205 - Repaso Fuerzas Intra e Inter
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1. FUERZAS INTRAMOLECULARES
Las fuerzas intramoleculares son las que mantienen unidos a los átomos dentro de una molécula. Estas fuerzas
son más fuertes que las fuerzas intermoleculares, ya que implican la interacción directa entre electrones y
núcleos atómicos para formar enlaces estables. Existen tres tipos principales de fuerzas intramoleculares:
Los enlaces iónicos se forman cuando un átomo dona completamente uno o más electrones a otro átomo,
generando iones cargados positiva y negativamente que se atraen mutuamente por fuerzas electrostáticas.
Este tipo de enlace es muy fuerte debido a la magnitud de la atracción entre cargas opuestas. Los enlaces
iónicos ocurren cuando hay una gran diferencia de electronegatividad entre los átomos involucrados,
generalmente entre un metal y un no metal. El metal pierde electrones para formar un catión (carga positiva),
mientras que el no metal gana esos electrones, convirtiéndose en un anión (carga negativa). Este proceso de
transferencia de electrones forma una red cristalina estable.
El enlace covalente se forma cuando dos átomos comparten electrones. Los átomos en este tipo de enlace no
transfieren completamente los electrones como en el enlace iónico, sino que los comparten de manera
equitativa (en un enlace covalente no polar) o de manera desigual (en un enlace covalente polar), dependiendo
de las electronegatividades de los átomos involucrados. Los enlaces covalentes se forman principalmente entre
no metales. En los enlaces covalentes polares, la diferencia de electronegatividad genera un dipolo (dos polos
magnéticos), donde una parte de la molécula tiene una carga parcial positiva y la otra parte una carga parcial
negativa.
Los enlaces metálicos se producen entre átomos metálicos, donde los electrones de valencia se deslocalizan y
forman un "mar de electrones" que es compartido entre todos los átomos del metal. Esto permite la
conductividad eléctrica y la maleabilidad de los
metales. Los átomos en un enlace metálico no tienen una
fuerte atracción específica por los electrones de
valencia, lo que permite que estos electrones se muevan
libremente por toda la estructura metálica. Este
movimiento libre de electrones es lo que proporciona a
los metales su capacidad para conducir electricidad y
calor.
2. FUERZAS INTERMOLECULARES
Las fuerzas intermoleculares son las que actúan entre moléculas. Son más débiles que las fuerzas
intramoleculares, pero son fundamentales para comprender las propiedades físicas de los líquidos y sólidos,
como el punto de ebullición, la viscosidad y la solubilidad. Aquí se explican los tipos de fuerzas
intermoleculares, de mayor a menor fuerza:
Las fuerzas ion-dipolo ocurren entre un ion y una molécula polar. Estas fuerzas son más fuertes que otras
fuerzas intermoleculares debido a que los iones tienen una carga completa que interactúa con el dipolo de una
molécula polar, que tiene una carga parcial. Estas interacciones son particularmente importantes en
disoluciones acuosas de compuestos iónicos, ya que las moléculas polares del agua rodean y estabilizan los
iones. La fuerza de atracción ion-dipolo depende de la magnitud de la carga del ion y de la intensidad del dipolo
de la molécula polar. Cuanto mayor sea la
carga del ion y más fuerte el dipolo, mayor
será la atracción. En la disolución de
cloruro de sodio (NaCl) en agua, los
iones Na⁺ y Cl⁻ se disocian. Las moléculas
de agua, que son polares, rodean los iones:
los oxígenos, con su carga parcial negativa,
se orientan hacia el ion Na⁺, mientras que
los hidrógenos, con su carga parcial
positiva, se orientan hacia el ion Cl⁻. Estas
interacciones son fuerzas ion-dipolo.
Este proceso se llama solvatación (o hidratación, en el caso de que el solvente sea agua). Durante la
solvatación, las moléculas de agua (que son polares) interactúan con los iones disociados de dos formas:
- Las cargas parciales negativas del oxígeno en las moléculas de agua rodean y estabilizan los cationes.
- Las cargas parciales positivas de los hidrógenos en las moléculas de agua rodean y estabilizan los aniones.
Este proceso de solvatación reduce la atracción entre los iones del compuesto iónico, lo que permite que se
separen y se mantengan distribuidos uniformemente en la solución.
Algunos compuestos iónicos se disocian en más de dos iones porque su fórmula química contiene varios
cationes y aniones. Por ejemplo, el sulfato de aluminio (Al₂(SO₄)₃) se disocia en agua en dos iones Al³⁺ y tres
iones SO₄²⁻, lo que resulta en un total de cinco iones por cada unidad de fórmula que se disuelve. Este tipo de
disociación genera múltiples iones en solución, aumentando la concentración total de partículas cargadas, lo que
tiene un impacto en las propiedades de la solución. La disociación en múltiples iones ocurre porque los enlaces
iónicos en estos compuestos son completamente superados por las interacciones con las moléculas del solvente.
Cada ion está suficientemente estabilizado por la solvatación, lo que impide que los iones se vuelvan a asociar.
Para indicar la cantidad de iones se procede a utilizar un modelo de ecuación química como el que se muestra a
continuación:
3+ 2−
𝐴𝑙₂(𝑆𝑂₄)₃(𝑠) → 2𝐴𝑙 (𝑎𝑞)
+ 3𝑆𝑂₄ (𝑎𝑞)
Otro ejemplo de disociación de compuestos iónicos en más de dos iones es el siguiente:
+ 3−
𝑁𝑎₂𝑃𝑂₄(𝑠) → 3𝑁𝑎 (𝑎𝑞)
+ 𝑃𝑂₄ (𝑎𝑞)
Por lo que es posible apreciar que en este compuesto se puede disociar en 4 iones cuando se encuentra en
solución.
Las fuerzas dipolo-dipolo son interacciones entre moléculas polares, donde los extremos de las moléculas con
cargas parciales opuestas se atraen entre sí. Estas fuerzas no son tan fuertes como las ion-dipolo o los puentes
de hidrógeno, pero son más fuertes que las fuerzas de dispersión. Estas fuerzas se producen debido a la
diferencia de electronegatividad entre los átomos en una molécula,
lo que genera un dipolo permanente. Las moléculas se alinean de
modo que el extremo positivo de una molécula es atraído por el
extremo negativo de otra. En las moléculas de acetona
(CH₃COCH₃), el átomo de oxígeno es más electronegativo que los
átomos de carbono e hidrógeno, lo que crea un dipolo. Las
moléculas de acetona se atraen entre sí a través de estas
interacciones dipolo-dipolo.
El comportamiento de las sustancias polares y apolares está determinado por el tipo de fuerzas
intermoleculares que predominan en cada una. En una solución, la mezcla de sustancias depende de cuán
favorable es la interacción entre las moléculas del soluto y del solvente. En términos generales, se sigue la regla
química de que "lo semejante disuelve a lo semejante," es decir, las sustancias polares se mezclan con
sustancias polares, y las sustancias apolares se mezclan con apolares.
Las sustancias polares tienen dipolos permanentes, lo que significa que una parte de la molécula tiene una carga
parcial positiva y otra parte tiene una carga parcial negativa. Esto genera fuerzas dipolo-dipolo y, en algunos
casos, puentes de hidrógeno. Por otro lado las sustancias apolares no tienen un dipolo permanente porque sus
átomos comparten los electrones de manera equitativa o porque la geometría molecular cancela cualquier dipolo
que pudiera formarse. Las fuerzas intermoleculares predominantes en estas sustancias son las fuerzas de
dispersión o de London, que son temporales y mucho más débiles que las interacciones dipolo-dipolo.
Las sustancias polares y apolares no se mezclan principalmente por la diferencia en la fuerza de atracción
entre las moléculas de cada tipo de sustancia; en una sustancia polar, las moléculas están fuertemente unidas
entre sí por fuerzas dipolo-dipolo o puentes de hidrógeno. Estas interacciones son más fuertes que las fuerzas de
dispersión. Las sustancias apolares, por otro lado, solo experimentan fuerzas de dispersión, que son mucho más
débiles y temporales. Si intentas mezclar una sustancia polar y una apolar, las fuerzas dipolo-dipolo que
mantienen unidas a las moléculas polares son mucho más fuertes que cualquier interacción que las moléculas
apolares puedan ofrecer a las polares. Por lo tanto, las moléculas polares prefieren interactuar entre ellas
mismas, excluyendo a las moléculas
La solvatación (el proceso por el cual las moléculas del solvente rodean y estabilizan al soluto) también es
clave. Para que las sustancias se mezclen, la energía liberada al solvatizar las moléculas apolares con las polares
debe ser comparable a la energía necesaria para romper las interacciones dipolo-dipolo entre las moléculas
polares. Sin embargo, esto rara vez ocurre porque las interacciones entre moléculas apolares y polares (fuerzas
de London y dipolo inducido) son mucho más débiles y no compensan la energía necesaria para romper los
fuertes dipolos permanentes de las sustancias polares.