Características de La Isi
Características de La Isi
Características de La Isi
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Presidente de la Nación
Vicepresidenta de la Nación
Ministerio de Desarrollo
Productivo de la Nación
La industria argentina en su tercer siglo. Una historia multidisplinar (1810-2020)
Primera edición, marzo de 2021
© Marcelo Rougier
© Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación
ISBN 978-987-47990-0-5
7
juan odisio y marcelo rougier
Introducción
197
198 | la industria argentina en su tercer siglo
10% 1.000
5% 500
Millones de dólares
0% 0
1952 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975
-5% -500
-5 25%
-5 20%
-5
15%
Millones de pesos de 2004
-5
10%
-5
5%
-5
0%
-5
-5%
-5
-5 -10%
-10 -15%
1953
1954
1955
1956
1957
1958
1959
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
Aun con la revitalización rural desde los años sesenta –que permitió
tanto elevar el ritmo de crecimiento global como incrementar la dispo-
nibilidad de divisas por exportaciones–, las manufacturas fueron por
lejos el sector productivo más dinámico de la economía nacional y la
principal fuente de empleo y riqueza. El proceso de industrialización
alcanzó su pico histórico en 1974, cuando el producto industrial por
habitante llegó a 3.258 pesos de 2004, habiendo más que duplicado el
valor de 1953 (cuadro 1). Mientras que la producción rural en 1975 era
un 80% más elevada que la de 1950 en términos constantes, la industria
manufacturera había triplicado su valor agregado en el mismo período.
A valores corrientes, en ese año, la industria llegó a aportar el 32% del
producto bruto total, mientras el agro sumaba el 10%. Como dijimos, el
proceso de expansión tuvo como base la elaboración local de productos
antes importados: en promedio, las importaciones representaron en esos
años menos del 6% de la oferta global.
A su vez, el período 1953-1975 implicó la mayor maduración de la
propia estructura productiva. Por un lado, continuó el declive relativo
de las ramas tradicionales: la industria alimenticia, dominante durante
el modelo agroexportador cayó hasta un cuarto del valor de producción
industrial total en 1973, y la industria textil, sector insignia de la fase
anterior de la industrialización por sustitución de importaciones (ISI),
perdió dinamismo y aportó algo menos del 10% de dicho valor. Como
contraparte, las ramas más “modernas” ganaron participación y llegaron
a generar casi el 60% del total en 1975. Siguiendo la caracterización de
Gerchunoff y Llach (1975) en función de la velocidad de crecimiento del
valor agregado de cada rama, las industrias “dinámicas” fueron las de
caucho, química, derivados del petróleo y carbón, metalurgia básica,
maquinarias, material de transporte, las “intermedias”, papel, imprenta
y editoriales, minerales no metálicos, y las “vegetativas”, alimentos y
bebidas, tabaco, textiles, calzado, confecciones, cuero, madera, muebles.
De acuerdo con los valores censales, entre 1953 y 1973 el grupo de sec-
tores dinámicos pasó de generar el 30 al 50% del valor de la producción
industrial mientras, mientras que el de ramas vegetativas descendió de
más del 60 al 44% del total (gráfico 3). En particular, metalurgia básica,
caucho y plástico y automotores fueron los sectores que más rápidamen-
te se expandieron.
204 | la industria argentina en su tercer siglo
Cuadro 1. Argentina. Producto industrial por habitante, crecimiento anual del PBI
industrial y coeficiente de industrialización (en pesos constantes de 2004), 1953-1975
PBI industrial Crecimiento anual Coeficiente
Año por habitante del PBI industrial (%) de industrialización
1953 1.458 -0,6 0,19
1954 1.544 7,9 0,19
1955 1.701 12,2 0,20
1956 1.787 6,9 0,21
1957 1.894 7,9 0,22
1958 2.018 8,4 0,22
1959 1.780 -10,3 0,21
1960 1.927 10,1 0,22
1961 2.086 10,0 0,22
1962 1.940 -5,5 0,21
1963 1.833 -4,1 0,21
1964 2.145 18,9 0,23
1965 2.404 13,8 0,24
1966 2.385 0,7 0,24
1967 2.387 1,5 0,23
1968 2.507 6,5 0,24
1969 2.738 10,8 0,24
1970 2.867 6,3 0,25
1971 2.994 6,1 0,25
1972 3.062 4,0 0,26
1973 3.130 4,0 0,26
1974 3.258 5,9 0,26
1975 3.123 -2,6 0,25
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
Dinámicas Intermedias Vegetativas
El desempeño microeconómico
al menos 60 casos tenían más del 30% del capital social y en conjunto
controlaban más del 40% del capital de las sociedades que cotizaban
en bolsa (Rougier, 2009).
La participación del Estado en el capital social de empresas privadas
obedeció a debilidades estructurales, principalmente financieras. Por
ejemplo, en el caso de los ingenios azucareros, se produjo la interven-
ción pública dentro de lo que se conoció como “Operativo Tucumán”
y la creación de una compañía especial llamada Compañía Nacional
Azucarera (Conasa) a comienzos de los setenta. El deterioro de muchas
empresas durante los primeros años sesenta por la competencia de las
firmas extranjeras, las crisis y las devaluaciones condujo a que se dicta-
ra en 1967 la ley de Rehabilitación de Empresas. Se acogieron 187 com-
pañías al régimen, por el cual el Estado canjeaba deudas fiscales y pre-
visionales por acciones preferidas sin derecho a voto y otorgaba apoyo
crediticio. Como los problemas subsistieron, las acciones en poder
estatal se transformaron en ordinarias y algunas empresas quedaron
bajo control público. Luego de innumerables avatares, el Estado pasó
a controlar cuatro empresas incluidas en el régimen (SIAM Di Tella, La
Emilia, Opalinas Hurlingham y Winco), participando en la dirección
de varias más, entre las que destacaban Papelera Hurlingham, Kraft e
Industrias Llave. A fines de 1970 el Poder Ejecutivo dispuso diversas
medidas para mantener en funcionamiento empresas declaradas en
quiebra, por “razones de interés público y con el fin de asegurar la paz
social”. En la mayoría de estos casos se trataba de empresas que no
eran viables desde el punto de vista productivo pero que debían seguir
en funcionamiento, por lo que fueron administradas por funcionarios
estatales y obtenían recursos directamente del Tesoro.
Un tercer mecanismo de intervención se dio a través del aporte de
capital en la lógica del Estado promotor, cuando las autoridades econó-
micas decidían impulsar ciertas empresas o sectores productivos. Así, el
sector público asumió un rol decisivo para crear un sector empresario
privado al aportar capitales y créditos destinados a la instalación de
nuevas plantas industriales en actividades consideradas claves para la
integración productiva local, la descentralización regional o su impacto
en la balanza de pagos. Desde fines de los años sesenta y en el pri-
mer lustro de la década siguiente, un número importante de grandes
proyectos fueron impulsados a través de licitaciones realizadas por el
la industrialización dirigida por el estado (1953-1975) | 213
Por otra parte, desde fines de la década de 1960 se abrió paso una
estrategia dirigida a impulsar grandes proyectos industriales en secto-
res básicos, con el objeto de completar la integración de la estructura
productiva a través de diversos mecanismos de promoción estatal. El
Estado establecía los parámetros generales de cada proyecto, desde la
definición de los objetivos hasta los aspectos técnicos de cada planta
o sus requisitos económicos y financieros. Estos proyectos estaban
destinados a producir para un mercado interno en expansión, aunque
inicialmente en muchos casos suponía la colocación de parte de su
producción en el exterior dado el tamaño de planta definido por el
mejor uso de la tecnología. Hacia 1976 había 14 grandes proyectos en
marcha con distinto grado de avance, si bien varios no se concretaron
o se retrasaron, como el caso de Alpat y su planta destinada a producir
soda Solvay en Río Negro o la fábrica de celulosa y papel adjudicada a
Celulosa Puerto Piray en Misiones. Con todo, se avanzó en las plantas
de reducción directa de acero instaladas por Acindar y Dálmine y se
conformaron Propulsora Siderúrgica, también del grupo Techint, y la
fábrica de producción de aluminio comentada. Asimismo lograron con-
cretarse plantas para fabricar papel de diario (Papel Prensa) y celulosa
(Alto Paraná) como las empresas integrantes del polo petroquímico
impulsado por el Estado en Bahía Blanca. La mayoría de estos proyectos
se consolidó entre mediados de la década de 1970 y los años ochenta,
provocando transformaciones notables en los respectivos rubros en que
se instalaron.
En términos generales, hacia 1975, considerando su peso relativo en
la cúpula industrial, 43 empresas nacionales dominaban 14 sectores, con
una participación del 31% de las ventas totales, una cifra igual a la del
Estado empresario. En el sector siderúrgico, el segundo más importante
de la estructura industrial, el capital privado nacional estaba por delan-
te; primaban Acindar (la compañía de la familia Acevedo era la mayor
entre las empresas de capital local y la cuarta a nivel país), Propulsora,
Establecimientos Metalúrgicos Santa Rosa (en manos locales a partir
de 1972 tras la venta de la participación de la francesa Saint-Gobain),
Dálmine, Gurmendi y Tamet (también completamente nacional con
la adquisición de la parte del grupo luxemburgués Arbed en 1974).
Con más del 60% de las ventas del sector en la cúpula, las empresas
nacionales eran hegemónicas en alimentos y bebidas (Molinos, Sancor
222 | la industria argentina en su tercer siglo
Consideraciones finales
Bibliografía
Publicidad de
Petroquímica General
Mosconi en Revista Gente,
1974.