muy divertidos todos juntos, aprendiendo
a conocer los dos países, cómo eran sus gentes, cómo
hablaban, qué costumbres tenían, qué canciones, etc. Se
hicieron grandes amigos.
Le invitaron a pasar unos días en su casa de la montaña y a
visitar su país, donde le presentaron a todos los habitantes,
incluso a los reyes.
Estos se interesaron mucho por todo lo que les contó: la
vida de los pescadores y los marineros, tan dura y peligrosa
cuando estallan las tormentas en el mar, los días que tenían que
estar alejados de sus familias, la alegría de la vuelta, la
hermosura de los peces sacados en las redes, brillando bajo el
sol.
Al señor estudioso le pareció emocionante lo que contaba,
la forma de su cuerpo y el sonido de su voz, así que decidió
dibujarlo y colocarlo en las palabras que él mismo le había
enseñado.
En realidad, nosotros lo utilizamos muy poco, pero en otros
países lo emplean mucho. Por eso debemos conocerlo.
Y así finalmente, hemos conocido todos los habitantes del
país de las letras; y ahora estas preparado para leer y escribir
cualquier palabra, texto, cuentos, etc.