Voces

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 22

Voces: CONTRATOS - FUTBOL - JUGADOR DE FÚTBOL PROFESIONAL - LESIÓN

SUBJETIVA - CESIÓN DE DERECHOS - PRUEBA - REPRESENTANTE - ASOCIACIONES -


TRANSFERENCIA DE DEPORTISTAS - PASE DE JUGADORES

Partes: Haz Sport Agency S.A. c/ Asociación Atlética Argentinos Juniors | ordinario

Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial

Sala/Juzgado: C

Fecha: 11-mar-2014

Cita: MJ-JU-M-85074-AR | MJJ85074

Producto: SOC,MJ

Se condena a asociación deportiva a pagar más de un millón de dólares en cumplimento del


contrato de venta, cesión y transferencia del 50% de los derechos económicos sobre la
totalidad del pase de un jugador.

Sumario:

1.-Para interpretar un contrato es necesario tomarlo como un todo coherente, como un


conjunto orgánico, desde que sus cláusulas resultan ser interdependientes en tanto se fundan
en la unidad del mismo, jugando todas simultáneamente y constituyendo para las partes,
según la regla del CCiv. 1197 , la ley a la que deben someterse.

2.-El método literal es la primera forma de interpretar y desentrañar la real voluntad expresada
por los contratantes. De esto se sigue que la concepción literal de una cláusula del contrato
basta cuando el significado al que se arriba mediante su lectura y -en su caso, la sujeción a la
acepción del diccionario- no desvirtúa el sentido que los otorgantes del acto han plasmado en
el todo, cuya armonización es inexcusable al tiempo de verificar lo que con cuidado y previsión
ellos han entendido estipular (CCom. 218 ; CCiv. 1198 y 902 ).

3.-El derecho federativo surge originariamente de la voluntad coincidente de una institución


deportiva de inscribir y de un deportista de ser inscripto en una competición oficial, a través de
un contrato que puede otorgarse a título gratuito -amateur- o a título oneroso -profesional-. Se
trata de un derecho inherente al deportista, pero cuyo ejercicio es cedido a favor de la
institución, la cual puede a su vez, posteriormente transferirlo o cederlo, transitoria o
definitivamente a otra institución deportiva, con conformidad del deportista o de su
representante legal.

4.-Los únicos entes con capacidad para registrar federativamente jugadores en la competencia
oficial son los clubes afiliados; de allí que sólo esos sujetosjurídicos sean los únicos
habilitados para ejercer los derechos federativos de alinear la futbolista en la competición y de
disponer su transferencia con la anuencia del futbolista.

5.-Puede definirse al contrato de cesión de derechos económicos derivados de los derechos


federativos sobre jugadores de fútbol, como aquél por medio del cual el club cede a un
inversor los beneficios económicos futuros, condicionales y aleatorios derivados de la venta o
préstamo de los derechos federativos de un deportista. Se trata de un contrato bilateral,
consensual y oneroso en el cual el inversor entrega una suma de dinero a cambio de la cesión
en su favor de los beneficios económicos que se generen en el futuro por la venta o préstamo
de estos derechos federativos, o cuando el inversor recibe un porcentaje de estos derechos
económicos, como contraprestación por algún servicio prestado.

6.-La validez de los contratos de cesión de derechos económicos derivados de los derechos
federativos sobre jugadores de fútbol ha sido reconocida por la A.F.A. mediante Resolución de
su Comité Ejecutivo del 22.11.05 publicada en el Boletín Especial nº 3819, que sancionó el
Régimen de Anotación y Archivo de cesiones de beneficios económicos por transferencias de
contratos, y en dicha resolución, los derechos económicos derivados de los derechos
federativos de un jugador profesional de fútbol aparecen definidos como relaciones
contractuales por las que se ceden derechos, o acuerdan opciones de derechos sobre el
resultado económico del producido por la transferencia entre clubes de contratos con
jugadores de fútbol profesional o, en su caso, aquellos acuerdos donde los clubes de fútbol
profesional garanticen la devolución de aportes, préstamos, o el pago de servicios con el
beneficio económico de las operaciones señaladas.

7.-Lo que es prohibido por las normas de las Resoluciones de la Asocación del Futbol
Argentino, es la cesión de derechos federativos que solamente puede ser efectuada a favor de
nada más que clubes federados a alguna de las asociaciones del fútbol organizado; pero no lo
es cuando de la cesión de derechos económicos se trata, en el sentido del derecho a percibir
un porcentaje de la prima que puede cobrar el club que transfiere a un jugador afiliado a otra
institución deportiva.

8.-Los derechos económicos derivados de los derechos federativos sobre jugadores de fútbol,
que bien pueden caracterizarse como frutos pendientes -condicionales, aleatorios, eventuales,
a plazo o litigiosos- (CCiv. 1446 , 1447 y 1448 ), pueden ser objeto de una cesión en tanto la
causa de esa misma cesión no sea contraria a alguna prohibición expresa o implícita de la ley
o del título mismo del crédito (CCiv. 1444); dado que según quedó expuesto, en el régimen
que las normas generadas en el marco del desempeño del fútbol organizado (tanto por la
F.I.F.A cuanto por la A.F.A.) así como las disposiciones laborales aplicables al caso (ley
20160: 14 y Convenio Colectivo nº 430/75) no existen prohibiciones para realizar la
transferencia de esos mismos derechos económicos.

9.-En ausencia del recibo, el pago puede ser demostrado por cualquier medio, aunque esa
amplitud probatoria lleva como contrapartida, que la comprobación del pago que no conste en
un recibo deba examinarse con un criterio severo, riguroso y restrictivo. Esta regla tiene su
fundamento en la presunción hominis derivada. de la omisión del recibo pertinente, dado que
la exigencia de ese comprobante por parte del deudor es lo que ordinariamente acontece en la
práctica general de los negocios (arg. CCom 218: 6º). De modo que su falta debe ser
entendida en sentido desfavorable para el invocante del pago quien, entonces, se halla
obligado a desvirtuar, mediante prueba idónea, la presunción que le es adversa.
10.-Ha dicho reiteradamente la Corte Suprema de Justicia de la Nación que el proceso civil no
puede ser conducido en términos estrictamente formales. No se trata ciertamente del
cumplimiento de ritos caprichosos, sino del desarrollo de procedimientos destinados al
establecimiento de la verdad jurídica objetiva, que es su norte, porque la renuncia consciente a
la verdad es incompatible con el servicio de la justicia ; y sentado que la inteligencia contraria
configuraría una desviación del recto sentido de hacer justicia atendiendo a la verdad objetiva
de los hechos relevantes de la causa e importaría un exceso ritual impeditivo de la necesaria
adecuación que el magistrado debe lograr entre las previsiones del derecho y las
circunstancias reales del caso, requisito, sine qua non de una decisión jurisdiccional
jurídicamente valiosa. (Fallos 238:550 y 302:1611).

11.-Según la jurisprudencia del más Alto Tribunal de la Nación, ni aún la actitud negligente del
actor en demostrar los hechos, resulta decisiva para obviar toda investigación que, con
fundamento en la finalidad misma del proceso judicial y en las atribuciones irrenunciables de
los magistrados para acceder al conocimiento de la verdad objetiva, pudiese contribuir a
esclarecer los extremos de la controversia (Fallos 304:1265).

12.-La interpretación de las normas procesales no puede prevalecer sobre la necesidad de


acordar primacía a la verdad jurídica objetiva, pues de otro modo se vulneraría la exigencia del
adecuado servicio de justicia que garantiza el art. 18 de la CN.

13.-El tercero que pretende ejercitar la actio simulandi debe demandar a ambas partes del acto
que reputa simulado.

14.-El remedio legal - la lesión subjetiva - sólo puede ser requerido por vía de acción o de
reconvención, pero no introducido como defensa.

15.-En tanto la entidad deportiva podía contratar en pesos o en dólares, la contratación en esta
última moneda impuso a ésta prever la posibilidad de una devaluación de la moneda nacional -
o de una revalorización del dólar- y consecuentemente, importó asumir el riesgo de esa
devaluación -o revaluación- según la moneda considerada.

16.-Si pudo contratarse en moneda local, la realizada en dólares sólo pudo tener por finalidad
la protección de la base económica del vínculo contra toda variación monetaria que, entonces,
fue prevista -y no sólo pudo o debió serlo-; y no es razonable ni justo que esa protección
acordada por ambas partes sea abandonada cuando, precisamente, es más necesaria, esto
es: frente a una devaluación del peso.

En Buenos Aires, a los 11 días del mes de marzo de dos mil catorce, reunidos los Señores
Jueces de Cámara en la Sala de Acuerdos fueron traídos para conocer los autos "HAZ
SPORT AGENCY S.A. C/ ASOCIACION ATLETICA ARGENTINOS JUNIORS S/
ORDINARIO" (expte. n° 27.530/11, Juzg. 23, Sec. 45) en los que al practicarse la
desinsaculación que ordena el artículo 268 del Código Procesal, Civil y Comercial de la Nación
resultó que la votación debía tener lugar en el siguiente orden: Doctores Garibotto y Machin.

La Dra. Villanueva no interviene en el presente acuerdo por hallarse excusada (fs. 171).
Estudiados los autos la Cámara plantea la siguiente cuestión a resolver:

¿Es arreglada a derecho la sentencia apelada de fs. 522/9? El Dr. Juan Roberto Garibotto
dice:

I. La litis y la sentencia de primera instancia.

Por cuanto los hechos que ambas partes invocaron aparecen suficientemente relacionados en
la sentencia de grado, a lo allí expuesto hago remisión. i. Sólo conviene precisar, para la mejor
comprensión de esta ponencia, que la actora Haz Sport Agency S.A. demandó a la Asociación
Atlética Argentinos Juniors por cumplimiento de un contrato de venta, cesión y transferencia
del 50% de los derechos económicos sobre la totalidad del pase de un jugador de fútbol -
Néstor Ezequiel Ortigoza-, y resarcimiento de daños y perjuicios.

Señaló la actora que el contrato fue anudado el 25 de febrero de 2004, y aseveró que su
precio, que fue fijado en U$S 170.000, fue sufragado a la demandada; que la condición que
según el contrato tornó exigible su crédito se perfeccionó desde que el 4 de febrero de 2011
los derechos del jugador fueron transferidos, en forma onerosa y definitiva, al Club Atlético
San Lorenzo de Almagro; y que no obstante ello, la Asociación Atlética Argentinos Juniors
incumplió el contrato invocando en vía epistolar su nulidad.

La pretensión fue cuantificada del modo siguiente:(i) en U$S1.250.000 correspondientes al


50% de los ingresos netos que acordó recibir la demandada del Club Atlético San Lorenzo de
Almagro por el pase del mencionado jugador, y (ii) en U$S500.000 según lo previsto en la
cláusula 6ª del contrato de venta, cesión y transferencia, todo ello con más los intereses
pactados en la cláusula 7ª del mismo convenio. ii. La Asociación Atlética Argentinos Juniors
interpuso excepción de ausencia de personería (que fue desestimada según la interlocutoria
de fs. 134/5) y luego, con suficiencia de argumentos, planteó la nulidad del referido contrato
de venta, cesión y transferencia.

Acerca de esto, sostuvo que ese convenio es de objeto prohibido y, por lo tanto, nulo de
nulidad absoluta; que fue anudado por quien careció de capacidad para así hacerlo; y en
subsidio afirmó que fue la actora quien no honró las obligaciones que asumió y que no se
cumplió la condición a la que el contrato se sujetó.

Tales son, en prieta síntesis, las posturas que las partes asumieron en la litis. iii. La primer
sentenciante hizo lugar parcialmente a la demanda, condenó a la Asociación Atlética
Argentinos Juniors a pagar a la actora U$S1.000.000 con más intereses, e impuso la totalidad
de las costas del litigio a cargo de la demandada.

Halló la sra.juez contestes a las partes en cuanto a que el contrato de marras había sido
suscripto el 25 de febrero del año 2004, y agregó que tal forma de operar, por medio de la que
el denominado inversor arriesga el capital que aporta en tanto desconoce si en el futuro el
jugador será transferido y en ese caso, a qué precio, es utilizada por los clubes de fútbol para
obtener financiamiento sin desprenderse de sus jugadores (i) Luego de reseñados los
alcances del contrato que vinculó a ambas partes, analizó lo concerniente a la nulidad que
respecto del mismo introdujo la defensa.

Basada en las obligaciones que cada parte asumió -el pago de U$S170.000 por la actora a la
demandada, y el pago por ésta a aquélla del 50% de lo que se obtuviere en caso de concreción
del pase del jugador Ortigoza -obligación esta última que calificó como condicional según la
norma del cciv 528- consideró la a quo que el objeto principal del contrato fue la venta, cesión
y transferencia del 50% de los derechos económicos sobre la totalidad del producido de dicho
pase, y que las cláusulas restantes se hallaron enderezadas a asegurar y preservar el negocio
que se concretaría en caso de realizarse dicho pase.

Señaló la magistrada ser necesaria la determinación concreta del objeto del contrato, desde
que aquéllos que tienen por finalidad operaciones referidas a derechos federativos se
encuentran sujetos a diversas reglas y estatutos que no alcanzan a los contratos cuando su
objeto aparece centrado en los derechos económicos, e indicó que si bien en la cláusula 6ª fue
acordado que la transferencia de los derechos federativos habría de realizarse de común
acuerdo entre actora y demandada, concluyó que esa disposición no constituyó el objeto
medular del convenio sino que sólo tuvo los alcances de una cláusula accesoria de lo que se
acordó.

Aludió al contenido del art. 89: a del Estatuto de la A.F.A.que, respecto de la utilización de los
servicios de agentes o de intermediarios para la transferencia de jugadores reenvía a la
normativa emanada de la F.I.F.A., y a lo dispuesto por el art. 18 bis del Reglamento F.I.F.A.
sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores (RETJ) que prohíbe a los clubes de fútbol
anudar contratos que faculten a una de las partes o a un tercero a asumir una posición que
pudiere influir en asuntos laborales o tomar ingerencia en la transferencia de jugadores a salvo
que se trate de agentes deportivos que posean licencia que los acredite como tales; e hizo
también mención de lo dispuesto en el art. 2 del Régimen de Anotación y Archivo de Cesiones
de Beneficios Económicos para Transferencia de Contratos sancionado por la A.F.A. en el
Boletín Especial nº 3.819 cuyo texto transcribió.

Con tal sustento normativo, basada en lo dispuesto en el art. 2 de la Resolución General de la


A.F.I.P. 3374/2012 y en un informe incorporado al expediente producido por la A.F.A., la
primer sentenciante concluyó que la prohibición de contratar de los terceros sólo rige para
intervenir en transferencias y asuntos laborales, pero no alcanza a los contratos celebrados
sobre derechos económicos derivados de esas transferencias y, por lo tanto, no halló
fundamento para nulificar lo acordado en la cláusula 3ª del contrato.

(ii) Sí, empero, la a quo declaró la nulidad de lo acordado en la cláusula 6ª del contrato por
contravenir lo normado por el art. 89 del Estatuto de la A.F.A.y por el Reglamento sobre
Agentes de Jugadores dictado por la F.I.F.A., por cuanto del análisis de esas normas concluyó
que existió una prohibición para contratar en los términos del cciv 1160, y por ello restó validez
a la cláusula penal pactada en esa norma convencional.

Mas rechazó la nulidad respecto de la invocada posterior inscripción de los derechos


federativos del jugador por considerar que esa cuestión no constituyó el objeto del contrato, y
desestimó la postulada ausencia de poder suficiente de quien en el contrato representó a la
parte actora.

(iii) Ponderó la primer sentenciante un informe proveniente de la A.F.I.P., la pericia contable


obrante en autos y el contenido de una nota cursada por el club demandado a la iniciante, y
con esa base consideró probado que Haz Sport Agency S.A. pagó a aquél la suma de
U$S170.000 según lo pactado.

De seguido la magistrada señaló que la defensa no demostró haber contratado un seguro


según lo pactado en la cláusula 4ª, y por ende desestimó también el argumento de esa parte
concerniente a la falta de pago, por la actora, de las primas derivada de ese nunca anudado
contrato.

(iv) Por último, tuvo por demostrado que el jugador Ortigoza fue transferido, cuantificó el pase
en la suma de U$S2.000.000 y, sustentada en todo ello, la sra. juez decidió del modo dicho.

II. Los recursos.

Ambas partes apelaron la sentencia: la actora, en fs. 532; la demandada, en fs. 534.

La primera expresó los agravios de fs. 543/9, que fueron respondidos en la pieza de fs. 566/7;
mientras que la segunda hizo lo propio en fs. 554/63, presentación que mereció la respuesta
de fs. 569/72.

Agravios de Haz Sport Agency S.A.

Dos son las quejas que esa parte expresó. i.Se agravió de la nulidad decretada respecto de la
cláusula 6ª del contrato en cuestión.

Sostuvo la recurrente, en prieta síntesis, que la sentenciante interpretó erróneamente las


normas sobre cuya base nulificó ese dispositivo convencional; que la interpretación a contrario
sensu del art. 18 bis del RETJ de la F.I.F.A. autoriza tal forma de contratación siempre que no
influya en asuntos laborales de los deportistas o incida sobre la independencia, la política o la
actuación de los equipos del club; y que por no revestir Haz Sport Agency S.A. la condición de
Agente Deportivo no es aplicable el Reglamento sobre Agentes de Juzgadores de la F.I.F.A.,
que prohíbe a éstos tal forma de contratar. Invocó, también, normas del Derecho Laboral
(Convenio Colectivo 557/09 y ley 20.160).

Adujo que en la cláusula 6ª del contrato fue otorgado a su parte el derecho a igualar oferta y la
prioridad respecto de la cesión de derechos económicos a terceros que cada parte mantenía
respecto de la otra; que esa igualación implicaba también agregar en su propuesta igualatoria
un club interesado en contratar al jugador y proponer y/o acordar previamente con éste,
condiciones remunerativas y laborales que le satisficieran; y que no pudo hacerlo por causa
del incumplimiento en que la demandada incurrió.

Afirmó entonces que el daño derivado de ese incumplimiento debe ser resarcido en la medida
estipulada en la misma cláusula 6ª, tal y como ambos contratantes lo previeron.

Abundó sobre estos extremos e invocó la norma del cciv 656. ii.Aseveró que de la prueba
incorporada al expediente surge que la transferencia del jugador Ortigoza se efectuó en
U$S2.500.000 y no en aquélla cons iderada por la sentencia, y dijo, por ende, que la suma de
condena debió montar U$S1.250.000.

Aludió a los informes provenientes del Club Atlético San Lorenzo de Almagro, cuyo contenido
puntualmente analizó; sostuvo que si bien fue declarada caduca esa prueba, en autos esos
informes fueron incorporados y debieron ser valorados por la primer sentenciante; adujo que si
bien la A.F.A. y Futbolistas Argentinos Agremiados indicaron que la transferencia montó
U$S2.000.000 tal cosa es irrelevante frente a lo informado por el primero, y que así se
condujeron éstas, simulación mediante, para evadir el pago de los aranceles e impuestos
derivados de la suma mayor.

Agravios de la Asociación Atlética Argentinos Juniors.

De su lado, esta parte expresó cuatro agravios. i. Se quejó del rechazo del planteo de nulidad
del contrato.

Con base en lo pactado en la cláusula 7ª del contrato adujo que su objeto no se centró en
derechos económicos cual fue sentenciado; afirmó que éstos derivan de los derechos
federativos por lo que no es válido eludir normas prohibitivas sosteniendo que se trata de
derechos distintos, autónomos o independientes entre sí; y de ello concluyó en la imposibilidad
de validar negociaciones efectuadas por empresarios, inversionistas y sociedades que no son
instituciones deportivas afiliadas por constituir negocios realizados en fraude a la ley y, por
ende, nulos de nulidad absoluta.

Aseveró que las normas reguladoras de la transferencia de jugadores (art. 89 del Estatuto de
la A.F.A., el art.18 bis del Reglamento sobre el Estatuto y Transferencia de Jugadores de la
F.I.F.A., y el Convenio Colectivo nº 430/75) prohíben -y lo prohibían en 2004- la intervención
de terceros no federados en tales negocios; e insistió en que más allá de aquella accesoriedad
entre derechos económicos y federativos, las normas mencionadas no efectúan tal distinción
sino que claramente prohíben cualquier cesión relacionada con la transferencia de un jugador.

Abundó sobre todo esto, y de seguido sostuvo ser inaplicable al caso la Resolución General
A.F.I.P. 3374/2012 e invocó el contenido de un fallo proveniente de la Sala D de esta Alzada in
re "Ferradas, Carlos Alberto c/ Isola, Miguel" y citó doctrina que individualizó. ii. Se agravió por
haber sido juzgado que la actora cumplió con el pago que en el contrato había comprometido
realizar.

Sobre esto sostuvo que la prueba informativa sobre la que esa decisión fue basada no emanó
de la Asociación Atlética Argentinos Juniors, que ningún recibo o boleta de depósito bancario
fue adjuntada a la litis, que la documental que la iniciante anejó fue desconocida por su parte,
y que fue carga de aquélla probar el pago que adujo haber formulado mediante la adjunción del
recibo correspondiente. Por ello criticó la sentencia en tanto validó la sustitución de aquel
medio probatorio por un informe proveniente de la A.F.I.P., en violación de lo dispuesto por el
cpr 397; se refirió al contenido del art. 1º de la RG A.F.I.P. nº 2182/2007 cuyo texto
transcribió, y adujo que nada informó a ese órgano contrariamente a lo que sobre esto fue
juzgado.

Sin perjuicio de ello, explicó que por disposición de la A.F.A.en forma retroactiva los clubes
debieron denunciar a los titulares de los derechos federativos, y dijo que fue tal cosa lo que
llevó a personal de administración a faccionar un listado con los "supuestos" (sic) titulares de
derechos económicos, datos que fueron extraídos de los libros de la comisión directiva en los
que constan los contratos pero no su cumplimiento.

Con tal sustento, el quejoso insistió en que la actora no probó haber formulado pago alguno, y
restó validez a cuanto sobre este asunto ponderó la primer sentenciante. iii. En subsidio,
cuestionó tanto el monto de condena cuanto la moneda en que fue discernido.

Sobre lo primero, basado en la pericia contable producida en el expediente sostuvo que la


suma neta recibida por su parte montó U$S678.571,42 según lo acordado en la cláusula 7ª
del contrato y no aquélla considerada por la primer sentenciante.

Acerca de lo segundo, agravióse por haber sido condenada a pagar en una moneda que se
halla fuera de circulación en el mercado. iv. Criticó, por excesivo, el interés fijado en la
sentencia. v. E igual cosa hizo respecto de la imposición de las costas del proceso, que solicitó
fueran discernidas por su orden.

III. La solución.

(i) Es cuestión incontrovertida que ambas partes de la litis -Haz Sport Agency S.A. (desde
aquí, Haz S.A.) y la Asociación Atlética Argentinos Juniors (a partir de ahora, el Club o
Argentinos Juniors, indistintamente) suscribieron el contrato cuya copia corre en fs. 8/14.

Así lo hicieron el 25 de febrero del año 2004, previa deliberación realizada ese mismo día en el
seno de la Mesa Directiva del Club, quien aprobó por unanimidad autorizar al sr. Presidente de
esa entidad deportiva y a su Secretario General a suscribir el convenio, según así se
desprende del instrumento reproducido en fs. 15.

(ii) Por medio de aquel contrato, Argentinos Juniors, que declaró ser el único y exclusivo
propietario del 100% de los derechos económicos emergentes del pase del jugador profesional
de fútbol Néstor E.Ortigoza, vendió, cedió y transfirió a Haz S.A. el 50% de esos mismos
derechos económicos en la suma de U$S170.000, cuya forma de pago fue allí especificada
(cláusulas 1ª, 2ª y 3ª).

En lo que ahora interesa destacar, se convino que el jugador Ortigoza continuaría brindando
sus servicios para el Club hasta tanto fuera transferido, y por su lado Argentinos Juniors se
obligó a contratar un seguro que amparara a ese mismo jugador de cualquier contingencia
deportiva que pudiere sufrir en el curso de ese lapso. Se acordó que la cobertura ascendería a
U$S170.000, que la beneficiaria sería Haz S.A., que el costo de ese aseguramiento sería
sufragado por mitades por ambas partes, y que en caso de que Argentinos Juniors incumpliera
esa obligación y se produjera un siniestro carente de cobertura, pagaría a Haz S.A. en
concepto de cláusula penal, la suma de U$S250.000. Del mismo modo, quedó a cargo del
Club el pago de los salarios, premios y remuneraciones que se devengaran en favor del
jugador Ortigoza durante el lapso de mención (cláusulas 4ª y 5ª).

Fue pactado que la cesión o transferencia de los derechos federativos del pase del jugador,
bajo cualquier forma o modalidad, sería dispuesta de común acuerdo entre los contratantes;
se prohibió al Club transferir bajo ningún concepto total o parcialmente, el registro federativo
del pase del jugador sin la expresa y fehaciente conformidad de Haz S.A., y se fijó en la suma
de U$S1.000.000 la cláusula penal operativa en caso de incumplimiento.Expresamente se
acordó, entre otras cosas, que "para el caso de que cualquiera de las partes recibiere, en
cualquier tiempo, una oferta de terceros por la adquisición definitiva del pase de EL
JUGADOR, en una cifra no inferior a U$S800.000 netos, la parte que la recepcione deberá
ponerla en conocimiento fehaciente de la otra parte, a fin de disponer la venta de esos
derechos de común acuerdo en un plazo máximo de 48 horas de recibida la misma" (cláusula
6ª).

Acordaron los contratantes la forma de distribución del producido de la venta definitiva del
pase del jugador, el plazo para así hacerlo en el caso en que el Club fuera el recibidor de la
totalidad de esa suma, y en caso de incumplimiento se estableció como cláusula penal en
favor de Haz S.A.

"el 100% (cien por ciento) de lo que le hubiera convenido pagar." (cláusula 7ª).

Se impuso, como condición esencial, que la transferencia del pase del jugador o la cesión de
sus servicios bajo cualquier modalidad, fuera realizada con intervención exclusiva del Agente
de Jugadores A.F.A. que se individualizó, a quien se fijó su retribución (cláusula 8ª).

Obligóse Argentinos Juniors a "cumplir con todas las disposiciones legales, convencionales y
reglamentarias tendientes a conservar la titularidad del registro federativo sobre el pase de EL
JUGADOR, el que no podrá ser dejado en libertad de acción o contratación, bajo ninguna
circunstancias, sin el previo y fehaciente consentimiento de (Haz S.A.); y se fijó como cláusula
penal para el supuesto de incumplimiento, la suma de U$S500.000 (cláusula 9ª).

Es todo esto lo que conviene reseñar del contrato de marras.

(iii) De otro lado, pese a que la defensa lo negó al tiempo en que respondió la demanda (v.
específicamente fs. 117, cap. B, aps.21, 22 y 23) aunque en ese mismo momento aportó al
expediente un contrato que demuestra precisamente lo contrario de lo que negó (v. fs.97/100),
es dato cierto por surgir de ese mismo instrumento y así haber sido juzgado sin que tal cosa
concitara la apelación de esa misma parte, que el jugador de fútbol Ortigoza fue transferido al
Club Atlético San Lorenzo de Almagro.

Constituye, pues, cuestión indiscutida que el 4 de febrero de 2011, la totalidad de los derechos
federativos y económicos derivados de los federativos correspondientes al jugador Ortigoza,
fueron cedidos por Argentinos Juniors a la mencionada institución deportiva, por un precio en
dinero.

(iv) Esto dicho, he de analizar ahora los recursos introducidos por ambas partes, bien que
aclaro que por razones de orden metodológico no he de seguir necesariamente el orden en
que los agravios fueron expresados.

Sobre la validez del contrato que vinculó a las partes de la litis.

Claro está que el tema al que he de referirme constituye la cuestión central de lo que es
debatido en la Alzada, toda vez que de lo que sobre este asunto se decida dependerá, en gran
medida, la suerte de lo restante de lo que fue recurrido.

Quedó expuesto que más allá de que la defensa postuló sea declarada la nulidad absoluta e
insanable del contrato de fs. 8/14, la primer sentenciante juzgó (i) que el objeto principal del
contrato fue la venta, cesión y transferencia del 50% de los derechos económicos sobre la
totalidad del producido del pase del jugador Ortigoza, (ii) que las cláusulas restantes se
hallaron enderezadas a asegurar y preservar el negocio que se concretaría en caso de
realizarse dicho pase, y (iii) que sólo lo que fue pactado en la cláusula 6ª del contrato
hallábase fulminado de nulidad por contravenir lo normado por el art. 89 del Estatuto de la
A.F.A. y por el Reglamento sobre Agentes de Jugadores dictado por la F.I.F.A.

Sólo, pues, lo acordado en esa cláusula 6ª fue declarado nulo, en tanto la sra.juez a quo
consideró que existió una prohibición para contratar en los términos del cciv 1160.
Adelanto a mi distinguido colega que, como seguidamente se verá, comparto cuanto sobre
este crucial asunto fue juzgado en la instancia de grado. i. Según se desprende del contenido
con que fue concebida la cláusula 3ª del contrato de marras, lo que Argentinos Juniors vendió,
cedió y transfirió a Haz S.A. fue el 50% de "los derechos económicos que tiene y le
corresponden sobre la totalidad del pase" del jugador Ortigoza; lo cual coordina con lo
declarado por el Club en la cláusula 1ª del mismo documento, en tanto fue allí anunciado que
éste resultó ser "único y exclusivo titular del registro federativo y propietario del ciento por
ciento (100%) de los derechos económicos emergentes del pase del jugador" (lo
entrecomillado es cita textual del contenido de tales dispositivos convencionales, bien que lo
subrayado es mío).

(i) Para interpretar un contrato es necesario tomarlo como un todo coherente, como un
conjunto orgánico, desde que sus cláusulas resultan ser interdependientes en tanto se fundan
en la unidad del mismo, jugando todas simultáneamente y constituyendo para las partes,
según la regla del cciv 1197, la ley a la que deben someterse (esta Sala, "MR Access S.R.L. c/
Telecom Argentina S.A.", 10.11.09; íd., "Larroca, José Luis c/ Ganduglia, Carlos María",
31.8.10; íd., "Distribuidora del Estero S.A. c/ Cervecería y Maltería Quilmes S.A.I.C.A.",
21.9.10; íd., "Y.P.F. S.A. c/ I.C. Ferrarotti y Cía. S.A.", 19.8.11; íd., "Inlica S.R.L. s/ quiebra c/
Radiotrónica S.A.", 6.9.11; íd., Alquivial S.R.L. c/ Balpego S.A.", 6.5.11; íd., "Bipolar S.R.L. c/
Aeropuertos Argentina 2000 S.A.", 13.3.12; cfr. Zavala Rodríguez, en "Código de Comercio
comentado", tº.

I, pág. 254, ed.Depalma, Buenos Aires, 1967; Rouillón, en "Código de Comercio comentado y
anotado", tº. I, pág., 217 y sig., ed. La Ley, Buenos Aires, 2005).

Como es sabido, el método literal es la primera forma de interpretar y desentrañar la real


voluntad expresada por los contratantes.

De esto se sigue que la concepción literal de una cláusula del contrato basta cuando el
significado al que se arriba mediante su lectura y -en su caso, la sujeción a la acepción del
diccionario- no desvirtúa el sentido que los otorgantes del acto han plasmado en el todo, cuya
armonización es inexcusable al tiempo de verificar lo que con cuidado y previsión ellos han
entendido estipular (ccom 218; cciv 1198 y 902).

(ii) Dos conclusiones, pues, derivan de todo lo anterior.

La primera, que las estipulaciones a que me refiero son de tal claridad que no admiten otra
inteligencia que la literal.

La restante, y por lógica derivación de lo anterior, que es también claro que lo que constituyó el
objeto principal de la convención, esto es, lo que fue vendido, cedido y transferido por la
demandada a la actora, lo fue el 50% de los derechos económicos que a la primera le
correspondían, en ese entonces, sobre la totalidad del pase del jugador de fútbol Néstor
Ezequiel Ortigoza.

Lo que de su lado viene corroborado por cuanto surge del instrumento incorporado al Libro de
Actas de Comisión Directiva nº 21 perteneciente a Argentinos Juniors, fechado el 1º de marzo
de 2004, en el que el sr. presidente de esa institución deportiva dejó constancia -entre otras
cosas- de la existencia de la oferta de compra del 50% del pase del jugador Ortigoza formulada
por Haz S.A.
Surge de ese instrumento que sometida tal cosa a votación, la oferta fue aprobada por mayoría
-con una abstención-, y se aclaró "quedan para la Asociación Atlética Argentinos Juniors el
100% de los Derechos Federativos." (v. pericia contable, fs.482 vta., punto 3).

(iii) El derecho federativo surge originariamente de la voluntad coincidente de una institución


deportiva de inscribir y de un deportista de ser inscripto en una competición oficial, a través de
un contrato que puede otorgarse a título gratuito -amateur- o a título oneroso -profesional-.

Se trata de un derecho inherente al deportista, pero cuyo ejercicio es cedido a favor de la


institución, la cual puede a su vez, posteriormente transferirlo o cederlo, transitoria o
definitivamente a otra institución deportiva, con conformidad del deportista o de su
representante legal (CNCom Sala D, "Ferradas, Carlos Alberto c/ Isola, Miguel", 3.5.11; Sala
F, "Punteri, José c/ Club Atlético Boca Juniors", 26.3.13).

Como bien lo puso de resalto el sr. vocal preopinante en el fallo de la Sala F recién citado -el
distinguido juez Dr. Ojea Quintana, a quien sigo en su razonamiento-, los únicos entes con
capacidad para registrar federativamente jugadores en la competencia oficial son los clubes
afiliados; "de allí -señaló el sr. juez mencionado en aquel veredicto- que sólo esos sujetos
jurídicos sean los únicos habilitados para ejercer los derechos federativos de alinear la
futbolista en la competición y de disponer su transferencia con la anuencia del futbolista"
(textual del fallo a que aludo).

(iv) Empero, -arriba quedó dicho- lo que por virtud del contrato que me ocupa Argentinos
Juniors cedió a Haz S.A. no fueron esos derechos federativos, sino el 50% de los derechos
económicos emergentes del pase del futbolista Ortigoza.

En otros términos, lo cedido, vendido y transferido fue el crédito emergente de la valuación


pecuniaria de los derechos federativos -es decir, el contenido patrimonial del derecho
federativo- derivado de una futura transferencia de ese jugador a otro club (v. acerca de esto,
Abreu y Lozano, en "Las cesiones de derechos económicos. Estado actual de la doctrina y
jurisprudencia argentinas", publ. en "Anuario de Derecho del Fútbol", Universidad Austral, nº 1,
pág., 273, ed.Ad Hoc, Buenos Aires, 2008; también Barbieri y Annocaro, en "Fútbol, negocios
y derechos", tº. I, pág. 128 y sig., ed. Universidad, Buenos Aires, 2008).

Siguiendo, pues, a Gesuiti (en "Cesión de derechos económicos derivados de los derechos
federativos sobre jugadores de fútbol. El alea contractual y otras cuestiones a considerar",
publ. en "Rev. del Derecho Comercial, del Consumidor y de la Empresa", nº 4, año III, ed. La
Ley, Buenos Aires, 2012), puede definirse al contrato que nos ocupa como aquél por medio
del cual "el club cede a un inversor los beneficios económicos futuros, condicionales y
aleatorios derivados de la venta o préstamo de los derechos federativos de un deportista (.) Se
trata de un contrato bilateral, consensual y oneroso en el cual el inversor entrega una suma de
dinero a cambio de la cesión en su favor de los beneficios económicos que se generen en el
futuro por la venta o préstamo de estos derechos federativos, o cuando el inversor recibe un
porcentaje de estos derechos económicos, como contraprestación por algún servicio
prestado".

(v) Dado que la validez de estos contratos ha sido reconocida por la A.F.A.mediante
Resolución de su Comité Ejecutivo del 22.11.05 publicada en el Boletín Especial nº 3819, que
sancionó el "Régimen de Anotación y Archivo de cesiones de beneficios económicos por
transferencias de contratos", poco más corresponde agregar.

Sólo he de mencionar que en aquella Resolución, los derechos económicos derivados de los
derechos federativos de un jugador profesional de fútbol aparecen definidos como "relaciones
contractuales por las que se ceden derechos, o acuerdan opciones de derechos sobre el
resultado económico del producido por la transferencia entre clubes de contratos con
jugadores de fútbol profesional o, en su caso, aquellos acuerdos donde los clubes de fútbol
profesional garanticen la devolución de aportes, préstamos, o el pago de servicios con el
beneficio económico de las operaciones señaladas".

Por ser tal cosa lo que fue pactado en la mentada cláusula 3ª del contrato que vinculó a las
partes de este juicio, fuerza es concluir, según lo anticipé, que ese dispositivo convencional se
ajusta a derecho y, por ende, no corresponde sea declarado nulo.

(vi) Por cierto que no dejo de advertir la existencia de algunos pronunciamientos en sentido
contrario (v. CNCom Sala D, "Ferradas, Carlos Alberto c/ Isola, Miguel", 3.5.11, arriba cit.;
CNCiv Sala A, "Interplayers S.A. c/ Sosa, Roberto", 6.12.02; íd., Sala H, "Broda, Miguel c/
Herrera, Martín"REF:EDJ5987), 19.10.05), basados en el Reglamento sobre los agentes de
jugadores de la F.I.F.A. (REJT) al cual reenvía el art. 89 inc. a del Estatuto de la A.F.A. que,
como bien lo señaló la sra. juez de grado, prohíbe a los clubes de fútbol anudar contratos que
autoricen a cualquier parte de la convención o a un tercero, "asumir una posición por la que
pueda influir en asuntos laborales y sobre transferencias relacionadas con la independencia, la
política o la actuación de los equipos del club." (art.18 bis).

No comparto la solución a la que se arribó en esos pronunciamientos.

A mi juicio, lo que es prohibido por las normas recién mencionadas es la cesión de derechos
federativos que solamente puede ser efectuada a favor de nada más que clubes federados a
alguna de las asociaciones del fútbol organizado (así lo decidió esta misma Sala, in re: "Club
Atlético All Boys s/ conc. prev. s/ inc. de revisión por Carlés, Humberto", el 7.5.04); pero no lo
es cuando de la cesión de derechos económicos se trata, en el sentido del derecho a percibir
un porcentaje de la prima que puede cobrar el club que transfiere a un jugador afiliado a otra
institución deportiva.

Remito aquí a cuanto sobre el fallo "Ferradas" de la colega Sala D escribió Trev isán, en un
artículo titulado "El contrato de cesión de beneficios económicos ¿Un contrato bastardo en
vías de ser reconocido?", publicado on line el 9.8.11 en elDial.com-DC167B.

(vii) Así las cosas, (y como bien lo enseña Bacigalup Vértiz, en "Los derechos económicos de
futbolistas en el derecho común", publ. en La Ley on line bajo la sigla AR/DOC/3104/2013) por
cuanto esos derechos económicos que bien pueden caracterizarse como frutos pendientes -
condicionales, aleatorios, eventuales, a plazo o litigiosos- (cciv 1446, 1447 y 1448), pueden
ser objeto de una cesión en tanto la causa de esa misma cesión no sea contraria a alguna
prohibición expresa o implícita de la ley o del título mismo del crédito (cciv 1444); dado que
según quedó expuesto, en el régimen que las normas generadas en el marco del desempeño
del fútbol organizado (tanto por la F.I.F.A cuanto por la A.F.A.) así como las disposiciones
laborales aplicables al caso (ley 20.160:14 y Convenio Colectivo nº 430/75) no existen
prohibiciones para realizar la transferencia de esos mismos derechos económicos; pues
entonces la solución que en el aspecto examinado corresponde dar al recurso que Argentinos
Juniors introdujo viene impuesta.
En cuanto a esto, entonces, en mi parecer la defensa no lleva razón y, respecto de lo
examinado, la sentencia debe ser confirmada. ii. Sí, empero, cupo declarar la nulidad de lo
acordado en la cláusula 6ª del contrato de fs. 8/14.

(i) Cuanto quedó dicho en el cap. anterior sustenta esta conclusión, desde que lo que fue
acordado en esa norma convencional, esto es, "La cesión o transferencia de los derechos
federativos (.) del pase de EL JUGADOR, deberá ser dispuesta de común acuerdo entre EL
CLUB y LA EMPRESA". (Haz S.A., se comprende), y "EL CLUB no podrá transferir bajo
ningún concepto total, ni parcialmente, el registro federativo del pase de EL JUGADOR, sin la
expresa y fehaciente conformidad de LA EMPRESA." (lo entrecomillado es textual, lo
subrayado es mío), no deja resquicio de duda alguna: aquí sí aparecen claramente
involucrados los derechos federativos que, como arriba dije, son inherentes al deportista, cuyo
ejercicio es cedido a favor de la institución.

Y si bien es cierto que ésta puede a su vez, transferir o ceder esos mismos derechos,
transitoria o definitivamente, las normas de mención (cito nuevamente lo dispuesto por el art.
89 del Estatuto de la A.F.A., y el Reglamento sobre Agentes de Jugadores de la F.I.F.A.que,
como bien lo puso de resalto la primer sentenciante, prohíbe a los deportistas y a los clubes
recurrir a un agente que no posee licencia otorgada por la entidad que lo acredite como tal)
autorizan esa forma de proceder sola y únicamente a favor de nada más que clubes federados
a alguna de las asociaciones del fútbol organizado.

Fácil es advertir, entonces, que la forma con que fue concebida esa norma contractual implicó
tanto como condicionar o sujetar la voluntad del Club a la previa conformidad de Haz S.A.,
cuando claro es que ésta no es un club federado ni dijo -y menos aún lo demostró- contar con
licencia que le acredite como agente deportivo o de jugadores. Y ciertamente carece de ella, a
estar a lo informado por la A.F.A. en fs. 416.

(ii) Más allá, pues, del esfuerzo interpretativo -de suyo insuficiente, por controvertir el claro
texto normativo- que sobre el alcance de las normas citadas efectuó la actora cuando expresó
el primero de los agravios, coincido con lo sentenciado en tanto medió en el caso una
imposibilidad de fuente legal para contratar del modo en que lo hicieron las partes de este
juicio y lo plasmaron en la cláusula 6ª del contrato que les vinculó.

En cuanto a lo considerado hasta aquí, pues, he de proponer desestimar los agravios que
ambas partes vertieron y, por ende, la confirmación de la sentencia de grado.

Acerca del pago que Haz S.A. dijo haber efectuado como precio de la cesión.

Quedó arriba dicho que Argentinos Juniors criticó la sentencia de grado, que juzgó que Haz
S.A. había honrado el compromiso de pago asumido en la cláusula 3ª del contrato y, por el
contrario, insistió en que la actora no demostró haber formulado pago alguno.

En aquella norma convencional fue establecido que el precio de la cesión, de U$S170.000,


sería sufragado del modo siguiente: U$S70.000 dentro de las 48 hs.de aprobado el contrato
por la Comisión Directiva del club; y dos cuotas de U$S50.000 cada una, pagaderas los días 2
de abril y 17 de mayo del año 2004, mediante depósito en una cuenta nº 310011029 abierta
en una entidad con asiento en Miami, Florida, U.S.A. -Bancaja Miami Agency- a nombre de
Argentinos Juniors.
Pues bien. i. Lleva razón la defensa en cuanto a que la prueba por excelencia del pago es el
recibo, entendiéndose por tal la constancia escrita emanada del acreedor obrante en
instrumento público o privado, de haber recibido el monto de la obligación.

Sin embargo, en ausencia de aquel comprobante -es esto lo que aconteció en la especie-, el
pago puede ser demostrado por cualquier medio, aunque esa amplitud probatoria lleva como
contrapartida, que la comprobación del pago que no conste en un recibo deba examinarse con
un criterio severo, riguroso y restrictivo.

Esta regla tiene su fundamento en la presunción hominis derivada de la omisión del recibo
pertinente, dado que la exigencia de ese comprobante por parte del deudor es lo que
ordinariamente acontece en la práctica general de los negocios (arg. ccom 218: 6º). De modo
que su falta debe ser entendida en sentido desfavorable para el invocante del pago quien,
entonces, se halla obligado a desvirtuar, mediante prueba idónea, la presunción que le es
adversa (esta Sala, "Chalita, Alberto c/ Ido S.A.", 24.12.82; íd., "Anser Ascensores S.R.L. c/
Consorcio de Propietarios calle Zapiola 1759", 13.11.09; íd., "Bas, Patricia Josefina c/ Círculo
de Inversores S.A. de ahorro para fines determinados", 7.9.10; íd., "Alfonso, Liliana Beatriz c/
La Nueva Coop. de Seguros Ltda.", 8.10.10). ii. Veamos, entonces, qué es lo que sobre este
asunto se probó.

Por lo pronto, advierto que la actora no ofreció producir prueba pericial contable sobre sus
propios libros mercantiles, que necesariamente debe llevar por imperio de lo dispuesto por los
ccom 43 y sig. y por la ley 22.903: 61 y sig. (v. escrito de inicio, fs.79, cap. VII.g).

Y veo también que dada la forma con que Argentinos Juniors lleva su contabilidad -se trata, en
su mayoría, de asientos globales-, queda explicada la razón por la que la perito en contabilidad
designada en las actuaciones sólo pudo informar (i) del registro de un asiento datado el 9 de
marzo de 2004 por un monto expresado en moneda local, debitado de una cuenta nº
110100202 Bancaja Miami con una leyenda que reza "U$S70.000 Ortigoza/Finanflower",
luego y aparentemente anulado; (ii) tres asientos fechados los días 31 de marzo, 30 de abril y
31 de mayo del mismo año 2004, demostrativos del ingreso de dinero, también en moneda del
país, debitados de una cuenta nº 110300500 Deudores por Transf. Jug. (U$S), sin que fuera
posible determinar a qué jugador o jugadores involucra; y (iii) un asiento datado el 30 de junio
de 2004, por una suma también expresada en moneda local, debitada de la misma cuenta nº
110300500 Deudores por Transf. Jug.

(U$S), con la leyenda "Transferencia Ortigoza" (pericia contable, fs. 482, punto 4; y anexo I,
fs. 458/63).

Corresponde aquí aclarar que si bien en la cláusula 3ª del contrato aparece estampado un
número de cuenta diverso de los registrados en la contabilidad llevada por el Club, fue éste
quien por nota copiada en fs. 23, invocando "motivos operativos", mutó la cuenta a la que se
otorgó diversa numeración. iii. Son tres las conclusiones que, de lo peritado, pueden extraerse.

(i) La primera, que indudablemente Haz S.A.sufragó la cuota inicial desde que en el asiento
individualizado en (i) se mencionó a la entidad depositaria del dinero -Bancaja Miami- y la cifra
-U$S70.000- según habíase dispuesto en la cláusula 3º del contrato, y la razón de esa
transferencia -Transferencia Ortigoza-.
El hecho de que aparentemente esa suma acreditada fuera luego debitada o, según lo informó
la perito, "el ingreso se habría anulado (así, en potencial), pues la misma cuenta está
registrada tanto en el debe como en el haber" no alcanza para revertir la conclusión a que
arribé.

Esto sostengo, pues en todo caso, dado que fue el propio tenedor de esos libros contables -el
Club, es obvio- quien tal cosa obró, faltó explicar la razón por la que se condujo de ese modo;
explicación ésta necesaria en tanto cuando respondió la demanda -y no antes, según después
diré- negó haber recibido pago alguno por parte de Haz S.A.

Sólo, pues, resta recordar que como es sabido y lo mandan los cpr 330: 4º y 356: 2º, un
elemental deber de colaboración que recae sobre las partes de todo proceso obliga a éstas
mencionar al Tribunal, a través de formas positivas, cuáles han sido las reales circunstancias
a fin de que la litis pueda trabarse sobre pautas de verdad que posibiliten el dictado de una
sentencia justa (CSJN, Fallos 178:223, 186:64; esta Sala, "Alquivial S.R.L. c/ Balpego S.A.,
6.5.11; íd., "Marcala S.A. c/ Rodó Hogar S.A.", 5.3.13).

(ii) La segunda, que también corresponde tener por probado el pago de la tercera de esas
mismas cuotas, por así desprenderse del asiento individualizado en (iii), también del contenido
de la nota de fs. 23 antes mencionada, en la que sólo se aludió al número de cuenta donde
habrían de depositarse las dos últimas cuotas, y de lo informado por el Banco Central de esta
República en fs.326.

El contenido de este informe y la forma con que ese asiento y aquella nota fueron
confeccionados, no deja resquicio de duda alguna.

(iii) La tercera, que con base en lo anterior, hemos de concluir que también fue sufragada la
segunda de las cuotas que, dada la forma en que el ingreso dinerario fue contabilizado, no
permite individualizar el origen de esos créditos. iv. Todo lo cual vien e robustecido, en mi
criterio, por la forma en que Argentinos Juniors se condujo antes de ser demandado en este
juicio.

Lo explico.

(i) Por lo pronto, veo que el propio Club denunció ante la AFIP que él era el titular del 50% de
los derechos económicos correspondientes al jugador Ortigoza y que Haz S.A. detentaba el
50% restante, y que así lo hizo en el transcurso del año 2007 (cfr. fs. 372), mucho tiempo
después de fenecido el plazo para el pago de las cuotas pactadas en la cláusula 3ª del
contrato.

Esa declaración, es cuestión obvia, sólo pudo tener cabida siempre y cuando la actora hubiere
sufragado las sumas que por el contrato se obligó a pagar pues, en caso contrario, otro
hubiere sido el contenido de ese formulario.

(ii) De otro lado, el intercambio epistolar que antecedió a este litigio demuestra que nunca,
hasta que la demanda fue respondida, Argentinos Juniors había invocado la falta de pago de
todo o de parte del precio de la cesión.

Por el contrario, cuando Haz S.A por carta documento fechada en febrero de 2011 (fs. 60,
reservada), anoticiada de que el jugador Ortigoza había sido transferido al Club Atlético San
Lorenzo de Almagro intimó a Argentinos Juniors a cumplir su parte del contrato, éste
respondió por igual vía sólo invocando la nulidad del contrato, y nada más (fs. 62, también
reservada, y aclaro que la autenticidad de sendas misivas fue demostrada mediante el informe
colectado en fs. 213).

Igual conclusión, entonces, viene impuesta. v. Todo lo analizado en este cap.me convence de
la realidad de los pagos que la accionante adujo haber realizado.

Podrá decirse que ese convencimiento aparece basado, en alguna medida, en indicios y
presunciones.

Esto es cierto.

Mas también lo es que indicio es el hecho real, cierto (probado o notorio) del que se puede
extraer críticamente la existencia de otro hecho no comprobable por medios directos según la
prueba aportada a la causa; y que presunción es el resultado de un análisis intelectual por
medio del cual se determina que otro hecho existió a través de la valoración de los indicios
(esta Sala, "Dree, Jorge c/ Cencosud S.A.", 13.4.05; íd., "Vasile, Viviana c/ Banco Itaú Buen
Ayre S.A.", 4.12.09; íd., "Devoto, Patricia Rita c/ Banco Societe Generale S.A.", 8.4.11; cfr.
Colombo, Carlos J., en "Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, anotado y
concordado", tº. I, pág. 286 y sig., Abeledo Perrot, Buenos Aires); y que es el análisis de la
prueba colectada en la litis con apego a la doctrina emergente de los cpr 386 y 477 y del ccom
63: 2º párrafo, y la postura que cada parte adoptó antes de que este asunto llegara a los
estrados judiciales lo que -quedó expuesto con suficiencia- me lleva a votar esta segunda
cuestión propuesta a juzgamiento del modo en que lo hago.

He de proponer, pues, la desestimación del agravio que, acerca de lo aquí tratado, introdujo la
demandada.

Respecto del precio por el que el jugador Ortigoza fue transferido.

Basada en los contratos que se incorporaron al expediente en fs. 329/46 provenientes del Club
Atlético San Lorenzo de Almagro, sostuvo Haz S.A.en el último de los agravios que expresó,
que la transferencia del jugador Ortigoza a esa institución deportiva se concretó en la suma de
U$S2.500.000 según así fue declarado por la Comisión Directiva de ese mismo club, y que
por ende, fue orquestada una "maniobra de simulación" que quedó descubierta por medio de lo
informado (lo entrecomillado es del original, fs. 548 vta., último párrafo).

Con tal basamento sostuvo que, contrariamente a lo que fue juzgado, fue sobre ese monto de
U$S2.500.000 que cupo calcular el porcentaje que a ella corresponde percibir. i. Es cierto, tal
y como la defensa lo invocó, que poco antes de que el informe de fs. 329/46 fuera incorporado
al expediente, habíase decretado la caducidad de esa misma prueba (v. la interlocutoria de fs.
325).

Sin embargo cuando, luego, aquél informe fue producido y traído a los autos, por Secretaría
fue agregado y hecho saber tal cosa (fs. 346 vta.), sin que ello concitara articulación alguna de
la demandada.

Ha dicho la Corte Federal que "El proceso civil no puede ser conducido en términos
estrictamente formales.No se trata ciertamente del cumplimiento de ritos caprichosos, sino del
desarrollo de procedimientos destinados al establecimiento de la verdad jurídica objetiva, que
es su norte (.) porque la renuncia consciente a la verdad es incompatible con el servicio de la
justicia"; y sentado que la inteligencia contraria configuraría "una desviación del recto sentido
de hacer justicia atendiendo a la verdad objetiva de los hechos relevantes de la causa" e
importaría "un exceso ritual" impeditivo de "la necesaria adecuación que el magistrado debe
lograr entre las previsiones del derecho y las circunstancias reales del caso, requisito, sine qua
non de una decisión jurisdiccional jurídicamente valiosa" (Fallos 238:550 y 302:1611).

Tan esto es así que, según el mismo más Alto Tribunal de la Nación, ni aún "la actitud
negligente del actor en demostrar los hechos", resulta decisiva "para obviar toda investigación
que, con fundamento en la finalidad misma del proceso judicial y en las atribuciones
irrenunciables de los magistrados para acceder al conocimiento de la verdad objetiva, pudiese
contribuir a esclarecer los extremos de la controversia" (Fallos 304:1265).

En esa misma dirección se ha pronunciado esta Sala (v. entre otros, "Mamo, Sergio Alfonso c/
Caja de Seguros De Vida S.A.", el 31.10.00; "Toller, Nelson Javier c/ Ford Credit Compañía
Financiera S.A.", el 29.6.10; y "Bas, Patricia Josefina c/ Círculo de Inversores S.A. de ahorro
para fines determinados, el 7.9.10), y señalado que la interpretación de las normas procesales
no puede prevalecer sobre la necesidad de acordar primacía a la verdad jurídica objetiva, pues
de otro modo se vulneraría la exigencia del adecuado servicio de justicia que garantiza el art.
18 de la Constitución Nacional.

En conclusión, he de valorar también, cuanto se desprende de aquel informe de fs. 329/46. ii.
Conforme surge del contrato que corre en fs.97/100, el día 4 de febrero de 2011 el 100% de
los derechos federativos y económicos correspondientes al deportista Ortigoza fueron
transferidos, por Argentinos Juniors a la entidad con sede en el barrio de Almagro, en la suma
de U$S2.000.000 (cláusulas 1ª, 2ª y 3ª).

Cumplióse así la condición a que se habían sujetado las partes de la litis, casi siete años
antes, cuando contrataron de la forma en que lo hicieron (cláusula 4ª del contrato de fs. 8/14).

Fue sobre aquella suma que la sra. juez a quo calculó el crédito que, según lo pactado en la
cláusula 3ª del contrato recién mencionado, corresponde percibir a Haz S.A. iii. Empero, cosa
diversa fue informada por la club receptor del jugador Ortigoza.

En efecto.

Según se desprende del material colectado en fs. 329/46, que provino del Club Atlético San
Lorenzo de Almagro, el monto de esa misma transferencia ascendió a U$S2.500.000.

Tal cosa fue declarada -y aprobada por mayoría- por los sres. miembros de la Comisión
Directiva de esa entidad deportiva en el acta nº 4/2011 fechada el 11 de febrero de ese año
(siete días después de suscripto el contrato de fs. 97/100) en los términos siguientes: "Se
adquirió el derecho federativo del jugador (con referencia, es notorio, a Néstor E. Ortigoza) y el
100% de los derechos económicos en la suma de "USD2.500.000 más gastos" (sic, fs. 330).
iv. A mi juicio, esa evidente discrepancia es producto de un error de redacción del acta a que
me refiero, error éste que aparece explicado por lo siguiente.

En el contrato de fs. 97/100 donde quedó instrumentada la transferencia del jugador Ortigoza
desde Argentinos Juniors al Club Atlético San Lorenzo de Almagro en la suma de
U$S2.000.000 (v.otra vez la cláusula 3ª), se estableció también que "La totalidad de los cargos
y/o gastos inherentes a la transferencia correrán por cuenta de SAN LORENZO, quien
asumirá, además del precio, las sumas ." que allí fueron detalladas, cuya sumatoria arroja por
resultado U$S550.000 (cláusula 7ª, lo subrayado es mió).

Así las cosas, en lugar de asentarse en el acta de fs. 330 que lo sufragado por la entidad
deportiva con sede en Almagro por el pase del jugador Ortigoza habían sido "USD2.500.000
más gastos", debió decirse "USD2.500.000 con gastos", esto -claro está- sin dejar de advertir
que por cuanto esos mismos gastos montaron U$S550.000, también medió error en la suma
que fue informada como monto total de la transferencia.

No es caprichosa esta conclusión a que arribo; antes bien, aparece corroborada por lo
informado por Futbolistas Argentinos Agremiados en fs.

275/83 y por la A.F.A. en fs. 421/4. v. Desde otro ángulo, advierto que la invocada en la
expresión de los agravios "maniobra de simulación" es cuestión que resultó improponible en el
quicio de este expediente.

Esto, por dos motivos:

En primer lugar, porque en ningún párrafo de la demanda fue insinuada tal cosa, de modo que
su valoración en esta instancia implicaría tanto como ampliar intempestivamente el objeto de la
pretensión, lo que de suyo aparece vedado por la norma del cpr 277.

Y en segundo término y principalmente, porque cual es sabido, el tercero que pretende


ejercitar la actio simulandi debe demandar a ambas partes del acto que reputa simulado (cfr.
Acuña Anzorena, en "La simulación de los actos jurídicos", pág. 154, ed. Librería y Casa
Editora de Jesús Menéndez, Buenos Aires, 1936; Cámara, en "Simulación de los actos
jurídicos", pág. 199, nº 140 ed. Depalma, Buenos Aires, 1944; Cifuentes, en "Negocio
jurídico", pág. 532, ed.Astrea, Buenos Aires, 1961), y aquí, el Club Atlético San Lorenzo de
Almagro no lo ha sido.

A todo evento -con esto concluyo esta parte de mi ponenciaadvierto que el denominado
Contrato de Tanteo que también fue acompañado a los autos por el Club Atlético San Lorenzo
de Almagro (lo fue, porque por medio del oficio que corre en fs. 290 le fue requerida l a
adjunción de todos los contratos que hubiere anudado en el curso del mes de febrero de
2011), es inconsiderable en tanto en él no aparece involucrado el juzgador Ortigoza. vi. Es por
todo lo expuesto que considero que el segundo de los agravios que vertió Haz S.A. es
desechable, y así he de proponerlo al Acuerdo.

Sobre los agravios subsidiarios que introdujo Argentinos Juniors.

Son tres las quejas que, en subsidio, la demandada expresó.

En el orden en que fueron introducidas, serán tratadas. i. En el primero de esos subsidiarios


agravios fueron traídas a consideración del Tribunal dos cuestiones: la primera se refiere a la
suma sobre cuya base corresponde calcular el monto de condena; la restante cuestiona la
moneda con que esa parte fue condenada a pagar.

(i) En lo que ahora interesa mencionar, en la cláusula 7ª del contrato que vinculó a las partes
de la litis, se acordó que una vez que el futbolista Ortigoza fuera transferido por Argentinos
Juniors a otra entidad deportiva, la primera sufragaría a Haz S.A. el 50% "del importe neto
resultante de la totalidad de los derechos económicos" que resultara de dicho pase, y que en el
supuesto de que el Club recibiera el importe total derivado de esa transferencia, la mitad de
esa suma correspondiente a Haz S.A. sería pagada en el plazo de 48 hs. computados desde
su recepción (v. otra vez fs.8/14).

Ante la claridad de lo pactado en ese dispositivo convencional, que no sujetó esa obligación de
pago que Argentinos Juniors asumió al previo ingreso del dinero que el Club Atlético San
Lorenzo de Almagro por su parte debió sufragarle, fácil es concluir que la mora se produjo una
vez corrido el plazo de 48 hs. estipulado.

Es, pues, indiferente conocer si el Club Atlético San Lorenzo de Almagro pagó todo o parte de
lo que en el contrato de fs. 97/100 se obligó a sufragar a Argentinos Juniors porque, de todas
maneras y aunque esto hubiera realmente acaecido, esa ausencia de pago -total o parcial-
constituye una cuestión que, con base en lo que fue acordado por las partes de este juicio,
resultó ser improponible a la acreedora Haz S.A.

A lo dicho se agrega que en el caso que nos ocupa, el importe neto resultante de la
transferencia del jugador Ortigoza montó U$S2.000.000 (v. nuevamente la cláusula 3ª del
contrato de fs. 97/100).

Bien fue juzgado, entonces, que la suma que Argentinos Juniors aún debe pagar a Haz S.A.,
alcanza a U$S1.000.000 equivalentes al 50% del importe neto que resultó del pase del
jugador.

En cuanto a esto, pues, la sentencia debe ser confirmada.

(ii) E igual cosa opino sobre lo que se refiere a la moneda de condena.

Tres cosas sustentan esta conclusión.

La primera es obvia:el contrato fue anudado en dólares estadounidenses, y así lo fue por
quienes obraron voluntariamente, con discernimiento, es decir, uso de la razón, entendimiento
o comprensión que le permite conocer en general y formarse un concepto de la realidad, y
valorar los alcances y consecuencias del acto realizado; con intención, o sea con el propósito
de obtener, mediante tal accionar, el resultado perseguido suministrado por el discernimiento;
y con libertad, es decir, sin coacción externa (cciv 897).

La reunión de tales elementos en cabeza de ambos contratantes produjo como consecuencia,


que ellos consintieran en formalizar el acuerdo de voluntades y, por ende, resultaran
vinculados por el contrato (cciv 1137 y sig.; esta Sala, "Menzio, María Cristina c/ Yar
Construcciones S.A.", 13.11.09; íd., "Agua Va S.A. c/ Danone Argentina S.A.", 30.4.10; íd.,
"Visor Enciclopedias Audiovisuales S.A. c/ The Walt Disney Company Argentina S.A.",
24.6.11; íd., "Y.P.F. S.A. c/ Ferrarotti y Cía. S.A.", 19.8.11; íd., "Marcala S.A. c/ Rodó Hogar
S.A.", 5.3.13; íd., "Wainer, Sergio Claudio c/ Cleona S.A.", 25.3.13; íd., "T.V. SAT S.M. Andes
S.R.L. c/ DirecTV Argentina S.A.", 19.11.13; íd., "Santa María y Cía. S.A. c/ Toyota Argentina
S.A.", 27.12.13).

Ad eventum señalo que no cupo en la instancia de grado, ni cabe ahora, atender el argumento
que Argentinos Juniors introdujo en el cap. C del responde de la demanda, que basó en la
norma del cciv 954 -invocó allí haberse hallado en estado de necesidad, y basó esa
articulación en lo oneroso y leonino del contrato que suscribió (v. fs. 117 vta.)- por cuanto, cual
es conocido, ese remedio procesal -la lesión subjetiva- sólo puede ser requerido por vía de
acción o de reconvención, pero no introducido como defensa (CNCom Sala E, "Brady S.A. c/
Baigorria, María", 30.3.06; cfr. Molina, en "Abuso del derecho, lesión e imprevisión", ed.Astrea,
Buenos Aires, 1969; Rezzónico, en "Frustración de los actos jurídicos de lesión enorme por
imperio de la regla moral", JA. 1965-III-346; Cifuentes, en "Negocio Jurídico", pág. 473, ed.

Astrea, Buenos Aires, 1986; Moisset de Espanés, en "La lesión de los actos jurídicos", pág.
237 y sig., Víctor P. Zavalía editor, Buenos Aires, 1979; y Carranza, en "El vicio de lesión en la
reforma del Código Civil", ED. 26-825).

La segunda deriva de la anterior: ocurre que por cuanto la entidad deportiva podía contratar en
pesos o en dólares, la contratación en esta última moneda impuso a ésta prever la posibilidad
de una devaluación de la moneda nacional -o de una revalorización del dólar- y
consecuentemente, importó asumir el riesgo de esa devaluación -o revaluación- según la
moneda considerada.

Ergo, hemos de concluir que si pudo contratarse en moneda local, la realizada en dólares sólo
pudo tener por finalidad la protección de la base económica del vínculo contra toda variación
monetaria que, entonces, fue prevista -y no sólo pudo o debió serlo-; y no es razonable ni justo
que esa protección acordada por ambas partes sea abandonada cuando, precisamente, es
más necesaria, esto es: frente a una devaluación del peso.

La restante, aunque no menos trascendente, se refiere a la insuficiencia con que el argumento


recursivo fue introducido: sólo un único párrafo fue destinado a rebatir la parte del
pronunciamiento de grado a que me refiero (v. fs. 562, última oración) que carece de la
mínima crítica exigible y solo trasunta la mera disconformidad de la parte respecto de lo que
fue juzgado.

Sólo, pues, corresponde recordar que no se considera expresión de agravios la mera


disconformidad o discrepancia (esta Sala, "América TV S.A. c/ Emprender Producciones
S.A.",19.8.11; íd., "Sabaj, Leonardo Isaac c/ Carballo, Carlos Rodolfo", 31.5.12; íd., "Bocel
S.A.c/ Provincia Seguros S.A.", 14.5.13; íd., "Tecnocom San Luis S.A. c/ Megatom .S.A.",
25.6.13; cfr. Serantes Peña-Palma, "Código Procesal.", tº. I, pág. 629, ed. Depalma, Buenos
Aires, 1983).

Este primer y subsidiario agravio es, según lo veo, desechable. ii. Como también lo es el
segundo, dada la forma con que fue introducido.

(i) Nos hallamos aquí ante una obligación de origen contractual, que consiste en dar una
determinada suma de dinero, que fue incumplida por el deudor.

Es razonable, entonces, acotar los efectos de esa mora del deudor a la sanción típica que la
ley prevé, vale decir, los "daños e intereses que su morosidad causare" (cciv 508), pues se
trata del daño derivado exclusivamente del estado de mora, por la insatisfacción temporaria del
actor, correspondiendo al juzgador fijar los intereses que deberán abonarse ante la ausencia
de convención de las partes.
En efecto, el daño que en estos casos aparece como consecuencia inmediata y necesaria del
incumplimiento imputable al deudor (cciv 901, 903 y principio análogo del art. 520), consiste
en la indisponibilidad de una cantidad determinada de dinero, cuyo resarcimiento primario está
dado por los intereses moratorios, aplicables sin necesidad de prueba alguna, tal como
sostuvo con acierto Juan Antonio Bibiloni (en "Anteproyecto", nota a los artículos que
sustituyen el 622 y 1091 a 1094, págs. 216/219 y 398, Edición Oficial, 1930), de modo que
resulta aplicable la norma del cciv 622 que, al menos como principio, parece circunscribir la
extensión del resarcimiento a los intereses que se devenguen a partir de la mora del deudor
(esta Sala, "Varela, Manuel c/ La Nación Compañía Argentina de Seguros S.A.", 6.3.92; íd.,
"Hernández, Mabel Inés c/ La Economía Comercial S.A. de Seguros Generales", 6.9.02, íd.,
"Prodeca S.A c/ Mapfre Argentina Seguros S.A.", 8.5.09; íd., "Noel, Alejandro Felipe c/ Banco
Hipotecario S.A.", 4.6.10; íd., "Franmar S.A.c/ Telefónica de Argentina S.A.", 16.7.10; íd.,
"Kucera Kuka, Victorio c/ Plan Ovalo S.A. de ahorro para fines determinados", 10.8.10; íd.,
"Gaye, Dionisia Graciela c/ Volkswagen S.A. de ahorro para fines determinados", 19.8.11; íd.,
"Descotte, Horacio Luis c/ Volkswagen S.A. de ahorro para fines determinados", 28.8.12; íd.,
"Bocel S.A. c/ Provincia Seguros S.A.", 4.5.13).

(ii) Sin embargo, el argumento que sustenta este subsidiario recurso no aparece centrado en
la excesividad de la tasa del interés que accede al capital de condena, que en la sentencia fue
fijada en el 8% anual, sino en que por cuanto desde que la obligación de pago existente en
cabeza de Argentinos Juniors se tornó exigible, la cotización del dólar estadounidense se
incrementó en moneda del país, debe reducirse la alícuota de ese mismo interés.

Ese argumento no resiste el análisis, desde que no ha sido siquiera insinuado que la
composición de la tasa fijada por la sra. juez de grado ostente vicio alguno.

Aplicable es, pues, la norma del cpr 266 frente a la ausencia de crítica concreta y razonada
acerca del tópico a que me refiero. iii. Empero, sí hallo procedencia al tercero y último de los
agravios subsidiarios que Argentinos Juniors expresó.

Sostengo tal cosa basado en que si bien es cierto que la defensa planteó la nulidad íntegra del
contrato, también lo es que parcialmente esa pretensión prosperó; y en que fue por ello mismo
que de la suma total por la que se dedujo la demanda (de U$S1.750.000), sólo la pretensión
progresó -si mi distinguido colega comparte cuanto hasta aquí llevo dicho- por la suma de
U$S1.000.000.

En tal escenario, a mi juicio cupo distribuir las costas devengadas en la instancia de grado en
un 58% a cargo de la demandada, y el 42% restante en cabeza de la actora (cpr 71).

IV.La conclusión.

Propongo, pues, al Acuerdo que estamos celebrando, desestimar los agravios vertidos en
autos a salvo aquél que se refiere a la forma en que las costas fueron discernidas, y confirmar
la sentencia de grado en lo principal de lo que decidió, con la sola modificación de lo que
concierne al régimen de las costas, que se distribuyen de la forma expuesta en el último cap.
del Consid. III.

Con costas de Alzada por su orden dado que en lo principal, ninguna de las articulaciones
recursivas progresó (cpr 68 y 279).
Así voto.

Por análogas razones, el Señor Juez de Cámara, doctor Eduardo R. Machin adhiere al voto
anterior.

Con lo que terminó este acuerdo que firmaron los señores Jueces de Cámara doctores:
Eduardo R. Machin, Juan R. Garibotto. Ante mí: Rafael F.

Bruno. Es copia de su original que corre a fs. del libro de acuerdos N° Excma. Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Comercial de la Capital Federal Sala "C".

Rafael F. Bruno Secretario Buenos Aires, 11 de marzo de 2014.

Y VISTOS:

Por los fundamentos del acuerdo que antecede se resuelve desestimar los agravios vertidos
en autos salvo aquél que se refiere a la forma en que las costas fueron discernidas, y
confirmar la sentencia de grado en lo principal de lo que decidió, con la sola modificación de lo
que concierne al régimen de las costas, que se distribuyen de la forma expuesta en el último
cap. del Consid. III.

Con costas de Alzada por su orden dado que en lo principal, ninguna de las articulaciones
recursivas progresó (cpr 68 y 279).

Notifíquese por Secretaría.

Devueltas que sean las cédulas debidamente notificadas, vuelva el expediente a la Sala a fin
de dar cumplimiento a la comunicación ordenada por el art. 4° de la Acordada de la Excma.
Corte Suprema de Justicia de la Nación 15/13, del 21.5.2013.

Eduardo R. Machin Juan R. Garibotto Rafael F. Bruno Secretario

También podría gustarte