La Crisis de 1898 y Liquidación Imperio Colonial T13

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LA CRISIS DE 1898 Y LIQUIDACIÓN IMPERIO COLONIAL

Para entender la Crisis del 98, el proceso de independencia de las colonias españolas
debe ser enmarcado en la crisis interna que sufre España y en el contexto internacional
del momento marcado por el imperialismo de los países más desarrollados.

El problema en Cuba se remonta a 1868, cuando aparecieron los primeros movimientos


autonomistas entre los que destacamos el grito de Yara, de Manuel de Céspedes, que
lucha por abolir la esclavitud y por tener autonomía política. La Guerra de los Diez Años
(1868-1878) terminó con la Paz de Zanjón donde Martínez Campos se comprometió a
conceder cierta autonomía a los cubanos, pero, a causa de la oposición de los
latifundistas azucareros, solamente se consiguió abolir la esclavitud.

A semejanza del modelo bipartidista español, en Cuba distinguimos: el Partido


Autonomista (cubanos que defienden la autonomía y reformas políticas y económicas
sin llegar a independizarse) y la Unión Constitucional (peninsulares que querían
mantener privilegios). El Partido Liberal de Sagasta se mostró favorable a introducir
reformas, pero solo se abolió formalmente la esclavitud en 1888.

Antonio Maura presenta un proyecto autonomista en 1893, pero fue rechazado. Más
tarde, la ineficacia para introducir las reformas aumentó el deseo de independencia en
manos de José Martí en Cuba y de José Rizal en Filipinas. En ese momento, 1895, estalló
de nuevo la guerra con el Grito de Baire, Cánovas del Castillo envió a Martínez Campos
con un ejército que pretendió establecer una fuerte acción militar y un esfuerzo político
de conciliación, pero dio lugar a un levantamiento generalizado. Weyler, sustituyendo a
Martínez Campos, impuso medidas más fuertes, recuperó todo el territorio y comenzó
una guerra de desgaste donde los guerrilleros cubanos dominaban el terreno (con ayuda
de EEUU). Tras este fracaso, llegó el general Blanco que buscó la conciliación con
separatistas, para ello decretó la autonomía cubana, el sufrago universal masculino, la
igualdad de derechos con la península y la autonomía arancelaria… pero los
independentistas con el apoyo de EEUU se negaron a pactar este acuerdo. En 1897
Cánovas fue asesinado y llegó Mckinley a la presidencia de EEUU con una política de
intervención en Cuba.

EEUU buscó un motivo para entrar en guerra con España y provocó un atentado, el
hundimiento del Maine (1898), del cual culpabilizaron a España y le declararon la
guerra. Así, la flota española con cascos de madera fue derrotada en la batalla naval de
Santiago de Cuba mientras la flota norteamericana con cascos acorazados invadía Cuba
y Puerto Rico. La derrota española en la batalla de Cavite permitió la invasión de
Filipinas por EEUU, por el interés en tabaco y azúcar. El 12 de agosto de 1898 se firmó la
Paz de París donde Cuba, Puerto Rico y Filipinas pasaron a ser de EEUU y las islas
Marianas (excepto Guam, las Carolinas y las Palao a manos alemanas.

La crisis de 1898, ideológica y moral, trajo consecuencias en todos los ámbitos. Como
consecuencias demográficas, en la guerra con Cuba hubo 120.000 muertos, la mitad de
ellos soldados españoles. En consecuencias sociales encontramos que la mayoría de
muertos y heridos pertenecían a las clases bajas ya que no habían podido pagar para
evitar tener que participar en la guerra y los que volvían se encontraban mal atendidos,
mutilados o tarados. Las consecuencias económicas a corto plazo son la subida de
precios de los alimentos de la metrópoli y un impacto en la industria algodonera
catalana y en las exportaciones de harinas castellanas; y a largo plazo son la
desaparición de mercados coloniales, aunque se produjo una repatriación del capital
español en América. A nivel político, la Restauración llega a su límite y los gobernantes
aplican las ideas del Regeneracionismo, se produjo un reforzamiento de los
nacionalismos en Cataluña y el País Vasco, el avance de los partidos republicanos, el
desprestigio del ejército y la pérdida de credibilidad de los dirigentes políticos. El Partido
Liberal de Sagasta tuvo que afrontar la derrota, se cede terreno a nuevos líderes
políticos, como Francisco Silvela y Antonio Maura del Partido Conservador, o
Segismundo Moret y José Canalejas en el Liberal. Por último, hubo una crisis moral e
ideológica que causó un importante impacto psicológico entre la población. Surge el
Regeneracionismo donde destaca Joaquín Costa. Por un lado, denunciaban la
degeneración de lo español, la corrupción política y el atraso económico y social
respecto a los países europeos. Mientras que, por el otro lado, defendían la limpieza del
sistema electoral, la reforma educativa, la ayuda social y las obras públicas. Los
regeneracionistas se quedaron únicamente en la teoría, dado que no quisieron formar
partidos políticos. Esta crisis de la conciencia nacional se expresó a través de la obra
crítica de los escritores de la Generación del 98.

En 1899, Francisco Silvela forma gobierno, pero encontró una fuerte oposición en los
grupos oligárquicos. En 1901, Sagasta volvía a formar gobierno, y un año más tarde
Alfonso XIII alcanzaba la mayoría de edad y era nombrado rey.

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