Resumen TELEVICINIE

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Presentación

La investigación acerca de las compañías productoras de cine en México no ha sido un

tema abordado por los estudiosos de la cinematografía nacional. Si bien las productoras

cuentan con sus catálogos o listados de venta, éstos sólo son documentos internos de

índole administrativa, contable y comercial. No constituyen fuentes para el estudio del

cine debido a que no llegan a las manos de los posibles interesados en su consulta e

interpretación. Hacen falta los estudios sobre las productoras fílmicas nacionales más

prolíficas. Creo conveniente saber qué produjo Clasa Films Mundiales, Cinematográfica

Grovas, Producciones Agrasánchez, Cima Films, Diana Films, Producciones Zacarías,

Producciones Potosí, Cinematográfica Jalisco, Grupo Galindo, Cinematográfica Calderón,

por mencionar algunas empresas. Pero también sería relevante conocer la producción de

otros tipos de instituciones o compañías como: Estudios Churubusco Azteca, Conacine,

Cooperativa Río Mixcoac, IMCINE, Conacite II, Foprocine, Fidecine, CUEC, CCC. Contar esta

historia significaría introducirnos en un aspecto poco conocido del cine mexicano.

El propósito del presente trabajo consiste en hacer el recuento general de producción de

una empresa y de sus significados en el marco de la cultura cinematográfica.

¿Por qué se producen cierto tipo de películas y no otras? Una productora insistirá en

algunos géneros, repetirá a sus actores favoritos; llamará a los realizadores más

confiables; recurrirá a sus guionistas predilectos, tal vez a sus cinematógrafos. Aportará
quizá un estilo, creará o consolidará unos temas; recreará una ideología, una identidad de

empresa; se atreverá o no a realizar parodias de sí misma como instancia productora, o

involuntariamente mostrará sus contradicciones.

Una productora privada impone la estandarización de sus resultados, se cubre con el

prestigio de su equipo artístico o se conforma con realizadores destajistas. Obligadamente

trabajará con los equipos técnicos de los sindicatos STPC y STIC; negociará los

desplazamientos de estos profesionales del cine o intentará producir en el extranjero para

evitar a los sindicatos. De igual modo buscará la asociación con otras productoras que le

den posibilidades de ganar y abaratar costos y participará en las cambiantes prácticas

cinematográficas (avances tecnológicos, temáticas de moda, surgimiento de nuevos

realizadores y artistas técnicos), adecuando sus películas a las circunstancias mercantiles,

intentando participar en utilidades mayores al ingresar a la distribución, la promoción o

incluso a la exhibición. Una instancia productora de cine sabe de las salas existentes,

estima el número de copias convenientes, conoce las características de los públicos, las

regiones económicas, el costo del boleto, entre otros tantos saberes.

Una productora es una empresa y como tal se dedica a los negocios. Estudia el mercado

para colocar mejor sus productos, intenta desplazar a sus competidores, convive con ellos,

toma acuerdos de coproducción o crea su propio nicho. Impone su marca, se publicita,

cree en lo que produce y se retroalimenta de su mundo imaginario.


¿Por qué Televicine y no otra productora? Nacido este proyecto de investigación de la

elaboración de la base de datos de cine mexicano de la década de los noventa de la

Cineteca Nacional, observamos que las películas de Televicine constituían casi la cuarta

parte de la producción nacional en esos diez años. Hemos ampliado el estudio a toda la

producción fílmica de Televisa que va de 1978 a 2005, a partir de una metodología que

obliga necesariamente referirnos a las “prácticas culturales” de esa época, a los sectores

sociales que consumen películas y que por lo tanto poseen una “cultura cinematográfica”,

sea la que fuere. Pretendemos además discernir ligeramente sobre los otros productores

de cine durante los años comprendidos; realizamos breves apuntes sobre las

mentalidades de los cineastas y guionistas, nos acercamos sociológicamente a los tipos de

espectadores describiendo las salas de cine que frecuentan y las determinadas películas

que consumen.

Televisa en su producción fílmica ha sustentado, mediante la insistencia de sus tópicos,

unos productos culturales que gusta llamar cine-entretenimiento, cine-esparcimiento,

cine familiar, pero que a su vez le sirven para discutir los problemas sociales que considera

pertinentes (la saturación vehicular, las violaciones a infantes, el secuestro, los

indocumentados, los provincianos en la ciudad, la guerrilla, la corrupción política, el

periodismo amenazado, el alcoholismo, los asesinos seriales, la vida en vecindad en

barrios o pueblos, la pena de muerte, la delincuencia); pero también sus películas

instrumentan historias con asuntos humanos (la búsqueda de la felicidad, la obtención del

éxito, el prurito sexual en adolescentes, el amor y el desamor, la amistad infantil, el


adulterio, el humor y lo cómico). Todo al nivel del reforzamiento de mitologías que se

pretenden universales o cuando menos propias de la identidad nacional que imaginan

conviene a todos informarnos acerca de ello. ¿Y cómo dejar de hacerlo? Ninguna

productora abandonará la manifestación de sus propias ideas del mundo, su ideología. Y

Televisa menos.

Sin embargo, algunas películas de la televisora rompieron con sus propios esquemas de

producción. Queremos rescatarlas en lo que llamamos el top ten de Televicine. Títulos a

los que dedicamos modestos análisis particulares. También atendemos a las películas en

las que los personajes son cantantes reales. A partir del concepto de metaficción,

discutimos las historias de estas cintas que llevan la intención de reforzar el mercado

musical; nos inquieta saber si respetan las reglas del cine musical, lo exponemos en el

apartado El cine como excusa.

De la misma forma, a lo largo del texto resaltamos el tipo de cine que se encuentra en el

medio cinematográfico a la par del de Televicine; señalamos las diferencias o similitudes

con los otros productores privados, con el estado y los productores independientes. De

igual manera enmarcamos los títulos de Televicine en sus contextos socio-culturales.

Mostramos descripciones por años de producción, por sexenio, por directores

administrativos de la empresa, por coproducción. Indicamos los premios nacionales e

internacionales obtenidos. Destacamos los programas de televisión llevados a cine;

resaltamos a sus directores más prolíficos o más singulares, a sus actores estelares y de
reparto más representativos. Señalamos sus tipologías narrativas y la adaptación de las

mismas al medio cinematográfico (telenovela, programa cómico de variedades, teleserie).

Indicamos su inscripción en los géneros fantástico, policíaco, erótico, campirano, infantil,

de luchadores, romántico, melodrama y comedia de problemática social.

A su vez hacemos acopio de los conceptos que se van emitiendo en la prensa y

publicaciones cinematográficas a lo largo de los años con relación al cine mexicano y en

particular hacia el cine de Televisa.

Los primeros pasos del nuevo patrón (1978-1982)

Televisa inicia su producción fílmica con una película aislada en 1973 La Celestina del

dramaturgo pasoliniano Miguel Sabido, quien llegaría a convertirse en el intelectual de la

televisora, creador de telenovelas con sustento histórico, especialista en pastorelas y

cultura indígena. La cinta se estrena el 15 de julio de 1976; sin embargo, este título no

significó que la empresa televisiva fuera a continuar con la adaptación de romances de la

última etapa de la Edad Media, aunque el “esfuerzo imaginativo de Sabido” bien valiera

otra película (1). El Chanfle (1978), la segunda película producida por el consorcio, se

alejaba radicalmente de la polifacética tragicomedia de Calixto y Melibea de Fernando de

Rojas. El Chanfle del dominicano Enrique Segoviano se convertía en la cinta inaugural de

Televicine, la empresa constituida para la producción fílmica de Televisa.


Así, en su primer año de existencia, Televicine produjo 2 películas: El Chanfle y Milagro en

el circo. La primera lleva como estelar a Roberto Gómez Bolaños y a su séquito de sus

series televisivas: Florinda Meza, Ramón Valdés y Carlos Villagrán. El título de la película

deriva del léxico del fútbol soccer y se centra en las peripecias de un empleado del club

América (propiedad real de la televisora). La siguiente película, Milagro en el circo,

presenta a otro inefable personaje televisivo, Ricardo González “Cepillín”, acompañado

del célebre actor-director español Fernando Fernán Gómez en la que será la primera

coproducción de Televicine, en este caso con una productora española. Los dos títulos

marcarán los temas o géneros con los que la empresa continuará su producción a lo largo

de su existencia: las comedias de humor “probado” y los melodramas envueltos en ciertas

cuestiones sociales.

La oficina dirigida por Fabián Arnaud se convertía en una compañía significativa en cuanto

a la cantidad de filmes a realizar; en 1979 produce 14 cintas, 10 propias y 4 en

coproducción: Albur de amor, En mil pedazos, Frontera, Le agarró la mano el chango,

Morir de Madrugada, Muerte en el Río Grande, Noche de juerga, Nora la rebelde, La

ilegal, Persecución y muerte de Benjamín Argumedo, La Pistolera, ¡Qué verde era mi

duque!, Los reyes del palenque, Sor Metiche. Los actores más populares de la época eran

contratados para los repartos; destacaban María Victoria, Gonzalo Vega, Blanca Guerra,

Fernando Allende, Andrés García; algunos más provenían de la época clásica del cine

mexicano: Armando Soto la Marina “El Chicote”, José René Solís “Tun Tún”; e irrumpían

algunos “nuevos rostros” ¡cinematográficos! (Daniela Romo, Lucía Méndez). También


aparecían vedettes del mundo del espectáculo sensual, como la violinista que todos

querían ver, Olga Breeskin; pero los filmes de Televisa no pasarían de clasificación B,

inscribiéndose en esa especie de política cinematográfica de Margarita López Portillo, el

llamado “cine familiar” en oposición al de los “groseros”, “caros” y “pretenciosos”

cineastas echeverristas. Ya nunca más una mentada de madre en las películas mexicanas.

Buen cine a bajo costo, buen gusto y sin ofensas

Fueron los años en que la situación era ideal para Televisa, apunta el decano del tiempo

libre fílmico Nelson Carro:

“No era muy difícil; bastaba con trasladar a la pantalla grande los personajes de la

Televisión. Por eso a nadie sorprendió que la primera película de la nueva empresa fuera

El Chanfle... que conjuntaba uno de los personajes más exitosos de la compañía,

Chespirito, con una historia ambientada en un medio donde Televisa también tenía

intereses económicos: el mundo del fútbol. Como también era de esperarse, la respuesta

de la taquilla fue buena: el producto ya estaba suficientemente probado y además tenía

fácil acceso a la publicidad televisiva, algo impensable para el resto del cine nacional. El

debut de Televicine preocupó en su momento tanto a directores como a trabajadores de

la industria fílmica. Retirado el estado casi totalmente de la producción cinematográfica,

los directores que habían filmado durante el sexenio anterior se ven obligados a elegir

entre las dos formas de iniciativa privada (la tradicional y Televicine) o quedarse en la

inactividad.” (3)
El buen doxógrafo (recopilador puntual de datos) Moisés Viñas se refería a la misma

situación como un “retroceso”:

“...[Ripstein hubo] de trabajar en 1979 para la empresa Televicine en una cinta acorde a

las nuevas rutinas: lucimiento de la estrella prefabricada Lucía Méndez, tema de tintes

sociales, los problemas de una trabajadora indocumentada en Estados Unidos pero

resuelto convencionalmente... algo muy poco propicio a la expresión personal que se

tituló La ilegal... [Raúl Araiza] hubo de realizar para la empresa Televicine una cinta de

dudoso costumbrismo y de complaciente retorno a los lugares comunes del viejo

melodrama urbano que fue Lagunilla mi barrio... [José Estrada] como los demás directores

tuvo que integrarse a la firma Televicine para realizar complacientes visiones citadinas

como El ángel del barrio... [Julián Pastor] se encaminó hacia el comercialismo y el

costumbrismo superficial en ... Morir de madrugada... y El héroe desconocido... de la

empresa Televicine... Otros debutantes han transitado por la comedia blanca y la

ranchera, el melodrama escatológico y las aventuras rurales... Ese ha sido el caso de

Enrique Segoviano (El Chanfle 1978)... Roberto Gómez Bolaños (El Chanfle 2 1981)” (4)

El alucine de Televicine (1983-1988)

En 1983 se produjeron 92 películas mexicanas de largometraje: 10 del Estado, 80 de la

iniciativa privada y 2 independientes (1). Con 4 participa Televicine: Don Ratón y don

Ratero, Siempre en domingo, El tesoro del Amazonas, Ya nunca más. Roberto Gómez
Bolaños dirigía la primera; se trataba de su tercera cinta. La historia se ubicaba en el

México de los años 20, el elenco televisivo de Chespirito repetía: Florinda Meza, María

Antonieta de las Nieves, Ramón Valdés, Edgar Vivar. El asunto giraba en torno de un

inofensivo exterminador de plagas confundido con un golpeador profesional que es

contratado por un peligroso gángster para eliminar a su rival. Extrañamente, Gómez

Bolaños no llevaría a la pantalla cinematográfica (como no lo haría nunca) sus dos exitosas

series-personajes El Chavo del ocho y El Chapulín Colorado. Siempre en Domingo se

basaba en el apabullante programa de variedades conducido por el dinosaúrico

presentador del consorcio de comunicación, Televisa, Raúl Velasco, cuyo objetivo consistía

en la promoción de los “artistas” con la presentación de números musicales. En la película

intervenían los famosos Lupita D´Alessio, Dulce, José José, Yuri, Luis Miguel, Beatriz

Adriana, Emmanuel, José Luis Rodríguez El Puma, Manoella Torres, Juan Gabriel, entre

otros. Docenas de cantantes se presentaban domingo a domingo en el exitoso programa.

Televisa creaba “estrellas”, las presentaba en Siempre en Domingo, hacía “que sus discos

sonaran en las estaciones de radiópolis” (2), que grabaran en los sellos Perless, America,

Cisne-Raff y Melody. Quien no aparecía en Siempre en Domingo no existía.

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