Saberes propios

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 16

Saberes propios, resistencia y procesos de recuperación de memoria

histórica en la comunidad Muisca de la ciudad de Bogotá

Own knowledge, resistance, and processes of historical memory recovery in


the Muisca community at Bogotá city

Paola Andrea Díaz Ramírez [email protected]

Universidad Santo Tomás, Colombia

Paula Andrea Ruiz Álvarez [email protected]

Universidad Santo Tomás, Colombia

Ángela Marcela Rodríguez Machado [email protected]

Universidad Santo Tomás, Colombia

Aida Milena Cabrera Lozano [email protected]

Universidad Santo Tomás, Colombia

Saberes propios, resistencia y procesos de recuperación de memoria histórica en


la comunidad Muisca de la ciudad de Bogotá

NOVUM, revista de Ciencias Sociales Apliacadas, vol. II, núm. 9, pp. 86-100, 2019

Universidad Nacional de Colombia

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-


CompartirIgual 4.0 Internacional.

Recepción: 02 Abril 2019

Aprobación: 31 Mayo 2019

Resumen:Objetivo: con este artículo de investigación se busca reconocer los


diálogos de saberes presentes en la comunidad, para desarrollar un ejercicio de
evocación de las memorias colectivas y saberes ancestrales con el fin de
visualizar y generar reconocimiento cultural. Metodología: se desarrolla un
ejercicio investigativo de tipo cualitativo, a partir del método de la
etnometodología y el reconocimiento de los diálogos de saberes presentes en la
comunidad, se realizan reflexiones en relación al territorio, la recuperación
cultural y las problemáticas que deben afrontar para mantener el legado histórico.
Hallazgo: se reconoce a través de las prácticas y saberes ancestrales de siembra,
tejido, medicina y a través de los ritos de pagamento, gratitud y ofrenda, la
visibilización de la cultura Muisca. Conclusión: la ciudad de Bogotá se ha
convertido en un escenario de lucha y resistencia para la preservación de la
cultura Muisca, pues, la ciudad se reconoce como un escenario de
multiculturalidad, donde intervienen diferentes dinámicas de globalización y en
donde habitan hoy en día diferentes comunidades indígenas.

Palabras clave:Memoria colectiva, Resistencia al cambio, Territorio ocupado,


Comunidad.

Abstract:Objective: this research article seeks to recognize the dialogues of


knowledge present in the community, to develop an exercise in evocation of
collective memories and ancestral knowledge in order to visualize and generate
cultural recognition. Methodology: a qualitative investigative exercise is carried
out, based on the method of ethnomethodology and the recognition of the
dialogues of knowledge present in the community, reflections are made in relation
to the territory, cultural recovery, and problems that they must face in order to
maintain the historical legacy. Finding: it is recognized through the ancestral
practices and knowledge of planting, weaving, medicine and through the rites of
payment, gratitude and offering, the visibility of the Muisca culture. Conclusion:
the city of Bogotá has become a stage of struggle and resistance for the
preservation of Muisca culture, because, the city is recognized as a scenario of
multiculturalism, where different dynamics of globalization intervene and where
they live today different indigenous communities.

Keywords:Collective memory, Resistance to change, Occupied territories,


Communities.

Introducción

La larga historia de violencia y conflicto son una de las mayores paradojas en la


historia colombiana, puesto que dar cuenta de la historia desde el deseo
civilizador de las comunidades indígenas es en cierta medida reescribir la historia
actual (Rojas, 2001).

Es por esto, que las afectaciones a estos pueblos no se reducen a la


invisibilización de sus palabras; pues, en el caso actual, una de las mayores
problemáticas corresponde a los proyectos de privatización sobre escenarios
naturales que han sido considerados históricamente como lugares sagrados,
donde se desarrolla la vida comunitaria y se soportan los saberes y prácticas
ancestrales.

Estas formas de violencia atentan contra la construcción identitaria de las


comunidades indígenas, su memoria histórica y ancestral, además de verse
afectada su filosofía del “Buen Vivir”[1], la cual se convierte en parte fundamental
de su legado ancestral, desde donde se construye su cosmogonía, lengua y
costumbres se han visto amenazadas por el acelerado “desarrollo” de la
modernidad.
A esto se suma las formas de violencia que han debido afrontar estas
comunidades al tener que superar la discriminación y segregación históricamente
presentes en el territorio colombiano, despolitizando y diluyendo el debate sobre
las responsabilidades específicas de los elementos comunes de la violencia y
desproveyendo el presente y el futuro de la relación casi indivisible entre pasado e
identidad de los sujetos que no se reconocen en el mismo (Barrero, 2010).

Estas múltiples formas de violencias a las que han sido sometidas las
comunidades indígenas, han permeado las dinámicas de los pueblos de origen
como es el caso del pueblo indígena Muisca.

La comunidad Muisca históricamente se ha ubicado entre la cordillera oriental


colombiana, desde donde inicia un proceso de migración que le permite
establecer su asentamiento en la sabana bogotana antes del año 1537.
Actualmente las comunidades Muiscas se han ubicado en su mayoría en las
localidades de Suba y Bosa en la ciudad de Bogotá, siendo un territorio marcado
por diferentes problemáticas sociales, donde se presenta una transición entre lo
rural y lo urbano (Gómez, 2013).

Tras los procesos de transculturación que ha enfrentado la comunidad Muisca, no


solo dados por las dinámicas de opresión presentes desde su base histórica, sino
por aquellas que son propias de los escenarios sociales en los cuales se han
asentado, esta investigación establece como objetivo, la construcción histórica
de la comunidad indígena muisca, desde versiones oficiales gubernamentales,
teóricas y propias de la comunidad, y la protección de saberes y significados
culturales y/o ancestrales a partir la importancia recuperación de la memoria
histórica y ancestral de los pueblos.

A su vez pretende, visibilizar las formas de resistencia que han emprendido estas
comunidades en pro de garantizar su legado histórico y cultural a las próximas
generaciones. Para esto se abordó las dinámicas del territorio de Suba desde las
acciones desarrolladas por la abuela Muisca Hicha Kaka Blanca Nieves, la cual es
sabedora y guardiana indígena de los lugares sagrados del territorio de Suba
(Cerro la Conejera, Quebrada la Salitrosa, Humedal la Conejera).

1. La realidad se construye a partir del lenguaje

Las realidades de las comunidades viajan en el tiempo a partir de su legado de


saberes; por lo tanto, los lenguajes tienen una función activa, formativa y
modeladora que permite estructurar y modificar la realidad a la que se refieren los
diferentes actores sociales de un territorio es así que no se pueden separar las
descripciones de la acción social, pues el evocar sus vivencias a partir de los
relatos implica movilizar su realidad. El lenguaje posibilita la construcción de
acciones conjuntas de quienes se encuentran en un contexto particular y es así
como se generan significados que crean formas conjuntas de percibir el mundo y
a su vez crea formas comunes de comprenderlo (Rodríguez, 2012).

Por su parte, la memoria histórica permite comprender en primera instancia,


cómo los miembros de una comunidad a partir de su tradición oral pueden llegar a
describir, explicar y construir su mundo ya sea desde su cultura, por medio de
aspectos ancestrales, hasta las problemáticas que han tenido que sobrellevar en
diferentes áreas sociales. Al reconocer su historia desde la reconstrucción de su
memoria presente en la colectividad, se recuperar aquellos relatos que han sido
deformados por diferentes intereses políticos que han permeado sus narrativas,
con lo cual se genera una reconstrucción de su pasado y la identidad tradicional
de los pueblos (Todorov 2000).

Ahora bien, para entender la realidad de las comunidades Muiscas y la realidad


construida desde diversos contextos se aborda el paradigma planteado por el
construccionismo social, el cual se permite un abordaje de los significados,
comprensiones, conocimientos y valores colectivos que se han construido desde
el entramado social (Gergen, 2005).

A partir de una mirada epistemológica y ontológica del Construccionismo Social,


Gergen (1999) apunta cuatro elementos esenciales desde donde parte en primera
medida para conocer el mundo por la historia y por la cultura; segundo, tener en
cuenta la interacción entre las personas; tercero, la relación entre conocimiento y
acción; y finalmente, el realce de una postura crítica y reflexiva como producción
del conocimiento.

Por otra parte, se retoman los elementos presentes desde el paradigma emergente
permiten la restauración de identidad y realidad desde la recuperación de
procesos cognitivos presentes en la cultura desde donde se ha conceptualizado y
teorizado las realidades complejas (Martínez, 2007)

La posibilidad de identificar los procesos de tradición oral a partir de las posturas


conceptuales presentes en el construccionismo social y el paradigma emergente,
permiten a los investigadores reconocer las complejidades presentes en el
entramado social que se establece en la comunidad Muisca, desde la
comprensión de las acciones que han generado para proteger su legado histórico
y fortalecer su identidad, donde se retoma no solo los relatos en su forma textual,
sino que se reconocen a sus vez las emociones, intenciones, sensaciones,
percepciones y demás factores que permiten comprender las acciones que desde
la subjetividad de las comunidades han fomentado diferentes acciones desde
donde se entretejen sus intersubjetividades para reconocer la colectividad que da
vida a su realidad. Por lo tanto, la memoria constituye un instrumento de
reconstrucción del tejido social (Founce, 2006).
Por lo tanto, la reconstrucción de la memoria histórica, no se comprende
solamente como un proceso psicológico básico que se encarga de almacenar
información codificada (Ballesteros, 1999), sino como “un descubrir
selectivamente, mediante la memoria colectiva, elementos del pasado que fueron
eficaces para defender los intereses de las clases explotadas y que vuelven otra
vez a ser útiles para los objetivos de lucha y concientización” (Fals Borda, 1985, p.
139).

2. Saberes ancestrales e identidad indígena

Al hablar de la ancestralidad se hace referencia al entramado de saberes que


configuran la identidad social, provenientes de cosmovisiones establecidas en un
pasado, y que a través de círculos sociales y familiares es entregada a sus
miembros por medio de una información particular que ha sido tejida y construida
a través del tiempo y de su propia historia particular, a toda una serie de mensajes
que conforman la esencia de inconciencias, conciencias y proyecciones
transpersonales y espirituales que ayudan a englobar la tradición académica junto
con el estudio del pensamiento, el cuerpo, el territorio y el espíritu con la
memoria, los mitos, la fe y lo sagrado, haciendo una compresión de lo psicológico
como lo propio, la raíz del pensamiento y el saber (León, 2014).

Dentro de esta comprensión de la ancestralidad, López (2001, citado en Landini,


2015) retoma los significados que culturalmente se establecen de forma milenaria
y realizar acercamientos a las dimensiones que se involucran en la configuración
de dicha ancestralidad, rescatando el valor sobre la espiritualidad y la identidad
gestada desde conexión con la tierra y el lenguaje como forma de validar y
perpetuar este legado. El reconocimiento de los saberes propios, permiten
establecer una identidad ancestral se forja desde el lenguaje, los ritos, el linaje, el
arte, los elementos sagrados, sus valores, entre otros.

Estos elementos se configuran dentro de una tradición histórica donde se resaltan


la colectividad hacia la tierra y la familia, dicha colectividad es respaldada por la
equidad en la organización del trabajo y en la distribución de los beneficios que,
por medio de rituales sagrados y cotidianos, lo cual permite inculcar un valor
hacia la madre tierra como proveedora de la vida en una relación armónica con los
otros y la naturaleza como fuente de salud.

La significación entorno al territorio y a la naturaleza son parte crucial en el


establecimiento de una identidad indígena ya que permite ampliar las
comprensiones sobre cómo se forjan identidades desde la colectividad, el
respeto, el amor y cuidado por la otredad desde donde se se fundamenta la
comprensión ancestral que los pueblos originarios.
En este sentido, el lenguaje con su capacidad de diálogo se configura como un
elemento fundamental de conciencia del mundo y realidad, que se entrelaza con
un saber ancestral debido a que no sólo designa las cosas, sino que las
transforma; por lo tanto, se genera una unión entre acción y reflexión, donde la
palabra permitiría entonces la significación, el paso a la praxis y transformación
del mundo.

Consecuentemente, el lenguaje se exhibe como un modo de participacipación, ya


que la cosmovisión, los mitos y lo sagrado no es algo impuesto, los círculos de la
palabra y compartir ritos, lo que pretenden es producir un diálogo libre de
pensamientos y sentimientos, la base innegable del psiquismo humano, ya que
ayuda a comprender lo trascendente en tiempo y espacio de las palabras como un
gran propósito holístico de desarrollo y mantenimiento de la cultura y la identidad
(León, 2014).

A su vez, la implementación de la política de Etnoeducación, ha orientado sus


acciones al fortalecimiento de los saberes propios de las comunidades, con lo
cual se espera preservar los valores culturales y la memoria histórica de los
pueblos ancestrales, para generar acciones que permitan fortalecer la identidad
cultural de las comunidades a partir del respeto por la diferencia y la
multiculturalidad (Cabrera, 2018).

3. Las comunidades indígenas en el sistema de legal

Con respecto al marco jurídico y legal que subyace a los pueblos indígenas y
tribales se encuentra que en Colombia han surgido una serie de cambios a nivel
constitucional con respecto a la concepción de esta población, así como los
derechos y deberes que los cobijan.

Inicialmente, se encuentra una perspectiva permeada por el proceso de


colonización en la que a través de la Ley 089 dictamina “la manera como deben
ser gobernados los salvajes que vayan reduciéndose a la vida civilizada”
(Congreso de la República de Colombia, 1980), un aspecto que cambió con la
implementación de la Constitución Política de 1991, en la cual “Colombia se
posiciona como un estado social de derecho que reconoce y protege la diversidad
étnica y cultural” así como “las riquezas culturales y naturales de la Nación”
entendiendo de esta forma que son comunidades culturales diferentes,
portadores de valores y metas diferentes a las que caracterizan la cultura
occidental, que merecen respeto e igualdad del trato.

Así mismo, se le otorga derechos inalienables comunes a todos los ciudadanos y


una potestad para crear una jurisdicción autónoma que le permita la preservación
de los modos y costumbres, permanencia del orden social y la promoción de la
inversión social a partir del desarrollo de planes y políticas propias a estas
comunidades.

A los pueblos indígenas, se le ha otorga la facultad de establecer su propias leyes


y sanciones, guardando los principios Constitucionales, también tienen derecho a
participar y realizar consultas acerca de la utilización, explotación y conservación
de los recursos naturales renovables existentes en el territorio o sobre materias
que los puedan afectar directamente, como lo son aspectos administrativos y
legislativos que los puedan vincular, incluyendo reformas a la Constitución,
aprobación de tratados internacionales, delimitación de entidades territoriales
indígenas, entre otros, así mismo tienen derecho a una intervención estatal cuyo
objetivo estará guiado hacia la protección y el desarrollo de su cultura, su
ideología y sus costumbres ancestrales, asegurando la permanencia en el tiempo
de la multiculturalidad (Constitución política de Colombia, 1991).

No obstante, no solamente estas dos instancias regulan la legislación de las


comunidades indígenas, debido a que el Estado Colombiano se encuentra sujeto
a convenios y disposiciones internacionales que velan por los derechos humanos,
sociales, civiles, políticos, económicos y culturales de esta población dentro de
las que se encuentran el Convenio 107 y 169 de la OIT, el Convenio Constitutivo
del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el
Caribe, el Tratado de Cooperación Amazónica (TCA), Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Convención internacional sobre
la eliminación de todas las formas de discriminación racial, entre otros
(Rodríguez, 2007).

4. Metodología

Se desarrolló un ejercicio investigativo de tipo cualitativo, el cual permitía


comprender la experiencia de la comunidad Muisca a partir de la recuperación de
su historia oral, tras la experiencia social y las luchas históricas presentes en el
territorio donde se han generado mecanismos por mantener viva la historia
cultural (Taylor y Bogdan, 1989).

A partir de la implementación de un diseño de investigación basado en los diálogo


de saberes (Hernández, Lamus, Carratalá y Orozco, 2017) y un ejercicio de
abordaje desde la etnometodología (Garfinkel, 1967, citado en Merlino, 2009), se
generó un escenario interventivo que permitía por un lado entender la situación de
la comunidad indígena Muisca, a partir de las narraciones de su condición actual y
las luchas que en relación al territorio han debido afrontar en escenarios reflexivos
que facilitaban un ejercicio de investigación participativo donde los investigadores
podian realizar una mirada profunda de la construcción y producción de la
realidad social, por lo que las prácticas visibilizan y perpetúan formas de ser con
otro en la misma cotidianidad. Con esto se realizaba un ejercicio de investigación
que partía de las prácticas de la cotidianidad basada en la propia vivencia y las
dinámicas propias de la comunidad.

Como herramientas para el registro de la información se generaron encuentros de


observación participante en el territorio, para el establecimiento de interacciones
sociales profundas entre investigador e investigado, lo cual permitió la recolección
de la información de modo sistematizado; para garantizar rigor científico a partir
de diarios de campo.

Estas estrategias permitieron que el fenómeno pudiera ser observado y


consignado desde diversas posturas en busca de obtener el máximo
conocimiento y la reducción de sesgos a través de la compilación y comparación
de diversas subjetividades (Vitorelli Diniz Lima Fagundes, Almeida Magalhães, de
dos Santos Campos, Garcia Lopes Alves, Mônica Ribeiro y Mendes, 2014).

A su vez los diarios de campo retomaron la narración minuciosa sobre las


experiencias vividas y los hechos observados por el investigador (Cerda, 1991),
donde se registraban las prácticas investigativas en relación a las percepciones de
los investigadores bajo la propuesta planteada en la metodología etnográfica
(Taylor y Bogdan, 1989).

Se retomaron los relatos realizados por la abuela de la comunidad indígena


Muisca y los habitantes de la comunidad que han desarrollado acciones
conjuntas para preservar el territorio y han apoyado la recuperación ambiental de
la comunidad, realizando acciones en el humedal de la Conejera- Suba.

La sistematización de la información recolectada durante la investigación, se


desarrolló bajo la modalidad de análisis categorial. A partir de la información
recolectada se compilan las observaciones realizadas con la comunidad. Y a
partir del registro de la información se establecieron las categorías:

4.1 Memoria histórica en la comunidad Muisca

En relación con la Memoria Histórica y Ancestral como categoría de análisis, los


relatos reconocen en América una larga historia de violencia en sus múltiples
formas desde la conquista que aún se mantiene en la actualidad. Tal fenómeno ha
afectado severamente a las comunidades indígenas, teniendo como
consecuencia el debilitamiento de la memoria. Hernández (2014), menciona que
la memoria de los pueblos latinoamericanos ha estado marcada por la violencia
en el ámbito social y político lo que trae repercusiones en la actualidad ya que “no
hay pasado que no condicione la vida de los pueblos”, es así que la recuperación
de la memoria más que verse como el hecho de rescatar elementos aplicables en
la actualidad, debe ser es entendida como una dimensión liberadora que
representa uno de los mecanismos de preservación de las comunidades
indígenas al fortalecer la cultura y sus saberes.
Lo anterior, permite identificar cómo en Colombia persisten diversos pueblos
indígenas que han consagrado en sus territorios diferentes lugares sagrados, los
cuales, algunos se han visto profanados por la dinámicas de privatización y
construcción en escenarios naturales, evidenciándose las afectaciones
provenientes del acelerado desarrollo urbano durante la historia al verse que
muchos lugares naturales han perdido su significado ancestral y cultural, además
de que muchas comunidades se vivieron sometidas bajo formas de dominación
que han ido disolviendo su identidad, esto como un resultado de la estratificación
social de la colonia entre conquistadores y servidumbre. De tal forma, los
procesos sociales como, el mestizaje, la evangelización de la iglesia católica, el
poder de una clase social sobre otra ha permitido la aparición de la desigualdad
social y económica, que aún hoy es latente.

La trasgresión que desde la colonización se ha ejercido a las comunidades


indígenas se ha visto reflejada históricamente por medio de actos de amenaza y
de violencia física, la comunidad Muisca de Suba no es la excepción, según
relatos de la abuela Blanca Nieves, en su infancia le era prohibido identificarse
como indígena por el temor general de su comunidad a ser asesinados, sus
abuelos tuvieron que cambiar sus apellidos y hablar español para no ser
señalados ni perseguidos, no fue hasta la constitución política del año 1991
cuando se empieza a ser procesos de recuperación ancestral y de reconocimiento
a la comunidad Muisca en particular. La abuela reconoce la necesidad de cambiar
prácticas machistas dentro de las comunidades indígenas, es por ello que ella
como en su recorrido por el territorio Colombiano, se ha encontrado con
diferentes pueblos y autoridades indígenas como Mamos, Taitas y otros abuelos
con los cuales ha trabajado la importancia de reivindicar el papel de la mujer
indígena no solo desde lo que para ella significa en su cosmovisión sino también
desde lo que ella misma puede llegar a aportar; comentaba que tenía a su favor
que su comunidad tuviese un mayor sentido de pertenencia con la labor de sus
mujeres.

Esto invita a pensar en las luchas y resistencias que realizan las mujeres lideresas
de las comunidades, quienes ahora son capaces de alzar su voz, desde las
grandes urbes donde busca preservar su identidad ancestral, sus derechos donde
se convierten en las hacedoras del tejido social (Cabrera y Cárdenas, 2016).

En relación con el territorio, Bogotá denomina por los Muiscas como Bacatá (fuera
de la labranza), las comunidades han iniciado un proceso de apertura de sus
saberes y prácticas ancestrales a otras comunidades presentes en el territorio.
Estas acciones se identificaron a partir de la actividad “correr la tierra” la cual
consistió en un recorrido por 9 puntos sagrados en el centro de la ciudad, en
donde antes prevalecían templos sagrados para los antiguos muiscas y que
actualmente están ocupados por iglesias de la religión católica. Se identificó a
través del recorrido la intención del pueblo Muisca (muiscas tanto nativos y
mestizos que residen en Bogotá y en la Sabana), por resignificar los nombres y
espacios de gobierno espiritual sagrados para la comunidad indígena; y así,
fortalecer la memoria.

Esta caminata brindó un gran valor al ejercicio investigativo al permitir reconocer


como el pueblo Muisca ha cambiado su perspectiva sobre el pasado violento
impuesto por la iglesia católica, donde a partir del reconocimiento de las
diferencias se han flexibilizado posturas rígidas y excluyentes que no permiten
identificar el doble vínculo, nativo-mestizo, presente en su memoria indígena a
través del reconocimiento de su territorio en el que se comprenden lugares
sagrados que forman parte de su cultura y ancestralidad.

Se comprende que el rito de la caminata mantuvo un doble sentido, desde un


punto espiritual pero también a nivel político desde un proceso colectivo desde
las acciones orientadas a sustentar y prevalecer la identidad a partir de un
recorrido histórico que desde el pasado lucha por perpetuarse en el presente y
seguir.

4.2 Mecanismos de resistencia en el territorio

La comunidad Muisca presente en el territorio de Suba, explicaba como la


cosmogonía está constituida por diferentes elementos simbólicos alrededor del
agua; pues en un principio Suba era un espacio lleno de cuencas acuíferas, donde
según los relatos de la abuela Blanca Nieves, existían grandes lagos que se fueron
extinguiendo desde la aparición de las empresas de cultivo florales y el pastoreo
de ganado sin ningún tipo de control. A su vez, la siembra de árboles no nativos
por parte de los colonizadores o de gobernadores, generaron que la tierra se
secara y fuese difícil cultivar; por ello, la abuela junto con la comunidad lleva años
recuperando el territorio, a partir de la plantación de flora y flora nativa
correspondiente a su propia cultura, proyecto que quiso seguir en el humedal de
la Conejera pero que por problemas entre diferentes entidades estatales no se
pudo continuar (Alcaldía local de Suba, 2013).

Otro factor que impacta el entorno son las grandes constructoras de vivienda y el
surgimiento de barrios populares aledaños a la quebrada la Salitrosa, lugar donde
antiguamente se asentaban por lo menos 5 predios, entre estos el de la
comunidad Muisca, lo cual ha generado una invasión masiva del territorio que ha
provocado múltiples daños a nivel ambiental y pérdida de muchos de los
ecosistemas que en este se preservaban. La abuela Nieves comentó que los
antiguos abuelos habían repartido el territorio entre sus descendientes, pero con
el tiempo y la situación económica muchos fueron vendiendo y poco a poco el
territorio fue quedando a manos de pocos indígenas y a otros les fueron
invadiendo sus terrenos lo que desencadenó que la comunidad Muisca cada vez
este más inmersa en un territorio donde confluyen diferentes actores sociales, lo
que dificulta preservar sus dinámicas y tradiciones.

4.3 Prácticas ancestrales entorno a la medicina y los rituales

La memoria histórica y ancestral toma vida en los saberes basados en las plantas
nativas; como por el tejido en el cual sobresalen los colores que identifican al
pueblo Muisca como lo son el rojo, negro y blanco que en un inicio surgieron las
tonalidades con la manipulación de algunas plantas (como el achiote, algodón y
mata de tinto); desde los diferentes ritos de ofrenda, gratitud y pagamento, a partir
de la siembra en donde la danza tiene un papel fundamental (permite revisar el
estado de la tierra, mientras se pisa con el fin de que estuviera lista para tal
actividad).

La relación del territorio donde se generan prácticas de perdón, consenso de


creencias, enseñanza de la tradición oral y del alimento del espíritu, ha permitido
que prevalece la memoria de la comunidad indígena Muisca, desde sus saberes y
prácticas ancestrales donde se resaltan en voz alta que el pueblo Muisca vivirá
mientras no se olvide.

Ahora bien, en relación al fortalecimiento cultural, se distinguen los mecanismos


de resistencia y los escenarios transculturales, donde se entiende la resistencia
como las acciones que van en contra de las hegemonías establecidas por la
sociedad, donde se busca la transmisión de conocimientos sobre la cosmogonía y
cosmovisión Muisca desde su relación con el cuerpo, la comprensión de la
femineidad como la sexualidad, concepción, el embarazo, el parto y la crianza. De
igual manera, se retoman los conocimientos acerca de la medicina, el alimento
sano y las prácticas de cuidado, para lo cual se ha logrado establecer espacios de
diálogos de saberes en escenarios de gran carga simbólica como los diálogos
realizados en la quebrada la Salitrosa con los habitantes del sector.

Los mecanismos anteriores se pueden describir desde la prevención que se


configura como mecanismo importante de comunicación, palabra dulce y postura
espiritual; permiten que la información que se brinde respecto al cuidado en las
prácticas cotidianas (alimentación, sueño, relaciones sexuales) sean captadas de
una manera receptiva y reflexiva. Lograr llegar a un estado de conciencia en el cual
se logre comprender que es necesario poseer espacios de siembra comunitarios,
en donde se encuentre medicina y alimento que pueda ayudar a curarnos y
sobrevivir sanamente, es uno de los pensamientos de la comunidad Muisca
(retornar a lo sagrado) y una forma de accionar como mecanismos de resistencia
en coherencia con las mismas.
Por otro lado, se puede reconocer escenarios que vislumbra el fenómeno de la
transculturación analizando de una manera global el tema de la multiculturalidad
en Colombia, en concreto se puede mencionar La Caminata Sagrada de Baqata el
cual es un espacio que ha sido adoptado por la comunidad indígena con el fin de
remembrar las rutas sagradas, en donde se reconocen como hijos de la tierra y
guardianes de la vida se puede observar que este escenario de transculturación
presenta características específicas relacionadas con la actualidad, por ejemplo,
al comentar por parte de los representantes de la iglesia católica la influencia de
pensamiento que tiene el Papa Francisco para compartir la palabra en los
espacios interreligiosos.

Asimismo, los significados que moviliza a las personas entorno a la resignificación


del territorio y los tiempos no solo como sagrados desde una sola religión sino
también que tiene una historia que perpetúa formas de pensar diferentes, además
ha sido un escenario compartido por personas no pertenecientes de la
comunidad. Estos saberes a su vez han permeado a las entidades estatales y los
escenarios de formación, un ejemplo de estas acciones son los trabajos que
desarrollan con la con la Secretaría de la Salud, quienes se han unido a charlas
acerca de la práctica de la medicina tradicional junto con el hospital de Suba
donde se utilizaron este tipo de saberes, así mismo la comunidad ha sido invitada
en la universidades para dar conferencias sobre saberes tradicionales en
medicina, por lo que se puede manifestar un diálogo diferente en espacios que
denota un pensamiento occidental predominante.

Además, se realizó el trabajo colectivo para la protección del territorio en el


humedal de la conejera, allí se ejecutaron acciones de mantenimiento y
saneamiento de los árboles; por lo que se evidencia como un escenario de
transculturación en tanto la comunidad indígena, residentes y personas externas
han acompañado este proceso de protección del territorio debido al daño
ambiental que ha sido causado en este.

En relación a lo anterior, se puede comprender que los diferentes espacios donde


la comunidad Muisca se ha acentuado sirven como lugares para generar espacios
de visibilización y concientización por medio de diferentes talleres que muestren y
den evidencia de procesos de resistencia.

Conclusiones

A manera de conclusión se retoma la historia de violencia que han debido


enfrentar diferentes pueblos indígenas a partir de la conquista española, la cual
trajo consigo múltiples formas de violencia que se han mantenido de manera
histórica en los pueblos de origen. Estas acciones de violencia, han teniendo
como consecuencia el debilitamiento de la memoria histórica y ancestral al verse
transgredidas sus cosmogonías a lo largo de la historia.
En Colombia, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística reconoce la
existencia de ochenta y siete conjuntos indígenas siendo uno de estos el pueblo
Muisca, los cuales se encuentran en riesgo de exterminio por las condiciones
sociales que afectan al país, los procesos de transculturación y las formas de
desplazamiento violento a las que han sido sometidos (Durán, 2016).

En relación con el territorio Bogotá, este se ha convertido en un escenario de


lucha y resistencia para la preservación de la cultura Muisca, pues, la ciudad se
reconoce como un escenario de multiculturalidad, donde intervienen diferentes
dinámicas de globalización (educación, economía, industria, entre otros) y en
donde habitan hoy en día dadas las dinámicas de violencia socio-política en el
país, diferentes comunidades indígenas.

Frente a esta realidad, es preciso establecer acciones orientadas al


fortalecimiento cultural, la transmisión de saberes de la cosmovisión indígena y la
consolidación de espacios que promuevan su identidad ancestral, de tal manera
que se generen círculos sociales donde fortalezcan sus redes y se privilegien los
círculos de la palabra en los que se transmiten sus saberes acerca de cuestiones
como la medicina ancestral, la femineidad, el tejido, la danza y su memoria
histórica a partir del lenguaje.

Con esto se busca favorecer las prácticas de salud ancestral como un estado
global de bienestar que empieza con el autocuidado y que contempla aspectos
del equilibrio que se puede llegar a tener con otras personas y con la madre tierra
en la consolidación de un vínculo que tejen cosas positivas individual y
colectivamente, con respecto a esto, el construccionismo social sugiere como un
elemento principal a la hora entender la realidad la relación que se mantiene entre
conocimiento y acción (Gergen,1999).

La comunidad Muisca ha transitado por procesos de transculturación y


aculturación a lo largo de su historia, donde se evidencia la adopción de prácticas
externas que han alterado su identidad cultural. No obstante, los abuelos han
promovido escenarios de fortalecimiento cultural que se articulan con la
reconstrucción identitaria y la recuperación de la memoria desde la tradición oral
y las prácticas que le son propias, para que las generaciones presentes y las
venideras las conserven y, por ende, perdure a través del tiempo la cultura Muisca.

A su vez, la comunidad Muisca ha sufrido a través del tiempo de pérdida de


memoria histórica debido a ciertos periodos de violencia que invisibilizan
prácticas y costumbres que ahora se están intentando recuperar, es el caso de la
labor de la abuela Nieves, del profesor Tingua y de otras personas más que bajo su
palabra dulce y su modo de compartir su sabiduría invitan a problematizar esta
situación.
Las comunidades indígenas han demostrado una forma en superación de los
conflictos y el valor del perdón hacia dinámicas de poder contaminantes y
maliciosas que colocan el dinero, el poder totalitario e individualista por encima
del poder colectivo, y del bienestar humano con el territorio. Se deben
salvaguardar los saberes del pueblo y fortalecer esta sabiduría para que las
siguientes generaciones no las ignoren, sino que las concienticen y respalden.

Se reconoce como a través de las prácticas y saberes ancestrales de siembra,


tejido, medicina y a través de los ritos de pagamento, gratitud y ofrenda, se
visibiliza la perduración de la cultura Muisca, resaltando las raíces de su territorio
y el reconocimiento de sus lugares sagrados entre la opresión de lo urbano.

Referencias

Alcaldía local de Suba. (2013). Historia de la localidad. Bogotá: Colombia.

Ballesteros, S. (1999). Memoria humana: investigación y teoría. Psicothema, 11


(4), 705-723.

Cabrera, A., y Cárdenas, M. (2016). Nuevas subjetividades de las mujeres


desplazadas en la ciudad de Bogotá, víctimas de actos violentos en el conflicto
armado, y la definición de sus relaciones y estructuras familiares, a partir de la
resignificación en su historia de vida [Ebook]. Bogotá: Corporación Universitaria
Iberoamericana.

Cabrera, A. (2018). Transformaciones sociales, escenarios de convivencia pacífica


y reconciliación: Una aproximación a los desafíos sociales del acuerdo de paz en
los próximos años. Acuerdos de Paz y Construcción del Postconflicto en
Colombia, Serie Documentos Estudios Legislativos N°6. (pp. 162-172). Senado de
la República de Colombia (Ed.) Centro de Altos Estudios Legislativos.

Cerda, H. (1991). Los elementos de la Investigación. Bogotá: El Búho.

Congreso de Colombia (1980, noviembre 25). Por el cual se determina la manera


como deben ser gobernados los salvajes que vayan reduciéndose a la vida
civilizada. [Ley 089 de 1980].

Constitución Política de Colombia. Constitución Política de Colombia. Bogotá:


Imprenta Nacional, 1991.

Durán, G. (2016). Conflicto socio-ambiental en el territorio U'wa: un análisis del


conflicto entre indígenas y estado colombiano en torno al desarrollo, el medio
ambiente y la cultura. [tesis] Universidad Complutense de Madrid.

Fals Borda, O. (1985). Conocimiento y poder popular. Lecciones con campesinos


de Nicaragua. p. 139. México y Bogotá. Bogotá: Siglo XXI.
Vitorelli Diniz Lima Fagundes, K., Almeida Magalhães, A., de dos Santos Campos,
C.C., Garcia Lopes Alves, C., Mônica Ribeiro, P., & Mendes, M.A. (2014). Hablando
de la Observación Participante en la investigación cualitativa en el proceso salud-
enfermedad. Index de Enfermería, 23(1-2), 75-79.

Founce, J. (2006). Recuperación de la Memoria Histórica desde la Psicología.


Revista electrónica de intervención psicosocial y psicología comunitaria, 1 (2), 58-
76.

Gergen, K (2005) Construccionismo social, aportes para el debate y la práctica. Ed


Uniandes, ceso, departamento de psicología, 153-158

Gergen, K. (1996). Realidades y relaciones: aproximaciones al Construccionismo


social. Paidós: Barcelona

Gómez, P. (2013). Esbozo de una antropología de lo a Muisca desde una


perspectiva del sur: paralelos y tránsitos. Universitas Humanística, 75(75), 133-
153.

Hernández, Lamus, Carratalá & Orozco. (2017). Diálogo de Saberes: propuesta


para identificar, comprender y abordar temas críticos de la salud de la població.
Revista Científica Salud Uninorte, 33(2).

Hernández, M. (2014). Memoria del bien perdido: conflicto, identidad y nostalgia


en el Inca Garcilaso de la Vega. Lima. Cauces Editores.

Huanacuni. (2010). Buen Vivir y Vivir Bien. Filosofía, Políticas, Estrategias y


Experiencias Regionales Andinas.Coordinadora Andina de Organizaciones
Indígenas: Perú.

Landini, F. (2015). Hacia una psicología rural latinoamericana. Clacso.

León, L. (2014). "As Guy Mhuysqa, Expresiones filosóficas y ontológicas de una


psicología ancestral indígena. Preludio reflexivo para unas prácticas del ser y el
estar muisca".

Martínez, M. (2007). Paradigmas emergentes y ciencias de la complejidad. Opción,


27 (65), 45-80. Reyes, A. (1994). Administración moderna.

Merlino, A. (2009). Investigación cualitativa en ciencias sociales. temas,


problemas y aplicaciones. Argentina: CEANGAGE learning, (Cap. 2) p. 52-62.

Rodríguez, G. (2007). Breve Reseña de los Derechos y de la Legislación sobre


Comunidades Étnicas en Colombia. Documento de Investigación. Facultad de
Jurisprudencia de la Universidad del Rosario. Bogotá, D.C.
Rodríguez, N., y Cabiativa, M. (2012). Pedagogía de la tradición oral. Un aporte a la
recuperación de la identidad ancestral a través del tejido. Praxis Pedagógica, 13,
pp. 194-208.

Rojas, C. (2001). Civilización y Violencia: Las Búsqueda de la Identidad en el Siglo


XIX en Colombia. Editorial Norma. Bogotá, Colombia

Taylor, S. y Bogdan, R. (1989). Introducción a los métodos cualitativos de


investigación. Paidós, Barcelona.

Todorov, T. (2000). La memoria amenazada. En Los abusos de la memoria.


Barcelona: Paidós.

Notas

[1] Refiere a la reconstitución de la identidad cultural de la herencia ancestral


milenaria, según Huanacuni (2010), es una una política de soberanía y dignidad
nacional, que busca la recuperación del derecho de relación con la Madre Tierra a
través del equilibrio y la armonía con la naturaleza.

Información adicional

Cómo citar este artículo: Diaz R, P.A., Ruiz Á, P.A., Rodríguez M, Á.M. y Cabrera L,
A.M. (2019). Saberes propios, resistencia y procesos de recuperación de memoria
histórica en la comunidad Muisca de la ciudad de Bogotá, NOVUM, 2(9), 87 - 101.

HTML generado a partir de XML-JATS4R por

También podría gustarte