Karl Marx

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KARL MARX (1818-1883).

ALIENACIÓN E IDEOLOGÍA

1.- INTRODUCCIÓN

Si Marx ha muerto como profeta no se puede decir que su pensamiento ya no


tenga interés. Sólo pueden pensar así los que le habían visto como precursor de Lenin,
por lo tanto aquellos que limitan su obra a la instrumentalización que de ella se hizo.
Hay en Marx un filósofo de la alienación, un sociólogo del capitalismo y un historiador
de la Inglaterra y Francia del s. XIX. Por otro lado, ese fenómeno llamado marxismo ha
impregnado de tal forma la historia contemporánea que ésta no puede entenderse sin
conocer lo que llegó a constituirse en uno de sus principales capítulos. Su presencia en
los movimientos sociales, en los hechos políticos, en las discusiones teóricas y en las
formas de expresión artísticas y literarias de los últimos cien años es un dato irrefutable,
independientemente de la valoración que hagamos de estos hechos.
Indudablemente podemos encontrar errores en su pensamiento, sobre todo en su
pronóstico de bipolarización de la sociedad, pero también debemos considerar que el
capitalismo que combatió Marx era muy distinto al que caracteriza a las actuales
sociedades desarrolladas de mercado.
Las filosofías de Marx fueron centro de irradiación que dieron lugar a una
pluralidad de interpretaciones y, por tanto, a múltiples marxismos: los de Lenin, Trotski,
Stalin, Lukács, Rosa de Luxemburgo, Mao, Marcuse, et. Es un hecho que este
fenómeno que llamamos “marxismo” ha impregnado la historia contemporánea, y
resulta muy problemático distinguir el marxismo en sí mismo, de las diferentes
instrumentalizaciones que se ha hecho del mismo.

2.- SITUACIÓN HISTÓRICA (ver contexto S. XIX explicado en clase)

El siglo XIX supone la consolidación del capitalismo como sistema económico


dominante a escala mundial y el ascenso al poder político de la burguesía, que impone
el liberalismo como sistema político. Las consecuencias sociales son múltiples:
 La exaltación de la propiedad privada.
 La progresiva “desindividualización” del sujeto (nación, ciudadano, clase
social).
 La aparición de nuevas formas de trabajo (fábrica, ciudad, “cuestión social”) y
una nueva relación entre el trabajo y el producto.
 La moral secularizada, aunque con actitud teológica (divinización de la Razón).
 Aparición del individuo como refugio (Romanticismo).

Desde el punto de vista del pensamiento filosófico, los planteamientos de Kant


culminan en el idealismo absoluto de Hegel, quien propone un nuevo concepto de
racionalidad, la razón absoluta. La filosofía vuelve a ser sistemática y metafísica y
descubre un nuevo método, el dialéctico. Sin embargo la síntesis hegeliana resultó muy
ambigua, de tal modo que dio lugar a dos tendencias distintas: la derecha y la izquierda
hegelianas. La derecha que interpretó a Hegel como conservación de la Religión y la
Teología, y como justificación del poder autoritario. La izquierda atendió más al
carácter dialéctico del sistema, en la que podemos encuadrar a Marx. La dialéctica
Marxista, su materialismo dialéctico, consiste en un método para relacionar y deducir
los diversos aspectos de la realidad según el esquema triádico: tesis (afirmación),
antítesis (negación) y síntesis (negación de la negación).

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3.- VIDA Y OBRA

Karls Marx nace en 1918 en Renania, región de Prusia donde se había realizado
el mayor desarrollo económico y social. Nieto y sobrino de rabinos judíos, su padre era
un abogado liberal simpatizante de las ideas de la Revolución Francesa. Comienza
estudios de derecho en las universidades de Bonn y Berlín, que fue abandonando
progresivamente por la filosofía y la historia. Al abandonar la universidad, después de la
realización de su tesis sobre Epicuro, y con una formación fundamentalmente hegeliana,
comienza a trabajar como periodista en la Gaceta Renana, diario de espíritu liberal, pero
las dificultades con la censura le obligan a abandonar el periódico.
Se casa y se traslada a París (1843) donde entra en contacto con las sociedades
secretas socialistas y comunistas. Durante estos años redacta sus Manuscritos de
economía y filosofía. Influido por Feuerbach, realiza en esta obra su primera crítica a la
filosofía hegeliana y a la economía política, esbozándose ya su teoría de la alienación.
Expulsado de Francia llega a Bruselas. Con Engels, emprende una serie de
trabajos polémicos donde expone sus nuevas ideas. La Sagrada Familia, La ideología
alemana: Tesis sobre Feuerbach, Manifiesto del partido comunista. En estas obras se
encuentran las primeras formulaciones de la nueva concepción de la sociedad y de la
historia de Marx.
Al estallar la revolución del 48, Marx es expulsado de Bruselas y tras breves
estancias en París, Colonia y Viena se establece definitivamente en Londres, donde
vivirá hasta su muerte (1883). Son años consagrados al estudio, la investigación y la
actividad política, en medio de una situación familiar constantemente amenazada por la
enfermedad y la miseria, apenas mitigada por la ayuda de Engels. Son los años de
redacción de: La lucha de clases en Francia, Contribución a la crítica de la economía
política y El Capital.
Marx, después de los primeros años de formación intelectual en la izquierda
hegeliana, ve la posibilidad de un cambio que mejore la situación social, e inicia una
actividad que le lleva a una comprensión científica de la realidad y a una transformación
revolucionaria de las condiciones sociales. Supone la primera reacción frente al
idealismo romántico, contraponiendo a éste una revalorización del hombre y de su
mundo, en su realidad viva. Parte de la realidad misma del hombre para transformar
activamente la misma realidad.
Centra su estudio en la naturaleza de la explotación que sufren los trabajadores
en el régimen capitalista: lo que el trabajador vende no es su trabajo, sino la fuerza de
trabajo (que es la única que crea valores). El trabajador recibe por la venta de su fuerza
de trabajo el valor correspondiente al coste de su producción (el salario), pero crea un
valor excedente del que se apropia el capitalista: la plusvalía. No es un problema del
capitalista, sino del sistema económico.
Hay que tener en cuenta el intento de Marx por mantener la finalidad crítica y
dialéctica de la filosofía, en la cual el hombre es el enigma fundamental, y su
preocupación por implantar una praxis política, una forma de acción, a través
pensamiento filosófico.

4.- EL HUMANISMO DE MARX: LA CONCEPCIÓN MARXISTA DEL


HOMBRE

El término y el concepto “humanismo” aparece expresamente en las obras de


Marx anteriores a 1848, como nombre de una posición plenamente asumida y que

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responde a una actitud y una filosofía, pero a partir de 1848 renuncia a esta
terminología.
El humanismo sería la superación del idealismo y del materialismo vulgar, y estaría
fundado sólo en sí mismo, en la humanidad como especie. Los escritos de Marx del
periodo 1841-1845, por la influencia de Feuerbach y de Hegel, se refieren
constantemente al hombre como “ser genérico”, es decir, al individuo como parte de
una especie en la que encuentra su sentido. El humanismo marxista es, por tanto, un
humanismo de especie, de conjunto, no del individuo aíslado.
Este humanismo tiene dos fases: una negativa y otra positiva. Según Marx, la
supresión de la propiedad privada es condición necesaria para que el hombre sea
prácticamente dueño del hombre: humanismo práctico.
Del mismo modo la supresión de Dios (ateísmo) es necesaria para que el hombre
pueda entenderse a sí mismo como su único y propio centro: humanismo teórico. Así en
la segunda fase, agotada la capacidad supresora del ateísmo y de la abolición de la
propiedad privada, es decir una vez que ha desarrollado toda su fuerza negativa, el
humanismo perfecto toma inicio positivamente de sí mismo, sin necesidad de negar
nada.
Si no es Dios quien crea al hombre sólo puede ser el hombre el que se ha creado a sí
mismo, y lo hace por medio del trabajo material, productivo. El hombre domina lo
exterior a él no por medio del pensamiento, sino por el esfuerzo. De este modo la
esencia del hombre se caracteriza por:
 Ser material: El hombre, en cuanto tal, tiene una esencia que no es metafísica, se
trata de la vida natural, física, la vida intelectual, la actividad humana, el placer
humano…Ésta es la verdadera esencia del hombre (su naturaleza), de modo que
verse privado de ella es lo más funesto que le puede pasar al hombre.
 No terminado: El hombre, como todo ser, es dinámico, está en continuo
movimiento, en constante desarrollo hacia su plenitud. Nunca está hecho del todo.
 Histórico: El hombre es el protagonista de la historia, es el que hace la historia. La
historia no es algo abstracto que va absorbiendo al hombre de cada época, sino que
es él, el hombre concreto de cada época el que va construyendo la historia. La
historia es la actividad del hombre.
 La praxis: El hombre está llamado a transformar la realidad. La praxis (acción) es la
actividad que desarrolla el hombre para transformar la realidad social. El trabajo
productivo lleva consigo el pensar y además realizar una actividad. Se trata de
conocer la verdad para transformarla. Es unión de teoría y práctica. Mediante esa
praxis se libera de sus alienaciones, y así va alcanzando la plena realización
humana.

De esta manera el humanismo marxista es ético, ateo materialista, económico,


solidario, revolucionario, científico, y caracterizado por la acción.

5.- EL MÉTODO (ampliar con apuntes de clase sobre las concepciones historicistas y
dialécticas heredadas de Hegel)

La concepción marxista de la realidad es materialista, historicista y dialéctica.


Materialismo Dialéctico y Materialismo Histórico tienen en Marx un doble sentido,
ambos son método para interpretar la realidad e interpretación ya hecha. El sentido del

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materialismo en Marx hace referencia siempre al hombre entendido en sui relación con
la materia, con el objeto, en su actividad.

5.1.-Materialismo Dialéctico

El materialismo dialéctico está tomado directamente de Hegel, pero aplicado, en


Marx, a lo único existente, la materia. En este sentido, podríamos decir que el
materialismo dialéctico es la visión dialéctica, dinámica, de la realidad material, siendo
ésta un conjunto de contradicciones, de manera que la oposición produce cambios que
engendran formas superiores de realidad. Los fenómenos de la naturaleza no se pueden
considerar aislados unos de otros, sino como un todo articulado y orgánico, en el que los
fenómenos dependen unos de otros y se condicionan mutuamente produciendo una
evolución sin cesar según las leyes dialécticas:
1. Ley del tránsito de la cantidad a la cualidad (tesis): Todo proceso evolutivo se
desenvuelve en una doble fase: en la primera se producen cambios cuantitativos, no
esenciales, y en la segunda, llegado un punto crítico, se produce un salto por el que
las cosas cambian cualitativamente, pasando de un ser a otro de orden superior.
(Valor, la vida, el hombre).
2. Ley de la unidad y lucha de los contrarios (antítesis): Intenta explicar la fuente del
movimiento sin recurrir a un agente externo (primer motor, como hizo el modelo
aristotélico). El concepto dialéctico del movimiento señala que la fuente del mismo
se encuentra en el interior de las cosas o fenómenos mismos, es decir, en sus
contradicciones internas (explicación de la vida social y económica).
3. Ley de la negación de la negación (síntesis): Es el resultado de la anterior. La
realidad es una unidad de contrarios (contradicción interna) impulsados hacia su
propia negación y obligados, por este medio, a producir su desarrollo.

En resumen en esta visión dinámica de la realidad encontramos una síntesis entre


Hegel (dialéctica), Feuerbach (materialismo), Darwin (evolucionismo) y la aportación
de la praxis marxista. La consecuencia fundamental es la visión de una realidad
material, dinámica, eterna y ordenada, formada por contradicciones que impulsan al
cambio y la transformación constante.

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5.2.-Materialismo Histórico

Marx designó como materialismo histórico a su “ciencia de la historia”: su


método de interpretar la historia en base a las condiciones materiales de la producción.
Esta historia es además dialéctica: un proceso ascendente, en el que el motor de los
saltos cualitativos serían las contradicciones internas de las formas sociales. Es, por
tanto, la aplicación del materialismo dialéctico al ser humano en su máxima expresión:
los procesos económicos y productivos.
Se puede hablar de materialismo histórico como método (modo de interpretar) y
como doctrina (el resultado: la interpretación hecha). Consiste en la visión economicista
de la historia; se trata de una explicación de la historia por factores materiales,
económicos y técnicos. La vida económica es la base real del procesohistórico de la
humanidad. “Podemos diferenciar al hombre del animal por la conciencia, la religión,
por lo que queráis. Pero el hombre comienza a diferenciarse del animal en cuanto
empieza a producir sus propios medios de subsistencia, paso exigido por su propia
organización corporal”. Así pues la historia es interpretable básicamente en función de
tales factores productivos. Las interpretaciones políticas, filosóficas o religiosas, son
productos de la ilusión ideológica de cada época. Los factores económicos son los
únicos factores determinantes de la historia. Las relaciones de producción son la base
real del devenir (cambio) histórico. Así la realidad histórica se divide en Estructura
(esclavismo, feudalismo y capitalismo) y Superestructuras (política, religión, arte,
cultura…) siempre determinadas por la Estructura, sirviéndola de apoyo creando la
conciencia social. “La naturaleza, el mundo material, es lo primero; la conciencia, el
pensamiento, secundario”.

6.- INTERPRETACIÓN DE LA REALIDAD Y SU TRANSFORMACIÓN

Ya hemos adelantado algunos de los elementos más característicos de la interpretación


marxista de la realidad al hablar de estructura y superestructura. Otro de los conceptos
más importantes de la interpretación marxista es la alienación.

6.1.-El concepto de alienación y sus tipos

La palabra alienación (alienus: ajeno, extraño) significa originariamente el acto


por el que se traspasa la propiedad de una cosa, se enajena la propiedad. En la filosofía
idealista alemana el vocablo adquiere un significado nuevo: alejamiento del hombre
respecto de sí mismo. El término es ya usado por Hegel y Feuerbach, éste último ya
habla de la alienación religiosa. Marx recogerá la idea y la trasladará al mundo de lo
social con un claro sentido negativo: implica un empobrecimiento empírico y real del
hombre, que se pierde a sí mismo en la exterioridad de unas obras que le son
arrebatadas por estructuras explotadoras al privarle del sentido de su acción, de la
propiedad de su trabajo, de su razón de existir.

Marx hablará de alienación religiosa y señala otros cuatro tipos de alienación


filosófica, política, social, y por último, económica, la alienación fundamental. Toda
alienación supone una ruptura en el hombre y una solución irreal o mistificación de un

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problema material. Así la religión sería la suprema mistificación de la realidad, el
máximo consuelo ante la máxima opresión.
La alienación filosófica es un espejismo, una ilusión que transfiere la realización
humana a lo irreal (metafísica- ética).
La alienación política consiste en suponer que el Estado representa la
conciliación de los intereses particulares, cuando en realidad se trata de un instrumento
represivo de la clase dominante.
La alienación social consiste en proyectar el conflicto de clases sobre el plano
ilusorio de la sociedad armónica, ocultando la realidad de la lucha de clases.

6.2.-La alienación en el trabajo como alienación fundamental del sistema


capitalista

Debemos recordar que el trabajo es, para Marx, la transformación de la


naturaleza, y la esencia del hombre, que se manifiesta en sus acciones (pensamiento y
acción). El trabajo es aquello que hace al hombre ser hombre, es algo natural y
necesario: el hombre
produce objetos y se relaciona con los demás sujetos a través de ellos. La alienación
económica se produce cuando al trabajador se le despoja de su producto, y por tanto de
su trabajo mismo, y por tanto de sí mismo como hombre: es lo que ocurre en la sociedad
capitalista. La explicación de esta alienación se basa la interpretación de la realidad
propia del materialismo histórico, que explica toda la estructura económica:

Las fuerzas productivas tienen un valor diferente en cada etapa de la evolución


histórica, dependiendo de cómo se resuelvan las relaciones de producción (propiedad y
distribución del trabajo y del beneficio), formándose así las distintas estructuras:
esclavismo, feudalismo y capitalismo. En el capitalismo, los trabajadores (proletariado)
aportan la fuerza del trabajo y los propietarios los medios de producción, con lo que se
establecen unas relaciones de producción en términos de explotación. La diferencia
entre el valor producido por el obrero y su salario genera la plusvalía, de la que se
apropia el capitalista. Es en este sistema donde se produce una doble alienación:
 Alienación respecto al producto: el obrero trabaja pero se ve desposeído del
resultado de su trabajo, el mismo obrero se convierte en mercancía.
 Alienación en el mismo acto de producción: ya no es su trabajo, acto de voluntad,
sino trabajo forzado, ajeno. El obrero pierde la individualidad, es fuerza bruta, pura
energía.

Según Marx, en el capitalismo, el trabajador sólo recibe de su trabajo lo justo y


necesario para subsistir, para seguir trabajando, es decir, para seguir despojándole de sí.
Esta alienación económica es la causa radical de los principales problemas de la
humanidad, pero, según del materialismo dialéctico, el capitalismo tiene el “privilegio
dialéctico” de conducir su propio límite, son sus propias contradicciones las que nos
llevarán al siguiente estado.

6.3.-La transformación de la realidad

Según Márx, no es suficiente con el análisis, la interpretación de la realidad, se


hace necesaria la praxis, la acción, la transformación de esta realidad siguiendo su
propio planteamiento dialéctico.

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El capitalismo es un régimen de explotación necesario e inevitable, pero está
condenado a ser superado por su propia evolución, el materialismo dialéctico anuncia el
fin del sistema, las propias contradicciones (bipolarización) supondrán su desaparición.
Además, la explotación del capitalismo hace aumentar la conciencia de clase,
favoreciendo un enfrentamiento dialéctico de contrarios entre la burguesía y el
proletariado, la lucha de clases, que se convierte en el motor revolucionario del
cambio social, y al acabar con la propiedad privada pondrá fin a la alienación del
hombre. Para ello tendrá que conquistar el estado burgués e implantar la “dictadura del
proletariado”.

7.- LA IDEOLOGÍA

Marx hereda este término con el sentido peyorativo de “falsa explicación” de la


realidad. Ideología se opone, en este sentido, al pensamiento científico, al ser producto
de la mente humana o una forma de conciencia deformada. La ideología forma parte de
lo que el marxismo denomina superestructura: conjunto de ideas, instituciones,
creencias y normas que configuran la conciencia social. Es decir, los instrumentos
socioculturales que fortalecen la estructura: el conjunto de relaciones de producción
(capitalismo). De este modo, la organización de las fuerzas productivas determina las
diversas formas políticas y la organización social. Con ello, Marx no sólo nos presenta
la ideología como fruto de un falso método, sino también como producto de unas
relaciones (las de producción) que repercuten en la configuración total de la vida social.
De ahí su ataque a la filosofía que sirve para fundamentar las relaciones de producción
capitalistas, a la que considera simple ideología, y su preocupación por la
transformación radical de las formas de producción, es decir, por la transformación de la
realidad.

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