UNIDAD 7 Resumen Final Forense
UNIDAD 7 Resumen Final Forense
UNIDAD 7 Resumen Final Forense
- Que nuestra intervención sobre las familias este sostenida y avalada por el
contexto institucional y la autoridad del juez. El acontecimiento de que el Juez en
el contexto del dispositivo habilitado, le permita conectarse con su dolor y mirarse
desde otros lugares, es a la vez la única garantía para que empiecen a sostener
nuevos ordenamientos familiares.
Pensamos que la efectiva tarea del equipo interdisciplinario se inscribe en el campo de
la prevención, en la medida que apunta a ciertos objetivos:
- Que la intervención judicial tienda a impedir la cronificación de las situaciones
conflictivas de la familia.
- Que la resolución de la situación crítica, preserve a os menores de la hiper
involucración en la conflictiva parental
- Que el trabajo interdisciplinario preserve a los profesionales intervinientes de posibles
entrampamientos en la problemática familiar.
Para evitar capturas identificatorias con las posturas extremas que enarbolas los
subgrupos familiares, ha sido desde el comienzo de nuestra practica abordar la
intervención en un equipo de dos profesionales. El vínculo que establecemos con las
familias posee características singulares anudadas al contexto institucional:
- Es acotado en tiempo: lo inaugura la demanda del juez y lo cierra nuestra producción
pericial escrita
- Es impuesto por la instancia jurídica y no demandado por la familia de forma directa.
- Su finalidad no es la cura, sino la construcción en base a las producciones de cada
familia en ese espacio singular.
Las autoras proponen tres aconteceres fundamentales:
1) La necesidad de mantener una actitud que podríamos denominar la “alerta teórica”,
en tanto esfuerzo de definir, profundizar y volver a pensar de continuo el marco
referencial, que nos permitiera “leer y descubrir” la problemática singular de cada
familia, más que forzar lecturas desde cierto dogmatismo teórico.
2) La creciente demanda de intervenciones que exigen la participación oral, la
inmediatez de ciertas decisiones y en una “escena” compartida y mirada por los
integrantes de Equipo Jurídico. Nos referimos a las audiencias a las que somos
convocadas al Tribunal y con presencia del Juez, letrados, Asesores de Menores y las
partes.
3) La aparición a nivel de la Clínica Forense, de nuevas problemáticas a las que el
tejido social más lazo ha permitido un mayor protagonismo y en consecuencia, ha
abierto a una lucha por sus derechos en el terreno de la familia. Nos referimos a
diferentes formas de asunción de la identidad sexual, que deriva en la construcción de
modalidades novedosas de parejas y familias con el consecuente surgimiento de
conflictos específicos de estas configuraciones vinculares.
Finalizando este desarrollo, sintetizaremos las dos formas que adquiere nuestra
intervención como peritos psicológicos:
En dos espacios:
1) En estudios periciales del grupo familiar, que supone la realización de una serie de
entrevistas individuales y vinculares, con producción del informe pericial.
2) En audiencias con las partes, menores, asesores de menores y e Juez, en
diferentes situaciones, cuando se plantea un problema puntual y es necesaria una
resolución o toma de medidas urgentes o en otras ocasiones que no comportan riesgo,
pero en las que se requiere nuestro asesoramiento previo a una decisión del juez, que
implica un cambio para la familia.
En dos niveles:
1) De asesoramiento al juez: a través del esclarecimiento psicológico de la
problemática familiar.
2) De intervención operativa o transformadora: por el efecto movilizador y promotor de
nuevos ordenamientos, que produce nuestra intervención en las familias.
Resumen Psicología Forense Final
puede ocurrir que una patología psíquica determine durante un tiempo la pérdida de
réditos legítimamente esperables (o debido al costo de una terapia que resulte
consecuentemente necesaria). El perjuicio psíquico derivado del ilícito no es
exclusivamente patrimonial o extramatrimonial, en tanto puede abarcar la perdida de
chances económicas o el costo de una terapia, así como los disturbios de su equilibrio
espiritual.
Síntomas del daño psicológico
[Del Pópolo, tomando el caso de las reacciones de oficiales de policía después de
hacer fuego a un sujeto] Bloqueo o disminución de las diversas funciones del yo,
accesos emotivos incontrolables, ira, ataques convulsivos, insomnio, perturbaciones
oníricas, sueños repetitivos, crisis de ansiedad, confusión mental, complicaciones
neuróticas secundarias, estados regresivos, pesadillas, aislamiento, depresión,
alienación, sentimientos de culpa, aflicción, remordimiento, problemas con figuras de
autoridad, problemas sexuales, uso de alcohol y drogas y pensamientos suicidas.
Distingue tres fases de reacción frente a un evento traumático en policías:
1. Fase de impacto: comienza con el evento traumático y continúa hasta que el agente
estresante ya no tiene efecto directo. Pueden existir sentimientos o actos sin sentido o
torpeza.
2. Fase de aislamiento: dura hasta que la persona retorna a la vida y rutina diarias.
Tiene necesidad de contar su historia, en un intento de dominar al stress.
3. Fase postraumática: con síntomas típicos (incluyendo jaquecas, vértigos, cefaleas,
opresiones precordiales, taquicardias, síntomas digestivos, fotofobia, etc.).
Cabe recordar la importancia que tiene la respuesta diferente de cada uno frente a un
trauma, debido al significado simbólico particular, individual del trauma, y los factores
cognitivo-conductuales que le dan un sello único a cada caso.
Zavala de Gonzales distingue dos tipos de lesiones psíquicas: Psicosis traumáticas
(con lesión orgánica); neurosis traumáticas (solo está dañado el mecanismo psíquico)
2a. Cambios de personalidad con daño cerebral: estos pueden fluctuar a partir de una
leve pérdida de finura o una vitalidad disminuida. En los casos de demencia grave,
aparecen alteraciones de la motivación, pérdida de la libido y cambios afectivos con
embotamiento, inestabilidad emocional, apatía o euforia, irritabilidad y situaciones de
ira y marcado egocentrismo, conductas antisociales e irresponsables, desinhibición,
que pueden ocurrir sin evidencia de deterioro en los test de habilidad cognitiva.
Aparece un deficiente control de la agresividad (arrebatos), exagerándose los rasgos
de la personalidad de base. También puede darse una euforia jocosa, apatía,
egocentrismo, tendencia a la satisfacción inmediata de los apetitos, indiscreción, falta
de tacto social, etc.
3a. Psicosis después de lesión cerebral: en estos casos la etiología resulta compleja.
El daño cerebral puede contribuir por sí mismo al desarrollo de su trastorno o puede
actuar como precipitante en individuos predispuestos.
3b. Esquizofrenia después de lesión cerebral: varias lesiones cerebrales han
desembocado en el desarrollo de diferentes formas de esquizofrenia, siendo las más
frecuentes las de tipo paranoide, habiéndose observado su presencia con mayor
frecuencia en las lesiones leves, lo que sugiere que existen factores independientes
del daño lesional en el desencadenamiento del trastorno. Para establecer el
diagnóstico de esquizofrenia postraumática, deben darse las siguientes condiciones: 1.
Que el traumatismo craneal tenga intensidad suficiente como para inducir un síndrome
confusional inmediato 2. Que el cuadro esquizofrénico presente predominancia notable
de signos productivos, en particular, ideas delirantes 3. El problema central de la
esquizofrenia postraumática es el delirio paranoide, que se caracteriza por ser del tipo
interpretativo (se interpreta el traumatismo craneal mismo como una agresión, una
persecución vivida por el sujeto como particularmente importante).
3c. Psicosis paranoide: es frecuente la aparición de ideas persecutorias, en individuos
de edad mediana, no asociadas a daño cerebral importante, ni con un determinado
asentamiento sobre una región cerebral concreta. 1. Psicosis afectivas: en presencia o
no de daño cerebral, soliendo ser más frecuente la psicosis depresiva que la
hipomanía. 2. Otras psicosis: psicosis epilépticas, episodios delirantes, psicosis
histéricas, hipocondrías
411 con imitación de las manifestaciones. También pueden aparecer síntomas
obsesivo-compulsivos acompañando la depresión o la ansiedad, coloreando el cuadro.
El paciente está preocupado por la lesión cerebral, está tenso y prodiga la atención en
su problemática, apareciendo, a veces, síntomas de despersonalización
5. cuadros secundarios al impacto emocional: trastorno de estrés post traumático;
síndrome postconmocional; neruosis de renta. ESTO NO LO DESARROLLE PORQUE
YA LO ANTERIOR ME PARECIO INECESARIO
Baremos de evaluaciones de incapacidades psiquiátricas
Trastornos ligeros (Grupo I) Trastornos moderados (G. II) Trastornos medios (Grupo
III)
Los síntomas son poco Los síntomas, de orden Los síntomas, de orden
molestos y discapacitantes neurótico, son más molestos neurótico, son notables y
(ansiedad intermitente, pero siguen siendo poco discapacitantes (angustia,
nerviosismo, irritabilidad, discapacitantes (ansiedad, depresión, fobias,
etc.), la exploración y la ideas depresivas, trastornos obsesiones, etc.), pero no
anamnesis no revelan nada del sueño, etc.). No hay hay trastornos del curso del
muy particular. La eficiencia trastornos de la expresión, de pensamiento, ni alteración
social, sobre todo la la presentación, del del raciocinio. Las anomalías
profesional, es normal. El comportamiento. La eficiencia puestas de manifiesto por la
paciente sigue siendo social del sujeto es normal exploración, si existen, son
autónomo para todos los (trabaja, tiene relaciones leves. La eficiencia social es
actos de la vida cotidiana. normales o discretamente satisfactoria o relativamente
Resumen Psicología Forense Final
Los trastornos y los síntomas Los síntomas son graves: ideas delirantes, depresión crónica
son patentes o muy patentes, severa con apragmatismo, trastornos masivos del juicio,
de orden neurótico e incluso memoria, razonamiento, etc. Aparecen anomalías patentes en
psicótico (depresión de larga la actitud, vestimenta, discurso. La comunicación es posible
evolución, ansiedad (neurosis graves) o está comprometida (delirios,
importante, fobias muy esquizofrenia), o incluso muy comprometida o anulada
limitantes, obsesiones, (demencias). Las relaciones con la realidad están muy
inestabilidad importante). perturbadas; la eficiencia intelectual se halla generalmente
Pueden existir producciones muy perturbada; la eficiencia social es nula o casi, no puede
delirantes que, sin embargo, ejercer ninguna profesión si no es más que a título ocasional o
no invaden el campo de la CC marginal. El paciente sólo dispone de una autonomía reducida
y permiten una capacidad de o incluso ha perdido + ó – su autonomía. Como mínimo debe
análisis y raciocinio correctos. ser vigilado y acompañado o ayudado en su vida cotidiana. En
Las relaciones con la realidad los casos más graves, no puede atender sus asuntos ni cuidar
siguen siendo satisfactorias o de sí mismo (llegando a necesitar internación). Sus relaciones
muy satisfactorias, aunque con sus semejantes están muy perturbadas o son muy
pueden presentarse patológicas e incluso están ausentes.
anomalías del
comportamiento, la actitud y
la expresión. La eficiencia
social está comprometida en
diversos grados: en los casos
más graves el sujeto no es
apto más que para un trabajo
muy simple o estereotipado.
Aun así, conserva su
autonomía, con ayudas
parciales de su entorno,
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Ejemplos: neurosis severas Ejemplos: estados neuróticos muy severos con apragmatismo
de angustia, histérica, fóbica, (neurosis de angustia histérica, fóbica, obsesiva), lentitud
con síntomas muy notables, ideatoria, resistencia a la terapéutica, desinterés global,
importantes sufrimientos, y fatigabilidad psíquica e intelectual considerable. Psicosis
sin embargo, el paciente alucinatorias crónicas. Esquizofrenias graves, que apartan al
sigue siendo capaz de asumir paciente de la realidad, convirtiéndolo en incapaz para
una actividad profesional. cualquier actividad profesional. Deficiencias intelectuales
Psicosis (esquizofrenia, graves, congénitas o adquiridas (debilidad profunda,
manía, melancolía) demencias, etc.).
relativamente bien
compensadas. Debilidad
mental media. Desequilibrio
psíquico que permite, durante
periodos + ó – prolongados,
una integración social y
profesional.
El daño moral es un tipo de trastorno lesional que puede generar angustia y afectar
sentimientos. Para establecer su existencia deberá determinarse la naturaleza de los
sufrimientos o la magnitud que alcanza el dolor producido por el evento dañoso en el
común de las personas. Para establecer su existencia deberá determinarse la
naturaleza de los sufrimientos o la magnitud que alcanza el dolor producido por el
evento dañoso en el común de las personas. Por lo tanto, su determinación es difícil,
ya que por su naturaleza particular, este tipo de trastorno perjudicial viene traducido en
las vivencias personales del afectado. Para el juzgador, que carece de elementos para
precisar el “quantum” del sufrimiento, medir los sinsabores, los padecimientos, las
perturbaciones o incertidumbres que plantea el afectado en sus dichos, es una
temática predominantemente subjetiva. Aquí la ley deberá poner a disposición de la
víctima elementos lo suficientemente aptos para que el actor pueda tener acceso a
gratificaciones viables acordes con la situación de incapacidad resultante.
Entendemos que en la lesión hay una afección en una determinada esfera de la
integridad psicofísica en la persona. La lesión no sería el daño, sino su causa. En
cuanto al daño, refiere a consecuencias o efectos dañosos o disvaliosos a nivel
personal. Daño moral y psicológico tienen en común ser lesiones incapacitantes, dada
la imposibilidad de corregir lo global del menoscabo.
El daño moral se manifiesta, en especial, afectando el área afectiva o de los
sentimientos. Las formas más frecuentes están dadas por la angustia, pero también el
pesar, el dolor, la tristeza, la tranquilidad de ánimo, la vergüenza. Se configura el daño
moral cuando el hecho ha afectado o comprometido de modo perjudicial no sólo la
esfera afectiva o de su sensibilidad (a través de cómo se siente el sujeto), sino
también su esfera intelectual y volitiva (Z. de González).
Los límites entre lo psíquico y lo somático son difusos de manera tal que las
afecciones anímicas repercuten funcionalmente en la salud del individuo y los
menoscabos corporales no dejan de producir un quebranto en la personalidad de
quien los padece. No existe una incapacidad psíquica y una incapacidad física. Existe
una sola incapacidad y ella puede estar dada por la afectación del fondo vital o de la
vida anímica (Iturraspe). El daño psíquico ejerce una gravitación en la capacidad de la
víctima, que se traduce en una disminución de las aptitudes para el trabajo y la vida de
relación. Siempre que haya una enfermedad psíquica, coincidirá el daño psíquico con
el daño moral. El daño psíquico reside en la alteración patológica misma de la
personalidad. El daño moral valora y recoge la realidad como desequilibrio espiritual
profundo. El daño psíquico, entonces, no implica cualquier desequilibrio espiritual, sino
uno patológico, diagnosticable y más o menos clasificable por la ciencia médica. Si
existe, producirá siempre un daño moral, pero no se identifican conceptualmente
ambas nociones, aunque éste derive de aquél. La lesión psíquica puede ser causa o
génesis de daño, no sólo moral, sino también eventual y frecuentemente patrimonial,
desde el punto de vista de la causalidad jurídica o principio de razón suficiente. La
enfermedad psíquica sería un factor de intensificación del daño moral resarcible (Z. de
González).
- Etapa decisoria. El juez dicta sentencia de conformidad con los hechos alegados y
probados en el proceso.
que los litigantes formulan al experto, a fin de que éste, basándose en los
conocimientos especializados que posee, los dilucide mediante su dictamen.
2-Pedido de explicaciones: Puede el juez ordenar a los peritos que den
explicaciones para aclarar conceptos oscuros.Las explicaciones forman parte del
dictamen pericial.
3-Confección de nueva pericia.
TIPO DE PERITOS INTERVINIENTES.
El perito del cuerpo oficial es quien forma parte como empleado de la Asesoría Pericial
dependiente de la Suprema Corte de Justicia; recibe un salario por la labor profesional
realizada y tienen prioridad en la atención de los Fueros Penal, Familia, Menores y en
última instancia Civil y Comercial y Laboral.
El perito de lista (oficio), todo aquel profesional que habiendo aprobado el curso y
examen de Practica Procesal, y habiendo sido aceptada su solicitud de inscripción,
forma parte de un listado oficializado del cual se extraerán, a través de un sorteo para
intervenir como perito en un proceso judicial. Este perito actúa en los fueros Civil y
Comercial y Laboral, y por su labor profesional cobra honorarios cuando la causa tiene
sentencia firme.
El perito de parte, es aquel que la parte propone para que intervenga en el proceso y
que actuara en conjunto con el resto de los peritos.
Y el consultor técnico es aquel profesional especializado que cumple la función de
asesorar a la parte que lo propuso; por ello se lo considera un defensor. Dadas sus
características no puede ser recusado ni removido por no presentarse en el
expediente o por no presentar su dictamen ya que no tiene obligación de hacerlo.
EL PERITO Y LA REALIZACIÓN DE LA PERICIA.
El perito realiza un acto procesal. Tiene derecho a investigar con absoluta libertad,
cualquier limitación va en contra de los principios de espontaneidad. El perito puede
recibir informes de terceros y utilizar la asesoría de otros expertos, siempre que las
conclusiones las adopte personalmente.
Funcional: Toma en cuenta la índole de las funciones que deben cumplir los jueces
que intervienen en las distintas instancias de un mismo proceso. Corrientemente se
dan dos instancias: una va desde su iniciación hasta la sentencia; una segunda, desde
la interposición del recurso de apelación hasta la sentencia que en ella se pronuncie.
Territorial: Se vincula con la circunscripción territorial asignada por la ley a la actividad
de cada órgano jurisdiccional. La atribución de competencia territorial puede fundarse
en el lugar del domicilio del demandado, en el lugar del cumplimiento de la obligación,
en el lugar de celebración del contrato, etc.
I) Juzgados de Paz Letrados: funciona en cada Partido de la Provincia con excepción
de aquellos en los cuales esté instalada la sede de cada departamento judicial o en los
que funcionen Juzgados de Primera Instancia en lo Civil y Comercial. Tendrán asiento
en la ciudad cabecera de cada partido.
Entenderán en faltas provinciales, en causas de menor cuantía y vecinales.
Procedimiento predominantemente oral, que garantice la inmediatez, celeridad,
informalidad, accesibilidad y procesal.
II) Juzgados de Primera Instancia:
a) Juzgados en lo Civil y Comercial: su jurisdicción en toda materia civil y comercial de
orden voluntario o contradictorio, a excepción de la que le corresponde a los
Tribunales de Familia, de Menores y de Paz.
b) Tribunales en lo Criminal: Tribunal oral que, por exclusión, le corresponde el
conocimiento de todos los asuntos que no sean alcanzados por la competencia de los
juzgados en lo correccional. Sus decisiones sólo son pasibles de recurso de casación
y las interlocutorias de reposición.
c) Juez de Garantías: órgano de contralor de la etapa penal preparatoria, debiendo
trabajar en
forma complementaria con el Ministerio Público Fiscal. Conoce en:
• Cuestiones derivadas de las presentaciones de las partes civiles, damnificado y
víctima.
• Imponer o hacer cesar las medidas de coerción real o personal, exceptuando la
citación.
• Actos o procedimientos que tuvieran por finalidad la incorporación de pruebas y
realización de
diligencias que se consideren irreproducibles o definitivas.
• Peticiones de nulidad.
• Oposición de elevación a juicio, solicitud de cambio de calificación legal o
excepciones.
• El acto de declaración del imputado ante el Fiscal, cuando aquél así lo solicitare.
• El control de cumplimiento de los plazos de la investigación penal preparatoria.
• Todo otro supuesto previsto expresamente por el C.P.P.
d) Juez en lo Correccional: órgano de enjuiciamiento oral, cuya competencia taxativa
comprende:
• Delitos cuya pena no sea privativa de libertad.
• Delitos que tengan pena privativa de libertad cuyo máximo no exceda de tres años.
• Carácter originario y de alzada respecto de faltas o contravenciones de cualquier
naturaleza; la
competencia de la alzada en cabeza de la Cámara de Apelación y Garantías en lo
Penal o del
Juez en lo Correccional.
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• Queja por denegación de los recursos previstos en cada uno de los sistemas
contravencionales.
e) Juez de ejecución: entiende:
• En las cuestiones relativas a la ejecución de la pena.
• En la solicitud de libertad condicional.
• En la observancia de las garantías con relación al trato de personas privativas de su
libertad.
• En los incidentes y cuestiones suscitadas en la etapa de ejecución.
• En los recursos contra sanciones disciplinarias.
• En las medidas de seguridad aplicadas a mayores de 18 años.
• En el tratamiento de liberados en coordinación con el Patronato de Liberados y
demás entidades
afines.
• En la extinción o modificación de la pena, con motivo de la vigencia de una ley penal
más
benigna.
• En la determinación de las condiciones para la prisión domiciliaria.
• En la reeducación de los internos.
f) Juzgado Notarial: entiende en cuestiones relativas al ejercicio de la función del
notariado, a las que afecten la dignidad o prestigio de la misma, etc.
g) Tribunal de Menores: Tribunales Unipersonales y competentes para entender en
causas en que aparezcan como autores o partícipes de un delito, falta o
contravención, menores de 18 años de edad.
III) Tribunales Colegiados de Instancia Única:
Los órganos jurisdiccionales mencionados se caracterizan por estar compuestos por
jueces unipersonales cuyas decisiones son revisadas por un Tribunal de instancia
superior (Cámaras de Apelaciones).-En favor del sistema se ha dicho que la doble
instancia otorga una mayor garantía de certeza, merced a que las partes pueden
provocar un segundo examen de las resoluciones del juez, ya sean dictadas en el
curso o al final del proceso, cuando son desfavorables a sus pretensiones.
Conjuntamente con aquellos, en la Provincia de Buenos Aires, integran el Poder
Judicial los Tribunales de Trabajo y los Tribunales Colegiados de Instancia Única del
Fuero de Familia, caracterizados por una composición colegiada de sus miembros, en
los que se desarrolla un proceso predominantemente oral, no siendo susceptibles de
revisión por ante la Cámara de Apelaciones las resoluciones que dicten, sino sólo
impugnables mediante los recursos extraordinarios por ante la Suprema Corte de
Justicia de Buenos Aires.
III) Tribunales de Trabajo: por razón de la materia entienden en controversias
individuales del trabajo que tengan lugar entre empleadores y trabajadores, desalojos
de inmuebles dados por razón de trabajo, cobros de asociaciones gremiales, tercerías
en asunto de su competencia; ejecución de resoluciones administrativas relacionadas
con las leyes del trabajo. Por razón de grado entienden en distintas apelaciones:
contra las resoluciones definitivas de la asociación sindical que denieguen las solicitud
de afiliación de los trabajadores o dispongan su expulsión; contra las resoluciones
dictadas por las autoridades administrativas del trabajo cuando las leyes lo
establezcan.
Tribunales Colegiados de Instancia Única del Fuero de Familia: Instancia Única con la
particularidad de crear una etapa informal tendiente a la conciliación de las partes en
Resumen Psicología Forense Final
[Enumera más puntos, pero son los mismos que tenemos resumidos en los resúmenes
de las leyes, pues solo los más importantes]
Del análisis realizado sobre las disposiciones legales y éticas vigentes, en el caso de
suspender el secreto profesional, el Perito deberá considerar el objetivo, quien es el
destinatario, cual es el uso posible de la información, su pertenencia y relevancia,
reconociendo en todo momento el carácter de excepcionalidad de este acto y
encontrándose siempre dentro de una “justa causa”, es decir, siempre debe prevalecer
el derecho a la intimidad y por lo tanto el secreto profesional.
● Hay sujeto en las psicosis y por tanto hay posibilidad de asunción subjetiva de
la responsabilidad de sus actos
● La acción jurídica, con el montaje que propone para arribar a la pena y sanción
que pudiere corresponderle al acto criminal cometido en el decurso de un
desarrollo psicótico, contribuye a esa asunción subjetiva de la responsabilidad
● La declaración jurídica de inimputabilidad, con su correlato de internación
manicomial, sólo puede promover la desubjetivación del criminal,
condenándolo a que sus culpas queden en estado mudo, significando al
inimputable como “desaparecido” (ni muerto, ni vivo), en una operación que
podría calificarse de “segregativa”.
Intentaremos entonces ahora cernir algunas cuestiones de esta categoría del “sujeto”
en su posición frente a la Ley, lo que nos llevará a trabajar, aunque sea mínimamente,
cuestiones ligadas a la culpa, la responsabilidad subjetiva, el pasaje al acto homicida,
y la sanción, como aquello que puede provenir del Otro para dar cuenta de un acto de
tal estilo.
Fariña propone en su clase un “circuito de la responsabilidad”. Dice que dicho circuito
se compone de tres tiempos; los dos primeros, son descriptivos situacionales e
implican, el 1 la acción del sujeto, el acto en sí, y el 2 la interpretación que recibe del
Otro; el tiempo 3 es conjetural, ya que implica la pregunta por la responsabilidad del
sujeto, produciendo un sujeto resignificado, distinto al del tiempo 1.
Existe un caso paradigmático que podría ilustrar adecuadamente ese circuito descrito
por Fariña: es el caso de Louis Althousser, el famoso filósofo marxista francés, que en
1980 estranguló a su mujer y recibió de parte de la Justicia la declaración de
inimputabilidad, con posterior internación psiquiátrica. El tiempo 1 circunscribe a
Althousser masajeando a su mujer Hélene y de un momento a otro percatándose que
la había matado él mismo por estrangulación; el tiempo 2 el dictamen jurídico que lo
“beneficia” por el Art. 64 del Código Penal Francés de 1838 y (luego de tres pericias
médico-legales) a la incomparencia pública por su delito, sanción del Otro que lo envía
al manicomio; el tiempo 3 resignificación subjetiva que nada mejor que las propias
palabras de Althousser para describirla: “Al cabo de dos años de confinamiento
psiquiátrico, soy, para una opinión que conoce mi nombre, un desaparecido.”
De allí que tomáramos el significante “desaparecido” en el punto 3 de la enumeración
que hicimos de las razones por las que el psicoanálisis guarda reservas respecto a la
inimputabilidad. Así describe el filósofo su condición de desaparecido: “porque es bajo
la losa sepulcral del no ha lugar, del silencio y de la muerte pública bajo la que me he
visto obligado a sobrevivir y a aprender a vivir”, cuando lo que él pretendió no fue
justiciar su crimen, sino por el contrario responder por él.
Dirijamos el interrogante a ese sujeto del tiempo 1, que es el sujeto del acto. ¿Cómo
concebirlo? Si lo hacemos desde el punto de vista jurídico digamos que el Derecho
plantea allí una probable disyunción: el sujeto es autor, pero, o es el agente, el
dueño, el amo de su acto criminal; o bien lo es, pero (dadas determinadas condiciones
subjetivas) no tiene responsabilidad, no puede responder por su acto, y por ende es
inimputable.
Si lo concebimos desde el Psicoanálisis, nos encontramos que en cambio hay una
conjunción: el sujeto es resultado, es decir, efecto del Otro (discursos, decires
familiares, deseos, etc.), efectos antecedentes que lo condicionan, pero que sin
embargo (y aquí encontramos la conjunción), no lo eximen de responder, tanto de su
decir como de su actuar. O sea, para el psicoanálisis el sujeto es siempre responsable.
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Podríamos decir que en esa disyunción que plantea el Derecho con la noción de
“inimputabilidad”, la resultante es la exclusión del sujeto y la Ley. El “no ha lugar” que
riere Althousser es el sinónimo de esa exclusión del sujeto por la Ley. Sin embargo,
para el psicoanálisis, sujeto y Ley no pueden pensarse jamás en forma excluyente, y
de hecho, el sujeto es instituido por la Ley. Son las leyes de la ciudad, de la polis, las
que procrean al sujeto humano.
Edipo no es sino el nombre que recibe esa articulación, en tanto es el necesario
anudamiento del sujeto a la ley que interdicta incesto y parricidio. El inconciente en
esa concepción, no es sino una legalidad, que revela cómo el sujeto se dirime
permanentemente entre el deseo por lo prohibido y el acatamiento de la ley que
excluye lo prohibido, pero que lo muestra amarrado a los vericuetos de la interdicción.
Entonces, si el sujeto humano, como sujeto del inconciente y sujeto del lenguaje, está
indefectiblemente amarrado a una legalidad, se excluye toda posibilidad de concebirlo
como individuo desamarrado del lazo social, exiliado de la Ley o del principio de la
Razón.
Culpa/Imputabilidad/Responsabilidad
Estos amarres estructurales del sujeto con la Ley, no son sin consecuencia, y una de
las primeras es que el sujeto es antes que nada un deudor: de la Cultura, de las
instituciones (familia, Estado, religiones, etc) en suma, del Otro. Y esto nos lleva
directo al nudo de otra cuestión: la culpa, institución subjetiva sobre la que pesa hoy
una presión social para su desdibujamiento ¿Cómo explicar sino tanta preeminencia
de la “impunidad”?. En tanto analistas, podemos convenir que la culpa es el ombligo
de la subjetividad.
Como dice Marta Gerez Ambertin: “paradojalmente, y más allá de los malestares que
provoca, es preciso reconocer que desde el psicoanálisis no es posible pensar en
la estructura de la subjetividad sin esa categoría omnipresente que es la culpabilidad,
a tal punto que pretender extirpar la culpa del sujeto resulta absolutamente imposible:
ello implicaría disolver al sujeto”.
Una tentación, en tanto ley y deseo son las dos caras de la misma moneda. A esa
tentación a trasponer los límites de lo prohibido, la autora citada da estatuto de oscura
culpa, un goce que ausculta al sujeto, y que Freud nominó como culpa universal. La
culpa es la marca, el trazo de la Ley en la constitución subjetiva. Del carácter
estructural de la culpa para el Psicoanálisis, pasamos, del lado del Derecho, a
concebirla como una “actitud”, puntualmente referida al momento de la comisión del
delito y a la intencionalidad del autor. Para que a alguien pueda imputársele un delito
(o sea, ser jurídicamente imputable), primero tiene que demostrarse su “capacidad de
culpabilidad”. O sea, la culpabilidad aquí es una contingencia, tanto que puede faltar.
Una actitud del judiciable que puede ubicarlo como sujeto reprochable (del delito
cometido), por oposición a una aptitud (constitutiva) del sujeto humano. He aquí
entonces, una nueva exclusión que promueve el Código Penal. Lo que tendremos que
rastrear luego son las posibles consecuencias subjetivas de esa exclusión. Tendremos
que precisar algunas cuestiones alrededor de lo que Fariña llamó el tiempo 2 del
circuito de la responsabilidad, tiempo que implica la sanción del Otro, semblanteado en
nuestro debate, por el dictamen del Juez, a la hora de decidir la punibilidad de un
sujeto que ha transgredido la Ley Penal.
Ante la comisión de un delito penal, tenemos al acusado, al acusador y al juez que
dictamina, que va a encarnar principalmente el lugar del Poder en el proceso. Pero en
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acto, es decir la implicación subjetiva del sujeto en sus actuares, o lo que es lo mismo,
la apelación a sus posibilidades de “responder” por los mismos.
Falta: