Identidad y Mision Del Catequista
Identidad y Mision Del Catequista
Identidad y Mision Del Catequista
"Antes de formarte en el seno de tu madre ya te conoca; antes de que t nacieras, ya te consagr y te destin a ser profeta de las naciones... "Irs a donde quiera que te enve y proclamars todo lo que yo te mande. No les tengas miedo, porque estar contigo para protegerte, palabra de Yahv
El autor de esta llamada es Dios y nos llama de diferentes maneras: 1.- Nos llama a la EXISTENCIA 2.- Nos llama a ser PERSONAS. 3.- Nos llama a ser CRISTIANOS. Junto con la llamada que nos hace para catequizar, El nos pone los medios, que necesitamos. Algunos naturales (cualidades y dones) que ya traemos y otros que tenemos que aprender, a travs de la formacin permanente.
Qu cualidades debo
aprender responder vocacin?
para esta
Cualidades Humanas: Puntualidad, Amabilidad, Prudencia, Alegra, Comprensin, Sencillez, Paciencia, Disponibilidad, Creatividad, Buena Voluntad, etc.
Cualidades Religiosas: Grande amor a Dios, a los hermanos, a la Sagrada Escritura, una piedad autntica, amor y frecuencia hacia los sacramentos, Fe, Esperanza y Caridad crebles, Testigo convencido de Cristo resucitado, etc.
Cualidades Morales: Amor a los nios, respeto a la conciencia y a la verdad, testimonio moral en la sociedad, etc.
ACTITUDES CRISTIANAS: Estas nos permitirn ser profetas de nuestro tiempo, un buen comunicador del mensaje cristiano. A partir de un encuentro con Jess, todo catequista estar en disponibilidad y actitud de conversin permanente.
Sus actitudes de alegra y esperanza, le ayudarn a superar las dificultades y cansancio propios de las tareas catequsticas.
Su actitud de comunin y espritu de unidad lo llevarn a vivir en continua comunicacin y comunin con sus pastores para ejercer su labor de catequista.
La persona del Catequista requiere de ciertas aptitudes indispensables para el desempeo de su misin. Entre ellas podemos mencionar: las Aptitudes Formativas, las Aptitudes PedaggicasDidcticas y las Aptitudes Sociales.
Aptitudes Formativas: - Profundizar constantemente en las Sagradas Escrituras. - Que se interese por su formacin permanente. - Perseverancia y buena voluntad para estudiar constantemente adems de cursos elementales o bsicos, es necesario asistir a una formacin continua y constante; formarse en los documentos de la Iglesia que hablan sobre catequesis.
Aptitudes Pedaggico-Didcticas:
- Trasmitir el mensaje de la Buena Nueva, lo ms creativo e interesante posible. No basta con dominar todos los conceptos teolgicos, es necesario saber transmitirlos con pedagoga y didctica. - Saber ensear, adaptando al grupo con que se comparte, consciente de que para una pregunta hay que tener diez respuestas. Cuando el catequista sabe poco puede trasmitir errores, dudas y confusiones.
Capaz de cultivar sus dotes externos: expresin del rostro, mmica natural, voz bien articulada, vestuario sencillo, etc.
- Cultivar las aptitudes que le van a ayudar a servir mejor: dibujo, canto, expresiones, etc. - Aptitud para crear, coleccionar y hacer material didctico.
Aptitudes Sociales:
- Ser capaz de relacionarse normalmente con los dems, tanto personalmente como en grupo. - Capacidad para saber escuchar a otros - Capacidad para aprender a conocer, valorar y respetar el ritmo de los otros en sus procesos de fe. - Aptitud para conocer la realidad econmica, poltica y social que vive el pas. - Capaz de trabajar en comunin con el grupo de catequistas. (pastoral de conjunto)
5.- Desde lo personal lograremos: - Una base humana integral y armnica. - Lograr un encuentro profundo con Jess.
1.- OBJETIVOS
Descubrir como creyente la llamada de Dios a un servicio evangelizador entre los nios y jvenes.
Redescubrir el papel que tiene el catequista en la comunidad cristiana, para un mejor servicio en la transmisin de la fe.
4.- ACTIVIDADES PARA EL TEMA DE LA IDENTIDAD. * Tres personas se han preparado de antemano para someter a grupos de catequistas a la experiencia de ser educados segn los tres estilos: - El Autoritario El dejar hacer - El educador. Despus de haber experimentado estas tres maneras y haber sido observadores en los dems, se hace un dilogo en que primero hablan los que estaban con el educador.
1.- Cmo se han sentido? Qu han vivido? Qu les parece ?. Despus hablan los observadores.
2.- Y as se hace con los del segundo y el tercer estilo del educador. 3.- Al final se pueden dar las notas caractersticas de cada estilo que estn propuestas a lo largo de este tema.
Un creyente.
El catequista es alguien que cree en Jesucristo. No se considera perfecto y sabe que vive su fe con limitaciones; la vive en una comunidad, la Iglesia, a la que ha sido incorporado por el Bautismo; est en camino, en bsqueda y en continua conversin. Recorre su camino guiado por Jess
Que tiene experiencia de Dios Dejndose interpelar por la palabra de Dios, leyendo los acontecimientos de la vida, buscando con los dems, se sabe servidor del grupo en la tarea de animacin a la que se siente enviado.
Anuncia el Evangelio
Aceptar ser animador es entrar en la dinmica del seguidor de Jess, que hace suya su causa, es decir, participa y prolonga su misin en el hoy. Jess " escogi a los que quiso" y los envi a predicar, les encomend el anunciar el Evangelio por todo el mundo: " Id y haced discpulos a todas las gentes" (Mt 28,19)
5.3.- Estilo de Catequista A lo largo de la historia ha habido muchas corrientes pedaggicas como, muchos estilos de estar con los otros para acompaar a su caminar. Tener un estilo es algo as como tener un espritu, que identifica y que da tonalidad a todo lo que se construye y a la manera como se construye. Siempre y todos tenemos un estilo propio, no slo de andar y de vestir, sino tambin de tratar...
Lo importante es llegar a plasmarlo en algo visible, que sirva de referencia a todos los catequistas. Se trata tambin de evitar estilos negativos: " Este grupo es un desastre, cada uno hace lo que quiere, no hay unidad, es un desorden. Esto tambin es un estilo, pero no a imitar.
Para finalizar este tema vamos a presentar al catequista tres modelos muy distintos de educador. O lo que es lo mismo tres maneras muy distintas de estar con los nios:
Catequista autoritario:
Catequista autoritario: El catequista se sita por encima del grupo. Es una persona preparada. Se ha preparado un rollo perfecto y por encima de todo lo tiene que soltar, es el estilo tradicionalmente magistral. El educador decide todo, pues cree que de l depende la marcha del grupo y se estima PERSONA CAPAZ de saber lo que es necesario para el grupo.
Consecuencias de ser educados as, tan slo las podemos reducir a dos: 1) SUMISIN: Como estn acostumbrados a que todo se lo den hecho, como "pap" catequista ha decido siempre por ellos, siempre dependern de algo o de alguien. Sern los cristianos que irn a preguntar al cura: " padre tal cosa es pecado?. 2) REBELDA: O siempre estarn en contra de alguien. Bastante tuvieron que aguantar en la catequesis. Sern cristianos renegados que no quieren ni or hablar de religin.
l chico as educado no sabe ni qu hacer.... Se desorienta, s desanima... lo ms probable es que a la tercera o cuarta sesin no acuda. Consecuencias de ser educados as: 1 DESORDEN: no saben a qu atenerse. 2 AGRESIVIDAD: El ms fuerte se impone. 3 ABURRIMIENTO:
Catequista educador
El animador est en el grupo. Est como uno ms pero sin perder su identidad: est claro que el educador es l. Si est con nios est claro que l no es un nio, aunque sea amigo de los nios e intente hacerse nio: l es adulto o joven.
El animador se fa de los miembros del grupo. Tiene dentro de l la actitud de las TRES A:
1 A - ACEPTA: a cada uno tal como es. Sin deformar su imagen, con sus cosas buenas y tambin con sus cosas malas que las conoce y no las ignora.
2 A - ADMIRA a los chicos que por una cosa negativa que tengan, al menos poseen siete positivas ya que sabe que " donde hubo pecado sobreabund la gracia.
3 A - AMA al educando. Con todo su alma. El educando cree capaces a los miembros del grupo y los respeta ayudando a cada uno a conseguir los objetivos. Su manera de actuar es cooperativa ya que l aporta algunas ideas, para aadirlas a los dems. Intentan caminar juntos. Consecuencias de ser educados as: El grupo est motivado. Nadie es pasivo y cada uno tiene sus propias opciones. Se desarrolla la participacin: Cada uno llegar a ser protagonista de su propia fe.. El grupo adquiere madurez.
5.4.- La tarea del animador catequista en el grupo de catequesis Tareas Ser transmisor de la fe de la Iglesia Iniciar e integrar al grupo en la comunidad eclesial Iniciar en el dilogo con Dios y en la Oracin Ser testigo de la fe
Funciones
Ayudar al grupo a descubrir el rea de experiencia a la realidad humana. Promover la profundizacin en esa rea de la vida personal, comunitaria o social. Proponer signos y smbolos de Dios (bblicos o eclesiales) Animar a que el grupo elabore diversas expresiones de fe
- Si se ve como miembro de comunidad de fe, construye la comunidad. - Si se siente portador del amor de Dios, es regalo de amor del Seor. - Si sabe vivir la esperanza, es un camino hacia el encuentro con Dios - Si se halla dentro del Reino de Dios, la catequesis es ya salvacin. Es muy importante que el catequista viva y obre entusiasmado con su labor que ciertamente es decisiva en la Iglesia.
1. SERVIDOR DE LA PALABRA DE DIOS La palabra es el modo habitual de entrar en comunicacin con los dems. Nada hay ms personal que la palabra ya que sta, si es sincera, expresa lo que hay en nosotros. Por esta razn, ante una palabra profundamente escuchada, nunca queda nadie indiferente: se la acoge o se la rechaza, se la goza o se la teme, se la espera o se la rehye. La palabra suscita experiencias de cercana, reacciones de gozo o de tristeza. La palabra deja una huella en los dems.
Desde el momento en que el Seor llama a alguien a hacerse catequista, le lleva a ser portador de su palabra ante los hombres. Al igual que los profetas, es servidor de la palabra. Aun conservando toda su carga humana, una nueva riqueza le llega. Es la riqueza de la palabra recibida que ha de llevar a los dems como medio y palanca para que consigan la salvacin.
Dios asocia su Palabra a la del catequista. Se sirve de ella para comunicarse con los hombres de hoy, con la fuerza y eficacia que le es propia. En sus limita-ciones y sus rasgos humanos se esconde el mismo Dios y por medio de sus elegidos hace llegar la vida a los que El ama.
A los catequistas les dice Jess palabras que deben recordar con frecuencia, pues definen evanglicamente lo que son ante el que los enva y ante los recep-tores de sus mensajes: - "Quien a ustedes escucha a m me escucha". (Luc. 10. 16) - "Como el Padre me ha enviado, as yo los envo". (Jn. 20. 21)
Por eso el catequista debe preguntarse con frecuencia: Cmo soy servidor fiel de la palabra?
Cules son los rasgos ms significativos que me configuran? En dnde se apoya la grandeza de mi calidad de mensajero divino, de testigo del Reino, de ministro de la Iglesia de agente salvacin ?
2.- EL CATEQUISTA, DISCPULO DE JESS El Catequista es un discpulo convencido de Jess, que quiere hacer llegar su mensaje a todos los que encuentra en su camino, de modo especial a aquellos con quienes establece un compromiso de amor y de fe. - Transmite su fe con obras y palabras. Pablo VI dice en la Exhortacin sobre la evangelizacin del mundo: "En el fondo, hay otra forma de comunicar el Evangelio que no sea la de transmitir a otro la propia experiencia de fe?
De manera callada o a grandes gritos, pero siempre con fuerza, se nos pregunta: creis verdaderamente en lo que anunciis? Predicis verdaderamente lo que vivs. Hoy ms que nunca, el testimonio de la vida se ha convertido en una condicin esencial con vistas a una eficacia real de la nueva evangelizacin". (Evangelii Nuntiandi, 46 y 76)
"Recib esta palabra del Seor: Antes de formarte en el vientre, te escog, antes de que salieras del seno materno, te consagr, te nombr profeta de los gentiles..." (Jer. 1. 5-9)
Jess es explcito: "Se me ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra. vayan, pues, y hagan discpulos mos por todas las naciones de la tierra, bautizndolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espritu Santo y ensendoles a guardar todo lo que yo les he mandado. Miren que yo me quedar con ustedes hasta la consumacin de los siglos". (Mt. 28. 20)
Es enviado para anunciar la salvacin Por lo tanto, el catequista es y tiene que sentirse partcipe y colaborador de la misin de Jess, a lo largo del tiempo y a lo ancho de toda la tierra. Participa en la misin de Jess, que sigue actuando por su medio. Anuncia el Evangelio por todas las partes, por que el Seor lo mand. Se siente movido por el Espritu de Jess y no por el propio.
Descubre a los hermanos como amados por el mismo Dios. Siente que acta como mediador o sacramento en medio de los elegidos. Pablo VI deca en su exhortacin: "El Espritu Santo es el agente principal de la evangelizacin, el maestro interior que explica a los feles el sentido profundo de las enseanzas de Jess y de su misterio". (Evangelii Nuntiandi, 75)
3. EL CATEQUISTA ACTA DENTRO DE LA IGLESIA El catequista no slo realiza su tarea en nombre de Dios y ofrece sus servicios a los hombres movidos por su amor al Seor y por la inspiracin que siente en lo profundo de su mente y de su corazn. Se siente y se sabe miembro de la Comunidad de Jess. - No acta solo, sino que anuncia el mensaje en nombre de la Iglesia. Est inserto en la comunidad cristiana y acta como portavoz de la misma.
- Se siente enviado por una comunidad de hermanos para hacer a los dems participantes de la riqueza de familia, que proviene de Jess. Por eso mira con amor fraterno a todos los hombres, en especial a quienes con el comparten la bsqueda y la clarificacin. Y mira con amor crtico a los pastores de la Iglesia y a los dems ministros ya que acta en la comunidad de los elegidos de Jess.
- Se sabe servidor de los hombres creyentes, que deben clarificar su fe y su amor y para ellos acta como estmulo e intermediario, como ayuda y colabora-cin, como camino y como aliento.
Abierto a los problemas del hombre de nuestro tiempo y de nuestra sociedad, as como a la persona del catequizando a quien sirve, se siente con entusiasmo al servicio de la Palabra de Dios, que es palabra de vida y de esperanza, de fe y de salvacin, de gracia y de fraternidad.
La importancia de su tarea Est en funcin de la misin evangelizadora que desempea en la Iglesia. Su entrega no es una ocurrencia, sino un servicio eclesial. Sabe que es llamado por el mismo Jess para hacer discpulos del misterio de un Dios encarnado. Esto implica un compromiso, pero sobre todo reclama una conciencia de la propia identidad.
4. COMPROMISO DE FORMACIN
Su vocacin, su identidad, su misin, reclaman del catequista entrar en un ca-mino de formacin que le sita ante tres frentes: * Vivencia y conocimiento de la fe, para poder transmitirla a los dems. * Integracin y conocimiento de la realidad y del misterio que anuncia. * Capacitacin en los lenguajes de los hombres, para hacerse entender. Si tal es la dignidad del catequista, necesita cualidades y valores. Unos son naturales y otros son conquistas personales que reclaman tiempo, entrega y voluntad. No todos valen para ello, a menos que se preparen y desarrollen las cualidades ministeriales que se precisan
Formacin del catequista Si precisa muchas cualidades para el ejercicio de su "profesin", de su profetismo, de su vocacin, el catequista debe prepararse y formarse continuamente. La grandeza de su identidad, de su misin, reclama esfuerzos de preparacin. El camino de su formacin reclama su atencin en tres frentes principales: - Profundidad en el mensaje. Y eso supone vivencia y no slo ciencia; con-ciencia y no slo inteligencia; y fe en lo que se anuncia, para poder transmitirla a los dems hombres.
- Tambin descubrimiento profundo del destinatario del mensaje: aprecio de sus rasgos humano, sensibilidad ante sus circunstancias, comprensin del me-dio terreno, ayuda en sus procesos de crecimiento natural y sobrenatural. - Destreza en los lenguajes. Mensaje y personaje exigen hondura, control, oportunidad en los lenguajes: los estilos de la Palabra divina y los recursos de la palabra humana. Con esta triple accin, al catequista le resulta fcil promover la con-ciencia de la misin, la sensibilidad ante el envo que hace la Iglesia, fe en la ayuda divina.
Profesiograma catequstico Se necesitan todos los rasgos posibles para cumplir con la misin. Pero algunos pueden darnos la pista para un correcto profesiograma catequstico.
* Los personales son los que desarrollan y consolidad la conciencia de la propia dignidad. Trminos como dominio, serenidad, sensibilidad, austeridad, libertad, optimismo, sensibilidad espiritual y sobre todo fe, esperanza y caridad resultan necesarios.
* Los sociales hacen fciles las relaciones con los dems: las verticales de dependencia misional, las horizontales de solidaridad y convivencia Trminos como amabilidad, comprensin, respeto, ejemplaridad, pluralismo, ciencia, sobre todo sencillez, capacidad de dilogo y cordialidad abren el espritu a la comunicacin.
* Los eclesiales son los que hacen al catequista miembro activo y generoso de la comunidad de los creyentes. Sus cualidades de disponibilidad, responsabilidad, piedad, ortodoxia, fidelidad, obediencia, sentido de sacrificio, entrega y dedicacin, apertura y sobre todo celo, sinceridad y abnegacin hacen posible su labor santificadora.
* Como educador de la fe y animador, los pedaggicos son las cualidades que aprecian quienes con l se relacionan: autoridad, prudencia, confianza, fortaleza, inters, competencia, previsin, sobre todo amabilidad, adaptacin y paciencia.
* Y puesto que trata con sujetos que le necesitan y a los cuales les debe animar e iluminar, las "habilidades psicolgicas" al estilo de la agilidad mental, el optimismo, la comprensin, la cercana, la apertura, la sencillez, el altruismo, el equilibrio y la ejemplaridad, sobre todo la paz, le darn lo que precisa para que su accin sea permanentemente beneficiosa
Algunos catequistas pueden desanimarse al pensar que tantas cualidades son inalcanzables a la vez. Lo curioso y lo misterioso de las cualidades profesionales es que, cuando se cultiva una cualquiera, todas las dems se acrecientan. Y cuando alguna falla en lo esencial, todas las dems se resienten. Esa simbiosis de rasgos profesionales aparentemente es desconcertante; pero, a la larga, se vuelve consoladora.
El catequista se debe preparar para obrar bien, no para hablar mucho. Su misin es ser testigo, no predicar. Lo que quede de su labor ser lo que vean sus catequizandos, no lo que oigan.
5. PROYECCIN Y ACTUACIN. El catequista debe vivir, como todo educador, para el maana y no slo para el presente. El educador debe actuar mirando al porvenir que espera al alumno que hoy tiene ante sus ojos. Es el hombre del maana, el profesional, el padre o madre responsable, la persona creyente que vive su fe. Algo similar debe latir en el corazn del profesional de la catequesis, que otea el porvenir personal y eclesial. Su misin es disponer la mente y el corazn del catequizando para que llegue a ser persona de fe, hombre de esperanza, miembro de una comunidad de amor. Esa misin exige ante todo fe y esperanza. Con la primera cree lo que no ve; con la segunda espera en Alguien que si ve.
Por eso no basta que el presente le sonra. Es preciso que el porvenir le in-quiete. El afn por el maana es compatible con la confianza de que Cristo, verdadero artfice del crecimiento y de la vida del espritu, actuar desde la base de lo que l realiza. Por eso la proyeccin catequstica es tan importante.
1. Ante s mismo.
El catequista debe cultivar la serenidad y tener la conciencia tranquila si cum-ple con su deber. El es sembrador y las semillas tardan un tiempo en dar frutos. Los frutos no existen si las semillas no se siembran, o son escasos si la tierra no se prepara. El catequista necesita proyectarse con paciencia, esforzarse con tranquilidad, soar bajo el paraguas protector de Dios.
2. Ante los catequizandos. El catequista debe acostumbrarse a elevar los ojos cronolgicamente y com-prender que tiene delante futuros adultos, profesionales honestos, padres y ma-dre de familia responsables, artfices de una humanidad mejor. En esos futuros protagonistas de la vida es donde l siembra el "agua que salta hasta la vida eterna" (Jn. 4. 13) y no slo que quita la sed del momento. El que slo ve nios no tiene ojos de catequista, aunque los tenga de poeta
3. Ante la Iglesia. Ante la comunidad enviada por Jess para "ir por el mundo y anunciar el Evangelio a todos los hombres" (Mc. 16. 15), el catequista debe sentirse llamado a colaborar en la tarea escatolgica que ese mandato misional implica. Es decir, debe sentirse navegante en la barca que boga hacia un destino siempre mar adentro (Lc. 5.3.); y debe sentirse caminante que un da volver lleno de gozo diciendo: "Hasta los demonios se nos someten en tu nombre." (Lc. 10.17)
Estos planteamientos pueden resultar piadosas consideraciones, pero de verdad son algo ms. Son fundamentos de la catequesis que sintetizan necesidades espirituales bsicas: optimismo profesional, seguridad en el futuro, confianza en Dios, amor a la Iglesia, conciencia de la propia llamada de Dios.
PLEGARIA DEL CATEQUISTA Seor Jess, Mensajero de Padre que te envi a la tierra y Salvador de todos los hombre s del mundo te doy gracias por haberme elegido para la misin de anunciar tu Evangelio.
Ensame a vivir con humildad a trabajar con alegra a compartir con generosidad y a dar a todos los regalos de la fe que T me has dado con tanta abundancia
Te pido que me ayudes en mi trabajo, que ests cerca de mi cuando hable en tu nombre que ilumines mi mente y des fuego a mi corazn cuando cumpla con mi hermosa misin de presentar el mensaje salvador de tus hechos y de tus enseanzas, es decir de tu Evangelio maravilloso. Aydame a caminar con alegra por la vida, de manera que se sientan cerca de Ti aquellos a quienes yo ofrezca el misterio de tu amistad, la sonrisa de una fe ilustrada, la seguridad de tu presencia cercana, el consuelo de tu amistad segura y la esperanza de una vida eterna.
Hazme fuerte en las horas tristes y dame serenidad en los trabajos de cada da para que un da tenga tambin yo la alegra de vivir contigo en el Reino que nos tienes prometido. * * * Amen * * *