Misal Virgen del Socorro 2023

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Misa presidida por su Eminencia el Cardenal Diego


Rafael Padrón Sánchez, concelebrada por Mons. Saúl
Figueroa, Administrador Apostólico de la Arquidiócesis
de Valencia, junto con todo el presbiterio de la
Arquidiócesis
13 de noviembre de 2023
2

Celebración eucarística
3

HISTORIA DE ESTA MISA PROPIA DE


NUESTRA SEÑORA DEL SOCORRO

Por decreto de la Congregación para el Culto Divino, protocolo n.


1525/85, del 13 de febrero de 1986 se aprobaron los “Textus proprii
Missae et Liturgiae Horarum in honorem Beatae Mariae Virginis sub titulo
«Nuestra Señora del Socorro» lingua hispanica exarati”, firmado por el
arzobispo Virgilio Noé, secretario de dicha congregación.

En esa misma fecha se aprueban, entonces, las fechas, ritos y textos


de las celebraciones litúrgicas de Nuestra Señora del Socorro de
Valencia, en respuesta a una carta dirigida por Mons. Luis Eduardo
Henríquez a la Congregatio pro cultu Divino fechada el 12 de
noviembre de 1985, facultada por el Papa Juan Pablo II, siendo el
Prefecto el Cardenal Paulus Augustinus Mayer, O.S.B. Un mes antes
de esta carta (7 de enero de 1986) ya había sido ratificado el
patronazgo de Nuestra Señora del Socorro de la Arquidiócesis y
ciudad de Valencia.

Mons. Luís Eduardo Henríquez pidió a la Congregación para el


Culto Divino que la oración colecta y las de las ofrendas y después
de la Comunión fueran las aprobadas por la Santa Sede, eligiéndose
para la primera, de la fiesta del Perpetuo Socorro, para la oración
sobre las ofrendas una del común de la Santísima Virgen María y
para la oración después de la Comunión la de la Memoria del
Inmaculado Corazón de María.
4

Misa en el Forum de Valencia

Entrada 1

HIMNO CORONACIÓN
CANÓNICA
VIRGEN DEL SOCORRO

Madre Mía del Socorro

Madre mía del Socorro, Santa Patrona,


manantial de las gracias y de los bienes.
Ofrenda es de Valencia la Áurea Corona
que la Iglesia autoriza para tus sienes.

Bendícete el labriego tras la fatiga,


si la lluvia de mayo fecundó el grano.
Si sazona abundantes mieses la espiga,
si a la siega propicio será el verano.

Celebran tu belleza los trovadores,


Tus místicos transportes los cancioneros.
El lírico, las glorias de tus amores,
Tus obras de prodigios los romanceros.
5

Entrada 2
Alegría Misionera (Granadillo, 2022)
Himno del Centenario
Alegría misionera como la sintió Jesús.
Tanto gozo y plenitud al anunciar la buena nueva,
y hoy tu Iglesia la celebra con toda su excelsitud;
y hoy tu Iglesia la celebra con toda su excelsitud.
La Iglesia misionera avanza en el sendero
que anuncia el Evangelio, creando sus caminos.
Buscando al afligido
Tomando iniciativas sin miedo a lejanías,
lleva su misericordia.
Distancias que se acortan; Valencia primereando
y va evangelizando sin prisa y sin demora.
La Iglesia se involucra se da en lo cotidiano
y va los pies lavando de aquel que así lo quiera
Acompaña bien dispuesta, paciente y respetuosa
Por más que sea tortuosa la ruta y la experiencia
Y cuida de la siembra del Evangelio hace,
fructífera renace y esperanzadora.
Alegría misionera como la sintió Jesús
Tanto gozo y plenitud que del Evangelio mana
y hoy la Iglesia valenciana la celebra en su virtud,
y hoy la Iglesia valenciana la celebra en su virtud.
Texto - Himno: Exhortación Apostólica “La Alegría del Evangelio”. – Papa
Francisco. Numerales 21 y 24.
6

ORDINARIO DE LA MISA

RITOS INICIALES
Procesión de entrada:
El turiferario lleva el incensario humeante, lo sigue un acólito que lleva la cruz en
medio de dos candeleros con velas encendidas, seguidamente vienen todos los
presbíteros, quienes, al llegar, veneran el altar; detrás, el obispo con mitra y báculo,
quien mientras bendice con la mano derecha a los fieles. Detrás dos ministros
encargados de la mitra y del báculo. (CO 128). Cuando el obispo llega al altar, entrega
el báculo y la mitra, lo venera con profunda reverencia junto con el diácono. En
seguida suben al altar y lo besa (CO 131). El obispo, acompañado por el diácono,
inciensa el altar y la cruz. Después se dirige a la cátedra o sede.

Terminado el canto de entrada, el obispo y los fieles, de pie, se santiguan, mientras el


obispo dice:

E
CP: n el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
El pueblo responde: Amén.
El Obispo dice:

CP: La paz esté con ustedes.


El pueblo responde: Y con tu espíritu.
7

Monición (leída por un laico)

¡La misericordia del Señor llega a sus fieles de


generación en generación! Queridos hermanos, hoy
celebramos juntos -nuevamente- un año más la
Solemnidad de Nuestra Señora del Socorro, patrona de
toda la Arquidiócesis de Valencia, es decir, de casi todo
el Estado Carabobo, excepto la zona de Puerto Cabello;
hoy, aquí, en este recinto, somos convocados como
Iglesia, con un motivo particular de gozo: tener entre
nosotros al Cardenal Diego Rafael Padrón Sánchez, el
regalo que le ha concedido el Papa Francisco a toda
Venezuela; es por ello que nos alegramos y ofrecemos
esta eucaristía por tantos fieles, sacerdotes y laicos, que
dedican su vida al servicio de Jesucristo en esta Iglesia
particular y le pedimos nos siga acompañando hasta
que el Señor vuelva en su gloria. Acerquémonos con fe
y esperanza al Trono de la Gracia.
8

Acto penitencial
El Obispo dice:
CP: Al comenzar esta celebración eucarística,
pidamos a Dios que nos conceda
la conversión de nuestros corazones;
así obtendremos la reconciliación
y se acrecentará nuestra comunión
con Dios y con nuestros hermanos.
Fórmula III
Se hace una breve pausa de silencio, después el celebrante principal dice:

CP: Defensor de los pobres…


El coro entona: Señor, ten piedad
El pueblo responde: Señor, ten piedad

CP: Refugio de los débiles…


El coro entona: Cristo, ten piedad
El pueblo responde: Cristo, ten piedad

CP: Esperanza de los pecadores….


El coro entona: Señor, ten piedad
El pueblo responde: Señor, ten piedad

El obispo concluye con la siguiente plegaria:

CP: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros,


perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
9

A continuación se canta el himno "Gloria" (inicia la coral)


GLORIA (Betancourt)
Gloria a Dios en el cielo, Gloria y en la tierra paz
Gloria en las alturas, Gloria y en la tierra paz
Y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor
Y en la tierra paz, a los hombres que ama el Señor
Te alabamos, te bendecimos,
te adoramos, te glorificamos
te damos gracias por tu Gloria inmensa
Señor, Hijo Unigénito, Jesucristo Señor Dios
Cordero de Dios que quitas el pecado del
Mundo, ten piedad de nosotros, ten piedad
Gloria a Dios en el cielo....
Tú que estás en el cielo, a la diestra del Padre,
ten piedad (ten piedad) de nosotros,
ten piedad (ten piedad) ten piedad
Solo tú eres Santo, el Altísimo Jesucristo
Con el Espíritu Santo en la Gloria de Dios Padre, Amén
Amén, amén, amén, amén, amén
10

Acabado el himno, el obispo, con las manos juntas dice:

Oremos
Y todos rezan en silencio durante unos instantes. Luego el obispo con las
manos extendidas pronuncia la oración colecta:

CP: Oh Dios, que nos has dado por Madre pronta


siempre a socorrernos, a la Madre de tu Hijo,
María, cuya imagen insigne veneramos; te
rogamos que, implorando sin cesar su ayuda
maternal, merezcamos experimentar siempre los
frutos de la redención. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos.
Deus, qui Genetricem Filii tui Mariam,
cuius insignem veneramus imaginem,
Matrem nobis dedisti perpetuo succurrere paratam;
concede, quaesumus, ut nos, maternam eius opem assidue implorantes,
redemptionis fructum semper experiri mereamur.
Per Dominum.
Cuando ésta finaliza el pueblo aclama:

Amén.
En seguida el obispo se sienta y, como de costumbre, del diácono recibe la mitra. Y
todos se sientan. (CO 136; OGMR 128).
11

LITURGIA DE LA PALABRA
Monición antes de las lecturas
Queridos hermanos: en este momento imitemos a María,
en la escucha de la Palabra de Dios, contemplando a
Cristo que nos ha hecho hermanos en su cruz, dándonos
a la Virgen María como Madre nuestra.
El lector va al ambón y lee la primera lectura, que todos escuchan sentados.

PRIMERA LECTURA
Alégrate, hija de Sión, que yo vengo
De la profecía de Zacarías 2, 14-17
Alégrate y goza, hija de Sión, que yo vengo a habitar
dentro de ti -oráculo del Señor-. Aquel día se unirán al
Señor muchos pueblos, y serán pueblo mío. Habitaré en
medio de ti, y comprenderás que el Señor de los ejércitos
me ha enviado a ti.
El Señor tomará posesión de Judá sobre la tierra santa y
elegirá de nuevo a Jerusalén. Calle toda carne ante el
Señor, cuando se levanta en su santa morada.
Para indicar el fin de la lectura, dejando una pequeña pausa, el lector dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.
El salmista o el cantor entona la antífona del salmo, y el pueblo la repite y la intercala
entre las estrofas.
12

Salmo responsorial 1 S 2, 1. 4-5. 6-7. 8abcd (R.: 1a)

R. Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador.

- Mi corazón se regocija por el Señor, mi poder se exalta


por Dios; mi boca se ríe de mis enemigos, porque gozo
con tu salvación. R.

- Se rompen los arcos de los valientes, mientras los


cobardes se ciñen de valor; los hartos se contratan por el
pan, mientras los hambrientos engordan; la mujer estéril
da a luz siete hijos, mientras la madre de muchos queda
baldía. R.

- El Señor da la muerte y la vida, hunde en el abismo y


levanta; da la pobreza y la riqueza, humilla y enaltece.
R.

- Él levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al


pobre, para hacer que se siente entre príncipes y que
herede un trono de gloria. R.

El lector2 va al ambón y lee la segunda lectura, que todos escuchan sentados.


13

SEGUNDA LECTURA
A los que había escogido, Dios los predestinó

De la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 28-30


Hermanos: Sabemos que a los que aman a Dios
todo les sirve para el bien: a los que ha llamado
conforme a su designio.
A los que había escogido, Dios los predestinó a ser
imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito
de muchos hermanos.
A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los
justificó; a los que justificó, los glorificó.
Para indicar el fin de la lectura, dejando una pequeña pausa, el lector2 dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.

INTERLECCIONAL - ALELUYA (Granadillo)


¡Aleluya, Aleluya, Aleluya! (Bis)
Alaben a Dios en su Santuario,
alábenlo en su majestuoso cielo;
Alábenlo por Sus proezas, alábenlo por Su grandeza.
¡Aleluya, Aleluya, Aleluya!
14

Alábenlo al son de trompetas, alábenlo con cítara y arpa;


Alábenlo con danza y pandero,
Alábenlo con cuerdas y flautas.
¡Aleluya, Aleluya, Aleluya!
Alábenlo con címbalos sonoros,
Alábenlo con címbalos vibrantes.
¡Qué cuanto respira alabe al Señor!
¡Aleluya!

Después el diácono, inclinado ante el obispo, pide la bendición, diciendo en voz baja:
Padre, dame tu bendición.
El obispo en voz baja dice:

El Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que anuncies


dignamente su Evangelio; en el nombre del Padre, y del Hijo ,
y del Espíritu Santo.
El diácono se signa con la señal de la cruz y responde: Amén.

Entonces el obispo, dejada la mitra, se levanta. El diácono se acerca al altar y allí van también el
turiferario con el incensario humeante, y los acólitos con los cirios encendidos. El diácono se dirige al
ambón, precedido por el turiferario y los acólitos con los cirios. (CO 140; OGMR 175).
E
n el ambón, el diácono, teniendo las manos juntas, dice:
El Señor esté con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
El diácono, al decir las palabras “Lectura del santo Evangelio”, signa el libro y luego se signa
a sí mismo, en la frente, la boca y el pecho, lo cual hacen todos los demás. Entonces el obispo
recibe el báculo.
15

EVANGELIO
El Poderoso ha hecho obras grandes por mi

Del santo evangelio según san Lucas 1,46-56


El pueblo aclama: Gloria a ti, Señor.

El diácono inciensa el libro y proclama el Evangelio, estando todos de pie y vueltos


hacia el diácono, como de costumbre. (CO 141).

En aquel tiempo, María dijo:


—«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se
alegra mi espíritu en Dios, mi
salvador; porque ha mirado la humillación de su
esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí: su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles de generación
en generación.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los
soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes,
16

a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos


los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la
misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres— en
favor de Abrahán y su
descendencia por siempre.»
María se quedó con Isabel unos tres meses y
después volvió a su casa.
Acabado el evangelio, haciendo una pequeña pausa, el diácono dice:
Palabra del Señor.
Todos aclaman:
Gloria a ti, Señor Jesús.
Después el diácono lleva el libro al obispo, y éste lo besa, diciendo en secreto:
Las palabras del Evangelio borren nuestros pecados.

Luego tiene lugar la homilía.


17

Profesión de fe:
Creo en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación
bajó del cielo,
En las palabras que siguen, hasta se hizo hombre, todos se inclinan
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
18

en tiempos de Poncio Pilato;


padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.
19

Después se hace la plegaria universal u oración de los fieles, que se desarrolla de la


siguiente forma:

Plegaria universal
Invitatorio
El obispo invita a los fieles a orar, por medio de una breve monición:

CP: Oremos a Dios, de quien procede todo bien,


para que bendiga a su Iglesia y llene con sus
dones a toda la familia humana.

Monitor: a cada petición decimos


Enseguida el coro canta: Tú, Señor, eres la esperanza de nuestro
pueblo.
1) Por la santa Iglesia de Dios, por el Papa Francisco y demás
obispos que la guían: para que tengan siempre la luz del
Espíritu Santo y nos lleven por el sendero de la Salvación.
Oremos: Tú, Señor, eres la esperanza de nuestro pueblo.
2) Por la paz en el mundo entero, particularmente en Ucrania y
Medio Oriente; para que Dios doblegue la soberbia de los
gobernantes, disipe las acciones de los terroristas e ilumine a
todos los militares a la sensatez de la vida y no de la muerte.
Oremos: Tú, Señor, eres la esperanza de nuestro pueblo.
20

3) Por nuestra Patria Venezuela, por quienes sufren: los niños y


jóvenes explotados, los ancianos en soledad a causa de la
migración, los enfermos echados a morir por no tener ni los
tratamientos ni la atención gubernamental, los desempleados
e inmigrantes; para que, en los momentos de dolor y tristeza,
no pierdan la esperanza sino más bien sientan el maternal
Socorro de María. Oremos: Tú, Señor, eres la esperanza de
nuestro pueblo.
4) Por el aumento, perseverancia y fidelidad de las vocaciones
sacerdotales y religiosas, a la vida Monástica y a la vida
matrimonial. Pidamos por nuestro Seminario de Valencia,
para que, siendo el corazón de nuestra Arquidiócesis, siga
formando sacerdotes santos, doctos y diligentes, según el
corazón de Cristo. Para que nos concedas un Arzobispo según
el Corazón de tu Hijo amado. Oremos: Tú, Señor, eres la
esperanza de nuestro pueblo.
5) Por la pronta beatificación del Siervo de Dios Monseñor
Salvador Montes de Oca, II Obispo de nuestra Iglesia de
Valencia y la canonización del Beato José Gregorio
Hernández, médico de los pobres. Oremos: Tú, Señor, eres la
esperanza de nuestro pueblo.
6) Por las familias, para que, por intercesión de nuestra Santa
Patrona, sean bendecidas con los bienes materiales y
espirituales necesarios para su convivencia. También
pidamos por los novios, para que, motivados al matrimonio,
encuentren las gracias de este sacramento. Oremos: Tú, Señor,
eres la esperanza de nuestro pueblo.
21

7) Por todos los fieles difuntos que formaron parte de nuestra


Iglesia de Valencia y trabajaron por la edificación del Reino,
particularmente por los obispos y arzobispos difuntos, para
que el Señor de la historia les recompense con la Vida eterna.
Oremos: Tú, Señor, eres la esperanza de nuestro pueblo.

Conclusión
El obispo termina la plegaria común con una oración conclusiva

CP: Padre bueno, escucha nuestras súplicas, y


concédenos perseverar en la verdadera fe y en el bien
obrar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

Ofertorio

NO SOLO EL VINO Y EL PAN


No sólo el vino y el pan, Te venimos a ofrecer,
queremos darte algo más, Te entregamos nuestro ser.
/Como lo hizo María, que Tú mensaje escuchó
y dijo un sí generoso para aceptar Su misión/ (Bis)
Hoy quedan sobre este altar, nuestras vidas, Oh Señor,
Haz que sepamos luchar, para conservar tu amor
/Como lo hizo María, que Tú mensaje escuchó
y dijo un sí generoso para aceptar Su misión/ (Bis)
22

LITURGIA EUCARÍSTICA

Acabada la Liturgia de la Palabra, el diácono y acólitos colocan en el altar el


corporal, el purificador, el cáliz y el misal; mientras tanto puede ejecutarse un canto
adecuado.

El obispo se acerca al altar, deja la mitra, recibe del diácono la patena con el pan y,
manteniéndola un poco elevada sobre el altar, dice en secreto:

Bendito seas, Señor, Dios del universo,


por este pan,
fruto de la tierra y del trabajo del hombre,
que recibimos de tu generosidad y ahora te
presentamos;
él será para nosotros pan de vida.
Después deja la patena con el pan sobre el corporal.

El diácono, echa vino y un poco de agua en el cáliz, diciendo en secreto:

El agua unida al vino


sea signo de nuestra participación en la vida divina de
quien ha querido compartir nuestra condición humana.
Después el obispo toma el cáliz y, manteniéndolo un poco elevado sobre el altar,
dice en secreto:

Bendito seas, Señor, Dios del universo,


23

por este vino,


fruto de la vid y del trabajo del hombre,
que recibimos de tu generosidad y ahora te
presentamos;
él será para nosotros bebida de salvación.
Después deja el cáliz sobre el corporal. El diácono cubre el cáliz con la palia. A
continuación, el obispo, inclinado, dice en secreto:

Acepta, Señor, nuestro corazón contrito


y nuestro espíritu humilde;
que éste sea hoy nuestro sacrificio
y que sea agradable en tu presencia,
Señor, Dios nuestro.
El turiferario se acerca al obispo, el diácono presenta la naveta, y el obispo pone
incienso y lo bendice. Después el obispo mismo recibe del diácono el incensario,
inciensa las ofrendas, el altar y la cruz, como lo hizo al principio de la Misa.
Terminada esta incensación, todos se ponen de pie, el diácono desde un lado del
altar inciensa al obispo, el cual está de pie y sin mitra; luego a los concelebrantes y
después al pueblo. (CO 96; 149; OGMR 144).
Luego el obispo, de pie a un lado del altar, se lava las manos, diciendo en secreto:

Lava del todo mi delito, Señor, y limpia mi pecado.


El ministro coloca el libro y el respectivo micrófono en el altar.
El diácono cubre el cáliz con la palia.
Después, de pie en el centro del altar y de cara al pueblo, extendiendo y juntando las
manos, dice una de las siguientes fórmulas:
Después, de pie en el centro del altar y de cara al pueblo, extendiendo y juntando las
manos, dice una de las siguientes fórmulas:
24

CP: Oren, hermanos,


para que, trayendo al altar
los gozos y las fatigas de cada día,
nos dispongamos a ofrecer el sacrificio
agradable a Dios, Padre todopoderoso.
_________________
El pueblo responde:
El Señor reciba de tus manos este sacrificio,
para alabanza y gloria de su nombre,
para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
Luego el obispo, con las manos extendidas, dice la oración sobre las ofrendas:

CP: A
l celebrar con alegría la festividad de
la Madre de tu Hijo, te ofrecemos, Señor, este
sacrificio de alabanza, y te suplicamos que,
por esta Eucaristía, se acreciente en nosotros
el fruto de la redención eterna. Por Jesucristo
nuestro Señor. T: Amén
Laudis tibi, Domine, hostias offerimus,
de Genetricis Filii tui festivitate laetantes;
praesta, quaesumas, ut per haec sacrosancta commercia
ad redemptionis aeternae proficiamus augmentum. Per Christum.
25
26

PLEGARIA EUCARÍSTICA PARA DIVERSAS


CIRCUNSTANCIAS IV
Jesús pasó haciendo el bien

CP: El Señor esté ustedes.


R. Y con tu espíritu.
CP: Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
CP: Demos gracias al Señor, nuestro Dios
R. Es justo y necesario.

El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CP: En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Padre misericordioso y Dios fiel:
Porque nos diste como Señor y redentor nuestro a
tu Hijo Jesucristo.
27

Él siempre se mostró misericordioso para con los


pequeños y los pobres, para con los enfermos y los
pecadores, y se hizo cercano a los oprimidos y
afligidos.

Él anunció al mundo, con palabras y obras, que tú


eres Padre y que cuidas de todos tus hijos.
Por eso, con los ángeles y todos los santos, te
alabamos, te bendecimos, y cantamos sin cesar el
himno de tu gloria:

SANTO (Centenario coronación)


Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están, el cielo y la tierra, de Tu gloria ¡Hosanna!
/Hosanna, Hosanna, Hosanna, en el cielo/ (Bis)
Bendito el que viene en nombre del Señor
Hosanna en el cielo, ¡Hosanna!
/Hosanna, Hosanna, Hosanna, en el cielo/ (Bis)

El sacerdote, con las manos extendidas, dice:


28

CP: Santo eres en verdad y digno de gloria, Dios


que amas a los hombres, que siempre estás con
ellos en el camino de la vida.
Bendito es, en verdad, tu Hijo, que está presente
en medio de nosotros, cuando somos congregados
por su amor, y como hizo en otro tiempo con sus
discípulos, nos explica las Escrituras y parte para
nosotros el pan.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice: (los concelebrantes
también prosiguen pero que su voz no sobrepase la de quien preside –CO 155-)

CC: Por eso te rogamos, Padre misericordioso, que


envíes tu Espíritu Santo para que santifique estos
dones de pan y vino,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:

de manera que se conviertan para nosotros en el


Cuerpo y la Sangre
Junta las manos.
de Jesucristo, nuestro Señor.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse claramente y
con precisión, como lo requiere la naturaleza de las mismas palabras.

El cual, la víspera de su Pasión, en la noche de la


Última Cena,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
29

tomó pan, te bendijo, lo partió, y lo dio a sus


discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL,


PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE
SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora
haciendo genuflexión. Después prosigue:

Del mismo modo, acabada la cena,


Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz, te dio gracias y lo pasó a sus
discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL,


PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR USTEDES Y
POR MUCHOS PARA EL PERDÓN DE LOS
PECADOS. HAGAN ESTO EN
CONMEMORACIÓN MÍA.
30

Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo


genuflexión.
Luego dice:
CP: Éste es el Misterio de la fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu
resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
_________________
O bien:

CP: Éste es el misterio de la fe. Cristo nos redimió.

Y el pueblo prosigue, aclamando:


Cada vez que comemos de este pan y bebemos de
este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta
que vuelvas.
_________________
O bien:

Éste es el misterio de la fe.


CP:

Cristo se entregó por nosotros.

Y el pueblo prosigue, aclamando:


Salvador del mundo, sálvanos, tú que nos has
liberado por tu cruz y resurrección.
_________________
31

Después el obispo, y demás concelebrantes, con las manos extendidas (OGMR 227),
dice (los concelebrantes también prosiguen pero que su voz no sobrepase la de quien
preside –CO 155-):

P
CC: or eso, Padre santo, al celebrar el memorial
de Cristo, tu Hijo, nuestro Salvador, al que
condujiste por su Pasión y muerte en cruz a la
gloria de la resurrección, y lo sentaste a tu derecha,
anunciamos la obra de tu amor, hasta que él
venga, y te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de
bendición.
Mira con bondad la ofrenda de tu Iglesia, en la que
se hace presente el sacrificio pascual de Cristo, que
se nos ha confiado, y concédenos, por la fuerza del
Espíritu de tu amor, ser contados ahora y por
siempre entre el número de los miembros de tu
Hijo, cuyo Cuerpo y Sangre comulgamos.
C1: Lleva a tu Iglesia, Señor, a la perfección en la fe
y en la caridad, con nuestro Papa Francisco, (y
nuestro Obispo Saúl) (conmigo, indigno siervo
tuyo), con todos los Obispos, presbíteros y
diáconos, y todo el pueblo redimido por ti.
32

Abre nuestros ojos para que conozcamos las


necesidades de los hermanos; inspíranos las
palabras y las obras para confortar a los que están
cansados y agobiados; haz que los sirvamos con
sinceridad, siguiendo el ejemplo y el mandato de
Cristo.
Que tu Iglesia sea un vivo testimonio de verdad y
libertad, de paz y justicia, para que todos los
hombres se animen con una nueva esperanza.
C2: Acuérdate de nuestros hermanos [N. y N.],
que se durmieron en la paz de Cristo, y de todos
los difuntos, cuya fe sólo tú conociste: admítelos a
contemplar la luz de tu rostro y dales la plenitud
de la vida en la resurrección.
Y, terminada nuestra peregrinación por este
mundo, concédenos, también, llegar a la morada
eterna, donde viviremos siempre contigo y con
santa María, la Virgen Madre de Dios, con los
apóstoles y los mártires, en comunión con todos
los santos, te alabaremos y te glorificaremos
Junta las manos.
33

por Jesucristo, Señor nuestro.


El obispo toma la patena con el pan consagrado y, el diácono, de pie al lado del
obispo, tiene elevado el cáliz, mientras el obispo, seguido por los demás
concelebrantes, dice: (CO 158: OGMR 180)

P
CC: or Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre
omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo
honor y toda gloria por los siglos de los siglos.

El pueblo aclama: Amén.

RITO DE LA COMUNIÓN
Dejado el cáliz y la patena sobre el corporal, el obispo, con las manos juntas, dice:

CP: Llenos de alegría por ser hijos de Dios,


digamos confiadamente la oración que Cristo nos
enseñó:
El obispo, al igual que los demás concelebrantes, extiende las manos y, junto con el
pueblo, continúa (OGMR 237): Cantado por el coro…
34

Padre nuestro, que estás en el cielo,


santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Pater noster, qui es in caelis:
sanctificétur nomen tuum;
advéniat regnum tuum;
fiat volúntas tua, sicut in caelo, et in terra.
Panem nostrum cotidiánum da nobis hódie;
et dimítte nobis débita nostra,
sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris;
et ne nos indúcas in tentatiónem;
sed líbera nos a malo.
35

El obispo, con las manos extendidas, prosigue él solo:

CP: Líbranos de todos los males, Señor,


y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
Junta las manos.
Los concelebrantes, juntamente con el pueblo, concluyen la oración, aclamando:
Tuyo es el reino,
tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Después el obispo, con las manos extendidas, dice en voz alta:

S
CP: eñor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
"La paz les dejo, mi paz les doy",
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
36

Junta las manos.


Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

El pueblo responde: Amén.

El obispo, extendiendo y juntando las manos, añade:

L
CP: a paz del Señor esté siempre con
ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Luego, el diácono añade (OGMR 181):
En el Espíritu de Cristo resucitado, dense
fraternalmente la paz.
Y todos, según la costumbre del lugar, se dan la paz.

El obispo da la paz al diácono y demás concelebrantes cercanos.

Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena, y deja caer una parte del
mismo en el cáliz, diciendo en secreto:
El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo,
unidos en este cáliz, sean para nosotros alimento
de vida eterna.
37

Mientras tanto se canta o se dice:


Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.
Si la fracción del pan se prolonga, el canto precedente puede repetirse varias veces.
La última vez se dice: danos la paz.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi:
Miserére nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi:
Miserére nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi:
Dona nobis pacem.

A continuación el obispo, con las manos juntas, dice en secreto:


Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo,
que por voluntad del Padre,
cooperando el Espíritu Santo,
diste con tu muerte la vida al mundo,
líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu
Sangre, de todas mis culpas y de todo mal.
38

Concédeme cumplir siempre tus mandamientos


y jamás permitas que me separe de ti.
O bien:
Señor Jesucristo,
la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre
no sea para mí un motivo de juicio y condenación,
sino que, por tu piedad,
me aproveche para defensa de alma y cuerpo
y como remedio saludable.
Luego el obispo toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la
patena o sobre el cáliz, lo muestra al pueblo, diciendo:

É
CP: ste es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Y, juntamente con el pueblo, añade:
Señor, no soy digno
de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya bastará para sanarme.
El obispo dice en secreto:

El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.


Y comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo.
39

Después toma el cáliz y dice en secreto:

La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna.


Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo.

Antífona de comunión Cf. Lc. 1, 48.49


Me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo.
Beatam me dicent omnes generationes:
quia facit mihi magna qui potens est,
et sanctum nomen eius.
40

Indicaciones antes de la comunión:


Monitor: Queridos hermanos: para recibir la Sagrada
Comunión, debemos recordar algunas disposiciones:
Estar en gracia de Dios, esto significa no tener en
conciencia ningún pecado mortal contra cualquiera de los
diez mandamientos; haberse confesado recientemente
con un sacerdote católico, los niños deben haber recibido
la primera comunión y estar recientemente confesados;
los que viven en pareja deben estar casados por la Iglesia;
no practicar santería, palería, brujería o cualquier otra
creencia. “La Eucaristía es pan de Pecadores, no
recompensa de Santos”, pero debemos tener un corazón
dispuesto y preparado para recibir tan grande
sacramento. Para quienes no pueden comulgar los
invitamos a hacer juntos la oración de COMUNIÓN
ESPIRITUAL:
Yo quisiera, Señor, recibirte con aquella pureza,
humildad y devoción, con que te recibió tu Santísima
Madre, con el espíritu y el fervor de los santos. Amén.

Después toma la patena o la píxide, entrega el cáliz al diácono y distribuye la


comunión al diácono y ministros cercanos (OGMR 182).

Los concelebrantes, uno tras otro, se acercan al altar, hacen genuflexión, toman una
partícula, la mojan parcialmente en el cáliz y poniendo debajo el purificador la
consumen.
41

Después se retiran a sus puestos como al comienzo de la misa. (OGMR 249).

Cantos para el momento de la comunión:

PANIS ANGELICUS (Franck)


Como Cristo hecho pan de cada día, se
Panis angelicus, fit panis hominum
ofrece en el altar nosotros entregados
Dat panis coelicus, figuris terminum
al
O res mirabilis, manducat Dominum
hermano comemos de este pan;
//Pauper, pauper, servus et
Como el cuerpo de Cristo es uno solo
humilis// (Bis)
por
Panis angelicus, fit panis hominum todos ofrecidos nosotros olvidando
Dat panis coelicus, figuris terminum divisiones bebemos este vino.
O res mirabilis, manducat Dominum
Acerquémonos todos al Altar….
Pauper, pauper, servus et humilis
Pauper, pauper, servus, servus et Como ciegos en busca de la aurora,
humilis dolientes tras la paz buscando tierra
nueva y cielos nuevos, comamos este
ACERQUÉMONOS TODOS AL
pan.
ALTAR (Palazón)
Acerquémonos todos los cansados,
Acerquémonos todos al Altar.
porque Él es nuestro alivio y siempre
que es la mesa fraterna del amor,
que el desierto nos agobie, bebamos
/pues siempre que comemos de este pan
este vino.
recordamos la Pascua del Señor/ (Bis)
Acerquémonos todos al Altar….
Los hebreos, en medio del desierto,
comieron el maná, nosotros, HAZME UN INSTRUMENTO DE
peregrinos de la vida, comemos este TU PAZ
pan; Hazme un instrumento de Tu paz
Los primeros cristianos ofrecieron su donde haya odio lleve yo Tu amor
cuerpo como trigo; nosotros, acosados donde haya injuria Tu perdón Señor
por la muerte, Bebemos este vino. donde haya duda fe en ti

Acerquémonos todos al Altar…. Hazme un instrumento de Tu paz


42

que lleve Tu esperanza por doquier Señor, me has mirado a los ojos, sonriendo
donde haya oscuridad lleve Tu luz has dicho mi nombre, en la arena he dejado
donde haya pena Tu gozo Señor mi barca,
Junto a Ti buscaré otro mar.
Maestro ayúdame a nunca buscar
querer ser consolado como consolar Tú sabes bien lo que tengo, En mi
ser entendido como entender barca no hay oro ni espadas, Tan sólo
ser amado como yo amar redes y mi trabajo.
Hazme un instrumento de Tu paz Señor, me has mirado a los ojos…
es perdonando que nos das perdón
Tú necesitas mis manos, Mi cansancio
es dando a todos como Tu nos das
que a otros descanse, Amor que quiera
muriendo es que volvemos a nacer
seguir amando.
Maestro ayúdame a nunca buscar…
Señor, me has mirado a los ojos…
/Hazme un instrumento de tu paz/(3)
Tú, pescador de otros mares, Ansia
PESCADOR DE HOMBRES eterna de almas que esperan. Amigo
Tú has venido a la orilla, No has bueno que así me llamas.
buscado ni a sabios ni a ricos, tan sólo
Señor, me has mirado a los ojos…
quieres que yo Te siga.

Acabada la comunión, los diáconos y acólitos llevan los cálices y copones a la


credencia para la purificación; se traslada el Santísimo Sacramento a la capilla
preparada para la reserva (CO 165; OGMR 163).

Si el sacerdote hace la purificación, dice en secreto:


Haz, Señor, que recibamos con un corazón limpio el alimento que
acabamos de tomar,
y que el don que nos haces en esta vida
nos sirva para la eterna.
Después el obispo puede ir a la sede. Si se juzga oportuno, se pueden guardar unos
momentos de silencio o cantar un salmo o cántico de alabanza.
Luego, de pie en la sede o en el altar, el obispo dice:
43

CP: Oremos
Y todos, junto con el obispo, oran en silencio durante unos momentos, a no ser que este
silencio ya se haya hecho antes.
Después el obispo, con las manos extendidas, dice la oración después de la comunión:

CP: C
omo partícipes de la redención
eterna, te rogamos, Señor, que, al celebrar la
memoria de la Madre de tu Hijo, nos
gloriemos en la abundancia de tus gracias y
sintamos el aumento continuo de la
salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.

Redemptionis aeternae participes effecti


quaesumus, Domine,
ut, qui Genetricis Filii tui festivitatem agimus,
et de gratiae tuae plenitudine gloriemur,
et salvationis continuum sentiamus augmentum.
Per Christum.
El pueblo aclama: Amén.
44
45

Rezo del Ángelus


CP: El ángel del Señor anunció a María,
R/. Y concibió por obra y gracia del Espíritu
Santo.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es
contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y
en la hora de nuestra muerte. Amén.
CP: He aquí la esclava del Señor.
R/. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María…
CP: Y el Verbo de Dios se hizo carne.
R/. Y habitó entre nosotros.

Dios te salve, María...


CP: Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las
promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
46

CP: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

CP: Dale, Señor, él descanso eterno,


R.- y brille para ellos la luz perpetua.

El Obispo dice:

CP: Las almas de todos los fieles difuntos, por la


misericordia de Dios, descansen en paz. Amén.
El Obispo dice:

CP: Oremos
Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en
nuestras almas, para que los que hemos conocido, por
el anuncio del ángel, la Encarnación de tu Hijo
Nuestro Señor Jesucristo, seamos llevados por los
méritos de su Pasión y Cruz a la Gloria de su
Resurrección. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
47
48
49

Oración por la beatificación del Siervo de Dios, Mons.


Salvador Montes de Oca:

“Padre de Bondad, que has bendecido a la Iglesia de


Venezuela con la vida luminosa de tu Siervo de Dios,
Monseñor Salvador Montes de Oca, segundo Obispo de
Valencia, que sembró́ en tu pueblo un fervoroso
Espíritu Eucarístico, amor por el sacerdocio ministerial
y una tierna devoción mariana, además de defender de
modo ejemplar, los valores de la familia, la libertad y
los derechos humanos”.

“Él impulsado por el amor a Ti, pasó a la vida religiosa


Eucarística y, movido por el anhelo de perfección, entró
a la vida contemplativa en la Cartuja. Concédenos vivir
su legado espiritual. Te suplicamos lo glorifiques con el
reconocimiento de sus virtudes y la beatificación. Y si
es para nuestro bien, te pedimos la gracia de… (Pedir
la gracia en silencio)”… Padre Nuestro, Avemaría y
Gloria.
50

Bendición Apostólica
Terminada la oración después de la Comunión, el Obispo recibe la mitra. (CO
1125)

El diácono anuncia la bendición con estas u otras palabras


semejantes:
El Eminentísimo Cardenal Diego Rafael
Padrón Sánchez, por voluntad de Dios y de
la Sede Apostólica, en nombre del Romano
Pontífice, dará la bendición con indulgencia
plenaria a todos los aquí presentes, que
estén verdaderamente arrepentidos, se
hayan confesado y recibido la sagrada
Comunión.
Rueguen a Dios por nuestro beatísimo
Papa Francisco, por nuestro Cardenal, por
nuestro Administrador Apostólico
Monseñor Saúl Figueroa, y por la Santa
Madre Iglesia y esfuércense por
permanecer en plena comunión con ella y
en santidad de vida.
51

Entonces el Obispo, de pie y con mitra, extendiendo las manos saluda al


pueblo, diciendo: (CO 1126)

CP: El Señor esté con ustedes.


El pueblo responde: Y con tu espíritu.
El diácono invita a todos diciendo (OGMR 185):
Inclínense para recibir la bendición
Luego recibe el báculo y concluye la bendición con esta fórmula:

Por la intercesión de los


bienaventurados Apóstoles Pedro y
Pablo, les bendiga Dios todopoderoso,
Pa dre, Hi jo, y Espíritu Santo.
Todos responden:

R. Amén.
Despedida
Luego el diácono, con las manos juntas, despide al pueblo con una de las
fórmulas siguientes:

En la paz de Cristo, vayan a servir a Dios y a


sus hermanos.
El pueblo responde: Demos gracias a Dios.
52

En tu Altar hermoso y dorado reposa Tu


SALIDA
belleza,
OH VIRGEN DEL SOCORRO (Pbro. Tovar,
/y hoy vienen Tus hijos a verte sonreír/ (Bis)
Máximo)
Oh Virgen del Socorro de Valencia, queremos Te pedimos a Ti nuestra Señora, que cubras
esta tarde dedicarte, estos sencillos versos con tu Manto a éste Tu Pueblo, que le des
como rosas fortaleza y entusiasmo
/A Ti toda humildad Virgen preciosa/ (Bis) /y que amen a Tu Hijo que es nuestro
hermano/ (Bis)
Hoy esta tu ciudad se regocija, de tenerte a Ti
como Y para terminar nos despedimos de Ti Madre
Patrona, Valencia está de fiesta por su Madre querida
/y hasta el Ave María todos entonan/ (Bis) y venerada enséñanos aún más a
comprenderte
Oh Virgen del Socorro, mi bien Patrona de
/y líbranos del mal hasta la muerte/(Bis)
Valencia
Mi corazón se eleva hacia Ti, con singular Oh Virgen del Socorro, mi bien Patrona de
placer Valencia…

Arquidiócesis de Valencia. Departamento de Pastoral Litúrgica


Solemnidad de Nuestra Señora del Socorro
Elaborado por: Pbro. Lcdo. José Gregorio Ilija Turkalj,
Noviembre de 2023

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