13_reforma de Salud y Salud Mental

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REFORMA AL SISTEMA DE SALUD Y

SALUD MENTAL
REFORMA A LA SALUD Y MEDICAMENTOS

En Chile existen grandes inequidades en salud. Las personas de menores recursos están más
enfermas y tienen mayor mortalidad, lo cual está determinado por las desigualdades sociales y
económicas existentes en el país. Pero también, las inequidades se ven exacerbadas por la
configuración de mercado del sistema de salud chileno, en el que se accede en función de la
capacidad de pago y no de la necesidad, existiendo una atención de salud de primer mundo para
los ricos y otra con importantes falencias para el resto de la población.

La pandemia de COVID-19 ha visibilizado y profundizado las inequidades. El virus ha impactado


con especial fuerza en los sectores de menores ingresos, los cuales han tenido mayores tasas de
contagio y mortalidad. Al mismo tiempo, las condiciones de vida han empeorado para la mayor
parte de la población, lo que ha deteriorado su salud. Esto, en el contexto de una red de salud
pública que se encuentra al límite de su capacidad, y que ha debido desplazar el tratamiento de
enfermedades distintas al COVID-19, genera una de las mayores crisis sanitarias de nuestra
historia, la cual impacta con especial fuerza a sectores socioeconómicos de menores ingresos y a
las mujeres, dando cuenta de las inequidades estructurales de nuestra sociedad. A lo anterior se
suma la deuda en nuestro sistema sanitario con las personas secueladas por trauma ocular
producto de la represión del Estado durante el estallido social.

La vacunación, la red integrada de camas críticas públicas y privadas, las políticas de testeo y
trazabilidad, han hecho evidente lo efectivas y necesarias que son las políticas universales y
gratuitas, impulsadas desde el Estado, para asegurar la salud de la población. Por lo anterior,
basados en los principios de universalidad, equidad, gratuidad y solidaridad, planteamos avanzar
hacia un Sistema Universal de Salud. Esto requerirá de una serie de medidas de corto y mediano
plazo que permitan enfrentar la crisis sanitaria y conducir el desarrollo del sistema hacia lo
planteado:

1. Programa de atención integral para víctimas de trauma ocular y represión estatal: el


programa incluirá tanto a las víctimas de la violencia política del estallido social, como el
conjunto de violaciones de DD.HH. que sean responsabilidad del Estado y que afecten la
salud física y mental. Este programa debe recoger la experiencia acumulada en nuestro
país con el Programa PRAIS, promoviendo una articulación con el resto del sistema de
salud y el conjunto de los sectores de la política social que deben hacerse parte de una
reparación integral con una perspectiva transgeneracional.

2. Atención Primaria de Salud: consideramos que es el pilar fundamental para la acción en


salud. Por ello, buscaremos avanzar en universalizar el acceso a la Atención Primaria de
Salud (APS), la cual será la base para la acción sanitaria y entrada al sistema de salud para
todas y todos los chilenos, independiente de su condición económica y seguro de salud.
Fortaleceremos el rol preventivo y promocional en la APS, creando la institucionalidad y
estableciendo el presupuesto necesario para que la comunidad esté en el centro de la
acción sanitaria sobre los determinantes sociales de la salud. Además, avanzaremos en
ejecutar programas de Salud en Todas las Políticas, para generar condiciones sociales que
cuiden la salud de las comunidades. Actualizaremos de forma participativa y junto a la
comunidad el plan de salud familiar, apuntando los cambios a la realidad epidemiológica.
Dotaremos de mayor resolutividad clínica y mejor gobernanza a la APS, con participación
vinculante de la comunidad. Para lograr todo lo anterior, aumentaremos y mejoraremos el
financiamiento de la APS, cerrando brechas financieras y avanzando en la equidad de la
distribución de los recursos.

3. FONASA Universal: Generamos un Fondo Universal y un administrador único de Salud,


decretando la universalización de la cobertura de FONASA, quedando todas las personas
del país afiliadas a dicha institución. Esta recaudará y solidarizará las cotizaciones de las y
los trabajadores (7%), junto a los aportes del Estado. Las ISAPRE se transformarán en
seguros complementarios voluntarios. Por esto, regularemos al sector privado de salud, a
través de la prohibición efectiva de la integración vertical entre clínicas y aseguradoras
privadas, y estableceremos una fuerte regulación a los seguros complementarios de salud.
Por último, incrementaremos la inversión fiscal en salud de manera progresiva hasta llegar
a parámetros OCDE, buscando reducir el gasto de bolsillo de las personas y la importancia
de las cotizaciones en el financiamiento, y crearemos una entidad pública autónoma para
la evaluación de tecnología sanitaria.

4. Sistema público de carácter universal: aseguraremos un sistema de prestación pública de


carácter universal, basado en prestadores estatales, con altos estándares de calidad. A
este podrán acceder, de manera gratuita, todas las personas que habitan el país. Para
esto, implementaremos el modelo de redes integradas de sistemas de salud (RISS) basadas
en la atención primaria, las que se articularán en un Servicio Nacional de Salud. Esto
implica que promoveremos la coordinación entre los distintos niveles de atención, la
coherencia entre las funciones asistencial, de prevención y de promoción, además de la
articulación del sistema de salud con otros sectores de la política social para proteger en
forma integral la salud de la población. También implica que implementaremos un sistema
informático unificado dentro del sistema de salud, en base a la interoperabilidad de los
distintos sistemas informáticos existentes. Con esto se avanzará a una base de datos
ampliada, sistema de agendamiento electrónico y telefónico de horas en todos los centros
de salud, etc.

6. Una mejor institucionalidad: profesionalizaremos y democratizaremos la institucionalidad


sanitaria. Para esto, crearemos un observatorio en equidad en salud y una defensoría de
salud, reformaremos el código sanitario para profesionalizar la designación de autoridades
y administrativos en base a criterios técnicos, y crearemos el Consejo Nacional de Salud,
con participación de organizaciones de los trabajadores y usuarios, el cual llevará el
carácter rector de la política sanitaria.
7. Mejores condiciones laborales para trabajadoras y trabajadores de la salud: Se
reconocerá en el código sanitario a todas y todos los funcionarios del sistema que estén a
cargo del cuidado de la salud y que no estén considerados a la fecha. Avanzaremos en la
equidad salarial, mejorando las remuneraciones y la estabilidad laboral. Regularemos los
regímenes de turnos, horas de trabajo semanales, instancias de participación y
retroalimentación a directivos. Además, combatiremos las desigualdades de género en el
trabajo y la precarización laboral, reduciendo la proporción de personal a honorarios en el
sistema de salud. Adicionalmente, para evitar la sobrecarga laboral a la vez que dotar de
personal suficiente a la población que lo requiere, realizaremos estudios de brechas de las
distintas profesiones y especialistas a nivel nacional y regional. Lo anterior permitirá una
atención integral para la consecución de los objetivos sanitarios y planificar la inversión
que esto implica.

8. Medicamentos: realizaremos los cambios legales necesarios para que los medicamentos
se entiendan como bien público de interés para el estado. Crearemos un laboratorio
nacional de producción estratégica de medicamentos y vacunas, además ampliaremos la
cobertura y dispensación de medicamentos en el sistema público. En el sistema privado,
fijaremos precios de los medicamentos en toda la cadena de producción. Buscaremos
ampliar la cobertura de los medicamentos, por parte del seguro público, en todas las
farmacias a nivel nacional con ello buscamos reducir el gasto de bolsillo.

9. Derecho a la salud oral: En Chile la salud oral es uno de los ámbitos donde se expresan
con más fuerza las inequidades en salud, siendo un privilegio para los sectores de mayores
ingresos. Creemos que la salud oral es un derecho, por lo que realizaremos los cambios
necesarios para que así sea. Estableceremos la cobertura y acceso universal a la atención
odontológica, tanto para prestaciones preventivas y tratamientos curativos de baja
complejidad, mínimamente invasivos y no invasivos. Ampliaremos la actual cobertura GES
de Salud oral integral del adulto de 60 años, extendiendo su cobertura para todos los
mayores de 60 años. Junto a esto, disminuiremos progresivamente el gasto de bolsillo en
salud oral, a través del aumento de la cobertura financiera a partir de FONASA, subiendo
progresivamente el gasto público para cubrir el 75% del gasto en salud oral en el periodo
de 4 años (0,28% del PIB), buscando alcanzar la gratuidad en el mediano plazo.
Aumentaremos la dotación de odontólogos para APS y atención secundaria, de forma
progresiva con el fin de disminuir la brecha de especialidades y crearemos Centros
Públicos de Especialidades Odontológicas de atención ambulatoria y cerrada dependiente
de los servicios de salud.

10. Salud en todas las políticas: crearemos una nueva institucionalidad intersectorial para
fomentar y articular el desarrollo de salud en todas las políticas. Esto se realizará mediante
mesas obligatorias de desarrollo interministerial, las que incluirán a las universidades,
académicos y usuarios. Estas mesas desarrollarán propuestas de crecimiento con objetivos
claros, de forma participativa. Además, se modificará la estructura tributaria, regulación e
impuestos de alcoholes, tabaco, alimentos altos en azúcares y ultraprocesados, con el fin
de disminuir su consumo y aumentar la recaudación.

HACIA UNA CULTURA DE CUIDADOS COLECTIVOS EN SALUD MENTAL


En la actualidad, la pandemia ha agudizado la crisis de salud mental que vive nuestro país,
evidenciando la relación entre los determinantes sociales y la Salud Mental. Chile ha tenido que
gestionar su malestar emocional sobre la base de la sobrecarga individual o familiar del cuidado,
rol que histórica e injustamente han llevado en su mayoría las mujeres.
No contamos con una ley de salud mental, los equipos de salud están agotados, la red de
programas en salud mental se encuentra desarticulada, hay un presupuesto históricamente
insuficiente y una baja cobertura de 19% en prestaciones en el sistema público, que profundiza la
inequidad de acceso a la población haciendo que el tratamiento en salud mental sea un privilegio.
Avanzaremos hacia garantizar el acceso y cobertura universal de la salud mental con un cambio en
el modelo de su gestión y tratamiento mediante la profundización del modelo comunitario, con
enfoque de derechos y memoria, con un trabajo intersectorial e integral, que intervenga sobre los
determinantes sociales, teniendo en cuenta el cuidado colectivo y el feminismo como perspectiva
central, asumiendo el reconocimiento y respeto por las expresiones multiculturales y
plurinacionales de cuidado en salud mental, y poniendo el foco en la prevención, promoción y
reparación. Para lograr este cambio de modelo nuestro programa considera:

1) Ley de Salud Mental: Se propone una ley que entienda la Salud Mental como un bien
común de responsabilidad colectiva y como resultado de una vida de interdependencia e
intersubjetividad, interrelacionada con elementos culturales, materiales, sociales,
ambientales y simbólicos, enmarcados en un contexto histórico. Esta será una ley marco
que establezca funciones interministeriales, con participación y con presupuesto propio
para constituirse en un Derecho. Esta ley contemplará el reconocimiento y
fortalecimiento de Observatorios por la Salud Mental, que velarán por el cumplimiento
de los derechos de personas en atención de salud mental.

2) Cobertura Universal y Comunitaria: Se debe superar la perspectiva focalizada del


sistema de garantías explícitas de salud, GES. Nuestra propuesta tiene un foco universal,
comunitario, integral, intersectorial, preventivo, promocional y feminista, con un énfasis
en los cuidados.

Con una cobertura desigual de acuerdo a género, edad, clase, etnia y territorio,
planteamos una perspectiva descentralizada de la cobertura, con el fomento y
fortalecimiento de dispositivos de atención primaria y secundaria (COSAM), creación de
agentes comunitarios, programas de acompañamiento con perspectiva psicosocial,
reparación de víctimas de violencia de DD.HH., coordinación parental y círculos de
escucha, para crear redes de cuidado donde las comunidades, de forma autónoma,
participen también de los cuidados en SM, cautelando la incorporación de una
perspectiva de género, que garantice que no sean las mujeres las sobrecargadas con los
cuidados colectivos y familiares.
3) Presupuesto: De manera progresiva haremos todos los esfuerzos para que, en los
cuatro años de gobierno, el presupuesto de salud mental pueda alcanzar los estándares
internacionales.

4) Cuidados colectivos:
i. Se potenciará el programa de acompañamiento en los centros de salud familiar y su
cobertura se hará universal, con visitas directas a los domicilios por profesionales y
agentes comunitarios que apoyarán en vincular a las personas con la red social y de salud,
con un trabajo participativo, vinculante y con consentimiento.
ii. Los problemas graves en salud mental serán abordados fortaleciendo los dispositivos de
especialidad con enfoque comunitario, mediante la implementación de tratamientos
asertivos comunitarios de programas domiciliarios y vecinales donde el foco de la
atención sea extramuros, con pertinencia territorial y cultural, sin perjuicio de la
continuidad de atenciones clínicas individuales, las que serán inclusivas, especializadas y
diversas.
iii. Fortalecimiento y creación de grupos de ayuda mutua, fomentando las redes de cuidado
con vecinos y vecinas de los centros de atención primaria mediante trabajos de creación
de grupos de escucha. Esto considerará también a las personas cuidadoras.
iv. El mismo cuidado que se ofrecerá a las comunidades será ofrecido a los equipos de
salud, espacio que tendrá la especificidad organizacional y de consideración sobre
desgaste ocupacional, apoyándonos en la protección social dada en el marco legal. Se
revisará la normativa asociada para garantizar procesos oportunos de mantención de la
salud.

5) Trabajo con niños, niñas y adolescentes: Insertaremos dentro del trabajo intersectorial
entre salud y educación a facilitadores en salud mental, agentes reconocidos y elegidos
por la comunidad educativa y que serán formados para dar acompañamiento, escucha y
sobre todo gestionar derivaciones en los casos que se requiera un apoyo más especializado.
Además, se evaluarán y reformularán los programas asociados a NNA para orientarlos a un
enfoque de derechos.

6) Capacitación: Fortaleceremos y promoveremos la capacitación transversal en los equipos


de salud mental sobre primera ayuda psicológica, habilidades de acompañamiento
psicológico, rehabilitación y duelo para que todos y todas puedan dar una prestación
pertinente a las necesidades en la salud mental de las personas.

7) Trato de Licencias Médicas de Causa Salud Mental: Se modificará el reglamento (Decreto 7


de 18/7/2013) con indicaciones claras para salud mental, incorporando una adecuada
emisión de licencias de salud mental, en concordancia con el mandato de la ley 21.331. Se
realizarán los ajustes administrativos necesarios para que las Licencias Médicas de causas
de salud mental siempre sean pagadas oportunamente, reconociendo los problemas de
salud mental como una dimensión que merece protección social. Esto evitará la
revictimización y los procesos de agudización y/o cronificación de los problemas de salud
mental que están íntimamente relacionados con las condiciones materiales.
8) Duelo: Vamos a otorgar Facilidades por Razones Humanitarias mediante el otorgamiento
de un pase de movilidad de asistencia a cementerios para los fines de semana y en los
casos que sea necesario, se ofrecerá una atención preferencial para la elaboración de las
pérdidas en los contextos psicoterapéuticos disponibles ya sean individuales o
colectivos. Además, se realizarán acciones simbólicas como minutos de silencio
institucional, manejo comunicacional de consuelo, rendir homenajes y campaña
comunicacional.

9) Plan comunicacional: Se implementará una estrategia comunicacional a través de los


medios de comunicación masiva y en los diferentes espacios de socialización, como salud
y educación, que eduque a la población en temas de salud mental como identificación de
señales de malestar psicológico, estrategias de cuidado personal y mutuo, como dar
información sobre la red a la cual acudir frente a problemas de salud mental.

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