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A 7. ANÁLISIS SOCIOLÓGICO DEL DELITO.

La moderna Sociología Criminal no se limita a resaltar la importancia del “medio” o “entorno”

en la creación de la criminalidad, sino que ve el crimen como un fenómeno social. La Sociología

Criminal contemporánea tiene un doble enfoque, el europeo y el EEUU.

Buena parte del éxito de los modelos sociológicos esta en la utilidad práctica de la

información que suministran. Sólo estas teorías parten de la premisa de que el crimen es un

fenómeno social muy selectivo, muy unido a ciertos procesos, estructuras y conflictos sociales
y,tratan de aislar sus variables.

El delito como fenómeno social: exposición y crítica de los principales modelos y teorías.

TEORÍAS MULTIFACTORIALES. Siguen estos planteamientos GLUECK, BURT, TAPPAN,… Ámbito

de investigación preferido es la delincuencia juvenil. Usan un método empírico inductivo;


faltando el rigor de un marco teórico definido. Entienden que la criminalidad nunca es
resultado de un único factor o causa, sino de la acción combinada de muchos datos, factores y
circunstancias. El prototipo de investigación plurifactorial es la llevada a cabo por le
matrimonio GLUECK en 1950.

Durante 10 años examinan a 500 parejas de jóvenes delincuentes y no delincuentes, buscando

factores diferenciales entre ellos. Concluyendo que los factores más relevantes serían: la
vigilancia del joven por su madre, la mayor o menor severidad con que está le eduque y el
clima de armonía o las desavenencias familiares.

Estas teorías han demostrado el simplismo con que operaron las viejas teorías monocausales.
Han aportado valiosa información, realista y completa, acerca de ciertos fenómenos criminales
como la delincuencia juvenil. Relacionan los factores que intervienen en el crimen pero sin
jerarquizarlos. No explican ni fundamentan de qué forma y porque influyen en el
comportamiento criminal, ni como interactúan entre sí.

ESCUELA DE CHICAGO (TEORÍA ECOLÓGICA). Es la cuna de la moderna Sociología americana,

se caracterizó por su empirismo y su finalidad pragmática. Su temática preferida fue Sociología


de la gran ciudad”, el análisis del desarrollo urbano, de la civilización industrial y la morfología
del crimen en ese nuevo medio. La primera de las teorías que surge en el ámbito de esta
escuela es la teoría ecológica, entre sus representantes están PARK, BURGESS, MCKENZIE,… El
marco de atención es la gran ciudad cono unidad ecológica. Y su tesis, que existe un claro
paralelismo entre el proceso de creación de los nuevos centros urbanos y la criminalidad de los
mismos. La ciudad produce delincuencia. Esta teoría explica esto, accediendo a los conceptos
de desorganización y contagio inherentes a los modernos núcleos urbanos, y sobre todo el
debilitamiento del control social que en ellos tiene lugar. El deterioro de los grupos primarios
(familia), la modificación de las relaciones interpersonales que se vuelven superficiales, la
perdida de arraigo al lugar de residencia y la crisis de los valores tradicionales y familiares.

La primera obra que asume la teoría ecologista se debe a PARK, Burgess y MCKENZIE,

defienden que el crimen es producto de la desorganización propia de la gran ciudad, en la que

debilita el control social y se deterioran las relaciones humanas, propagándose un clima de


vicio y corrupción contagioso. La investigación más conocida es la THRASHER que examinó
1313 bandas que operaban en Chicago.

Estas teorías han tenido el mérito de llamar la atención sobre el impacto criminógeno del

desarrollo urbano. Pero el contrapunto de ellas esta se basa en la fuerza atractiva de ciertas
zonas, dándolas un papel de causa que no es cierto. En resumen ciertas zonas atraen la
delincuencia y hacen que se concentre en ellas, pero no crean esa delincuencia.

El estudio estrictamente ecológico se ha sustituido des los años 50 por el estudio de “área

social” y por métodos estadísticos multivariados. El factor espacial interesa no sólo para
explicar el delito (génesis, distribución), sino para

prevenirlo. A esta nueva orientación apuntan JEFFERY que sugiere prevenir la criminalidad a
través

del diseño arquitectónico y urbanístico, NEWMAN que defiende el diseño urbano y


arquitectónico

favorece el crimen, al permitir el fácil acceso de extraños, defendiendo que ciertos elementos

físicos alrededor de las áreas públicas pueden infundir a los residentes un sentimiento de

“comunidad” y de “territorialidad” que les autorresponsabilizaría progresivamente en la


defensa de

su hábitat frente al delito y, la actual Psicología Comunitaria.

La Psicología Comunitaria es un enfoque ambientalista con connotaciones ecológicas, que

surge en los 60, reclama un papel más activo de las pequeñas comunidades y estimula la
acción

de las instituciones mediadoras entre la vida privada del individuo y la esfera pública.

TEORÍA ESTRUCTURAL-FUNCIONALISTA O DE LA “ANOMIA”.


Sus principales representantes son DURKHEIM, MERTON,… surge en el contexto de una
economía muy industrializada y con profundos cambios sociales. Sus postulados de mayor
trascendencia son la NORMALIDAD del crimen, pues este no tendría su origen en ninguna
patología individual ni social sino en el normal y regular funcionamiento de todo orden social;
y la FUNCIONALIDAD, pues tampoco sería un hecho necesariamente nocivo para la sociedad,
sino todo lo contrario, funcional, en orden a la estabilidad y el cambio social.

DURKHEIM observó el volumen constante de la criminalidad de cualquier sociedad en


cualquier momento histórico. Sacando dos consecuencias: que la conducta irregular es
inextirpable y que las formas de dicha conducta anómica están determinadas por el tipo social
dominante y su estado de desarrollo. Lo anormal no es la existencia del delito, sino un súbito
aumento o descenso en el mismo pues, “una determinada cantidad de crímenes forma parte
integrante de toda sociedad sana”. El crimen debe contemplarse como producto del
funcionamiento normal de toda sociedad. La teoría de anomia de Durkheim será asumida y
reelaborada por la Sociología americana.

MERTON, la convierte en teoría de la criminalidad. La anomia no es sólo derrumbamiento o


crisis de unos valores o normas por determinadas circunstancias sociales, sino, el síntoma o
expresión del vacío que se produce cuando los medios socioestructurales existentes no sirven
para satisfacer las expectativas culturales de una sociedad. La tensión entre estructura cultural
y estructura social fuerza al individuo a optar por cinco vías: conformidad, innovación,
ritualismo, huida del mundo y rebelión; todas ellas excepto la primera dan comportamientos
desviados o irregulares.

TEORÍAS DEL CONFLICTO. Gran tradición en la Sociología Criminal norteamericana,

presuponen la existencia en la sociedad de una pluralidad de grupos y subgrupos que

eventualmente, discrepan en sus pautas valorativas. Se pueden clasificas en:

• DEL CONFLICTO CULTURAL. La criminalidad es producto del cambio social. La

cultura con sus muchas contradicciones internas, sería el factor criminógeno.

• DEL CONFLICTO SOCIAL. A partir de los 50 han sido relanzadas por el

pensamiento marxista y no marxista. Se basan en que la moderna sociedad

democrática es una sociedad plural, antagónica y estratificada, donde coexisten

muchos grupos y subgrupos, con sus respectivos códigos de valores, tratando

de conquista un espacio social y, el poder político.


• DEL CONFLICTO DE ORIENTACIÓN MARXISTA. Ven el crimen como función de las

relaciones de producción de la sociedad capitalista. Hunden sus raíces en el

pensamiento de MARX Y ENGELS. Para las teorías no marxistas el crimen es

producto normal de las tensiones sociales, situándolo en un ámbito político

desconectado de los modos de producción e infraestructura económica. Por el

contrario el análisis marxista ve siempre el delito como un producto histórico,

patológico y contingente de la sociedad capitalista, contemplando el orden social

como una lucha de clases, una de las cuales subyuga y explota a la otra

sirviéndose del Derecho y la Justicia Penal. Estas teorías marxistas apelan a la

estructura clasista de la sociedad capitalista, siendo el conflicto social, un

conflicto de clases y conciben el sistema legal como mero instrumento al servicio

de la clase dominante para oprimir a la clase trabajadora. El método de los

criminólogos marxistas se aparta de las investigaciones empíricas optando por

un método histórico-analítico.

TEORÍAS SUBCULTURALES. Surgen en los 50, como repuesta ala problemática que plantaban

sobre todo en los EEUU, determinadas minorías marginales. Aportan tres ideas fundamentales:
el

carácter pluralista y atomizado del orden social, la cobertura normativa de la conducta


desviada y,

la semejanza estructural, en su principio del comportamiento regular e irregular.

Se apartan de los postulados de las teorías de la anomia y del análisis ecológico de la

Escuela de Chicago.

A estas teorías no les interesa tanto la estructura interna de las bandas y organizaciones,

sino su origen. COHEN y WHITE concluyen que las “delinquency area” o zonas donde se
concentra
la criminalidad no son ámbitos desorganizados, carentes de normas y controles sociales, sino

zonas o terrenos en los que están vigentes unas formas distintas de las oficiales, otros valores.

Debido a que la estructura social impide al joven de las clases bajas el acceso al bienestar

por las vías legales, experimenta un conflicto “cultural” o estado de frustración que determina
la

integración del mismo en una subcultura separada de la sociedad; provista de un sistema de

valores propio, enfrentado al de aquella.

Según esto el delito no es consecuencia del “contagio social” o de la desorganización como

mantenían las teorías ecológicas, sino expresión de otros sistemas normativos (subculturales)

cuyos valores difieren de los mayoritarios o incluso se contraponen a ellos.

No todas las áreas de clases sociales bajas tienen idéntica organización y estabilidad, ni

ofrecen las mismas oportunidades a sus miembros.

Estas teorías han sido criticadas cuando han intentado dar una explicación general de la

criminalidad, extrapolando unas determinadas conclusiones válidas sólo para determinadas

manifestaciones de delincuencia juvenil en los grandes centros urbanos.

TEORÍAS DEL PROCESO SOCIAL (APRENDIZAJE SOCIAL, CONTROL SOCIAL Y LABELING


APPROACH.

Grupo de teorías psicosociales para las que el crimen es una función de las interacciones

psicosociales del individuo y de los diversos procesos de la sociedad. Tiene importancia en los
60,

por las limitaciones de las teorías estructuralistas que explicaban la criminalidad de la “lower
class”

(clase baja), no pudiendo explicar tres hechos: que existe, también, una significativa
criminalidad
de las clases medias y privilegiadas, que muchos jóvenes delincuentes de las clases bajas

abandonan el comportamiento criminal al alcanzar la madurez y que no todo individuo de la


Lower

Class rechaza los medios y procedimientos legítimos de acceso a los bienes culturales,

integrándose en una subcultura criminal.

Aportan diversas respuestas al fenómeno de la criminalidad y su génesis, distinguiendo tres

suborientaciones:

• APRENDIZAJE SOCIAL O “SOCIAL LEARNING”. Parten de la hipótesis de que las

claves de la conducta humana han de buscarse en el aprendizaje que la

experiencia vital diaria depara al individuo. El crimen no es algo anormal, ni signo

de una personalidad inmadura, sino un comportamiento o hábito adquirido. Las

formulaciones más conocidas son:

o La asociación diferencial. Defendida por SHUTHERLAND y CRESSEY. El

crimen no se hereda ni se imita, ni se inventa, no es algo fortuito o irracional, se aprende en el


curso de normales procesos de comunicación irracional, se aprende en el curso de normales
procesos de comunicación

e interacción del individuo con sus semejantes. Aporta un modelo capaz

de explicar la criminalidad de las clases medias y privilegiadas.

Complementa a las teorías subculturales, aportando un matiz, la idea de

que el crimen no procede de la desorganización social, sino de la

organización diferenciada y del aprendizaje.

o La ocasión diferencial. El aprendizaje del comportamiento delictivo no se

lleva a cabo de modo uniforme y homogéneo sino según las respectivas

circunstancias, ocasiones y oportunidades del individuo y las subculturas

a las que pertenece.

o La identificación diferencial. Defendida por GLASER, incorpora al concepto

de aprendizaje la teoría de los roles y subraya la importancia de los


medios de comunicación de masas en la conducta del individuo, muy

minimizado por Sutherland. El aprendizaje de la conducta criminal no

tiene lugar por vía de interacción personal, sino de identificación. Una

persona sigue el camino del crimen porque se identifica con otras

personas reales o ficticias.

o El refuerzo diferencial. Sigue una línea conductista.

o La neutralización. Defendida por SYKES y MATZA, la mayoría de los

delincuentes comparten los valores convencionales de la sociedad, de

modo que lo que aprenden son ciertas técnicas de neutralización,

racionalizando y autojustificando así su conducta desviada.

• CONTROL SOCIAL. Todo individuo podría actuar criminalmente, si bien dicho

potencial delictivo es neutralizado por sutiles vínculos sociales que reclaman una

conducta conformista. Cuando fracasan dichos mecanismos de control, quiebra

su lógico sometimiento al orden social y se produce el crimen. Para las teorías

criminalísticas clásicas la respuesta esta en el miedo al castigo.

• LABELING APPROACH. El crimen es un subproducto del control social. El individuo

se convierte no porque haya realizado una conducta negativa, sino porque

determinadas instituciones sociales le han etiquetado como tal. El postulado del

carácter constitutivo del control social, explica que la criminalidad es creada por

el propio control social. Las instancias o agencias del control social (policía,

jueces,…) no detectan o declaran el carácter delictivo de un comportamiento

sino que lo generan al etiquetarlo como tal.

Modelos integrados.
Últimamente las teorías de la criminalidad evolucionan hacia modelos más complejos e

integrados. Se han formulado tres grupos de teorías “integradoras”.

Un ejemplo muy conocido es la teoría de ELLIOT que combina la teoría del conflicto social, la

de la frustración y la del aprendizaje social y, cuenta con un buen respaldo empírico. El crimen
es

el resultado de la conjunción de vínculos débiles a grupos y normas convencionales y de unos

vínculos sólidos a personas y grupos desviados. De esto dedujo dos principios: que tienden a

delinquir más quienes tienen vínculos sociales débiles y sólidos vínculos a pares delincuentes; y

que la relación entre ambas variables es condicional, lo que significa que relacionarse con
iguales

delincuentes propicia el delinquir, pero sólo cuando la vinculación del sujeto a grupos y
actividades

convencionales es débil. En segundo lugar que los individuos con una vinculación débil a
iguales

delincuentes tienden a delinquir poco, independientemente de la vinculación sólida o débil a


grupos

y actividades convencionales.

La teoría multifactorial de BRANTINGHAN y BRANTINGHAN explica porque el entorno físico

espacial, las pautas sociales y el comportamiento de las propias víctimas incrementan las

oportunidades de delinquir. No basta con que el infractor esté motivado y decidido a cometer
el delito, lo importante es que concurra la oportunidad idónea para materializar este acto,
pues la

mayor parte de los delitos son premeditados. Ciertos lugares y espacios físicos y las ac1111

delito, lo importante es que concurra la oportunidad idónea para materializar este acto, pues
la

mayor parte de los delitos son premeditados. Ciertos lugares y espacios físicos y las actividades

rutinarias y cotidianas le depararan tal oportunidad.

Enfoques criminológicos “dinámicos”.


Insertan la conducta criminal en el curso de la vida del individuo. Propugnan un análisis

dinámico del delito capaz de explicar no sólo el fenómeno de la continuidad de los patrones de

conducta delictiva, sino también y mejor que las teorías etiológicas convencionales, el del
cambio

de estos patrones. Conceden prioridad a los métodos longitudinales sobre los transversales de
la

Criminología Clásica. Dan explicaciones individualizadoras de gran empirismo. Son más

coherentes al explicar el comportamiento delictivo en función del factor edad y la curva de


edad.

LAS CARRERAS CRIMINALES es un nuevo enfoque dinámico de la génesis, desarrollo y

evolución de los patrones conductuales delictivos, no se interesan tanto por investigar las
causas

últimas de la conducta criminal, supuestamente invariables, estáticas y fijadas en el pasado


remoto

del individuo, sino el proceso de iniciación, consolidación y progresión de dichos patrones de

conducta. Preocupa investigar cuando y como se inician, número y frecuencia de los delitos

cometidos, gravedad y naturaleza, formas de comisión y fenomenología de la actividad


criminal,

duración y persistencia de la misma. Las posibles trayectorias e itinerarios de las carreras

delictivas son muchos y variados, dependiendo de cada sujeto.

Cobra creciente interés, ante el fracaso de las tipologías clásicas, pues carecen de

capacidad de diagnóstico, ni para predecir la reincidencia del penado, ni para sugerir el


tratamiento

más adecuado. Las carreras delictivas permiten el diseño de métodos longitudinales útiles para
el

estudio de la reincidencia, la elección del tratamiento adecuado y, para captar la evolución del

preso y disciplinar empíricamente el régimen.


LA CRIMINOLOGÍA DEL DESARROLLO propone un análisis dinámico y longitudinal del

comportamiento delictivo, insertándolo en el curso vital del individuo y en las fases de la vida
del

mismo, para describir y explicar la iniciación, génesis, desarrollo y evolución con el paso del

tiempo.

Distinguen tres etapas en el curso de las actividades delictivas, la de actuación, aquí la

actividad criminal se estabiliza ganando continuidad; la de agravación, tiene lugar un


fenómeno de

escalada de la gravedad de los delitos y la de desistencia, en esta fase se puede producir un

fenómeno de deceleración de la frecuencia de la actividad criminal o uno de especialización de


la

misma reduciendo la gama de conductas delictivas, una pérdida de gravedad de las mismas o
el

abandono definitivo de la actividad criminal.

Da un gran valor al factor “edad” y a los cambios que el individuo experimenta a lo largo de

esta.

MOFFIT. Esta criminóloga distingue dos tipos de delincuentes, los que delinquen sólo

durante la adolescencia y los persistentes que continúan haciéndolo toda la vida. Para estos

últimos la génesis de su comportamiento criminal esta en disfunciones neuropsicológicas y

neuronales, que influyen en el temperamento del niño, en sus habilidades cognitivas (relación
con

los padres, proclive a la violencia, propia relaciones con pares delincuentes….) Esto

desencadenaría un proceso de experiencias negativas. Debido a esto este tipo de delincuentes

comienzan a delinquir antes y sus patrones de conducta delictiva gozan de más continuidad lo
que

los convierte en muy resistentes al cambio. Los que sólo delinquen en la adolescencia, su

comportamiento se explica por mero mimetismo.


FARRINGTON defiende que la conducta delictiva pasa por tres etapas: la de iniciación, que

esta vinculada a la influencia que ejercen en el joven sus pares, la cual es muy superior durante
la

adolescencia a la de sus padres. La fase de persistencia, significa la definitiva consolidación de


las pautas de conducta delictivas debido a un eficaz aprendizaje. La tercera etapa la de
desistimiento

determina el cese o abandono de la carrera criminal, lo que sucede cuando el jo ven(al inicio
de la

edad adulta o final de la adolescencia) adquiere las habilidades sociales necesarias para
alcanzar

sus metas y objetivos sin tener que acudir a vías ilegales y mejor sus vínculos con personas y

grupos que respetan los valores convencionales.-

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