5 RESUMEN DEL HELENISMO

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5.

DESDE EL PERIODO HELENÍSTICO AL FINAL DEL IMPERIO ROMANO DE


OCCIDENTE

1. De las polis al imperio de Alejandro Magno

Durante el periodo clásico, la vida de los griegos giraba en torno a las polis o ciudades-estado,
como Atenas y Esparta. Cada polis era independiente y tenía su propio gobierno, cultura y
forma de organizarse. Sin embargo, a partir del siglo IV a.C., las cosas empezaron a cambiar.
Las guerras entre las polis debilitaron a Grecia, y esto permitió que Filipo II de Macedonia
conquistara la mayoría de ellas. Su hijo, Alejandro Magno, educado en la infancia por
Aristóteles, fue aún más lejos: no solo unió a las polis bajo su mando, sino que expandió el
territorio griego conquistando un vasto imperio que llegaba hasta Egipto y la India. Esta etapa
marca el paso de las pequeñas polis al gran imperio de Alejandro, donde ya no había una sola
ciudad dominante, sino una mezcla de culturas y pueblos.

Tras la muerte de Alejandro, su imperio se fragmentó, pero la influencia griega quedó


extendida por todo ese territorio, dando lugar al periodo helenístico. Este fue un momento de
mezcla cultural, donde la cultura griega se fusionó con las culturas de Oriente Medio y Egipto,
creando algo nuevo y diferente a la Grecia clásica.

2. La filosofía helenística: ética, ciencia y cultura

El periodo helenístico fue muy importante para la filosofía, la ciencia y la cultura. En este
momento, las personas ya no vivían en las pequeñas comunidades de las polis, sino en enormes
imperios. Esta nueva realidad hizo que los filósofos se concentraran más en el individuo y en
cómo encontrar la felicidad en un mundo que parecía más incierto y cambiante.

La ética se convirtió en el centro de la filosofía helenística. La gente quería saber cómo ser
feliz y vivir una vida buena, sin importar lo que ocurriera a su alrededor. Además, el interés por
la ciencia continuó, especialmente en lugares como Alejandría, donde se fundó la famosa
Biblioteca de Alejandría, que se convirtió en el centro del conocimiento del mundo antiguo.
Allí, científicos y filósofos estudiaron temas como matemáticas, astronomía y medicina.

La cultura helenística también se caracterizó por la mezcla. Los griegos convivieron con
egipcios, persas y otros pueblos, y esto dio lugar a un intercambio de ideas y formas de vida
que enriqueció la cultura de la época.

3. Estoicismo, escepticismo, epicureísmo y cinismo

Durante el periodo helenístico surgieron varias escuelas filosóficas que intentaban responder
a la pregunta de cómo vivir una buena vida en un mundo tan incierto.

• Estoicismo: Los estoicos pensaban que lo más importante era vivir de acuerdo con la
naturaleza y aceptar lo que la vida nos trae con tranquilidad. Según ellos, no podemos
controlar lo que sucede a nuestro alrededor, pero sí cómo reaccionamos. Para los
estoicos, la virtud (arete) y la razón (logos) eran fundamentales, y la clave de la
felicidad era alcanzar la imperturbabilidad (ataraxia), es decir, no dejarse afectar por

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las cosas que no dependen de nosotros. Uno de los representantes más importantes del
estoicismo fue Zenón de Citio. La influencia de esta corriente filosófica estuvo muy
presente durante el Imperio Romano en el que cabe mencionar a figuras como el
emperador Marco Aurelio o Séneca.

• Escepticismo: Los escépticos defendían la idea de que es muy difícil, si no imposible,


conocer la verdad con certeza. Por eso, proponían que, para ser felices, debíamos
suspender nuestro juicio (epojé) y no preocuparnos por tratar de conocer lo
incognoscible. Creían que al no emitir juicios definitivos, podríamos alcanzar la paz
interior y evitar la presión de tratar de entender todo. El filósofo más conocido de esta
escuela fue Pirrón de Elis.

• Epicureísmo: Los epicúreos pensaban que la felicidad consistía en buscar el placer


(hedoné) y evitar el dolor (algedon), pero no de una forma descontrolada. Para ellos, el
placer verdadero no era el exceso, sino vivir de forma sencilla, disfrutando de los
placeres básicos como la amistad (filia) y la tranquilidad (ataraxia). Epicuro enseñaba
que no debíamos temer a los dioses ni a la muerte, y que la clave de la felicidad era
aprender a satisfacer nuestras necesidades de manera equilibrada. Epicuro fue,
obviamente, el principal representante de esta escuela.

• Cinismo: Los cínicos seguían una filosofía que estaba muy influenciada por Sócrates,
especialmente en su rechazo a los valores materialistas de la sociedad. Los cínicos
defendían la vida simple, en armonía con la naturaleza, y rechazaban todo lo que
consideraban innecesario o artificial. Pensaban que la verdadera felicidad consistía en
ser autosuficiente (autarquía) y no depender de cosas externas. El cínico más famoso
fue Diógenes de Sinope, quien vivía de manera extremadamente austera y provocadora,
llevando al límite las ideas de su maestro Sócrates sobre la importancia de la virtud
frente a las normas sociales.

4. La figura de Hipatia de Alejandría

Hipatia fue una de las figuras más importantes del periodo helenístico, aunque vivió ya en el
siglo IV d.C., en la Alejandría que todavía mantenía el espíritu de la gran época helenística. Fue
una filósofa, matemática y astrónoma, y se destacó como una de las pocas mujeres que
lograron ser reconocidas en el mundo académico de la época. Hipatia dirigió la Escuela de
Alejandría, donde enseñó filosofía y ciencias, y era muy respetada por su conocimiento y
habilidades.

Hipatia defendía la importancia del conocimiento racional y del uso de la razón para entender
el mundo. Era una gran maestra y su casa se convirtió en un lugar de reunión para muchos
estudiantes y pensadores. Lamentablemente, su vida tuvo un final trágico: en un momento de
tensiones políticas y religiosas, fue asesinada por un grupo de fanáticos religiosos que la
consideraban una amenaza para sus creencias. Su muerte simboliza, para muchos, el fin de la
antigua tradición del conocimiento y la ciencia en Alejandría.

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Hipatia representa el espíritu del periodo helenístico: una mezcla de culturas, un profundo
amor por el conocimiento y el deseo de comprender el mundo mediante la razón. Fue una
pionera en un mundo dominado por hombres y sigue siendo una figura inspiradora para todos los
que buscan el saber.

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