Almacenamiento de Calor

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INTRODUCCION.

La energía solar es intermitente por naturaleza debido a los movimientos de


rotación y traslación de la tierra y también debido a las condiciones
meteorológicas de cada lugar (nubes). Además, es una fuente de energía
dependiente del tiempo y en muchas ocasiones no coincide la necesidad
con la disponibilidad. Generalmente la energía se requiere más,
precisamente cuando no hay radiación solar (noche). Esto hace necesario
que prácticamente todos los procesos de conversión fototérmica requieran
de un sistema de almacenamiento de energía, para poder satisfacer las
demandas de energía en el momento que sean requeridas. En ocasiones, ni
contando con sistemas de almacenamiento se pueden satisfacer todas las
demandas, por lo que se hace necesario considerar además una fuente
auxiliar de energía.

Los sistemas solares toman su energía del Sol y convertirla en energía útil
para calentar el agua. La energía solar es la energía más limpia de todos
ellos, la liberación de productos químicos no dañinos al medio ambiente.

SISTEMAS PASIVOS.

Uso de sistemas solares pasivos en su hogar, puede ayudarle a reducir los


costos de energía en un 50%. Estos sistemas son muy fáciles de construir, y
usted será capaz de instalar en cualquier lugar de su casa. Usted no
necesita instalar ningún equipo especial para usar los beneficios del calor
del sol. En su lugar, se instalarán materiales especiales utilizados en la
construcción de la estructura que va a absorber y distribuir el sombrero en
su hogar. Estos materiales son piedras para pisos, paredes de ladrillo,
grandes ventanales.

También necesitará un método de hacer circular el aire por toda la casa. Si


desea agregar un sistema solar pasivo a su nueva casa, entonces no le
costará más que el uso de materiales normales.

Algunos sistemas solares utilizan líquidos. Los paneles solares captan la


energía y almacenarla hasta que sea necesario.

Los sistemas de aire solar son las más comunes. Los paneles también se
utilizan para recoger la energía. El que se guarda hasta que lo
necesite. Además, el sistema tiene algunos ventiladores para hacer circular
el aire por toda la casa. La circulación es muy importante para conseguir el
aire hacia abajo para el resto del edificio.
Los sistemas pasivos se usan generalmente en el acondicionamiento
calorífico de edificios y tanto lo que sirve de colector como el sistema de
almacenamiento se encuentran incorporados en los distintos componentes
de mismo edificio, como: pisos, paredes, recipientes con agua y techos. El
tipo de almacenamiento de energía utilizado en estos sistemas es
generalmente por calor sensible (cambios de temperatura de los distintos
componentes del edificio),

Debido a que en estos sistemas las temperaturas de almacenamiento son


bajas, usualmente menores de 40 °C, se requiere de grandes volúmenes del
material que sirve como almacén. Por ejemplo, los distintos componentes
de un edificio que representan un gran volumen, pueden absorber energía
durante las horas de sol y posteriormente cederla durante la tarde o noche.
Para poder calcular la capacidad de almacenamiento de un material
determinado, necesitamos conocer sus propiedades como la densidad y el
calor específico.

La ventaja del agua sobre el concreto o ladrillo es que tiene una gran
capacidad calorífica, y por lo tanto tiene más capacidad de almacenamiento
por unidad de volumen, que los materiales mencionados.

SISTEMAS ACTIVOS.

La característica principal de los sistemas activos es que estos utilizan un


fluido de trabajo en movimiento que puede ser agua, aire, aceites o algún
otro fluido. Los principales componentes que intervienen en estos sistemas
son: el colector solar, la unidad de almacenamiento, sistemas de conversión
y control y el lugar donde se hace la descarga de energía.

Generalmente, el medio de almacenamiento es agua si por el colector se


hace circular un líquido. Similarmente, si en el colector circula aire, el medio
de almacenamiento serán rocas o piedras. Las temperaturas alcanzadas en
este tipo de sistemas andan entre los 50 y 100 °C. En este caso el
almacenamiento de energía se puede dar por cualquiera de los mecanismos
antes mencionados (calor sensible, cambio de fase, reacciones químicas y
estanques solares)

ALMACENAMIENTO POR CALOR SENSIBLE O CAPACIDAD


CALORIFICA.

Diversos tipos de materiales líquidos, sólidos y combinaciones de líquidos y


sólidos, pueden almacenar energía por cambios de temperatura. Esta
energía almacenada es igual al cambio de energía interna (_U) que sufre el
material al cambiar su temperatura y viene a ser igual al calor sensible (Qs)

Una regla de tipo práctico para determinar si un material es apropiado para


utilizarse como medio de almacenamiento, es que este debe ser capaz de
almacenar entre 300 y 600 kJ/°C-m2 de área de colector, como mínimo.
También encontramos que cuanto mayor sea la temperatura que pueda
alcanzar el medio de almacenamiento, tanto menor será el tamaño del
sistema, aunque las pérdidas se hacen más evidentes. Por ejemplo, 1000
litros de agua pueden almacenar aproximadamente 84 MJ de energía
cuando su temperatura aumenta de 30 a 50 °C y 168 MJ cuando la
temperatura varía de 30 a 70 °C. Nótese que se requieren
aproximadamente 2.5 m3 de rocas para almacenar la misma cantidad de
energía con los mismos incrementos de temperatura.

Almacenamiento en agua.

El agua es el medio ideal de almacenamiento para sistemas activos y


pasivos, debido a que tiene una gran capacidad calorífica y por lo tanto
mayor capacidad de almacenamiento. El agua puede almacenar casi cinco
veces más energía (4.186 kJ/kg-°C) que la que puede almacenar la misma
masa de roca o piedra (0.88 kJ/kg-°C). Además, el medio de transporte de
energía, hacia o de la unidad de almacenamiento, se hace a través de la
misma agua. Esta también puede utilizarse en forma directa o mediante el
uso de cambiadores de calor y de manera continua a lo largo del día.
Algunas desventajas que se tienen al utilizar el agua como medio de
almacenamiento, es que se necesitan depósitos que generalmente son
grandes y caros, se oxidan si son de metal y hay grandes pérdidas de calor
por conducción y convección que tienen que ser evitadas utilizando
aislantes. Otro aspecto es que la energía es liberada a diferentes
temperaturas.
Una de las aplicaciones más comunes se da en los calentadores solares de
agua para uso doméstico.

Almacenamiento en piedras o rocas.

Las rocas o piedras también son un buen medio de almacenamiento. En


sistemas activos, generalmente se usa lechos de piedra bajo tierra o lechos
empaquetados. Como ya se había mencionado, el aire es el fluido de trabajo
que remueve o adiciona el calor de la unidad de almacenamiento. En este
caso, el calor por lo general no puede ser adicionado y removido al mismo
tiempo.

Aunque las rocas o piedras no tienen un calor especifico alto, son buenos
como medio de almacenamiento debido a que tienen una gran densidad,
son de bajo costo, tienen conductividad térmica baja y no tienen problemas
de corrosión.

ALMACENAMIENTO EN ESTANQUES SOLARES.

Un estanque común con agua es capaz de captar una gran cantidad de


energía solar a través de todos los días del año. Sin embargo, la
temperatura del agua permanece baja debido a que también hay grandes
pérdidas de energía por radiación, convección y evaporación
principalmente. Una manera de evitar esas pérdidas de calor es mediante el
uso de estanques con agua salada. Debido al aumento en la densidad del
agua por efecto de las sales disueltas, no se da el efecto de la convección
dentro del estanque y además esto permite que se desarrolle un gradiente
de temperatura estable y positivo hacia abajo. De esta forma, la
temperatura del fondo es mayor que la que se tiene en la superficie y por la
tanto se evita la mayor parte de las pérdidas de calor que se dan en la
superficie del líquido.

Otros aspectos que ayudan a que esto suceda, es que el agua -con sales o
sin sales disueltas- no es buena conductora térmica y además es opaca a la
radiación infrarroja. También, permite que la fracción visible y ultravioleta
de la radiación solar penetre hasta el fondo del estanque y ahí se quede
almacenada. La captación de energía solar se puede mejorar si el fondo y
paredes están pintadas de negro. La remoción del calor se hace mediante
intercambiadores de calor apropiados, para evitar que la solución tenga
movimiento y por lo tanto se pierda el gradiente de temperatura positivo.
Otro factor que puede contribuir a que se pierda dicho gradiente es el viento
que pega en la superficie del líquido. Esto se puede evitar colocando una
cubierta transparente adecuada sobre el estanque solar.
La absorción de la radiación de longitud de onda larga debe tomarse en
cuenta debido a que el 27% de la radiación en el espectro solar total es
absorbida en el primer centímetro de la salmuera. La eficiencia de
aprovechamiento, en consecuencia, está limitada a la absorción en la capa
con gradientes. Puede demostrarse que la fracción de luz que resta después
de atravesar una distancia x de agua clara es donde a = 0.73 y b = 0.08. La
profundidad x se expresa en centímetros.
Podemos decir que en un estanque solar con salmuera se distinguen tres
regiones distintas, aunque difusas: Una capa de agua pura en la superficie,
una intermedia donde ocurren los gradientes de densidad y una conectiva
en el fondo. Esta última es lo que constituye en realidad el sistema de
almacenamiento de energía, dado que tiene la mayor temperatura y se
encuentra aislada de la atmósfera por las capas superiores.

COLECTORES SOLARES PLANOS.

Un colector solar es una especie de intercambiador de calor que transforma


la energía radiante en calor. La transferencia de energía se hace desde una
fuente radiante (sol), hacia un fluido (agua o aire generalmente) que circula
por los tubos o ductos del colector. El flujo de energía radiante que
finalmente intercepta el colector, proviene básicamente del rango visible del
espectro solar (longitudes de onda entre 0.29 y 2.5 µm) y es por naturaleza
variable con el tiempo. En condiciones óptimas podemos esperar como
máximo, flujos de 1100 W/m2. De esta forma, un análisis de colectores
solares presenta problemas relacionados con radiación y flujos de energía
pequeños y variables.

Dentro de los diversos tipos de colectores solares, los colectores solares


planos son los más comunes. Estos pueden ser diseñados y utilizados en
aplicaciones donde se requiere que la energía sea liberada a bajas
temperaturas, debido a que la temperatura de operación de este tipo de
colectores, difícilmente pasa los 100 °C.

Las ventajas que podemos obtener de este tipo de colectores con respecto a
los colectores de enfoque, que concentran la radiación solar; es que éstos
utilizan la energía solar directa y difusa, no requieren movimiento continuo
para dar seguimiento al sol, prácticamente no necesitan mantenimiento y
son mecánicamente de construcción más simple que los colectores
concentradores. Las principales aplicaciones de estos dispositivos son en el
campo del calentamiento de agua a nivel doméstico e industrial,
acondicionamiento calorífico de edificios y secado de fruta y granos.
En este capítulo se analizará detalladamente el funcionamiento térmico
teórico de los colectores solares planos, donde se verá que función juega
cada una de sus partes. Aunque en general el análisis se hace para
colectores que utilizan un líquido como fluido de trabajo, haciendo pequeños
cambios convenientes, este también sirve para colectores que trabajan con
gases. En general, cuando se hable de un líquido, se tratará de agua
fluyendo a través de un tubo y cuando se hable de un gas, entenderemos
que es aire fluyendo por un ducto que puede tener muy diversas formas.

Descripción general de un colector solar plano.

El colector solar plano muestra un corte transversal de uno de estos


dispositivos que maneja un líquido como fluido de trabajo. la energía solar
incidente, tiene que atravesar una o varias capas de vidrio o algún otro
material transparente adecuado, antes de alcanzar la placa de absorción
negra que es el elemento más importante del colector solar, al cual está
unido el tubo o ducto. En esta placa, es donde la energía radiante es
convertida en calor. Este calor, posteriormente es transferido por
conducción hacia el fluido de trabajo (agua, aire), que es el que finalmente
remueve la energía térmica del colector y la transfiere al tanque de
almacenamiento térmico o al espacio o producto que va a ser calentado,
según la aplicación que se le esté dando. El vidrio o su equivalente, además
de permitir la entrada de la radiación solar hasta la placa de absorción,
sirven también para minimizar las pérdidas de calor por radiación y
convección hacia el medio ambiente por la parte superior del colector.
El aislante térmico (espuma de poliuretano, poliestireno, lana de fibra de
vidrio o algún otro) colocado en la parte posterior y lados del colector,
disminuye también las pérdidas de calor hacia el medio ambiente en esas
partes. Todas las partes mencionadas se encuentran dentro de una caja que
sirve como parte estructural del colector y que puede ser hecha de diversos
materiales como lámina metálica, madera o plástico.

El diseño de cada colector depende fundamentalmente de la aplicación


específica a la cual vaya a destinarse. Este debe ser diferente si por ejemplo
se trata de calentar agua para una alberca (22 - 30 °C), agua para uso
doméstico (40 - 60 °C) o aire para el acondicionamiento calorífico de
edificios (90 - 100 °C).
Algunos de los parámetros más importantes que se tienen que tomar en
cuenta para su diseño y funcionamiento, son los siguientes: tipo de tubo o
ducto, diámetro nominal, longitud, número de tubos y espaciamiento entre
ellos; material, espesor y acabado de la placa de absorción o aleta; número
y tipo de capas o cubiertas transparentes; tipo de aislante y espesor; tipo de
fluido de trabajo y flujo de masa del mismo; inclinación y orientación del
colector; condiciones ambientales como velocidad del viento y temperatura
del aire y, por supuesto, la intensidad de la radiación solar.

COLECTORES CONCENTRADORES

Existen muchas aplicaciones, sobre todo a nivel industrial, donde se


necesita que la energía sea liberada a altas temperaturas. Como se
mencionó en el capítulo anterior, esto no se puede lograr con los colectores
solares planos debido a las características propias de este tipo de colectores
y a que la radiación solar es una energía de baja intensidad. En
consecuencia, para obtener temperaturas altas (arriba de los 100 °C), se
hace necesario incrementar la intensidad de la energía solar. Esto se puede
lograr disminuyendo el área por donde ocurren las pérdidas de calor, e
interponiendo un dispositivo óptico entre la fuente de radiación (sol) y la
superficie absorbedora, que debe ser pequeña comparada con la del
dispositivo óptico. Esta es precisamente la función que desempeñan los
colectores concentradores. De esta manera, en el absorbedor, podemos
tener densidades de energía que van desde 1.5 hasta varios miles de veces
la radiación solar que llega al sistema óptico.

Con los colectores concentradores de energía solar, se pueden obtener


temperaturas entre 100 y 500 °C si se usan colectores focales
rudimentarios, entre 500 y 1500 °C si el sistema óptico de los colectores
tiene un buen acabado y entre 1500 y 3500 °C si el sistema óptico tiene un
acabado perfecto.
Aunque con este tipo de colectores se pueden obtener altas temperaturas
de operación, estos presentan varios problemas técnicos desde el punto de
vista ingenieril comparados con los colectores solares planos. Deben
orientarse continuamente al sol de manera precisa mediante un mecanismo
apropiado debido a que este tipo de colectores utilizan únicamente la
energía solar directa. Por otra parte, el acabado de las superficies que
constituyen el sistema óptico no sólo debe ser de buena calidad, sino que
debe mantener sus propiedades por largos períodos de tiempo sin ser
deterioradas por el polvo, lluvia y medio ambiente, donde generalmente
existen componentes oxidantes y corrosivos. También las demandas de los
materiales utilizados en el receptor (aislante térmico, fluido de trabajo,
tubos absorbedores y cubiertas) son mayores en este tipo de colectores,
debido a que es ahí donde se obtienen las altas temperaturas.

En resumen podemos decir que los problemas de operación que acabamos


de mencionar, junto con los costos elevados de los materiales utilizados en
este tipo de colectores focales, ha hecho que su uso no sea muy
generalizado. Esto ha dado cabida a que se trabaje en los colectores
concentradores fijos. Estos no tienen las desventajas de los de enfoque,
aunque sólo permiten incrementos moderados de la intensidad de la
radiación solar.

Diferentes tipos de colectores concentradores.

Existe una gran variedad de colectores concentradores, pero podemos decir


que todos ellos pueden clasificarse en dos categorías básicas: los de
enfoque y los fijos o semifijos. Los concentradores de enfoque constan
fundamentalmente de tres partes: el concentrador ó sistema óptico, el
receptor donde se encuentra el absorbedor y un mecanismo de seguimiento
para el sol. Los de enfoque necesitan forzosamente un mecanismo para
seguir el sol y con ellos se pueden lograr altas temperaturas en el
absorbedor. Los fijos o semifijos no necesitan del mecanismo para seguir al
sol, pero sólo se pueden obtener temperaturas moderadas. Podemos tener
una gran variedad de concentradores, receptores y tipos de mecanismos
para seguir el sol, como se muestra enseguida.

Tipos de concentradores.

Los tipos de concentradores se pueden clasificar de acuerdo a diferentes


tópicos. Una clasificación se refiere a si el concentrador es reflector o
refractor. El primero utiliza una superficie reflejante para concentrar la
radiación solar, mientras que el segundo lo hace mediante superficies
apropiadas que hacen la refracción de la luz solar.

También se puede obtener una clasificación respecto a donde se afoca la luz


reflejada o refractada en el concentrador solar. Los concentradores
cilíndricos o lineales, afocan sobre una línea, mientras que los que son
superficies de revolución o circulares, afocan sobre un punto. Finalmente,
podemos hacer una clasificación respecto al tipo de sección que presente el
concentrador. Los más comunes son de sección parabólica, sección esférica
y de sección plana.

Tipos de receptores.

Existe también una gran variedad de receptores. El receptor es la parte


donde la energía solar se convierte en calor. Este incluye el absorbedor y en
ocasiones cubiertas y aislante. Los tipos de receptores pueden ser
cóncavos, convexos, planos, hemisféricos, cilíndricos, elípticos y
concavidades. Cada uno de estos puede ser lineal o puntual.

Tipos de seguidores de sol.

Se han desarrollado muchos mecanismos dependiendo del tipo de colector.


En general podemos hablar de mecanismos con uno o dos ejes de
movimiento. Los concentradores cilíndricos normalmente utilizan solo un eje
de movimiento e incluso pueden llegar a operar estando fijos. Los circulares
necesitan los dos ejes de movimiento para poder hacer un buen
seguimiento del sol. También podemos hablar de mecanismos automáticos
o mecanismos manuales. Los primeros se utilizan para hacer un
seguimiento continuo del sol y los segundos, cuando se tienen que hacer
ajustes diarios, semanales o mensuales del colector concentrador.

En resumen podemos decir que con esta amplia gama de diseños, es difícil
desarrollar análisis generales aplicables a todos los tipos de colectores
concentradores, y por lo tanto, sólo se verán los casos más comunes.
Actualmente se sigue trabajando sobre diversos diseños.

FOTOTÉRMICA.

Las principales aplicaciones de la energía solar son de tipo térmico, donde la


energía luminosa, mediante diversos mecanismos se aprovecha en forma de
calor. Sin embargo, existe una aplicación no fototérmica de mucha
importancia que consiste en la producción de electricidad a partir de la
radiación solar mediante celdas solares y paneles fotovoltaicos.

La energía eléctrica no está presente en la naturaleza como fuente de


energía primaria y, en consecuencia, sólo podemos disponer de ella
obteniéndola por transformación de alguna otra forma de energía. Una de
las primeras formas como el hombre obtuvo energía eléctrica fue mediante
el uso de pilas que generaban electricidad a partir de reacciones químicas.
Posteriormente, la energía mecánica fue la principal fuente de electricidad
gracias a la utilización de dínamos y alternadores. En la actualidad, la
principal manera de obtener la electricidad es mediante el uso de grandes
centrales termoeléctricas, en las que la energía térmica liberada por una
fuente de energía primaria (madera, carbón, petróleo, gas, combustible
nuclear, etc.) se transforma en electricidad a través de un proceso que
exige el uso de turbinas y alternadores, los cuales cubren la etapa final de
conversión de energía mecánica en eléctrica. También las centrales
hidroeléctricas son de importancia en la actualidad y conceptualmente
trabajan bajo el mismo principio al utilizar la energía potencial de una caída
de agua para obtener energía mecánica que posteriormente será
transformada en eléctrica.
Recientemente, el hombre ha aprendido a obtener electricidad a partir de la
energía solar mediante procesos fototérmicos y fotovoltaicos. Los primeros
operan bajo principios semejantes a los de las centrales térmicas
convencionales. Los denominados fotovoltaicos, presentan una importante
simplificación respecto a los procesos energéticos convencionales, debido a
que transforman una energía primaria, la solar, en electricidad de un modo
directo, es decir, sin transformaciones intermedias en otras formas de
energía. De lo anterior, podemos entonces decir que las células solares o
celdas fotovoltaicas son dispositivos capaces de transformar la radiación
solar en electricidad, de un modo directo. Estos dispositivos son estáticos y
en absoluto semejantes a las generadores convencionales.
El capítulo esta dedicado a este tipo de dispositivos y se describen los
principios bajo los cuales funcionan, la tecnología de su fabricación, las
formas como se utilizan a través de paneles fotovoltaicos y sus principales
aplicaciones.

tecnología de fabricación de células y módulos fotovoltaicos.

Debido a que una célula solar genera corrientes y tensiones pequeños,


éstas no son los elementos que se utilizan en las aplicaciones prácticas, sino
que, con objeto de lograr potencias mayores, se acoplan en serie o en
paralelo para obtener mayores tensiones y corrientes formando lo que se
denomina módulo fotovoltaico, que es el elemento que se comercializa. A la
vez, estos módulos se conectan en serie o en paralelo para obtener las
tensiones y corrientes que nos den la potencia deseada. Módulos en serie
aumentan el voltaje y conservan la misma corriente, mientras que módulos
en paralelo aumentan la corriente, conservando el mismo voltaje. Los
módulos generalmente se fabrican para tener una salida de 12 VCD.

Estructura de un generador fotovoltaico.

Suele llamarse generador fotovoltaico al conjunto de elementos,


debidamente acoplados, que permiten utilizar la energía eléctrica obtenida
por conversión de la solar mediante las células solares. La estructura de un
generador es variable según la aplicación a la que está destinado, aunque
algunos elementos tienen que estar presentes necesariamente. Para fines
prácticos, podemos decir que hay dos grandes grupos de generadores: los
autónomos, que constituyen una fuente de energía eléctrica independiente
de la red general de electricidad y que por lo tanto precisan de algún
sistema de almacenamiento de energía eléctrica; y los no autónomos, que
operan en conjunto con dicha red y que pueden prescindir del sistema de
almacenamiento.

Los generadores fotovoltaicos autónomos se compones de tres subsistemas:


el panel fotovoltaico, donde la energía solar se convierte en corriente
continua, el regulador-conversor electrónico y el subsistema de
almacenamiento, que generalmente son baterías electroquímicas. El
acoplamiento de estos tres subsistemas se hace en función del tipo de
consumo que vaya a satisfacer el generador fotovoltaico, como se observa
en la figura 8.7, donde el esquema inferior describe un generador híbrido. El
regulador tiene la doble función de evitar la sobrecarga de las baterías
desconectándolas cuando ya están cargadas, y evitar la descarga de las
mismas en períodos en que los paneles no generan suficiente energía por
haber baja la insolación o ser de noche.
Otra característica importante de los generadores fotovoltaicos es su
carácter modular. Por modularidad se entiende la posibilidad de ampliar la
potencia pico instalada por acoplamiento de nuevos paneles. Así, el sistema
se adapta a la demanda sin la necesidad de adquirir un nuevo generador.
Por otro lado, el sistema de paneles fotovoltaicos posee un vida larga, unos
20 a 25 años, al final de los cuales su rendimiento debe ser del orden del
75% del inicial. Después de este tiempo, su degradación se acelera y
desciende el rendimiento hasta valores despreciables.

Aplicaciones de los sistemas fotovoltaicos.

Desde un punto de vista histórico, el motivo de la construcción de las celdas


fotovoltaicas fueron los satélites artificiales. La idea era construir un
generador eléctrico para alimentar los equipos de toma de datos que
llevaban a bordo, que presentara ventajas con respecto a otros generadores
como los termoeléctricos y las pilas de combustible. De hecho, las ventajas
encontradas en este tipo de generadores fueron: peso reducido, larga vida,
ocupación de espacio mínima y nivel de insolación elevado y continuo por
estar fuera de la atmósfera terrestre, aunque sus costos eran muy elevados.
Para aplicaciones terrestres, el factor económico era muy importante si se
deseaba tener una aplicación más generalizada y por lo tanto, desde esos
años (1972-73), se inició una tremenda carrera cuya meta era la
simplificación y el descubrimiento de nuevas tecnologías, procesos, e
investigación de nuevos materiales, que condujeran a un abaratamiento de
las células solares y demás componentes del generador fotovoltaico. Dichos
esfuerzos han rendido ya sus frutos y encontramos que en la actualidad los
precios han bajado drásticamente y existen muchas más aplicaciones de las
células solares,

Vale la pena mencionar que en la actualidad también se está trabajando


con generadores mixtos o híbridos, esto es, adaptar el generador
fotovoltaico con otros generadores ya existentes como los eólicos o los
generadores diesel. También podemos mencionar que actualmente se han
construido algunas centrales fotovoltaicas que proporcionan una potencia
considerable y que en un momento dado pueden llegar a ser rentables en
ciertos casos, comparadas con las centrales tradicionales como las
termoeléctricas o hidráulicas.
Universidad vasco de Quiroga
Escuela de arquitectura uvaq
Eco arquitectura
Arq. Zirahuen Ayala
Almacenamiento de calor
Javier Álvarez Duran

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