“LA ADORACION DE LOS MAGOS”

Es una pintura al óleo sobre una tabla fue la primera gran obra del pintor Leonardo da Vinci, que
mide 246 cm de alto y 243 cm de ancho en el que el genio del renacimiento trabajo desde 1481 y
1482, fue un encargo realizado en mayo de 1481 por los monjes San Donato de Scopeto, donde
Leonardo da Vinci ha planteado una forma multitudinaria, agitada y violenta llena de personajes
(más de cincuenta nada menos) y en diferentes grupos. Realizo numerosos dibujos y estudios
preparatorios incluyendo uno detallado en perspectiva lineal de una arquitectura clásica en ruinas
que forman parte del fondo de la escena. El grupo protagonista los constituye la pirámide central
formada por María, Jesús, y los ancianos que le ofrecen sus regalos al niño. A los lados de este
grupo, en los extremos derecho e izquierdo del cuadro, dos personajes uno viejo y otro joven, se
consideran tradicionalmente la Filosofía (como actitud contemplativa) y la acción. Tras ellos, una
multitud de personajes forman un arco de diferentes acciones. Son el séquito de los Reyes Magos,
los pastores, los ángeles, todos ellos sacudidos por la reacción emocional del advenimiento del
Mesías. La lucha del mundo del pecado, la caída de la civilización hebrea y la descomposición de su
cultura, (simbolizada en los edificios en ruinas).

Obra que dejo incompleta tras irse de Florencia a Milán, Durante años los expertos han probado
interpretar este cuadro y la manera en que Leonardo lo realizo, pero no han obtenido
conclusiones, al no contar con un cuadro totalmente acabado.

Después de cinco años de restauración, en noviembre de 2011, fue trasladada urgentemente a

Opificio, (fabrica) de Piedras Duras para su restauración ante el delicado estado en que se
encontraba.

Se ha salvado una obra maestra que corría un gran peligro, han sacado a luz un mundo riquísimo
que vivía en el cuadro que estaba escondido durante siglos, con esta pintura han podido espiar un
poco en la mente de Leonardo Da Vinci.

Regreso de nuevo para su explosión a las Galerías de Uffizi, Florencia, Italia.

 “VIRGEN DE LAS ROCAS”

La virgen de las rocas es un nombre usado para denominar dos cuadros de Leonardo da vinci
pintados con idéntica técnica pictórica de óleo sobre la tabla, la versión del Museo del Louvre fue
transferida a lienzo desde el panel original de madera, pero la que se conserva en la NATIONAL
GALLERY aún permanece sobre tabla. Así mismo sus cuadros muestran un gran interés por reflejar
estados anímicos y expresivos de los personajes que dotan a sus cuadros de vida y ritmo.

El tema procede de los evangelios apócrifos. Según estos, cuando Juan quedó huérfano fue a vivir
a una cueva, en ella es encontrado por María y Jesús cuando estos huyen hacia Egipto, a estos
personajes se une el arcángel Uriel.
La composición es clásica con esquema triangular, cuyo vértice superior sería la cabeza de la
Virgen que con su mano izquierda en pronunciado escorzo parece proteger a su Hijo. A la derecha
el arcángel Uriel con las alas desplegadas que al mirar hacia fuera establece una relación con el
espectador. El arcángel señala al niño Juan, al que la Virgen acoge con su otra mano, y que se
encuentra rindiendo pleitesía al Mesías que parece bendecirle.
 “SANTA ANA, LA VIRGEN Y EL NIÑO”
El cuadro es una de las obras maestras de Leonardo da Vinci,
comenzó a pintarla en 1503 y la acabó 20 años más tarde, es un
óleo sobre tabla, se encuentra en el Museo del Louvre.

Representa tres personajes y un cordero: Santa Ana, la Virgen María

sentada en las piernas de su madre, el Niño Jesús tiene cogido por
las orejas un cordero. La escena se desarrolla en un paisaje rocoso.
Los personajes están situados al borde de un precipicio, detrás de
ellos hay un paisaje con montañas al fondo.

El pintor se inspiró para la iconografía de la "Leyenda Dorada" de

Jacobo de Vorágine (obra del siglo XIII), pues la Biblia no menciona a
Santa Ana, solo hablan de ella los Evangelios Apócrifos de Santiago y
Mateo, escritos entre los siglos II y VI.

En los cartones preparatorios, aparece San Juan Bautista, pero en la composición final fue
remplazado por el cordero. La sonrisa de Santa Ana nos recuerda a la sonrisa de la Gioconda, la
cabeza inclinada hacia la derecha, mira a su hija.

Sigmund Freud hizo un examen psicoanalítico de la obra de Leonardo en su ensayo "Un recuerdo
infantil de Leonardo da Vinci", según Freud el manto de la virgen tiene la forma de un buitre.
Freud vio la
manifestación de una fantasía infantil de un "homosexual pasivo". Leonardo escribió en el Codex
Atlanticus, que fue atacado, siendo un niño en la cuna, por la cola de un buitre:

"Parece que yo estaba destinado a estar siempre

profundamente preocupado con los buitres, pues uno de
mis primeros recuerdos es que estando yo en la cuna vino
un buitre sobre mí y abrió mi boca con su cola, y golpeo
muchas veces mis labios con su cola". El buitre era en
realidad un "milano". Durante los últimos 20 años
Leonardo trabajó de mil maneras la composición del
cuadro, estudió todos los detalles, los colores.

Los movimientos no dejó nada al azar, fue la muerte del

artista (en 1519) la que puso fin a su trabajo, para el
pintor las partes secundarias aun no estaban terminadas,
como los paisajes del fondo.

Sigmund Freud explicó como la Virgen María y Santa Ana

están representadas como si tuvieran la misma edad, esto
podía ser porque Leonardo era hijo ilegítimo, fue criado
por su madre biológica antes de ser adoptado por la
esposa de su padre. Leonardo tenía dos madres, Santa
Ana y María las representan.
 “LA ANUNCIACION”
La anunciación (en
italiano Annunciazione) es
uno de los cuadros más
celebres del pintor
renacentista italiano
Leonardo DA Vinci. Esta
pintado al óleo sobre
tabla (madera de álamo)
que mide 100 cm. De alto
y 221 cm. De ancho y data
del periodo 1,472-1,475.
Se conserva en la Galería
de los Uffizi de Florencia.

Este arte es uno de los primeros encargados que Leonardo Da Vinci consiguió mientras estaba en
el taller de Verrocchio. Se cree que es obra de colaboración con Doménico Ghirlandaio o alguno
de los discípulos, por algunos rasgos la Virgen está a la derecha y el Ángel a la izquierda,
característica de las pinturas florentinas: además, la cabeza del Ángel carece del esfumado típico
de Leonardo, apareciendo los cabellos compactos. No obstante el Ángel parece próximo a la
factura del que aparece en el bautismo de cristo de Verrocchio, y existe dos dibujos ciertos de
Leonardo, un estudio de Brazo en la Christ Church de Oxford y un estudio de drapeado en el
Louvre que hacen referencia precisa, respectivamente el arcángel y la Virgen.

La obra era desconocida hasta el año 1,867, en que llego a los Uffizi en 1,867 desde la sacristía de
la iglesia de San Bartolomeo, aneja al suprimido monasterio de los Oliventanos. Entonces se
atribuyó a Ghirlandaaio, quien era, como Leonardo, un aprendiz en el taller de Verrocchio:
también hay quien consideraba que era obra de este último. En 1, 869, algunos críticos ya
reconocieron como obra de juventud de Leonardo.

El 12 de marzo de 2007 el cuadro fue el centro de una polémica entre ciudadanos italianos y el
Ministerio de Cultura, que decidió prestar la pintura para una exposición en Tokio (Japón), titulada
la mente de Leonardo, desde mayo hasta el 17 de junio.

Se representa el tema de La Anunciación de la venida de Cristo a María por el ángel Gabriel,

conforme a la Biblia Cristiana, recogiéndose en el evangelio de Lucas 1: 26-38.

Si bien hay en el cuadro simplificación y convencionalismo de composición, estos rasgos pueden

atribuirse a la relativa inexperiencia y a la necesidad de concluir, exigencia lejana del espíritu de
Leonardo, una obra de la cual no podía atribuirse la plena responsabilidad.
 LA BICICLETA
La bicicleta fue inventada para dar solución a la idea que se tenía de que una persona, al caminar,
desperdiciaba mucha fuerza por tener que desplazar su peso alternativamente de un pie al otro.

Leonardo da Vinci hizo los primeros bocetos de una bicicleta en el año 1,490. Aunque fue en 1,817
cuando se creó la primera bicicleta gracias al inventor alemán Karl von Drais. Esta bicicleta no
tenía pedales y se propulsaba por la fuerza del conductor empujando con el pie en el suelo.

Leonardo le encantaba a todo el mundo. Pero no invento ninguna bicicleta. Que Leonardo había
inventado la bicicleta fue una noticia que salto a los medios en 1,974, cuando, en la restauración
del Codex Atlanticus apareció este dibujo:

El dibujo, no hay más que verlo, es una birria más propia de un niño que un maestro como
Leonardo, y desde el principio casi todos los investigadores pensaron en un fraude. Hoy todo
apunta a que el dibujo se hizo entre 1967 y 1974 durante la restauración por unos muy poco
profesionales monjes del convento de Grottaferrata, cerca de Roma.

Ahora, ¿de dónde venían estos apuntes de Leonardo que no habían sido publicados hasta 1974,
unos de los cuales tenía un dibujo de una bicicleta?

Los apuntes habían estado archivados en el Codex Atlanticus, una colección de dibujos de
Leonardo Da Vinci que el propio Leoni reunió y encuaderno después de la muerte de aquel, hacia
fines de los años 1500

Como Leonardo escribía en las dos cara de la hojas de papel, el recopilador monto las paginas
originales en una especie de folios con un rectángulo calada en el centro, de madera que pudieran
verse las dos caras de cada hoja. Excepto algunas hojas que del lado del revés no habían sido
dibujadas por Leonardo, sino por sus alumnos. En esos casos las hojas fueron montadas de manera
que solo la cara dibujada por el maestro fuese visible, la otra cara del folio no fue calada. El
resultado de esa decisión fue que
los garabatos atribuidos a los
alumnos de Leonardo
permanecieron incognitos hasta
la década de 1960, cuando el
Codex Atlanticus fue
desmontado para su
restauración por iniciativa del
ingeniero Nando Di Toni y el
investigador André Corbeau.
 LAS ARMAS Y OBJETOS DE GUERRA
Leonardo da Vinci fue un inquieto observador
de la naturaleza y se empeñó en descifrar sus
leyes. Su intuición científica y su curiosidad lo
llevaron a explorar la cinemática, la mecánica, la
hidrodinámica y la óptica entre otras áreas de la
física. Si bien no desarrolló teorías matemáticas
ni experiencias que apoyaran sus
investigaciones, su visión objetiva y analítica de
la naturaleza lo sitúan como un pionero del
pensamiento científico moderno.

Uno de los aspectos más fascinantes de la obra

de Leonardo da Vinci (1452- 1519) es su interés
en el diseño de máquinas y en el estudio de diversos fenómenos físicos. Al observar sus bocetos
nadie puede evitar sentirse doblemente subyugado, tanto por la indiscutible belleza de sus dibujos
hechos con delicados y precisos trazos de sanguina y carbonilla, como por la minuciosa y detallada
descripción de los mecanismos y de las herramientas empleados en sus proyectos.

De todas las máquinas imaginadas por Leonardo, sus artefactos voladores son los que han
despertado mayor admiración. El sabio renacentista confiaba en poder encontrar el secreto del
vuelo estudiando el ala de las aves, como es sabido, dedicó gran cantidad de bocetos a este tipo
de análisis, si bien Leonardo no logró descifrar los secretos del vuelo, llegó a diseñar un paracaídas
que efectivamente permitiría a un hombre arrojarse sin peligro desde cualquier altura. Este
invento consistía en un enorme aparato de forma piramidal, que disminuía la velocidad de la caída
gracias a la resistencia opuesta por su enorme superficie.

Entre los grandes intereses de Leonardo figuran también las máquinas de guerra. En una época en
la que los estados italianos sostenían permanentes conflictos entre sí, Leonardo dirigió una carta a
Ludovico el Moro presentándose a sí mismo, ante todo, como ingeniero militar. En esta carta el
sabio describe algunas de sus armas, Leonardo imaginó bombardas o cañones, accionadas por la
fuerza del vapor, en un momento en el que las máquinas de vapor aún no eran soñadas por
ningún inventor, uno de sus dibujos ilustra la manera de saturar con disparos el frente de guerra,
también diseñó gigantescas catapultas realizadas con maderas tensadas y curvadas que
almacenan elásticamente la fuerza liberándola de golpe, en fin, la curiosidad y las inquietudes de
Leonardo no tuvieron límite, se interesó por casi todos los problemas mecánicos y cinemáticas de
su época, como la caída libre de los cuerpos, el funcionamiento de las palancas y de las poleas, y la
trasmisión de esfuerzos por medio de engranajes y otros sistemas.

Sus intereses lo llevaron a saltar, permanentemente, de un tema a otro, llenado sus cuadernos de
bocetos y proyectos de la más amplia variedad.