Zapata
Zapata
Zapata
¿Qué es lo que quería Zapata? ―La total autonomía de los municipios -responde-
y esa es una de sus principales aportaciones del zapatismo‖. Y es también, sin
duda, una de las mayores semejanzas con los neozapatistas de Chiapas, que se
oponen al poder central: ―El zapatismo y el neozapatismo son dos movimientos
iguales, nacieron por la misma ideología y se sustentan en el mismo espíritu‖,
dice.
Como comentaba mi abuelo Mateo Zapata en los años 90: "¿Por qué el gobierno
no pone empeño para impulsar al campo mexicano, si es como la cocina de la
ciudad? Y si desatendemos a la cocina, vamos a depender de lo extranjero, una
total dependencia alimentaria". Es lo que estamos viviendo actualmente. Ahora,
¿qué es lo que nos venden? El maíz transgénico, siendo que el maíz es originario
de la nación mesoamericana.
Los gobiernos no hicieron caso a la esencia de su ideal, nada más rescataron una
imagen. Enaltecieron más la iconografía del General que sus ideales, para
convertir en clientela política a los campesinos y a los indígenas, al sector juvenil
y a la sociedad en general.
Vemos muy bonitas las fotos del General y llama mucha la atención su porte.
Pero detrás de esa imagen hay unos ideales que no se han cumplido y,
desgraciadamente, estamos peor que hace cien años.
Los verdaderos herederos del legado de Zapata son los campesinos, los
indígenas y todos los grupos que luchan por un beneficio social. Ellos son los
verdaderos herederos del legado de su lucha, no los partidos políticos ni la clase
política. Si Zapata viviera actualmente, estaría con nosotros: en Chiapas, en
Morelos, con las clases más pobres, con los campesinos, indígenas, obreros. La
revolución que empezó el General está inconclusa. Al gritar ―¡Zapata vive, la
lucha sigue!‖, estamos diciendo al gobierno que el coraje y la dignidad están
presentes.
La tierra y la guerra contra el narcotráfico
Me pregunto ¿qué es lo que paso con tanta energía y con toda la dignidad con la
que encabezó Emiliano Zapata la primera revolución que tuvimos en México, en
1910?
Hay un gran contraste. Por ejemplo, en Morelos hace 100 años los campesinos,
junto con los hacendados, producían la caña de azúcar. Después ya no querían
sembrar caña, querían sembrar maíz y por eso se dio la revolución en el centro y
sur de México. Actualmente en Morelos ya no es sustentable sembrar los granos
básicos, sino mariguana, por el precio que el sector del narcotráfico paga al
campesino.
El cambio del país, que en 1910 fue promovido por campesinos e indígenas,
actualmente está en manos de la sociedad civil. Hace 100 años, en la revolución
del General Zapata, se dio el cambio por medio del sector agrario, porque en ese
entonces el 90 por ciento de la población era campesina.
Zapatismo y neozapatismo
Un Zapata en Chiapas
Hay una anécdota muy bonita de la familia, de 1917, cuando mi abuelo Mateo
Zapata Pérez nació, en el municipio de Tlaltizapán. Zapata estaba a un kilómetro
en su cuartel general, cuando su secretario, Manuel Palafox, le dijo: "Ya va nacer
su hijo, General", y él le pregunta "Pero, ¿cuál de todas?". Ya cuando le dicen
que es de la señora María de Jesús (Chucha), sale de volada hasta la Hacienda
de Temilpa Viejo, del último gobernador porfirista, en donde vivía mi familia. El
General carga a mi abuelo, pero lo habían envuelto con ropa color rosa mexicano.
Y ahí viene el General muy molesto y dice: "A mí no me lo pongan así. Es un
Zapata". Lo desviste, lo envuelve en una sabana de manta, se lo pone en su
caballo y van cabalgando por los alrededores de la hacienda.
Otra de las anécdotas que más nos queda como familia es la de su muerte. En
1917 la familia huye por órdenes del General, porque Venustiano Carranza, Pablo
González y Jesús Guajardo queman todo Morelos. Se trasladan a Cuautla, donde
estaba el cuartel general de los carrancistas. Ya cuando matan al General, se
escucha en las calles que está muerto. Lo curioso era que la familia no lo creía,
porque días antes siempre decían en los periódicos que Zapata había muerto. Así
que pensaban que eran puros chisme del gobierno.
Cuando fue asesinado, trajeron su cuerpo y lo expusieron por dos días en las
oficinas de la inspección de la policía en el centro de Cauatla. Pablo González y
Jesús Guajardo hicieron una concentración masiva para mostrar a los campesinos
que su jefe estaba muerto y los formaron para que reconocieran el cuerpo. Con
sus 17 años, mi bisabuela, María de Jesús Pérez, se formó en la larga fila para
ver si era cierto que había muerto. Sí. Era el General Zapata el que estaba ahí.
Cuando se enteraron, ocultaron a mi abuelo su identidad como hijo de Zapata.
Desde recién nacido y hasta la edad de 15 años lo nombraban como Mateo Pérez.
Cuando veía una comisión de los federales, el niño corría, pues su abuela Petra le
decía que lo iban a matar. Y él no sabía ni por qué.
Francisco Pineda
José Martí.
¡Abajo haciendas! ¡Viva pueblos!, gritaron los insurgentes de Ayala, aquel día. Asi mismo,
simbolizaron el lazo histórico que les unía con la independencia de México. Decidieron
levantarse en armas a las once de la noche, abrir la cárcel y arengar a la población en la
plaza, tal como indica la tradición para recordar el Grito de Independencia de 1810.
Dos semanas después, el 24 de marzo de 1911, el núcleo de Ayala se unió con otros
rebeldes de la región, originarios de Morelos, Puebla y Guerrero. El nuevo agrupamiento
eligió un jefe, Emiliano Zapata Salazar, y tomó un nombre para definir su identidad
política: Ejército Libertador.
Los asalariados de las haciendas no eran trabajadores ―libres‖, sino peones sometidos
por medio del endeudamiento y la violencia de los capataces. Para mayor control, con
frecuencia los trabajadores y sus familias vivían ―acasillados‖ dentro de la hacienda.
Según los oligarcas, los campesinos independientes debían ser totalmente reducidos a
jornaleros: ni pequeño propietario ni arrendatario, sino peón de hacienda ―bajo la
dirección de un propietario capitalista‖.
En la historia de larga duración, el cultivo del maíz ha operado como eje de la auto
organización en la comunidad campesina de Mesoamérica y, desde una perspectiva
mayor, fue el soporte de uno de los procesos civilizatorios de la humanidad. En esa
historia se puede identificar la raíz profunda de la revolución del sur. Una cualidad
decisiva del maíz es que no monopoliza los nutrientes de la tierra sino que, por el
contrario, incrementa su productividad cuando es sembrado junto con otros cultivos,
como el frijol, la calabaza y el chile en unidades que también producen tubérculos,
cereales, agaves, hortalizas o frutales. El autoabastecimiento de los bienes necesarios,
como sabemos, ha sido una barrera de resistencia a la monetarización y mercantilización
de todo.
Pueblos y Ejército Libertador: tierra y libertad. Por la tierra, los pueblos contra las
haciendas, y por la libertad, los insurgentes contra la dictadura. Era una sola lucha, no
hay secreto en eso, pero fue algo excepcional.
La revolución del sur no fue un conflicto aislado. La idea del aislamiento folclórico del
campo mexicano es tan falsa como negar el carácter mundial del colonialismo y hacer
creer que las haciendas ‗aparecieron‘ sin una guerra de invasión. Más bien, se podría
considerar que la revolución mexicana, en conjunto, fue una zona clave dentro de una
gran turbulencia mundial que tuvo dos elementos principales: las luchas de liberación de
pueblos y clases trabajadoras; y el reparto imperialista del mundo con sus trágicas
secuelas de racismo y genocidio, crisis, hambre, epidemias, nuevas invasiones y
operaciones encubiertas.
Cuando los rebeldes de Ayala se levantaron, el gobierno de Estados Unidos realizaba
un gran despliegue militar en la frontera norte y amenazaba con invadir México. Al mismo
tiempo, el 16 de marzo de 1911, el jefe del Estado Mayor del ejército norteamericano fue
informado de que estaba lista la actualización del plan de guerra general contra México.
Según esa actualización de 1911, los intereses de Estados Unidos en México pueden
agruparse en cuatro categorías:
En marzo de 1911, cuando los zapatistas lanzaron el Grito de Ayala hace cien años, el
ejército de Estados Unidos ya tenía actualizado el plan de invasión de México con tropas
de Texas, New York, Pennsylvania, Ohio e Illinois; puntos de embarque y observación
sobre terreno para determinar rutas y fuentes de alimentos; cooperación naval y detalle
del material ferroviario necesario para transportar los suministros; mapas, monografías y
una amplia descripción de las principales inversiones extranjeras, susceptibles de
sabotaje por la resistencia mexicana a la invasión, localidad por localidad en todo el país.
El Cuartel General del Sur tuvo información de algunas maniobras de Estados Unidos y
esto sirvió para tomar medidas firmes. Por aquellos días, Pancho Villa ―decidió‖ que Felipe
Ángeles se hiciera cargo de la presidencia de México y lo comunicó al jefe suriano. Zapata
rechazó tal posibilidad, en forma terminante. Le respondió que sabía bien que el
presidente de Estados Unidos (a través del agente especial Duval West) estaba
promoviendo una terna de candidatos, entre los que se encontraba Felipe Ángeles y que,
por lo tanto, este general villista no podía ser presidente de México.
No debemos admitir, en manera alguna, proposiciones hechas por el
presidente de los Estados Unidos; pues de hacerlo así, es tanto como
admitir la tutela de aquel gobierno, dándole injerencia en la resolución de
asuntos que nosotros [los mexicanos] somos los únicos llamados a
resolver…
Los saberes del zapatismo representan uno de los aspectos más negados por
la historiografía dominante.―No tenían proyecto de nación‖, dijo uno y, en
seguida, muchos más recitaron a coro: ―no tenían proyecto de nación y no
sabían qué hacer‖.Otro, más profundo, arguyó: ―sólo eran maiceros y chileros‖.
La negación de los saberes zapatistas opera no con información sino con racismo
y desprecio por la gente del campo, dos constituyentes de la colonialidad del
poder actual.
El proceso civilizatorio del maíz, sus códigos de la tierra, auto organización y
autodeterminación de hombres libres, sin capataz y sin amo, sin humillaciones ni
miserias; la experiencia de la resistencia al colonialismo y la dominación
extranjera, fueron vertientes fundamentales en la revolución del sur.
―Tienen muchas formas de hacerse de las tierras; una de ellas es confrontar a los
mismos pueblos. Dan mayor extensión territorial a un pueblo o a otro, y este tipo
de problemas causan muchas peleas que llevan a enfrentamientos en los que
incluso han fallecido compañeros‖, agrega Teódulo Santos.
―O quizá estamos peor que entonces – refiere Juan González Cisneros, maestro
normalista de Uruapan, Michoacán- pues ahora los precios de los productos de
los campesinos se rigen por el mercado internacional, y al no contar México con
infraestructura avanzada que hay en otros países, el agricultor tiene que
esforzarse más para producir, derivando esto en una explotación vil de nuestros
campesinos‖.
―La mejor forma de reivindicar los que significa Zapata en nuestras tierras –
sostiene Juan González- es recordar en valor tradicional de la organización
colectiva; los pueblos originarios no son capitalistas, su trabajo tiende a
satisfacer las necesidades básicas de la familia, no se piensa en la acumulación
ni de productos básicos, ni de dinero‖.
Y José Cruz, nahua de Milpa Alta, Distrito Federal, asume como compromiso
―lograr que las nuevas generaciones tengan amor por la tierra a través de la
tradición oral. En nuestros pueblos la defensa de la vida y de la cultura es el
amor hacia la tierra. Somos pacíficos, tranquilos, queremos vivir mejor y
trabajamos para ello‖.
En la historia oficial, explica José Cruz, ―se trata de poner en un mismo plano a
gente como Zapata o Madero, y los dos tuvieron formas muy diferentes de ver
el mundo. El capitalismo piensa a largo plazo y busca dividirnos, por lo cual
debemos de recuperar nuestra memoria y los jóvenes ahora deben de
involucrarse más en su historia‖.
i
María Guadalupe Muñiz, Ejército Libertador, San Juan Ixtayopan, Distrito Federal, 10 de abril de 1915,
FEZ, 7, 4, 92 y FEZ, 7, 6, 24-25 (fragmentos).
ii
El General Emiliano Zapata a Gildardo Magaña, Ejército Libertador, Campamento Revolucionario,
octubre de 1913. Fondo Genovevo de la O (AGN), 17, 2, 34.
iii
Capitán 1º Gregorio Godoy García, Ejército Libertador, entrevista realizada por Alicia Olivera de Bonfil y
Laura Espejel en Xochimilco, Distrito Federal, el 29 de julio de 1973. Capitán 1º de Caballería José
Alarcón Casales, Ejército Libertador, entrevista realizada por Salvador Rueda y Laura Espejel en
Zacatepec, Morelos, el 4 de mayo de 1975.
iv
Teniente de caballería Macedonio García Ocampo, Ejército Libertador, entrevista realizada por Laura
Espejel en Juchitepec, Estado de México, el 23 de abril de 1977.
v
Capitán 2º de caballería Serafín Plasencia Gutiérrez, Ejército Libertador, entrevista realizada por Laura
Espejelen Villa de Ayala, Morelos, el 29 de septiembre de 1974.
vi
El general Emiliano Zapata al general Francisco Villa, Cuartel General en Tlaltizapán, 10 de abril de
1915. En Nosotros los hombres ignorantes que hacemos la guerra. Correspondencia entre Francisco
Villa y Emiliano Zapata, Armando Ruiz (Comp.), Conaculta, México, 2010.
vii
General Emiliano Zapata, manifiesto “Al pueblo mexicano”, Ejército Libertador, Cuartel General en
Tlaltizapán, 29 de mayo de 1916. Fondo Gildardo Magaña (UNAM), 27, 5, 56.