GUIA TEMATICA - VITALISMO

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INSTITUCIÓN EDUCATIVA JOSÉ MARÍA CÓRDOBA

TAURAMENA CASANARE
NIT 832000634-8

COMUNICACIÓN INTERNA
Código: P04_R4 Versión: 03 Página: 1 de 12

FECHA: SEMANA 3 Y SEMANA 4


PARA: ESTUDIANTES GRADO ONCE
DE: DOCENTE LIGIA MARTINEZ
MOTIVO: MATERIAL PARA SU LECTURA Y COMPRENSION – ACTIVIDAD ALCANZAR LA SUPER-ESTRELLA
_____________________________________________________________________________________________
EL VITALISMO- Friedrich Nietzche

Nació en Rocken, pequeña lo que da cercana a Leipzing, en el seno de una


familia de pastores luteranos en 1864, se matriculó en teología en la
Universidad de Bonn, pero abandonó los estudios para dedicarse
exclusivamente a la Filología clásica. En 1865 leyó El Mundo como voluntad
y representación de Schopenhauer y se entusiasmó con su filosofía en 1869,
cuando tenía 24 años obtuvo la cátedra del Filología clásica en la Universidad
de Basilea Suiza.
En 1870 participó como enfermero en la guerra Franco-prusiana, pero cayó
enfermo y fue desmovilizado. Se jubiló anticipadamente por su mala salud y
estuvo viajando y residiendo durante largas temporadas en los Alpes Suizos y diversas ciudades
de Italia y del sur de Francia. Su salud empeoró desde 1891 y su hermana se hizo cargo de su
cuidado trasladándole a la casa de Weimar, donde murió.

Sus principales obras son:


✓ El origen de la tragedia
✓ Sobre verdad y mentir en sentido extramoral
✓ Consideraciones intempestivas
✓ Humano
✓ Demasiado humano
✓ Así hablo Zaratustra
✓ Más allá del bien y del mal
✓ La genealogía de la moral
✓ El anticristo
✓ El crepúsculo de los ídolos
✓ La voluntad del poder

Periodo de pensamiento de Nietzsche.

Los estudiosos han dividido la filosofía de Nietzsche en cuatro períodos, a


través de los cuales es evidente la preocupación por un tema común: el de la
recuperación de la vida como un valor esencial y la superación de los
antivalores que la niegan.
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Periodo romántico o filosofía de la noche

Se nota de un modo muy marcado la influencia de Wagner y de Schopenhauer, cuya filosofía le


cautivó ya en su juventud. Durante estos primeros años estudia con profundidad el pensamiento
de los presocráticos. Sócrates es el objetivo constante de su crítica, y lo dionisíaco aparece una y
otra vez como trasfondo de su pensamiento.

A esta misma época pertenecen, Sobre la verdad y la mentira en sentido extramoral (1873), las
Consideraciones intempestivas.

Período positivista o filosofía de la mañana

Comienza con sus viajes, y aunque aparentemente trata de romper con su pensamiento anterior
(sobre todo respecto a Wagner y Schopenhauer) continúa con una auténtica inversión del
pensamiento tradicional, tomando como referencia a Voltaire y a otros ilustrados franceses.

Desprecia la metafísica, la religión y el arte, y emerge la figura del “hombre libre”. A esta etapa
pertenecen Humano, demasiado humano (1878), Aurora (1881) y La gaya ciencia (1882).

Período de Zaratustra o filosofía del mediodía.

En este período la filosofía nietzscheana alcanza su madurez y esplendor. La obra fundamental,


aquella en la que nos presenta a Zaratustra, su nuevo profeta que será símbolo del superhombre:

Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie (1883-1884). Zaratustra representará
también a Dioniso, y será el encargado de anunciar la muerte de Dios, y la venida del
Superhombre.

Período crítico o filosofía del atardecer.

Esta vez el punto de mira de la crítica nietzscheana se fijará en toda la civilización occidental,
particularmente en algunos de sus productos culturales: la religión, la filosofía y la moral también
la ciencia.

Se recupera el carácter del segundo período, pero de un modo más agresivo, obsesionado por
denunciar el nihilismo y la decadencia occidentales.

Nietzsche es ahora el “filósofo a martillazos”, cuya crítica radical y visceral campa a sus anchas
por obras como Más allá del bien y del mal (1886), La genealogía de la moral (1887), Crepúsculo
de los ídolos (1889), El anticristo (1888) y Ecce homo (1888). A partir de estas obras continuará
plasmando sus ideas en aforismos que serán recogidos después en la obra, La voluntad de poder
(publicada póstumamente en 1901).
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El vitalismo es una doctrina filosófica que defiende la vida por encima de


todo. La vida, es la realidad fundamental, y por ello, hay que conocerla. Y
esta vida, se presenta a los diferentes filósofos en sentido
biológico, atendiendo a las leyes de la naturaleza y en sentido histórico,
considerando la existencia del ser humano en tanto que es vida.

• Sostiene que existe una fuera vital que constituye el componente


fundamental que armoniza tanto la razón como el cuerpo
• El hombre es considerado una mezcla de cuerpo, mente y fuerza vital
• Perciben la realidad a través de sensaciones, sentidos, emociones e impulsos.
• El super hombre domina la historia, esta mas allá del bien y del mal, es libre de la atadura
de la falsa moral
• Hace una fuerte crítica al cristianismo a la moral y los valores, al uso de la razón y
termino perdiendo la razón

Crítica a los valores de la cultura Occidental.

Nietzsche parte de un supuesto básico en toda su obra, a saber, la cultura occidental está viciada
desde su origen. Es una cultura racional y dogmática y por eso es decadente, porque se opone a la
vida, a lo instintivo, empeñada en instaurar la racionalidad a toda costa. Se trata de una filosofía
dogmática, de una religión dogmática, de una moral dogmática. Es preciso entonces, criticar la
base de este dogmatismo que Nietzsche encuentra en el pensamiento de Platón, en la religión
cristiana y en el mundo moral. Tres ficciones, tres mundos inventados por el hombre occidental
que le alejan de su auténtica esencia y son interpretados por nuestro autor como síntomas de
decadencia.

a) Crítica a la moral
Nietzsche acusa a la moral platónico-cristiana de antinatural por ir en
contra de los instintos vitales. Su centro de gravedad no está en este
mundo, sino en el más allá, en la realidad en sí, o en el mundo sobrenatural
del cristianismo. Se trata de una moral trascendente que no gira en torno al
hombre, sino en torno a Dios y que impone al hombre un rechazo de su
naturaleza, una lucha constante contra sus impulsos vitales, por lo que
significa un rechazo general de la vida, de la verdadera realidad del
hombre, en favor de una ilusión generada por el resentimiento contra la
vida. Al afirmar que existe un orden moral del mundo que dirige la historia
de los hombres, lo que se ha hecho ha sido afirmar que alguien desde fuera
del mundo, fuera de la vida, dirige a los hombres.
Distingue dos tipos de moral:
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1. moral de los señores: es una moral caballeresca, propia de los espíritus elevados, la que
ama a la vida, el poder, la grandeza, el placer. Es la moral propia del superhombre, la que
quiere la muerte de Dios.

2. moral de los esclavos: es la inversión de los valores: el dolor, la pequeñez, la humildad,


amabilidad, compasión, resignación, paciencia, etc. Representa la subversión de los
valores que nace con el judaísmo y hereda el cristianismo. Tal moral es síntoma y
expresión de la decadencia de la cultura occidental.

La afirmación es de un único mundo que esta mas allá de un bien y del mal que apunta a un
radical que tiene cambio de valores y que la vida es el principio mismo que destruye los valores
de la filosofía occidental y filosofía de la religión.
Nietzsche critica todos los aspectos y formas de la moral, critica todas las instituciones morales y
sobre todo critica a los sacerdotes que han impuesto la moral a los pueblos. La moral sacerdotal,
es para él, una de las raíces de la enfermedad y decadencia de la cultura moderna

b) Crítica a la religión cristiana

Toda religión para Nietzsche nace del miedo, de las angustias, de la


impotencia que siente el hombre en sí mismo. Se trata de la
incapacidad de asumir uno su propio destino, pues cuando el hombre
queda invadido por un sentimiento de poder y teme quedar avasallado
por él, mediante un mecanismo de defensa patológico, lo atribuye a
otro ser más poderoso, a Dios. La religión trae consigo la alienación
del hombre, pues los estados sublimes le son ajenos y elude toda
responsabilidad personal en los actos supremos.
Ninguna religión ha contenido jamás ninguna verdad. El cristianismo
ha invertido los valores de las antiguas Grecia y Roma que eran
valores de vida, y se ha inventado un mundo ideal, celestial, que lleva
a la desvalorización del mundo terrenal. Esto supone el extravío más
fuerte de los instintos, sólo fomenta los valores mezquinos propios del
rebaño y con conceptos como el pecado aniquila las formas y valores más nobles de la vida y
pervierte la vida en su raíz. Es una moral vulgar que viene de Dios que es el gran obstáculo
contra la vida por eso hay que acabar con él. Sólo así el hombre se liberará del peso de la idea de
un más allá, de la trascendencia objetiva. Dios es la gran barrera para que llegue el verdadero
hombre, el superhombre. Por eso para que viva el hombre ha de morir Dios; si Dios vive no
puede vivir el hombre. Así Zaratustra predicará la muerte de Dios.
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c) Crítica a la filosofía
La filosofía de Nietzsche supondrá un enfrentamiento radical con
buena parte de la tradición filosófica occidental, oponiéndose a su
dogmatismo, cuya raíz sitúa en Sócrates, Platón y la filosofía cristiana.
La distinción y oposición, realizada en sus primeras obras, entre lo
apolíneo y lo dionisíaco, le llevará a desarrollar una original
interpretación de la historia de la filosofía, según la cual el
pensamiento se verá sometido a un alejamiento de la vida, a partir de
la reflexión socrática, que le llevará a oponerse a ella, negándola
mediante la invención de una realidad trascendente dotada de
características de estabilidad e inmutabilidad, justo las contrarias de las que posee la única
realidad que conocemos, contradictoria y cambiante.

La crítica de la metafísica. Nietzsche se opone al dualismo ontológico, fiel reflejo del dualismo
platónico: Este mundo sensible y no real, y el mundo inteligible permanente y perfecto, la
auténtica realidad. Según tal concepción, la realidad queda escindida en dos ámbitos: una realidad
suprasensible, estática e imperecedera, frente a una realidad cambiante, sensible, perecedera...
que es el producto residual, "despreciable" de la anterior.
Frente a este esquema ontológico reaccionará Nietzsche esgrimiendo tres objeciones:

La infravaloración de la realidad sensible se debe a su mutabilidad, mientras que la razón humana


opera con categorías inmutables (conceptos); pero el hecho de que la razón funcione con tales
categorías no demuestra la "imperfección" ni la "dependencia" del mundo sensible, sino sólo la
inadecuación de la razón para conocerlo... ¿Y si la razón no fuera la facultad adecuada para
conocer el mundo?¿Es posible acceder de forma no racional al conocimiento del mundo? ¿Es la
razón nuestra única posibilidad cognoscitiva?

❖ El mundo suprasensible no es más que una ilusión, una ficción, una fantasía construida
como
❖ negación del mundo sensible, única realidad para nosotros. Recurrir a un mundo
suprasensible lo interpreta, pues, como una reacción anti-vital, como una negación de la
vida, (vida que está marcada por el sufrimiento tanto como por la alegría), como una
venganza contra la naturaleza, propia de espíritus ruines que odian la vida, un producto
del resentimiento contra la vida. Incapaces de aceptar un destino trágico, los hombres se
rebelan contra esa vida que les aboca al sufrimiento y la niegan, convirtiéndola en un
mero residuo de otra realidad, perfecta ésta, donde ahogan su resentimiento.
Por lo que respecta a la explicación del conocimiento, la metafísica de tradición platónico-
cristiana hace corresponder a una realidad inmutable un conocimiento y una verdad igualmente
inmutables: el conocimiento conceptual. Pero el concepto, dice Nietzsche, no sirve para conocer
la realidad tal y como es. El concepto tiene un valor representativo, pero siendo lo real un
devenir, un cambio, no puede dejarse representar por algo como el concepto, cuya naturaleza
consiste en representar la esencia, es decir, aquello que es inmutable, que no deviene, que no
cambia, lo que permanece idéntico a sí mismo, ajeno al tiempo. El concepto no es más que un
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modo impropio de referirse a la realidad, un modo general y abstracto de captar la realidad y por
ello, de alejarnos de lo singular y concreto, de alejarnos de la realidad. Lejos de ofrecernos el
conocimiento de la realidad, el concepto nos la oculta. El concepto no es más que una metáfora
de la realidad, una representación general de una realidad que es individual. Prescinde, por tanto,
de toda diferencia individual. Y la filosofía tradicional ha olvidado este carácter metafórico del
concepto y ha pretendido encontrar en él no una simple generalización de las cosas, sino la
"esencia", una supuesta realidad suprasensible de las cosas.

Nietzsche dirigirá también su atención al papel que ha jugado el lenguaje en la reflexión


filosófica. Dada la íntima relación existente entre el pensamiento y el lenguaje que lo expresa, a
medida que el valor de los conceptos es falsificado por la metafísica tradicional, queda también
falsificado el valor de las palabras y el sentido en que se usan. De este modo el lenguaje
contribuye decisiva y sutilmente a afianzar ese engaño metafísico acerca de la realidad.
Recuperar el sentido de lo real exige, por lo tanto, recuperar simultáneamente el sentido, el valor
de la palabra. De ahí el estilo aforístico de su obra.

Tampoco la ciencia es la verdadera interpretación de lo real: ella nace de un sentimiento, es decir,


de la repugnancia del intelecto por un supuesto caos del mundo exterior, y también del interior.
Pero Nietzsche no ataca la ciencia en general, sino a un tipo determinado de ciencia (el
mecanicismo y el positivismo). En el mundo real no hay regularidad ni constancia y, en
consecuencia, el determinismo es falso.

Pues bien, estas críticas desembocan en dos elementos centrales del pensamiento nietzscheano
para describir el momento que vive la cultura occidental de su tiempo, a saber, la muerte de Dios
y el nihilismo.

MUERTE DE DIOS

Para Nietzsche la cultura europea ha llegado ya a su propia ruina, a la


decadencia; de ahí la necesidad de preparar el gran “mediodía” de la
humanidad. Esta es la tarea del vitalismo nietzscheano: liberar al hombre de
todos los valores ficticios devolviéndole el derecho a la vida, a la existencia.
La muerte de Dios en el pensamiento de Nietzsche significa que se han
derrumbado los pilares que sostenían la tradición, la historia y la cultura de
Occidente. Es la idea central de “Así habló Zaratustra” que es el gran
pregonero de la muerte de Dios.
Para Nietzsche la muerte de Dios es fruto del hombre que sin darse cuenta lo
ha ido aniquilando; sus raíces se encuentran en:

• El Renacimiento: el antropocentrismo.
• Racionalismo: la razón como fundamento de todo (Descartes).
• La ilustración: el poder del pueblo, no de Dios.
• Positivismo: la ciencia como fundamento de lo real.
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Dios había sido la brújula del hombre occidental. Pero el hombre ha ido matando a Dios sin darse
cuenta, expulsándolo poco a poco de su pensamiento y de su cultura. Al descubrir la muerte de
Dios el hombre queda desorientado, su vida pierde el sentido. La muerte de Dios es, en realidad,
la muerte del monoteísmo cristiano y de la metafísica dogmática, para quienes sólo hay un Dios y
una verdad. Y el responsable de ello es el hombre. Al cobrar conciencia de ello el hombre
sustituye a ese Dios y a esa verdad única por múltiples dioses y múltiples verdades, en un intento
desesperado por salvar los valores asociados a esa imagen de Dios. Pese a ello, con la caída del
Dios y de la metafísica tradicional los valores asociados a ellos no pueden subsistir, no
encuentran justificación trascendental alguna y, carentes de fundamentación, serán el blanco de
las críticas más exacerbadas y negados como valores. El ateísmo conduce, pues, al nihilismo.

NIHILISMO

El nihilismo es el proceso que sigue la conciencia del hombre occidental. Es


la consecuencia propia de la ausencia de valores provocada por la muerte de
Dios. Con ésta se ha perdido el sentido de la orientación de nuestra
existencia, momento que deberá ser superado. Quedaría expresado en estos
tres momentos:
✓ El nihilismo como resultado de la negación de todos los valores
vigentes: es el resultado de la duda y la desorientación.
✓ El nihilismo como autoafirmación de esa negación inicial: es el
momento de la reflexión de la razón.
✓ El nihilismo como punto de partida de una nueva valoración: es el
momento de la intuición, que queda expresada en la voluntad de
poder, en quien se expresa a su vez el valor de la voluntad.

Esta es la base sobre la que ha de construirse, según Nietzsche, la nueva filosofía. El hombre
provoca, en primer lugar, la muerte de Dios, sin apenas darse cuenta de ello. En segundo lugar, el
hombre toma conciencia plena de la muerte de Dios y se reafirma en ella. En tercer lugar, y como
consecuencia de todo lo anterior, el hombre se descubre a sí mismo como responsable de la
muerte de Dios descubriendo, al mismo tiempo, el poder de la voluntad, e intuyendo la voluntad
como máximo valor.

Los nuevos valores.


De este nihilismo surge entonces la necesidad de transmutar
todos los valores, de dejar paso al gran mediodía de la
humanidad. La tarea del filósofo consistirá en liberar al hombre
de todos los antiguos valores, ficticios, decadentes. Devolverle
el derecho a la vida, a la nueva existencia. La nueva moral estará
basada en un deseo apasionado de vivir puesto que la vida tiene
un valor por sí misma y no hay que buscarle otra explicación.
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Destacar el mundo apariencial frente al mundo estático e inmutable de la filosofía dogmática, el


egoísmo frente al altruismo
Se trata de volver a introducir la visión dionisiaca (alegría desbordante de vivir) frente a la visión
apolínea, por eso se exaltan las fuerzas primarias de la vida, lo que piden los instintos y en estos
instintos se debe basar la nueva moral.

Esta nueva concepción incluye una nueva visión de lo humano, una nueva antropología, que se
puede explicar a través de tres figuras: la “voluntad de poder”, el “superhombre” y el “eterno
retorno”.

Y el querer de la voluntad, al igual que el de todo lo real, es un querer libre, que rechaza toda
determinación ajena a su propio devenir. La voluntad, el querer, no se somete a lo querido, sino
que se sobrepone a todos sus posibles objetos. No quiere "esto" o "lo otro", sino sólo su propio
querer. Se trata de una voluntad libre y absoluta a la que Nietzsche denomina "voluntad de
poder": es una voluntad vital, expansiva, dominante... una voluntad que se engendra a sí misma y
que tiende a crecer hasta la omnipotencia. Voluntad de poder significa voluntad de dominio,
fuerza, impulso vital, emoción...

A la nueva concepción de la realidad corresponde una nueva concepción de la verdad. La verdad


no reside en el juicio, ni en la adecuación del intelecto con el objeto. Todos los juicios son falsos,
en la medida que consisten en una "congelación" de un determinado aspecto de la realidad
mediante el uso de conceptos.

Siendo la realidad cambiante no podría dejarse encerrar por conceptos,


que son estáticos, inmutables. Y siendo los conceptos la base de todos los
juicios estos no pueden expresar ni captar la realidad, el devenir de lo
real. Los conceptos no nos sirven para captar lo real, ni los juicios para
expresar la verdad de lo real. La verdad ha de ser un resultado de la
intuición de lo real, de la captación directa de la realidad. Por ello, no
podrá ser una verdad inmutable, y ni siquiera única, pues el mismo
cambio de lo real no está exento de contradicciones.

En la medida en que la expresión de la verdad se realiza mediante el


lenguaje éste se convierte en algo fundamental a la hora de hablar de la
verdad. Nietzsche verá en el lenguaje una supeditación a los conceptos
que hacen de él un instrumento poco útil para reflejar la verdad de lo real,
por lo que la construcción de un nuevo lenguaje será una de sus tareas
prioritarias, buscando en la metáfora, en la alusión, en la ironía,
elementos útiles para forzar el nuevo sentido de las palabras.

Frente al lenguaje de la razón, del concepto, propondrá el lenguaje de la imaginación, basado en


la metáfora. Mientras que el lenguaje conceptual pretende ser un fiel reflejo de la realidad
(quedando petrificada en él) el lenguaje metafórico respeta la pluriformidad y el movimiento de
la realidad. El lenguaje conceptual es el de la lógica dogmática. El metafórico es el lenguaje del
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arte, de la vida, de la equivocidad, de la ambivalencia, de la belleza y, en definitiva, expresión de


la libertad de la voluntad.

SUPERHOMBRE

Para Nietzsche el hombre es algo que debe ser superado, un ser


a medio hacer, es un puente entre la bestia y el superhombre.
Para esto, tiene que superar la moral tradicional, alienante y
decadente, y por esto tiene que expulsar a Dios de su interior,
tiene que superar la idea de Dios. El tema del superhombre
guarda una relación estricta con el de la muerte de Dios: el
superhombre aparece cuando Dios es definitivamente
expulsado del espacio que hasta entonces había usurpado,
cubriendo el superhombre el vacío dejado por Dios. El hombre
crea al superhombre al matar a Dios.

El hombre, a diferencia del animal, está vuelto al futuro,


concibe ideales, metas, destinos. Tres han sido las versiones
del ideal humano:

1. El ideal estético: el ideal humano interpretado como tragedia. En la tragedia se armonizan


lo dionisíaco (embriaguez desenfrenada de vidir) con lo apolíneo (armonía de formas,
resplandor de belleza). Lo esencial de la embriaguez es la sensación de fuerza y plenitud
de vida.
2. El ideal científico: concibe el ideal humano como sabiduría. El hombre sabio conoce la
realidad al desnudo, con todas sus miserias, libre de prejuicios, y por ello afirma
enérgicamente la vida
3. El superhombre: personifica el valor supremo de la vida, siendo su más alta manifestación
la voluntad de poder y dominio.

La transformación del hombre en superhombre pasa por tres estados espirituales distintos:

✓ Camello: el espíritu del hombre es en primer lugar un camello, un animal de carga, que
obedece a su amo sin quejarse. Éste le manda y él obedece.
✓ León: El hombre-camello, cansado por el peso de la carga, se rebela contra su amo y lo
derriba. Entonces se convierte en el hombre-león, crítico y dueño de sí mismo, que dice
“yo quiero” e impone su voluntad.
✓ Niño: A medida que se va quitando las cargas se va haciendo el creador de sus propios
valores; se convierte en el hombre-niño que busca la afirmación de sí mismo. partir del
último estado espiritual (niño) empieza a aparecer el superhombre que da lugar a una
nueva humanidad libre y creadora. El superhombre defiende la desigualdad, la jerarquía,
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el cambio, el experimento y el riesgo frente a la igualdad, la seguridad, que serían valores


propios de la moral del "rebaño", una moral de esclavos, representada fundamentalmente
por el cristianismo. No está sometido a ningún precepto moral, porque se sitúa por encima
del bien y del mal. Su conciencia es la conciencia de la naturaleza: lo que favorece a la
naturaleza es bueno y lo que la perjudica es malo. El superhombre sería así la máxima
posibilidad del ser humano. Vive la fidelidad de la tierra, lejos de la trascendencia
metafísica de los filósofos, lejos de la idea de Dios. Es fiel a lo terreno, a lo que pisa,
olvidando las elucubraciones espirituales. Sería la expresión misma de la voluntad de
poder.
El superhombre es un niño, para quien la existencia es un juego y es capaz de vivir la vida como
algo nuevo. Es un niño que se relaciona con las cosas de forma originaria, sin la mediación de los
conceptos, y restablece todos los criterios y todas las estimaciones. Es aquel que recupera los
instintos vitales reconociendo su verdadera esencia, que es la voluntad de poder.

ETERNO RETORNO
Dijo Nietzsche que el eterno retorno era su pensamiento más
profundo, pero menos elaborado. Consistiría en decir sí a la vida de
forma tan contundente que no solamente afirma los valores de esta
tierra, sino su deseo de que se repita eternamente. El superhombre
realiza esta afirmación, es el ser que vive el eterno retorno; querer
vivir el futuro es querer que vuelva el pasado: todo ha existido ya. El
superhombre es como un ser atado a una noria que da vueltas sin
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cesar en una vida interminable. Vida que hay que vivirla infinitas veces, con cada dolor y con
cada alegría. Así resulta que el eterno retorno es la repetición de los mismos acontecimientos en
los mismos individuos (pensamiento desesperante para el que no ama realmente la vida). Esta
figura metafórica sería la culminación del vitalismo nietzscheano.

El superhombre cambia la comprensión del tiempo. Ya no existen esperanzas supraterrenas. Las


diferencias entre el pasado, como lo ya terminado, y el futuro, como lo que todavía queda por
hacer, ya no tienen sentido. Cada instante dentro del devenir se presenta en una dimensión de
eternidad, como lo que nunca queda terminado y está siempre por hacer. Esto es lo que enseña la
nueva comprensión del tiempo como el eterno retorno. La aceptación de la vida significa aceptar
el devenir como eterna repetición.

LA VOLUNTAD DE PODER
Para Nietzsche la voluntad es la verdadera "esencia" de la
realidad. La realidad no es más que la expresión de la
voluntad: ser es querer. La realidad no es algo estático,
permanente, inmutable; ni la consecuencia de algo
estático, permanente, inmutable. Siendo el fruto de la
voluntad ha de ser multiforme y cambiante, como
aquella. La realidad es devenir, cambio, y no está
sometida a otra determinación que a la de su propio
querer.

Las principales características del vitalismo fueron las siguientes:

1. Entendía la realidad como un proceso.


2. Afirmaba que la libertad era la esencia del hombre.
3. Abandonaba el concepto tradicional de la razón.
4. Tenía dos manifestaciones principales, una era d carácter
científico creada en contra del mecanismo
materialista, la segunda era una manifestación
filosófica o filosofía de vida.
5. El vitalismo afirma que la realidad está en
constante evolución
6. Para este grupo de pensadores, la libertad, constituye la
esencia del ser humano.
7. Sustituye el concepto de razón por el de temporalidad,
historicismo, irracionalidad, subjetividad, perspectivismo, individualismo,
cambio, etc...
8. La doctrina vitalista se presentó en el campo de la ciencia como reacción al mecanismo
materialista y en filosofía contra el racionalismo.
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¿Qué aporto Nietzsche a la humanidad?

Desde su enfoque ético la filosofía de Friedrich Nietzsche afirma que cada ser humano tiene la
posibilidad, si así lo decide y trabaja duro por ello, de superar la heteronomía e inmadurez para
caminar hacia una autonomía ética. En este camino, es necesario estudiar el origen de las formas
de conocer y valorar con las que convivimos día a día a fin de establecer una crítica informada y
ser capaces de superar el nihilismo pasivo, así como el resentimiento en el que frecuentemente
caemos cuando sentimos una inconformidad ante la moral a la cual nos encontramos sometidos.
En este sentido, además de estudiar la crítica a la metafísica, la ciencia y la moral tradicional
realizada por Nietzsche, conocer los conceptos de la propuesta filosófica nietzscheana resulta de
inmensa relevancia en la tarea de forjar una Identidad Ética propia para cada individuo.

ACTIVIDAD

PREPARATE EN LA
TEMATICA Y A JUGAR POR
TI Y TU FILA, A CONTESTAR
CORRECTAMENTE LA
PREGUNTA DONDE
DEMOSTRARAS TU
CONOCIMIENTO,
RESPONSABILIDAD Y TU
HABILIDAD.

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