Seguro

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Tipos de seguro

Existe una gran variedad de seguros, estos pueden clasificarse utilizando distintos criterios y según su
objeto o contenido se dividen en:

1. Seguros de daños o intereses patrimoniales: su finalidad es reparar la pérdida sufrida en el patrimonio


del asegurado a causa del siniestro. Estos seguros se subdividen en:

a) Seguro de incendio: asume la cobertura de cosas por la acción del fuego.

b) Seguro de agricultura: cualquier tipo de riesgo que pueda dañar la explotación agrícola

c) Seguro de animales: se relaciona con la mortalidad de animales de cría para la producción.

d) Seguro de responsabilidad civil (seguro contra terceros), es el contrato mediante el cual el asegurador
se obliga a mantener indemne el patrimonio del asegurado por los reclamos de terceros en razón de la
responsabilidad pactada.

e) Seguro de transporte: es de objeto múltiple y ampara diferentes intereses asegurables del tomador
(daños a los vehículos, a los empleados, responsabilidad del transportador hacia el pasajero y los daños
a terceros).

2. Seguros de personas: la aseguradora se compromete al pago de un capital o de una renta cuando


suceda un hecho que afecte la existencia o salud del asegurado, pues en este caso el interés asegurable
es la persona humana. Los seguros que pertenecen a esta clase son: seguro sobre la vida, seguro de
accidentes personales, seguros colectivos, de riesgos de trabajo y enfermedades profesionales, de retiro
y renta vitalicia. El tema en estudio abarca lo que se denomina la "actividad aseguradora", que
usualmente comprende los siguientes aspectos:

a) Actividad del agente o productor de seguros. Este es considerado un agente auxiliar de comercio y su
función consiste en brindar asesoramiento a los posibles clientes, generando también negocios de
seguros para que las empresas del ramo celebren los respectivos contratos.

b) Actividad de la empresa aseguradora. Esta actividad consiste en la celebración de distintos tipos de


contratos de seguros y en el cumplimiento de todas las obligaciones que están a su cargo.
Normalmente, la contraprestación que debe cumplir la empresa aseguradora es el pago de los
respectivos siniestros, sin perjuicio de que también pueda consistir en la defensa en juicio del
asegurado.

El reaseguro

Se trata de un seguro del seguro a los efectos de dispersar el riesgo. La aseguradora contrata con otras
empresas de reaseguro para dispersar el riesgo y fraccionar la consiguiente obligación de pago del
siniestro, en caso de producirse. Esto implica que el siniestro no es soportado por una sola aseguradora,
sino por numerosas empresas, que deben pagar una parte.
Partes del contrato de seguro

1. Compañía de Seguros: es la empresa que asume un riesgo y está organizada jurídicamente para ello.
El control se motiva en la necesidad de resguardar la confianza pública de la institución por la función
social que cumplen los seguros y la protección del público justificado en el desequilibrio técnico y
económico que existe entre las partes contratantes.

El control estatal lo realiza la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN), que también tiene
atribuciones de carácter administrativo (autoriza a las entidades aseguradoras a funcionar para que los
contratos que celebren sean válidos, controla los términos de las pólizas, etc.).

Las compañías de seguro comercializan sus productos a través de los productores o agentes de seguro y
los agentes institucionales o representantes.

2. Asegurado: el asegurado puede ser cualquier persona física o jurídica con capacidad legal para
contratar y que tenga un interés asegurable lícito.

Tomador: Es la persona física o jurídica que celebra el contrato con la aseguradora, pudiendo hacerlo
por cuenta propia o ajena, y es quien cobra la indemnización o premio contratado, si ocurre el evento
previsto. Lo más corriente es que el tomador del seguro sea a la vez el asegurado, pero puede también
contratar el seguro por cuenta de un tercero. En el caso de que sea por cuenta propia, se adquiere
simultáneamente la calidad de tomador y asegurado y, si fuera por cuenta ajena, el tomador contrata el
seguro en interés y por cuenta de un tercero que es el asegurado.

Beneficiario: puede ocurrir que el beneficiario del seguro no sea el asegurado sino una persona distinta,
como sucede en el seguro de vida. En estos casos, no es parte del contrato de seguro, pero tiene
derecho a la prestación.

Elementos del contrato

1) Objeto: el objeto del contrato es aquello que se asegura y que se tiende a identificar con el interés
asegurable.

2) Interés asegurable: el interés asegurable es la relación de hecho o de derecho que une a la persona
con un bien susceptible de valoración pecuniaria. Por ejemplo, el propietario de un inmueble o de un
automotor tiene un interés asegurable sobre dicho bien, pues si sufre un daño él se perjudica. Se lo
describe como la relación económica lícita entre una persona y una cosa o bien determinado. Es la
finalidad o la causa que impulsa al asegurado a celebrar el contrato de seguro.

3) Riesgo: el riesgo es la eventualidad prevista en el contrato que da nacimiento a la obligación del


asegurador de resarcir un daño o cumplir con la prestación pactada. El riesgo debe ser posible,
contemplado en el contrato, incierto, pues no se sabe si ocurrirá. Para que el contrato sea válido, el
riesgo debe existir en el momento de su perfeccionamiento y durante su vigencia. 4) Prima: es el precio
o cotización del seguro y su pago lo asume el asegurado o tomador como contraprestación de las
obligaciones que asume la aseguradora. Su valor se calcula sobre la base de las probabilidades, teniendo
en cuenta la frecuencia de los siniestros, ya que es proporcional al riesgo asegurado. La ley establece
que la prima es invariable e indivisible. Se pacta una sola prestación por el valor total, que puede ser
abonada en cuotas o en un solo acto. Si bien se debe desde la celebración del contrato, no es exigible
hasta la entrega de la póliza.

5) Póliza: es el instrumento del contrato y su medio de prueba por excelencia. El contrato se perfecciona
aun cuando la póliza no esté emitida. Como, en general, se la emite con posterioridad a la celebración
del contrato, provisionalmente se entrega un recibo o un certificado de cobertura, documentos que
prueban la existencia del contrato. La póliza deberá ser fácilmente legible y con una redacción clara, en
idioma nacional, sin cláusulas oscuras o confusas, con premisas fácilmente comprensibles y con
caracteres ostensibles.

La Superintendencia de Seguros de la Nación debe garantizar que las cláusulas del contrato sean
equitativas y conforme a la ley.

La póliza debe contener nombre y domicilio de las partes, el interés o la persona asegurada; los riesgos
cubiertos; el momento desde el cual estos se asumen y el plazo; la prima o cotización; la suma
asegurada y las condiciones generales del contrato. En la póliza pueden incluirse condiciones
particulares. La Ley de Seguros no establece un plazo máximo o mínimo de duración del contrato, por lo
que predomina la voluntad de las partes. En el caso de que no hayan establecido nada expresamente, se
presume que el período del seguro es de un año, salvo que por la naturaleza del riesgo se calcule un
tiempo distinto. El contrato podrá renovarse o prorrogarse, expresa o tácitamente.

6) Reticencia: genéricamente, reticencia es ocultar o callar algo que debiera o pudiera decirse.
Jurídicamente, es un vicio que produce la nulidad del contrato de seguro y que la ley define como:

Toda declaración falsa o toda reticencia de circunstancias conocidas por el asegurado, aun hechas de
buena fe, que a juicio de peritos hubiese impedido el contrato o modificado sus condiciones, si el asegurador
hubiese sido cerciorado del verdadero estado del riesgo, hace nulo el contrato.

Cargas y obligaciones del asegurado


Según Stiglitz, las cargas pueden ser definidas como aquellas normas de conducta, de fuente legal o
contractual, de realización facultativa, en interés propio, cuya inobservancia provoca una sanción
económica y no puede ser ejecutada de manera forzada o exigir a un tercero su cumplimiento. Las
cargas contienen los presupuestos condicionantes para la conservación del derecho del asegurado a
obtener del asegurador la ejecución de su obligación principal, es decir, contiene una conducta para
conservar el derecho. El asegurado es libre de cumplir o no con la carga, pero si no lo hace, pierde el
derecho a exigir a la compañía de seguros. La inobservancia de la carga provoca la caducidad o pérdida
de un derecho ya existente. Por el contrario, la obligación es un mandato jurídico y puede ser ejecutada
judicialmente.

Las obligaciones y cargas surgen de la ley o se pactan en el contrato. Su cantidad se vincula con el riesgo
asumido por la aseguradora.
Pueden distinguirse las obligaciones y cargas de información, que son las que se refieren a circunstancias
que es importante que el asegurado aprecie (por ejemplo, la producción del siniestro, los daños
sufridos, etc.), y de conducta, aquellas que se traducen en un hacer del tomador o del asegurado (por
ejem- plo, prohibición de variar el estado de riesgo). La principal obligación del asegurado es pagar la
prima. Se trata de una obligación y de una carga, pues por un lado puede ser ejecutada judicialmente
pero también es una carga porque la falta de pago suspende la cobertura.

Las cargas pueden, a su vez, distinguirse según la época en que deben cumplirse:

Antes de producido el siniestro

Se derivan para el asegurado dos cargas:

a) Declarar de manera sincera y con exactitud el riesgo, sin incurrir en declaraciones falsas ni reticencia

b) Mantener el estado de riesgo (no agravarlo) e informar al asegurador toda alteración del estado de
riesgo. No debe provocar el siniestro, sino que debe prevenir.

Es una carga permanente y su violación autoriza la liberación del asegurador o a un aumento de la


prima.

Durante el siniestro

a) Salvamento: la ley le impone una carga de conducta que consiste en que el asegurado provea lo
necesario para, en la medida de sus posibilidades, evitar o disminuir el daño y observar todas las
instrucciones que la aseguradora pudo haber indicado en la póliza. Ej.: matafuegos, inspección periódica
del vehículo, puertas y ventanas con herrajes y cerraduras en perfecto estado. Frente al incumplimiento
de esta carga, la aseguradora está autorizada a reducir la indemnización (violación dolosa).

b) No abandonar los bienes dañados.

Después de producido el siniestro

a) Denunciar el siniestro dentro de los tres días de haberlo conocido, salvo caso fortuito o fuerza mayor.
La denuncia del siniestro debe ser completa y adecuada a las circunstancias del caso y debe ser recibida
por el asegurador o por una persona dotada con las facultades suficientes, no se puede dirigir al mero
agente intermediario (salvo mandato aparente).

Es una declaración de conocimiento y no de voluntad. El plazo para informar es de tres días y solo se
puede modificar a favor del asegurado. No se computa el día en que incurrió el siniestro. El asegurado o
tomador que hubiera omitido realizar la denuncia del siniestro dentro del término legal deberá
demostrar, si correspondiera, que no pudo hacerlo por caso fortuito, fuerza mayor o imposibilidad de
hecho sin culpa del asegurado, Si el asegurador considera que la denuncia es tardía, debe hacerlo al
acusar recibo, si no lo hace, reconoce haber tomado conocimiento en tiempo hábil
b) Informar los daños sufridos. El asegurador debe ser informado cuanto antes de los daños, para hacer
posible su liquidación inmediata. El asegurador podrá realizar las indagaciones e investigaciones que
considere necesarias. La violación de esta carga libera a la aseguradora si es maliciosa, con exageración
fraudulenta de los daños o con pruebas falsas para acreditarlos.

c) No alterar el estado de las cosas dañadas. Esta carga se extiende desde la producción del siniestro
hasta la liquidación del daño. Su finalidad es impedir que el asegurado haga desaparecer los rastros de
las causas del siniestro y los restos que permitan establecer el importe o la importancia de los daños.

Obligaciones de la aseguradora
1) Emitir y entregar la póliza al asegurado.

2) Pronunciamiento sobre el derecho. Recibida la denuncia del siniestro y la información y prueba


necesaria para verificar los daños, la aseguradora debe pronunciarse respecto del derecho del
asegurado dentro del plazo de treinta días y la omisión de hacerlo importa aceptación.

3) Obligación de indemnizar el daño asegurado una vez producido el siniestro. Es la principal obligación
a cargo de la aseguradora. La liquidación del siniestro debe realizarse dentro de los términos legales. El
alcance de la indemnización se fija en función de la clase de seguro, la medida del daño sufrido y el
monto pactado en el contrato.

4) Reembolsar al asegurado o tomador los gastos realizados por este para evitar o disminuir los daños.

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