Granja autosustentable

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Facultad de Ingeniería

Electromecánica Industrial

“Granja Autosustentable”
(1er reporte)

PRESENTAN:
Sergio Colín Flores
David Mendoza Nicasio
Yerevan Adonai Saldaña
Alejandro López Solís
José Luis Hernández Gómez

GRUPO:
1101-11

León, Gto. 01 de febrero de 2017


Nadie ignora que la mayoría de las fuentes de energía normalmente
utilizadas para satisfacer las necesidades humanas han sufrido un desgaste
irreversible en las últimas décadas.

El incontenible crecimiento poblacional, el uso inconsciente de los recursos


disponibles de todo tipo, y el surgimiento de “nuevas necesidades”
principalmente alimentadas por las políticas nacionales e internacionales de
las naciones más desarrolladas y “más civilizadas” del mundo, ha anunciado
con anticipación que tales actitudes llevan el rumbo del panorama energético
a una inevitable escasez de recursos.

A pesar de lo evidentemente insostenible que es el recurso energético más


cotizado hoy, como lo es el combustible fósil, y más propiamente, el petróleo,
pocas naciones se han mostrado tan interesadas en el asunto a tal grado de
intentar cambiar la situación de carencia de energía. Estas pocas naciones,
instituciones y personas han mostrado que es posible cambiar el panorama
con sólo cambiar la actitud de consumo irracional de energía y buscar
alternativas como la energía del sol, el mar, el calor de la tierra, y el viento;
además de la de los ríos que por ahora es muy utilizada.

No es significativa la cantidad de energía eléctrica que se produce en el mundo


a partir de fuentes renovables, pero cada Watt-hora que se produce de esta
manera, es significativo considerando el hecho de que aminoramos la
decadencia de los recursos energéticos; asimismo, cada tonelada de dióxido
de carbono que deja de lanzarse al aire y a la atmósfera, compensa cada dólar
invertido en proyectos de energía renovable.
La energía solar

La energía solar es aquella que emana el núcleo del sol. Se produce debido a
una reacción nuclear de fusión y debido a las condiciones de intensa gravedad
a las que está sometido. El sol que está compuesto principalmente por
hidrógeno y en condiciones específicas se funde para producir helio.

Este proceso libera enormes cantidades de energía, las que brotan desde el
corazón de las estrellas y viajan por el espacio por miles de millones de años.

La tierra que se encuentra cercana al sol recibe su energía y lo hace de distintas


maneras, de modo que la atmósfera y magnetosfera filtran gran parte de la
radiación solar nociva, pero dejan pasar las longitudes de onda
correspondiente a la luz visible y al infrarrojo, de modo que lo que más
recibimos es luz y calor.

Una energía que se ha convertido en una de las funciones motoras para la vida
tal y como la conocemos, ya que promueve los más variados efectos sobre la
superficie del planeta: entre otros, los vientos, la formación de nubes y lluvia
o los cambios climáticos alrededor del globo.

El hombre ha querido buscar y construir las más diversas maneras de


aprovechar esta energía y convertirlas en el soporte de la vida en la tierra y es
por ello que en estos momentos está siendo fuertemente optimizada la
tecnología para extraer esta energía proveniente del sol y convertirla en
energía de uso humano, como la electricidad y el agua caliente.

Electricidad a partir de la energía solar

Al hablar de la energía solar como una energía renovable, tenemos que


hacer mención además al hecho de contar con transductores que permitan
convertir diversas formas de energías naturales en energías utilizables por el
hombre.

Para transformar la energía del sol en energía que podamos aplicar a nuestra
vida diaria, necesitaremos una célula fotoeléctrica, y que es un dispositivo
electrónico que permite transformar la energía luminosa en energía eléctrica,
mediante el aprovechamiento de un proceso llamado efecto fotoeléctrico.
El proceso es que la luz, que llega en forma de fotones, impacta sobre una
superficie construida principalmente por silicio (los paneles solares) y que
emite electrones que -al ser capturados- producen una corriente eléctrica.

En la actualidad está experimentando con celdas fotovoltaicas de doble cara


que –con la ayuda de superficies reflectantes- puedan duplicar la eficiencia
ampliando la superficie expuesta a la luz solar.

Estas celdas son lo que se conocen como paneles solares fotovoltaicos y que
emplean una tecnología tan avanzada y precisa como compleja. Eso sí, de
momento muy pocas son las empresas en el mundo cuentan con la capacidad
y los recursos técnicos necesarios como para poder producirlos.

¿Cómo funcionan los paneles solares?

Los funcionamientos de los paneles solares se basan en el efecto fotovoltaico,


que se produce cuando, sobre materiales semiconductores convenientemente
tratados, incide la radiación solar produciendo electricidad.

En el momento en que queda expuesto a la radiación solar, los diferentes


contenidos en la luz transmiten su energía a los electrones de los materiales
semiconductores que, entonces, pueden romper la barrera de potencial de la
unión P-N, y salir así del semiconductor a través de un circuito exterior.

Estas células fotovoltaicas se combinan de muy diversas formas para lograr


tanto el voltaje
como la potencia
deseados y de
este modo poder
conseguir que la
energía solar se
acabe
convirtiendo en
energía que
poder consumir.
Para entender la operación de una célula fotovoltaica, necesitamos considerar
la naturaleza del material y la naturaleza de la luz del sol. Las celdas solares
están formadas por dos tipos de material, generalmente silicio tipo p y silicio
tipo n. La luz de ciertas longitudes de onda puede ionizar los átomos en el
silicio y el campo interno producido por la unión que separa algunas de las
cargas positivas ("agujeros") de las cargas negativas (electrones) dentro del
dispositivo fotovoltaico. Los agujeros se mueven hacia la capa positiva o capa
de tipo p y los electrones hacia la negativa o capa tipo n. Aunque estas cargas
opuestas se atraen mutuamente, la mayoría de ellas solamente se pueden
recombinar pasando a través de un circuito externo fuera del material debido
a la barrera de energía potencial interno. Por lo tanto, si se hace un circuito se
puede producir una corriente a partir de las celdas iluminadas, puesto que los
electrones libres tienen que pasar a través del circuito para recombinarse con
los agujeros positivos.

La cantidad de energía que entrega un dispositivo fotovoltaico está


determinada por:
o El tipo y el área del material.
o La intensidad de la luz del sol.
o La longitud de onda de la luz del sol.
Por ejemplo, las celdas solares de silicio monocristalino actualmente no
pueden convertir más el de 25% de la energía solar en electricidad, porque la
radiación en la región infrarroja del espectro electromagnético no tiene
suficiente energía como para separar las cargas positivas y negativas en el
material.

Las celdas solares de silicio policristalino en la actualidad tienen una eficiencia


de menos del 20% y las celdas amorfas de silicio tienen actualmente una
eficiencia cerca del 10%, debido a pérdidas de energía internas más altas que
las del silicio monocristalino.

Una típica célula fotovoltaica de silicio monocristalino de 100 cm2 producirá


cerca de 1.5 vatios de energía a 0.5 voltios de Corriente Continua y 3 amperios
bajo la luz del sol en pleno verano (el 1000Wm-2). La energía de salida de la
célula es casi directamente proporcional a la intensidad de la luz del sol. (Por
ejemplo, si la intensidad de la luz del sol se divide por la mitad la energía de
salida también será disminuida a la mitad).

Una característica importante de las celdas fotovoltaicas es que el voltaje de


la célula no depende de su tamaño, y sigue siendo bastante constante con el
cambio de la intensidad de luz. La corriente en un dispositivo, sin embargo, es
casi directamente proporcional a la intensidad de la luz y al tamaño. Para
comparar diversas celdas se las clasifica por densidad de corriente, o amperios
por centímetro cuadrado del área de la célula.

La potencia entregada por una célula solar se puede aumentar con bastante
eficacia empleando un mecanismo de seguimiento para mantener el
dispositivo fotovoltaico directamente frente al sol, o concentrando la luz del
sol usando lentes o espejos. Sin embargo, hay límites a este proceso, debido a
la complejidad de los mecanismos, y de la necesidad de refrescar las celdas.
La corriente es relativamente estable a altas temperaturas, pero el voltaje se
reduce, conduciendo a una caída de potencia a causa del aumento de la
temperatura de la célula.

Otros tipos de materiales fotovoltaicos que tienen potencial comercial


incluyen el diselenide de cobre e indio (CuInSe2) y teluo de cadmio (CdTe) y
silicio amorfo como materia prima.
Aplicaciones de la energía generada por los paneles solares

Aplicaciones autónomas: Las aplicaciones autónomas serían aquellas en las


que los paneles solares no están conectados a ningún tipo de red y sirven para
abastecer al mismo lugar en el cual recogen la energía del sol. Dentro de este
tipo de aplicaciones autónomas podemos encontrar distintos tipos, algunas de
las más frecuentes serían la espacial (para producir energía para los satélites o
estaciones espaciales en órbita), para autoabastecimiento en hogares o zonas
rurales, para las telecomunicaciones y para el alumbrado público, entre
muchos otros usos y aplicaciones.

Aplicaciones en red: Por otro lado, están las aplicaciones en red, que son
aquellas en las que la energía producida por los paneles solares no se consume
de forma autónoma, sino que es vendida a los gestores de la energía del país
en cuestión. Por ejemplo, están conectados a la red las grandes instalaciones
de placas solares para generar energía eléctrica, los huertos solares o los
edificios fotovoltaicos ya preparados para la eficiencia energética a través de
la energía solar.
Ventajas de los paneles solares

Lo paneles solares tienen una serie de ventajas que los convierten en una de
las alternativas de futuro más sólidas.

En primer lugar, su ventaja más evidente es que son capaces de transformar


los rayos solares en energía. Se trata, por tanto, de una energía totalmente
renovable e inagotable. La energía del sol no corre el riesgo de desaparecer,
por tanto, no hay que preocuparse de que se agote, al menos en muchos
millones de años.

Por otro lado, es una forma de producir energía totalmente limpia. Los paneles
solares no necesitan de procesos químicos, no necesitan combustión. Es decir,
no emiten ningún tipo de sustancias contaminantes a la atmósfera y no
contribuyen al cambio climático y al efecto invernadero.

Usando paneles solares se terminaría el problema del almacenamiento de


residuos. Los combustibles fósiles tardan años en desaparecer, llenar a rebosar
los vertederos y contaminan el aire, la tierra y el agua. Por no hablar del
almacenamiento de los residuos resultantes de la energía nuclear.
Con la energía solar se terminarían los desastres naturales como los ocurridos
en centrales nucleares como Chernobyl o Fukushima y otros que se repiten
cada cierto tiempo, como los vertidos de petróleo que destrozan las costas y
los ecosistemas marinos.

Contribuyen a la autosuficiencia. Los paneles solares permitirían, por ejemplo,


el acceso a la electricidad en las zonas menos favorecidas, donde ni siquiera
llega el tendido eléctrico.

Estos paneles pueden instalarse a gran escala, para producir energía en


grandes cantidades, o en forma de pequeñas instalaciones caseras, para servir
de energía de apoyo. También pueden servir para reducir el gasto público en
alumbrado, a través de las farolas solares, por ejemplo. Las posibilidades son
múltiples.

Por otro lado, los paneles solares son relativamente fáciles de instalar y
además no necesitan de un mantenimiento laborioso. Cabe decir también que
suelen tener una vida útil de unos 20 años.

Se trata de una energía con mucho margen de desarrollo. Su implantación aún


es escasa y todavía se pueden realizar muchos avances. En este sentido, se
trata de un sector, el de las energías renovables, que ofrece cada vez más
salidas laborales y que presumiblemente creará aún mucho más empleo a
medio plazo.

Desventajas de los paneles solares

La principal desventaja de los paneles solares es que la energía solar se trata


de una energía poco implantada y, sobre todo, poco apoyada por las grandes
compañías energéticas.

En algunos países, entre los que se puede contar España, la energía solar no
representa ni un 0,2% del total de energía que se produce. Además, las tasas
e impuestos que gravan este tipo de instalaciones son demasiado elevadas
para que una persona con ingresos medios se pueda arriesgar a usar la energía
solar.

Por otra parte, entre las pocas desventajas que se pueden citar es que los
paneles necesitan de una ubicación y posición determinada para funcionar a
pleno rendimiento y no son tan efectivos en zonas donde haya menos sol.
También hay que citar que la instalación de placas o paneles solares implica un
desembolso inicial bastante elevado (los paneles solares suelen rondar los
7.000 euros, aunque cada son más baratos y eficientes). Sin embargo, para uso
doméstico, está demostrado que estos paneles pueden ser amortizados en un
plazo de aproximadamente 7 o 10 años como máximo.

Por último, es cierto que los paneles solares suponen un importante impacto
sobre el paisaje, de ahí que se suelan ubicar en zonas prácticamente desiertas
(y desérticas), también por razones de rendimiento obvias.

También es verdad que estéticamente no resulta muy agradable en un edificio


o en una casa de campo, pero si es en favor de la eficiencia energética y del
medio ambiente, quizá no sea un inconveniente tan importante.

¿Cómo elegir baterías para los paneles solares?

La principal función de las baterías para paneles solares radica en


almacenar energía solar durante las horas con luz para ser utilizada durante la
noche o por periodos prolongados de con poca iluminación o mal clima. Saber
cuál es la batería indicada para nuestro sistema de generación fotovoltaico
consiste principalmente en aquella que se adapte mejor a nuestras
necesidades.

Independientemente a sus funciones de almacenamiento de energía, las


baterías para paneles solares también tienen la capacidad de proveer una
mayor intensidad de corriente a la que se genera por el sistema fotovoltaico
en las horas de día.

Así como cada batería es diferente, la capacidad de acumulación de energía en


un dispositivo depende de la velocidad de descarga de la misma: entre más
tiempo exista en la descarga, mayor será la cantidad de energía que la batería
solar generará.

Los tipos de baterías para paneles solares más utilizados en el mercado están
en los siguientes formatos. Cada una tiene sus propias ventajas y desventajas:
 De plomo ácido
abiertas o de mínimo
mantenimiento:
La ventaja de este tipo de
baterías radica en que
pueden ser rellenadas con
agua destilada. Como
desventaja, se encuentra
que requerirá de citas de
servicio para un mínimo
mantenimiento.
 De plomo ácido selladas o libres de
mantenimiento:
Que no requiera el mínimo mantenimiento es
la principal ventaja de las baterías de este tipo;
sin embargo, esta característica provoca su
desventaja pues al no necesitar mantenimiento
acorta su vida funcional frente a las baterías
que sí necesitan mantenimiento.
 De
gel selladas o libre mantenimiento:
Este tipo de baterías no requieren
mantenimiento y cuentan con una
protección contra la salida de ácido. Su
desventaja principal es que no soportan una
corriente mayor de lo que se especifica.

 AGM selladas libre de


mantenimiento:
Sin duda este tipo de baterías es de las
que cuentan con más ventajas: no
necesitan mantenimiento y están
construidas con material de fibra de
vidrio absorbido. También se protegen
contra salidas de ácido y catalizan hasta
el 95% del hidrógeno y el oxígeno
gasificado otra vez en agua, características por las tienen una vida más larga.
Su funcionalidad es su mayor desventaja, pues son baterías con precios
elevados debido a su gran calidad.
Para que la batería pueda darle autonomía al sistema con por lo menos cinco
días sin recibir corriente de los paneles solares, necesitamos conocer la
capacidad nominal del banco de baterías para diferentes generadores
fotovoltaicos de 12 volts:

o Para un panel solar de 10 y 12 watts (w) se recomienda una batería de


55 Amperes/hora (Ah).
o Para uno de 20w se recomienda una batería de 70 Ah.
o Para uno de 35 (autorregulado) y 40w con regulador se recomienda una
batería de 110 Ah.
o Para un panel solar de 50 (autorregulado) y 65w con regulador se
recomienda una batería de 150 Ah.
o Para un sistema fotovoltaico de 70 (2 paneles de 35w autorregulados) y
80w (2 paneles de 40w) con regulador se recomienda una Batería de 220
Ah.
o Para uno de 100 (2 paneles de 50w autorregulados) y 130w (2 paneles
de 65w) con regulador se requiere una batería de 300 Ah.
o Finalmente, para un panel solar de 260w (4 paneles de 65w) con
regulador se necesitará una batería de 450 Ah.

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