58
58
58
, mayo 2015
CAPÍTULO III. De la guarda de hecho de las personas con discapacidad [Arts. 263 a 267]
§ 1 Real Decreto de 24 julio 1889. Código Civil
LIBRO I. De las personas [Arts. 17 a 332]
TITULO XI. De las medidas de apoyo a las personas con discapacidad para el ejercicio de su capacidad
jurídica [Arts. 249 a 299]
CAPÍTULO III. De la guarda de hecho de las personas con discapacidad [Arts. 263 a 267]
CAPÍTULO III. De la guarda de hecho de las personas con discapacidad [Arts. 263 a 267]
CAPÍTULO III
De la guarda de hecho de las personas con
discapacidad
Añadido por art. 2.23 de Ley núm. 8/2021, de 2 junio
Artículo 263.
Doctrina-comentario
https://proview-thomsonreuters-com.eu1.proxy.openathens.net/title.html?redirect=true&titleKey=aranz%2Fcodigos%2F155280766%2Fv1.7&title… 1/14
28/11/24, 19:11 Thomson Reuters ProView - Comentario del Código Civil. 1ª ed., mayo 2015
a cuya consecución contribuirá la garantía que se deriva del procedimiento elegido para su
formación (art. 264 CC) bajo la dirección del juez, con intervención del Ministerio Fiscal y de
las personas que aquél estime convenientes (Gómez Laplaza, Com. Nac. Tecnos, p. 480).
3. La obligación de realizar el inventario fiel y exacto de los bienes del tutelado, recae
directamente sobre el tutor. El hecho de que se forme judicialmente, no desplaza el deber del
tutor de confeccionar la relación de los bienes que han de incluirse en el inventario, siendo la
intervención del Juez puramente mediata (Gómez Laplaza, Com. Nac. Tecnos, p. 476). Cosa
distinta es que, al no tratarse de una obligación personalísima, pueda cumplir con esta
obligación por medio de apoderado, aunque, estimo que tal posibilidad habrá de ser
expresamente autorizada por el Juez, únicamente si las circunstancias impiden al tutor
hacerlo personalmente.
4. El deber de inventariar los bienes del tutelado, no puede ser dispensado por el Juez, ni tan
siquiera, cuando sea nombrado tutor el designado por los padres, en testamento o
documento público notarial, con expresa liberación de esta obligación, ya que el inventario,
en cuanto garantía para el tutelado, protege un interés de orden público que los particulares
no pueden derogar (Gómez Laplaza, Com. Nac. Tecnos, p. 468).
II. Bienes que han de ser objeto de inventario. 1. La literalidad del precepto obliga a todo
tutor que administre bienes del menor o incapacitado a realizar un inventario «de los bienes
del tutelado», lo cual, en principio, supone que el cumplimiento exacto de la obligación exige
que el inventario comprenda la relación de todos los bienes que se encuentran en el
patrimonio del tutelado. Esto resultará adecuado cuando la administración del tutor se
extiende a todos ellos. Sin embargo en las ocasiones, que pueden ser frecuentes en la
práctica, en las que el tutor no administre sino una parte de los bienes del tutelado, la
obligación así entendida, que le obligaría a inventariar, incluso, los bienes del tutelado ajenos
a su administración, resulta carente de fundamento, en atención, precisamente, a las
funciones que cumple el inventario. Procede, pues, efectuar una lectura correctora, que
permita una aplicación del precepto que abarque todos los supuestos manteniendo la
coherencia con la finalidad que, con la obligación, se persigue. En consecuencia, lo que ha
de entenderse es que el tutor cumple con la obligación de inventariar si el inventario incluye
los bienes a los que se extienda la tutela (Lete, Com. Edersa, IV2, p. 359; Gómez Laplaza,
Com. Nac. Tecnos, p. 468; Lacruz/Sancho, Elementos IV-23, p. 314).
4. Más dudoso es si el tutor ha de incluir en el inventario los bienes del tutelado que estén
administrados por la persona designada por quien dispuesto de ellos, a título gratuito, en su
favor (art. 227 CC). En principio, la respuesta ha de ser negativa (Lacruz/Sancho,
https://proview-thomsonreuters-com.eu1.proxy.openathens.net/title.html?redirect=true&titleKey=aranz%2Fcodigos%2F155280766%2Fv1.7&title… 2/14
28/11/24, 19:11 Thomson Reuters ProView - Comentario del Código Civil. 1ª ed., mayo 2015
III. Momentos y plazos para hacer el inventario. 1. La obligación de hacer inventario surge
a partir del momento en que el tutor nombrado ha sido puesto en posesión del cargo. Resulta
lógico que así sea pues, tratándose de una obligación impuesta a quien ejerce el cargo, tal
circunstancia no se da en el tutor hasta la toma de posesión. Es opinión generalizada la de
que hasta que esta obligación no se encuentre cumplida, el tutor posesionado no debe de
entrar en posesión de los bienes del tutelado, ni comenzar su administración (Gómez
Laplaza, Com. Nac. Tecnos, p. 471), estando facultado, en todo caso, para actuar en los
asuntos más necesarios y urgentes que no admitan demora (Lete, Com. Edersa, IV2, p.
359). En definitiva, como sucede en los demás supuestos de administración de bienes ajenos
en los que se impone la confección de un inventario de los bienes a administrar. Sin
embargo, creo que tal conclusión no es inexorable en la tutela, en la que, a mi entender,
salvo disposición del juez que disponga otra cosa (v. com. art. 259), con la puesta en
posesión del cargo el tutor entre en el pleno ejercicio del mismo, con todas sus
consecuencias. En la tutela, el inventario no resulta imprescindible para la fijación de la
fianza, pues ésta no se decide exclusivamente en relación con el patrimonio del tutelado y,
además, puede imponerse o modificarse a la vista de cual sea éste, una vez finalizado el
inventario. Por otra parte, si el tutor posesionado no entra en la administración de los bienes
del tutelado hasta la finalización del inventario, esos bienes tendrán que estar confiados a la
administración de otra persona (nombrada en base al art. 299 bis), a la que no parece
posible exigirle la confección de un inventario. Por ello, si el Juez no decide otra cosa, parece
prudente que desde la toma de posesión el tutor entre a ejercer sus funciones con total
plenitud de poderes (repito, en su caso, con las medidas precautorias adoptadas por el juez),
pues, al fin y al cabo, ese tutor al que se pone en posesión de los bienes del tutelado y en su
administración antes de hacer inventario, ha surgido tras todo un previo proceso de
constitución de la tutela (con audiencia de todos los interesados incluido, en su caso, el
propio tutelado) que ha conducido a la selección de la persona en la que el juez ha
depositado su confianza para el ejercicio de las funciones tutelares.
https://proview-thomsonreuters-com.eu1.proxy.openathens.net/title.html?redirect=true&titleKey=aranz%2Fcodigos%2F155280766%2Fv1.7&title… 3/14
28/11/24, 19:11 Thomson Reuters ProView - Comentario del Código Civil. 1ª ed., mayo 2015
V. El incumplimiento del deber de hacer inventario. Si, a pesar de las facilidades que da
la ley para la realización del inventario (amplio plazo y formación judicial), a las que ha de
sumarse su posible flexibilidad por el Juez en atención a las circunstancias que concurran
(absoluta discrecionalidad, en cuanto al tiempo para cumplir con esta obligación), el tutor no
realizara el inventario, al Juez no le queda otra posibilidad que proceder a su remoción, con
base en lo dispuesto en el art. 247 CC, lo que le inhabilitará para el desempeño de una
nueva tutela. Hay que compartir las clásicas consideraciones que, con respecto a esta
consecuencia, vienen haciéndose en el sentido de que puede suponer una forma indirecta
para el tutor de eludir una tutela que no desea. Pero, también, hay que convenir en que,
precisamente, ninguna ventaja reportaría al tutelado mantener en su cargo a quien tan
manifiestamente no desea ejercerlo. Por otra parte, es previsible que la eliminación del
automatismo para el nombramiento de tutor y las amplias posibilidades que concede el actual
procedimiento de constitución de la tutela, conviertan en supuesto residual el nombramiento
de un tutor tan obstinado en la resistencia al desempeño del cargo.
Artículo 264.
https://proview-thomsonreuters-com.eu1.proxy.openathens.net/title.html?redirect=true&titleKey=aranz%2Fcodigos%2F155280766%2Fv1.7&title… 4/14
28/11/24, 19:11 Thomson Reuters ProView - Comentario del Código Civil. 1ª ed., mayo 2015
Doctrina-comentario
I. Forma del inventario. De modo similar a como se regula el inventario a practicar por el
representante del declarado ausente de los bienes de éste (art. 185 CC, en relación con el
art. 2045 LEC), se dispone, en la tutela, que el inventario realizado por el tutor se formalice
judicialmente. Esto significa que se exige la forma pública, con exclusión de la privada, y que
la forma pública ha de ser necesariamente la judicial, no pudiéndose utilizar la forma notarial
para la formalización del inventario (v. Ogayar, Com. Edersa, IV2, p. 57). La delimitación a
esta forma resulta una opción absolutamente apropiada, como garantía, para el tutelado y
para el tutor, de que el inventario pueda ser fiel y exacto, por la intervención obligada,
además de la del Juez, del MF y de las personas que se estime conveniente. Supone, por
otra parte, una medida oportuna para disminuir los gastos que toda labor de inventariar
puede llevar consigo.
3. Teniendo en cuenta el carácter judicial del inventario y las garantías que se observan en su
realización, habrá de concedérsele una presunción de veracidad, sin perjuicio de que,
mediante las correspondientes pruebas, puedan ser rectificados los errores cometidos, con
https://proview-thomsonreuters-com.eu1.proxy.openathens.net/title.html?redirect=true&titleKey=aranz%2Fcodigos%2F155280766%2Fv1.7&title… 5/14
28/11/24, 19:11 Thomson Reuters ProView - Comentario del Código Civil. 1ª ed., mayo 2015
independencia, claro está, de las responsabilidades en que hubieran podido incurrir las
personas que participaron en su realización (Gómez Laplaza, Com. Nac. Tecnos, p. 479).
III. Gastos del inventario. El inventario de los bienes del tutelado ha de contener la
expresión de su valor. Esta operación puede requerir la intervención de peritos que realicen
la tasación de alguno de ellos, con los consiguientes gastos a añadir a los que su pura
práctica ocasione. No especificándose a cargo de quién han de correr estos gastos y
teniendo en cuenta que la previsión contenida en el art. 265 II parece que ha de
circunscribirse, exclusivamente, a las medidas a las que se refiere en su primer párrafo (v.
com. art. 265), se plantea si de ellos ha de hacerse cargo el tutor o se imputarán al
patrimonio del tutelado. Solución esta última que parece la más plausible, puesto que,
fundamentalmente, el inventario es una garantía para el tutelado (Gómez Laplaza, Com.
Nac. Tecnos, p. 482).
Artículo 265.
Doctrina-comentario
https://proview-thomsonreuters-com.eu1.proxy.openathens.net/title.html?redirect=true&titleKey=aranz%2Fcodigos%2F155280766%2Fv1.7&title… 6/14
28/11/24, 19:11 Thomson Reuters ProView - Comentario del Código Civil. 1ª ed., mayo 2015
2. Lo habitual será que el Juez esté en condiciones de adoptar semejante medida precautoria
una vez finalizado el inventario, pues es en ese momento cuando tiene cabal conocimiento
de los bienes, susceptibles de ser depositados, que se encuentran en el patrimonio del
tutelado. Sin embargo, ya se ha señalado (v. com. art. 259 y arts. 262 y 263) que no parece
inexorable que el tutor no entre en posesión de los bienes del menor o incapacitado, hasta
que se haya cumplimentado la obligación de hacer inventario. Por consiguiente, y nada hay
que lo impida, las medidas provistas en este artículo pueden adoptarse con anterioridad a la
realización del inventario, pues éste tampoco resulta imprescindible para que el Juez advierta
la existencia de bienes que, a su juicio, han de ser depositados. La percepción la puede
obtener en el procedimiento de constitución de la tutela y su decisión estaría amparada por
las medidas de vigilancia y control que puede adoptar en la resolución que la constituya (art.
233 CC).
la que, además, le será posible tomar en cuenta la relación del valor del objeto con la cuantía
del patrimonio del tutelado (Ventoso, Representación, p. 266).
d) De acuerdo con la concepción clásica como «valores mobiliarios», especie del género
«títulos valores», habrían de considerarse las acciones y las obligaciones de las sociedades
anónimas, con exclusión de las participaciones de las sociedades de responsabilidad
limitada. Sin embargo, al amparo de la LMV, tendrían, también la calificación de «valores» los
títulos no emitidos en serie, como los certificados de depósito, pagarés de empresa y letras
de cambio bursátiles (Vicent Chulia, Compendio, p. 608), en suma, y sin posibilidad de
describirlos por su continua proliferación, los denominados «activos financieros» (Ventoso,
Representación, p. 271).
2. En cuanto al lugar del depósito, habrá de atenderse a la naturaleza del bien a depositar,
pues se previene que el depósito se realice en un establecimiento destinado a este efecto
que no tiene que tener, necesariamente, carácter público, lo que hace ociosa y
necesariamente ejemplificativa e incompleta una enumeración de los establecimientos que
pueden cumplir esta finalidad. La exigencia, esto sí ha de destacarse, impide que el depósito
se efectúe en un lugar, por más que fuera apropiado atendida la naturaleza del bien a
depositar, propiedad del tutor o del tutelado (Gómez Laplaza, Com. Nac. Tecnos, p. 481).
III. Gastos del depósito. Específicamente para los que las medidas que este artículo
originen, se previene que los gastos correrán a cargo de los bienes del tutelado. Gastos en
los que habrá que incluir los ocasionados, estrictamente, por el depósito, y, también, los que
puedan producirse por los peritajes que el Juez haya decidido realizar para comprobar si,
determinados bienes, se encuentran comprendidos entre los que puede decidir su depósito.
Artículo 266.
Doctrina-comentario
https://proview-thomsonreuters-com.eu1.proxy.openathens.net/title.html?redirect=true&titleKey=aranz%2Fcodigos%2F155280766%2Fv1.7&title… 8/14
28/11/24, 19:11 Thomson Reuters ProView - Comentario del Código Civil. 1ª ed., mayo 2015
obligaciones del tutor que más relación tiene con las garantías del tutelado; la de hacer
inventario.
El tutor, en garantía del tutelado fundamentalmente, está obligado a hacer inventario fiel y
exacto de los bienes de cuya administración va a ocuparse, lo que supone, en buena lógica,
que ha de hacer constar en él, necesariamente, los créditos y deudas existentes entre ellos.
Diligente cumplimiento de una obligación que, de entrada, puede adquirir una previa
virtualidad en relación a su finalidad última: la de poner en evidencia unas circunstancias
que, quizá, le inhabiliten para el ejercicio del cargo y que por su desconocimiento no han sido
tenidas en cuenta, en un momento previo más oportuno; el de la valoración de su capacidad
para ser nombrado tutor.
II. Naturaleza y ámbito de la norma. 1. Los rigurosos efectos que la norma comporta para
los créditos que el tutor tenga contra el tutelado, y omita incluir en el inventario que ha de
hacer de sus bienes, obliga a intentar precisar, lo más detalladamente posible, los supuestos
que se encuentran comprendidos en la descripción del supuesto de hecho. Operación que
hace necesaria una definición acerca del significado jurídico, en definitiva de la naturaleza,
que haya de atribuirse a la expresión «se entenderá que los renuncia», con que se describe
la consecuencia jurídica.
Esencialmente son tres las posturas que pueden adoptarse. En primer lugar, considerar que
la norma concluye, objetivamente, del hecho de que el tutor no incluya en el inventario los
créditos que tenga frente al tutelado, una auténtica renuncia (Díez-Picazo y Gullón,
Sistema, I6, p. 269). En segundo lugar, cabe una interpretación, más benigna para los
derechos del tutor, al concebir que lo que se establece es una presunción o especie de
presunción iuris tantum, con la consiguiente posibilidad de que el tutor pueda evitar las
desfavorables consecuencias para sus créditos, probando su ignorancia, acerca de su
existencia en el momento de hacer inventario (Lete, Com. Edersa, IV2, p. 366;
Lacruz/Sancho, Elementos, IV-23, p. 315). Finalmente, y creo que es la más adecuada a la
vista de cuanto ha quedado expuesto sobre el fundamento de la norma, puede entenderse
https://proview-thomsonreuters-com.eu1.proxy.openathens.net/title.html?redirect=true&titleKey=aranz%2Fcodigos%2F155280766%2Fv1.7&title… 9/14
28/11/24, 19:11 Thomson Reuters ProView - Comentario del Código Civil. 1ª ed., mayo 2015
que se trata de una verdadera sanción que se impone al tutor que no despliega la diligencia
debida en el cumplimiento de su obligación de hacer inventario; diligencia que debe llevarle a
incluir en él sus propios créditos contra el tutelado (Gómez Laplaza, Com. Nac. Tecnos, p.
485). La consecuencia que impone la norma, no es, en realidad, una renuncia, ni tan siquiera
en sentido objetivo. Se trata de una verdadera sanción que consiste en que el tutor pierde su
derecho, por no respetar las condiciones que la ley impone para su ejercicio. En defensa de
los intereses del tutelado, los créditos que el tutor tuviera frente a él, quedan sujetos para su
pervivencia al cumplimiento de un requisito añadido: el de su declaración en el inventario.
3. Si el crédito que el tutor tuviera frente al tutelado, no fuera aún líquido, habrá que incluirlo
en el inventario, haciendo constar esta circunstancia (Gómez Laplaza, Com. Nac. Tecnos, p.
487).
4. Puesto que el inventario ha de concebirse como algo dinámico, los créditos del tutor frente
al tutelado, que surjan durante el ejercicio de la tutela, también deberán ser inventariados,
mediante la correspondiente modificación del inventario, salvo que para evitar esta operación
(v. com. art. 264), se considere suficiente con que el tutor declare, fehacientemente, su
existencia al Juez.
5. Es dudoso que lo dispuesto en este artículo sea aplicable en todos los supuestos en que la
tutela se ejerza por una persona jurídica. En este sentido puede considerarse inoportuna su
aplicación cuando el tutor sea una Administración pública (v. com. art. 242), con respecto a
las deudas tributarias que el tutelado pueda tener frente a ella y las derivadas de los
cuidados dispensados al tutelado en un establecimiento público (R. Bercovitz, Com. Nac.
Tecnos, p. 365).
Artículo 267.
https://proview-thomsonreuters-com.eu1.proxy.openathens.net/title.html?redirect=true&titleKey=aranz%2Fcodigos%2F155280766%2Fv1.7&titl… 10/14
28/11/24, 19:11 Thomson Reuters ProView - Comentario del Código Civil. 1ª ed., mayo 2015
Doctrina-comentario
2. Puede, eso sí, no ser una representación exclusiva unipersonal, sea porque existen varios
tutores con división de cometidos, de la persona y de los bienes, supuesto en el que, por
principio, también la representación se ceñirá al ámbito de sus respectivas competencias (v.
arts. 236.1.º y 270), sea porque la tutela es plural sin especificación de facultades (art. 237),
en cuyo caso la actuación representativa será mancomunada o solidaria, según hubiere
resuelto el juez al nombrarles; sea porque, incluso siendo unipersonal, deja fuera
determinados bienes (administrador ex art. 227) o negocios en los que se identifique conflicto
de intereses (defensor judicial: art. 299.1.º).
3. En cualquier caso, sólo el tutor es representante/sustituto del pupilo aun en los supuestos
de que la actuación representativa precise el complemento de la autorización judicial (arts.
271 y 272) o de que para la realización material de los actos se sirva de
auxiliares/mandatarios. Para esta segunda hipótesis, que no supone «delegación», ya
advirtió la RDGR 18-XII-1900 la inexistencia de precepto legal alguno que impusiera al tutor
ejecutar «por sí mismo o personalmente todos los actos inherentes al ejercicio de su cargo,
tanto en lo que respecta a la persona del menor como a sus bienes». El límite puede
https://proview-thomsonreuters-com.eu1.proxy.openathens.net/title.html?redirect=true&titleKey=aranz%2Fcodigos%2F155280766%2Fv1.7&titl… 11/14
28/11/24, 19:11 Thomson Reuters ProView - Comentario del Código Civil. 1ª ed., mayo 2015
III. Excepciones al principio de sustitución. 1. La segunda proposición del art. 267, como
excepción a la regla general, se refiere a aquellos actos que el menor o el incapacitado
pueda realizar por sí solo. Realmente, bastará con que el pupilo pueda actuar por sí mismo
(como muy bien dice el art. 162.1.º), aunque precise asistencia del tutor, para que no se de
representación.
Debe convenirse, además, que los supuestos de actuación directa, condicionados siempre a
la concreta capacidad natural del pupilo, serán más numerosos para el menor que para el
incapacitado (Gómez Laplaza, Com. Nac. Tecnos, p. 491). En la tutela de menores, puesta
la Ley como único referente, habrá que localizar en ésta la oportuna permisión, aunque el
paralelismo con las posibilidades del sometido a patria potestad autorice a prescindir de la
exigencia de que sea «expresa» (Cfr. Gete-Alonso, Nueva normativa, p. 43). En la tutela de
incapacitados, parece obligado —por lo que luego digo— estar, preferentemente y aún
cuando se modalicen restrictivamente las previsiones genéricas de la ley, a las
prescripciones de la sentencia de incapacitación (art. 210).
https://proview-thomsonreuters-com.eu1.proxy.openathens.net/title.html?redirect=true&titleKey=aranz%2Fcodigos%2F155280766%2Fv1.7&titl… 12/14
28/11/24, 19:11 Thomson Reuters ProView - Comentario del Código Civil. 1ª ed., mayo 2015
actos absolutamente benéficos, puede asimismo, adquirir la posesión (art. 443), aceptar
donaciones puras (art. 625 y 626, a contrario).
3. Para el pupilo por incapacidad, ya he dicho, que su referente principal es la sentencia, que
preceptivamente ha de determinar la extensión y límites de la incapacitación (art. 210).
Evidentemente, no será habitual, ni estará indicado siempre, que la sentencia niegue al
incapacitado determinadas actuaciones de carácter personalísimo que el CC, comprobado
que concurre a ellas lúcido in actu, le autorizaría: contraer matrimonio y otorgar testamento
(arts. 56.2 y 665). En cualquier caso, personalmente considero que en el sistema actual
dicha «restricción» no carece de apoyos (en contra, la opinión más extendida:
Lacruz/Delgado, Elementos, I-2, pp. 87-88; y Gordillo, Capacidad, pp. 215-233). En
particular, pudieran tomar base a partir de las siguientes consideraciones: A) No conlleva,
desde luego, ampliar el ámbito natural de representación a favor del tutor que, en esto, no
puede sustituirle; B) Las permisiones específicas de referencia se configuran y son acordes
con el rígido expediente del status de incapacitado y con el carácter típicamente uniforme de
la incapacitación en la redacción originaria del CC, sistema opuesto al que prescribe el
vigente art. 210; C) La tesis que propongo conduce a actualizar las garantías de los arts. 56.2
y 665, haciendo que los «facultativos» intervengan y dictaminen a solicitud de la autoridad
judicial y con eficacia supeditada al pronunciamiento de ésta, que salvaguarda la institución
(art. 216); D) No hace inútiles dichas autorizaciones legales, ya que, en sus propios términos,
sirven todavía para los afectados por deficiencias o anomalías psíquicas que no hayan sido
incapacitados y para aquéllos que, habiéndolo sido, su sentencia no contemple
expresamente dichas actuaciones; E) La interposición de la autoridad judicial actualmente no
contradice el sistema que ha trasladado a aquélla la función de apreciar y decidir otras
incidencias —no menos transcendentes— en el desarrollo de la personalidad del
incapacitado: autorización de intromisiones que, si no, serían ilícitas (art. 3.º 2 LO 1/82),
determinación de la filiación (art. 121), privación de libertad personal (art. 271.1.º) y
esterilización (art. 428.2 in fine CP); y F) El recorte en sentencia de posibilidades de
actuación por sí genéricamente no prohibidas por la Ley no es naturalmente, definitivo, por
cuanto en cualquier momento cabe —y acaso sea esta vía preferible a dejar condicionado
aquél actuar a los dictámenes de facultativos «de parte»—, sobrevenidas nuevas
circunstancias, instar judicialmente la oportuna declaración que, previos los dictámenes y
pruebas que el juez estime pertinentes (art. 208), tenga por objeto «dejar sin efecto o
modificar el alcance de la incapacitación ya establecida» (art. 212).
https://proview-thomsonreuters-com.eu1.proxy.openathens.net/title.html?redirect=true&titleKey=aranz%2Fcodigos%2F155280766%2Fv1.7&titl… 13/14
28/11/24, 19:11 Thomson Reuters ProView - Comentario del Código Civil. 1ª ed., mayo 2015
realización del acto o negocio, sea la autorización judicial (arts. 271-272), sea, más
excepcionalmente, la colaboración del propio pupilo, sobre todo si de menores se trata (v.
com. arts. 271, 272 y 273, y Gómez Laplaza, Com. Nac. Tecnos, pp. 494-495). Tal vez esta
última hipótesis es la única que «justifica» la terminología del art. 267 cuando requiere, para
que la representación no opere, que el pupilo actúe por sí solo, siendo así que bastaría haber
dicho por sí mismo, conforme al principio tengo razonado.
https://proview-thomsonreuters-com.eu1.proxy.openathens.net/title.html?redirect=true&titleKey=aranz%2Fcodigos%2F155280766%2Fv1.7&titl… 14/14