Introducción a la Antropología filosófica
Introducción a la Antropología filosófica
Introducción a la Antropología filosófica
Echavarría
Guías de la asignatura
- Definición etimológica:
Como disciplina filosófica, tiene como fuente la experiencia humana integral, analizada a
la luz natural de la razón, empleando como instrumento la lógica. Para filosofar
adecuadamente, es necesario que experiencia y lógica vayan de la mano. La antropología
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Antropología Martín F. Echavarría
“En mi juventud no conocí más anhelo que el del saber filosófico, anhelo que estoy a punto
de realizar ahora, cuando me dispongo a pasar de la medicina a la psicología. Llegué a ser
terapeuta contra mi propia voluntad”.
“No escapará a mis lectores que en lo anterior he presupuesto como evidente algo que
todavía se cuestiona mucho en las discusiones, a saber: que el psicoanálisis no es una rama
especial de la medicina. No veo cómo alguien podría negarse a reconocerlo. El psicoanálisis
es una pieza de la psicología, no de la psicología médica en el sentido antiguo ni de la
psicología de los procesos patológicos, sino de la psicología lisa y llana; por cierto, no es el
todo de ella sino su base, acaso su fundamento mismo.”
“La mayoría de los hombres piensan que la psicología es una ciencia relativamente moderna.
Opinan eso porque la palabra “psicología” se difundió en general en los últimos 100 o 150
años. Olvidan, sin embargo, que hay una psicología anterior a ésta, que se extendió más o
menos desde el año 500 a.C. hasta el siglo XVIII, aunque no se la haya llamado psicología,
sino ‘ética’, y también, más frecuentemente, ‘filosofía’; pero no era otra cosa que psicología.
[…]
Aristóteles escribió un manual de psicología, sólo que le llamó Ética. Los estoicos
desarrollaron una psicología extremadamente interesante […]. Encontramos en Santo Tomás
de Aquino un sistema de psicología, del que cualquiera podría verosímilmente aprender más
que de la mayoría de los textos de psicología actuales. Allí se encuentran las más interesantes
y profundas discusiones y análisis de conceptos como: narcisismo, soberbia, humildad,
modestia, sentimientos de inferioridad, y muchos más. Algo similar ocurre con Spinoza […].
Spinoza es, por cierto, el primer gran psicólogo que reconoció con total claridad la existencia
del inconsciente, cuando dijo: todos somos conscientes de nuestros deseos, pero no del
motivo de nuestros deseos. Y éste es en verdad, como veremos luego, el fundamento de la
psicología profunda de Freud, que llegó más tarde.”
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Antropología Martín F. Echavarría
En mucho mayor grado que en las restantes ciencias objetivas –como p. ej. La Física o la
Historia- exige la Psicología, como teoría de la vida anímica humana, que la elevemos al plano
de la consideración filosófica, es decir, que reflexionemos sobre el tema de la Psicología hasta
sus últimas consecuencias. No es ningún azar que la Psicología de la antigüedad, hasta el
siglo XIX, fuese hermana de la filosofía y que esta unión sólo quedara rota en la segunda
mitad del siglo pasado en la época del auge de las Ciencias Naturales y del positivismo.”
Estas consideraciones sobre la imagen del hombre que nos presenta la Psicoterapia necesitan
ser completadas con unas reflexiones sobre la libertad de la voluntad. Claro que esto nos
llevará a adentrarnos en el ámbito de lo que sería la ‘teoría metaclínica’ de cualquier
Psicoterapia, y teoría quiere decir visión, es decir, visión de una imagen del hombre. Y no es
que nosotros, los médicos, pretendamos introducir la Filosofía en el ámbito de la Medicina;
son nuestros enfermos quienes vienen a nosotros con sus problemas filosóficos a cuestas.
Pero es que, además, de hecho, toda Psicoterapia se hace su Antropología –sin excluir el
Psicoanálisis- […]. Mi opinión personal es que toda Psicoterapia se basa en premisas
antropológicas, a no ser que el psicoterapeuta no se haya hecho consciente de ello, en cuyo
caso se apoya en implicaciones antropológicas.”
“El enfoque de la terapia racional-emotiva muchas veces es más filosófico que psicológico.
Los terapeutas de la RET más que mostrar simplemente a los clientes la psicodinámica de su
conducta perturbada, les demuestran lo que podría llamarse la dinámica filosófica de su
conducta. Es decir, les demuestran que las verdaderas razones de su conducta auto-
destructiva no radican en sus tempranas experiencias o en su historia pasada, sino en las
actitudes filosóficas y suposiciones que han estado haciendo y todavía se hacen en torno a
estas experiencias y a esta historia suya. Más aún, los terapeutas racionales presentan muy
didácticamente a los clientes una filosofía de vida bastante nueva y de orientación
existencialista. Ellos enseñan que es posible para las personas aceptarse como seres valiosos
y felices en la vida por el mero hecho de que existen y de que están viviendo. Atacan con
firmeza la idea de que la valía intrínseca de las personas depende de los criterios
normalmente reconocidos en la sociedad tales como el éxito, los logros adquiridos, la
popularidad, el servicio a los demás, la devoción para con Dios y otras cosas por el estilo. Por
el contrario, les demuestran a los clientes que harían mejor, si realmente quieren superar sus
perturbaciones emocionales profundamente arraigadas, en aceptarse a sí mismos sin dar
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Antropología Martín F. Echavarría
importancia a que sean competentes o alcancen muchos éxitos y sin mirar a que los demás
los valoren mucho o nada.”
Toda disciplina parte de verdades que da por conocidas. Estas se llamas “preconocidos”
(praecognita, en latín). En nuestro caso, partimos de afirmaciones tomadas de la experiencia
ordinaria de todo ser humano:
1. El hombre existe: Esto implica en realidad dos cosas. Primero, que hay seres
humanos (yo, tú, María, Juan, etc.); segundo, que hay una naturaleza humana, es
decir que hay un conjunto de atributos esenciales que permiten distinguir a un
ser humano de otros entes.
2. El hombre es una sustancia corpórea: El cuerpo es una parte esencial del ser
humano. No tenemos cuerpo, sino que somos un cuerpo.
3. El hombre es un cuerpo viviente: Hay cuerpos que viven y cuerpos que no viven.
El hombre es un cuerpo que está dotado de vida (respira, come, duerme, crece,
se reproduce, etc.).
7. El hombre es social: Que el hombre es animal social no quiere decir que sea
simplemente un animal gregario, como otros animales. La expresión que usaban
los griegos (Aristóteles) es “zoón politikón” (viviente político), que quiere decir
que el hombre se inclina por naturaleza a vivir en una sociedad política, es decir
una sociedad regida por leyes emanadas de la razón.
Podrían agregarse otros conocimientos evidentes: el hombre es animal moral (lo cual es
consecuencia de su libertad), el hombre es animal religioso (es el único que, en las distintas
culturas, rinde culto a Dios, o al menos se plantea la cuestión de su existencia); etc.