TRANSFEMINISMO
TRANSFEMINISMO
TRANSFEMINISMO
• LENGUAJE
• UNA CRÍTICA AL FEMINISMO UNIVERSALISTA
• TRANSNACIONAL
LINEAS INTERSECCIONALES
Feminismos de color del tercer-mundo y del
tercer-mundo estadounidense
La disidencia sexual y su desplazamiento geopolítico y epistémico
hacia el sur: del queer al cuir
El movimiento por la des-patologización de las identidades trans y
el movimiento pro-puta, a favor de la des-estigmatización y
legalización del trabajo sexual.
Los devenires minoritarios por diversidad funcional, las migraciones
y la precarización de la economía.
Las tenientes corruptas
Escribo desde las feas, para las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las mal
cogidas, las incogibles, las histéricas, las chifladas, todas las excluidas de la gran feria de
las que están buenas. Y empiezo por ahí ́ para que las cosas sean claras: no me disculpo
de nada, no me vengo a quejar. No cambiaría mi lugar por ningún otro, porque ser
Virginie Despentes me parece que es un negocio mucho más interesante de llevar que
cualquier otro.
Me parece maravilloso que también haya mujeres a las que les gusta seducir, que sepan
seducir, otras que busquen casarse, algunas que huelan a sexo y otras a la merienda de
los niños a la salida de la escuela. Me parece maravilloso que algunas sean muy dulces,
otras se sientan plenas con su feminidad, que haya mujeres jóvenes, hermosísimas, otras
coquetas y radiantes. Sinceramente, estoy muy contenta por todas las que están
conformes con las cosas tales como son. Lo digo sin ironía alguna. Simplemente resulta
que no soy una de ellas. Por supuesto, no escribiría lo que escribo si fuera hermosa, tan
hermosa como para cambiar la actitud de los hombres con los que me cruzo. Hablo
como proletaria de la feminidad, como tal hablé ayer y sigo hablando hoy. Cuando
cobraba el RMI, no sentía vergüenza por estar excluida, tan sólo enojo. Lo mismo como
mujer: no estoy para nada avergonzada de no estar súper buena. En cambio, me da rabia
que como mina que poco les interesa a los hombres, siempre traten de hacerme
entender que ni debería estar acá.́ Siempre existimos. Aunque los hombres, que sólo
imaginan a mujeres con las que quisieran tener sexo, no hayan hablado de nosotras en
sus novelas. Siempre existimos, nunca hablamos.
Porque el ideal de la mujer blanca, atractiva pero no puta, bien casada
pero no relegada, que trabaja pero sin ser muy exitosa, para no
humillar a su hombre, flaca pero no neurótica con la comida, que sigue
indefinidamente joven sin que la desfiguren los cirujanos estéticos, que
se siente plena con ser mamá pero no es acaparada por los pañales y
los deberes de la escuela, buena ama de casa pero no sirvienta
tradicional, culta pero menos que un hombre, esta mujer blanca feliz
que nos ponen siempre frente a los ojos, que deberíamos esmerarnos
para parecernos a ella, más allá de que parece aburrirse mucho por
poca cosa, de todas formas nunca me la crucé, en ningún lugar. Creo
que no existe.