Caso Clinico Corregido

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UNIVERSIDAD DE ESPECIALIDADES ESPÍRITU SANTO

DIPLOMADO EN CUARACIONES AVANZADA DE LAS HERIDAS Y


OSTOMIA

ESTUDIO DE CASO:

Intervenciones de enfermería en paciente con úlceras por


decúbito y áreas de presión

AUTORA:

Evelyn Roxana Pilaguano Ayala

DIRECTOR DE ESTUDIO DE CASO:


Dr. Alberto Zúñiga Flores
.

GUAYAS – GUAYAQUIL– ECUADOR.

2024
Guayaquil, 29 de septiembre del 2024

Doctor
Alberto Zúñiga Flores
Docente
Diplomado de Curación Avanzada de Heridas y Ostomías
Guayas – Guayaquil

De mis consideraciones

Yo, Pilaguano Ayala Evelyn Roxana con cédula de identidad N° 0504330192


por medio del presente solicito a usted, sea mi tutor de trabajo final titulado
“Intervenciones de enfermería en paciente con úlceras por decúbito y
áreas de presión ", el cual debo presentar para aprobar mi Diplomado de
Curación Avanzada de Heridas y Ostomías, el mismo que tiene como fecha de
entrega el sábado 16 de noviembre del presente año.
Agradezco la gestión que le dé a la presente y quedo a la espera de su amable
respuesta.

_________________________ _______________________
Evelyn Roxana Pilaguano Ayala Dr. Alberto Zúñiga Flores

Alumna de la 3era cohorte Docente tutor

CALIFICACIÓN FINAL
TABLA DE CONTENIDO

1. INTRODUCCIÓN......................................................................................1

2. MARCO TEORICO...................................................................................3

2.1. Ulceras por presión............................................................................ 3


2.1.1. Concepto y clasificación..................................................................3

2.1.2. Fisiopatología....................................................................................3

2.1.3. Etiología.............................................................................................4

2.1.4. Factores de riesgos..........................................................................4

2.1.5. Prevención.........................................................................................5

2.1.6. Tratamiento.......................................................................................6

3. CONCLUSIONES.....................................................................................7

4. RECOMENDACIONES............................................................................8

5. PRESENTACIÓN DEL CASO..................................................................9

5.1. Historia clínica del paciente...............................................................9

5.2. Intervenciones de enfermería............................................................9

5.3. Valoración y tratamiento..................................................................10

7. ANEXOS................................................................................................ 14
1. INTRODUCCIÓN

Este estudio de caso tuvo como objetivo la prevención y recuperación de


úlceras por presión en un paciente encamado. Las úlceras por presión (UPP)
se definieron como la pérdida de continuidad de la piel y de los tejidos
subyacentes, producida por presión y cizallamiento prolongados, una
complicación frecuente y compleja en el entorno hospitalario (Palacio-López et
al., 2019).
Las UPP representaron un importante problema de salud debido a su
rápida aparición —en pocas horas— y a los meses que pueden requerir para
cicatrizar, afectando principalmente a pacientes hospitalizados o encamados
durante largos períodos. La valoración y el abordaje del diagnóstico enfermero
“Riesgo de alteración de la integridad de la piel” influyeron directamente en la
comodidad del paciente, la prevención del dolor y complicaciones graves como
infecciones o sepsis, además de reducir la estancia hospitalaria y los costos
para el sistema de salud (Mervis & Phillips, 2019).
Se estimó que hasta un 95 % de las UPP podrían evitarse mediante
estrategias de prevención eficaces, subrayando la necesidad de implementar
estas medidas en el cuidado hospitalario. No obstante, se consideró también
esencial aumentar el conocimiento en el tratamiento de las UPP para manejar
casos en los que la úlcera ya se había desarrollado (Gaspar et al., 2020).
Los mecanismos principales identificados como causantes de las UPP
fueron presión, fricción, fuerzas de pinzamiento vascular y humedad, todos
contribuyendo a la formación de estas lesiones en distintos grados de
severidad.
Dada la complejidad en la prevención y tratamiento de las UPP, fue crucial la
colaboración de todo el equipo de salud, incluyendo al personal sanitario y a la
familia del paciente, destacando especialmente el papel del profesional de
enfermería tanto en la prevención como en el tratamiento (Beeckman et al.,
2020).
Las UPP se clasificaron en cuatro estadios según la severidad de los
síntomas. Generalmente, el estadio I apareció en las primeras horas de
hospitalización cuando se cumplían las condiciones para ello y, si no se
1
implementaban medidas preventivas adecuadas, la progresión de las lesiones
podía observarse en una semana. Diversos estudios señalaron que la mayoría
de las UPP se encontraban en estadios I, II y III, y se localizaban
principalmente en el occipital, pabellón auricular, pecho y coxis (Swan et al.,
2021).

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2. MARCO TEORICO

2.1. Ulceras por presión

2.1.1. Concepto y clasificación

Las úlceras por decúbito, también conocidas como úlceras por presión,
son lesiones en la piel y en los tejidos subyacentes que se desarrollan debido a
una presión prolongada. En ocasiones, se ven agravadas por factores de
fricción o cizallamiento, especialmente en áreas del cuerpo que soportan peso
o presión continua, como los talones, el sacro y las caderas (Anderson &
Zimlichman, 2020). Estas lesiones pueden clasificarse en cuatro estadios
según su profundidad y la extensión del daño:
Estadio I: Se caracteriza por un enrojecimiento persistente en la piel
intacta, que no desaparece al aliviar la presión. Esta etapa es el primer signo
de una posible úlcera por presión (European Pressure Ulcer Advisory Panel
[EPUAP], 2019).
Estadio II: Presenta pérdida parcial de la dermis, con una úlcera
superficial que puede aparecer como una ampolla o abrasión, indicando que el
daño ha comenzado a profundizar en la piel (National Pressure Injury Advisory
Panel [NPIAP], 2022).
Estadio III: Hay una pérdida completa de la piel, afectando la epidermis,
la dermis y el tejido subcutáneo, sin comprometer el músculo ni el hueso. La
úlcera suele presentar una cavidad profunda (Anderson et al., 2020).
Estadio IV: Se produce una pérdida extensa de tejido que llega a afectar
estructuras más profundas como músculos, tendones e incluso huesos,
frecuentemente acompañada de infección y dolor intenso (NPIAP, 2022).

2.1.2. Fisiopatología

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La fisiopatología de las úlceras por decúbito se centra en el proceso de
isquemia tisular. La presión prolongada sobre un área de la piel interrumpe el
flujo sanguíneo, lo que disminuye el suministro de oxígeno y nutrientes a los
tejidos subyacentes. Como resultado, las células de estas áreas sufren daño
progresivo, lo que eventualmente conduce a necrosis o muerte celular.
La compresión de los vasos sanguíneos, particularmente en los
capilares, reduce la perfusión y el oxígeno en los tejidos, lo que impide el
metabolismo celular normal. Esta situación se agrava cuando la presión es
constante y prolongada, afectando la microcirculación y alterando el
intercambio de oxígeno y nutrientes entre las células y el torrente sanguíneo.
Además, el daño celular y tisular resultante afecta no solo la piel, sino también
estructuras más profundas, lo que puede llevar a la aparición de una úlcera
abierta que requiere un tratamiento específico.

2.1.3. Etiología

La etiología de las úlceras por decúbito radica en la interacción de tres


factores principales: presión prolongada, fricción y humedad. La presión
constante sobre áreas específicas del cuerpo, especialmente en prominencias
óseas como talones, sacro y caderas, reduce el flujo sanguíneo y ocasiona
isquemia tisular, lo que puede llevar a necrosis celular (EPUAP, 2019).
La fricción ocurre cuando la piel se desliza contra una superficie,
provocando daño en las capas más superficiales de la piel y aumentando la
susceptibilidad a lesiones. Este efecto se ve agravado en pacientes
inmovilizados o mal posicionados en la cama o silla de ruedas (NPIAP, 2022).
Por otro lado, la humedad, como la causada por incontinencia urinaria o
sudoración excesiva, debilita la barrera cutánea y favorece la maceración, lo
que incrementa el riesgo de formación de úlceras (Zhou et al., 2021).
Otros factores contribuyentes incluyen la malnutrición, que afecta la
capacidad del cuerpo para regenerar tejidos, enfermedades crónicas como
diabetes que comprometen la circulación, y la edad avanzada, que reduce la
elasticidad y grosor de la piel, haciéndola más vulnerable (Anderson &
Zimlichman, 2020).

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2.1.4. Factores de riesgos

Los factores de riesgo para el desarrollo de úlceras por decúbito están


relacionados con condiciones que predisponen a la interrupción del flujo
sanguíneo y la integridad de la piel. Entre los principales factores se
encuentran:
Inmovilidad prolongada: Los pacientes encamados o que requieren sillas de
ruedas son más propensos a desarrollar úlceras debido a la presión constante
sobre ciertas áreas del cuerpo, especialmente las prominencias óseas
(EPUAP, 2019).
Malnutrición y deshidratación: La falta de nutrientes esenciales
compromete la regeneración celular y la cicatrización de heridas, mientras que
la deshidratación disminuye la elasticidad y resistencia de la piel,
incrementando la susceptibilidad a las lesiones (NPIAP, 2022).
Enfermedades crónicas: Condiciones como diabetes mellitus,
insuficiencia renal o insuficiencia cardíaca reducen la perfusión sanguínea y
retrasan la curación de heridas, aumentando el riesgo de ulceración (Anderson
& Zimlichman, 2020).
Humedad excesiva: La incontinencia urinaria o fecal, así como la
sudoración excesiva, debilitan la barrera cutánea al provocar maceración,
facilitando el daño tisular (Zhou et al., 2021).
Edad avanzada: La piel de las personas mayores es más delgada y
menos elástica, lo que la hace más vulnerable a las presiones prolongadas y
otros factores de riesgo asociados (Padula et al., 2021).
Además, factores adicionales como el uso de dispositivos médicos,
disminución de la percepción sensorial, y antecedentes de úlceras por presión
previas también incrementan significativamente la probabilidad de recurrencia y
aparición de nuevas lesiones (Latimer et al., 2022).

2.1.5. Prevención

La prevención de las úlceras por decúbito es esencial y debe incluir


cuidados específicos de la piel, manejo adecuado de las cargas mecánicas y
uso de superficies de apoyo (Black et al., 2021). En cuanto al cuidado de la

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piel, se recomienda realizar inspecciones diarias, utilizar agua tibia y jabones
neutros para minimizar la resequedad, y aplicar agentes hidratantes
regularmente (EPUAP, 2019). Evitar la exposición a humedad excesiva es
también crucial, ya que puede aumentar el riesgo de formación de úlceras en
pacientes de alto riesgo.
Para reducir las cargas mecánicas, se sugiere mantener la cama en el
ángulo mínimo necesario y realizar cambios posturales cada dos horas en
pacientes encamados. En los pacientes que pueden sentarse, se recomienda
cambiar el peso cada 15 minutos para reducir la presión en áreas específicas.
Además, el uso de flotadores o dispositivos similares no es aconsejable debido
al riesgo de aumentar la fricción y dañar la piel (Zhou et al., 2021).
Las superficies de apoyo, como colchones y cojines especializados,
juegan un papel crucial en la prevención de úlceras. Estos dispositivos se
dividen en dos tipos: estáticos y dinámicos. Los estáticos incluyen materiales
como hule espuma, gel o agua; los dinámicos incluyen sistemas de aire
alternante, que ayudan a distribuir la presión y reducir el riesgo de lesiones
(NPIAP, 2022).

2.1.6. Tratamiento

El tratamiento de las úlceras por presión se divide en medidas básicas y


específicas. Las medidas básicas incluyen la reducción de la presión en las
áreas afectadas, la movilización precoz y la higiene adecuada de la piel,
evitando la exposición a la humedad y manteniendo una nutrición equilibrada
(Anderson et al., 2020). Las medidas específicas se centran en la eliminación
de tejidos necróticos y el control de infecciones, así como en la limpieza de la
úlcera y el uso de apósitos adecuados para promover la cicatrización y proteger
el área de nuevos daños (Black et al., 2021).
La combinación de estrategias preventivas y de tratamiento adecuadas
contribuye significativamente a reducir la incidencia de úlceras por decúbito en
pacientes hospitalizados, mejorando su calidad de vida y promoviendo una
recuperación más rápida (NPIAP, 2022).

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3. CONCLUSIONES

Las úlceras por decúbito son una complicación frecuente en pacientes


inmovilizados, y su aparición está influenciada por una combinación de factores
como la presión prolongada, la fricción, la humedad, y condiciones
preexistentes como malnutrición y enfermedades crónicas. Estas lesiones
tienen un gran impacto en la calidad de vida del paciente, provocando dolor,
riesgo de infección y un aumento en la estancia hospitalaria. Es importante
destacar que la mayor parte de las úlceras por decúbito son evitables con una
correcta identificación de los factores de riesgo y la implementación de
estrategias de prevención oportunas. La valoración y cuidado adecuado de la
piel, junto con la movilización y el uso de dispositivos de apoyo, son
fundamentales para prevenir su aparición.

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4. RECOMENDACIONES

Es esencial que los profesionales de salud realicen una valoración


integral y continua de los pacientes, identificando factores de riesgo como
inmovilidad, malnutrición, y presencia de humedad, con el fin de implementar
medidas preventivas adecuadas.
Se deben implementar medidas de higiene de la piel utilizando
productos suaves, evitando la fricción excesiva y aplicando agentes hidratantes
para mantener la integridad de la barrera cutánea. La exposición a la humedad
debe minimizarse utilizando productos absorbentes y barreras para la
humedad.
Es crucial educar tanto al paciente como a la familia sobre la importancia
de la movilización y el cuidado de la piel para reducir el riesgo de úlceras por
presión. La participación de la familia en el proceso de cuidado también
contribuye a la prevención.
Se debe asegurar una dieta balanceada y rica en nutrientes esenciales
para promover la cicatrización y la integridad de la piel, especialmente en
pacientes con condiciones crónicas

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5. PRESENTACIÓN DEL CASO

5.1. Historia clínica del paciente


Paciente Yépez Paredes Angela Piedad de 70 años de edad, historia

clínica 46336 con cedula de identidad 0903221414, ingresa al

Hospital General del Norte de Guayaquil IESS Los Ceibos al servicio de

emergencia y su familiar comenta que hace 6 meses, sufrió una fractura

de cadera que complicó aún más su movilidad y ahora depende de una silla

de ruedas para desplazarse. La paciente no puede caminar y pasa la mayor

parte del día sentada, lo que ha contribuido al desarrollo de una úlcera por

presión de grado III en la región glútea y sacra.

La úlcera por presión en la región sacra de la paciente presenta una

dimensión de 9 x 6 cm, con un lecho de herida que está compuesto por:

 40% de fibrina, lo que indica la presencia de tejido de cicatrización

incipiente, pero con áreas que aún requieren desbridamiento.

 35% de tejido adiposo expuesto, lo que sugiere que la lesión ha

alcanzado las capas profundas de la piel, comprometiendo el tejido

subcutáneo.

 25% de esfacelo, que corresponde a tejido muerto y desvitalizado,

lo que incrementa el riesgo de infección y retrasa el proceso de

cicatrización.

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La herida presenta bordes irregulares, moderada inflamación perilesional

y exudado abundante, lo que indica una alta actividad inflamatoria y un

riesgo de infección. La paciente reporta dolor intermitente, que se

intensifica con la presión prolongada cuando permanece sentada durante

largos periodos en la silla de ruedas.

5.2. Intervenciones de enfermería

Las intervenciones de enfermería aplicadas al paciente se ajustaron a


las tres etapas del proceso de cicatrización. En la fase inflamatoria, se priorizó
el control de la infección y la preparación del lecho de la herida. Se realizaron
desbridamientos quirúrgicos para eliminar tejido necrótico y no viable,
acompañados de limpiezas con Prontosan dejando actuar el medicamento por
quince minutos para reducir la carga bacteriana. También se utilizó un apósito
primario denominado suprasorb X + PHMB y como apósito secundario se
empleó el apósito aquacel Ag y finalmente lo cubrimos con gasas estériles.
Estas acciones facilitaron un ambiente húmedo adecuado para debridar de
forma menos agresiva, reduce la carga bacteriana y favorece al proceso de
cicatrización
En la fase proliferativa, el enfoque se dirigió a estimular la formación de
tejido de granulación y promover la reepitelización. Se aplicó hidrogel y cutimed
sorbact para mantener un ambiente húmedo y favorecer el crecimiento del 20%
de tejido de granulación identificado. Las curaciones se realizaron dos veces
por semana para mantener la limpieza y reducir el riesgo de infección.
Asimismo, se supervisó la dieta del paciente para garantizar un adecuado
aporte de nutrientes esenciales para la cicatrización, mientras se capacitó al
cuidador en medidas preventivas, como cambios posturales regulares y una
adecuada higiene.
5.3. Valoración y tratamiento

Valoración de la herida primera semana

 T: 85% de esfacelo, 25 % de fibrina

 I: Inflamación modelara.
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 M: Exudado leve.

 E: Bordes irregulares.

 Fase: Fase inflamatoria.

Tratamiento

 Asepsia con solución salina y clorhexidina.

 Desinfección con solución de Prontosan.

 Desbridamiento quirúrgico.

 Colocación de apósito de Suprasorb X + PHMB y Aquacel Ag

 Aplicación de apósitos estériles, tratamiento 2 veces por semana

durante 1 mes.

 Aplicación de analgésicos no esteroideos

Valoración de la herida segundo mes

 T: Esfacelo 50%, fibrina 35%, granulación 15%

 I: Inflamación leve, dolor leve.

 M: Exudado moderado, seroso.

 E: Bordes irregulares

Tratamiento

 Asepsia con solución salina y clorhexidina.

 Desinfección con solución de Prontosan.

 Desbridamiento quirúrgico.

 Aplicación del gel hidrocoloide con cutimed sorbact

 Aplicación de gasas estériles, la cura se realizó 2 veces por semana por

un mes.

Valoración de la herida tercer mes

 T: Esfacelo 15%, granulación 85%

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 I: Sin signos de inflamación, dolor mínimo.

 M: Exudado leve, seroso.

 E: Bordes irregulares

Tratamiento

 Limpieza con solución salina y clorhexidina.

 Desinfección con solución de Prontosan.

 Desbridamiento quirúrgico.

 Aplicación del gel hidrocoloide con cutimed sorbact

 Aplicación de gasas estériles, la cura se realizó 2 veces por semana

durante este periodo

Valoración de la herida fase proliferativa

 T: 100% de tejido de granulación

 I: Sin inflamación, sin dolor.

 M: Exudado mínimo, seroso claro.

 E: Bordes irregulares.

 Fase: Fase de remodelación inicial.

Tratamiento

 Limpieza con solución salina.

 Aplicación de la crema propóleo D 1 % y se lo cubre con gasa

vaselinada.

 Aplicación de gasas estériles aplicando una vez por semana,

monitoreando cierre de la herida.

6. BIBLIOGRAFÍA

12
Beeckman, D., Van den Bussche, K., Alves, P., & Campbell, J. (2020).

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Pressure Ulcer Advisory Panel. Journal of Wound Care, 29(S3), S1-S40.

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García-Fernández, F., Pancorbo-Hidalgo, P. L., & Soldevilla-Agreda, J. J.

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Mervis, J. S., & Phillips, T. J. (2019). Pressure ulcers: Pathophysiology,

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Swan, J., Carmichael, E., & Moore, Z. (2021). Anatomical location and stage of

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Zhou, X., et al. (2021). Impact of microcirculation alterations on the

pathogenesis of pressure ulcers. Wound Repair and Regeneration, 29(4), 589-

598. https://doi.org/10.1111/wrr.2021

7. ANEXOS

Anexo 1. Curación de ulcera

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