Jose Maria Montaner+Racionalismo y Funcionalismo
Jose Maria Montaner+Racionalismo y Funcionalismo
Jose Maria Montaner+Racionalismo y Funcionalismo
El texto de este escrito se corresponde con diversas clases impartidas en la Escuela de Arquitectura de Barcelona y con la conferencia presentada en la Escuela de Arquitectura de Valencia el 30 de noviembre de 1994.
De la misma manera que conceptos como realismo, abstraccin, organicismo o empirismo, pertenecientes al mundo del pensamiento son adecuados para la arquitectura, tambin el concepto de racionalismo permite interpretar los episodios ms cruciales de la arquitectura en los ltimos siglos. Llega un momento, incluso, en que el concepto deracionalismo se identifica como un movimiento trascendental: la arquitectura moderna.
El racionalismo cartesiano
Una de las referencias iniciales del racionalismo con mayor influencia en la arquitectura radica en el mtodo desarrollado por Rene Descartes (1596-1650) y expuesto esencialmente en su Discurso del mtodo (1637). De hecho, lo que hizo Descartes fue poner en primer trmino un concepto bsico presente en la misma historia de la humanidad: la facultad natural que todo hombre tiene para razonar. Este sentido comn es refundamentado con la aproximacin al mundo de la ciencia, la medicina, las matemticas y la geometra. El filsofo francs plantea cuatro cautelas para todo razonamiento, basadas en no aceptar nunca ningn a priori, en ir subdividiendo los problemas, en ir razonando desde lo simple hacia lo complejo y en realizar unas exhaustivas enumeraciones de todo proceso lgico. El mundo y la naturaleza se componen de entidades elementales fuerzas calculables y cuerpos medibles, tal como seal Galileo Galilei y se trata de descomponer la complejidad de todo problema en estas unidades resolubles, solucionando las dificultades por partes. Descartes defiende, por tanto, un racionalismo que niega la autoridad del pasado, estableciendo tabula rasa y aplicando como mtodo la experiencia propia interpretada a la luz de la razn.1
La revolucin epistemolgica, que aport una paulatina construccin de un mtodo cientfico y la apertura del mximo horizonte del racionalismo, haba arrancado con Leonardo da Vinci, Coprnico, Giordano Bruno y Kepler, haba tenido sus aportaciones trascendentales en Galileo Galilei y Francis Bacon, culminando con la interpretacin y sntesis de Isaac Newton a finales de este siglo XVII2 Esta afirmacin del poder del pensamiento y de la razn, y esta exigencia de la necesaria referencia a la sistematicidad de la ciencia alcanzar su mxima expresin en el sistema filosfico de Hegel a principios del siglo XIX. La admiracin por el mundo de la ciencia y la confianza en las matemticas y la fsica de esta poca se correspondera con los logros de la tecnociencia que se han alcanzado en el siglo XX. En buena lgica, de todas las artes la arquitectura es aquella que menos se presta a excluir la idea de racionalidad y es la que est ms condicionada por la utilidad y la necesidad. 3 Es por ello que el racionalismo cartesiano genera un modelo que tiene implicaciones arquitectnicas en la tradicin de la tratadstca clsica francesa, empezando por elCours d'architecture (1675-1685), de Franois Blondel, y por los planteamientos racionalistas de Claude Perrault. En el Cours de Blondel, la teora arquitectnica se convierte en doctrina de las proporciones y en esttica de las reglas y de la legibilidad. Perrault introdujo en su edicin crtica y abreviada de Les dix livres d'architecture, de Vitruvio (1674), un nuevo grado de racionalidad al establecer la diferencia entre la belleza arbitraria que se basa en la costumbre y en los hbitos y la belleza positiva que se basa en la proporcin, la razn y la funcin. La duda metodolgica cartesiana se extiende a los valores adquiridos por la historia de la arquitectura pero se dirige hacia direcciones distintas: Blondel hacia los principios ideales y los esquemas geomtricos y Perrault, por influencia de John Locke, hacia la experiencia y la percepcin de la belleza. Poco ms tarde, el nfasis en el racionalismo y el funcionalismo encuentra su expresin en los tratados de estereotoma de finales del siglo XVII y del siglo xviii.4 A grandes rasgos, la evolucin que se sigue desde el Renacimiento hasta el Neoclasicismo consiste en la introduccin de mayores grados de racionalismo en detrimento de las legitimaciones mitolgicas y religiosas. La experiencia y la razn, como fuerzas de progreso, van teniendo mayor peso. A lo largo de la segunda mitad del siglo XVIII y la primera del siglo XIX, las excavaciones arqueolgicas y el estudio preciso de los monumentos antiguos se constituyen en focos de revisin de los principios estticos establecidos. En las ideas del abate Laugier, la razn como a priori concretizada en el modelo estructural de la cabana primitiva presentada en su Essai sur L'arcbitecture (1751) es confirmada por la experiencia emprica y por las sensaciones. Mediante su racionalismo radical y su geometrismo elementarista, Laugier pone de manifiesto que los aspectos estructurales de la arquitectura coinciden con los valores ms simples y naturales. Siguiendo las influencias de Jean-Louis de Cordemoy y del abate Cario Lodoli, Laugier propone un modelo fundacional para la arquitectura.
En gran parte de las corrientes que van del Renacimiento al Neoclasicismo se produce una identificacin entre clasicismo y racionalismo que estara ejemplificada en experiencias como la de los escritores de l'Accademia degli Arcadi, en Roma, que a finales del siglo XVII y principios del XVIII oponen la razn y la dignidad clsica frente al gusto y al artificio barroco. De nuevo, la evidencia, la claridad y la distincin cartesiana.5 Con la Ilustracin, razn, naturaleza y clasicismo se unifican. No en vano, John Summerson interpreta la tradicin del clasicismo en estrecha relacin con el racionalismo y Colin Rowe considera que la tendencia a la abstraccin en Mies van der Rohe es una aspiracin esencial del clasicismo. Precisamente el legado del clasicismo a la arquitectura de nuestro tiempo podra ser interpretado como la bsqueda de la armona por procedimientos racionales. El Modulor, de Le Corbusier, sera una manifestacin tarda de ello.6 Otro de los puntos culminantes se establece con las clases de arquitectura que J. N. L. Durand imparte en l'cole Polytechnique de Pars. Con el Prcis de leons d'architecture (1802-1805) la teora se vuelve metodologa, el sistema es analtico y proyectual a la vez. De manera cartesiana la arquitectura se ha reducido a sus elementos y partes esenciales y stas se pueden articular sobre una retcula horizontal y otra vertical, hasta conformar el todo de manera racional y clara. Sin embargo, el momento ms trascendental lo constituye el racionalismo evolutivo planteado por Viollet-le-Duc, basado en la propuesta de una sntesis entre el idealizado modelo constructivo medieval y la joven tecnologa del hierro. En Viollet-le-Duc, los principios metodolgicos de Descartes y las interpretaciones rigoristas de Cario Lodoli sirven para sustentar los postulados de la nueva arquitectura de la segunda mitad del siglo XIX. 7 La racionalidad seminal que se halla en la estructura gtica se ver llevada a su mximo esplendor en la arquitectura de los rascacielos de Chicago de finales del siglo XIX. Las nuevas estructuras de acero, el recurso a los ascensores y la introduccin de la fontanera y la higiene en los edificios definirn una nueva poca. En toda esta bsqueda recurrente de la arquitectura moderna predominan el mito de la arquitectura industrial, la admiracin por los procedimientos racionales utilizados por los ingenieros, el uso de la energa elctrica, el deseo de reducir la ornamentacin y la confianza en que estos mismos procedimientos tcnicos van a ser el principal medio de expresin artstica.8 El racionalismo estructural tiene su punto culminante en la interpretacin que plantea August Choisy en su Histoire de l'architecture (1899). Siguiendo el positivismo de August Comte, Hyppolyte Taine y Gottfried Semper, Choisy interpreta la historia de la arquitectura exclusivamente como resultado de los logros de la evolucin de las tecnologas y de las disponibilidades de los materiales. La historia de la arquitectura es la historia de la construccin. No es casual que Reyner Banham, en Teora y diseo en la era de la mquina (1960), considere a Choisy como el autor fundacional de la nueva era del racionalismo y la tcnica en el siglo XX.
Esta poca de transformacin tecnolgica radical, con antecedentes a mediados del siglo XVIII, empieza a tomar cuerpo a partir de 1850 y consigue la mayor precisin tcnica entre 1900 y 1930. La tecnologa del hierro, que ya se haba manifestado incipientemente en obras pioneras como el puente de Ironbridge (1750) realizado en hierro colado, llega a momentos clave a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, utilizando el hierro laminado en ejemplos paradigmticos como el Palacio de Cristal, en Londres (1851) una estructura que deja entrar el mximo de luz por todas partes, o la Torre Eiffel, en Pars (1889) una estructura ligera que alcanza la mayor altura y representatividad. Por otra parte, la tecnologa del hormign armado alcanza su desarrollo y perfeccionamiento en las dcadas de 1920 y 1930, cuando se imponen unos criterios de clculo precisos para las estructuras de hormign a partir de las teoras de Hardy Cross.
arquitectura en sus elementos irreductibles tal como encontramos en el elementarismo abstracto de Kandinsky, Mondrian u otros autores del grupo De Stijl, o tal como se realiza en los experimentos constructivistas de la vanguardia rusa como en los espacios prova de El Lissitzky. Recurdese cmo la casa Schroeder, en Utrecht, de G. T. Rietveld (1924), se basa en la composicin de elementos geomtricos primarios como lneas, planos y carpinteras o cmo la clula de una sola habitacin proyectada por Moisej Ginzburg en 1930 se basa en el montaje de elementos como pilares, forjados, cerramientos y carpinteras. Lo mismo sucede con el urbanismo racionalista. El instrumento del zoning se basa en dividir la complejidad de la ciudad en partes susceptibles de ser tratadas genrica e independientemente. Siguiendo las premisas cartesianas, la ciudad como problema se descompone por zonas de manera que funcione como una mquina productiva, se divide en partes conectadas por las lneas de circulacin.10 El racionalismo arquitectnico, que se fundamenta en el mito de una sociedad cientfica y racionalmente ordenada, coincide con la admiracin por las mquinas. Al mismo tiempo que el racionalismo en la arquitectura de principios del siglo XX se identificaba con una concepcin analtica de la racionalidad, tambin se desarrollaba otro tipo de concepcin y analoga: interpretar el racionalismo como mecnica. De ah la mitificacin de la precisin y belleza de la mquina que caracteriza a parte de la escultura y la arquitectura de las vanguardias, desde Moholy-Nagy hasta Le Corbusier. Ludwig Wittgenstein plante en 1928 una casa para su hermana Hermine en Viena, partiendo de un proyecto de Paul Engelmann, discpulo de Adolf Loos y proponiendo unos espacios radicalmente vacos de ornamentacin, que estaban entendidos como mecanismo lgico, como si fueran un circuito elctrico.11 En la misma batalla puritana de Adolf Loos se identifica ornamentacin como pervivencia irracional. Loos ve en el ornamento un impulso mimtico que va contra la objetivacin racional. l2 Coincidiendo con la conversin de las vanguardias en un movimiento internacional, van apareciendo modelos estrictamente racionales y cartesianos. El ms paradigmtico y constituyente es la maison domino, creada por Le Corbusier en 1914. Se basa en la certeza de un a priori cartesiano, en una estructura constructiva bsica: forjados y columnas prefabricadas de hormign armado que dejan la planta libre y la fachada independiente de la estructura creando un espacio difano en torno a los pilares. Ser, por lo tanto, el punto de partida de la mayor parte de los prototipos lecorbuserianos y constituir uno de los embriones del espacio del Estilo Internacional. Por su sntesis de idealismo y racionalismo, el sistema domino es una especie de cabana primitiva de la arquitectura moderna, dentro de la misma tradicin que la planteada por Laugier. Siguiendo el mismo sentido fundacional, los elementos bsicos ahora no son de madera sino que estn realizados con la incipiente cultura del hormign armado. La Ville Savoie y los Cinco puntos para una nueva arquitectura pueden desarrollarse a partir de este patrn inicial de la maison domino.
La arquitectura de la Nueva Objetividad alemana y holandesa se basaba, de manera radical, en el abandono de toda pretensin artstica en aras de una arquitectura que fuera absolutamente objetiva y transparente a las necesidades sociales. Se trataba de un funcionalismo y racionalismo de carcter primitivista. La cocina de Frankfurt (Frankfurter Kche, 1926) constitua la pieza bsica para replantear la globalidad de la ciudad a travs de la vivienda utilizando el concepto racional del existenzminimum. La fbrica Van Nelle, en Rotterdam, de Brinckmann y Van der Vlugt (1925-1927), sera uno de los ejemplos mximos de esta arquitectura racional y funcional al extremo, en la que la forma celebra exclusivamente la precisin tcnica. Predomina la radical funcionalidad de los volmenes y pasarelas, las plantas totalmente libres con alturas variables segn el tipo de proceso productivo, las fachadas drsticas y repetitivamente transparentes. El sanatorio antituberculoso Zonnestraal, en Hilversum, promovido por el movimiento obrero holands, obra de Johannes Duiker y Bernard Bijvoet (1925-1927), intenta concentrar en su interior el mximo de rayos de sol, luz y aire, en definitiva de naturaleza y salud. Ello se puede conseguir a la perfeccin con la forma plstica de la arquitectura racionalista: estructura de prticos de hormign armado, totalmente vista, cuidada y omnipresente, con abundantes voladizos; fachadas desmaterializadas, convertidas totalmente en cristal, con delgada y ligera carpintera metlica. El conjunto consta de un edificio principal con las instalaciones colectivas y dos pabellones para enfermos articulados por una sala de conversaciones. De esta manera, como una ciudad renacentista ideal o una imaginacin expresionista, el complejo absorbe toda la energa del bosque que le rodea, se convierte en una geometra especular que refleja siempre la naturaleza a travs de la transparencia y ligereza de s misma. En definitiva, el racionalismo como proceso de pensamiento se ha convertido en forma. Tambin los prototipos de Buckminster Fuller, como la Casa Dimaxion o mquina para vivir (1927), manifiestan una forma extrema del dogma racionalista, en el sentido ms estricto. Sin ninguna concesin a la esttica, a la forma o al estilo, es exclusivamente el funcionamiento mecnico y funcional el que conforma el edificio entendido como un prototipo autnomo respecto a cualquier lugar. En todos estos casos la arquitectura est interpretada como contenedor de actividades, como sumatorio de instalaciones, como mquina que absorbe la energa del entorno, como problema de medidas, como definicin de estndares. La arquitectura racionalista parte, por lo tanto, de la entronizacin del mtodo. Toda precipitacin, intuicin, impulso o espontaneidad han de ser substituidos por el mtodo, la sistematicidad, los clculos precisos y los materiales producidos en serie. En este sentido, es evidente que la experiencia local del GATCPAC en Catalua se bas en eliminar la tendencia a la intuicin experimental y al empirismo de los arquitectos modernistas y noucentistas. El avance de las estructuras metlicas y de los clculos de las estructuras de hormign armado podan ya permitirlo. Al mismo tiempo los arquitectos del GATCPAC
promovieron no slo las nuevas tecnologas estructurales sino tambin los nuevos materiales, como las placas de fibrocemento.13 La arquitectura del Movimiento Moderno eclosiona como redescubrimiento de la razn y no solo constituye una culminacin de la tradicin del pensamiento racionalista, sino que los artculos, manifiestos y obras de arquitectos como Adolf Loos, Le Corbusier o Mies van der Rohe se han convertido en piezas clave para interpretar el funcionalismo y el racionalismo en la evolucin general de las ideas y de la esttica a principios del siglo XX. La lgica cartesiana se ha ido imponiendo. Si un cuadro en la poca clsica tena el valor simblico de una ventana, las vanguardias lo convierten en materia y van descomponiendo cada componente: la superficie, el muro, el espacio. Tambin la construccin arquitectnica pone en evidencia la culminacin de esta lgica: de ser unidad, el organismo arquitectnico pasa a descomponerse racional y drsticamente en el esqueleto que sustenta y el cerramiento. Lgicamente, la definicin de lo racional en arquitectura ha ido evolucionando a lo largo de la historia, no ha permanecido constante, ha sido plural. De la misma manera que ha ido variando la concepcin de funcionalidad a lo largo de la historia. Y sin duda el mismo racionalismo se expresa en muy diversas concepciones, algunas de las cuales han sido tomadas como referencia por la arquitectura. Incluso podemos establecer que dentro del racionalismo se han desarrollado dos tendencias opuestas: aquella que interpreta racionalismo como predominio exclusivo de la razn y del conocimiento y aquella que interpreta racionalismo desde un punto de vista emprico, con acumulacin sistemtica de experiencias. La primera postura del racionalismo se identifica con hacer tabula rasa, con negar la tradicin en aras de las ideas innatas y de la continua renovacin de la ciencia. La segunda concepcin, en cambio, acepta el valor positivo de la tradicin, de la acumulacin de conocimientos y de ideas adventicias; desde esta posicin, la experiencia emprica no estara contrapuesta a la razn. Por este motivo, ciertos momentos de la historia, como la Ilustracin, han podido iluminar una postura a la vez racionalista y clasicista, volcada de manera racional hacia una nueva sociedad y, al mismo tiempo, altamente respetuosa con el gusto clsico y el saber acumulado por la tradicin. Este sincretismo entre tcnica moderna y clasicismo ha sido recurrente a lo largo de la historia de la arquitectura moderna. Recordemos casos como Lonce Reynaud o Cesar Daly.
progreso tienen un carcter ambivalente: si por una parte comportan la mejora de la vida humana, el desarrollo tecnolgico y el aumento de la socializacin de la sociedad, por otra aportan instrumentos ms perfeccionados de dominacin del individuo y de explotacin de la naturaleza.14 Desde el pensamiento existencialista hasta las metodologas estructuralistas se ha consumado una evolucin que se ha distanciado del estricto racionalismo. De hecho, ya el gran esfuerzo por racionalizar la sociedad en el perodo de entreguerras haba convivido con la tendencia a liberar la irracionalidad y atacar la racionalidad instrumental en los manifiestos de dada y los surrealistas, en la arquitectura expresionista, en los experimentos formales de Frederick Kiesler y en la teora teosfica de Rudolf Steiner, concretada en el Goetkeanum (1913-1928). Incluso en los mismos orgenes de la arquitectura moderna existen avisos como el de Gian Battista Piranesi, desvelando el lado irracional y tenebroso del proyecto moderno. Y no es casualidad que tanto Theodor W. Adorno como Jacques Derrida hayan tomado como referencias para su crtica al modernismo a los escritores surrealistas Antonin Artaud y Georges Bataille. Sin duda, en ciertos momentos histricos fundamentales se ha producido un exceso de racionalismo que siempre ha acabado fracasando por su parcialidad y por su insuficiencia. Un ejemplo ilustrativo lo han constituido los intentos por modificar la semana planetaria de siete das, adoptada por el Imperio Romano desde el siglo II y paulatinamente implantada en muchas partes del mundo. Se trata de un intervalo artificial creado por el hombre que se corresponde con las fluctuaciones biolgicas internas y que algunos momentos histricos excesivamente autoritarios han intentado reformar. La Revolucin Francesa intent proponer estructuras por decenas, de diez das, que se mantuvieron slo durante catorce aos. Stalin, entre 1929 y 1940, intent imponer semanas de cinco das, primero, y aos ms tarde de seis das. Tambin fracas.15 A grandes rasgos, por lo tanto, podemos establecer que a lo largo de siglos las diversas manifestaciones delracionalismo han constituido una fuerza renovadora. Pero si desde el Renacimiento hasta principios del siglo XX fue un motor para la desacralizacin y humanizacin del mundo, en la segunda mitad del siglo se ha convertido en un freno, un obstculo, un lmite, una simplificacin de la complejidad. Especialmente a partir de los aos cuarenta se pone en evidencia una desilusin radical acerca de una confianza otrora desmedida en la razn. 16 Ello se expresa de manera clara, por ejemplo, con la idea de ciudad ideal. Propuesta de ciudad perfecta, homognea, pretendidamente justa y evidentemente cerrada que florece desde el Renacimiento hasta el urbanismo del Movimiento Moderno pasando por el socialismo utpico. A lo largo del siglo XX, la posibilidad de la utopa va siendo substituida por la referencia a la distopia. La gran paradoja, sin embargo, ser que las nuevas ciudades modernas se crearn en los aos sesenta: Brasilia, Chandigarh y Dacca. En el campo de la arquitectura la mayora de corrientes hegemnicas desde los aos cuarenta han arrancado de una crtica parcial o total al racionalismo. El organicismo y el empirismo,
expresado en Alvar Aalto y otros arquitectos nrdicos, se adheran a un racionalismo emprico y acumulativo. Las experiencias ms renovadas de la arquitectura moderna han partido de una correccin radical del racionalismo inicial. La arquitectura brasilea desde la forma expresiva de Osear Niemeyer, que margina funcionalidad y precisin constructiva en defensa de la sensualidad y el irracionalismo, hasta el expresionismo de Lina Bo Bardi, basado en una bsqueda programtica y fenomenolgica de un pensamiento y una actividad artstica que superen los condicionantes del racionalismo es buena prueba de ello.17 Incluso algunos de los mismos protagonistas del racionalismo ms radical de los aos veinte realizan posteriormente una autocrtica de sus propuestas. En 1963 Ludwig Hilberseimer, inventor de la ciudad vertical como estructura urbana que responde unvocamente al problema exclusivo del trfico, escribe en Eutfaltung einer Pianungsidee que
considerado en conjunto, el concepto de esta ciudad vertical estaba basado en una idea falsa. Era ms una necrpolis que una metrpolis, era un estril paisaje de asfalto y cemento, inhumano desde todos los aspectos.18
Tambin los criterios dominantes respecto al aprendizaje y el proyecto arquitectnico se han transformado totalmente. De la confianza moderna en la elaboracin de una arquitectura racional, preparada artificialmente en laboratorios como la Bauhaus, sin conexiones con la realidad y la historia, se ha pasado a la demostracin por parte de destacados arquitectos de los aos cincuenta y sesenta como Louis Kahn, Jrn Utzon, Aldo van Eyck o Denis Lasdun que la arquitectura se aprende a partir de la interpretacin directa, a travs de los dibujos realizados en viajes; de los monumentos de la historia. De la misma manera que el pensamiento posmoderno expresado, por ejemplo, por JeanFranois Lyotard19 se basa en una crtica de las interpretaciones racionalistas dominantes, en la mayora de las obras de los arquitectos representativos de las ltimas dcadas predominan actitudes antirracionalistas y antifuncionalistas. Aldo Rossi y Robert Venturi, los dos mximos tratadistas de las ltimas dcadas, rechazan el esquematismo racionalista y reclaman la complejidad de la realidad, de la tradicin arquitectnica y de la estructura de la ciudad. Esta crisis del funcionalismo tuvo como principales protagonistas a arquitectos como Louis Kahn, quien fue introduciendo en su obra un giro antifuncionalista partiendo siempre de una forma inicial dada, o como James Stirling, quien desarroll una obra eminentemente contradictoria que parta de la conciencia de la crisis del racionalismo.20 La tesis bsica de La arquitectura de la ciudad (1966), de Aldo Rossi, es la de interpretar la ciudad como fenmeno cultural, humano, econmico y geogrfico de una extrema complejidad. Adems, Rossi plantea una crtica explcita al funcionalismo ingenuo en general (rebatiendo las concepciones de Malinowsky) y, en concreto, desmontando el prejuicio de que la funcin precede a la forma, negando que la funcin sea la legitimadora del discurso espacial. La realidad
demuestra lo contrario: la definicin formal es predominante en la arquitectura y potencia el cambio de usos; es la funcin la que sigue a la forma. El libro, en definitiva, es un alegato contra la pretensin de una interpretacin exclusivamente racional de la complejidad urbana. En el Teatro del mundo (1979), Rossi crea una arquitectura con una misin exclusivamente simblica, que es narracin y preparacin para un acontecimiento. El teatro se confunde con la vida, mostrando alternativamente el vaco del escenario y la presencia de la memoria de la ciudad de Venecia. Esta obra de Rossi manifiesta cmo el espacio arquitectnico tiene valor en s mismo, ms all de las cuestiones funcionales; niega la funcin como legitimadora del discurso arquitectnico.21 En Complejidad y contradiccin en la arquitectura (1966), Robert Venturi argument la imposibilidad de reducir el fenmeno arquitectnico a un solo sistema lgico y esttico. Venturi, en palabras de August Heckscher, manifiesta: El racionalismo naci entre la simplicidad y el orden, pero el racionalismo resulta inadecuado en cualquier perodo de agitacin. Entonces el equilibrio debe crearse en lo opuesto. La paz interior que los hombres ganan debe suponer una tensin entre las contradicciones e incertidumbres. Un espritu de irona permite al hombre entender que nada es tal como parece y que causas casi invariables comportan resultados inesperados. Una sensibilidad paradjica permite que aparezcan unidas cosas aparentemente diferentes y que su incongruencia sugiera una cierta verdad.
El paso de una visin de la vida esencialmente simple y ordenada a una visin de la vida compleja e irnica es lo que cada individuo experimenta al llegar a la madurez. Pero ciertas pocas animan este desarrollo: en ellas las perspectivas paradjica o teatral colorea el escenario intelectual...22
El proyecto terico Exodus o los prisioneros voluntarios de la arquitectura, de Rem Koolhaas y Etia Zenghelis (1972), constituye una critica a las ltimas consecuencias de una ciudad racional, zonificada y autnoma de su entorno. La urbanstica racionalista es reducida al absurdo mediante la exageracin, la narracin, la imaginacin y una irona ambigua.23 Y esta crisis de los criterios de segregacin, divisin y zonificacin no slo se expresa en la idea de ciudad que sustituye al urbanismo racionalista sino que se extiende a todo tipo de arquitectura, desde las oficinas en las que predomina un espacio flexible equipado con mdulos de trabajo pasando por el territorio de los museos en el museo meditico pierden valor el contenedor y el espacio y todo se juega a la escala de las mquinas expositivas, de los sistemas de objetos, de los generadores de imgenes hasta el mismo espacio domstico. Paulatinamente, los lmites espaciales de la vivienda actual y sus compartimentaciones han ido perdiendo papel en relacin con los muebles, aparatos, equipamientos, servicios y objetos, convirtindose los interiores en espacios ms flexibles, filtrables y acomodables a cada forma de vida.24
El Parque de la Villette, en Pars, de Bernard Tschumi (1982-1990), ha sido proyectado bajo la influencia de Peter Eisenman, tanto de sus teoras como de sus proyectos: las folies provienen de la serie de casas de Eisenman y el trazado geomtrico general tiene como antecedente el proyecto para el Canareggio de Venecia (1978). La trama geomtrica arbitraria, formada por la superposicin de puntos, lneas y superficies, se convierte en el instrumento que argumenta, contra las teoras funciona listas, que no hay una relacin de causa y efecto entre programa y arquitectura. Las folies, esculturas neoconstructivistas, proclaman con sus formas que las funciones son aleatorias y se van adaptando a las formas que tienen un valor autnomo. Todo el conjunto refleja el precedente de la esttica pintores-quista del jardn ingls, impulsada ahora a la velocidad de un circuito de carreras. Existe una evidente relacin cinemtica con la mecnica del movimiento y del montaje en el cine. Este parque es una de las mayores constataciones de la influencia del cine sobre el espacio arquitectnico y la sensibilidad del siglo XX y es una constatacin de la crisis del racionalismo y el predominio de criterios estrictamente formales. Gran parte de la filosofa de la segunda mitad del siglo XX considera que un hombre exclusivamente racional es una mera abstraccin. Segn Mara Zambra-no, todo racionalismo es un absolutismo que pretende la perfeccin, haciendo encajar la cambiante y compleja realidad en los esquemas de la razn. La historia no es un asunto lgico, simplemente porque tiene su propia lgica, Su orden no se puede reducir al orden construido por el pensamiento racionalista. Y No hay conocimiento alguno que no tenga como origen, y aun fundamento, una intuicin.25 La misma fenomenologa es una constatacin de la crisis del racionalismo. Los textos de Edmund Husserl, Kart Jaspers y Maurice Merleau-Ponty se basan en una correccin, a partir de la experiencia y la existencia, del exclusivismo racionalista para interpretar al mundo y al ser humano. Segn Merleau-Ponty, el cuerpo es el que permite habitar en el mundo: Nuestro cuerpo no es un objeto para un yo pienso, sino un conjunto de significados que van hacia el propio equilibrio.26 Tambin los campos del diseo, la industria y la ciencia han planteado nuevas interpretaciones que se basan en la crtica al racionalismo: desde los textos sobre los nuevos materiales y los procesos de proyecto publicados por Ezio Manzini hasta las teoras sobre la importancia de la creatividad en el mundo de la ciencia segn Ilya Prigogine. Ya en su primer texto, intenciones en arquitectura, Christian Norberg-Schulz haba sealado como el razonamiento es aproximadamente exacto, pero torpe y burocrtico, mientras que la percepcin es espontneamente "ingeniosa" e "insegura".27 Todos ellos defienden que junto a elementos racionales, sistemticos y metdicos, toda actividad, tanto cientfica como artstica, se complementa con mecanismos irracionales, de astucia, de inspiracin y de azar.28 Los proyectos arquitectnicos de Rem Koolhaas o Bernard Tschumi, con su heterogeneidad radical de referencias, con su superposicin de fragmentos, con su dinamicidad, con sus collages de imgenes, son expresin de la esencia catica y multidimensional del presente. Autores como
Adorno, Merleau-Ponty o Zambrano han intentado dejar bien claro que tanto un pensamiento estrictamente cartesiano y racional como una doctrina opuesta basada en la intuicin esencial, son falsos. Todo pensamiento debe incluir la razn y la intuicin como procesos bsicos y complementarios.
1. Vase Rene Descartes, El discurso del mtodo, Alianza Editorial, Madrid, 1979. Sobre las diversas concepciones de lo racional, vase Jos Ferrater Mora, Diccionario de filosofa de bolsillo. Alianza Editorial, Madrid, 1983, 2. Vase Daro Rei, La revolucin cientfica. Ciencia y sociedad en Europa entre los siglos XV y XVII, Ed. Icaria, Barcelona, 1973. 3. Vase el escrito de Alan Colquhoun Racionalismo: un concepto filosfico en arquitectura, en Modernidad y tradicin clsica, Jcar Universidad, Madrid, 1991. 4. Vase Francoise Fichet, La thorie architecturale a l'age classique, Pierre Mardaga diteur, Bruselas, 1979; y el apartado dedicado a las teoras del siglo xviii en el libro de Renato de Fusco Mille anni d'architettura in Europa, Editori Laterza, RomaBari, 1993. 5. Sobre el grupo de poetas de la Arcadia vase Domenico Consoli, Dell'Arcadia all'llluminismo, Universali Capelli Editore, Bolonia, 1972; y Antoni Mari,La voluntat expressiva, Edicions de la Magrana, Barcelona, 1991. 6. Nos referimos a John Summerson, El lenguaje clsico de la arquitectura, Ed. Gustavo Gili S.A., Barcelona, 1978; y a Coln Rowe, Neoclasicismo y arquitectura moderna, en Manierismo y arquitectura moderna y otros ensayos, Ed. Gustavo Gili S.A., Barcelona, 1978. 7. Vanse las pginas dedicadas a Viollet-le-Duc por Hanno-Walter Kruft en Historia de la teora de la arquitectura. Alianza Forma, Madrid, 990. 8. Vase Carl W. Condit, La Scuola di Chicago, Nascita e sviluppo del grattacielo, Libreria Editrice Florentina, Florencia, 1979. 9. Vase Georges Duby, San Bernardo y el arte cisterciense (el nacimiento del gtico), Taurus Ediciones, Madrid, 1981. 10. Vase Juan Luis de las Rivas, El espacio como lugar, Universidad de Valladolid, Valladolid, 1992. 11. Vase Francesco Amendolagine y Massimo Cacciari, Oikos da Loos a Wittgenstein, Offizina Edizioni, Roma, 1975. 12. Vase Theodor W. Adorno, Functionalism Today, Oppositions, n. 17, Cambridge, Mass., verano, 1979. 13. Vase Josep Mara Montaner, textos del catlogo Cent anys de construcci. Cent anys del Gremi de Constructorst Gremi de Constructors de Barcelona i Provincia, Barcelona, 1992. 14. Theodor W. Adorno, Mnima moralia (1951), Taurus Ediciones, Madrid, 1987. Este texto es un exponente del pesimismo respecto a las posibilidades de la razn y la historia humanas en el que desembocaron algunos miembros de la Escuela de Frankfurt. 15. Extrado de Witold Rybczynski, Esperando el fin de semana, Emec Editores, Barcelona, 1992. 16. Vase Vicente Aguilera Cern, Axiologa, crtica, vida, en AA.VV, En el umbral de los 90. Reflexiones sobre la crtica de arte, IVAM, Centre Julio Gonzlez, Valencia, 1990. 17. Respecto a la oposicin al racionalismo de estos dos arquitectos vase Edson Mahfuz, Do minimalismo e da dispersao como mtodo projectual. El Memorial da America Latina de Osear Niemeyer, A.U. Arquitectura. Urbanismo, n. 24, Sao Paulo, 1991; y Andrea Cristina Carvalho Siqueira. ti."tesis doctoral en elaboracin sobre Lina Bo Bardi. 18. Extrado de Ludwig Hilberseimer, Un'idea di piano, Marsilio Editori, Padua, 1967. 19. Recordemos la defensa que Lyotard realiza del saber narrativo frente al saber cientfico en su texto bsico. La condicin posmoderna. Ctedra, Madrid, 1984. 20. Por ejemplo, James Stirling public en Architectural Review el artculo La capilla de Le Corbusier en Ronchamp y la crisis del Racionalismo, marzo de 1936. 21. Vase Aldo Rossi, La arquitectura de la ciudad, Ed. Gustavo Gili S.A., Barcelona, 1971; y sobre el Teatro del mundo vase Lotus, n. 25, 1979, Tre progetti di Aldo Rossi, y Aldo Rossi, Le temps du Thatre, en Aldo Rossi - Thatre, vitle, architecture, Recherches et Crations, Nantes, 1985. 22. August Hecksher, The public happiness, Hutchinson of London, 1963; y Robert Venturi, Complejidad y contradiccin en la arquitectura, Ed. Gustavo Gili S.A., Barcelona, 1972. 23. Rem Koolhaas y Elia Zenhelis, Exodus o i prigioneri volontari de 1'architettura, Casabella, n. 378, Miln, 1973. 24. Respecto a la transformacin del espacio domstico vase el ensayo de Juan Herreros Espacio domstico y sistema de objetos-, EXT, n. 1, Madrid, octubre de 1994. 25. Extrado de Mara Zambra no, Persona y democracia. La historia sacrificial, Anthropos, Barcelona, 1988. 26. Maurice Merleau-Ponty, Fenomenologia della percezione. Casa Editrice, II Saggiatore, 1965. 27. Christian Norberg-Schulz, Intenciones en arquitectura, Gustavo Gil Editorial S.A., Barcelona, 1970.
28. Nos referimos, por ejemplo, a Ezio Manzini, La matire de l'invention, Centre Pompidou, Pars, 1989; versin castellana: La materia de la invencin,Ediciones CEAC, Barcelona, 1993.