CONTRATO DE PRESTAMO

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CONTRATO DE PRESTAMO

Podemos definir el préstamo como el contrato por el que una persona, el


prestamista, entrega a otra, el prestatario, dinero u otra cosa fungible con la
obligación de devolverle una cantidad igual a la recibida. El contrato de
préstamo o mutuo definido en el art. 1.740.1 del Código Civil existe cuando
una persona (mutuatario) recibe de otra (mutuante) una cosa fungible en
pro- piedad, para devolverle después otra tanto de la misma especie y
calidad. Rigiéndose la capacidad para contratar por las condiciones
generales de los contratos, surgiendo como obligación fundamental —y en
principio se puede decir como única— la de devolver otro tanto de la misma
especie o calidad que lo recibido, aunque sufra alteración su precio, art.
1.753 y 1.754.2 del CC, pudiendo o no pactarse el pago de intereses, art.
1740.3 y 1755 del CC. El contrato de préstamo puede ser gratuito, o bien
puede pactarse que sea con interés. Lo normal en el tráfico jurídico y
atendiendo al valor que cobra el dinero en nuestra realidad económica, es
que en las operaciones con dinero exista una remuneración o
contraprestación pactada a través de la imputación de intereses sobre el
numerario principal. Con ello, habrá obligación, para el prestatario, de pagar
interés, tan sólo en el caso de que hay pactado expresamente en el contrato.
Al respecto. el Código de Comercio, art. 314, exige, además, que tal pacto
sea escrito; para el préstamo mercantil, siendo así que un préstamo
mercantil sin interés es inconcebible.

obligación de pago de intereses, como esencialmente accesoria, presupone


una obligación principal, de capital, sin la que no se pueden originar
aquéllos. Lo cual se predica tanto respecto a los intereses convencionales,
pactados por las partes, sujetos de la obligación principal, como los legales,
sean moratorios o ejecutorios. En todo caso, precisamente por ello, es
presupuesto para el nacimiento de los mismos, es decir, de la obligación de
pago de ellos, que la obligación principal sea exigible y sea líquida, en el
sentido de estar perfectamente determinada; de no estarlo, no se puede
conocer cuáles sean los intereses y al no ser exigible una obligación
determinada no liquidada—no cabe pensar en que haya nacido su obligación
accesoria de pagar intereses76. Si bien es cierto que el préstamo de dinero
puede generar beneficio sobre algo más que los importes prestados, ya que
pueden existir otros gravámenes en forma de comisiones, intereses de
demora, contratación de otros productos financieros vinculados, etcétera,
que engrosan el beneficio de esa actividad. De la misma manera, no habrá
que ver en la suma del interés la totalidad del beneficio para el prestamista,
puesto que hay que recordar que el dinero sufre una devaluación con el paso
del tiempo y esa devaluación, en justicia y aritméticamente, debe actuar a
modo de descuento en el cálculo de ese beneficio.

EL PRÉSTAMO EN EL CÓDIGO DE COMERCIO

El préstamo mercantil se contempla y recoge en los artículos 311 y


concordantes del Código de Comercio. Se reputará mercantil el préstamo en
el que concurran las circunstancias siguientes: Si alguno de los contratantes
fuere comerciante. Si las cosas prestadas se destinaren a actos de comercio.
Consistiendo el préstamo en dinero, pagará el deudor devolviendo una
cantidad igual a la recibida, con arreglo al valor legal que tuviere la moneda
al tiempo de la devolución, salvo si se hubiere pactado la especie de moneda
en que había de hacerse el pago, en cuyo caso la alteración que hubiese
experimentado su valor, será en daño o en beneficio del prestador. Y
cobrando el dato especial importancia, en los préstamos mercantiles no se
supondrán o devengarán intereses si no se pacta por escrito.

CONTRATO DE CUENTA CORRIENTE

La legislación que se cierne sobre las operaciones realizadas por entidades


bancarias con terceros usuarios, deja poco margen para la usura, puesto que
contiene normas específicas de protección, además que su actividad se ve
regulada por el propio marco protector a los consumidores y usuarios. En
todo caso, más que usura, nos encontrare mos con cláusulas abusivas que
no han pasado el filtro de transparencia necesario para observar buena
aplicación del derecho y de ahí que puedan desembocar en nulidad (V.gr. las
denominadas cláusulas suelo) o que implican un claro desequilibrio en la
posición de los predisponentes88. Comisiones por descubierto89 o gastos a
través de vinculaciones contractuales de otros productos, sí que podrían
considerarse abusivos o contrarios a la buena fe y declararse nulos en caso
de que se aplique la legislación relativa a la protección a los consumidores y,
siendo que, aun pasando el filtro de transparencia e información, podrían ser
susceptibles de moderación por lo dispuesto en el artículo 1.154 CC90.
Dentro del ámbito bancario, podemos definir el contrato de cuenta corriente
en un sentido genérico como aquél contrato mercantil por el cual dos
personas, por lo general comerciantes, en relación de negocios continuados,
acuerdan temporalmente conce derse crédito recíproco en el sentido de
quedar obligadas ambas partes a ir sentando en cuenta sus remesas
mutuas, como partidas de cargo y abono, sin exigirse al pago inme diato,
sino el saldo, a favor de la una o de la otra, resultante de una liquidación por
diferencia, al ser aquélla cerrada en la fecha convenida, lo que tiene
esenciales diferencias con la cuenta corriente bancaria, de liquidaciones
periódicas cualquiera que sea su estado, y que se caracteriza más por ser un
contrato complejo, de depósito irregular con devengo de intereses y
liquidaciones periódicas por el Banco.

LA LEY, R. (Il.) (2018). Los intereses usurarios en los contratos de préstamo: (


ed.). Madrid, Spain: LA LEY Soluciones Legales S.A. Recuperado de

CRÉDITOS RÁPIDOS Y CRÉDITOS ENTRE PARTICULARES

En lo que se refiere a los créditos rápidos y sólo a modo de apunte en este


apartado, sin perjuicio de que se analice posteriormente con mayor
detenimiento, decir que este tipo de créditos personales, diferentes a los
hipotecarios o a los destinados a la adquisición de vehículos u otro tipo de
bienes o servicios, contrasta con los que eran tradicionales en nuestro
sistema bancario, destinados normalmente a clientes que cuentan con refe
rencias previas favorables a la concesión de la operación. De manera breve,
decir aquí que, como ventajas inherentes a esta tipología de préstamos,
podemos destacar la rapidez, confidencialidad y flexibilidad para devolver el
dinero a la entidad financiera. Además, suelen ser más flexibles o laxos con
las garantías y sus formalismos. Otra característica habitual suele ser la
ausencia de comisión de apertura o estudio. La desventaja es su menor
seguridad jurídica y control. Suelen ser préstamos personales, desprovistos
de cualquier garantía real y con un interés muy alto. Dentro de los créditos
rápidos se encuentran los mini préstamos o microcréditos que son préstamos
de una pequeña cantidad monetaria y de corto plazo. En este tipo de
instrumento financiero, la solicitud de préstamo es la declaración de
intención por parte del prestatario a través del servicio a distancia de
solicitar un préstamo de conformidad con las condiciones generales.

Las empresas o entidades mercantiles que ofrecen estos préstamos no


suelen ser entidades financieras, por tanto, quedan al margen del control o
supervisión del Banco de España ni de la Comisión del Mercado de Valores.
Sin embargo, sí que suelen ser empresas vinculadas a grupos financieros
especialistas en préstamos personales de corto plazo y para pequeñas
necesidades de financiación, inscritas en el Registro mercantil. Este tipo de
actividad, al margen de ese control del Banco de España y de la CNMV, se
encuentra bajo el paraguas de la regulación prevista en la Ley 22/2007 de 11
de julio sobre comercialización a distancia de servicios financieros destinados
a los consumidores, sin perjuicio de la aplicación de la normativa general
sobre servicios de la sociedad de información y comercio electrónico que se
contiene en la Ley 34/2002 de 11 de julio y en la Ley 7/1996 de 15 de enero
de ordenación de comercio minorista. Respecto a los créditos entre
particulares decir que escapan a cualquier regulación específica más allá de
la dispuesta por las normas de derecho en general y es donde existe un
escenario de mayor inseguridad jurídica y falta de garantías para el
prestatario.

EL INTERÉS EN EL PRÉSTAMO O MUTUO

El prototipo o paradigma de interés remuneratorio es el interés que se utiliza


a modo de remuneración en cualquier operación patrimonial crediticia.
SABATER BAYLE dice que el único fundamento de los intereses del mutuo es
el de mantener el equilibrio de las prestaciones, y se trata, claramente, de
un fundamento de carácter exclusivamente moral, que formularon por
primera vez los teólogos de la Escolástica, como teoría de los justos títulos.

LA LEY, R. (Il.) (2018). Los intereses usurarios en los contratos de préstamo: (


ed.). Madrid, Spain: LA LEY Soluciones Legales S.A. Recuperado de
https://elibro.net/es/ereader/biblioutesa/58386?page=103.

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