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5.3.

PROCESO DE SEGURIDAD

El Nuevo Código Penal introduce el procedimiento de seguridad, a diferencia del


anterior, que no hacía referencia a este, salvo en lo relacionado con el examen médico
legal de los inimputables. En el código anterior no se mencionaba el procedimiento en
sí. Este procedimiento está destinado a juzgar a personas que hayan cometido delitos
pero que sean consideradas inimputables, por lo que deben ser sometidas a medidas
de seguridad, ya sea en forma de internamiento o tratamiento ambulatorio, conforme lo
establece el artículo 71 del Código Penal. Su tramitación sigue lo dispuesto en los
artículos 456, 457 y 458 del Código Procesal Penal, a través de los procedimientos
establecidos para el proceso común.

Como se puede observar, este proceso está dirigido a aquellas personas sobre las que
se ha dictado una resolución de inicio, debido a que, tras realizarse el examen pericial,
se ha determinado que son inimputables, o a aquellas que, según la valoración del
fiscal, merecen la imposición de una medida de seguridad.

Por su parte Mavila (2010) menciona que, este proceso permite la implementación de
medidas de seguridad como alternativas a la pena, garantiza la confidencialidad del
procedimiento y la obligatoriedad de que el imputado se someta a una evaluación
especializada. Además, especifica a quiénes se les aplica este procedimiento y detalla
el mecanismo para convertir un proceso de seguridad en un proceso penal, en el que
se impone una pena.

Por tanto, es importante hacer una distinción entre la condición de la persona según su
imputabilidad y entre aquellas personas capaces de entender el carácter antijurídico
de sus acciones y su comportamiento. El artículo 20 del Código Penal regula las
causas de inimputabilidad, como, por ejemplo, las anomalías psíquicas. Debido a esto,
a estas personas no se les puede imponer una pena; en su lugar, corresponde
aplicarles una medida de seguridad.

Este proceso es de doble vía: una se aplica a las personas inimputables y la otra se
refiere a las medidas de seguridad para estas personas, siempre que exista el riesgo
de que puedan volver a cometer el mismo delito. Así pues, se regula bajo dos
modalidades:

1. El internamiento consiste en el ingreso y tratamiento del inimputable en un


centro hospitalario especializado u otro establecimiento adecuado, con fines
terapéuticos o de custodia. Sólo podrá disponerse el internamiento cuando
concurra el peligro de que el agente cometa delitos considerablemente graves.
2. El tratamiento ambulatorio: Regulado en el artículo 76 del Código Penal.
Será establecido y se aplicará conjuntamente con la pena al imputable relativo
que lo requiera con fines terapéuticos o de rehabilitación.

Para que se apliquen estas medidas, deben concurrir dos condiciones: en primer lugar,
que la persona haya cometido un acto que esté tipificado como delito, y en segundo
lugar, que, a partir del hecho y de la personalidad del agente, se pueda prever un
pronóstico de conducta futura que indique una alta probabilidad de que cometa nuevos
delitos.

1. Instauración del proceso de seguridad


 Evaluación de inimputabilidad:
Se debe realizar una evaluación del estado de inimputabilidad del
procesado, la cual puede ser ordenada por el juez o dispuesta por el fiscal
en cualquier etapa del proceso.

 Orden del juez para el examen pericial:


Si existe una razón fundada para considerar la inimputabilidad del
procesado al momento de los hechos, el juez de la investigación
preparatoria o el juez penal ordenará, de oficio o a solicitud de las partes, un
examen pericial especializado.

 Investigación del fiscal:


Si el fiscal considera que al concluir la investigación preparatoria solo
corresponde imponer una medida de seguridad y aplicar el Título IV del
Libro I del Código Penal, realizará las actuaciones investigativas necesarias.

 Informe pericial y audiencia:


Una vez realizada la evaluación, el juez recibirá el informe pericial y, tras
una audiencia con la intervención de las partes y el perito, decidirá si existen
indicios suficientes para acreditar la inimputabilidad del procesado. Si es así,
iniciará el procedimiento de seguridad.

 Requerimiento del fiscal para abrir juicio oral:


El fiscal, tras recibir la resolución del juez o completar las investigaciones
pertinentes, solicitará la apertura de juicio oral y pedirá la imposición de
medidas de seguridad, especificando la medida solicitada.
 Acumulación de procesos con imputables e inimputables:
En caso de que se acumulen procesos que involucren a personas
imputables junto con un inimputable, se desacumularán los cargos del
inimputable, iniciándose un proceso independiente para él.
2. Reglas de aplicación
Las reglas del procedimiento ordinario resultan aplicables a este proceso especial,
ello por cuanto la investigación puede haberse iniciado regularmente sin
conocimiento de la enajenación mental que afecta al imputado, como porque, aun
en conocimiento de su enfermedad, la gravedad del delito imputado y la medida de
seguridad solicitada hacen necesario un procedimiento con todas las garantías. La
situación del imputado refuerza esta opción.
3. Reglas especiales
El artículo 457 del NCPP establece que, en lo posible, deben aplicarse las normas
del procedimiento común al proceso especial para inimputables.

 Representación procesal:
La representación procesal del inimputable, así como el ejercicio de sus
derechos, será asumida por su curador. Este curador será quien se
comunique con el tribunal en cuestiones judiciales, excepto en actuaciones
de carácter personal, como interrogatorios o reconocimientos.

 Presencia del imputado en el juicio:


Se puede prescindir de la presencia del imputado en el juicio oral por
razones excepcionales: su salud, el orden de la audiencia o la seguridad de
los participantes. En casos de salud, el imputado puede decidir no asistir,
incluso si ello perjudica su bienestar. En los otros dos casos, puede ser
representado por su curador. Horvitz opina que, salvo que haya un peligro
para sí mismo o para otros, no se puede negar al acusado su derecho a
estar presente en el juicio, siendo posible realizar el juicio a puerta cerrada
para evitar perturbaciones.

 Interrogatorio del imputado:


Si el imputado no puede estar presente en el juicio, se podrá realizar un
interrogatorio previo con la intervención de un perito, siempre que lo permita
la condición del imputado. En caso de no poder asistir, se leerán sus
declaraciones anteriores al juicio.
 Publicidad del juicio:
El juicio en el proceso de seguridad se realiza a puerta cerrada, excluyendo
al público. Esta excepción al principio de publicidad se justifica por la
naturaleza del procesado y para proteger su dignidad y la seguridad de
terceros. La ausencia del público y la no presencia del imputado en el juicio
buscan evitar perturbaciones y proteger tanto al procesado como a otros
participantes.

 Interrogatorio del perito:


En este proceso, el perito que acredite la inimputabilidad del procesado
debe declarar de manera que su testimonio tenga efectos probatorios sobre
la enfermedad mental del imputado y su grado de peligrosidad. Sin
embargo, este testimonio solo es relevante para acreditar la inimputabilidad
y no para otras pruebas relacionadas con el hecho delictivo.
4. El Juicio Oral y la Sentencia

En el juicio, se deben discutir todos los aspectos relevantes para imponer una medida
de seguridad, como la relación entre el delito y la conducta del procesado, y la
comprobación de la comisión del hecho punible. Si no se prueba el delito, no se
justifica la medida de seguridad. Es esencial demostrar la peligrosidad del imputado
mediante pruebas periciales que validen la necesidad de un tratamiento
institucionalizado. La medida de internamiento debe tener una duración específica,
igual que una pena, y la sentencia debe incluir la reparación civil proporcional al daño
causado. Si no se impone reparación civil cuando corresponde, la sentencia es nula.

Por su parte, la reparación civil es independiente de la pena y tiene como objetivo


compensar a la víctima por el daño sufrido, no rehabilitar al procesado. Además, el
juez debe pronunciarse sobre el monto de la reparación civil solicitada en la sentencia.

5.4. PROCESO POR DELITO DE EJERCICIO PRIVADO DE LA ACCIÓN PENAL

La Sección Cuarta del Libro Quinto del Nuevo Código Procesal Penal regula el
proceso por delitos que implican el ejercicio privado de la acción penal, conocido
también como proceso de querella. El nombre asignado a este procedimiento resalta
su característica principal, que lo distingue en otros sistemas jurídicos, como el
español. En este último, el Título IV del Libro IV de la Ley de Enjuiciamiento Criminal
(LECRIM) establece el proceso para los delitos de injuria y calumnia entre particulares.
Este enfoque subraya que la razón de ser de este proceso especial radica en los
delitos involucrados, los cuales son privados, es decir, solo pueden ser perseguidos a
instancia de la víctima. De esta manera, surge la necesidad de identificar cuáles
delitos están sujetos al ejercicio privado de la acción penal, como lo especifica el
artículo 459° del Nuevo Código Procesal Penal.

Los delitos regulados en el proceso de querella se caracterizan por la preeminencia


del interés privado sobre el público, debido a que los bienes jurídicos protegidos, como
el honor y la intimidad, afectan directamente a la persona que los sufre. En estos
casos, el agraviado no solo puede exigir una compensación civil, sino también iniciar la
acción penal. Este tipo de proceso solo puede comenzar a solicitud del afectado, quien
tiene la facultad de desistirse o llegar a un acuerdo. Esta particularidad refleja la
aplicación del principio dispositivo, donde el proceso se dirige exclusivamente a delitos
que solo pueden ser perseguidos a instancia de parte, lo que provoca una
"privatización" del proceso penal, pese a su naturaleza penal.

5.4.1. La querella

La querella se define como un acto procesal que se presenta por escrito ante el
órgano jurisdiccional, con el fin de plantear tanto pretensiones penales como civiles
relacionados con la reparación. En el sistema legal peruano, esta acción penal se
inicia ante el Juzgado Penal Unipersonal. La querella no solo informa sobre la
comisión de un delito, sino que también impulsa la acción penal, sin la intervención del
Ministerio Público, lo que convierte al querellante en el principal actor del proceso.

En los delitos de acción privada, según el artículo 459° del Código Procesal Penal, el
Ministerio Público no tiene participación en el procedimiento. Así, es el agraviado quien
inicia el proceso, promoviendo tanto la acción penal como la civil, y tiene la opción de
desistirse de ambas. En este tipo de proceso, el acusador y los órganos de
persecución penal estatales quedan fuera, y será el afectado quien, por su propio
derecho o a través de su representante, impulse la acción legal, ajustándose al Código
Procesal Civil.

Pasos para presentar una querella:

1. La persona ofendida o su representante legal presenta la querella ante el juez


penal unipersonal, convirtiéndose en querellante particular.
2. La querella se debe formular por escrito, con los siguientes requisitos: datos de
identidad, relato de hechos, razones jurídicas, datos del querellado,
pretensiones penales y civiles, y las pruebas ofrecidas. El escrito debe ir con
copia para el querellado.
3. El juez observará la querella si no está clara o completa. Si es el caso, el juez
ordenará la corrección en tres días; de no cumplirse, la querella se considera
no presentada y se archiva.
4. El juez rechaza la querella si el hecho no constituye delito, la acción está
prescrita, o el delito corresponde a la acción pública.
5. Si es necesario, el querellante puede solicitar una investigación preliminar
policial. El juez ordenará a la Policía la investigación y fijará un plazo. El
querellante debe completar su denuncia en el quinto día posterior al informe
policial.
6. Si se cumplen los requisitos, el juez admite la querella y ordena al querellado
que responda en cinco días.
7. El juez dictará auto de citación a juicio, que se celebrará en un plazo de 10 a
30 días.
8. En la audiencia, se intentará la conciliación en sesión privada; si no es posible,
se continuará con el juicio en sesión pública, evaluando las pruebas.
9. Si el querellante no asiste a la audiencia sin justificación, el proceso se
sobresee. Si el querellado no asiste tras notificación, se ordena su conducción
compulsiva.
10. En este proceso, solo procede la comparecencia, con o sin restricciones, según
lo que requiera el aseguramiento procesal.
11. El juez puede declarar el abandono del proceso si hay inactividad durante tres
meses.
12. La sentencia puede ser apelada.
Referencias
Mavila, R. (2010). Los Procesos Especiales en el Nuevo Código de Procedimientos Penales.
https://www.mpfn.gob.pe/escuela/contenido/actividades/docs/3761_20_procesos_es
peciales_mavila.pdf

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