MIRCALITA EMBARAZO
MIRCALITA EMBARAZO
MIRCALITA EMBARAZO
Nuestro Desafío
Es necesario hacer un cambio en el enfoque. El Fondo de Población de las Naciones
Unidas, UNFPA, reconoce a las y los adolescentes y jóvenes como sujetos de derecho,
sin distinción de ninguna condición, permitiendo una concepción de integralidad, no-
discriminación e igualdad social.
Las medidas e intervenciones eficaces para la prevención del embarazo deben estar
disponibles para las y los adolescentes. Esto incluye acceso a educación integral en
sexualidad, información veraz y de calidad, acceso a métodos anticonceptivos
modernos y de larga duración, aunado a intervenciones eficaces de apoyo social y
comunitario, mecanismos de protección social, y su adherencia a la escuela secundaria
de calidad, evitando la deserción escolar.
Incluso en países como Argentina (55), EE.UU. (33), Canadá (14) o España (11) las cifras
son demasiado elevadas pese a las políticas educativas concretas que han permitido
reducir el número de embarazos adolescentes en todos estos contextos.
Hoy, la educación sexual trabaja en los siguientes escenarios para evitar embarazos
adolescentes:
Falta de información y difícil acceso a una buena educación sexual, así como
desatención o rechazo de los padres para hablar de estos temas de una forma abierta
y natural.
Aunque estas son las principales causas, en los países desarrollados también está
comprobado que hay algunos indicadores que pueden aumentar el riesgo: un
desarrollo sexual temprano, carencias en el núcleo familiar o padres y madres
adolescentes, o abusos sexuales y violaciones.
Una vez entendemos cuáles son las principales causas, es importante hacer hincapié
en las consecuencias y riesgos que supone un embarazo adolescente. La frase que
resume gran parte del problema la redactó la Organización Mundial de la Salud: “la
adolescencia es el periodo de vida en el cual el individuo adquiere la capacidad
reproductiva, transita los patrones psicológicos de la niñez a la adultez y consolida la
independencia socioeconómica”.
En el caso de los embarazos precoces, esta realidad se hace añicos, pero eso no es lo
peor: cuanto más joven es la madre, más peligrosa es esta situación: malnutrición,
partos prematuros, niños y niñas con trastornos en el desarrollo y malformaciones, así
como un 50 % de probabilidades más de morir en las primeras semanas de vida; en la
madre: todas las complicaciones médicas del feto en desarrollo también le afectan a
nivel físico, pero, además, en muchos casos suponen:
Falta de atención médica por desconocimiento del embarazo.
Riesgo de preeclampsia y eclampsia.
Riesgo de fístula obstétrica, una lesión invisibilizada y con efectos. devastadores sobre
la vida de miles de mujeres.
Alta mortalidad de la madre.
Complicaciones debido a los abortos clandestinos, como sepsis o hemorragias graves.
Embarazo unido a enfermedades de transmisión sexual.
Tanto a nivel psicológico como también social, las consecuencias del embarazo en la
adolescencia pueden ser muy graves. Estas son algunas de las que nos encontramos de
forma habitual:
Abandono de los estudios: sobre todo dependiendo del contexto y el nivel
socioeconómico de la familia.
Abortos: tanto provocados como espontáneos, además de los riesgos de caer en el
mercado negro en países donde esta práctica no está legalizada.
Inestabilidad familiar: es frecuente que la relación entre los progenitores no dure
mucho y que, al tratarse de adolescentes a cargo de hijos, se desarrolle un ambiente
familiar inestable.
Natalidad no controlada: en países en vías de desarrollo, implica tener un mayor
número de hijos sin poner medidas de control que eviten esta situación.
Problemas psicológicos: las madres adolescentes a menudo sienten miedo a ser
rechazadas, ansiedad y estrés, así como también sufren problemas familiares, rechazo
del bebé o desarrollan otros trastornos emocionales de gravedad.
Dependencia: a menudo estas madres están en una situación de necesidad económica
y afectiva que le vincula a relaciones familiares disfuncionales y perjudiciales.