7.6 (trad.) Tromsdorff - Culture and self-regulation
7.6 (trad.) Tromsdorff - Culture and self-regulation
7.6 (trad.) Tromsdorff - Culture and self-regulation
687-701
Abstracto
En el presente artículo, mi objetivo es contribuir a una teoría de la autorregulación basada en la cultura y aclarar
algunas funciones mutuamente constitutivas de los fenómenos psicológicos y socioculturales. Examino las
relaciones entre el yo y la cultura y el papel de estas relaciones en el desarrollo de la autorregulación. La
autorregulación se basa en la intención de modificar los procesos internos y el comportamiento para alcanzar
objetivos. Debido a que el desarrollo de la autorregulación está inmerso en un contexto cultural que da prioridad
a un modelo específico de agencia, se supone que los procesos de autorregulación difieren entre culturas. En
primer lugar, doy una breve descripción general de la investigación sobre la autorregulación. Además, analizo la
contribución de una perspectiva culturalmente informada al estudio de la autorregulación y su desarrollo,
teniendo en cuenta la autorregulación interpersonal. Finalmente, presento un 'Modelo cultural de agencia y
autorregulación', que sugiere cómo vincular la cultura y la agencia individual.
En consecuencia, los estudios experimentales sobre la autorregulación de los niños generalmente han
enfatizado el control con esfuerzo: la capacidad de inhibir, activar o cambiar voluntariamente la atención
y el comportamiento para una autorregulación efectiva (por ejemplo, Eisenberg, Fabes y Guthrie, 1997).
Las medidas han incluido la capacidad o voluntad de los niños para: (i) seguir las instrucciones de un
adulto (normalmente la madre del niño o el investigador); (ii) esperar para comer un dulce; (iii) continuar
con una tarea aburrida y no jugar con juguetes interesantes; y (iv) presionar botones en respuesta a la
aparición de un símbolo (Mischel, Shoda y Rodríguez, 1989). La autorregulación (por ejemplo, la
postergación de la gratificación) está motivada por las expectativas de resultados positivos (relativos a los
negativos) en el futuro; esta motivación puede basarse en recompensas esperadas e intrínsecamente
motivadoras relacionadas con la tarea o en recompensas extrínsecas como un resultado exitoso (p. ej.,
obsequio, elogio). Normalmente, en estos experimentos, la atención se centra en el control inhibitorio (
inhibir una respuesta dominante) sin tener en cuenta las actividades que distraen (como en el aprendizaje
autorregulado).
En su modelo de autorregulación, Higgins (1997, 1998, 2008) asume dos sistemas: el foco
regulatorio (que se ocupa de promoción o prevención) y el modo regulatorio (que se ocupa de
locomoción y evaluación).
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Diferentes objetivos relacionados con uno mismo (self) están regulados por estos diferentes sistemas
. Los objetivos están relacionados con el "self ideal" en el caso de la autorregulación centrada en la
promoción (realización y éxito). Por el contrario, las metas están relacionadas con el "debería ser" en
el caso de la autorregulación centrada en la prevención (seguridad, responsabilidad y cumplimiento
de obligaciones; Higgins, 1997).
Higgins, Pierro y Kruglanski (2008, p. 165) asumen tanto la universalidad de la autorregulación como
las diferencias interculturales. Según estos autores, las diferencias culturales pueden crearse a través de
universales autorreguladores. ''…Esperábamos encontrar que tanto el sistema de promoción como el
sistema de prevención funcionaban en cada cultura (y funcionaban de manera similar), pero que la
fuerza relativa de cada sistema variaría según la cultura”. Modelo de Higgins (1997, 1998) amplía el
concepto de autorregulación al tomar en consideración el anclaje cultural del yo social, que se construye
de acuerdo con normas y valores socioculturales.
El esfuerzo de autorregularse puede estar dirigido a objetivos individualistas (p. ej., lograr éxito
material o social) o a objetivos sociales o grupales (p. ej., apoyar la armonía social). Los objetivos sociales
de la autorregulación requieren una regulación interpersonal eficaz, mientras que la agencia es el factor
dinámico en todos los procesos de autorregulación.
Condiciones previas universales para el desarrollo de la autorregulación puede verse en una
capacidad básica para comprenderse a sí mismo y a la agencia propia y de los demás. Aquí son
relevantes las condiciones mentales de apego, empatía, toma de perspectiva y teoría de la mente que se
desarrollan tempranamente. Además, los niños adoptan estándares de conducta que representan las
expectativas de otras personas importantes como parte del desarrollo y la internalización de la
conciencia (Tomasello, 1999). La capacidad de autorregularse (por ejemplo, mediante un control con
esfuerzo) se complementa con la motivación y la intención de autorregularse de acuerdo con las
expectativas de los demás. Estas expectativas, a su vez, están influenciadas por los valores culturales. Por
lo tanto, la autorregulación difiere con respecto a los respectivos valores culturales dominantes y el
modelo cultural de agencia relacionado. Según Grusec y Goodnow (1994), la aceptación por parte del
niño de las expectativas de los padres constituye una de las condiciones previas necesarias para la
internalización de valores culturales y reglas sociales. A continuación, discutiré cómo dicha
internalización organiza el desarrollo de la autoconstrucción que a su vez afecta las metas de la persona,
sus creencias de agencia y su regulación interpersonal o personal. Esta discusión introducirá supuestos
del 'Modelo Cultural de Agencia y Autorregulación' (ver Figura 1).
Auto-
Independiente Agencia Enfoque de promoción
Autonomía Metas propias regulación
disjunta modo de locomoción
Culturae define aquí como un sistema de significado compartido y una comprensión y creación
compartida del mundo social, económico y material. Los miembros de una cultura comparten un idioma,
una ubicación, símbolos, valores, creencias y objetivos comunes que son parte del proceso de creación de
significado que subyace a la relación persona-cultura (Bruner, 1990; Shweder, 1990). Las personas
participan en la creación de significado actuando e interactuando en entornos sociales y compartiendo
productos materiales (por ejemplo, artefactos) en un nicho geográfico particular (Cole, 1996).
Comprender la acción intencional de los demás se complementa con creencias de agencia y una
intencionalidad compartida, un componente de la agencia cultural (Tomasello, Carpenter, Call, Behne y
Moll, 2005). Las intenciones compartidas son la base de la acción colaborativa, lo que aumenta la
probabilidad de alcanzar exitosamente las metas para el individuo y el grupo. Siguiendo la misma línea de
razonamiento, Shweder (1990) afirmó que la persona intencional es interdependiente de la cultura
intencional: el mundo humano artefacto de significados. Las visiones sofisticadas sobre la cultura van más
allá del mundo conceptual de significados y recursos simbólicos y también se centran en el mundo
material (por ejemplo, Bond, 2004; Markus y Hamedani, 2007; Shweder, 1990). Los patrones
socioculturales incluyen el entorno material, la estructura social, los sistemas sociales y la cultura. Los
patrones psicológicos incluyen procesos motivacionales, cognitivos y emocionales, y comportamientos
relacionados.
Las culturas están interrelacionadas con los actores individuales, con contextos más amplios y con las
interacciones de los individuos dentro de múltiples contextos (por ejemplo, redes sociales). La cultura no
influye directamente en los objetivos e intenciones individuales. En cambio, operan influencias sistémicas
y bidireccionales, que están mediadas por otros fenómenos en el nivel relacional (Trommsdorff, 2007a).
Por ejemplo, el comportamiento parental individual y el desarrollo infantil son parte de un nicho cultural
influenciado por creencias culturalmente compartidas (por ejemplo, Super y Harkness, 1997). La cultura, a
su vez, se ve afectada indirectamente por las creencias y el comportamiento de socialización de los
padres, y por su impacto en el desarrollo de la autorregulación de sus hijos. Un ejemplo es la sensibilidad
de los padres, que está influenciada por los valores culturales (Trommsdorff & Friedlmeier, en prensa). La
sensibilidad del cuidador afecta el modelo interno de funcionamiento del yo y la seguridad del apego del
niño (Bowlby, 1969). La seguridad del apego, a su vez, se relaciona con el desarrollo de la conciencia y la
internalización de reglas de conducta en la edad preescolar (Laible y Thompson, 2000).
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Dependiendo de su internalización de las reglas, el comportamiento de los niños estará en acuerdo o contraste
con los valores y reglas culturales y, por lo tanto, afectará a los padres, pares y otros contextos de interacción.
Sin embargo, los efectos de la autorregulación sobre la cultura no han sido suficientemente estudiados en la
investigación empírica. Por tanto, se necesitan estudios longitudinales e interdisciplinarios.
Las conexiones teóricamente asumidas entre el comportamiento individual y la cultura deben
probarse empíricamente para especificar la dirección de la relación (unidireccional o bidireccional) y
los procesos subyacentes. Aunque los investigadores en psicología transcultural han elaborado
algunas vías desde factores ambientales distales (por ejemplo, clima, geografía, patrones
socioculturales) hasta fenómenos psicológicos (por ejemplo, el modelo ecológico de Whiting &
Whiting, 1975; Berry, 1976; Bronfenbrenner, 1979), se han descuidado los caminos inversos y las
relaciones interactivas (las excepciones son Bruner, 1996 y Shweder, 1990).
Se puede considerar que la autoconstrucción basada en modelos culturales del yo afecta a la cultura
directa e indirectamente. ''Así, los modelos socioculturales dan forma y dirección a la experiencia
individual, por ejemplo, percepción, cognición, emoción, motivación, acción'' (Markus & Hamedani, 2007,
p. 15). Estos modelos existen en la mente de las personas que participan en un contexto determinado;
Estos modelos también estructuran el mundo material en el que viven estas personas.
Dependiendo del tipo de valores culturales dominantes, evolucionan ya sean interpretaciones
del yo independientes y metas relacionadas o bien interpretaciones del yo y metas
interdependientes (Kitayama y Uchida, 2005). El enfoque de los modelos culturales ha demostrado
ser útil para el estudio de los sistemas del yo, la agencia, la cognición, las emociones (por ejemplo,
Kitayama y Uchida, 2005; Markus y Kitayama, 1991) y el desarrollo social (Rothbaum, Pott, Azuma,
Miyake y Weisz, 2000; Trommsdorff y Rothbaum, 2008).
En la siguiente sección analizo si el enfoque de los modelos culturales también es útil para
estudiar el desarrollo de la autorregulación. Supongo aquí que el desarrollo de la autorregulación
está influenciado por el modelo sociocultural de agencia que se transmite mediante procesos de
internalización en un determinado nicho cultural. Este nicho está anclado en un sistema de
significado específico de la cultura para construir uno mismo, los demás y las relaciones sociales. El
modelo cultural de agencia afecta las condiciones de desarrollo de las metas y estrategias de
autorregulación. La autorregulación, a su vez, es relevante para el comportamiento individual (por
ejemplo, adaptación y logros) y sus efectos en el entorno sociocultural (por ejemplo, ingresos
familiares y movilidad). Aquí presentaré supuestos del 'Modelo Cultural de Agencia y
Autorregulación'.
Ryan y Deci (2002) asumieron que las tres necesidades básicas de autonomía, competencia y relación son
universales. De acuerdo con la definición funcional antes mencionada, la autorregulación puede
conceptualizarse como una agencia para satisfacer estas necesidades. No puedo discutir las diferencias
culturales en el significado cultural de competencia (por ejemplo, Rothbaum, Pott, Azuma, Miyake y Weisz,
2000) debido a limitaciones de espacio, sino que me centro en los significados culturales específicos de
autonomía y relación, que parecen oponerse entre sí. otros pero básicamente coexisten. La supuesta
coexistencia de autonomía y relación (Dennis, Cole, Zahn Waxler y Mizu ta, 2002) necesita clarificación con
respecto a su naturaleza (por ejemplo, si la autonomía o la relación están subordinadas o enfatizadas en
Estados Unidos o Japón). Los estudios transculturales sobre las interacciones madre-hijo han mostrado
diferencias significativas en el énfasis de las madres en
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autonomía (por ejemplo, más énfasis en Estados Unidos en comparación con Japón; ver resumen
de Rothbaum & Trommsdorff, 2007).
Rothbaum y Trommsdorff (2007), quienes subrayaron la coexistencia de autonomía y relación,
agregaron otro aspecto cultural específico de agencia en sus análisis psicológicos culturales. Los autores
afirmaron que en el modelo interdependiente del yo (self), las necesidades de autonomía sólo pueden
satisfacerse sobre la base de la relación (creencia en pertenencia y seguridad). Esto difiere del modelo
independiente del yo en el que se logra la autonomía y al mismo tiempo se busca satisfacer la necesidad
de relación mediante la participación en negociaciones para un intercambio íntimo de pertenencia.
De acuerdo con algunas sugerencias culturales de Higgins (2008) y Higgins et al. (2008), que van más
allá de una perspectiva de motivación y personalidad, se puede asumir que en el modelo independiente
de agencia, la autorregulación presumiblemente es una promoción enfocada con un modo regulatorio de
locomoción, dando prioridad a la autonomía; mientras que en el modelo interdependiente de agencia, la
autorregulación presumiblemente se centra en la prevención con un modo regulatorio de evaluación,
dando prioridad a la dependencia, la relación y la evitación del riesgo de interrupciones interpersonales
(separación). En este último caso, la autonomía puede adoptar una forma diferente de agencia y seguir
reglas diferentes en línea con el modelo cultural de interdependencia. Aquí, la autonomía toma la forma
de un control centrado en el ajuste, que se logra acomodando exitosamente las expectativas de los
demás. Un ejemplo es el tradicional apoyo de los padres ancianos en los países asiáticos debido a la
creencia confuciana en la piedad filial. Este tipo de autonomía relacionada es muy diferente de la
autonomía individual porque se basa en un sentimiento de empatía con las necesidades y objetivos de los
demás. Los investigadores han observado este fenómeno en varios otros estudios observacionales sobre
las interacciones entre madre e hijo en Japón y Alemania (Trommsdorff y Friedlmeier, 1993; Trommsdorff
y Kornadt, 2003).
En consecuencia, la autorregulación puede concebirse como una acción motivada en línea con el
modelo cultural dominante de agencia. En el caso del modelo independiente de agencia, la
autorregulación está relacionada con dar más prioridad a la autonomía (en combinación con la
relación y la competencia). En contraste, en el caso del modelo interdependiente de agencia, la
autorregulación está relacionada con dar más prioridad a la relación (en combinación con la
autonomía y la competencia). Por tanto, la autorregulación y su motivación subyacente para la
autonomía o la relación dependen del significado cultural de agencia. Discutiré esto más a fondo
como parte del 'Modelo Cultural de Agencia y Autorregulación' (ver Figura 1).
Autorregulación y logro
La mayoría de los investigadores han asumido que el logro exitoso se fomenta mediante procesos
autorreguladores, como establecer metas realistas, mantener un control con esfuerzo de la atención,
ser persistente, hacer ejercicio, etc. Sin embargo, los procesos de autorregulación en situaciones de
logro difieren significativamente, como lo demuestran varios estudios transculturales que comparan
muestras de Asia oriental y Europa americana (Kim y Park, 2006; Trommsdorff, en prensa). Según la
creencia confuciana, el compromiso con el aprendizaje es el camino real hacia la autoperfección. El
objetivo es funcionar bien en la sociedad como persona moralmente cultivada. Este principio subraya la
necesidad moral de la autorregulación: los niños aprenden a desarrollar actitudes adaptativas hacia el
aprendizaje permanente (ren).
El logro exitoso y la autorregulación relacionada tienen un significado diferente dependiendo de
la orientación de valores culturales preferida y el modelo de agencia relacionado. En el caso de un
modelo cultural independiente de agencia, el éxito se experimenta como un indicador de
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En resumen, la autorregulación como condición previa para un logro exitoso puede estar
motivada por objetivos muy diferentes según el respectivo modelo de agencia. La independencia y
la interdependencia, como modelos culturales preferidos de agencia, motivan diferentes
estrategias de autorregulación en las tareas de logro.
Autorregulación y emociones.
Un dominio de la autorregulación es la modulación de los procesos componentes de las emociones, incluidos los
cambios en la evaluación, la expresión, la experiencia y las intenciones conductuales (ver Cole, Martin y Dennis,
2004; Thompson, 1994). Debido a que las emociones pueden organizar tanto la conducta adaptativa como la
desadaptativa, la regulación de las emociones es de especial interés para el estudio de la autorregulación. Por
ejemplo, los estados emocionales positivos, como la esperanza, pueden motivar el comportamiento y fomentar
actividades de autorregulación al tiempo que reducen el agotamiento del ego.
Los estudios basados en la cultura indican diferencias culturales en la expresión espontánea de
emociones como el orgullo después del éxito y la vergüenza después del fracaso o como
compensación por la ira. Aunque el orgullo y la vergüenza pueden verse como emociones
universales y biológicamente innatas, la vergüenza era menos pronunciada entre los individuos de
culturas individualistas, que valoraban mucho la autoexpresión (Tracy y Matsumoto, 2008). En Asia,
la expresión de otras emociones enfocadas y socialmente comprometidas (por ejemplo,
agradecimiento, empatía y vergüenza) es más valorada que en los países individualistas (Kitayama,
2000). Además, el fracaso puede considerarse como una indicación de falta de esfuerzo y de piedad
filial y, por tanto, como una extensión de la vergüenza a toda la familia. La vergüenza puede ser
una emoción poderosa que guía al alumno a comprender sus defectos y lo motiva a mejorar sus
resultados. La vergüenza es una reacción emocional que puede aumentar la autorregulación en el
caso de un modelo cultural de interdependencia. La cuestión de si la vergüenza tiene un efecto
similar en Occidente o si disminuye la motivación necesita una investigación empírica.
Sólo en unos pocos estudios sensibles a la cultura sobre la regulación de las emociones los investigadores
han tenido en cuenta los modelos culturales de agencia. Dependiendo del modelo cultural de agencia,
9
Las condiciones de desarrollo para la regulación de las emociones difieren. Los procesos de regulación de
las emociones, como la evaluación y la expresión, pueden variar sistemáticamente dependiendo de los
respectivos valores culturales de interdependencia e independencia. Cole, Tamang y Shrestha (2006)
demostraron que los cuidadores de Tamang y Brahman socializan la valoración y las expresiones de ira y
vergüenza de los niños de manera diferente. Los cuidadores de Tamang reprenden a un niño enojado
pero ceden ante un niño que parece avergonzado. Los cuidadores brahmanes ignoran la vergüenza pero
responden al enojo del niño con razonamientos. Por lo tanto, dependiendo de la emoción de socialización
específica de la cultura, la regulación de las emociones de los niños ocurre en el nivel de evaluación (p. ej.,
niños Tamang) o en el nivel de expresión (p. ej., niños Brahman; Cole y Tamang, 1998). Además, Cole,
Walker y Lama Tamang (2006) demostraron que los niños brahmanes y rurales estadounidenses
respaldaban la ira como instrumento para la autoafirmación, mientras que los niños tamang
reaccionaban con una reevaluación de la situación y con la vergüenza como una emoción sumisa. Los
niños tamang evitaron experimentar ira para no perturbar la paz interior y la armonía relacional. Para los
niños brahmanes, sentir ira es aceptable si es adaptativo para superar obstáculos y si está regulado a
nivel conductual.
Estos estudios se basaron en informes verbales. En mi propia investigación, mis colegas y yo
comparamos a niños en edad preescolar indios y alemanes con respecto a su expresión emocional
observada en una situación frustrante. Los niños esperaban recibir un regalo pero sólo encontraron
una caja vacía. Los niños indios mostraron niveles significativamente más bajos de decepción e ira y
también recuperaron con mayor éxito un comportamiento emocionalmente equilibrado en
comparación con los niños alemanes. Las madres indias restaron importancia a la situación
frustrante y apoyaron la aceptación de la situación por parte de sus hijos, en contraste con las
madres alemanas que reflejaron las reacciones de ira de sus hijos de acuerdo con el modelo
cultural de agencia autoafirmativa (Trommsdorff, Mishra, Suchodoletz, Merkel y Heikamp, 2009).
En otros estudios, comparamos los procesos de regulación emocional de niños preescolares
japoneses y alemanes en situaciones angustiantes y frustrantes y encontramos resultados similares
con respecto a las condiciones de socialización (Trommsdorff y Friedlmeier, en prensa). Los niños
alemanes fueron socializados de acuerdo con el modelo cultural de agencia que permitía la
expresión de la frustración y la ira como instrumentos para afirmar las propias necesidades y la
intención de lograr estos objetivos. Por el contrario, los niños indios y japoneses fueron socializados
según el modelo cultural de interdependencia, que respalda la armonía interpersonal y desalienta
la experiencia y expresión de la frustración y la ira (Trommsdorff, 2006).
Aunque la socialización cultural de las emociones aún no se comprende bien, se puede suponer que el
modelo cultural de agencia influye tanto en el desarrollo emocional como en el desarrollo de diferentes
métodos de regulación de las emociones, en línea con el modelo cultural de agencia. Por lo tanto, se
necesitan estudios comparativos más sensibles a la cultura para determinar los aspectos universales y
específicos de la cultura de la regulación de las emociones.
Las emociones y su regulación tienen importantes funciones sociales que pueden estar conectadas con
otro dominio de la autorregulación: el comportamiento regulatorio interpersonal. Llevarse bien con los
demás requiere una autorregulación interpersonal que esté en consonancia con los valores, reglas y
normas culturales. ''En general, la autorregulación se asocia positivamente con la tendencia a responder
de manera complaciente'' (Gailliot, Mead y Baumeister, 2008, p. 484). Sin embargo, las diferencias
culturales en la regulación interpersonal probablemente estén relacionadas con el respectivo modelo
cultural de agencia.
Un aspecto importante de las diferencias culturales en la autorregulación interpersonal es la diferente
prevalencia de emociones que involucran y desconectan interpersonalmente en relación con el
10
autorregulación y regulación interpersonal de una manera que sea consistente con el modelo
cultural de agencia dado (ver Figura 1).
Por lo tanto, para comprender mejor las condiciones de desarrollo y las funciones de autorregulación a
lo largo del tiempo, se necesitan estudios de desarrollo comparativos y culturalmente sensibles que
tengan en cuenta los procesos de cambio sociocultural.
Short Biography
Gisela Trommsdorff‘s research is located at the intersection of developmental, social, and
cultural psychology. She has authored or co authored papers in these areas for the
Handbook of Socialization, International Journal of Behavioral Development, Journal of Cross-
Cultural Psychology, European Journal of Developmental Psychology, Asian Journal of Social
Psychology, Applied Psychology, and Current Sociology. She has co edited a three volume
encyclopaedia on cross cultural psychology which included chapters on theoretical,
methodological, developmental, social, and applied aspects. In the co edited special issue
of Applied Psychology, and the volume The Value of Children in Cross-Cultural Perspective,
changes in family values and intergenerational relations are dealt with. Current research
involves both theoretical and empirical culture informed studies on parent–child relations
over the life span, development of emotions and prosocial behavior, and value orientations
of adolescents. She has held fellowships, for example, from the Japan Society for the
Promotion of Science (JSPS), the Japan Foundation, Monbusho, Keio University, Tokyo,
and Kansai University, Osaka. As professor of developmental and cross cultural psychology
at the University of Konstanz, she is involved in several cross cultural and interdisciplinary
research projects. She was teaching previously at the Technical University of Aachen. She
holds a Dr. Phil. and a venia legendi from the University of Mannheim, and has recently
been appointed research professor at the German Institute of Economic Research, Berlin,
while serving in several international advisory committees.
Endnote
* Correspondence address: Universitätsstraße 10, Konstanz, Germany, 78457. Email: Gisela.Trommsdorff@
uni-konstanz.de
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