Úlceras Por Presión
Úlceras Por Presión
Úlceras Por Presión
La úlcera por presión (UPP) es una lesión de origen isquémico, localizada en la piel y
tejidos subyacentes con pérdida de sustancia cutánea producida por presión
prolongada o fricción entre dos planos duros. Son un problema grave y frecuente en
personas de edad avanzada, representan una de las principales complicaciones de las
situaciones de inmovilidad y su manejo adecuado constituye un indicador de calidad
asistencial.
Epidemiología
La incidencia y prevalencia de las UPP varía ampliamente dependiendo de su
ubicación. Diversos estudios estiman que entre un 3-11% de los pacientes que ingresan
en los hospitales desarrollan UPP; cerca del 70% de éstas se producen en las primeras
dos semanas de hospitalización. La incidencia de UPP en la comunidad se cifra en 1,7%
anual en edades comprendidas entre los 55-69 años y 3,3% entre 70-75 años.
En las residencias asistidas oscila en torno al 9,5% en el primer mes de estancia, y
hasta el 20,4% a los dos años. Los pacientes con UPP tienen una mortalidad
hospitalaria del 23-27%, y el riesgo de muerte aumenta de 2 a 5 veces en las
residencias asistidas. Por tanto, el mejor cuidado de las UPP es su prevención,
estimándose que al menos el 95% de las mismas son evitables.
Fisiopatología
Las UPP se producen como consecuencia del aplastamiento tisular entre una
prominencia ósea y la superficie externa durante un período prolongado. La presión
capilar máxima se cifra en torno a los 20 mm Hg, y la presión tisular media entre los
16-33 mm Hg. Presiones superiores ejercidas sobre un área concreta durante un
tiempo prolongado desencadenan un proceso isquémico que, si no se revierte a
tiempo, origina la muerte celular y su necrosis.
En la formación de la UPP parece tener más importancia la continuidad en la presión
que la intensidad de la misma, ya que la piel puede soportar presiones elevadas, pero
sólo durante cortos períodos de tiempo, por lo que se puede afirmar que la presión y
el tiempo son inversamente proporcionales.
Factores de riesgo
a) Fisiopatológicos
• Lesiones cutáneas: envejecimiento y patológicas.
• Trastornos del transporte de oxígeno: Insuficiencia vascular periférica, estasis
venosa, trastornos cardiopulmonares.
• Déficits nutricionales: delgadez, obesidad, anemias, hipoproteinemias.
• Trastornos inmunológicos: cáncer, infección.
• Alteraciones del estado de conciencia: fármacos, confusión, coma.
• Déficit motor: ACV (accidente cerebrovascular), fracturas.
• Déficits sensoriales: pérdida de la sensibilidad térmica y dolor.
• Alteraciones de la eliminación: urinaria y fecal.
b. Derivados del tratamiento
• Inmovilidad impuesta por tratamiento.
• Tratamiento inmunosupresor: radioterapia, quimioterapia.
• Sondajes con fines diagnósticos o tratamiento.
c. Situacionales
• Falta de higiene.
• Arrugas en la ropa.
• Objetos de roce.
• Inmovilidad por dolor, fatiga.
d. Del entorno
• Falta o mala utilización del material de prevención.
• Desmotivación profesional por falta de formación y/o información específica.
• Sobrecarga de trabajo.
• Falta de criterios unificados en la planificación de las curas.
• Falta de educación sanitaria de cuidadores y pacientes.
• Deterioro de la propia imagen de la enfermedad.
Valoración de la lesión
Cuando se ha desarrollado una UPP es necesario una valoración integral y llevar a cabo
un enfoque sistemático que incluya:
a) Localización y número de lesiones: Los trocánteres, el sacro, glúteos y talones
son las localizaciones más frecuentes.
b) Estadio: tiene en cuenta su aspecto externo.
• Estadio I: eritema cutáneo que no palidece. En paciente de piel oscura observar
edema, induración, decoloración, calor local.
• Estadio II: úlcera superficial que tiene aspecto de abrasión, ampolla o cráter
superficial. Pérdida de piel de espesor parcial que involucra la epidermis,
dermis o ambas.
• Estadio III: pérdida total del grosor de la piel que implica lesión o necrosis del
tejido subcutáneo, que puede extenderse hacia abajo, pero no por la fascia
subyacente.
• Estadio IV: pérdida total del grosor de la piel con destrucción extensa, necrosis
del tejido o lesión en músculo, hueso o estructura de sostén. En este estadio,
como en el III, pueden presentarse lesiones con caverna, tunelizaciones o
trayectos sinuosos.
En todos, retirar el tejido necrótico antes de determinar el estadio de la úlcera
c) Área: registrar el diámetro de las lesiones circulares y las longitudes
perpendiculares mayores de las lesiones irregulares.
d) Profundidad:
• Grado I: afecta epidermis y deja expuesta dermis subyacente.
• Grado II: afecta toda la piel hasta la grasa subcutánea.
• Grado III: llega hasta la fascia profunda.
• Grado IV: la necrosis abarca músculo y llega a afectar articulaciones y
hueso
e) Secreción de la úlcera: estimar la cantidad, identificar el grado de olor y
purulencia.
f) Tejido existente en el lecho ulceral: si existe tejido de epitelización, de
granulación, esfacelado y/o necrótico, y tunelizaciones o fístulas.
g) Estado de la piel perilesional: diferenciar la celulitis del eritema circunferencial
que rodea la mayoría de las heridas en vías de cicatrización; buscar dolor, calor
y enrojecimiento.
h) Presencia o ausencia de dolor relacionado con la lesión
Prevención
El objetivo inicial en la lucha contra las UPP es evitar su aparición.
1. Cuidados de la piel
El objetivo consiste en mantener y mejorar la tolerancia tisular a la presión para
prevenir una lesión. Se debe realizar:
ü Inspección sistemática de la piel una vez al día por lo menos.
ü Limpiar la piel con agua tibia y jabones neutros para minimizar la irritación y
resequedad de la piel.
ü Minimizar los factores ambientales que producen sequedad de la piel (baja
humedad < 40% y exposición al frío).
ü Tratar la piel seca con agentes hidratantes.
ü Evitar el masaje sobre las prominencias óseas.
ü Evitar la exposición de la piel a la orina, materia fecal, transpiración y drenaje
de la herida mediante el uso de pañales desechables que se cambiarán con
frecuencia, hidratantes y barreras para la humedad.
ü Reducir al mínimo la fricción y rozamiento mediante técnicas adecuadas de
posición, transferencia y cambios de posición.
ü Tratar la desnutrición y mejorar la movilidad.
ü Ejercicios pasivos y activos que incluyen desplazamiento para disminuir la
presión sobre prominencias óseas.