Hasta 1939
Hasta 1939
Hasta 1939
–La generación del 98: se centran en España, quieren descubrir el alma de la nación, la
historia del hombre anónimo (Unamuno lo llamó intrahistoria), y la literatura; en el tiempo o
las relaciones con dios, en el sentido de la vida y la existencia; y en solucionar los males de
la patria.
Tienden a la sencillez sintáctica y a la claridad léxica, y a palabras con valor subjetivo.
Destaca el 1902 por sus títulos: La voluntad, Azorín; Camino de perfección, Pío Baroja;
Sonata de Otoño, Valle Inclán; Amor y pedagogía, Unamuno.
-Miguel de Unamuno (1864- 1936): crítico, obsesivo y con inquietudes filosóficas. Da lugar
a la nivola, la evolución de escritura ovípara (documentación y observación) a vivípara
(imaginación), destaca Niebla de 1914 por el enfrentamiento entre el protagonista y autor.
Renuncia a la preparación previa, a las descripciones y se basa en el diálogo y en sus
personajes agonistas. Busca la densidad de ideas y la intensidad emocional. Muestra sus
conflictos con paradojas, antítesis, juegos de palabras. Persigue la precisión léxica.
Otras novelas son La tía Tula (sentimiento de maternidad) y San Manuel Bueno, mártir (cura
que se sacrifica por sus feligreses después de perder la fe).
-Pío Baroja (1872-1956): el gran novelista. Muestra una sinceridad plena. Concibe la novela
como género multiforme en el que todo cabe. Se preocupa por los episodios, anécdotas y
digresiones. Las cualidades importantes para él eran la invención, la imaginación y la
observación.
Destaca el antirretoricismo. Defiende la fuerza expresiva y la amenidad. Predominan los
párrafos breves y la frase corta. Su léxico es sencillo y claro, usa coloquialismos. Tiende a
una descripción impresionista.
Algunas de sus obras son: El árbol de la ciencia, La busca y Camino de perfección.
–La narrativa novecentista: son los autores que suceden a la generación del 98. Son
liberales en lo político, tienen una adecuada formación académica, rechazan actitudes
decimonónicas, son europistas y defienden posturas elitistas, arte de minorías obsesionado
por la obra bien hecha. El ensayo es uno de los géneros más cultivados. Figuran Jo´se
Ortega y Gasset, Eugenio D’Ors, Gregorio Marañón, Ramón Pérez de Ayala, Gabriel Miró y
Ramón Gómez de la Serna.
-Ramón Pérez de Ayala (1880-1962): autor de las novelas intelectuales, donde destacan
A.M.D.G., la vida en un colegio de jesuitas y Belarmino y Apolonio, dos zapateros que
representan las doble visión de la realidad.
Otras de sus obras son Tigre Juan y El curandero de su honra, que trata del honor ultrajado.
-Gabriel Miró (1879-1930): autor de novelas líricas (melancólicas y esteticistas) que enlazan
con el modernismo por su sensorialidad de sus descripciones(sinestesias, musicalidad,
plasticidad).
Algunas de sus obras son: Nuestro Padre San Daniel, El obispo leproso, El humor dormido.
–La novela hacia 1927: junto a los poetas de la generación del 27, destacan los
novelistas que se clasifican en: los que siguen las pautas de la novela deshumanizada de
Ortega y Gasset (Rosa Chacel, Max Aub, Francisco Ayala), y los que plantean una novela
social muy comprometida políticamente (Luisa Carnés, Ramón J. Sender). Todos terminan
en el exilio.
—LA POESÍA: destaca el agotamiento y el rechazo del realismo y naturalismo. Surge un
nuevo movimiento, el modernismo, que supone la mayor revolución métrica y formal. La
poesía cobra un auge inusitado gracias a Rubén Darío.
La poesía formal y voluptuosa evolucionará a algo más sencillo e intimista, donde influye
Bécquer. Antonio Machado deja ver su evolución y hace muchos de los presupuestos del 98
Juan Ramón Jiménez busca la perfección y belleza, hace una poesía pura e intelectual.
En la primera década del s.XX surgen movimientos que remueven el arte establecido, y
suponen la ruptura y experimentación llamadas ‘vanguardias’ (futurismo, cubismo…).
El grupo del 27 renueva la poesía española con la asimilación de vanguardias y el fervor y
respeto a la tradición poética. Se considera la edad de plata.
Los modernistas españoles buscan muy pronto un nuevo camino que elimina la
ornamentación externa para más profundidad aplicando técnicas modernistas a una poesía
melancólica e introspectiva.
–Grupo poético del 27: autores que irrumpirán con fuerza en el panorama literario español.
Se organizó un acto para conmemorar la muerte de Góngora, y allí se reúnen los autores.
Estos autores colaboraban en las mismas revistas y procedían de una clase media, liberal y
culta. Se caracteriza porque asume y asimila mientras conoce y respeta nuestra tradición
literaria, por ello, comparten cierta tendencia al equilibrio:
-Entre una poesía intelectual, pura, deshumanizada y una poesía más sentimental,
impura o humanizada.
-Entre lo culto y lo popular (sonetos de Alberti Cal y canto, y Lorca Sonetos del amor
oscuro, junto a Marinero en Tierra o el Romancero gitano).
-Entre lo universal y lo español: el andalucismo lorquiano de Poema de cante jondo y
Poeta en Nueva York.
-Entre la tradición y la innovación: de escritor actual y vanguardista a poeta primitivo.
-Dispersión desde 1936: Lorca fue fusilado y la mayoría se exilia. Su poesía deriva
en un humanismo angustiado. El tema principal es nostalgia por la patria perdida.
Clamor, Jorge Guillén; Alondra de verdad, Gerardo Diego; Hijos de la ira y Hombre y Dios,
Damaso; Mujer sin edén y Mi fin en el viento, Carmen Conde; Sombra del paraíso e Historia
del corazón, Aleixandre; Entre el clavel y la espada y Baladas y canciones del Paraná,
Alberti; Las nubes, Desolación de la Quimera, Cernuda; Jardín cerrado, Prados; Presencia a
oscuras, Champourcín.
-Pedro Salinas (1892-1951): poesía depurada e intelectual que usa para cantar a su
amada. Su poesía y su métrica son sencillas (versos cortos, silvas, sin rima). Presagios.
-Gerardo Diego (1896-1987): se mueve entre la poesía vanguardista (con influencia del
creacionismo) y tradicional (estrofas clásicas y populares y temas como los toros o la
religión). Imagen.
-Dámaso Alonso (1898-1990): sus primeras poesías tienen influencias del modernismo y de
Juan Ramón, pero alcanza su plenitud con una poesía existencial, desarraigada, en la que
pregunta a Dios sin obtener respuesta. Hijos de la ira.
-Vicente Alexaindre (1898-1984): su tema central es el deseo de fusión del hombre con la
naturaleza, que después se transformará en comunión y solidaridad con los demás. Su
estilo es surrealista, con bellas imágenes y uso de versículos. Espadas como labios.
-Ernestina de Champourcín (1905-1999): hace una poesía con influencia de Juan Ramón
Jiménez y de tema amoroso; otra donde se agudiza su religiosidad infantil y aparece una
poesía casi mística; y cuando se produce el segundo exilio basándose en la soledad y el
recuerdo del olvido. La voz en el viento.
-Josefina De la Torre (1907-2002): tocó prácticamente todas las artes. Su obra completa
refleja el amor por la tierra, la maternidad que no le llega o lo recuerdas. Alterna el estilo
vanguardista y clásico. Poemas de la vida.
-Carmen Conde (1907-1996): obra extensa, con temas sobre el amor y el erotismo tratados
de forma ambigua que aluden a una mujer. Emplea símbolos relacionados con el silencio y
el deseo prohibido y oculto. Mujer sin edén.
—TEATRO: se dan dos tendencias: el teatro que triunfa (realista y se basa en los gustos
del público); y el que pretende triunfar, (aporta nuevos enfoques estéticos e ideológicos).
En el teatro que triunfa se distinguen tres subgéneros:
-Teatro comercial: hecho para el público burgués, se veían reflejados en su clase
social. Se describe el drama burgués o rural. Destaca Jacinto Benavente. Es un
teatro realista y conflictivo. Predomina el diálogo y la crónica dramática de los vicios
y virtudes de la burguesía. Los intereses creados (convenciones sociales) y La
Malquerida (drama de pasiones incestuosas).
-Teatro cómico: de tipo costumbrista trata de imitar y reflejar el habla, los dichos y
los hechos de la sociedad. Destacan Carlos Arniches La señorita de Trevélez, los
hermanos Álvarez Quintero Malvaloca y Pedro Muñoz Seca La venganza de don
Mendo.
-Teatro poético: conservadores y con conceptos históricos. Es un teatro en verso y
tradicionalista influenciado por el Siglo de Oro. Destacan Villaespesa La Leona de
Castilla, Eduardo Marquina L as hijas del Cid y los hermanos Machado.
-Teatro marginado: pretende triunfar pero no funciona, que no goza del interés
público. Unamuno retracta los problemas que le obsesionaba ( poca acción y mucha
reflexión); Azorín, teatro simbolista, intenta renovar el teatro español fijándose en el
teatro europeo. Destaca Alejandro Casona (La dama del Alba) y Max Aub (No).
–Ramón María Del Valle-Inclán: su crítica es más radical y hace una búsqueda artística
desde el modernismo hasta el esperpento. Tiene tres etapas:
-Modernismo: su faceta más decadente. Evasión, estilo brillante y actitud rebelde.
-Ciclo mítico: busca nuevos métodos expresivos. Llega a las Comedias bárbaras,
ambientadas en la Galicia mítica y rural en la que los personajes actúan por instintos
y pasiones. También incluye Divinas palabras con largas acotaciones, un ambiente
tétrico y miserable y uso de la animalización. Uno de los temas es la crítica a la
religión.
-El esperpento: deformación de la realidad y degradación de los personajes, uso de
contrastes, el humor, la riqueza del lenguaje, diálogo ágil, acotaciones literarias y
cambios de espacio y tiempo. Publica las farsas, donde lo grotesco y la caricatura
convierten a los personajes en fantoches y marionetas ridículas. También publica
Martes de carnaval, donde muestra una visión muy crítica con la realidad.
Luces de bohemia es la primera obra a la que le da el nombre de esperpento y
contiene una teoría del nuevo género. De la imposibilidad de la tragedia surge el
esperpento.
-Federico García Lorca: teatro poético (uso del verso y lirismo en sus argumentos y
lenguaje). Sus temas son el deseo imposible y la frustración, emplea destinos trágicos casi
siempre encarnados en mujeres. En cuanto al estilo, usa el verso y la prosa. El verso se
reduce a momentos de intensidad, su obra La Casa de Bernarda Alba, está escrita casi
íntegramente en prosa. Con la prosa crece la fuerza intensidad de su diálogo
Sus primeras obras comienzan con un ensayo juvenil el maleficio de la mariposa amor
imposible. Compone también títeres de cachiporra. Su primer éxito llega con Mariana
Pineda (drama de amor trágico en verso). También escribe La zapatera prodigiosa, El Amor
de don Perlimplín con Belisa en su jardín y el Retablillo de don Cristóbal.
El teatro vanguardista: vive una crisis vital, por su homosexualidad; y estética, por la
necesidad de buscar un nuevo lenguaje. Los llama misterios o comedias imposibles.
Escribe Obras de sangre. Una novia que huye con su amante el día de la boda. Crea una
pasión que desborda barreras sociales y morales pero que desemboca en muerte, en odios
familiares y venganzas, y una Andalucía que cobra valor universal. Mezcla personajes
míticos y reales, el verso con la prosa y parlamentos individuales con coros.
Yerma. Drama de una mujer condenada a la infecundidad porque el marido no quiere hijos y
ella tiene que ser fiel. Enlaza el anhelo y el sometimiento a la moral y educación. Surge la
tragedia.
Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores. Drama sobre la espera del amor. Una
mujer condenada a la esterilidad y la frustración.
La casa de Bernarda Alba. Drama trágico que muestra el enfrentamiento entre autoridad y
libertad o el conflicto entre realidad y deseo.
Esta trilogía rural incluye sus obras más célebres. Presentan rasgos de índole sexual de los
problemas, mujer protagonista, ambientación en el campo andaluz, final trágico, clima
denso y dramático, unión de prosa y verso y de realismo y poesía.
Hizo un borrador de una Comedia sin título que anuncia un Lorca más revolucionario. Ha
sido completada por Alberto conejero con el título de El sueño de la vida.