Módulo II: “La Pericia Psicológica” (Daño Psíquico)

LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA EN EL ÁMBITO FORENSE

La evaluación psicológica en el ámbito forense presenta algunas particularidades, propias
de dicho ámbito, que lo diferencian del ámbito clínico.

En primera instancia, debemos tener en claro que los peritos somos considerados
"auxiliares de la Justicia", esto es, nosotros contribuimos con nuestra ciencia y nuestro
saber, otorgándole al Juez los instrumentos necesarios para poder dictaminar sentencia,
aportándole nuestras observaciones e inferencias, con la necesaria apoyatura científica
sobre el caso asignado.

La tarea del perito psicólogo consiste en llevar a cabo el examen de una o varias personas
mediante la instrumentación del método psicodiagnóstico, y plasmar su estudio, en un
dictamen pericial.

Si bien en todo psicodiagnóstico, se trata de un proceso limitado y acotado a la demanda

específica, en el ámbito de la justicia asistimos a un acortamiento de los tiempos en virtud
de los plazos procesales. Esta circunstancia hace que el perito deba adaptar su modalidad
de intervención a dichos plazos, seleccionando adecuadamente las técnicas a
implementar.

Al respecto, es necesario destacar que la Peritación Psicológico-Forense está orientada

hacia la descripción y comprensión profunda y compleja de la personalidad de un sujeto
vinculado a un proceso judicial. Es decir, se trata de una evaluación psicológica en el
contexto de un juicio, en donde además, se juegan determinados intereses personales
(tenencias, indemnizaciones, penas y encarcelamientos, entre otros).

En este contexto, la simulación y la distorsión de la verdad juegan un papel sumamente

complejo de dilucidar, pero muy necesario a considerar por el psicólogo al momento de la
evaluación y elaboración del informe pericial.

El perito psicólogo, en tanto auxiliar de la justicia, está obligado a expresar y poner en

conocimiento del magistrado todo lo que haya comprobado en oportunidad de llevar
adelante la tarea pericial.

Por esta misma razón, está impedido de tomar en tratamiento al peritado antes del
dictado de sentencia firme. Al mismo tiempo, está obligado a aportar todos los datos de
interés para la litis, como también a denunciar algún delito del que tuviera conocimiento
en el ejercicio de su labor.

En este sentido, los requerimientos de orden legal hacen desaparecer el deber de

confidencialidad (secreto profesional). Ante la pregunta de la justicia, el secreto
profesional no puede ser invocado por el psicólogo para rehusar responder.

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Esta es una circunstancia que es considerada como “justa causa” y eximen al psicólogo
que se desempeña en tareas periciales del deber de secreto profesional.
Por otra parte, el psicólogo se sirve de su experiencia y escucha clínica para llevar a cabo
la evaluación, pero no realiza señalamientos ni interpretaciones. Su función se
circunscribe a recabar la información y el material psicodiagnóstico necesario para
cumplir la tarea que le fue encomendada por el Juez.

Los puntos de pericia son el eje directriz sobre el cual basamos todo nuestro estudio,
aunque cabe aclarar que no nos limitamos a ellos, ya que al ser elaborados por las partes,
responden a sus intereses particulares.

Si bien, en un proceso psicodiagnóstico confluyen una amplia gama de rasgos y aspectos

diversos de la personalidad, en el informe sólo se volcarán aquellos que estén
verdaderamente entrelazados con los puntos solicitados, incluyendo todo dato que
revista interés para la causa.

Otra diferencia con la clínica, es que en el ámbito de la peritación psicológico-forense,

durante las entrevistas psicodiagnósticas es posible la presencia de terceros tales como
los consultores técnicos (Civil) o los peritos de parte (Penal).

Evidentemente estas inclusiones de terceros constituyen una novedad en el proceso

psicodiagnóstico y deben ser tenidas en cuenta por el psicólogo en la evaluación, sobre
todo si se trata de muchas personas o de presencias intimidatorias.

Dentro de nuestra labor profesional, uno de los conceptos claves que más nos requieren
en un examen pericial, es el de “daño psíquico”.

No toda situación de intensa incidencia sobre el sujeto produciría daño psíquico, sino sólo
aquellas donde las condiciones subjetivas lo posibilitan.

Ello significa, que de acuerdo al tipo de estructura psíquica y del funcionamiento yoico en
particular, una situación inesperada puede traer secuelas graves y derivar en el
denominado “daño psíquico”, o bien permanecer como un trastorno psicológico
temporario.

Poder deslindar y precisar adecuadamente este concepto jurídico, le brinda al Juez la

posibilidad de adoptar una postura más clara y apropiada para la ejecución de una
sentencia.

En síntesis, el Juez requiere de nosotros, conocedores de la psiquis, para brindarle

elementos y herramientas esclarecedoras para la ejecución de un veredicto digno y justo.

A continuación, nos centraremos en la tarea que más frecuentemente se nos requiere

como Peritos Psicólogos, la evaluación del Daño Psíquico.

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 LA ENTREVISTA PSICOLÓGICA EN LA PERITACIÓN DEL DAÑO
PSÍQUICO

La interpretación del perito se basa en la evaluación conjunta del material psicológico

obtenido en las diversas técnicas administradas, entre ellas desempeña un rol
fundamental la entrevista.

La Entrevista psicológica es una técnica insustituible del proceso psicodiagnóstico.

Además, nos orienta en la selección de la batería de técnicas de exploración psicológica

que se administrará al peritado, conforme a los requerimientos del caso.

Evidentemente, en el ámbito forense, las entrevistas deberán ser más pautadas que en
otros modelos de entrevistas clínicas, ya que la información requerida y los tiempos que
se disponen son más acotados. Para llegar a dichos términos, el experto debe utilizar los
instrumentos diagnósticos más específicos para poder ahondar aquellos ítems que se le
requiere.

La entrevista pericial es semidirigida, focalizada, y tiene como objeto obtener información

relevante y pertinente al hecho que se investiga, de modo de aportar al juez las
conclusiones que nos solicita.

En este sentido, se pondrá especial énfasis en obtener datos que permitan inferir:

Estado psíquico previo al hecho que se investiga: Se hará una pormenorizada

investigación mediante una anamnesis de las distintas etapas vitales, incluyendo
características del grupo familiar de origen, escolaridad, enfermedades, otros
accidentes, pérdidas significativas, cirugías, tratamientos psicológicos y/o
psiquiátricos, vínculos afectivos, vida social y recreativa, trabajos, hábitos de
dependencia (tabaco, alcohol, drogas).
Cabe recordar que Daño Psíquico supone una disminución de aptitudes psíquicas
previas. Además esta indagación apunta a deslindar factores de concausalidad.

Investigación referida al hecho de autos: Se centra en el recuerdo y relato del

hecho, repercusión afectiva concomitante, existencia de traumatismo
craneoencefálico con pérdida de conocimiento, asistencia médica recibida,
período de rehabilitación, alta médica, modificación en las diferentes áreas vitales
(laboral, familiar, social, económica), descripción de sintomatología psíquica
inmediata y mediata, actualidad de dicha sintomatología, tratamientos
psicológicos y/o psiquiátricos realizados o en curso.

Pronóstico y proyección futura: Se evaluará las posibilidades de recuperación que

tiene a partir de la realización de un tratamiento psicológico, la presencia de
recursos psíquicos para el mismo, y la posibilidad de tener proyectos y llevarlos a
cabo.

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Cabe resaltar que debido a los tiempos procesales, en oportunidad de llevarse a cabo la
pericia es muy frecuente que hayan transcurrido al menos un año del hecho que se
denuncia en el expediente. En el fuero Civil este período se puede extender mucho más.

Por lo tanto, se trata de indagar además, sucesos biográficos de trascendencia

acontecidos en la vida del peritado, tanto previos como con posterioridad al hecho
denunciado en autos, hasta la actualidad del examen pericial.

Así, en el caso de determinar la existencia de psicopatología, ésta debe estar claramente

vinculada al hecho dañoso, causal o concausalmente (a excepción del fuero laboral que
exige nexo causal directo para la determinación de daño psíquico).

Descripción de las primeras tareas a realizar:

1) Requerir DNI u otro documento que acredite identidad, a fin de corroborar que se
trata de la persona que el juez ordenó peritar.

2) El perito de oficio se presenta en tanto designado por el Juez, en su carácter de auxiliar

de la justicia. Explicación breve sobre la tarea pericial a realizar (en qué consiste,
tiempo, cantidad de entrevistas, etc.).

3) Presentar a los consultores técnicos si los hubiera. En este caso, se aclara a que parte
representa, y su rol básicamente presencial de observación, pudiendo también realizar
alguna pregunta al peritado. El perito debe solicitarle al consultor técnico su matrícula
profesional y corroborar con los datos que obran en expediente.

4) Recabar datos personales y un teléfono. Básicamente se solicita la siguiente

información sobre las personas a peritar:

NOMBRE Y APELLIDO COMPLETO. DNI. Fecha y lugar de nacimiento.

Estado Civil.
Nivel de estudios.
Ocupación actual.
Grupo familiar Conviviente (nombres completos, nacionalidad, edades, ocupación,
etc.)
Grupo familiar de Origen (nombres completos, nacionalidad, edades, ocupación,
estado civil, si hubiera fallecidos, fecha y causa del deceso).

5) Entrevistas semidirigidas. Hechos, anamnesis (antecedentes familiares y personales,

desempeño en las distintas áreas de despliegue vital). Se focalizará en los puntos de
pericia y demás aspectos de interés para la causa. Cuestionario de Sucesos de Vida.

6) Administrar técnicas de evaluación psicológica adecuada a los requerimientos del

caso. Se comienza con los tests gráficos y Bender.

7) Citar para la siguiente entrevista. Es posible que se nos solicite una constancia de la
presencia del peritado a la entrevista.

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 LA PERICIA PSICOLÓGICA - FORENSE

“La pericia psicológico-forense está orientada hacia la descripción y comprensión

profunda y compleja de la personalidad de un sujeto vinculado a un proceso judicial
en sus diferentes áreas: aspecto intelectual (capacidad de comprensión,
funcionamiento y tipo de pensamiento, capacidad de atención, concentración y
memoria), aspecto afectivo (manejo de las emociones), aspecto vincular (manejo
de las relaciones interpersonales), aspecto volitivo (manejo de los impulsos y del
caudal de la agresividad) y ajuste y adecuación a la realidad. Investiga no sólo los
aspectos manifiestos, sino los latentes, ya que utiliza para lograr tales objetivos no
sólo entrevistas psicológico-forenses, sino también aquellas técnicas psicométricas
y proyectivas que el profesional interviniente considere con validez científica para
responder a las demandas de los Sres. Magistrados.” (Lic. María Amalia Cejas de
Scaglia).

Es decir, una Peritación Psicológica brinda elementos que permiten detectar el

funcionamiento del psiquismo de una persona vinculado a un proceso judicial, y esto es
lo que se informa en los dictámenes periciales a los fines de responder a la demanda
judicial.

En otras palabras, la evaluación psicológica en el ámbito forense, no sólo evalúa el estado

psíquico del peritado al momento del examen, sino que además, debe poder vincularlo
con el hecho denunciado en la causa judicial.

La Peritación Psicológica investiga distintas áreas de funcionamiento de una persona:

 Intelectual (capacidad de comprensión, funcionamiento y tipo de pensamiento,

capacidad de atención, concentración y memoria)
 Afectiva (manejo de emociones)
 Vincular (manejo de las relaciones interpersonales)
 Volitiva (manejo de los impulsos y del caudal de la agresividad)
 Ajuste y la adecuación a la realidad.

Investiga no solo, los aspectos manifiestos sino los latentes, utilizando distintas Técnicas
Psicológicas: no sólo entrevistas (individuales, familiares o grupales), sino técnicas
psicométricas y técnicas proyectivas que el profesional elige de acuerdo con las
características del entrevistado, por considerarlas de mayor confiabilidad y validez para
responder a las demandas de los señores Magistrados.

La herramienta utilizada por el perito psicólogo es el psicodiagnóstico, proceso complejo,

en el sentido de su composición de variadas y plurales técnicas administradas, e
interpretadas en forma integrada.

El perito tiene la libertad de instrumentar su propia estrategia para cada caso en

particular.

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Por ello, se considera de vital importancia que el psicólogo adquiera la capacidad para
conformar una batería de técnicas de exploración psicológica que mejor se adecue al
caso, a las características del peritado y valorando la necesaria relación entre costo /
beneficio.

Una batería psicodiagnóstica consta de técnicas psicométricas y técnicas proyectivas.

La selección de cada una de ellas, estará sustentada en los objetivos que se persigan, y
por sobre todo, en las propias capacidades que posea el peritado.

Por ello la batería debe diseñarse sobre el curso de la primera entrevista, ya que
desconocemos, generalmente, las capacidades y cualidades del sujeto a estudiar.

Cuando hablamos de capacidades, nos referimos a las verdaderas posibilidades que el

sujeto pueda llegar a demostrar en el proceso psicodiagnóstico.
A modo de ejemplo, pensando en una persona cuyos estudios sistemáticos alcanzaron un
segundo grado del nivel primario, su entorno socio cultural es de bajos recursos,
difícilmente pueda responder adecuadamente un Test de Wais, o llegar a comprender
rápidamente qué se le está pidiendo con una consigna del Cuestionario Desiderativo.

Debemos ser muy cautos a la hora de diseñar nuestra estrategia diagnóstica, ya que de
ello dependerá nuestro éxito, entendiéndolo por el alcance de nuestros objetivos en la
tarea adscripta.

Tener presente estas consideraciones, nos permitirá confeccionar un informe adecuado a

las exigencias y necesidades que se requiere de nuestra labor profesional.

Debemos entonces, tener la suficiente capacidad para poder diseñar adecuadamente la

batería psicodiagnóstica y seleccionar cuáles son los instrumentos que iremos a utilizar,
para poder obtener los objetivos que se planteen y favorecer un adecuado diagnóstico de
la estructura de la personalidad del sujeto y de su estado psíquico actual.

Aunque parezca obvia, una buena y completa administración de la técnica resulta

imprescindible, así como el pleno dominio del perito sobre la misma. Así, es preferible la
administración de menor cantidad de técnicas o de menor complejidad, que caer en los
dislates inadecuados.

Debe desaconsejarse, en general, aquellas técnicas que dependen en alto grado de la

interpretación subjetiva, o cuya interpretación, resulta difícil de ser sostenida
adecuadamente ante una impugnación.

De todas formas, lo esencial es el análisis global de las técnicas, en sus convergencias y

concurrencias, así como la síntesis reflejada, en forma clara pero consistente, en las
conclusiones.

Hacer un psicodiagnóstico supone ubicarnos en el plano del proceso salud-enfermedad

para poder determinar en qué medida estamos o no, en presencia de una patología o
trastorno, que necesita de algún tipo determinado de intervención.

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Abarca aspectos presentes (diagnóstico del estado psíquico actual), pasados
(antecedentes histobiográficos) y futuros (pronóstico).

Esta dimensión temporal es por demás relevante, al momento de determinar Daño

psíquico y recomendar tratamiento, ya que el psicólogo debe hallar y fundamentar, el
adecuado nexo causal (o concausal) entre el trastorno actual y el evento de autos.

El diagnóstico al que se arriba estará basado en el análisis de recurrencias (repetición de

un mismo indicador en las técnicas administradas) y convergencias (repetición de
indicadores diferentes, que refieren a los mismos procesos).

Los trastornos que pueden diagnosticarse como Daño psíquico serán los definidos por su
índole reactiva, resultante de un evento ocurrido. Ellos entran dentro de lo que se
denominan “patología postraumáticas”.

Dichas patologías requieren de un intenso y exhaustivo estudio de la personalidad, para

deslindar entre lo que se ha denominado “personalidad de base” o personalidad previa,
los efectos y consecuencias concretas provocadas por un determinado acontecimiento, y
el grado de veracidad de la alteración psíquica que pone de manifiesto el peritado, a
través de sus enunciados.

Estos últimos términos, no están poniendo en cuestión lo que conocemos como “realidad
psíquica”, sino que tienden a buscar un mayor esclarecimiento entre una posible
simulación teñida de propia conveniencia, y lo que verdaderamente le está aconteciendo
en la estructura psíquica del peritado.

Toda evaluación debe realizarse con el auxilio de técnicas de exploración psicológica, que
tengan la suficiente validez y confiabilidad, que den al dictamen pericial una apoyatura
científica demostrable y consensuada.

El daño psicológico no puede presumirse, sino que, como toda prueba pericial, debe estar
fundado en principios científicos y técnicos de la psicología.

De ahí, la importancia de las técnicas de exploración psicológica implementadas para el

estudio del caso, la convergencia y recurrencia de indicadores que de ellas se extraigan, la
articulación con la estructura de personalidad del sujeto y con el hecho que se investiga,
incluyendo el adecuado nexo causal (causa y concausa) y la temporalidad del trastorno.

En términos generales puede caracterizarse a la práctica pericial del daño psíquico como
la reconstrucción de tres tiempos vitales del peritado: el pasado, el presente y el futuro.

Sin embargo, no se trata de una temporalidad lineal, ni de una relación causa-efecto

mecánica, sino que se trabaja con una causalidad circular, a partir del concepto de
significación retroactiva, que introduce una temporalidad compleja pero que nos
posibilita con mayor precisión evaluar los efectos de lo traumático.

Con frecuencia la peritación psicológica se realiza mucho tiempo después de ocurrido el

hecho de autos, en ocasiones hasta 10 años después.

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Esta circunstancia atentaría con la posibilidad de detectar indicadores de patología
compatible con Daño Psíquico.

Sin embargo podemos concluir, que si el hecho que se investiga en autos ha tenido para
el sujeto, entidad suficiente como para ser significado como traumático, hallaremos sus
huellas en el aparato psíquico, y las técnicas de exploración psicológica implementadas -
incluida la entrevista que es una técnica primordial e insustituible del proceso
psicodiagnóstico, mal que les pese a algunos letrados que se refieren a ella como a una
“declaración” o a “dichos subjetivos del actor que en modo alguno pueden constarle al
perito”- decimos, las técnicas revelarán la existencia de las huellas de lo traumático
inscriptas en el aparato psíquico.

A continuación se detalla un listado de técnicas posibles de ser administradas:

Cuestionario de screaning o rastrillaje: Sucesos de Vida de M. Casullo.

Técnicas Proyectivas Gráficas:

Dibujo Libre: Consigna “Dibuje lo que Ud. quiera”. Cuando la persona

concluye su gráfico se le solicita que escriba un relato.

Figura humana: Consigna “Dibuje a una persona”, y al concluir se le pide

que le ponga el nombre y la edad. A continuación, que realice un relato
sobre la persona dibujada.

Figura humana del sexo opuesto: Consigna “Ud. antes dibujó a una persona
que es varón / mujer, ahora le pido que dibuje a una que sea (se le dice el
contrario al que dibujó en la Figura humana)”. También se solicita nombre,
edad y un relato.
Sí mismo: Consigna “Dibújese a Ud. mismo”. Al terminar se le pide que
escriba tres características que le agradan de sí mismo y tres características
que no le agradan. También se pide un relato.

Si mismo en el pasado, en el presente y en el futuro: Consigna “Dibújese a

usted mismo en el pasado, en el presente y en el futuro”. Luego que la
persona concluyó su gráfico se le solicita que indique qué edad tiene en
cada uno de sus dibujos y que realice un relato de cada uno de esos
tiempos.

H.T.P. Integrado: Consigna “Dibuje a una casa, un árbol y una persona”.

Esta consigna es una variante de la tradicional del H.T.P. en la que la
persona realiza los gráficos en hojas separadas.
Esta forma integrada del H.T.P. permite obtener producciones de mayor
riqueza proyectiva ya que posibilita la articulación de los tres elementos.
Por ejemplo, la persona puede ser ubicada en el interior de la casa,
recostada sobre el árbol, etc.

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 Una vez que el examinado terminó su producción gráfica se le solicita que
le ponga un nombre y una edad a la persona que dibujó. Luego de pedirle
que le ponga un nombre y edad a la persona, se le solicita que “Realice un
relato o historia tratando de incluir a la casa, al árbol y la persona”.
Finalmente, puede realizarse el siguiente interrogatorio:
- Casa: ¿de qué está hecha?, ¿cuánto tiempo de construida tiene?, ¿está
habitada?, ¿por quiénes?, ¿dónde está ubicada?, etc.
- Árbol: ¿qué tipo de árbol es?, ¿cuánto tiempo de vida tiene?, ¿cómo lo
ve a este árbol?, ¿lo cuida alguien?, ¿hay otros árboles cerca?
- Persona: ¿A qué se dedica?, ¿la encuentra parecida a alguien o le
recuerda a alguien que conoce?
- Imagine que en esta escena que dibujó viniera una tormenta, ¿qué se
le ocurre? (Investigar consecuencias en relación a la casa, al árbol y a la
persona).

Persona bajo la lluvia: Consigna “Dibuje a una persona bajo la lluvia”.

Luego que terminó su dibujo se le solicita: “Póngale un nombre y una
edad a esta persona que dibujó”. Luego se le solita que realice un relato
de la siguiente forma: “En este momento (decir el nombre que le puso a la
persona) se encuentra bajo la lluvia. Le pido que escriba un relato,
tratando de decir qué habrá pasado antes, que está pasando ahora y qué
va a pasar después o cómo termina la historia”.

Dos personas en interacción: Consigna “Dibuje a dos personas haciendo

algo”. Una vez que la persona terminó su gráfico, se le solicita que les
ponga nombre y edad a las personas dibujadas y que escriba un relato.

Pareja en interacción: Consigna “Dibuje a una pareja haciendo algo”.

También se le solita que ponga nombre y edad a las personas y que
realice por escrito un relato.

Familia de animales: Consigna “Dibuje a una familia de animales”. Al

concluir el gráfico se le pide que ponga el rol de cada uno y que realice un
relato.

Familia Kinética Actual (F.K.A.): Consigna “Dibuje a su familia haciendo

algo”. Una vez que el examinado terminó su dibujo se le solicita que
escriba quién es cada uno, qué está haciendo y que escriba un relato.

Familia Kinética prospectiva (F.K.P.): Consigna “Dibuje a su familia

haciendo algo tal como se la imagina dentro de 5 años”.

Evaluación profunda de la Personalidad: Psicodiagnóstico de Rorschach.

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 Otras pruebas de evaluación de la Personalidad: Test de Relaciones
Objetales de Phillipson (TRO), Test de Colores de Max Lüscher, Cuestionario
Desiderativo (en duelos recientes no es conveniente su administración) , Test de
Wartegg, MMPI-2, Test de frases incompletas, Inventario de Evaluación de la
Personalidad (PAI), Inventario Revisado de Personalidad NEO (NEO PI- R), etc.

Evaluación de sintomatología: Inventario de Síntomas SCL-90-R de L.

Derogatis (Casullo-Pérez, 2008), Inventario de Depresión de Beck (BDI), Escala
de Ansiedad y Depresión de Goldberg (EADG), Escala Hospitalaria de
Ansiedad y Depresión (HAD). Escala de Ansiedad de Hamilton, Escala de
Trauma de Davidson (DTS), Escala de 8 Ítems para los Resultados de
Tratamiento del TEPT (Top-8), Escala de Gravedad de Síntomas del Trastorno
de Estrés Postraumático (Echeburúa et al. 1997), Escala de Evaluación del
Bienestar Psicológico Adultos (Bieps-A).

Evaluación de Coordinación Psicomotora: Test gestáltico Visomotor de

Bender.

Evaluación Psicométrica de Inteligencia y Capacidad Intelectual: Raven,

WAIS, etc.

Tests para evaluar Deterioro: Test de deterioro mental de Crocq y Lebogne,

Minimental o Mini-examen cognoscitivo, ACE-R (Ineco).

Para Niños: Similar al anterior (adolescentes, adultos), sólo que puede

agregarse Hora de juego diagnóstica (para niños pequeños), CAT en vez del
Phillipson (hasta los 10 años) y el Psicodiagnóstico de Rorschach (a partir de
los 5 años). Asimismo, es de fundamental relevancia incluir previamente al
menos una entrevista a padres. Se fundamenta no sólo en conceptos clínicos,
sino también, porque los menores son incorporados a una causa judicial, por
al menos uno de los padres en litigio.

A continuación, algunas observaciones con relación a la selección de batería

psicodiagnóstica:

Cuestionario Sucesos de Vida: Es de gran utilidad la inclusión de esta

técnica en el transcurso de la entrevista, ya que nos permite tomar
conocimiento de sucesos significativos en la historia del peritado, que muy
probablemente no relataría espontáneamente. Arroja valiosa información
sobre antecedentes familiares, laborales, etc., como también, el grado de
afectación que han tenido (o continúan teniendo) para el sujeto.

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 Si la persona ha sufrido traumatismo craneoencefálico con pérdida de
conocimiento, será necesario evaluar la presencia de trastornos en las
funciones psíquicas superiores. Para ello utilizamos el Test de Deterioro de
Crocq y Leborgne o el Minimental y el Test Gestáltico Visomotor de Bender
para evaluar posible compromiso psico-orgánico.

Técnicas gráficas: La selección de gráficos se hará según el caso, pero en

términos generales, sugerimos incluir Sí mismo en el pasado, presente y
futuro, H.T.P. integrado (incluyendo interrogatorio) y Persona bajo la lluvia,
para la evaluación de Daño Psíquico. Todas las técnicas gráficas se
acompañan con relato.

Cuestionarios, inventarios y escalas autoadministrables: Se recomienda

estar atentos a una eventual simulación, disimulación, ocultación o
falseamiento de la verdad del examinado al responder, a los fines de
descartar su uso en caso de sospechar o verificar su presencia. La
administración por parte del perito tiende a evitar la manipulación de sus
resultados.

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