Las crisis de 1898, 1909 y 1917

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Las crisis de 1898, 1909 y 1917: causas y consecuencias en el contexto

de la España de la Restauración

Crisis de 1898
En 1885, Alfonso XII, el rey, murió debido a una tuberculosis. Y el régimen quedaba cojo,
debido a que el gran pilar en el que se sostenía era el mismo Rey. Por eso mismo, Sagasta,
entre 1881 y 1883, creó un gobierno, pactó con Cánovas del Castillo y el Partido
Conservador, para seguir con el “Turnismo”, a través del Pacto del Pardo.
Debido a ello, y que estaba embarazada del rey, su consorte, María Cristina, comenzó una
regencia, que duró hasta 1902, cuando su hijo, el futuro Alfonso XIII, llegase a la mayoría de
edad, con 16 años. En esos años, los dos grandes partidos estatales, estuvieron turnándose
el gobierno; la reina mantuvo ese orden durante esos años, pero siempre favoreciendo a
Sagasta y su Partido Liberal, ya que tenía una mayor confianza, sosteniendo e impulsando
las reformas que éste llevó a cabo. El Partido Liberal gobernó cinco veces hasta 1901,
“democratizando” el régimen: Libertad de Expresión y reunión, Ley de Prensa, Libertad
de Sindicatos, y la Ley de Sufragio Universal Masculino. Pero en esta época, hasta la
llegada al trono de Alfonso XIII, no todo fueron cosas buenas, también hubo una gran Crisis,
seguramente la peor en todo el Régimen: Desastre del 98.
Causas
A principios del siglo XIX, España, perdió casi todo su imperio colonial, que se basaba en
América; debido a ello solo le quedaban: Cuba y Puerto Rico (en el Caribe), y Filipinas,
Marianas y Carolinas (en el Pacífico). Pero desde mediados de siglo, en el gobierno de
Isabel II, empezaron los problemas en esos territorios. Cuba y Puerto Rico, eran dos islas,
muy cercanas a Estados Unidos, que desde su Independencia (con ayuda española), había
querido expulsar de las tierras americanas, a todos los pueblos que no lo fueran, la través
de la llamada: “Doctrina Monroe” (América para los Americanos). Además, eran lugares
dónde había una gran producción de azúcar y tabaco, siendo un lugar geoestratégico y
económico muy importante. Por otro lado las islas del Océano Pacífico, eran también un
lugar muy importante, ya que suponía un territorio fácil para parar la expansión japonesa,
que se estaba dando en aquel momento. Madrid, por su parte, no dejaba que el mercado de
estas islas se abriese, y solo podían comerciar con España. Estos debían comprar la
harina y las telas caras de Castilla y Cataluña, y para el 1870, la prohibición de la
exportación del azúcar empeoró. Además, España hasta el año 1873, mantuvo como legal
en aquellas zonas (por su capacidad de trabajo), el Esclavismo, que fue abolido por
Figueras en la Primera República.

En 1892, José Martí, creó el Partido Revolucionario de Cuba, que era claramente
independentista. Tres años después, en 1895 se aceptó el Proyecto Autonómico de Cuba
en el Parlamento, y cuando llegó a Cuba, era demasiado tarde, ya que a la cabeza de
José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceda, se creó un gran ejército insurrecto en
la parte oriental de la isla. España mandó a su vez al general Valeriano Weyler, para luchar
contra ellos. Este por su parte, controló toda la isla, con un seguimiento constante en todos
los pueblos, linchamientos contra los insurrectos o sus apoyos, y la creación de los
llamados (Lugares de Concentración). Pero esto no ayudó en parar la insurrección.
Filipinas, por su parte, también tuvo su proceso de insurrección, contra los órdenes
militares y religiosas españolas que imperaban en la región, y es José Rizal, la que creará
la Liga Filipina, que tenía como finalidad: expulsar a los españoles, echar a los grandes
latifundistas y confiscar las tierras, y conseguir la independencia de Filipinas. Ante ello,
España mandó al general Primo de Rivera para luchar contra los insurrectos. No obstante,
para el 1897, Cánovas ya había muerto, y los EE.UU habían cambiado de
presidente mucho más beligerante. Cuba, Puerto Rico y Filipinas ya habían creado
sendos partidos revolucionarios e independentistas que tenían grandes relaciones con
los EE.UU; era ya algo imparable.

El gobierno de Sagasta, que estaba en ese momento, aceptó una autonomía para
Cuba, Puerto Rico y Filipinas, pero los EE.UU, entraron en el conflicto para “ayudar” a
sus compatriotas americanos. La prensa norteamericana, empezó a publicar campañas en
contra del colonialismo español, para suscitar una idea favorable entre sus habitantes y la
opinión pública internacional. Además, en 1898, un barco: el acorazado Maine,
norteamericano, que estaba en la bahía de la Habana, explotó, lo que supuso la chispa que
encendería la guerra.

Ante esto, los EE.UU declararon la guerra a España, en pocos meses los EE.UU, tomaron
Santiago, en Cuba y Manila en Filipinas, por lo que la guerra ya estaba sentenciada.
Ante esto España y los EE.UU, firmaron en París, el 10 de diciembre de 1898 la paz.
En el acuerdo de paz, se firmaba que España daba la independencia a Cuba, mientras
que Filipinas, Puerto Rico y otras islas pasaban a manos americanas. Debido a la derrota,
España que se había quedado con las Marianas y las Carolinas, fueron vendidas a
Alemania, al año siguiente. Los EE.UU y Alemania, a cambio de las islas, solo le ofrecieron
a España: 100.000 dólares americanos.

Al perder, todo el Imperio que quedaba, se pensaba que iba a haber una gran crisis
política y económica en el país, pero no fue así. Para empezar, el sistema siguió como
estaba yendo hasta ahora, y las consecuencias económicas, no fueron tan graves como
se había pensado hasta la fecha. Desde Hacienda, se llevaron a cabo reformas
económicas, como la subida de impuestos y se empezaron a poner en la bolsa la deuda
pública del Estado. Debido a todo esto, la hacienda empezó a tener un superávit, algo que
no ocurría desde que se había perdido el mercado Latinoamericano. No obstante, la guerra
supuso la pérdida de 50.000 militares. Los políticos republicanos y socialistas, e
intelectuales como Joaquín Costa, intentaron suscitar una revisión de la sociedad, política y
estructural de España. Joaquín Costa, impulsó un ideario, que recogía todas las ansias
modernizadas y renovadoras de las clases medias y obtuvieron gran parte del respaldo de
estas. Todos estos movimientos, desde el Regeneracionismo de Joaquín Costa hasta la
intención republicano-socialista, fue la de:
- Apaciguar la concienciación nacional ante la crisis, en este contexto aparecen autores
que se denominarán posteriormente de la Generación del 98: Unamuno, Baroja,
Maeztu, Azorín, Valle Inclán, Machado....
-Se propusieron diferentes acciones para reformar y modernizar España: reformas
internas y externas, entre ellas, y la más importante, la Reforma de Educación.

Aparte de esto, también se instauró un sentimiento de nacionalismo periférico mucho


más potente del que había sido hasta la fecha, además de los movimientos obreros que
también tuvieron su auge. El movimiento anti militar también tuvo su primera aparición.
Joaquín Costa, era un intelectual que propuso diferentes pautas para salir de la crisis y
modernizar el estado. Buscó soluciones ante la crisis, ya que según él, el sistema político
había fracasado; además había que fomentar la integración de los sectores más marginales
de la sociedad. Luchó contra la gran oligarquía del Régimen, y propuso: obras hidráulicas,
creación de nuevas carreteras, fundaciones de nuevas escuelas, y la reestructuración de las
tierras, entre otras. Además, quiso dar más autonomía a los pueblos, fomentar la agricultura
colectiva y ayudar a los obreros, mejorando su situación laboral y su calidad de vida. Pero
para conseguir todo esto, según Costa, se necesitaba un buen “Cirujano de Hierro”, que no
apareció en ningún momento en España, por lo que este movimiento tuvo su gran fracaso.

Ante el fracaso del Regeneracionismo de Costa, el estado buscó otros movimientos,


mucho más reaccionarios que este. Apuntalaron el régimen ya que había grandes
problemas para modernizar el estado. Este nuevo apuntalamiento, tuvo su eco en las
críticas que se hicieron al Regeneracionismo y las ansias modernizadas de la sociedad. La
oligarquía española, ató más aún la economía y la política para defender sus intereses y
aumentaron la presión del Caciquismo en las zonas rurales, lo que supuso la parálisis de la
conciencia de los pueblos.

Crisis de 1909
Con la muerte de Cánovas en 1897, Silvela a principios del siglo XX y Sagasta, que murió
en 1903, los políticos que habían marcado el tránsito del régimen desde su comienzo
habían desaparecido, dejando la entrada a nuevos personajes en los partidos: Partido
Conservador y Partido Liberal. Hasta 1917, el “turnismo” siguió existiendo, siendo
mayoritarios los monárquicos, pero los republicanos, socialistas y catalanistas, empezaron a
tener muchos más diputados que en el siglo anterior. Con la llegada de Alfonso XIII, al trono
en 1902, vio la complejidad que tenían los partidos estatales, y la dificultad que eso
conllevaba en la creación de gobierno, por eso hubo crisis continuas, denominadas: Crisis
Orientales.

En estos primeros años, los problemas dentro del país, que no habían sido arreglados:
problemas sociales, los regionalismos o nacionalismos periféricos, el anticlericalismo cada
vez más poderoso. Y los partidos empezaron a luchar contra ello. En el Partido Consevador,
tras la muerte de Cánovas y Silvela, se había quedado un vacío, que se había acrecentado
por las luchas internas del partido entre varios sectores, que veían el “Regeneracionismo”
de diferentes formas: unos como una necesidad de reformas en todas las estructuras del
estado y otros como, una reestructuración del déficit económico. Ante todo esto, apareció
otro nuevo personaje: Antonio Maura, que quería: un control y estabilidad entre el sector
público y el privado, ir en contra del Caciquismo, y llegó con el compromiso de hacer una
Revolución Vertical (desde el Estado hasta los pueblos). Gobernó España desde 1903-1904
y 1907-1909. Cuando llegó el turno de los Liberales, estallaron otros problemas: el
Catalanismo y la Ley de Jurisdicciones. En 1905, se hicieron comicios municipales, en las
que ganó la Lliga Regionalista de Catalunya, en Cataluña, estos empezaron a movilizarse, y
el estado mandando a la guarnición de militares de Barcelona, aplastó todas las
movilizaciones duramente. Por otro lado se siguieron haciendo reformas, bajo el mandato
de los Liberales.
La Semana Trágica: 1909
Con todo esto, el Gobierno de Maura, que había llegado al poder, intentó atraer a las masa
populares con un programa revisionista, dando más autonomía a los municipios y para
luchar contra el “Caciquismo”. No obstante tuvo pocos éxitos, quedando en evidencia en la
Semana Trágica ocurrida en Barcelona, en Julio de 1909.
-Semana Trágica: Fue una semana de levantamientos en Barcelona, ya que el
gobierno, ante los problemas que había ocurrido en Marruecos, había decidido
mandar a jóvenes del estado a Melilla, ya que un barco partiría de Barcelona hasta
allí.
El 18 de Julio de 1909, los primeros soldados de reserva partieron de Barcelona, pero ante
eso hubo movilizaciones muy duras, como la campaña socialista en contra de estas
partidas. Se supo que la situación de Marruecos había empeorado, con cientos de muertos
en la contienda, los movimientos obreros y sindicatos, llamaron a la huelga general,
levantándose en Barcelona con barricadas. Se decretó en Barcelona el estado de guerra, y
desde el 25 de julio hasta el 1 de agosto, se sucedieron varias batallas en la ciudad. La
represión muy fuerte por parte del Gobierno de Maura, que perdió toda la credibilidad, y
perdiendo en Cataluña el rey, su buena imagen. Uno de los represaliados fue Ferrer, que
fue fusilado siendo el mártir de la Escuela Moderna. En los siguientes años, un movimiento
de jóvenes intelectuales impulsó la escuela, y la cultura española, socializándola por todo el
país. Además los ataques al Clero aumentaron paulatinamente, con la subida de los
movimientos obreros y los nacionalismos periféricos.

Ante esto, Maura dimitió, y llegó al poder el Partido Liberal en manos de Canalejas. Éste
intentó modernizar el país con: la reforma social, aceptar los movimientos obreros, cambió
el sistema de la mili, creó un programa de educación nuevo, separó la Iglesia del Estado y
otras reformas que supusieron que tuviese muchas críticas, de los sectores conservadores
y del Vaticano. Todo esto se quedó en nada, con su asesinado en 1912. Es en este
momento en el que se ven las rupturas internas de los grandes partidos: El Partido
Conservador y el Liberal. En 1913, llega al poder el Partido Conservador de la mano de
Eduardo Dato, que gobernó desde 1913 hasta 1915. Éste intentó aunar todas las vertientes
de su partido. Su mayor logro fue la Ley de Mancomunidades, la cual supuso dar mucha
autonomía y más derechos a las regiones. En 1915, volvió el Partido Liberal al poder de
parte de Álvaro de Figueroa. Este gobernó desde 1917 hasta 1917. Su gobierno, supuso la
reestructuración económica, con sus reformas: reforma en la hacienda, impuesto sobre las
empresas, proyectos de inversión pública (escuelas, carreteras, regadíos...).
Crisis de 1917
Con la Gran Guerra (La Primera Guerra Mundial), que se dio entre 1914 y 1918, España
salió ganando: Fue Neutral en el conflicto (aunque había dos sectores uno germanófilo
y otro aliadófilo) y porque todas las inversiones externas llegaban al país, por la petición
de materia prima. Pero no todo fue bueno, ya que en 1917, en Rusia estalló la
Revolución, que supuso la caída del régimen zarista, para poner la Unión Soviética. Esta
última afectó totalmente al Régimen de la Restauración.

Causas
El Conde de Romanones, se declaró Neutral en la Guerra, declarando al
país también neutral. No obstante tuvo muchas críticas desde dos bandos: los germanófilos
y los aliadófilos o francófilos: los izquierdistas democráticos (republicanos y socialistas) eran
favorables a los aliados, mientras que la derecha (conservadores en su mayoría y los
carlistas integristas) eran cercanos a los alemanes, los germanófilos. Con la Guerra, los
productos de primera necesidad, se empezaron a enviar a los países que estaban en
guerra, ya fuesen del grupo de los aliados, como de los alemanes. Esto supuso un
encarecimiento de los productos para los españoles, que cada vez se encontraban más
pobres. Ante esto, la polarización de la sociedad se agravó. Con ello, los compromisos entre
los dos grandes partidos también empezaron a tambalearse.

Con la Revolución Soviética, que en España, no pasó desapercibida, empezaron a estallar


los conflictos internos que había en ella, y supusieron un desprestigio aún mayor para la
monarquía, ya que se veía que se podía llegar a un “socialismo de estado”, además supuso
el comienzo de la unión de las izquierdas que en 1931 llegarían a su apogeo.

A comienzos de 1917 se constituían Juntas de Defensa en buena parte de las guarniciones


del país integradas por oficiales de infantería. Se quejaban de cómo los militares con
destino en Marruecos ascendían fácilmente; se mostraban en contra del ascenso por
méritos de guerra, y a favor de la “escala cerrada” (ascenso por antigüedad); también
defendían una subida de los salarios en un momento en que la inflación provocada por la
Guerra venía erosionando los sueldos de los funcionarios. El 1 de junio, la Junta de
Infantería de Barcelona lanzaba un Manifiesto dirigido a otras guarniciones y que era un
ultimátum al gobierno, para que aceptara sus reivindicaciones profesionales y económicas.
El gobierno, presidido entonces por el liberal García Prieto, terminó dimitiendo, y el rey
decidió recurrir al cambio de “turno” llamando a los conservadores con Dato. El nuevo
gabinete reconoce a las Juntas como órganos representativos del Ejército y negocia con
ellas sus reivindicaciones.

La Asamblea de Parlamentarios no tuvo tanto éxito como la anterior, debido al miedo de la


burguesía ante el proletariado y los movimientos obreros. Desde principios de año, las
cortes habían sido cerradas. Francesc Cambó, de la Lliga, tomó partido y salió en defensa
de las Juntas de Defensa, pidiendo a su vez la apertura de las cortes; el gobierno de Dato
se negó rotundamente. Por eso en julio, 59 diputados y senadores catalanes se reunieron
en Barcelona, pidiendo más autonomía y buscando una España Federal. No obstante, hubo
una contraofensiva del gobierno central, ya que en los siguientes meses, eliminaron la
asamblea de parlamentarios y detuvieron alguno de los parlamentarios, dando así el
empujón para la Huelga General de agosto.
La Huelga General será la última de los procesos de esta crisis. Debido a los problemas que
habían surgido: las Juntas de Defensa y la Asamblea de Parlamentarios, explotó una
tercera que sería represaliada por los militares. En 1916, UGT pidió que se hiciera una
Huelga General, por lo que se puso en contacto con la CNT, para hacer una huelga
conjunta. En Agosto, se consiguió formar la huelga. Entre tanto, Romanones, que había
querido llevar reformas para España, dimitió y se puso Dato en su lugar, este más
conservador, mandó que los militares se preparasen. El 19 de julio, los trabajadores de los
ferrocarriles en Valencia, se alzaron y fueron a huelga, siendo despedidos por hacerla. Esto
supuso otro chispazo para la huelga de Agosto. Durante todo el Agosto, se sucedieron
huelgas en las zonas industriales, Bizkaia, Cataluña, Asturias y Madrid, principalmente. El
gobierno las tumbó utilizando a los militares, con lo que hubo una gran cantidad de víctimas
mortales y heridos. En Barcelona, por ejemplo, lo tuvieron difícil y la huelga duró 17 días. No
obstante, la represión fue brutal.

Consecuencias
Desde la crisis de 1917 en adelante, en España los problemas no fueron más que
apareciendo continuamente y en mayor grado. La inestabilidad política fue exagerada, los
movimientos obreros y la lucha sindical aumentaron exponencialmente y el problema
colonial volvió a resurgir, esta vez en Marruecos. En esta época, para mantener el sistema,
y los partidos, se empezó a hacer gobiernos de concentración de conservadores y liberales,
dejando de lado a los republicanos, socialistas y catalanistas, siendo los gobiernos muy
cortos. En 1917 gobernó García Prieto, pero seguidamente en 1918, llegó Maura al poder,
poniendo a Francesc Cambó dentro del gobierno (un catalanista). Pero la inestabilidad fue
continua, siendo la necesidad de Autonomía de Cataluña el peor problema al que había que
hacer frente. García Prieto, Sánchez Toca, Dato y Maura se repartieron los gobiernos que
se sucedieron hasta el 1923, siento 23 gobiernos en total, quedando en evidencia el
sistema.

Debido a la Crisis económica general, los problemas sociales aumentaron y los sindicatos
empezaron a desarrollarse aún más. Esto se acrecentó con la Revolución Soviética. El
anarcosindicalismo con CNT, se reestructuró, aumentando sus acciones. Los problemas de
trabajo fueron a peor, y se expandieron por toda España, por ejemplo las Huelgas en
Barcelona, las huelgas de los jornaleros andaluces o los movimientos obreros en Bizkaia y
Asturias, fueron numerosos. Ante eso, la burguesía luchó constantemente en contra de los
mandos sindicales, matando a varios de ellos. Y también los movimientos obreros contra los
burgueses. Por otro lado, la UGT, no tuvo tanta fuerza y a su vez, debido a la 3
Internacional, en Andalucía un pequeño grupo del PSOE, se separó y creó el PCE (Partido
Comunista de España) en 1921.
El panorama se agravó aún más con los sucesos de Marruecos, en el Rif, donde la guerra
seguía abierta. El general Fernández Silvestre, comandante general de Melilla, decidió
adentrarse hacia la parte central del Rif, feudo del líder guerrillero Abd-el-Krim. Alejado de
los centros de aprovisionamiento el avance fue un grave error. Abd- el-Krim logró cercar a
las tropas españolas en Annual (julio de 1921). Silvestre dio la orden de retirada y, en medio
del caos, el Ejército perdía 13.000 soldados, incluido el general Silvestre. El “desastre” de
Annual tuvo graves consecuencias políticas y acabó siendo una de las causas del fin del
régimen parlamentario. Desde los partidos de la oposición se pidieron responsabilidades al
Ejército, al gobierno y a la propia monarquía. Por decisión del gobierno, el general Picasso
elaboró un expediente para averiguar lo ocurrido en Annual. Pero todo quedará frenado
cuando el general Miguel Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña, decidió dar un
golpe de Estado contra el gobierno y lanzaba su manifiesto (Al país y al Ejército, publicado
el día 13 de 1923). El monarca, consciente del descrédito de los partidos políticos, no opuso
resistencia. Entre los aplausos de la Lliga y del Somatén, Primo de Rivera dejaba Barcelona
y llegaba a Madrid el día 15, fecha en la que era nombrado por el rey, presidente de un
Directorio Militar, “encargado de la gobernación del Estado”.

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