3-2 Dirección y Planificación Del Cambio

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PSICOLOGIA SOCIAL 1

UNIDAD 3 RELACIONES CERCANAS Y LA PSICOLOGÍA SOCIAL


EN UN FUTURO SUSTENTABLE

TEMA 2 Dirección y planificación del cambio

SUBTEMA: 1.- Fases para elaborar un proyecto social


SUBTEMA: 2.- Elementos en la elaboración de un proyecto
SUBTEMA: 3.- Diagnóstico, análisis de la realidad
SUBTEMA: 4.- Aplicación

Psic. Leslie Folleco Calixto Mgs


OBJETIVO
o Planificar programas sociales,
evaluar y controlar los mismos.
SUBTEMA: 1.- FASES PARA ELABORAR UN PROYECTO
SOCIAL

¿Que es un Proyecto Social?


Al referirnos a un "proyecto social", lo entendemos como toda acción social, individual o grupal, destinada a producir
cambios en una determinada realidad que involucra y afecta a un grupo social determinado (Martinic, S., 1996). Los
cambios deseados se entienden como un avance positivo en la realidad a intervenir, específicamente se espera una
mejoría en las condiciones y la calidad de vida de los sujetos involucrados en dicha realidad.

De esta manera el proyecto se transforma en una ‘apuesta', una hipótesis de intervención en determinados ámbitos y
aspectos de la realidad social, para producir el cambio deseado. Hay entonces una lectura sobre dicha realidad, en
base ella se proyecta una acción que, de resultar como uno espera, provocará un cambio hacia una situación mejor.

La acción a desarrollar está fundada en una serie de principios teóricos y en anteriores investigaciones que la avalan y
otorgan coherencia. Se incorporan también, los recursos necesarios para su implementación y ejecución. Dicha
hipótesis se puede graficar de la siguiente manera:
De esta manera los proyectos sociales aspiran a producir
cambios significativos en la realidad económica, social y
cultural de los sectores más pobres y mejorar con ellos sus
oportunidades y calidad de vida en la sociedad. El tipo de
cambio que se persigue no es fácil de lograr y no siempre
resulta ser permanente o sustentable cuando se acaban las
acciones del proyecto. Lo anterior se explica en gran
medida, porque se requiere de cambios de tipo conductual
en los sujetos involucrados.
https://repositorio.uahurtado.cl/bitstream/handle/11242/8340/8397.pdf?
sequence=1&isAllowed=y#:~:text=En%20todo%20proyecto%20social%20se,%3A%20Dise
%C3%B1o%2C%20implementaci%C3%B3n%20y%20Evaluaci%C3%B3n.

En ese contexto se hace necesario intervenir - a veces de forma simultánea - a nivel de conocimientos, percepciones,
relaciones sociales, en las organizaciones, en los sistemas - de producción, en los sistemas educativos y de salud pública,
entre otros ámbitos del ser humano, con toda la complejidad y tiempo que eso significa. Para que la intervención sea
adecuada, pertinente y relevante,1 se necesita de un ajustado diagnóstico sobre la realidad que se aprecia como negativa y
sobre la cual se actuará, para producir el cambio esperado en dicha situación, hacia una situación mejor para el grupo o
población de que se trate. Es importante señalar que producir cambios tan profundos, requiere de la cooperación de todos
y, principalmente de los propios afectados, para que participen activamente en las tareas de crecimiento y de la integración
social, de manera de asegurar la permanencia del estado alcanzado.
Pasos previos a la elaboración de un proyecto
Para que nuestro Diseño de Proyecto sea coherente, pertinente y relevante en dar respuesta a los problemas sociales
detectados, se deberán cumplir una serie de pasos previos, de manera de asegurar los criterios de calidad de nuestra
intervención. A continuación se muestra un esquema que señala los principales pasos previos a la elaboración del diseño
propiamente tal:

Percepción/Observación de una situación problema.


En general el impulso y energía para implementar proyectos sociales se origina en investigaciones y/o constataciones
empíricas de situaciones no deseables o susceptibles de modificar, en pro de alcanzar estados de mayor calidad y
condición de vida para una cierta población objetivo. Así entonces, un proyecto nace a partir de la identificación de un
problema o de una carencia que se desea mejorar o resolver. La identificación de problemas sociales provienen
básicamente de los conocimientos acumulados en el área de estudio y de la experiencia o práctica social de los sujetos.
https://repositorio.uahurtado.cl/bitstream/handle/11242/8340/8397.pdf?
sequence=1&isAllowed=y#:~:text=En%20todo%20proyecto%20social%20se,%3A
%20Dise%C3%B1o%2C%20implementaci%C3%B3n%20y%20Evaluaci%C3%B3n.
El Diagnóstico: Base del diseño
Una vez detectados el o los problemas se hace necesario una análisis más profundo, de manera de obtener la mayor
cantidad de información posible acerca de ello. Este primer análisis se denomina Diagnóstico y se define como la actividad
mediante la cual se interpreta, de la manera más objetiva posible, la realidad que interesa transformar. Constituye la base
sobre la cual se elaboran los proyectos. A través de este análisis se definen los problemas prioritarios, causas, efectos, las
posibles áreas o focos de intervención y también las eventuales soluciones de dichos problemas. Un buen diagnóstico debe
ser capaz de mostrar -idealmente con datos que lo avalen-, la realidad sobre la cual se desea intervenir a través el proyecto
para cambiarla o investigarla. Una vez presentada dicha realidad, se deberán indicar las principales causas que la originan,
para finalmente señalar e identificar perfectamente sobre cual de todas ellas se centrará el proyecto presentado. En
resumen el diagnóstico debe responder perfectamente a las preguntas:

¿Cuales son los problemas que afectan a cierto grupo de personas?


No basta señalar y describir los problemas. Un buen diagnóstico debe explicar la prioridad o urgencia que éstos adquieren,
de manera de fundamentar y justificar la necesidad de invertir recursos para su solución. Simultáneamente, a partir del
diagnóstico se deberá hacer visible el que la intervención propuesta con el Proyecto, es una solución adecuada, pertinente y
viable para el problema en cuestión.
¿Quienes están afectados por el o los problemas? Se debe identificar el grupo social que sufre el/los Problema(s) y la forma
en que se expresan en ellos las consecuencias, caracterizando la situación en que se encuentran. Del mismo modo se
deberá describir quienes serán los "beneficiarios directos e indirectos" 2 del proyecto. Para su descripción se requiere la
mayor precisión sobre sus características personales y sociales: Edad, sexo, Nº de personas que forman su grupo familiar,
características educativas o laborales, estado civil, etc., como aquellas relativas a su localización física: Región, comuna,
población, barrio, etc.
¿Cuáles son las principales causas y efectos de ese problema?
Una vez identificado la situación problema y los grupos sociales a que afecta, se deberán exponer las principales causas y
efectos que tiene ese problema para los sujetos involucrados. En resumen los resultados o productos esperados de un buen
diagnóstico son:
· Descripción e identificación de quienes sufren el problema: Grupos Afectados
· Una línea base o el conjunto de indicadores que definen el estado actual del problema
· Posibles estrategias para la solución (total o parcial) del o los problemas
· Expectativas y posibles acciones de los distintos actores sociales involucrados en la situación.

Descripción del Problema Central


Una vez sistematizada y analizada la información sobre la situación problema, se deberá identificar el principal problema
que explica -en gran parte- la condición y estado de la realidad estudiada. Definir y describir sus causas (origen) y principales
efectos (consecuencias), para quienes lo sufren. Es sobre una o varias de estas causas y /o sus efectos, que se estructurará la
propuesta de intervención.

Hipótesis en torno a causas y efectos del Problema Central


La experiencia así como el resultado de investigaciones anteriores, permiten establecer relaciones y condiciones (Hipótesis),
entre las causas y los efectos descritos anteriormente. Este ejercicio es sumamente importante para aseguramos tener éxito
con la realización de nuestro proyecto: En la medida que seamos capaces de estrechar cada vez más la relación y condición
de causalidad entre estos variables, estaremos más cerca de impactar positivamente en la solución de o los problemas.
La o las hipótesis de la intervención corresponden a aquellas proposiciones lógicas entre la o las variables implicadas en las
causas y efectos descritos para el problema central. Dichas hipótesis deberán perfeccionarse y acotarse, una vez que se
hayan definido los objetivos del proyecto. Las relaciones propuestas en la o las hipótesis deberán ser susceptibles de
ponerse a prueba durante el transcurso de la ejecución del proyecto. A continuación daremos una mirada a una técnica que
resulta ser de mucha utilidad para sistematizar toda la información anteriormente descrita y, que nos permite dar inicio a la
elaboración de un diseño de proyecto.

El Árbol de Problemas
El Árbol de Problemas es una técnica metodológica que nos permite describir un problema social y al mismo tiempo conocer
y comprender la relación entre sus causas y efectos. Lo anterior hace visible, de mejor manera, las posibles hipótesis de
nuestra intervención y a la vez permite dimensionar la posibilidad de éxito del proyecto en función de las múltiples causas y
variables que intervienen en el problema elegido. Para la construcción del árbol de problema se procede de la siguiente
manera :
(1) Identificación del o los Beneficiarios del posible Proyecto: Definir y describir quienes serán los sujetos directos de la
intervención.
(2) Determinar los principales problemas que afectan a estos sujetos o grupos sociales
(3) Análisis y elección del problema central de la futura intervención
(4) Análisis y descripción de las Causas del problema central
(5) Identificación de los principales efectos del problema
(6) Presentación de dicha descripción y análisis como un árbol donde: El Tronco: Corresponde y es representado por el
problema central;
(6) Las Raíces: Corresponden a las causas del Problema y
(7) La Copa: Corresponde a los efectos o consecuencias del Problema. A continuación se presenta un esquema para la
construcción del Árbol de Problemas

https://repositorio.uahurtado.cl/bitstream/handle/
11242/8340/8397.pdf?sequence=1&isAllowed=y#:~:text=En%20todo
%20proyecto%20social%20se,%3A%20Dise%C3%B1o%2C
%20implementaci%C3%B3n%20y%20Evaluaci%C3%B3n.
En la descripción del problema central se deberá apreciar claramente quienes son los sujetos que tienen el problema y
descubrirlo claramente 6 . Una vez identificado el problema central, se deberá describir sus principales causas y las causas de
estas causas (sub-causas), al mismo tiempo que dejar señalados los principales efectos o consecuencias del problema
identificado. Las ramas de la copa, así como la profundidad de las raíces, serán tan densas y/o profundan como el o los
investigadores deseen, o el problema lo permita. El análisis y descripción de causas y efectos permitirán decidir, de acuerdo a
intereses, recursos, tiempos y competencias, sobre cuál o cuales causas y/o efectos se actuará, las que a futuro se
convertirán en los objetivos de la propuesta de intervención. Finalmente a partir de experiencias previas, otras
investigaciones e intervenciones y, en función del análisis de la relación entre la causas y efectos, se construirán la o las
hipótesis de la intervención, con lo cual ya estamos en condiciones de dar inicio a la elaboración de nuestra propuesta o
diseño de proyecto.

Diseño de un Proyecto
El diseño del proyecto es el proceso de elaboración de la propuesta de trabajo de acuerdo a pautas y procedimientos
sistemáticos como ya se mencionó, un buen diseño debe identificar a los beneficiarios y actores claves; establecer un
diagnóstico de la situación problema; definir estrategias posibles para enfrentarla y la justificación de la estrategia asumida;
objetivos del proyecto (generales y específicos); resultados o productos esperados y actividades y recursos mínimos
necesarios. Al mismo tiempo, la propuesta o diseño debe contemplar la definición de indicadores para realizar el
seguimiento y verificación de los resultados que se obtienen, y establecer los factores externos que garantizan su factibilidad
y éxito.
Cada uno de los conceptos mencionados: objetivos;
estrategia; resultados; productos, actividades, recursos,
indicadores y factores externos, se irán describiendo y
analizando por separado, a lo largo del desarrollo del
documento y en la medida que avancemos en la elaboración
del proyecto. El esquema a continuación muestra los
principales elementos o componentes de un diseño de
proyecto y la relación entre ellos:

https://repositorio.uahurtado.cl/bitstream/handle/
11242/8340/8397.pdf?sequence=1&isAllowed=y#:~:text=En%20todo
%20proyecto%20social%20se,%3A%20Dise%C3%B1o%2C
Etapas de un proyecto

En todo proyecto social se distinguen tres etapas: Diseño, implementación y Evaluación. En términos temporales se
refieren al "Antes,"(previo al desarrollo de las acciones del proyecto), "Durante" (período correspondiente a la
implementación y ejecución del proyecto) y 'Después"(tiempo posterior a las acciones directamente relacionadas con el
proyecto). En términos simples diremos que el diseño corresponde a la etapa previa a las primeras acciones o actividades
del proyecto. Esta incluye la propuesta de trabajo en función de la identificación de beneficiarios, problema a resolver con
el proyecto, causas y efectos de ese problema, estrategia de solución ofrecida, los objetivos a desarrollar, los resultados
esperados y las actividades y recursos a ocupar en su desarrollo. Debe también explicitar los factores externos que
garantizan su factibilidad y la definición de indicadores para realizar el seguimiento y verificación de los resultados que se
obtienen, tanto durante el proceso como al término del mismo. La implementación se refiere a la ejecución o puesta en
marcha de la propuesta del proyecto. En esta etapa se incluyen: la organización y estructura del equipo ejecutor del
proyecto, la operacionalización del diseño y la asignación de tareas, plazos y responsables para cada objetivo, productos o
resultados y actividades comprometidas. Finalmente tenemos que la evaluación corresponde a la etapa de descripción y
análisis de los resultados obtenidos de acuerdo a ciertos principios o marcos teóricos para dicho fin. Se trata de mirar
objetivamente el "cambio" ocurrido en la realidad intervenida durante y/ 0 posteriormente a la ejecución del proyecto.
No entraremos en detalles sobre Tipos y formas de Evaluación de Proyectos Sociales, pero cabe mencionar que existe una
correspondencia entre el ciclo o etapa del proyecto y el tipo de evaluación que se desee hacer: Evaluación de Diseño,
Evaluación de Procesos y Evaluación de Impacto.
Elaboración de los Objetivos del Proyecto
Para la elaboración y definición de los objetivos del proyecto se procederá a transformar el problema central, sus causas y
efectos en metas a lograr; es decir se deberán constituir en las soluciones a los problemas implicados en las causas o los
efectos según se trate. Así los objetivos de un proyecto aluden a los cambios esperados en la situación inicial del problema
identificado, a través de las actividades y productos/resultados planificados en el proyecto. Ellos dan cuenta del estado final
del problema central, una vez realizadas y finalizadas las acciones del Proyecto. En general hay coincidencia al definir dos
tipos de objetivos en la elaboración de los proyectos sociales : Objetivo General y Objetivos Específicos.

a) Objetivo General: Enuncia el cambio final que transforma el problema central, en una nueva realidad o solución al
mismo. De alguna manera en el impacto que se espera producir en la realidad previamente diagnosticada.
Metodológicamente corresponde a la transformación positiva del Problema Central.
b) Objetivos Específicos: Son el medio necesario para lograr el objetivo general: Aquellos estados que hay que superar
para llegar al objetivo general. Representan lo que el proyecto debe hacer por sí mismo, mediante sus propios recursos y
actividades. Ellos darán cuenta de las consecuencias o efectos de los productos y resultados del proyecto.

El Árbol de los Objetivos


De la misma manera. como se construyó el "Árbol de problemas", se puede construir un "árbol de objetivos", como una
forma de ayudar en el planteamiento y consistencia de los objetivos de] proyecto. Para esto se recomienda proceder de la
siguiente manera
A partir del "árbol de problemas", se establecen los cambios en
las situaciones o estados percibidos o detectados como
negativos, por aquellos estados deseables, positivos pero
también realistas.
- Revisar y analizar la lógica y consistencia de las relaciones
que se establecen entre Objetivos Específicos (cambios
planificados) y los Logros esperados (los efectos de dichos
cambios, transformados en resultados objetivamente
observables)
- Revisar los objetivos específicos en función del objetivo
general y agregar nuevos objetivos si corresponde.
- Eliminar los objetivos innecesarios
- Presentar el análisis como un árbol con los resultados o
logros en la parte superior (copa), y los objetivos específicos
en la parte inferior (raíces), el tronco corresponderá al
objetivo general (problema central transformado en la
realidad esperada y deseable). Como "raíces secundarias" se
recomienda poner aquellos insumos o apoyos necesarios
para lograr los objetivos específicos.

A continuación se muestra un esquema del árbol de objetivos y su relación con el árbol de problemas
https://repositorio.uahurtado.cl/bitstream/handle/11242/8340/8397.pdf?
sequence=1&isAllowed=y#:~:text=En%20todo%20proyecto%20social%20se,%3A
%20Dise%C3%B1o%2C%20implementaci%C3%B3n%20y%20Evaluaci%C3%B3n.
Definición y Selección de la Estrategia
Una vez definidos los objetivos del proyecto, se procederá a seleccionar la mejor estrategia para alcanzarlos. Por estrategia
se entenderá el conjunto de criterios y opciones que permiten ordenar e implementar las acciones necesarias para ejecutar
los proyectos; o en palabras de S. Martinic: "son los medios o caminos que, a juicio de los autores del proyecto, resultan
más adecuados y efectivos, para alcanzar los objetivos y cambios planteados. " (Martinic, S; 1996:57)

La estrategia es siempre una gran hipótesis, que prioriza la importancia de ciertas variables y criterios sobre otros, de
manera de asegurar el mejorar y cambiar la situación problema diagnosticada. La selección de la estrategia, deberá hacerse
en base a los objetivos planteados, los recursos disponibles (humanos y materiales), el tiempo que dure el proyecto y la
orientación o enfoque que el proyecto asume (cualitativo y/o cuantitativo). La definición de la estrategia implica
necesariamente dar cuenta de la forma en que se espera captar la realidad estudiada o intervenida, esto es definir un
enfoque epistemológico para dicho fin.

De esta forma se debe formalizar tanto el procedimiento de selección de los sujetos, las herramientas necesarias para
captar el foco y las variables de interés y el procedimiento de trabajo en terreno. Existe gran cantidad de bibliografía para
orientar la selección de la mejor estrategia a utilizar en los proyectos sociales. Sin embargo y como una forma de ayudar en
la búsqueda de dicha bibliografía, nos referiremos brevemente a los dos grandes enfoques metodológicos que caracterizan
el campo de la investigación social:
Enfoque Cuantitativo: Enfoque metodológico asociado a la tradición positivista, que concibe la realidad social como una
estructura objetiva, externa al sujeto y al contexto. Por lo tanto los hechos o fenómenos a estudiar, son una «cosa
objetibable y cuantificable», ajena al sujeto. Se busca medir y establecer relacionales causales entre las variables, para
explicar los fenómenos y la realidad social. Las investigaciones cuantitativas son aquellas que utilizan preferentemente
información cuantitativa o cuantificable (medible). Las técnicas utilizadas son de tipo distributivas, descriptivas le, que
permite llegar a un nivel de frecuencia del dato o de la información recogida ( cuantos o con qué frecuencia) y mostrar
como se presenta el fenómeno en una población o muestra dada. Algunos ejemplos de investigaciones cuantitativas son:
diseños experimentales; diseños cuasi-experimentales e investigaciones basadas en la encuesta social.

Enfoque Cualitativo: Enfoque metodológico basado en la tradición fenomenológica, interpretativa, en donde la realidad
social la construyen los sentidos subjetivos que orientan la conducta y la acción de los sujetos. Los hechos o fenómenos no
son independientes del sujeto, por lo tanto no basta describirlos es necesario comprenderlos. Método que busca
comprender la realidad social que se construye de manera subjetiva entre los sujetos; por lo tanto las relaciones entre las
variables son múltiples y complejas. La investigación cualitativa es por tanto, aquella que utiliza preferentemente o
exclusivamente información de tipo cualitativo y cuyo análisis se dirige a lograr una comprensión detallada y profunda de
los fenómenos estudiados. Las técnicas utilizadas son de tipo estructural las que permiten llegar a comprender el
fenómeno, responder a los «porque», alcanzar a las motivaciones, percepciones y orientaciones valóricas de los sujetos y
ser capaz de interpretar más allá de la distribución del dato o fenómeno social. Algunos ejemplos de investigaciones
cualitativas son la investigación participativa, la investigación-acción, investigación etnográfica, estudio de casos, etc. En
términos generales la elección y definición de la estrategia a utiliza deberá contener al menos los siguientes elementos:
Determinación de la cobertura.
a) Definición geográfica (lugar en donde se realizará el estudio),
b) Definición de la muestra (tipo, tamaño y forma de selección), con sus características demográfica (edad, sexo) y,
c) Definición temporal (fecha y duración de realización).

Definición y Construcción de las Técnicas e instrumentos que se utilizarán para recoger la información.
Diseño y definición de las diferentes técnicas e instrumentos que el proyecto incluirá en su desarrollo de recolección de
información. Al igual que en el caso de los diseños metodológicos, las técnicas se clasifican en cuantitativas y cualitativas.
Entre las primeras se, encuentran las entrevistas estructuradas y los cuestionarios y entre las segundas las entrevistas
abiertas o semiestructuradas; observación etnográfica y Grupos Focales (Focus Groups).

Trabajo de campo.
Se deberá señalar la forma en que efectuará la recolección de datos: quienes recogerán la información, en cuantos días,
que tipo de capacitación se dará a los entrevistadores, asignación de entrevistas, cómo se hará la supervisión y control del
trabajo, etc.

Plan de Análisis de la Información


Es necesario incluir un plan de análisis de la información que permita interpretar y entregar los resultados obtenidos. Esto
implica el ordenamiento y procesamiento de la información recogida, así como los criterios que orientan dicho análisis.
Resultados y/o Productos de un Proyecto
Son aquellos logros concretos y observables de las acciones del proyecto. Cuando estamos frente a resultados de tipo
material (manuales, libros, talleres, etc.), se habla de productos, en caso de resultados de tipo más cualitativos, se trata de
resultados simplemente ( profesores capacitados en .... ; Mejoría en la autoestima; mejor comunicación, etc.) A cada
objetivo planteado y descrito en el proyecto, le corresponderá al menos un producto o resultado. De la misma manera y
producto de la relación entre las actividades, los factores externos, las características de las personas que forman el equipo
y de los beneficiarios del proyecto, suelen obtenerse algunos resultados y productos no esperados. Estos también son
sumamente importante a la hora de realizar la evaluación y el análisis de la intervención.

Actividades de un Proyecto
Son las acciones o tareas que se deben hacer para alcanzar los resultados o productos comprometidos. De esta forma a
cada producto y lo resultado le corresponderá una acción o un conjunto de acciones determinadas y lógicamente
relacionadas. Sólo se deben incluir aquellas acciones que realiza el equipo del proyecto. Para establecer el calendario y
duración de ellas, se deberá tomar en cuenta la, disponibilidad y realidad sociocultural de los beneficiarios del proyecto.

Recursos de un Proyecto
Son las materias primas, los medios disponibles (humanos y materiales), con que cuenta el proyecto, para lograr los
objetivos, resultados y actividades planificadas en él.
Factores Externos de un Proyecto
Y frente a cada componente o elemento de un proyecto: Objetivo General; Objetivos Específicos; Resultados y Actividades
se deberán definir aquellos factores o variables que no dependen directamente del proyecto, pero que influyen en el logro
u obstaculización de cada uno de ellos. Se deberán identificar y analizar aquellos factores externos, no relacionados
directamente con el proyecto, pero que influyeron positiva o negativamente en el logro de objetivos, resultados y/o
actividades planificadas dentro del proyecto.

a) Factores Externos del Objetivo General: Indican los acontecimientos, las condiciones o las decisiones importantes
necesarias para la sustentabilidad (continuidad en el tiempo), de los beneficios generados por el proyecto.
b) Factores Externos de los Objetivos Específicos: Indican los acontecimientos, las condiciones o las decisiones que
tendrían que ocurrir para que el proyecto contribuya significativamente al logro del Objetivo General.
c) Factores Externos de los Resultados: Son los acontecimientos, las condiciones o decisiones que tiene que ocurrir para
que los resultados del proyecto alcancen el propósito para el cual se llevaron a cabo
d) Factores Externos de las Actividades: Son los acontecimientos, condiciones o decisiones (fuera del control del
proyecto), que tienen que suceder para completar los resultados del proyecto.
SUBTEMA: 2.- ELEMENTOS EN LA ELABORACIÓN DE UN PROYECTO
Una vez se tiene una idea de un proyecto, se debe dividir en las fases necesarias para desarrollarlo. Esto ayudará a la gestión
ordenada del mismo y reforzar la concepción del proyecto como algo realizable.

1. Fases de diseño y planificación


Una vez terminadas estas fases se contará con un documento que recoja los elementos esenciales para que la ejecución del
proyecto se ponga en marcha, o bien pueda presentarse el proyecto a un concurso o licitación. En la fase de definición se
obtendrá un documento donde se recogerán los siguientes puntos:
- Los OBJETIVOS del proyecto
- Los RIESGOS analizados en la fase anterior
- La INFORMACIÓN recopilada referente al proyecto
- Los LÍMITES del proyecto

Esta información sirve de base para proceder a la definición de las tareas a realizar en la fase de planificación. Es en esta
fase donde se desarrollará la memoria técnica y económica del proyecto en un documento que recogerá los siguientes
puntos:
- Tareas a realizar - Recursos humanos necesarios (perfiles y número) - Presupuesto Política de seguimiento
- Duración de las tareas - Recursos materiales - Informes a realizar durante el
- Hitos - Cronograma proyecto (no siempre son
necesarios)
El método de trabajo deberá de seguir una línea uniforme de actuación que garantice el correcto funcionamiento y
cohesión de todas las personas que integren el equipo de trabajo.

Fase 3: Seguimiento y control del proyecto


Un punto ineludible para poder completar correctamente la etapa de realización de cualquier proyecto es que
estén activados los mecanismos de seguimiento y control del trabajo. Una comunicación interna fluida  puede ser uno de
los puntos clave; un informe diario de progresos, problemas o riesgos ayuda a no desviarse de los objetivos y a asegurar
el normal desarrollo de todas las labores. El intercambio de información entre todos los miembros del proyecto ayudará
también a que las acciones se realicen con ese extra necesario de inteligencia colectiva.

Fase 4: Implementación del plan


Este es el momento en el que se concreta todo el desarrollo, en el que se sintetizan todas las labores, en un producto o
servicio final.
Es necesario disponer de los recursos necesarios (económicos y humanos) para realizar con seguridad el proceso de
implementación. Hay que traducir de forma efectiva, sin riesgos que pongan en peligro todo lo que se ha trabajado en las
fases anteriores.

Fase 5: Medición de impacto y cierre del proyecto


Una vez acabada e implementada toda la actividad, hay que realizar una revisión y valoración del resultado final.
Corregir los errores ayudará a mejorar y conocer en qué puntos se ha realizado una buena labor y en cuáles se debe
mejorar. El éxito del siguiente proyecto dependerá también de haber cumplido con diligencia esta fase.
Fases de ejecución, seguimiento y control
El documento base y sobre el que se va a trabajar en estas etapas es el de la memoria del proyecto. Es muy importante
durante estas etapas recopilar información sobre todos los eventos que sucedan. Se deberá recoger información sobre:
- PROBLEMAS acaecidos.
- MODIFICACIONES realizadas
- PARTICIPANTES en el proyecto.
- MODO DE ACTUACIÓN durante el proyecto (reglas de juego).
- ACTAS de las reuniones y los temas tratados. Etc.

La información que se genera en estas etapas va a servir para justificar posibles retrasos o desviaciones de los objetivos de
una manera documentada y sólida, sin dar pie a subjetividades. Lo ideal sería ir realizando en estas etapas un histórico de
las incidencias acaecidas durante el proyecto. Este histórico tendrá una doble finalidad:
- Recopilatorio de datos sobre la ejecución del proyecto que nos servirá para realizar el informe final que deberemos
presentar con los resultados del proyecto.
- Fuente de información para otros proyectos, es decir, si en futuros proyectos debemos realizar actividades o acciones
parecidas a las ejecutadas en este proyecto, podremos consultar el progreso de esta actividad y ver su evolución. Si la
actividad ha sufrido cambios, por ejemplo en su duración, nos servirá como punto de partida para una próxima
planificación.

El resultado final de todo proyecto debe ir acompañado de una memoria de actividades o informe final en el que se recojan
las actividades realizadas, su progresión, los participantes, desviaciones, etc. Este informe estará compuesto por:
- Documentos que describan la ejecución del proyecto.
- Resumen de problemas encontrados y decisiones tomadas.
- Conclusiones generales.

Dependiendo de dónde se presente el proyecto, es decir, si está financiado o cofinanciado por una entidad pública, puede
ser que esta memoria final tenga unos requerimientos determinados especificados por la institución.

Fases de evaluación y cierre


Como se ha comentado anteriormente, cuando se termina el proyecto hay que hacer una evaluación y cierre del mismo.
Esta fase conlleva la generación de documentación que aportará una visión del nivel de logro del proyecto, es decir, hasta
qué punto se han conseguido los objetivos planteados, tanto a nivel de producto o servicio como a nivel de realización. En
esta fase deberá desarrollarse la memoria final del proyecto. Esta memoria recoge los aspectos técnicos, económicos,
organizativos, etc. referente al producto/prototipo elaborado. Contará entre otros con los siguientes apartados:

- Objetivos planteados
- Objetivos alcanzados
- Resultado del trabajo
- Información técnica sobre el producto/s o información sobre el servicio prestado.
- Modo de funcionamiento durante el proyecto
- Conclusiones
Finalmente, como documentación a elaborar y aportar en el cierre del proyecto está la justificación económica. Esta es
especialmente importante en aquellos proyectos en los que se haya contado con una subvención de la administración
pública u organismo privado (o se haya accedido a un concurso público de prestación de servicios) y sea necesario
detallar cómo se ha gestionado dicha subvención, qué gastos se han realizado y aportar documentación que los justifique
(facturas, nóminas…).

Sistemas de archivo
Como se ha visto hasta ahora, durante el proyecto se genera mucha documentación y por muchas personas diferentes.
Esto puede llegar a ser un caos: documentos duplicados, versiones incontroladas, pérdida de documentos, etc. Para la
buena gestión de la documentación es necesario que ésta esté centralizada, organizada y controlada. Un sistema de
archivo debe ser sencillo, de forma que todos los integrantes del equipo lo dominen con facilidad; no debe ser nada
complicado y que genere dificultad, para que sea adoptado por todos y no sea rechazado. El sistema de archivo puede ser
físico o informático. El soporte documental debe cumplir dos condiciones:

- Diseñar o permitir la existencia de documentos para contener y conservar informaciones necesarias para la buena
gestión del proyecto.
- Disponer de un sistema simple y eficaz de archivo que permita un buen acceso a la información.
SUBTEMA: 3.- DIAGNOSTICO, ANÁLISIS DE LA REALIDAD

Cuando detectan algún problema, las personas recogen información para poder tomar decisiones que les permitan
enfrentarlo de la mejor manera posible. Del mismo modo, realizadas las acciones que consideraron oportunas en su
momento, suelen reflexionar sobre el acierto o el error en que incurrieron al actuar como lo hicieron. De esta forma están
diagnosticando acciones y obteniendo información para ajustar su comportamiento futuro. Son evaluaciones que suelen
estar teñidas de subjetividad y que se realizan, en la mayoría de los casos, con información insuficiente y mediante una
reflexión asistemática. Con la objetividad se intenta captar la realidad, mediante procedimientos que eviten que las ideas
preconcebidas e incluso los intereses afecten los resultados de la evaluación. La información debe ser suficiente y no
necesariamente “ completa” . La pretensión de exhaustividad suele ser, en muchas ocasiones, inconveniente y, por tanto,
debe ser evitada. Se requiere un balance adecuado entre lo ideal y lo viable, considerando si se justifica la mayor
exhaustividad de la evaluación en función de los resultados a obtener. Se ha dicho que “ un presupuesto limitado impone
restricciones inevitables en materia de cuánto puede estudiarse y durante cuánto tiempo. Así, pues, los métodos evaluativos
representan a menudo una transacción entre lo ideal y lo factible” (Weiss, 1982: 22). La validez exige que los instrumentos
utilizados midan realmente lo que se intenta medir.
La confiabilidad tiene que ver con la calidad y estabilidad de la información y, consecuentemente, de los resultados
obtenidos. La calidad hace referencia a que la información debe ser adecuada al uso que se hará de ella. La estabilidad
pretende que los resultados no varíen con el evaluador, con la manera en que se efectúa la evaluación, o con el instrumental
utilizado. De esta manera, la calidad de la información es condición necesaria mientras que la estabilidad resulta condición
suficiente para la confiabilidad.
Didácticamente hablando, el diagnóstico constituye la segunda fase del método y se define como nexo entre la recogida
de información (investigación) y la intervención planificada del o la profesional. En primer lugar diremos que, con
relación a las aportaciones que los diferentes autores realizan sobre el resto de fases del método, se constata un menor
desarrollo conceptual y metodológico de esta fase de Diagnóstico. Es decir, a pesar de que podemos observar que los
autores definen el diagnóstico como parte del proceso metodológico, ofrecen un escaso desarrollo al compararlo con las
elaboraciones del resto de fases, con las cuales en ocasiones se confunde e incluso integra, eliminando así su carácter de
nexo. Observamos una disociación entre teoría y práctica al analizar el tema. Probablemente sea ésta la fase más
complicada de elaborar por el trabajador y trabajadora social, dada su complejidad. Coincidimos con Mª. J. Escartín, M.
Palomar y E. Suárez, cuando dicen que «el diagnóstico como tal, es un procedimiento poco tratado en la disciplina de
Trabajo Social. Su uso —en ocasiones pobre y restrictivo, como mera descripción de hechos, de causas y efectos, de
tipologías de problemas o de personas—, ha hecho más difícil el entendimiento de esta etapa». En este sentido
entendemos el diagnóstico como una debilidad profesional y estamos de acuerdo con C. de Robertis, cuando plantea la
necesidad de reforzar nuestra competencia técnica en materia de diagnóstico social. La autora considera que el
diagnóstico social confiere garantía de autonomía técnica y que junto a la evaluación, ambos conforman «los pilares de la
afirmación de la profesionalidad del trabajador social y el camino certero del reconocimiento del rol de experto». En
cuanto a la naturaleza y precisiones conceptuales del diagnóstico, autores como Aguilar y Ander-Egg han realizado un
esfuerzo importante, pretendiendo además desarrollar instrumentos metodológicos e instrumentales, así como
procedimentales y técnicos.
Califican el diagnóstico como una de las fases iniciales y fundamentales del proceso de intervención y subrayan las
aportaciones del proceso metodológico médico o clínico, al considerar elementos comunes entre diagnóstico social y
diagnóstico médico, entre ellos el estudio y valoración de los síntomas como base de un tratamiento, la necesaria
consideración de la vivencia del paciente y en muchas ocasiones, la necesaria implicación en el proceso de diferentes
profesionales. Estos elementos se han constituido en punto de referencia y arranque del proceso metodológico en
Trabajo Social. De hecho los primeros enunciados sobre diagnóstico de autores como Perlman, hablan de «diagnóstico
clínico». En este sentido, observamos también la influencia de la medicina en el planteamiento metodológico de M.
Richmond. Destacamos de nuevo, la aportación metodológica de M. Richmond, recogida en sus libros «Trabajo Social
de casos» y «Diagnóstico Social», que consideramos clave y referente para los y las profesionales de Trabajo Social. La
autora plantea la primera propuesta metodológica sistematizada, la primera aportación técnica y científica para el
Trabajo Social, contribuyendo así a la configuración del Trabajo Social de casos. El diagnóstico según M. Richmond debe
recoger todos aquellos aspectos significativos que dificulten el desarrollo personal y/o social de la persona y lo define
como «el intento de efectuar con la mayor precisión posible una definición de la situación y personalidad de un ser
humano con alguna carencia social», todo ello considerando las personas con las que interactúa y las diferentes
instituciones que ofrece la comunidad. Pretendiendo una exposición somera de la evolución que observamos con
relación al Diagnóstico, acercamos la reflexión realizada en el X Congreso de Trabajo Social, por M.ª L. Blanco y M.ª D.
García Hernández. Presentan un análisis de tipologías de diagnósticos, ofreciendo una perspectiva evolutiva en su
clasificación, relacionándolos a veces con los modelos, asociándolos a un paradigma y en otros casos de un modo más o
menos autónomo.
Según las autoras, los diagnósticos se comprenden en los siguientes términos: 1. El diagnóstico clínico: influenciado por
la Medicina y la Psiquiatría, en los comienzos del Trabajo Social, se aplicó sobre todo en el Trabajo Social de casos (Case
Work), Se centra en vertientes intrapersonales. Este tipo de diagnóstico y sus derivaciones está más relacionado con el
paradigma biologicista-médico. 2. El diagnóstico social y psicoterapéutico: exponente de esta propuesta es Mary
Richmond, que integra aspectos clínicos, psiquiátricos, psicológicos y sociológicos y se acerca y pone las bases para un
paradigma integrador en la Intervención Social. Se centra en las vertientes sociales. 3. El diagnóstico administrativo: el
Trabajo Social también ha estado unido históricamente al estudio de los recursos sociales. Analiza las vertientes
infraestructurales. A esta información y conocimiento de los recursos sociales, sobre todo los de carácter institucional e
infraestructural, podemos denominar como diagnóstico administrativo. Este tipo de diagnóstico está más relacionado
con el paradigma administrativo y/o funcionarial, que podríamos también denominar paradigma jurídico-formal o
paradigma burocrático. 4. El diagnóstico ideológico y el diagnóstico estratégico: enmarcado dentro del paradigma
crítico (supone denuncia estructural y compromiso político). Centra las vertientes políticas: «El Diagnóstico estratégico,
define la propuesta estratégica y el Diagnóstico ideológico realiza la propuesta o se toma la decisión». 5. El diagnóstico
comunitario: Marco Marchioni es el pionero y máximo exponente. El diagnóstico comunitario es científico y
participativo, y supone tener en cuenta de una manera dinámica los siguientes elementos estructurales de una
comunidad: el territorio, la población, las necesidades, las demandas y los recursos. Supone poner los acentos en la
prevención y en la promoción. Podemos decir que el diagnóstico comunitario se apoya en paradigmas como el
científico, el crítico y el relacional o participativo.
6. El diagnóstico sistémico: con el desarrollo de las teorías y modelos sistémicos y el auge de la terapia familiar
sistémica, el Trabajo Social incorpora sus aportaciones tanto al diagnóstico como al tratamiento. 7. El diagnóstico
ecológico y el análisis de las redes relacionales: integra las miradas del «interno» y del «entorno». El trabajo en red es el
elemento necesario. 8. El diagnóstico socio-afectivo: reconoce las interdependencias internas y externas y además de
las vertientes intrapersonales, las vertientes infraestructurales, las vertientes sociales; las vertientes políticas y las
vertientes relacionales, con uno mismo, con los otros y fuera y dentro de las organizaciones. El diagnóstico que llama
socioafectivo se enmarcaría en un paradigma relacional y por tanto construccionista. 9. Diagnóstico integrador: las
autoras defienden hoy la tendencia hacia lo que denominan diagnóstico integrador, considerando que el momento
histórico de globalización, de complejidad, de incertidumbres, así lo requiere Este planteamiento supone la
incorporación de aspectos de los diferentes diagnósticos descritos y plantea poner el acento en cada uno de ellos en
función de la realidad que se trabaje en cada momento. Coincidimos con ellas en esta propuesta ecléctica, apuntando
que esta perspectiva integradora exige nuevas visiones, nueva formación y nuevas estrategias de intervención
profesional y social. Centrándonos en el análisis del concepto que habíamos iniciado, hacemos notar que palabras como
interpretación diagnóstica, valoración técnico-científica, opinión profesional, juicio técnico, etc., se utilizan en ocasiones
como sinónimos de diagnóstico y subrayamos la identificación del diagnostico con la definición-interpretación que de la
situación-problema realiza el trabajador y trabajadora social. En esta línea C. de Robertis97 dice que la elaboración de
un diagnóstico supone «pasar por las tres «C»: conocer, clarificar y comprender».
Con la pretensión de analizar y comprender mejor el término, ilustramos la exposición con algunas definiciones que
aportan autores significativos en la reflexión en torno al Diagnóstico:

Un clásico en el análisis metodológico como E. Ander Egg98 define el diagnóstico como «el procedimiento por el cual se
establece la naturaleza y magnitud de las necesidades y problemas que afectan al aspecto, sector o situación de la
realidad social que es motivo de estudio investigación con objeto de programar y realizar una acción», el autor
considera que es la conclusión del estudio «expresada en un juicio comparativo con una situación dada». En esta línea
una aportación interesante la encontramos en M.ª T. Quintero, quien precisa que el diagnóstico es «un proceso de
elaboración y sistematización de la información, que requiere conocer y comprender los problemas y necesidades
dentro de un contexto determinado, sus causas y evolución a lo largo del tiempo, así como los factores condicionantes y
de riesgo y sus tendencias previsibles, permitiendo una discriminación de los mismos según su importancia de cara al
establecimiento de prioridades y estrategias de intervención, de manera que puedan determinarse de antemano su
grado de visibilidad y factibilidad, considerando tanto los medios disponibles como las fuerzas y sectores involucradas
en las mismas». Destacamos también la definición de N. Alwin de Barros que define el diagnóstico como «un proceso de
medición e interpretación que ayuda a identificar situaciones, problemas y factores causales (…) que explican una
realidad determinada para programar una acción transformadora», considerando que el objetivo principal es aportar
los elementos que expliquen una realidad determinada para programar una acción. Por ello se plantea «una
jerarquización de los problemas de acuerdo a criterios determinados, un estudio en profundidad de los problemas que
el trabajador y trabajadora social va a abordar y un pronóstico del desarrollo que tendrá la situación si no se
interviene».
Todo ello nos lleva a subrayar el interés práctico del Diagnóstico, que va más allá del conocimiento, supone una reflexión
sobre los datos recogidos, una sistematización, análisis, interpretación e interrelación. De este modo, los datos se
transforman en información para el trabajador y la trabajadora social y se constituyen en base de las acciones a
desarrollar sobre las necesidades detectadas. Por tanto, diremos que el diagnóstico nos ayuda a conocer e interpretar
las situaciones problema con que nos encontramos y nos permite orientar la acción, marcando estrategias de
intervención. La ausencia diagnóstica incide en el resto del proceso, en la definición del proyecto de trabajo a plantear
con la persona, en la propia intervención y evidentemente en la evaluación del proceso. Las consideraciones expuestas
hasta ahora, están presentes en la herramienta de diagnóstico social e intervención, pero resulta especialmente
significativa para nosotros la aportación de M.ª T. Quintero, en cuanto que plantea la necesaria construcción de un
modelo referencial para la elaboración de diagnósticos. En palabras de la autora, diremos que el diagnóstico se define
como «un juicio comparativo de una situación dada con otra situación dada. Se trata de definir la situación que
deseamos conocer y transformar, teniendo algún punto comparativo de referencia, pauta o modelo, es decir si
valoramos una situación como deficitaria es porque la comparamos con otra que es adecuada».

Siguiendo su aportación, diremos que el juicio valorativo que constituye el diagnóstico se puede formular en base a tres
procedimientos:
1. Por analogía: el o la profesional compara la situación con otra similar, análoga, ya conocida para él o ella, por tanto
este procedimiento se basa en el grado de experiencia profesional de el trabajador y la trabajadora social, quien en
base a la reiteración, define subjetivamente factores significativamente válidos, elaborando el referente mediante un
procedimiento inductivo. Por tanto, en este caso, el diagnóstico siempre dependerá de cada profesional.
Evidentemente no dudando de la capacidad intuitiva de cada profesional, deberíamos superar este planteamiento que
parte del sentido común y que carece de base científica.
2. Por comprensión: en cuanto que se compara con una situación que suponemos. Constatamos la ausencia de un marco
teórico referencial y la escasa rigurosidad científica de este planteamiento, a pesar de que este procedimiento
reafirma los principios básicos del Trabajo Social, tal como individualización y empatía. Este diagnóstico se convierte en
una valoración e interpretación profesional en base a la comprensión de la necesidad y potencialidades del sujeto, por
ello, la subjetividad del profesional es un claro determinante, al igual que su capacidad empática.
3. Por modelos: se trataría de compararlo con situaciones implícitas o explícitamente formuladas. Este procedimiento
propone comparar situaciones-problema con situaciones previamente definidas, referentes de un juicio objetivo, lo
que permite delimitar necesidades y carencias pero también potencialidades.
Considerando los diferentes procedimientos, es evidente que la intuición profesional y la comprensión empática del
trabajador y trabajadora social son elementos imprescindibles para un diagnóstico, pero no es suficiente. Medir una
situación en base a un modelo de referencia, permite un análisis más objetivo y un carácter más científico.
Precisamente consideramos que es ésta la funcionalidad principal que aporta esta herramienta de diagnóstico social e
intervención, en cuanto a que la situación de la persona —reflejada en informaciones relativas a diferentes aspectos de
las posibles dimensiones a analizar para realizar un diagnóstico—, es comparada con un modelo de referencia, que
previamente han definido de un modo consensuado los trabajadores y trabajadoras sociales del grupo de trabajo de
esta herramienta. De este modo la herramienta se considera punto de referencia, pauta o modelo para los y las
profesionales, ya que permite calificar las situaciones analizadas como adecuadas o deficitarias. En este sentido la
herramienta ofrece lo que considera Mª T. Quintero como «una imagen estructurada del deber ser», planteando para
cada dimensión lo que entendemos como situación adecuada. Por tanto, la herramienta constituye un modelo de
referencia, base de comparaciones de las situaciones vividas por las personas atendidas por el trabajador y la
trabajadora social. Consideramos que es imprescindible un marco de referencia consensuado que ayude a superar la
improvisación y subjetividad en el análisis, favoreciendo con ello la rigurosidad científica y objetividad en sus
interpretaciones.
El planteamiento del diagnóstico exige el análisis de las diferentes variables intervinientes y así considerar la relevancia
de los factores implicados en la situación problema, pretendiendo la integración y análisis conjunto. El diagnóstico es
algo más que un listado de problemas ante el cual se establecen prioridades, exige el análisis de los problemas, la
valoración de las carencias y la consideración de las potencialidades, superando la pura descripción e interpretando
conjuntamente con la persona su situación. Todo ello permite superar la inmediatez y la improvisación.
La herramienta de diagnóstico que presentamos, contempla las siguientes características:
a) El diagnóstico se define como procedimiento de sistematización de datos e información, que pretende definir la
naturaleza y magnitud de la situación-problema y permite establecer criterios de jerarquización de intervenciones.
Posibilita la explicación de los hechos y datos recogidos, base del planteamiento de acciones, de acuerdo a objetivos
profesionalmente definidos y claramente relacionados con la capacidad de cambio del sujeto, pero también con
aquellos factores que condicionan u obstaculizan la aproximación al modelo de referencia.
b) Desde los primeros contactos con la persona, se empiezan a perfilar posibles hipótesis diagnósticas que se irán
confirmando o rechazando a medida que vamos avanzando un trabajo conjunto con la persona y tengamos un mayor
conocimiento de los hechos. En este sentido, se trata de un instrumento abierto a la incorporación de datos, en cuanto
que la información sobre la situación-problema se obtiene gradualmente, pudiendo observar lagunas que es necesario
completar progresivamente, siempre a criterio del o la profesional. Es evidente que la interacción entre el trabajador o
trabajadora social y la persona permite, de un modo progresivo, obtener mayor información. Será el o la profesional
quien decida obtener la información que nos permita conocer y comprender la situación, la información que considera
relevante y significativa para el momento de la intervención en que se encuentre.
c) Se ofrece una definición dinámica del diagnóstico, en cuanto que ningún diagnóstico es definitivo, ya que se trata de
un proceso. La herramienta permite la realización de un análisis sincrónico de la situación-problema que abordamos, a
modo de fotografía, pero simultáneamente ofrece la posibilidad de contemplar los cambios en la situación de la
persona, lo cual exige reformular el diagnóstico. La herramienta, por tanto, ofrece la posibilidad de obtener más de un
diagnóstico de esa persona, siempre a criterio del o de la profesional.
d) En este planteamiento, donde la herramienta se plantea como instrumento de intervención, debemos tener en
cuenta que junto a la definición y valoración de la situación actual de la persona, es imprescindible conocer los
antecedentes de la situación personal y familiar, por lo que se incluye la historia socio-familiar, que recoge la historia
y dinámica familiar, completando la información sobre el individuo y/o familia sobre la que intervenimos.
e) El diagnóstico de la situación debe contemplar junto a la definición-valoración de problemas o puntos débiles, las
potencialidades del sujeto, las fortalezas. Ambos deben ser tenidas en cuenta en la intervención. En este proceso
metodológico, el diagnóstico cobra un especial interés destacando la importancia de trabajar no sólo sobre factores
de riesgo, sino desde la consideración de factores compensadores, contenedores o protectores que actúen en la
emergencia del problema. La consideración de estos elementos nos permite trabajar en prevención positiva,
concepto utilizado por F. Casas, que supone trabajar actitudes y motivaciones de los sujetos. Recogemos las
aportaciones de Damián Salcedo cuando dice que todas las formas de ayuda a las personas tienen un denominador
común: «Mejorar su capacidad de elegir». Así es posible distinguir dos aspectos del bienestar, por una parte el éxito
en la consecución de los objetivos, y por otra, la capacidad de elección de esos objetivos. El autor entiende que el
bienestar no depende únicamente de obtener lo que se quiere, sino que también es importante el modo de
conseguirlo, considerando que el objetivo último es conseguir una persona autónoma, cuyo perfil sería el de una
persona que tiene la capacidad y la oportunidad de elegir y de conseguir lo que ha elegido.
f) En la definición es indispensable la participación de la persona, su propia valoración de la situación. La coincidencia
con la valoración del profesional, nos permite su consideración en el proceso de negociación con la persona.
g) La Herramienta incorpora la definición de un pronóstico, ofreciendo pautas al profesional para su consideración.
Estos elementos permitirán al profesional valorar que ocurrirá con la situación de esa persona en caso de no
intervenir. El pronóstico, entendido como predicción de acontecimientos, abre vías de intervención al profesional.
La herramienta de diagnóstico social e intervención, considera la intervención desde una perspectiva micro y macro, en
cuanto que:
• La herramienta está concebida como instrumento de intervención individual-familiar, permite trabajar sobre
potencialidades y oportunidades, donde los recursos personales, las redes informales y los recursos sociales son
elementos a combinar en la intervención.
• La herramienta permite, mediante el análisis estadístico, obtener una perspectiva colectiva de los problemas que
abordan los y las profesionales, ofreciendo una visión de la problemática social atendida en los servicios sociales, lo cual
debe convertirse en base de toda política social que pretenda responder y adecuarse a los problemas y demandas reales
de la población a la que se dirige. La herramienta, mediante la selección de indicadores, permite identificar necesidades y
oportunidades, y posibilita el paso de una visión micro a otra visión macro, en cuanto que pretende «una valoración
diagnóstica que refleje las demandas y las necesidades y permita elaborar un mapa de necesidades sociales que las
englobe». Además, a partir de una recogida de información sistemática y precisa, analizando las diversas variables
intervinientes en dicha realidad, se podrán plantear y desarrollar desde el ámbito profesional programas preventivos. Esto
es, trabajar en el ámbito de la prevención primaria, y prevención positiva, a través de las redes formales e informales de la
persona y la familia. Estamos convencidos de que la utilización de esta herramienta de diagnóstico social e intervención, va
a constituirse en un elemento muy útil para realizar este trabajo La base para la realización de un buen diagnóstico esta
relacionada con el conocimiento y la formación obtenida desde un punto de vista académico y profesional, evidentemente
serán necesarias nuevas visiones, nuevas formaciones y nuevas estrategias de intervención. Aun siendo la base teórica
imprescindible, no podemos menospreciar que la experiencia personal y profesional es esencial en el proceso.
Dicho de otro modo, la competencia técnica y social del profesional, son elementos esenciales para un correcto
desarrollo del proceso de diagnóstico e intervención profesional. Para finalizar, concluimos diciendo que
consideramos que el trabajador y trabajadora social encuentran dificultades prácticas para la elaboración de
diagnósticos, en cuanto a la carga de subjetividad en la valoración de la situación-problema que aborda, ya que la
interpretación diagnóstica depende de la capacidad empática del profesional y está sujeta a la intuición profesional
y a cargo de su experiencia.

La utilización generalizada de esta herramienta de diagnóstico social e intervención por los trabajadores y
trabajadoras de los Servicios Sociales de base, conllevará la generación de un sistema de información integral sobre
los usuarios de los Servicios Sociales de Base, sus necesidades, y sus demandas. También podrá extraerse la carga
de trabajo de los Servicios Sociales de Base y los recursos humanos técnicos y económicos necesarios y todo ello
puede redundar en un adecuado servicio a las ciudadanas y ciudadanos de este país. La construcción de esta
herramienta de diagnóstico social es un proceso abierto, una realidad abierta e inacabada. Invitamos a los y las
profesionales del Trabajo Social a aportar su experiencia y plantear propuestas de mejora, que permitan una mayor
y mejor adecuación de esta herramienta a la realidad social y a la práctica profesional.
SUBTEMA: 4.- APLICACIÓN
En esta etapa se desarrolla lo planeado. Los equipos se ocupan de luchar por la consecución de sus objetivos, los
recursos se consumen controladamente y el papel del Project Manager en una de las etapas de un proyecto social más
determinantes para su resultado es orquestar todos los movimientos para que el esfuerzo concluya en un resultado
satisfactorio.

Aplicación del Proyecto


•Sensibilización. Consiste en tomarse un tiempo antes de la ejecución para conectar con los miembros de la comunidad y
explicarles que serán parte de una iniciativa que busca ayudarlos a mejorar su calidad de vida.
•Detección de minorías activas. Es posible que, en una comunidad, haya personas de grupos étnicos o demográficos
distintos a la mayoría. Es bueno que sepas quiénes son y cómo interactúan con sus vecinos, tal vez necesites emplear
técnicas diferentes con ellos. 
•Capacitación del personal voluntario. A menudo, un proyecto de gestión social incluye la participación de voluntarios.
Quienes estén dispuestos a brindar apoyo deben estar familiarizados con los objetivos de la intervención, los obstáculos
que viven día a día los miembros de la localidad, costumbres o tradiciones, creencias y hasta formas de hablar. 
•Cohesión grupal. Se trata de promover un espíritu de unidad y ayuda mutua para que el desarrollo del proyecto se dé sin
complicaciones. Una buena estrategia es organizar un evento de apertura o lanzamiento.
• Una de las características fundamentales de un Proyecto es que posee un plazo de realización (inicio y finalización),
en base al cual se realiza la planificación inicial.
• Nuestra obligación, como gestores del proyecto, es intentar respetar al máximo estas fechas, y variarlas sólo si
resulta imprescindible.
• Los plazos pueden verse afectados por diversas circunstancias, internas y externas al proyecto.
• También estas últimas deben ser gestionadas (como riesgos) en la medida de nuestras posibilidades.
• El cumplimiento de los plazos es, en la mayoría de los proyectos, un factor clave del éxito.
• Se recomienda establecer reuniones semanales de revisión de objetivos con el equipo de trabajo.

La ejecución cumple con las actividades que permiten el logro de los objetivos, mientras que el monitoreo o
seguimiento mide y, de alguna manera, controla, la forma cómo se están gestionando las actividades, para determinar
las anomalías que puedan estar surgiendo y corregirlas a tiempo. 
 
EJECUCIÓN DEL PROYECTO.
La ejecución del proyecto consiste en realizar o darle cumplimiento a cada una de las actividades previstas en la Matriz
de Planificación del Proyecto, según detalle hecho en el presupuesto de la intervención. Podría considerarse la fase de
mayor importancia dentro de todo el ciclo de gestión, dado que es la que tiene la vinculación directa con toda la
población beneficiaria e involucrada directa e indirectamente.
Esta etapa del Ciclo del Proyecto va necesariamente unida al Monitoreo o Seguimiento–que veremos a continuación- hasta
el punto de no poder existir la una sin la otra. Para poder hacer el monitoreo de una intervención, tiene que ejecutarse el
proyecto; pero no puede darse una ejecución de calidad, si no se le hace monitoreo o seguimiento de forma  que permita
retroalimentar las acciones de la ejecución, según LARA GONZÀLEZ (2005).
La Ejecución se materializa en un plan que recibe el nombre de Plan Operativo, herramienta de gestión donde las
actividades se coordinan entre sí, se establece su secuencia cronológica y los recursos empleados para su desarrollo. El Plan
Operativo se elabora para ser ejecutado en un lapso determinado, generalmente un año, razón por la cual también se le
conoce como Plan Operativo Anual. El Plan Operativo no forma parte del Marco Lógico, pero posibilita el monitoreo
(seguimiento) de los procesos y actividades, así  como el cumplimiento de las metas definidas, a partir de las cuales se
realizará el Presupuesto del proyecto.

Pasos para la estructuración del Plan Operativo.

Para la estructuración del Plan Operativo, se seguirán los siguientes pasos:


•Vincular las actividades a ser desarrolladas con los objetivos definidos.
Cada actividad o grupo de actividades que se incluye en el Plan Operativo debe estar dirigida al cumplimiento de uno o
varios objetivos. Para ello, el EQUIPO DEL OBSERVATORIO DEL TERCER SECTOR DE BIZKAIA (2010) aconseja elaborar un
cuadro como el siguiente, en el cual se enumeran las actividades y los objetivos generales y específicos a los cuales se
vinculan.
•  Elaborar el Calendario de Actividades.
Las actividades a ejecutar para alcanzar las metas físicas (unidad de medida de cada actividad) y objetivos propuestos,
deben indicarse de manera concreta y precisa, ordenándolas en un cronograma o diagrama, de manera que el
encadenamiento de las mismas no sufra desajustes graves, que influyan negativamente en la realización del proyecto.
Cuando se utiliza la metodología del Marco Lógico, las actividades contempladas en el Plan Operativo responden a un
Componente del proyecto, de acuerdo a la descripción hecha en la Matriz de Planificación .
Las actividades se presentan en un diagrama, denominado Calendario de Actividades, el cual se elabora sobre la base del
diagrama de GANTT, uno de los más utilizados para proyectos pequeños como los comunitarios. En este diagrama se
describe someramente la actividad y una escala de tiempo para indicar la duración de su ejecución, en una matriz de doble
entrada, en la que se indica en el encabezado de columnas, la escala de tiempo, definida en términos del lapso más
adecuado para el trabajo que  se va a ejecutar: hora, día, semana, mes, etc. En el encabezado de filas, se colocan las
actividades que constituyen el trabajo a ejecutar. No obstante, para construir el diagrama, se tomará en cuenta el
cronograma de desembolsos, esto es, la cuantificación de los recursos financieros, que se deberán desembolsar durante la
ejecución del proyecto, a fin de alcanzar los objetivos planteados establecidos en un lapso determinado.
Un proceso sencillo para elaborar un diagrama de GANTT, consiste en tres pasos:
•Se hace una lista de actividades ordenadas por cada Componente, según han de ser ejecutadas o realizadas, partiendo de
la más inmediata o inicial - antes de ella no hay otra-, y terminando con aquella más allá de la cual no hay más actividades o
actividad final. Para ello se utiliza como base de información, la Matriz de Planificación del Proyecto.
•Se construyen barras horizontales (una para cada actividad), cuya longitud es proporcional a la duración de la ejecución de
la actividad, según la escala de tiempo seleccionada, tomando en cuenta para ello, la disponibilidad real de recursos tanto
humanos, como técnicos, materiales y financieros, de modo que exista una razonable posibilidad de desarrollar la actividad
en el tiempo previsto.
Las barras se presentan en dos colores: uno para indicar cuánto de la actividad se ha concluido y otro para indicar lo que
falta por concluir. Es por ello, que este calendario proporciona información útil para el Monitoreo del proyecto, al permitir
el cálculo, en porcentaje, de lo ejecutado de cada actividad, en relación con lo previsto, para un momento determinado.
•Se construye el diagrama, teniendo en cuenta que por un convencionalismo aceptado universalmente, a cada mes se le
atribuyen cuatro semanas, siendo una semana, la mínima unidad de tiempo en este tipo de diagrama.
A la hora de ordenar las actividades se pueden plantear dos casos:
•Que la ejecución de algunas actividades se lleve a cabo al mismo tiempo que otras, es decir, que sean simultáneas.
• Que haya una sucesión de actividades, es decir, que para iniciar una actividad, previamente se haya tenido que finalizar
otra.
Es por ello que las actividades se ordenan situando cada una en relación con la anterior y la posterior, indicando cuáles son
simultáneas. No obstante, cuando se ejecuten actividades en forma paralela, bajo una relación de dependencia entre ellas,
se recomienda  utilizar otro tipo de diagrama como el diagrama de PERT.
•Determinar quiénes serán responsables de cada actividad y tarea.
Todo proyecto es llevado a cabo por un grupo de personas, que asume la responsabilidad por el cumplimiento de cada una
de las etapas y fases del ciclo del proyecto. La responsabilidad debe distribuirse equitativamente, de manera que cada
quien tenga claro la actividad que le corresponde desempeñar, el momento en que se realiza y su relación con otras
actividades.  
BIBLIOGRAFÍA
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• http://www.bibliopsi.org/docs/carreras/terapia-ocupacional/METODOLOGIA%20DE%20LA%20INVESTIGACION%20Y%20ESTADISTICA/El
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