Historia de La Esquizofrenia

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HISTORIA DE LA ESQUIZOFRENIA

La esquizofrenia abarca la totalidad de la existencia (no se tiene esquizofrenia,


se es esquizofrénico)

Implica y compromete estructuras elementales de todo lo que asociamos con


aspectos nucleares de nuestra cultura, abandonando el territorio del lenguaje
y los significados compartidos y destruyendo los vínculos interpersonales
De la demencia precoz a la esquizofrenia

El origen del termino demencia precoz se remonta al alienismo francés de


mediados del s XIX. Morel (teoría de la degeneración) presenta casos de
pacientes jóvenes, estereotipias, negativismo y evolución rápida a
demencia. Subtipo de “locura hereditaria”

Años mas tarde Kraepelin amplia el concepto, estableciendo


una entidad nosológica diferenciada y realizando una
descripción sistematica.

Influenciado por ideas de Magnan (teoría de la


predisposición), Moebius (nociones de endógeno exógeno) y
Wundt (método experimental) Hecker ( hebefrenia) y
Kalhbaum (catatonia)
Esto le permite reunir bajo el concepto de Dementia Praecox, a un grupo
de cuadros:
Dementia Praecox (próxima a la H. de Hecker) , Katatonie y Dementia
paranoide

Estableció dos grupos de psicosis endógenas: la psicosis maniaco-depresiva, curable, y


la demencia precoz, incurable.

Posteriormente diferencio dos formas evolutivas de la demencia precoz: la progresiva,


con deterioro permanente, y la que cursaba con brotes y sin un déficit irreversible
.
Aunque la agrupación en una misma enfermedad de formas paranoides con la hebefrenia y la
catatonía parecía forzada desde el punto de vista teórico y fue criticada por los psiquiatras
franceses, Kraepelin creía que se trataba de “un conjunto de cuadros clínicos que tienen la
particularidad común de conducir a estados de un deterioro psíquico característico.

De este modo, instituyó una serie de síntomas deficitarios –deterioro afectivo, apatía,
indiferencia, desorganización del pensamiento, disgregación psíquica, etc.– como las
manifestaciones nucleares de la Dementia praecox, asociadas a un cortejo variable de
síntomas accesorios como ideas delirantes, alucinaciones o trastornos psicomotores

La concepción kraepeliniana tuvo una amplia difusión en las primeras décadas del siglo XX
1911 : Bleuler publica “Demencia precoz o grupo de esquizofrenias”
donde ofrecía una caracterización del cuadro no a partir de su evolución,
sino de lo que consideraba su rasgo psicopatológico fundamental: la
escisión del yo, introduciendo el neologismo “esquizofrenia”

Nueva mirada en la que la clínica –sintomatología y evolución– pasaba a un


segundo plano y la interpretación psicopatológica asumía una importancia
central.
Diferente contexto de observación que Kraepelin: se comunicaba con sus
pacientes en la misma lengua, estableciendo un contacto afectivo y un vinculo
personal

Influencia de Charcot, Freud y Janet : análisis psicológico de la enfermedad mental.


Sin embargo nunca dejó de tener por segura la intervención de causas orgánicas en
su desencadenamiento y dinámica inicial
“Síntomas fundamentales” (cuatro A de Bleuler) :
Trastornos de las Asociaciones (los pacientes operan con ideas y conceptos que no tienen
relación y pierden su continuidad, con asociaciones ilógicas y formalmente incoherentes)
Trastornos afectivos (con gran tendencia al retraimiento y aplanamiento emocional o a la
aparición de una afectividad incongruente)
Ambivalencia (presencia simultánea de pensamientos, sentimientos o actitudes
contradictorias)
Autismo (una manifestación particular y característica consistente en el predominio morboso
de la vida interior sobre la vida de relación).

Estos síntomas eran los constantes y exclusivos del esquizofrénico, pudiendo presentar además
otros más llamativos pero “accesorios” como delirios, alucinaciones, perturbaciones de la memoria
o trastornos del lenguaje.

Cinco formas clínicas, las 3 formas kraepelinianas (paranoide, catatónico y hebefrénico),


añadiendo una forma simple (caracterizada por presentar únicamente los síntomas
fundamentales) y otra “latente”, compensada o paucisintomática
Inspirado en estudios psicométricos de su asistente Jung sobre las
asociaciones de ideas y en las primeras explicaciones de Freud sobre los
mecanismos inconscientes, creía que en la esquizofrenia actuaba una
debilidad asociativa primaria que impedía una integración adecuada de los
contenidos de la conciencia llevando a la desorganización del psiquismo

Con Bleuler la categoría de esquizofrenia asumió una amplitud mucho mayor que la
de la demencia precoz kraepeliniana, con extensión a la práctica totalidad de los
cuadros psicóticos y, por tanto, una problemática generalización de su uso.

En esas circunstancias, la psiquiatría alemana realiza un análisis exhaustivo de la


psicopatología específicamente esquizofrénica y la identificación clínica de aquellos
signos o síntomas que permitieran un diagnóstico más circunscrito y fiable.
Schneider(1887-1967) proporcionó una influyente caracterización de los síntomas
esquizofrénicos.
Elude toda referencia a la evolución o al pronóstico y cree que la mera observación
clínica (desprovista de cualquier consideración teórica) era suficiente para establecer el
diagnóstico

Invirtió la jerarquía entre los síntomas fundamentales y accesorios de Bleuler y aisló


una serie de experiencias psicóticas que denominó de “primer rango” por su utilidad
para detectar la presencia de lo esquizofrénico:

“la sonorización del pensamiento, la audición de voces que opinan y replican al sujeto,
la audición de voces que comentan sus acciones, las experiencias corporales de
influencia, el robo del pensamiento y otras influencias ejercidas sobre el pensamiento,
la difusión del pensamiento, la percepción delirante y la convicción de ser influenciado
en los sentimientos, tendencias y voliciones”
Reconoció que la mayoría de los síntomas de primer rango compartían un rasgo
fenomenológico común: una pérdida de los límites del yo o un aumento mórbido de la
permeabilidad en la barrera entre el yo y el mundo, lo que los alienistas franceses habían
definido como “xenopatía”, la experiencia de la propia actividad psíquica (lenguaje,
pensamientos, sentimientos, intenciones, etc.) como ajena o impuesta.

De este modo Schneider suministró el tercer gran pilar sobre el que sigue descansando en la
actualidad el concepto de esquizofrenia, añadiendo al deterioro kraepeliniano y a la
desorganización bleuleriana los llamados “trastornos del yo como eje central de sus
manifestaciones clínicas
A mediados del siglo XX, lo esencial del concepto clínico de esquizofrenia
había quedado medianamente establecido. De hecho el diagnóstico se sigue
realizando hoy en día recurriendo a criterios inspirados en estos autores.
Ni la introducción de los neurolépticos en la década de 1950, técnicas de
neuroimagen, o estudios genéticos han dado lugar a modificaciones
El análisis del mundo interno y la subjetividad esquizofrénica

Inicialmente descartado por Jaspers (incomprensibilidad de las vivencias psicóticas)


Con el objetivo de lograr una comprensión global del cuadro clínico y de reconstruir “desde dentro” su
experiencia, la psicopatología fenomenológica intenta dotar de inteligibilidad y de entendimiento a las distintas
manifestaciones clínicas. El análisis fenomenológico se ha centrado en dar cuenta de tres órdenes de fenómenos
que conciernen a la vida social, a la vivencia del cuerpo y a los propios contenidos de la conciencia

1927: Minkowski, autismo como trastorno fundamental de la enfermedad. Lo


definió como una “pérdida del contacto vital con la realidad” . Partiendo de la
oposición de Bergson entre el instinto y la inteligencia, pensaba que la
esquizofrenia, implicaba antes que nada un “déficit pragmático” y una alteración
del dinamismo mental derivada de un debilitamiento del “instinto vital” (élan vital).
De este modo, se producía una falla en la conexión intuitiva, espontánea o
prerreflexiva con el mundo y con los demás; acompañado de una “cenestesia
aberrante”, esto es, de una profunda alienación con respecto a la propia vitalidad,
los afectos o las sensaciones de carácter orgánico
Blankenburg publica en 1971 “La pérdida de la evidencia natural”
donde se sirve del concepto de sentido común como elemento para el
análisis de la esquizofrenia paucisintomática, con pocos síntomas,
desde el punto de vista de las anomalías de la intersubjetividad y la
corporalidad.

La cenestesia seria el sentido común que posibilita la síntesis de todas las sensaciones particulares y
dota a la percepción de unidad y coherencia (autoconciencia). Tambien el conocimiento práctico
que nos permite concebir objetos, situaciones o la conducta de otros desde un horizonte
compartido de sentido (evidencia natural o prerreflexiva). Por último, el sentido común apunta
también a la capacidad emocional y cognitiva de conectar y acceder intuitivamente al mundo
interno del otro (“sintonía” de Bleuler).

La autoconciencia sensorial y la percepción integrada del mundo físico y de uno mismo estrechamente
vinculadas con la facultad de aprehender e interpretar adecuadamente las acciones de otros en la esfera
social, resultado de una capacidad de resonancia intercorporal que presupone un “habitar” con plenitud
.
el propio cuerpo y, un sentirse uno mismo como el sujeto de sus percepciones, sensaciones,
pensamientos o actos
la radicalidad de la condición esquizofrénica se derivaría del hecho de implicar una suerte de
liberación del psiquismo de su anclaje corporal.
Bajo influencia del pensamiento de Merleau-Ponty y la distinción entre cuerpo vivido y cuerpo
anatómico (o entre cuerpo-sujeto y cuerpo-objeto), esta visión de la esquizofrenia como un
“desencarnamiento del yo” goza de amplio predicamento

Sass, en los 90s considera la esquizofrenia como un trastorno de la


conciencia del yo caracterizado por dos tipos de distorsiones de la
actividad psíquica:
La “hiperreflexividad” , forma exagerada y aberrante de
autoconciencia que provoca que los sucesos mentales, interiores o
subjetivos sean experimentados de forma similar a los objetos del
mundo físico. De este modo, por ejemplo, las alucinaciones verbales
características de la esquizofrenia consistirían en una objetivación
mórbida de nuestro incesante dialogo interno (contenidos de la
conciencia)
La “disminución de la autoafección” implica un debilitamiento de la vivencia prerreflexiva de
presencia o existencia, que conlleva, una pérdida de la sensación yoica que impregna todos
nuestros pensamientos, percepciones y actos y, en consecuencia, una notoria alienación con
respecto a ellos.

Estas distorsiones se acompañan de anomalías perceptivas derivadas de un desplazamiento en la


explícito-implícito, de manera que el esquizofrénico tiende a percibir como explícitos elementos del
campo perceptivo que habitualmente suelen permanecer implícitos (por ejemplo síntomas
hipocondríacos) o es incapaz de acceder a esa “dimensión tácita” en que mayormente se desenvuelve
nuestra vida psíquica y de relación.
La mirada fenomenológica perfilo los contornos de la experiencia
esquizofrénica en términos alejados de la visión tradicional de la
locura como claudicación “incomprensible” de la razón, revelando el
mundo esquizofrénico como un universo solitario, cerebral, glacial, y
perfectamente adinámico e inerte. Y, en este sentido, no sorprende
que la experiencia esquizofrénica haya sido equiparada a menudo con
la misma conciencia moderna pues ambas tienden a desencarnar el
mundo y sustraerle todo aliento, vitalidad o trascendencia; desplazan
al sujeto más allá de un orden compartido de sentido; y transforman
la vida en un simple mecanismo.
Bibliografia

El Síndrome de Kraepelin-Bleuler-Schneider y la Conciencia Moderna: Una Aproximación a la Historia de la


Esquizofrenia. Enric J. Novella y Rafael Huertas. Clínica y Salud Vol. 21, n.° 3, 2010 - Págs. 205-219

http://scielo.isciii.es/pdf/clinsa/v21n3/v21n3a02.pdf

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