capas de la tierra
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CAPAS DE LA TIERRA
La geósfera
La geósfera está conformada por cuatro capas que abarcan desde el núcleo hasta
la superficie terrestre. Estas son:
• El núcleo interno. Es la capa más profunda de la Tierra y consiste en una
gran bola de hierro de 1216 kilómetros de radio. Está compuesto, en su
mayor parte, por hierro y níquel, y se encuentra a una temperatura muy
elevada, alrededor de 5.505 ºC (casi tanto como la temperatura de la
superficie del Sol).
• El núcleo externo. Es una capa que se compone de metales como hierro y
níquel en estado líquido y tiene aproximadamente 2270 kilómetros de
espesor. Debido al movimiento de estos componentes, se genera un campo
magnético alrededor del planeta.
• El manto. Es la capa que recubre el núcleo externo y la que tiene mayor
espesor, por lo que representa un 84 % del volumen de la Tierra. Su
naturaleza es semiplástica (es decir, un estado entre sólido y líquido), y se
compone mayoritariamente de metales como el hierro y minerales como
el magnesio. La parte superior del manto se denomina astenósfera y es
La hidrósfera
La atmósfera
SERVICIOS AMBIENTALES
Los servicios ecosistémicos, también llamados servicios ambientales, son todos los
beneficios que un ecosistema aporta a la sociedad, y que influyen tanto en la salud,
calidad de vida y desarrollo económico de las personas que la conforman.
Pero para entender mejor qué es un servicio ecosistémico y qué beneficios
proporciona, es clave partir de la definición, primero, de otros dos conceptos
fundamentales y muy relacionados entre sí: ecosistema y capital natural.
Un ecosistema es un sistema ecológico que está compuesto por distintos elementos
vivos que interactúan entre sí, con el medio que lo constituye y con sus entornos no
vivos. Mientras que el capital natural hace referencia al conjunto de recursos
renovables y no renovables de un ecosistema.
En el funcionamiento de cualquier ecosistema es fundamental la biodiversidad de
sus organismos vivos, es decir, la variedad de seres vivos que habitan en él
en armonía y equilibrio. Los cambios en la biodiversidad de un ecosistema pueden
afectar de forma directa a la provisión de servicios ecosistémicos, por eso hay que
preocuparse y ocuparse también de su gestión y preservación.