Pasos para Una Buena Comunión
Pasos para Una Buena Comunión
Pasos para Una Buena Comunión
comunión
Saber a quien voy a recibir en la comunión y
deseo de recibirlo con alegría y devoción.
En la Hostia consagrada está realmente presente Jesús, vivo y
resucitado, con su cuerpo, alma y divinidad. Él quiso quedarse
escondido bajo la “apariencia” del pan y el vino para ser
nuestro alimento; Nos llena de alegría y esperanza nuestro
corazón.
Tener limpio nuestro corazón, es decir, en
Gracia
Cuando vamos a comulgar debemos reflexionar cómo
está nuestro corazón para saber si es un lugar digno y
adecuado para recibir a Jesús Eucaristía. Por eso es
conveniente que nos preguntemos: ¿he cometido
algún pecado grave del que no me he arrepentido ni
he confesado al sacerdote?
Puedo comulgar… si me he confesado recientemente
y no he cometido pecado grave, puedo acercarme a
comulgar pidiendo perdón a Dios por los pecados y
faltas que he cometido en este tiempo,
esforzándome por no volver a pecar y rezando el
“acto de contrición”. Procuro vivir en Gracia y tener
limpio mi corazón. No debo comulgar si… he
cometido algún pecado grave (algo malo que
desagrada a Dios y que, sabiendo que era malo, lo
hice de todos modos). Si hace mucho que no me
confieso y reconozco que he ofendido a Dios y a mis
hermanos.
No haber tomado alimentos sólidos o líquidos
por lo menos una hora antes de comulgar
EL AYUNO EUCARÍSTICO: es un tiempo (una hora) en el que
nos privamos de alimentos sólidos o líquidos para disponer
nuestro cuerpo y recibir a Jesús Eucaristía
Comulgar con respeto y devoción.
Debemos tratar de no distraernos mientras
nos acercamos a comulgar y no debemos
perder de vista a quien vamos a recibir
porque es un invitado muy importante para
nosotros:
Procura no ir mirando a todos lados
Trata de no saludar a las personas que
encuentres, (familiares, amigos), ellos
comprenderán que no es momento para
saludos y respetarán tu silencio.
Ayuda mucho participar en lo cantos si te
fijas bien lo que dice la letra. Pues nos ayuda
a disponernos.
Agradecer a Jesús Eucaristía su presencia en
mi corazón.
Una vez que has comulgado vuelve a tu
lugar con devoción y recogimiento.
Piensa que Jesús mismo está dentro de ti
y que es el huésped más importante del
mundo. Al llegar a tu lugar toma una
posición cómoda que te permita
concentrarte para orar; piensa quién
está dentro de ti. No hay nada más real
en el mundo en este momento que la
presencia de Jesús, el Hijo de Dios, en tu
corazón