Misal Virgen del Socorro 2023
Misal Virgen del Socorro 2023
Misal Virgen del Socorro 2023
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Celebración eucarística
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Entrada 1
HIMNO CORONACIÓN
CANÓNICA
VIRGEN DEL SOCORRO
Entrada 2
Alegría Misionera (Granadillo, 2022)
Himno del Centenario
Alegría misionera como la sintió Jesús.
Tanto gozo y plenitud al anunciar la buena nueva,
y hoy tu Iglesia la celebra con toda su excelsitud;
y hoy tu Iglesia la celebra con toda su excelsitud.
La Iglesia misionera avanza en el sendero
que anuncia el Evangelio, creando sus caminos.
Buscando al afligido
Tomando iniciativas sin miedo a lejanías,
lleva su misericordia.
Distancias que se acortan; Valencia primereando
y va evangelizando sin prisa y sin demora.
La Iglesia se involucra se da en lo cotidiano
y va los pies lavando de aquel que así lo quiera
Acompaña bien dispuesta, paciente y respetuosa
Por más que sea tortuosa la ruta y la experiencia
Y cuida de la siembra del Evangelio hace,
fructífera renace y esperanzadora.
Alegría misionera como la sintió Jesús
Tanto gozo y plenitud que del Evangelio mana
y hoy la Iglesia valenciana la celebra en su virtud,
y hoy la Iglesia valenciana la celebra en su virtud.
Texto - Himno: Exhortación Apostólica “La Alegría del Evangelio”. – Papa
Francisco. Numerales 21 y 24.
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ORDINARIO DE LA MISA
RITOS INICIALES
Procesión de entrada:
El turiferario lleva el incensario humeante, lo sigue un acólito que lleva la cruz en
medio de dos candeleros con velas encendidas, seguidamente vienen todos los
presbíteros, quienes, al llegar, veneran el altar; detrás, el obispo con mitra y báculo,
quien mientras bendice con la mano derecha a los fieles. Detrás dos ministros
encargados de la mitra y del báculo. (CO 128). Cuando el obispo llega al altar, entrega
el báculo y la mitra, lo venera con profunda reverencia junto con el diácono. En
seguida suben al altar y lo besa (CO 131). El obispo, acompañado por el diácono,
inciensa el altar y la cruz. Después se dirige a la cátedra o sede.
E
CP: n el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
El pueblo responde: Amén.
El Obispo dice:
Acto penitencial
El Obispo dice:
CP: Al comenzar esta celebración eucarística,
pidamos a Dios que nos conceda
la conversión de nuestros corazones;
así obtendremos la reconciliación
y se acrecentará nuestra comunión
con Dios y con nuestros hermanos.
Fórmula III
Se hace una breve pausa de silencio, después el celebrante principal dice:
Oremos
Y todos rezan en silencio durante unos instantes. Luego el obispo con las
manos extendidas pronuncia la oración colecta:
Amén.
En seguida el obispo se sienta y, como de costumbre, del diácono recibe la mitra. Y
todos se sientan. (CO 136; OGMR 128).
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LITURGIA DE LA PALABRA
Monición antes de las lecturas
Queridos hermanos: en este momento imitemos a María,
en la escucha de la Palabra de Dios, contemplando a
Cristo que nos ha hecho hermanos en su cruz, dándonos
a la Virgen María como Madre nuestra.
El lector va al ambón y lee la primera lectura, que todos escuchan sentados.
PRIMERA LECTURA
Alégrate, hija de Sión, que yo vengo
De la profecía de Zacarías 2, 14-17
Alégrate y goza, hija de Sión, que yo vengo a habitar
dentro de ti -oráculo del Señor-. Aquel día se unirán al
Señor muchos pueblos, y serán pueblo mío. Habitaré en
medio de ti, y comprenderás que el Señor de los ejércitos
me ha enviado a ti.
El Señor tomará posesión de Judá sobre la tierra santa y
elegirá de nuevo a Jerusalén. Calle toda carne ante el
Señor, cuando se levanta en su santa morada.
Para indicar el fin de la lectura, dejando una pequeña pausa, el lector dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.
El salmista o el cantor entona la antífona del salmo, y el pueblo la repite y la intercala
entre las estrofas.
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SEGUNDA LECTURA
A los que había escogido, Dios los predestinó
Después el diácono, inclinado ante el obispo, pide la bendición, diciendo en voz baja:
Padre, dame tu bendición.
El obispo en voz baja dice:
Entonces el obispo, dejada la mitra, se levanta. El diácono se acerca al altar y allí van también el
turiferario con el incensario humeante, y los acólitos con los cirios encendidos. El diácono se dirige al
ambón, precedido por el turiferario y los acólitos con los cirios. (CO 140; OGMR 175).
E
n el ambón, el diácono, teniendo las manos juntas, dice:
El Señor esté con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
El diácono, al decir las palabras “Lectura del santo Evangelio”, signa el libro y luego se signa
a sí mismo, en la frente, la boca y el pecho, lo cual hacen todos los demás. Entonces el obispo
recibe el báculo.
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EVANGELIO
El Poderoso ha hecho obras grandes por mi
Profesión de fe:
Creo en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación
bajó del cielo,
En las palabras que siguen, hasta se hizo hombre, todos se inclinan
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
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Plegaria universal
Invitatorio
El obispo invita a los fieles a orar, por medio de una breve monición:
Conclusión
El obispo termina la plegaria común con una oración conclusiva
Ofertorio
LITURGIA EUCARÍSTICA
El obispo se acerca al altar, deja la mitra, recibe del diácono la patena con el pan y,
manteniéndola un poco elevada sobre el altar, dice en secreto:
CP: A
l celebrar con alegría la festividad de
la Madre de tu Hijo, te ofrecemos, Señor, este
sacrificio de alabanza, y te suplicamos que,
por esta Eucaristía, se acreciente en nosotros
el fruto de la redención eterna. Por Jesucristo
nuestro Señor. T: Amén
Laudis tibi, Domine, hostias offerimus,
de Genetricis Filii tui festivitate laetantes;
praesta, quaesumas, ut per haec sacrosancta commercia
ad redemptionis aeternae proficiamus augmentum. Per Christum.
25
26
Después el obispo, y demás concelebrantes, con las manos extendidas (OGMR 227),
dice (los concelebrantes también prosiguen pero que su voz no sobrepase la de quien
preside –CO 155-):
P
CC: or eso, Padre santo, al celebrar el memorial
de Cristo, tu Hijo, nuestro Salvador, al que
condujiste por su Pasión y muerte en cruz a la
gloria de la resurrección, y lo sentaste a tu derecha,
anunciamos la obra de tu amor, hasta que él
venga, y te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de
bendición.
Mira con bondad la ofrenda de tu Iglesia, en la que
se hace presente el sacrificio pascual de Cristo, que
se nos ha confiado, y concédenos, por la fuerza del
Espíritu de tu amor, ser contados ahora y por
siempre entre el número de los miembros de tu
Hijo, cuyo Cuerpo y Sangre comulgamos.
C1: Lleva a tu Iglesia, Señor, a la perfección en la fe
y en la caridad, con nuestro Papa Francisco, (y
nuestro Obispo Saúl) (conmigo, indigno siervo
tuyo), con todos los Obispos, presbíteros y
diáconos, y todo el pueblo redimido por ti.
32
P
CC: or Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre
omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo
honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
RITO DE LA COMUNIÓN
Dejado el cáliz y la patena sobre el corporal, el obispo, con las manos juntas, dice:
S
CP: eñor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
"La paz les dejo, mi paz les doy",
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
36
L
CP: a paz del Señor esté siempre con
ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Luego, el diácono añade (OGMR 181):
En el Espíritu de Cristo resucitado, dense
fraternalmente la paz.
Y todos, según la costumbre del lugar, se dan la paz.
Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena, y deja caer una parte del
mismo en el cáliz, diciendo en secreto:
El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo,
unidos en este cáliz, sean para nosotros alimento
de vida eterna.
37
É
CP: ste es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Y, juntamente con el pueblo, añade:
Señor, no soy digno
de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya bastará para sanarme.
El obispo dice en secreto:
Los concelebrantes, uno tras otro, se acercan al altar, hacen genuflexión, toman una
partícula, la mojan parcialmente en el cáliz y poniendo debajo el purificador la
consumen.
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que lleve Tu esperanza por doquier Señor, me has mirado a los ojos, sonriendo
donde haya oscuridad lleve Tu luz has dicho mi nombre, en la arena he dejado
donde haya pena Tu gozo Señor mi barca,
Junto a Ti buscaré otro mar.
Maestro ayúdame a nunca buscar
querer ser consolado como consolar Tú sabes bien lo que tengo, En mi
ser entendido como entender barca no hay oro ni espadas, Tan sólo
ser amado como yo amar redes y mi trabajo.
Hazme un instrumento de Tu paz Señor, me has mirado a los ojos…
es perdonando que nos das perdón
Tú necesitas mis manos, Mi cansancio
es dando a todos como Tu nos das
que a otros descanse, Amor que quiera
muriendo es que volvemos a nacer
seguir amando.
Maestro ayúdame a nunca buscar…
Señor, me has mirado a los ojos…
/Hazme un instrumento de tu paz/(3)
Tú, pescador de otros mares, Ansia
PESCADOR DE HOMBRES eterna de almas que esperan. Amigo
Tú has venido a la orilla, No has bueno que así me llamas.
buscado ni a sabios ni a ricos, tan sólo
Señor, me has mirado a los ojos…
quieres que yo Te siga.
CP: Oremos
Y todos, junto con el obispo, oran en silencio durante unos momentos, a no ser que este
silencio ya se haya hecho antes.
Después el obispo, con las manos extendidas, dice la oración después de la comunión:
CP: C
omo partícipes de la redención
eterna, te rogamos, Señor, que, al celebrar la
memoria de la Madre de tu Hijo, nos
gloriemos en la abundancia de tus gracias y
sintamos el aumento continuo de la
salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.
El Obispo dice:
CP: Oremos
Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en
nuestras almas, para que los que hemos conocido, por
el anuncio del ángel, la Encarnación de tu Hijo
Nuestro Señor Jesucristo, seamos llevados por los
méritos de su Pasión y Cruz a la Gloria de su
Resurrección. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
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Bendición Apostólica
Terminada la oración después de la Comunión, el Obispo recibe la mitra. (CO
1125)
R. Amén.
Despedida
Luego el diácono, con las manos juntas, despide al pueblo con una de las
fórmulas siguientes: