Bronquitis 1

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Bronquitis Aguda

La bronquitis aguda es una inflamación de los conductos bronquiales, las vías


aéreas que transportan el aire hacia los pulmones. Esta inflamación suele ser
causada por una infección viral y se manifiesta principalmente con tos, que a
menudo produce mucosidad. La bronquitis aguda es un trastorno común,
especialmente después de un resfriado o una gripe, y aunque suele mejorar por sí
sola en pocos días o semanas, la tos puede persistir durante más tiempo. Factores
como el humo del cigarrillo o la contaminación del aire pueden agravar los síntomas.

Es más frecuente en la infancia y en la vejez.

Etiología
Los casos de bronquitis aguda se presentan con más frecuencia en las épocas
de mayor circulación de microorganismos causales de infecciones respiratorias de la
vía aérea alta, por lo que más del 90% son de etiología no bacteriana.

Los virus más frecuentes son:


 Rinovirus.
 Coronavirus.
 Adenovirus.

En algunos casos más graves:


 Virus influenza.
 Parainfluenza.
 Virus sincicial respiratorio.

El 5% a 10% de las causas de bronquitis aguda son debido a agentes


bacterianos como Bordetella pertussis, Mycoplasma pneumoniae y

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Chlamydophila pneumoniae, Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae
y Moraxella catarrhalis.

Patogenia
Se inicia con la infección viral de las células epiteliales de las vías respiratorias.
Esta infección desencadena una respuesta inflamatoria intensa, caracterizada por la
liberación de mediadores químicos que causan vasodilatación, aumento de la
permeabilidad vascular y la migración de células inflamatorias al sitio de la infección.
Como consecuencia, se produce un engrosamiento de la mucosa bronquial, edema
de la submucosa, hipersecreción de moco y espasmo de la musculatura lisa
bronquial. Estos cambios estructurales y funcionales obstruyen las vías aéreas,
dificultan el intercambio gaseoso y provocan los síntomas característicos de la
bronquitis aguda, como tos, producción de esputo y dificultad para respirar. En
algunos casos, una infección bacteriana secundaria puede complicar el cuadro,
perpetuando la inflamación y exacerbando los síntomas.

Fisiopatología
La bronquitis aguda desencadena una respuesta inflamatoria en los bronquios,
típicamente provocada por virus. Esta inflamación causa un estrechamiento de las
vías aéreas debido al edema de la mucosa, el aumento de la producción de moco y
el espasmo de los músculos bronquiales. La obstrucción parcial resultante dificulta el
flujo de aire, lo que lleva a tos, sibilancias y dificultad para respirar. Además, la
inflamación puede dañar el epitelio bronquial, comprometiendo los mecanismos de
defensa pulmonar y facilitando la colonización bacteriana secundaria.

Manifestaciones clínicas
La bronquitis aguda se manifiesta principalmente a través de una tos que
puede ser seca o productiva, acompañada o no de expectoración. Aunque el color
del esputo no es un indicador certero de una infección bacteriana, es común
observar una evolución desde un esputo claro a uno más purulento. La fatiga,

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especialmente por las noches debido a la tos persistente, es una queja frecuente
entre los pacientes. Además de la tos, pueden presentarse sibilancias, dificultad
para respirar, particularmente al realizar esfuerzos, y dolor en el pecho, que a
menudo se atribuye a la irritación de las costillas por la tos continua. Es común que
la bronquitis aguda se inicie con síntomas catarrales, como fiebre, dolor de garganta
y congestión nasal. Aunque la mayoría de los casos se resuelven en una o dos
semanas, la tos puede prolongarse significativamente, incluso por más de un mes,
en una proporción considerable de pacientes.

Bronquitis Crónica

La bronquitis crónica es una enfermedad pulmonar obstructiva crónica


caracterizada por la inflamación persistente de los bronquios, los tubos que llevan el
aire a los pulmones. Esta inflamación crónica provoca un estrechamiento de las vías
respiratorias, un aumento en la producción de moco y una tos productiva persistente.
A diferencia de la bronquitis aguda, la bronquitis crónica no suele ser causada por
infecciones virales, sino por una exposición prolongada a irritantes, principalmente el
humo del tabaco. La tos crónica y la dificultad para respirar son los síntomas más
comunes, y con el tiempo, la bronquitis crónica puede progresar y causar daños
irreversibles en los pulmones.

Etiología
La causa principal y más conocida es el tabaquismo, que irrita las vías
respiratorias y provoca una respuesta inflamatoria crónica. Sin embargo, otros
factores también pueden contribuir al desarrollo de esta afección, como la exposición
a largo plazo a contaminantes ambientales (humo de segunda mano, polvo, gases
químicos), infecciones respiratorias recurrentes, deficiencias enzimáticas (como la
alfa-1-antitripsina) y, en menor medida, factores genéticos. Es importante destacar
que la combinación de estos factores, junto con la edad avanzada, aumenta
significativamente el riesgo de desarrollar bronquitis crónica.

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Patogenia
Es un proceso complejo y multifactorial. La exposición prolongada a irritantes,
principalmente el humo del tabaco, desencadena una respuesta inflamatoria crónica
en las vías aéreas. Esta inflamación se caracteriza por la infiltración de neutrófilos,
macrófagos y linfocitos, lo que conduce a la liberación de enzimas proteolíticas y
mediadores inflamatorios que dañan el epitelio bronquial. La lesión epitelial facilita la
colonización bacteriana y viral, perpetuando el proceso inflamatorio. Con el tiempo,
se produce hiperplasia de las glándulas mucosas, fibrosis de la pared bronquial y
remodelamiento de las vías aéreas, lo que resulta en una obstrucción al flujo aéreo
irreversible. La obstrucción crónica lleva a una disminución de la ventilación y un
aumento de la retención de aire, lo que contribuye a la aparición de hipoxemia e
hipercapnia.

Fisiopatología
La bronquitis crónica se caracteriza por una inflamación crónica de los
bronquios, las vías aéreas que conducen el aire a los pulmones. Esta inflamación
persistente provoca un engrosamiento de las paredes bronquiales, hiperplasia de las
glándulas mucosas y un aumento en la producción de moco. La combinación de
estos factores conduce a una obstrucción del flujo de aire, dificultando la respiración.
La causa principal de la bronquitis crónica es la inhalación crónica de irritantes,
como el humo del cigarrillo. Estos irritantes dañan las células ciliadas que
normalmente transportan el moco hacia arriba y hacia fuera de los pulmones, lo que
resulta en una acumulación de moco y una mayor susceptibilidad a las infecciones.
Con el tiempo, la inflamación crónica puede llevar a remodelación de las vías aéreas
y destrucción del tejido pulmonar, lo que empeora aún más la obstrucción al flujo de
aire y limita la capacidad pulmonar.

Manifestaciones clínicas

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Son progresivas y varían en intensidad entre los pacientes. La tos productiva
es el síntoma cardinal, caracterizada por la expulsión de esputo, que puede ser claro,
blanco, amarillo o verdoso, dependiendo de la cantidad de infección presente. Con el
tiempo, la tos puede volverse crónica y empeorar durante exacerbaciones, que
suelen desencadenarse por infecciones respiratorias o la exposición a irritantes.
Otros síntomas comunes incluyen sibilancias, dificultad para respirar, especialmente
durante el ejercicio, sensación de opresión en el pecho y fatiga. En etapas
avanzadas, la bronquitis crónica puede limitar significativamente la actividad física y
afectar la calidad de vida del paciente.

Anamnesis
La anamnesis en pacientes con bronquitis, tanto aguda como crónica, es
fundamental para establecer un diagnóstico preciso y determinar el tratamiento
adecuado. En general, se debe indagar sobre la historia de la enfermedad actual,
preguntando sobre el inicio y evolución de los síntomas, como la tos (productiva o no,
duración, frecuencia), la presencia de expectoración (color, cantidad), dificultad para
respirar, sibilancias, dolor torácico, fiebre, fatiga y pérdida de peso. Además, es
crucial conocer los antecedentes personales y familiares, incluyendo el hábito
tabáquico, exposición a alérgenos o irritantes, infecciones respiratorias previas,
enfermedades crónicas asociadas (asma, EPOC) y tratamientos previos. En el caso
de la bronquitis crónica, es importante explorar la duración de los síntomas, la
frecuencia de exacerbaciones y el impacto en la calidad de vida.

Examen físico respiratorio


La exploración física respiratoria en pacientes con bronquitis aguda y crónica
es esencial para valorar la severidad de la enfermedad y detectar posibles
complicaciones.
Al inspeccionar al paciente, se busca la presencia de taquipnea, uso de
músculos accesorios como los esternocleidomastoideos o intercostales, y

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retracciones subcostales o supraclaviculares, especialmente en casos de
obstrucción bronquial severa.
La palpación revela una disminución de la expansión torácica en zonas de
consolidación o atelectasia, mientras que el frémito vocal puede estar aumentado en
áreas de condensación y disminuido en presencia de obstrucción o derrame pleural.
La percusión evidencia hipersonoridad en casos de enfisema asociado,
matidez en zonas de consolidación y timpanismo en neumotórax.
La auscultación es clave para identificar ruidos adventicios como sibilancias,
que pueden ser inspiratorias, espiratorias o bifoásicas, y que son más características
de la bronquitis crónica y el asma. Los crepitantes, finos o gruesos, sugieren la
presencia de edema alveolar o neumonía, mientras que los roncus, de tono bajo y
roncos, indican la presencia de secreciones bronquiales. Además, se puede
encontrar disminución del murmullo vesicular en zonas de consolidación, atelectasia
o obstrucción bronquial completa.
Es importante destacar que la auscultación debe realizarse en múltiples
posiciones, como sentado y acostado, para detectar variaciones en los ruidos
respiratorios.
En conjunto, estos hallazgos, junto con la anamnesis y otros estudios
complementarios, permiten al clínico establecer un diagnóstico preciso, evaluar la
gravedad de la enfermedad y determinar el tratamiento más adecuado.

Diagnostico y Examenes complementarios


El diagnóstico de bronquitis aguda y crónica se basa principalmente en la
historia clínica detallada y la exploración física, donde se valoran los signos y
síntomas característicos de cada enfermedad. Sin embargo, para confirmar el
diagnóstico y descartar otras patologías, suelen realizarse exámenes
complementarios. Estos pueden incluir una radiografía de tórax para evaluar la
presencia de complicaciones como neumonía, una espirometría para medir la
función pulmonar y determinar la gravedad de la obstrucción en la bronquitis crónica,
y análisis de sangre para identificar infecciones bacterianas o evaluar la inflamación.

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En algunos casos, se puede solicitar un cultivo de esputo para identificar el agente
causante de la infección y guiar el tratamiento antibiótico. Además, en pacientes con
bronquitis crónica, se pueden realizar pruebas de imagen más avanzadas, como una
tomografía computarizada de alta resolución, para evaluar el daño pulmonar a largo
plazo.

Diagnostico diferenciales
El diagnóstico diferencial de la bronquitis aguda y crónica es fundamental para
establecer un tratamiento adecuado y evitar complicaciones. Si bien ambas
enfermedades comparten síntomas como tos y producción de esputo, existen
características clínicas, radiológicas y de laboratorio que permiten diferenciarlas.

Características que diferencian la bronquitis aguda de la crónica:


 Duración: La bronquitis aguda suele durar pocas semanas y se resuelve
espontáneamente. La bronquitis crónica es una enfermedad de larga duración,
con episodios de exacerbación y remisión.
 Inicio: La bronquitis aguda suele tener un inicio abrupto, a menudo relacionado
con una infección viral. La bronquitis crónica tiene un inicio más insidioso y
progresivo.
 Exposición a factores de riesgo: La bronquitis aguda puede ocurrir en
cualquier persona, mientras que la bronquitis crónica está estrechamente
relacionada con el tabaquismo y la exposición a irritantes.
 Esputo: En la bronquitis aguda, el esputo suele ser purulento al inicio de la
infección y luego se vuelve más claro. En la bronquitis crónica, el esputo es más
persistente y puede ser mucopurulento.
 Examen físico: En la bronquitis aguda, los hallazgos físicos pueden ser
mínimos. En la bronquitis crónica, se pueden encontrar roncus y sibilancias,
especialmente durante las exacerbaciones.

Otras condiciones a considerar en el diagnóstico diferencial:

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 Asma: Ambas enfermedades pueden presentar síntomas similares, como tos y
sibilancias. Sin embargo, el asma suele tener un componente alérgico y
responde bien a los broncodilatadores.
 Neumonía: La neumonía puede presentarse con síntomas similares a la
bronquitis aguda, pero suele asociarse a fiebre alta, escalofríos y dolor torácico.
 Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE): La tos crónica puede ser un
síntoma de ERGE, especialmente si se agrava al acostarse o al inclinarse hacia
adelante.
 Tumores pulmonares: Los tumores pulmonares pueden causar tos persistente,
hemoptisis y pérdida de peso.
 Bronquiolitis: Principalmente en niños pequeños, la bronquiolitis es una
inflamación de los bronquíolos, las vías respiratorias más pequeñas. Suele estar
causada por un virus respiratorio sincitial (VRS) y se presenta con tos, dificultad
para respirar y sibilancias.
 Tuberculosis: Aunque menos frecuente en países desarrollados, la tuberculosis
puede presentarse con síntomas inespecíficos como tos, fiebre y pérdida de
peso. La presencia de hemoptisis (sangre en el esputo) debe hacer sospechar
esta enfermedad

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