Responsabilidad de Los Abuelos en Los Alimentos

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Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos

Sala Civil y Comercial

"B. V. L. C/ R. G. J., R. J. P. Y S. S. E. S/ ALIMENTOS" - Expte. Nº 8988

ACUERDO:

En la ciudad de Paraná, capital de la provincia de Entre Ríos, a los

seis días del mes de junio del año dos mil veinticuatro reunidos los integrantes de

este Tribunal asistidos por el Secretario autorizante, para conocer los recursos de

inaplicabilidad de ley deducidos en fecha 12/10/2023 en las actuaciones: "B. V. L.

C/ R. G. J., R. J. P. Y S. S. E. S/ ALIMENTOS" - Expte. Nº 8988, respecto de la

resolución de la Sala Tercera de la Cámara Segunda de Apelaciones de Paraná

dictada en fecha 22/9/2023. Se practicó el sorteo de ley resultando que la votación

debía tener lugar en el siguiente orden: Sra. Vocal Gisela N. Schumacher; Sr.

Vocal Carlos Federico Tepsich y Sr. Vocal Leonardo Portela.

Estudiados los autos, la Sala se planteó la siguiente cuestión: ¿qué

corresponde resolver respecto de los recursos de inaplicabilidad de ley

interpuestos?

A LA CUESTIÓN PROPUESTA LA SEÑORA VOCAL

GISELA SCHUMACHER DIJO:

1.- La sentencia de primera instancia (23/8/2022), hizo lugar a la

demanda de alimentos interpuesta por la señora V. B. en contra del progenitor G.

R. y de los ascendientes paternos J. R. y S. S.; fijó como cuota alimentaria

definitiva en favor de las tres menores de edad la suma equivalente a tres y medio

(3 y 1/2) salarios mínimos vitales; estableció que los gastos extraordinarios de las
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hijas serán abonados en un cincuenta por ciento (50%) por cada uno de los

progenitores; dispuso que los alimentos atrasados se adeudan desde la fecha de

interposición de la demanda (5/12/2019), debiendo practicarse liquidación del

juicio, deduciéndose lo que se hubiera percibido en concepto de alimentos

provisorios; impuso las costas a los demandados alimentantes vencidos; y difirió la

regulación de honorarios al momento en que se suministre base económica del

juicio.

2.- La parte demandada apeló la decisión (movimientos del

31/8/2022 y 3/10/2022).

3.- En tarea de resolver las impugnaciones, la Sala Tercera de la

Cámara Segunda de Apelaciones de Paraná -por mayoría- revocó parcialmente la

sentencia apelada, sólo en cuanto hace al monto de la cuota alimentaria, la que

estableció en el equivalente a tres (3) salarios mínimo vital y móvil; impuso las

costas de alzada a los apelantes (artículo 138 de la ley procesal de familia); y

difirió la regulación de honorarios.

Para así decidir la cámara valoró que el caso se trata de tres hijas,

dos de ellas adolescentes, cuyo cuidado personal es ejercido por la progenitora con

quien conviven, ya que el padre reside en otra ciudad; que los ingresos en relación

de dependencia de ambos progenitores son similares (según recibos de sueldo

acompañados); que si bien poseen la misma profesión liberal -odontólogos- no se

ha rendido prueba acabada de los ingresos que percibirían por tal actividad, no
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obstante lo cual, por un lado, se presume que la progenitora posee menor

disponibilidad horaria para el desarrollo probado de su profesión toda vez que

sobre ella pesa la ejecución de las tareas y actividades que hacen al cuidado

personal y cotidiano de las hijas y, por otro lado, era el apelante quien debía

ofrecer prueba de la invocada paridad de ingresos y capacidad económica de los

progenitores, lo que no hizo; que ambos progenitores poseen viviendas en las

ciudades en que habitan, lo que permite también presumir una capacidad

económica del grupo familiar correspondiente a un estándar económico medio, y

por tanto la cuota debe solventar ese nivel de vida en las hijas beneficiarias; y que

de la prueba de informes surge que las niñas asisten a colegio privado, concurren a

actividades extracurriculares para aprender idioma, a un club y efectúan

actividades deportivas que demandan la realización de gastos (patín, hockey), lo

que ratifica el estándar de vida referenciado.

Concluyó que la ausencia de capacidad económica del progenitor

no fue demostrada y, a su vez, las necesidades de las hijas, que exceden el alimento

esencial, se encuentra sumariamente acreditada.

Apuntó que para medir la razonabilidad de la cuota fijada en la

instancia anterior, ésta puede compararse con parámetros objetivos como es el

informado a través de la "canasta crianza", que publica el INDEC. Señaló que

según indica el mismo INDEC, la estimación de la canasta crianza alcanza a la


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población de hasta 12 años inclusive, pues si bien las necesidades y tareas de

cuidado en las edades subsiguientes se mantienen, en la estimación del tiempo

teórico de cuidado se excluyen del cálculo, dado que se reconoce una disminución

del peso en términos de las horas dedicadas al cuidado de las y los adolescentes a

partir de esa edad. Expresó que el dato, no obstante, es sólo un valor de referencia.

Reflexionó que siempre deben considerarse las tareas de cuidado que los

progenitores desarrollen, computando asimismo las necesidades reales de los

niños, niñas y adolescentes (en adelante NNyA), conforme su edad y

requerimientos concretos de atención integral.

Determinó que si bien la aplicación del referido parámetro a la

fecha de esa decisión puede arrojar un resultado menor de cuota que el que se fijó

en primera instancia, no deben perderse de vista las necesidades relevadas de las

hijas, su edad y su estándar de vida. En consecuencia, consideró que el agravio es

admisible sólo en parte, resultando adecuado disminuir el valor de la cuota

alimentaria a favor de las tres hijas, al equivalente a tres salarios mínimo, vital y

móvil, suma que luce suficiente para lograr la satisfacción adecuada de las

necesidades alimentarias de las hijas.

Respecto a la apelación de los abuelos, recordó que el Código

Civil y Comercial, en consonancia con las directivas de la Convención de los

Derechos del Niño, adopta un criterio de subsidiariedad relativa.

Advirtió que en las presentes, pese a las alegaciones de los


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recurrentes, las dificultades en la percepción de la cuota alimentaria de parte del

obligado principal, han quedado suficientemente demostradas. Refirió que los

incumplimientos del pago íntegro de la cuota por parte del obligado principal surge

de lo resuelto el 30/12/2020, en que se intimó el cumplimiento de diferencias

correspondientes a tres meses de cuota alimentaria, lo que fue satisfecho recién el

26/2/2021 por el demandado; luego, se lo intimó por diferencias de cuota el

5/7/2021, lo que fue abonado por el progenitor el 26/7/2021. Enunció que lo

expuesto es al solo fin de desestimar el agravio referido a la ausencia de

acreditación de las mencionadas dificultades, pues la verosimilitud que se expuso

por las dificultades en el cobro de la cuota judicial y provisoriamente establecida

aconteció en el mismo proceso, lo que torna procedente la condena conjunta a los

abuelos paternos.

Prosiguió con el análisis del agravio deducido por la abuela

paterna, que invocó su falta de capacidad económica para afrontar la obligación

subsidiaria condenada, al que consideró inatendible. Observó que en el caso no se

dan los elementos que posicionen a la recurrente, adulta mayor, en calidad de

sujeto vulnerable que autorice, por ese motivo, a desobligarla.

Meritó que no puede dejarse de lado que la recurrente posee

cuentas bancarias -más de una- y que de los movimientos informados surge no sólo

la existencia de una jubilación sino también reiterados movimientos de compra de


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moneda extranjera, lo que es indicio de cierta capacidad de ahorro; todo lo cual

deja sin sustento la alegación referida a la inexistencia de capacidad económica

para afrontar una eventual responsabilidad subsidiaria para el pago de la obligación

alimentaria.

4.- Las partes actora y demandadas interpusieron sendos recursos

de inaplicabilidad de ley (ambos escritos en movimientos del 12/10/2023).

a.- G. R., J. R. y S. S. denunciaron violación y errónea aplicación

de la ley (artículos 658, 659 y 668 del Código Civil y Comercial), y de la doctrina

legal.

Sostuvieron que continúa siendo elevada la cuota alimentaria

fijada en tres salarios mínimo vital y móvil, puesto que arroja un monto

aproximado de $400.000, y de acuerdo al índice de agosto de 2023 aplicado en el

fallo es de $155.916 para los menores de 6 a 12 años, por tanto el monto es de

$467.748/2= $233.874, lo que remite a decir que la cuota alimentaria cuantificada

resulta elevada, en razón de su capacidad económica y las necesidades estimadas

de sus tres hijas/nietas.

Dijeron que la cuota alimentaria se fija de acuerdo a parámetros

objetivos, y la cuantía de la misma es proporcional al caudal económico de quien

las da y las necesidades de quien las recibe; que la pauta objetiva, el ser una familia

de clase media y la posición económica deben ser analizadas entre la parte

acreedora y la parte deudora, y con ambos progenitores, pues ambos resultan


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obligados al suministro de las necesidades de sus hijas.

En cuanto a la condena subsidiaria a los abuelos, adujeron que no

se probó insuficiencia de recursos del progenitor o alguna imposibilidad absoluta

para asumir el pago de los alimentos. Arguyeron que en la primera instancia y por

esta última sentencia los alimentos son pagados regularmente, por lo que no ha

nacido el derecho subsidiario de las alimentistas para requerir el cumplimiento de

la obligación subsidiaria.

Hicieron reserva del caso federal.

b.- La actora consideró que la sentencia adolece de violación y/o

errónea aplicación de los artículos 541, 659 y 660 del Código Civil y Comercial; y

omisión de la aplicación del derecho convencional.

Afirmó que el fallo redujo el análisis del quantum económico de la

cuota alimentaria a una operación matemática consistente en considerar el índice

de crianza en el mes de agosto de 2023 por cada hija, resultado que dividió por dos

desconociendo que las tareas de cuidado exclusivas a cargo de la madre tienen

valor económico.

Indicó que no es un hecho controvertido el cuidado exclusivo de

las tres hijas a su cargo.

Agregó que, además, el fallo se sustentó en el índice de crianza del

INDEC establecido para menores de 12 años, es decir un índice no aplicable al


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caso.

Estimó como absurdo reducir la capacidad económica de los

progenitores a los ingresos que perciben en relación de dependencia. Apuntó que

de las constancias probatorias se advierte que la capacidad económica de la parte

demandada es mayor a la suya.

Hizo reserva del caso federal.

5.- Actora y demandadas contestaron los respectivos recursos de

inaplicabilidad de ley incoados (movimientos del 30/10/2023 y 3/11/2023,

respectivamente). Solicitaron, por las razones que expusieron, el rechazo de la

impugnación deducida por la contraria.

6.- La alzada concedió los recursos interpuestos, con efecto

suspensivo (18/12/2023).

7.- Arribadas las actuaciones a esta instancia se ordenó correr vista

al Ministerio Público de la Defensa.

En su responde el señor defensor general, doctor Maximiliano

Benítez, adhirió al recurso de inaplicabilidad de ley deducido por la progenitora y

opinó que debe hacerse lugar al mismo. Por su parte, instó el rechazo de la

impugnación presentada por las partes demandas (dictamen del 15/4/2024).

8.- Resumidos los antecedentes relevantes para la definición de las

cuestiones planteadas, como previo, recuerdo que el análisis preliminar de

admisibilidad, previsto expresamente en nuestro ordenamiento procesal, indica que


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cuando el medio de impugnación se interpuso ante el mismo organismo

jurisdiccional que dictó la resolución recurrida aquél sea llevado a cabo en dos

oportunidades, la primera por la cámara que analiza el cumplimiento de los

requisitos formales de admisibilidad y de fundabilidad del planteo recursivo

(artículos 276, 280 y 281 del código procesal civil y comercial), y la segunda por

esta sala.

Conforme a las exigencias técnicas del recurso se debe efectuar el

directo cuestionamiento de la sentencia definitiva de segunda instancia del cual

derive una crítica y un ataque pertinentes a su fundamentación, que demuestren la

errónea aplicación de la ley y/o doctrina legal emanada de este tribunal.

No obstante la literalidad de la norma, se admite por vía pretoriana

el análisis de cuestiones de hecho y prueba reservadas en principio a la

magistratura de las instancias ordinarias, cuando se alegue y demuestre absurdidad

o arbitrariedad en su valoración.

9.- Bajo tales parámetros ingreso al tratamiento de las piezas

recursivas presentadas.

En este cometido, dejo establecido que el resolutorio atacado

resulta definitivo tanto en la valoración de los elementos probatorios incorporados

hasta el momento, como por los efectos expansivos que recaen directamente sobre

el superior interés de las menores de edad (artículos 276 y 277 del código procesal
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civil y comercial).

a.- Por estrictas razones metodológicas, me avocaré en primer

término al examen de las quejas proferidas por el padre de las menores de edad, y

su abuelo y abuela.

La querella planteó que el veredicto impugnado mantuvo una

cuota alimentaria elevada con relación a las necesidades de las adolescentes y la

capacidad económica de su parte.

Fundaron la crítica en una operación aritmética que tomó como

factores al índice "canasta de crianza" del INDEC y la cantidad de tres hijas con

derecho a alimentos, resultado que dividieron por dos, atento a que la obligación

alimentaria recae sobre la madre y el padre de las menores de edad.

Indicaron también que el progenitor de J., A. y T. es dependiente

de un nosocomio público de salud cuyo ingreso no alcanza para abonar la cuota

alimentaria establecida, y como profesional liberal de la odontología se encuentra

inscripto en la más baja categoría del monotributo.

Ello así, observo que las objeciones incumplieron la carga de

debida fundamentación requerida por el artículo 280, segundo párrafo, del código

procesal civil y comercial.

La recurrente mostró una simple operación matemática como

defensa de su posición, pero en tal empresa soslayó por completo el hecho -no

controvertido- que sus tres hijas se encuentran al cuidado exclusivo de la madre


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con quien conviven, en tanto su padre reside en una ciudad distinta al centro de

vida de las adolescentes.

La ausencia de aprehensión de tan relevante dato torna vacua la

réplica esbozada en el sentido señalado; vacío que también estimo concretado

respecto a la meritación concreta de las necesidades de las adolescentes.

Además, la reseña a una "cuota alimentaria modesta para una

familia de clase media" representa una alusión abstracta e insuficiente para

habilitar la revisión de la sentencia con el alcance pretendido.

A la misma conclusión conlleva la referencia a los ingresos

económicos de G. R. para justificar una merma en la cuota alimentaria de sus hijas,

puesto que ello no desvirtuó la valoración de alzada que tuvo por no acreditada la

falta de capacidad económica del progenitor, conforme las constancias agregadas a

esta causa (cuyo detalle se imprimió en la sentencia de primera instancia).

Sentado ello, tampoco merece acogida el reparo respecto a la

condena alimentaria subsidiaria establecida en contra de J. R. y S. S.

En oposición a lo sostenido por las partes recurrentes, mientras

esta causa se encuentra en trámite de los recursos de inaplicabilidad de ley, el

padre volvió a realizar pagos parciales de la cuota alimentaria fijada (atento los

efectos de las vías recursivas, artículos 139 de la ley procesal de familia y 281 del

código procesal civil y comercial). Ello surge de la denuncia presentada en primera


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instancia por la madre de las menores de edad en escrito del 12/4/2024 (camino

procesal que tengo a la vista a través del programa de gestión Sirirí), y el

reconocimiento que ilustra el escrito de la demandada de fecha 3/5/2024 acerca de

los montos efectivamente depositados. Todo lo que, en definitiva, redunda en un

menoscabo al interés superior de las adolescentes; quienes ostentan un derecho

impostergable a recibir los alimentos de las personas obligadas a su pago sin

fisuras, recortes o interpretaciones individuales del ordenamiento procesal.

En síntesis, el argumento sentencial por el que se habilitó la

aplicación de la obligación subsidiaria a J. R. y a S. S. (conforme artículo 668 del

código civil y comercial) no ha sido rebatido ni argumental ni fácticamente.

Por consiguiente, corresponde declarar la inadmisibilidad del

recurso de inaplicabilidad de ley deducido por las partes demandadas.

b.- Me adentro, ahora, al estudio del recurso de inaplicabilidad de

ley arbitrado por la progenitora, cuyos fundamentos habilitan el estudio de

procedencia de los vicios denunciados (artículo 280, segundo párrafo, del código

procesal civil y comercial).

El artículo 660 del código civil y comercial es categórico cuando

expresa que "[l]as tareas cotidianas que realiza el progenitor que ha asumido el

cuidado personal del hijo tienen un valor económico y constituyen un aporte a su

manutención".

La sanción de esta norma vino a reconocer legalmente una


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situación que demandaba su visualización, esto es la cuantificación de las tareas

domésticas en el seno de una familia. Sin embargo, no se ha producido de forma

automática una mejora en la redistribución del ejercicio de las labores de cuidado.

La inserción laboral de las mujeres supone una sobrecarga del trabajo cotidiano,

quienes deben combinar el trabajo remunerado con el trabajo doméstico sin

remuneración. El cuidado proporcionado por las madres y otras mujeres de la

familia suele ser llamado un "trabajo de amor", pero nunca es solamente eso:

involucra trabajo arduo y responsabilidad, tiempo, energía, dinero y pérdida de

oportunidades alternativas1.

Al amparo de estas consideraciones abordaré el estudio de la

sentencia de alzada.

En dicha tarea, advierto que la decisión controvertida midió la

razonabilidad de la cuota fijada en la instancia de origen utilizando como elemento

de comparación a la "canasta crianza" que publica el INDEC. Definió a dicha

canasta como un valor de referencia y explicitó que la estimación de dicho

parámetro alcanza a la población de hasta 12 años inclusive, en tanto a partir de esa

edad se reconoce una disminución en términos de horas dedicadas al cuidado de las

y los adolescentes, por lo que se lo excluye del cálculo en las edades subsiguientes.

1Herrera, Fernández , de la Torre (directoras); "Tratado de Géneros, Derechos y Justicia.


Derecho Civil, derecho de las familias, niñez-salud". Tomo I. Rubinzal Culzoni, Santa Fe,
2021, páginas 336/339.
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No obstante, aclaró que aquello es un dato estándar que se debe

conjugar e interpretar en armonía con las normas del código de fondo, la

legislación nacional y con jerarquía constitucional, atendiendo al interés superior

de NNyA y a la consideración de las tareas de cuidado que ejercen los

progenitores. En concreto, aludió que en este caso se presume que la progenitora

posee menor disponibilidad horaria para el desarrollo privado de su profesión, toda

vez que sobre ella pesa la ejecución de las tareas y actividades que hacen al

cuidado personal y cotidiano de las hijas.

Sin embargo, al momento de plasmar el cálculo que estableció la

cuota alimentaria objeto de impugnación, el veredicto tomó los valores de la

canasta crianza de agosto 2023, los multiplicó por 3 hijas, lo dividió por madre y

padre, y sólo justipreció las necesidades relevadas de las hijas, su edad y su

estándar de vida.

Aquí radica la arbitrariedad de lo decidido. Es decir, aun cuando el

fallo concordó en que los cuidados que proporciona a sus hijas la madre

conviviente es un elemento a abordar al momento de establecer la cuota

alimentaria, el silogismo sentencial no contempló el ejercicio de las referidas

tareas.

A esta altura considero oportuno dejar sentado que resulta erróneo

tomar las conclusiones de un informe técnico elaborado por el Instituto de

Estadísticas y Censos dependiente del Ministerio de Economía


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(https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/canasta_crianza_09_2317394

04B41.pdf), para validar que los cuidados que la madre conviviente proporciona a

-hoy- tres adolescentes (según testimonio de hoja 6) no sean incluidos dentro de la

obligación que atañe al padre no conviviente. Puesto que ello no sólo es contrario

al artículo 660 del código de fondo (que no distingue edades a los efectos de

valorar el cuidado), sino que incluso se contradice con las detalladas y reconocidas

necesidades y estándar de vida de J., A. y T.

Con esto quiero decir que el avance significativo que supone

contar con un parámetro como el de la "canasta crianza" no puede verse

desdibujado por interpretaciones que lo utilicen para restar derechos. La "canasta

crianza" es el piso a tener en cuenta en la cuantificación de la cuota alimentaria, y

es desde donde debe partir la valoración de las particularidades de cada caso.

A modo de ejemplos concretos que permitan completar el

razonamiento inconcluso de la Cámara, pregunto: ¿quién asiste y supervisa a las

menores de edad en su concurrencia a la escuela, a aprender idiomas, a patín, a

hockey, al médico, en sus relaciones sociales? ¿quién, además, se encarga de todas

las labores conexas que dichas actividades implican (tareas y actividades escolares,

viajes de estudio, elementos deportivos, acondicionamiento de equipos y

uniformes, por dar sólo algunos ejemplos)? Es la madre, quien, para llevar

adelante la dirección de la vida de sus hijas y mantener el acreditado estándar de


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vida de las mismas, debe relegar su propia disponibilidad temporal, laboral e

intelectual.

Además, ya no hay margen para que pase desapercibida la carga

mental que conllevan tanto el cuidado de niños, niñas y adolescentes, como la

gestión de las tareas del hogar. Es imperante que esa sobrecarga o esfuerzo

psicológico ínsito en la planificación, coordinación y protección de la vida familiar

e individual de sus miembros sea reconocida y sea cuantificada desde una faz

productiva.

En consecuencia, conforme lo explicado en los párrafos anteriores,

corresponde declarar procedente el recurso de inaplicabilidad de ley incoado por la

parte actora; casar la sentencia dictada en fecha 22/9/2023 por la Sala Tercera de la

Cámara Segunda de Paraná; y dejar subsistente lo decidido en fecha 23/8/2022 por

la jueza de familia de primera instancia.

Las costas en todas las instancias se imponen a las partes

demandadas vencidas (artículo 138 de la ley procesal de familia). ASÍ VOTO.

A LA CUESTIÓN PROPUESTA EL SR. VOCAL CARLOS

FEDERICO TEPSICH DIJO:

1. Las especiales circunstancias del caso me llevan a coincidir con

la solución que viene propuesta con relación a los agravios formulados por el

progenitor en torno a la cuantía de la prestación alimentaria a su cargo.

La valoración en concreto de las tareas de cuidado personal por


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parte de la progenitora exhibe como razonable mantener lo decidido en la instancia

de origen sobre el punto.

2. Con relación al carácter de obligación alimentaria de los abuelos

que regula el art. 668 del CCC y es impugnada bajo la causal de incorrecta

aplicación de la ley, adelanto que también habré de acompañar la solución

desestimatoria propuesta por la Señora Vocal preopinante.

Paso a exponer seguidamente mis razones.

3. Conforme lo prevé el art. 1 del CCC, la obligación alimentaria

de los abuelos debe ser aprehendida siguiendo las fuentes supralegales, en

particular la Convención de los Derechos del Niño que en su art. 27 establece que

el menor es titular del derecho de reclamo alimentario del niño contra sus padres u

otras personas encargadas (inc. 2º), a otras personas responsables (inc. 3º) u otras

personas que tengan responsabilidad financiera (inc. 4º).

4. Por otro lado, la relación asistencial entre abuelos y nietos

adopta perfiles particulares y que justifica el método seguido por el Código

unificado, pues como lo explicó la Comisión redactora del anteproyecto de Código

Civil y Comercial, los alimentos de los abuelos hacia sus nietos “están regulados

de manera especial en el título relativo a la Responsabilidad Parental …”, en

concordancia con otras normas que establecen y evidencian una visión de este

vínculo que es más estrecho que con el resto de los parientes.


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Comparados con otros parientes, el legislador del 2015 trata a los

abuelos de un modo especial al brindarles la posibilidad de participación en la

crianza y educación de sus nietos. Así, tienen un derecho de comunicación

preferencial (arts. 555 a 557); pueden oponerse a la realización de actos por parte

de los progenitores, como de igual manera se requiere que integren con su

asentimiento el consentimiento brindado por los padres adolescentes cuando se

trata de actos trascendentales para la vida del niño o niña (art. 644).

5. La formulación del texto del art. 668 del CCC constituye un

avance a favor del niño o adolescente alimentista, pues desde una óptica procesal

determina la viabilidad de la acción respecto de estos ascendientes en el mismo

proceso en que se le reclama a los progenitores con la acreditación verosímil de las

dificultades para percibir alimentos de su progenitor.

Asimismo, a partir del especial tratamiento legislativo cabe

entender, mediante interpretación sistemática, que el alcance de dicha obligación

alimentaria es mayor que la de los parientes y por ello la cuota que se fije será no

solo para cubrir las necesidades básicas, sino que deberá propender al desarrollo

íntegro, espiritual, intelectual, social y cultural de los NNA. Insisto, por estar

tratada la obligación de alimentos que pesa sobre los abuelos en el mismo capítulo

que la de los progenitores, y con un tratamiento legislativo especial e

individualizado, cabe entender, mediante interpretación sistemática, que su alcance

es mayor que el de la obligación de los parientes (Ales Uría, Mercedes en Código


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Civil y Comercial, Dirs. Barreiro Delfino - López Mesa, Hammurabi, Buenos

Aires, 2022, T. 5-C, p. 277).

6. Son los progenitores quienes deben procurar en primer lugar la

satisfacción de las necesidades de los niños, niñas y adolescentes, pero el carácter

subsidiario del deber de asistencia de los abuelos tiene perfiles particularmente

atenuados que se proyectan en cuanto a su extensión y cuantía que, en algunos

casos, puede llegar a ser asimilable a la de aquellos.

Esto no implica en ningún modo una transferencia de la obligación

de los progenitores hacia los abuelos, dado que los deberes emanados de la

responsabilidad parental no son renunciables, por lo que deberá prestarse especial

atención a los requisitos de procedencia de la acción contra los abuelos y

considerarse la concurrencia de situaciones de vulnerabilidad y sus posibilidades

económicas de mantener a los niños en la calidad de vida que estos gozaban. En

general, no corresponderá poner a cargo de los abuelos una cuota equivalente al

padre, pero excepcionalmente, siempre que las circunstancias del caso lo

aconsejen, podrá mientras subsiste la cuota del progenitor a través de mecanismo

de cancelación sucesiva (Basset, Úrsula en Código Civil y Comercial Comentado.

Tratado Exegético, Dirs: Alterini-Basset, 2da. Ed., La Ley, Buenos. Aires., 2016,

T. III, p. 921).

7. Consecuentemente, cada caso debe ser analizado de manera


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prudente, dado que sin lugar a dudas no todos los abuelos -sujetos vulnerables

también protegidos Ley 27360- están en condiciones de cumplir con la obligación

alimentaria respecto de sus nietos.

No puede darse un igual tratamiento a todos los casos, dado que

existen “diferencias sustanciales acerca del rol de los abuelos entre familias con

carencias materiales severas y aquellas otras donde las necesidades básicas se

encuentran satisfechas” (Herrera, Marisa, “Estado, ciudadanía y democracia.

Algunos silenciados del Derecho de Familia: el papel de los abuelos en la familia

del siglo XXI”, J.A. 2011-I-1381).

8. Confrontado las probanzas de autos con tales pautas, la

prestación alimentaria a cargo de los abuelos recurrentes es correcta. ASÍ VOTO.

Por último, habiendo mayoría absoluta, EL SR. VOCAL EN

EJERCICIO DE LA PRESIDENCIA DEL STJ, LEONARDO PORTELA, se

abstiene de votar y firmar la presente resolución con arreglo a lo dispuesto por el

art. 33 de la LOPJ, texto según ley 10.704.

Con lo que no siendo para más se da por finalizado el acto

quedando acordada la siguiente sentencia:

Paraná, 6 de junio de 2024.

Y VISTO:

Por los fundamentos del acuerdo que antecede se,

RESUELVE:
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DECLARAR INADMISIBLE el recurso de inaplicabilidad de

ley deducido por las partes demandadas en fecha 12/10/2023, respecto de la

resolución de la Sala Tercera de la Cámara Segunda de Apelaciones de Paraná

dictada en fecha 22/9/2023.

DECLARAR PROCEDENTE el recurso de inaplicabilidad de

ley deducido por la actora en fecha 12/10/2023, CASAR la resolución de la Sala

Tercera de la Cámara Segunda de Apelaciones de Paraná dictada en fecha

22/9/2023 y, en consecuencia, DEJAR subsistente lo decidido en fecha 23/8/2022

por la jueza de familia de primera instancia.

IMPONER costas en todas las instancias a las partes demandadas

vencidas (art. 138 de la ley procesal de familia).

DIFERIR la regulación de honorarios para la oportunidad en que

se determinen los correspondientes a las instancias inferiores.

Tener presente la reserva del caso federal.

Notifíquese conforme arts. 1º y 4º Ac. Gral. 15/18 SNE, regístrese

y oportunamente devuélvase.

Firmado digitalmente por la Sra. Vocal Gisela N. Schumacher.

Firmado digitalmente por el Sr. Vocal Carlos Federico Tepsich.

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Ante mí. En igual fecha se registró. Asimismo, se deja constancia que la presente

se suscribe mediante firma digital -Acuerdo Gral. 11/20 del 23-6-2020, Punto 4°)

prescindiéndose de su impresión en formato papel.

Firmado digitalmente por Sebastián Emanuelli, Secretario.

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