Qué Es El Aparato Digestivo

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¿QUÉ ES EL APARATO DIGESTIVO?

Se conoce como aparato digestivo al conjunto de órganos que se


encargan del proceso digestivo, es decir, la transformación de
los alimentos en materiales más sencillos (hidratos de carbono, lípidos,
vitaminas, minerales, agua y proteínas) se para que puedan ser
absorbidos y utilizados por todas las células del organismo. Además
del ser humano, la mayor parte de los animales superiores cuentan con
un aparato digestivo que lleva a cabo esta función.

Desde que introduces un alimento en tu boca, el aparato digestivo inicia


su trabajo: la digestión.

La función de nutrición es la encargada de transformar los alimentos que


tomamos y el oxígeno que respiramos en la energía y los nutrientes que
necesita nuestro cuerpo para crecer y llevar a cabo las funciones vitales.

FUNCION
El aparato digestivo cumple con diversas funciones, pero las principales
son cuatro: transporte de alimentos, secreción de jugos
digestivos, absorción de nutrientes y excreción de heces.
Transporte de alimentos. Los alimentos ingresan en la boca, donde
son triturados por los dientes y humedecidos por la saliva, y se
convierten en el bolo alimenticio, que es empujado hacia el esófago con
ayuda de la lengua. Luego, a través de los movimientos peristálticos (un
tipo de movimiento muscular de contracción y relajación), los alimentos
continúan avanzando a través del tubo digestivo, pasando por el
estómago y llegando luego a los intestinos.
Secreción de jugos digestivos. A lo largo del tubo digestivo, los
alimentos van recibiendo secreciones provenientes de distintos órganos,
que permiten su digestión química. Ya en la boca las glándulas salivales
secretan una enzima que comienza la transformación de los azúcares. El
proceso de digestión química continúa en el estómago (gracias a la
presencia de los jugos gástricos allí secretados) y en la primera porción
del intestino delgado (duodeno), donde los alimentos parcialmente
digeridos son sometidos a la acción de la bilis y los jugos intestinal y
pancreático. Las enzimas y otras sustancias presentes en todos los jugos
digestivos permiten que los alimentos sean completamente digeridos
químicamente, es decir, sean reducidos a sus mínimas unidades
aprovechables.
Absorción de nutrientes. Una vez digeridos los alimentos (reducidos a
sus formas más simples), los nutrientes son absorbidos en el intestino
delgado, pasando luego a la sangre para ser distribuidos por el
organismo. Por su parte, el agua y algunas sales son absorbidas en el
intestino grueso.
Egestión de heces. Una vez extraídos los nutrientes de la comida, es
preciso expulsar el material de desecho (los restos indigeribles que no
fueron utilizados) fuera del cuerpo, lo que se hace a través del final del
tracto digestivo.

ÓRGANOS DEL APARATO DIGESTIVO

El aparato digestivo está formado por el tubo digestivo (que comienza


en la boca y termina en el ano y mide alrededor de once metros) y las
glándulas anexas (glándulas salivales, hígado y páncreas). A
continuación, veamos cuáles son los órganos que forman parte de este
aparato y las funciones que desempeñan.
Boca y glándulas salivales. La boca o cavidad oral es el lugar por
donde los alimentos ingresan al cuerpo. Este órgano contiene
distintas estructuras, como los dientes (que permiten la masticación) y
la lengua (que facilita la deglución). Además, en la boca se encuentran
las glándulas salivales que producen y secretan la saliva. Esta secreción
tiene múltiples funciones: humedece el alimento y además contiene
enzimas (que dan comienzo a la digestión química) y sustancias
bactericidas.
Faringe. Es una estructura con forma de tubo, que forma parte tanto
del aparato digestivo como del respiratorio: conecta a la boca con el
esófago (dejando pasar los alimentos por el tubo digestivo) y las fosas
nasales con la laringe (dejando pasar el aire hacia los pulmones). La
faringe presenta una estructura llamada epiglotis, que actúa como una
válvula separando las vías digestiva y respiratoria.
Esófago. Es un conducto muscular, que transporta la comida de la boca
al estómago, atravesando el cuello, el tórax y el abdomen, y pasa por un
agujero en el diafragma.
Estómago. En este órgano se acumula la comida. Las células que
forman el estómago secretan los jugos gástricos, compuestos
principalmente por pepsinógeno, un precursor enzimático, y ácido
clorhídrico (HCl). Esta sustancia le otorga acidez al medio permitiendo la
activación del pepsinógeno en pepsina (enzima digestiva que degrada
proteínas) y funcionando además como bactericida. Las paredes internas
del estómago están revestidas de una mucosa que las protege de la
acción del ácido.
Intestino delgado. Esta primera porción del intestino, que mide entre
6 y 7 metros de longitud, comienza en el duodeno y llega hasta a la
válvula ileocecal, donde se une con el intestino grueso. El intestino
delgado está repleto de vellosidades y es el lugar donde se terminan de
digerir los alimentos y se produce la absorción de los nutrientes. Este
órgano se divide en dos partes. La primera porción es el duodeno, que
mide entre 25-30 cm que y es donde se produce la secreción de jugo
intestinal y se reciben las secreciones del páncreas y el hígado. La
segunda porción es el yeyuno-íleon, donde se produce la absorción de
los nutrientes una vez que han sido digeridos.
Intestino grueso. Es el resto del intestino, que culmina en el recto y
mide entre 120 y 160 cm de longitud. Este órgano cumple con varias
funciones muy importantes para el organismo: es donde se forman las
heces fecales, pero también es la porción del aparato digestivo donde se
reabsorbe el agua y las sales. Además, el intestino grueso es hábitat
natural de bacterias que sintetizan vitaminas necesarias para el
organismo.
Páncreas. Esta glándula se encuentra en contacto con el intestino y
vierte en el duodeno su jugo pancreático, que contiene distintas enzimas
indispensables para la digestión. Por otra parte, el páncreas también
sintetiza y libera a la sangre hormonas que regulan el metabolismo de
los azúcares, como la insulina, que permite la entrada de la glucosa a las
células.
Hígado y vesícula biliar. El hígado constituye la mayor víscera del
cuerpo (pesa kilo y medio) y tiene múltiples y variadas funciones. Este
órgano produce la bilis, una sustancia necesaria para la digestión y la
absorción de las grasas (permite su emulsificación). La bilis se acumula
en la vesícula biliar y desde allí pasa al duodeno.
Ano. La abertura anal es por donde se expulsan hacia el exterior del
cuerpo humano las heces o materia fecal, mediante movimientos
controlados del esfínter anal.
TIPOS DE NUTRIENTES
Los nutrientes cumplen básicamente con tres funciones en el
organismo: proporcionan energía para las actividades diarias, reparan y
renuevan el organismo y, por último, regulan las reacciones químicas
que se producen en las células.

Ahora bien, si se trata de describir los tipos de nutrientes que existen y


sus principales cualidades, dicha lista debe incluir algunos como:

 Hidratos de carbono: también llamados azúcares simples,


proporcionan energía al organismo, aunque su consumo debe ser
moderado. Se encuentran en alimentos como el arroz, el pan o las
pastas, entre otros.
 Lípidos o grasas: constituyen una fuente directa de energía para el
cuerpo. Además, los tejidos adiposos protegen y sostienen los órganos
vitales.
 Proteínas: son uno de los componentes básicos para dar forma a los
huesos y los músculos, así como para suministrar energía al
organismo. Están relacionadas también con el control del peso y la
regulación del colesterol.
 Vitaminas o sales minerales: las encontramos principalmente en
las frutas y las verduras. Intervienen en las funciones nerviosas y en la
buena función y el correcto desarrollo de los músculos.
 Agua: es el principal componente del cuerpo humano, además de ser
al que le corresponde facilitar funciones como la digestión o la
eliminación de residuos. Se puede consumir directamente o en
productos derivados.

La rueda de los alimentos


nos ayuda a conseguir una
dieta equilibrada y se
divide en 6 partes y
debemos comer más de
los grupos 5 y 6 que son
las frutas y verduras.

El aparato respiratorio
El aparato respiratorio consta de nariz, laringe, tráquea, pulmones,
bronquios y alveolos. Su función es abastecer de oxígeno al cuerpo y
desechar el dióxido de carbono.
El aire entra por la nariz a nuestro organismo; pasa por la laringe para
llegar la tráquea que se divide en vías respiratorias más finas llamadas
bronquios. Al igual que las ramas de un árbol, los bronquios se dividen
en vías respiratorias aún más finas llamadas bronquiolos. Los
bronquiolos terminan en millones de sacos de aire muy pequeños
llamados alvéolos.
El pulmón derecho tiene 3 lóbulos y el izquierdo tiene 2.
En los alveolos, unos diminutos sacos que se encuentran en los
pulmones, el oxígeno pasa a la sangre. También en los alveolos se
deposita el dióxido de carbono para ser expulsado del cuerpo.
El oxígeno es llevado por los glóbulos rojos (unos componentes de la
sangre) hacia el corazón y luego se distribuye a todo el cuerpo; por eso
el aparato respiratorio está relacionado de manera directa con el
sistema circulatorio.
La acción de jalar aire hacia los pulmones se llama inspiración o
inhalación, y a la de expulsarlo se le conoce como espiración o
exhalación. Estos movimientos son involuntarios y automáticos, aunque
en cierta medida tienes control sobre ellos.
Puedes detener la respiración, pero cuando al cuerpo le falte oxígeno,
inmediatamente sentirás el impulso y la necesidad de respirar.

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