TEMA 3
TEMA 3
TEMA 3
MANTENIMIENTO
ELECTROMECÁNICO
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MODULO PROFESIONAL:
Mantenimiento electromecánico
ÍNDICE
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1. Corrosión, oxidación y degradación de los materiales
Normalmente, la corrosión de los materiales tiene que ver con la alteración química de los
metales dado por un ataque de tipo galvánico, ya que los metales disponen de electrones
libres que forman pilas electroquímicas en el propio material. La corrosión se puede originar
también por el ataque directo del ambiente atmosférico, donde las agresiones de oxígeno,
vapor de agua, dióxido de carbono, azufre y compuestos clorados, en presencia de
ambientes húmedos y agua, son habituales.
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puede tener la corrosión húmeda localizada son aparición de picaduras, cavidades,
deterioro intergranular, fractura por baja tensión y corrosión galvánica.
Los materiales metálicos se pueden deteriorar por oxidación. La oxidación directa tiene
lugar cuando reacciona la combinación de los átomos metálicos con la sustancia de ataque,
en presencia de oxígeno. Valga de ejemplo la siguiente reacción de oxidación, común en los
metales férricos: 2Fe +O2 → 2FeO Fe + S → FeS
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1.2. Factores que influyen en la corrosión de metales
En cada componente está testada la calidad. Los componentes tienen que cumplir una serie
de especificaciones normalizadas en su fabricación: niveles de tolerancia de las variables de
temperatura, en rangos entre los –20 y 120 ºC, ensayos en condiciones ambientales con
diferentes humedades de condensación, testeo del dióxido de azufre en atmósfera saturada
y test de sal pulverizada con solución de cloruro sódico al 5%.
De igual modo, los componentes tienen un mayor o menor riesgo de recibir ataques
corrosivos, dependiendo de su situación, ubicación y uso en el proceso. Por ejemplo, los
componentes con menor riesgo de corrosión corresponden a aquellos de menor tamaño,
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tienen funciones de retención o lubricantes, como arandelas, manguitos, rodamientos y
cojinetes. También existen componentes con escaso peligro de corrosión, que están
ubicados en las zonas invisibles o que ejercen funciones decorativas. Sin embargo, el
peligro de corrosión empieza a ser considerable en los componentes ubicados hacia el
exterior, visibles, afectados por los ambientes industriales por lubricantes y líquidos de
refrigeración. Asimismo, la corrosión es elevada, e incluso extrema, en los componentes en
contacto directo con el ambiente industrial, detergentes y desinfectantes, expuestos a la
intemperie y sometidos a los reactivos químicos del proceso.
Las acciones preventivas para evitar la corrosión en los aceros inoxidables, según
tipología de proceso corrosivo, son las siguientes:
1. Eliminar trazas de ferrita.
2. Prestar atención a los límites y cuerdas de soldadura, eliminando los óxidos incorporados
en su entorno.
3. Procurar evitar el debilitamiento del material durante soldaduras y precalentamientos.
4. Diseñar las piezas libres de oquedades y oberturas hacia el medio corrosivo.
5. Realizar montajes limpios, libres de suciedad, polvo y grasa en juntas y uniones.
6. Atender a una limpieza programada en pan de mantenimiento.
7. Evitar la sensibilización del material, sometido a diferenciales de rango de temperatura.
8. Seleccionar las aleaciones hierro-carbono, con contenido bajo en carbono.
9. Hacer uso de los aceros estables con titanio, en casos especiales.
10. Realizar pruebas y ensayos en piezas, para poder disolver los carburos de cromo.
11. Practicar uniones y ensamblajes libres de piezas tensionadas.
12. Limitar las tensiones en el proceso de fabricación y unión de piezas.
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13. Afinar las soldaduras y utilizar técnicas que eliminen las tensiones en el cordón de las
mismas.
14. Limitar los contactos eléctricos entre materiales a unir.
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1.4. La degradación de los materiales no metálicos
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Existen en estas cadenas poliméricas infinitud de enlaces covalentes que se rompen, ya sea
por la acción de radiación lumínica, cambios de temperatura o reacciones con agentes
químicos, numerosos entre los productos detergentes, higienizantes y del proceso. También
es conocida la acción degradante del oxígeno en condiciones desfavorable de altas
temperaturas.
La escisión o rotura de las moléculas, causada por acciones mecánicas y promovida por el
aumento de la temperatura, es otra de las causas de la degradación de los polímeros, que a
su vez depende también del grado de condensación de las moléculas y de la densidad del
material. Los efectos de radiaciones electromagnéticas sobre el material, ya sean de tipo
lumínico, rayos ultravioletas u otros, como el uso de láseres en algunos de los equipos, son
palpables al penetrar la radiación en el material y encadenar reacciones de ionización que lo
reblandecen, convirtiéndose en no apto por sus propiedades características alteradas.
Del mismo modo, efectos de escisión y de cambios en los enlaces covalentes son
ocasionados por reactivos químicos, que logran separar dobles enlaces de cadenas
alifáticas, por ejemplo, en los polietilenos de alta densidad. En este ataque químico o del
oxígeno aparecen grietas, debilitando el material. Este proceso, acelerado con la acción de
la temperatura, ocasiona gases de desecho con la consecuente pérdida de peso específico
del material.
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