Rol de Gran Bretaña 1880 - 1914 Rapoport

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1 .1 .

LA ECO NO M IA M UNDIAL Y E L RO L DE GRAN B RETA ÑA

Cuando la Argentina se incorporó definitivamente al mercado mundial, hacia


1880. el esquem a de división internacional del trabajo vigente, basado en los
principios del librecambio, estaba sufriendo transformaciones de cierta importan­
cia. Con uno de sus polos en Oran Bretaña — la gran usina industrial del mundo,
principal exportadora de manufacturas y centro financiero y de intercambio de las
com entes de com ercio mundiales— y el otro polo en la inmensa mayoría de los
países periféricos — que tenían por función proveer materias primas y alimentos—,
la econom ía internacional del fin del siglo X IX se. basaba en un funcionamiento
aparentemente sencillo; facilitaba la transferencia de recursos económicos por
sobre las fronteras nacionales en una escala sin precedentes, a través de
movimientos de capital y de trabajo y del intercambio comercial. El 40 f,o de las
manufacturas y bienes de capital iba hacia Asía. Sudaniérica. Africa y Oceania.
mientras que Oran Bretaña, Alemania y Francia constituían el 45 lo del mercado
de m aterias primas y alimentos. I'or otra parte, entre 1815 y 1920 el continente
am ericano absorbió el 97 % de la inmigración intercontinental ('I.
111reinadodel librecambio, cuya justificación teórica fue proporcionada por los
econom istas clásicos iSmitu. Kicaroo. Swakt MiuI, alcan/ó un pleno desarrollo en
el período comprendido entre la abolición de las leyes inglesas de granos, que
eliminaron el proteccionismo británico, en 1846. y la gran crisis que sacudió la
economía europea hacia 1873. Esta crisis constituyó el inicio de la llamada "Gran
Depresión*, la primera crisis general del capitalismo, y se extenderá de 187.5 a
1896. coincidiendo con una de las llamadas "fase B" de los ciclos económicos
largos, tal como fueron definidos por el economista ruso Mikolai KoniMiicrr l:). El
principal rasgo de la "Gran Depresión" fue la caída de los precios en los principales
mercados mundiales, con una mayor incidencia en los productos primarios y. por
tanto, en sus términos del intercambio (relación entre los precios de los bienes
primarios y los industriales). Esc proceso era un resultado de los incrementos
masivos en la producción y en la exportación de dichos productos, junto con la
disminución de los costos en el traasporte nacional e internacional. A partir de
1896 los precios de esos bienes comenzaron a recuperarse, lo que explica el boom
económ ico de m uchos países agroc.xportadores hasta la l’rimera Guerra Mundial.

( 11 Dísit*. Bxiuur.y Mcurwrn. Divio, Australia ¡n the InternationalE conotny In th c Tve ntleth
Century, Cambridge. 1090. páq 4.
(2) Cí. S<vu ri ix, Unoi. Le K o nd rallell. Essal ele U iio tlc (les cyclcs ton<¡s économlquc.s el
p o lillq u e s. Patis, 1998, KorrjRxntrr señalaba que en la historia del capitalismo existían ciclos
económicos largos de alrededor de 50 años con fases ascendentes iAi. de alzas de precios
y de la actividad económica, y descendentes iBl. de bajas de precios y de la actividad
económica, vinculados a los grandes cambios tecnológicos y productivos. Ver también.
Rai-ihum. Mamo. *La globalízación económica: ideologías, realidad, historia', en Ciclos en l.i
historia. I.i econom ía y la sociedad. ¡V 12. primer semestre de 1997. pags ttl2:T«u>«. Fcirn.
Geofiralia política, Madrid. 1994. págs 1214: Avxxnov. 14-V, -1: 1 . "Los ciclos Kondralieff: el
contexto histórico y los desafíos metodológicos', en C iclos en la historia, la econom ía y la
sociedad. M 10. primer semestre de 1996.
La llamada 'Segunda Revolución Industriar fue. en gran medida, una respues­
ta a la crisis: las Innovaciones tecnológicas tuvieron como propósito elevar las
tasas de rentabilidad, que habian caído, mejorando la productividad del trabajo.
En las últimas décadas del siglo X IX y las primeras del XX se produjeron cambios
tecnológicos significativos; la electricidad, la utilización del petroleo y de los
motores a combustión ligados a él, la aparición de nuevos productos quím icos y
materias primas industriales, la revolución en los transportes (automóvil, avión),
y en las comunicaciones (telégrafo, teléfono), la máquina de escribir, el frigorífico,
etc. Esto se com plementa con cam bios en las formas de organización del trabajo
(el taylorismo), que contribuyeron también a aum entar la productividad.
Estos cam bios se concretaron en el marco de diversas perturbaciones sociales
com o consecuencia del descenso en los salarios reales y del aumento de la
desocupación en las ramas de la producción más afectadas por I.) crisis. El
desarrollo de los sindicatos y de las reivindicaciones obreras, bajo el influjo de
nuevas ideologías (socialismo, anarquismo, corrientes sindicalistas propiamente
dichas), se vio acompañado de conflictos y huelgas. El m ovim iento sindical
comenzó a imponer su presencia en los países más industrializados y se produje-
ion cam bios en las legislaciones laborales. Sin embargo, el avance de las
reivindicaciones obreras no afectó (K>r igual a todos los países. Oran Bretaña, por
ejemplo, había ingresado a la crisis con una econom ía próxima al pleno empleo,
lo cual le daba a las organizaciones de trabajadores un mayor |>oder de negocia­
ción. Mientras tanto, otios países, com o los Estados Unidos, tenían una fuerza de
trabajo en crecim iento por la inmigración. Por eso. la capacidad de presión de los
traba jadores era sustancialnicntc menor, lo cual pcm iítía im poner transformacio­
nes más radicales y reforzar la intensidad del trabajo. De allí que en las últimas
décadas del siglo XIX la productividad creciera m ucho más en los EE.UU. que en
Oran Bretaña.
Al mismo tiempo, la depresión, al disminuir los márgenes de rentabilidad en
las actividades productivas de las naciones líderes llevó a volcar grandes masas de
capital en la especulación financiera y c illa s regiones periféricas y coloniales, f'ero.
junto a la inversión de portafolio o puramente especulativa, se expandió también
la inversión directa, que. además de responder a la aparición de grandes em presas
que implantaban filiales en todo el mundo, garantizaban los movimientos com er­
ciales (').
Como consecuencia de estas circunstancias (y en el caso de los Estados
Unidos también de la finalización, en 1805. de la guerra civil), una constelación de
potencias m enores—Alemania. EE.UU.. franela— com enzó a practicar una política
abiertamente proteccionista labandonando los principios del librecambio), a
desarrollar sus industrias, adonde llegaba tardíamente la revolución iniciada en las
islas británicas, y a incrementar su participación en el com ercio mundial, am ena­
zando la por entonces indiscutida supremacía británica. Com o señala P v i B a i h o c i i ,

(31 Cf. AriusjMi, Oiovas-i. The Long Twcntícth Ccntury. UHuiros 1004.
el librecam bio com enzaba a ser la "excepción", y el proteccionismo, la "icgla".
pues, com o ocurrió en distintas etapas de la historia del capitalismo, las políticas
liberales no constituyeron una causa, sino m ás bien la consecuencia del alto nivel
de desarrollo económ ico previo (y protegido) de los países que las practicaban y
que les daban condiciones superiores de competitivídad (*). De todas formas,
(rente a ese desalío, el Reino Unido procuró dar una respuesta expandiendo sus
exportaciones de capital y dirigiendo su com ercio hacia los m ercados protegidos
de su imperio y hacia los del mundo periférico.
Se abrió asi una nueva etapa en la econom ía internacional, caracterizada por
la diversificación del poder económ ico mundial, una estructura com ercial con
mayores restricciones y un nuevo y creciente rol de los movimientos de capital.
La com paración entre las tasas de crecim iento a largo plazo de los principales
países industrializados en el periodo 1070/71-1015 muestra la lentitud del
desarrollo de la economía británica en esa ép oca y la mayor compctitividad de sus
rivales.

■ Produeoon irxjusval 1_] PfodwCüvitJaa industrial H Eíportaocnos (1880-19131

Fucnlc Alocuo t, Dmm H. (ccrnp ), The D ew lepm cnl ot Bnt.sh Induslry and Fcrcign
Compdibon 1875-19U Londres, 1508

Gráfico I, I. fasas de crecim iento a largo plazo (porcentaje anual 1870/71 - 1913)
de Gran Bretaña. Estados Unidos y Alemania.

(4113x1*00!. t’*i>L, iVrt/ies e l ¡hiuidoxcs de I liisto lrc iconom iquc. I’arív 1995. [>.iqv 31-
47. Ll principal teórico del proteccionismo (uc el economista aloman l'wtiwicn List, en su libro
The National Sjntrm o l ro lilic a l Cconomy. editado por primera vez en IB41.
La desaceleración del ritmo de crecimiento de la econom ía insular se advierte
si comparamos los cincuenta anos que van de 1820 a 1870. que registran tasas
de crecimiento del 3 al 5.5 'Vi anual, con el ¡x'riodo posterior, hasta la Primera
Guerra Mundial, cuando esas tasas variaron entre un 1.5 y un 2.8 anual. Este
proceso de declinación se observa claramente en los sectores básicos de la
Industria, donde Oran Orclaña se vio desplazada del primer lugar, hacía linos de
siglo, por otras naciones. Cn 1890, los listados Unidos ya la superaban cn la
producción de hierro y acero; y cn 1914, fue aventajada |>or Alem ania. Aun en la
industria carbonífera, uno de los pilares del desarrollo económ ico británico, se
produjo una pronunciada declinación de la productividad |>cr cápila. que descen ­
dió de 403 toneladas en 1881 a 509 toneladas cn 191 I. V aunque a comienzos
de la Primera ü u e n a Mundial la producción y las exportaciones de carbón
provenientes de las islas siguieron aumentando, desde 1900. los lita d o s Unidos
se encontraron también a la vanguardia cn la producción de esc mineral, que cn
aquella época era el principal ptoduclo energético (').
Las razones que se han dado para explicar esta situación son de diversa índole;
económicas, políticas, y aun sociológicas. Pero no c.ibc duda de que el principal
motivo debe buscarse cn la usura que significó para el Reino Unido ser el primer
poder industrial del mundo y mantenerse durante largo tiem|>o en posiciones de
liderazgo, tilo le dificultó modernizar su estructura productiva a fin de ponerla a
la altura de la de sus jóvenes rivales, que se iniciaron con tecnologías m ucho más
avanzadas y en rubros hasta entonces no desarrollados por la industria británica,
com o materiales eléctricos, productos químicos y nuevos tipos de maquinarias.
Kn verdad, las acum ulaciones pasadas de riqueza, la expansión colonial, la
existencia de mercados "cautivos" y el |>odcr financiero de la "City" (que permitió
expandir las inversiones externas y regular los movimientos internacionales de
capital) privaron a la economía inglesa de incentivos para la renovación tecnoló­
gica o el cam bio de sus estructuras.
El comercio exterior, elem ento vital para el crecim iento de esa economía, se
vio también afectado. En 1070. la participación británica en el com ercio mundial
llegaba casi al 20 i y en el orden interno representaba para cada habitante la suma
de 17.7 libras esterlinas, mientras que cn el caso de franela su comercio exterior
per cápila era de (5.5 libras.- en el de Alemania, de 5.6 libras, y cn el de los Estados
Unidos, de 4,9 libras. A partir de la década de 1000, sin embargo, dicha
participación comenzó a declinar: ya era del 18,2 . cn el periodo 1891-1895 y del
14.5 en 1911-1915. Esa evolución adversa irá acom pañada por cam bios
significativos cn la dirección del intercambio y cn la composición de la balanza de
pagos.

(5) I4*u*ui. P. 5. 5 Ni-uv, G. L., tiritar» and A n ic rita/i. ,4 Stutly o f Cconom ic C/MW|e.
landres. 1970, 154 y siglos.: p KJu nfn iJi. II. ti., y OsMt. J.. H istoih)
económ ica ile l.i Europa moderna. México. 1957. pág 203.
r.ntrc 1870 y 1913. el com ercio tic exportación c importación británico
experimentó im poitantcs m odificaciones. En ese periododism inuyeron las ex|>or-
tacioncs a Europa y a los Estados Unidos en más de un 8 [:i). mientras que se
incrementó en igu.il proporción la participación de los países periféricos. Asimis­
mo. las im portaciones de m alcrías primas y alimentos desde los Estados Unidos
y los países europeos lucron reemplazadas paulatinamente por las de las áreas de
nuevo poblamicnto. colonias y países atrasados.
Tuvo particular im portancia la reducción de algunas exportaciones norteame­
ricanas de productos primarios, cuando el país del Norte se orientó decididamente
— luego de la guerra civil— a profundizar su proceso de industrialización y su
mercado interno comenzó a absorber parle de los saldos exportables agrarios.
Oran Bretaña, cuyo propio desarrollo industrial dependía de esos productos, logró
sustituir a su antigua colonia acelerando la incor|x>ración al mercado mundial de
nuevos países proveedores, entre ellos, la Argentina.
En cuanto a la balanza de pagos, en la década de 1870 los ingleses ya
financiaban una parte do sus importaciones con los llam ados‘ ingresos inv isibles*.
Desde m ediados de siglo, el Reino Unido se estaba transformando en un gran
exportador de capitales, especialm ente a través de empresas ferroviarias y
prestamos gubernamentales y. en menor m edida, de industrias extractivas o de
transform ación de productos primarios, plantaciones, compañías de tierras,
bancos y empresas de servicios públicos. El retorno de esas inversiones, altamente
rentables, junto con los ingresos provenientes de fletes, seguros y otros servicios
financieros com pensaron ampliam ente los repetidos déficit en la balanza comer­
cial. Entre 1870 y 1913 los capitales colocados en el exterior se incrementaron casi
cuatro veces, mientras que el flujo de ingresos invisibles pegó un sallo aun mayor:
aum entó más de seis veces entre mediados y fines del siglo. En la década i U(>-1
1873 sólo el 12 % de las importaciones se pagaba con esos ingresos en tanto que
para 1894-1903 esa proporción se había duplicado y llegaba al 23.9 °h . En forma
paralela, también se modificaron las áreas de inversión, tiacia 1850, Euro|>a y los
Estados Unidos habían recibido el 50 c.'j del total de las inversiones externas, pero
en 1890 entre los países del Imperio, y en especial los dominios "blancos"
— Canadá. Australia. Mueva Zelanda y Africa del Sur y los países latinoamericanos,
y en este caso sobre todo la Argentina donde se radicó el grueso de las inversiones
realizadas en el subcontinente— poseían el 67 de esos capitales ('). El cuadro
I . I refleja estas alternativas.
El sistema se completaba con la existencia tlel llamado "patrón oro", tiran
Bretaña habia establecido una equivalencia entre el metal \ la libra esterlina en
1816. Otros países, siguiendo estrictamente un patrón oro o un patrón bimetálico
loro y platal, lo instauraron entre 1870 y 1890. ti patrón oro permitía establecer
un m ecanismo de cam bios fijos entre las distintas divisas con base en su
correspondencia común con el metal.

<6 >Asiikiwtii. Wituvi, An £con o m lc Ilis ia n o f L m jljn d : 1 0 7 0 1 9 ) Londres. 19fi0. págs.


147. 158 y sigtes.; tlor.sMit*!. IÍR.T J, , ínúUStiy ,ind r.itlp lic . Londres. 196B. p<»'l 1 -Vil
En este sistema los países mantenían fijo el valor «lo sus m onedas con el valor
del oro, al estar dispuestos a comprar o vender este metal a precios determinados
o constantes, teniendo l.i circulación monetaria interna una relación también fija
con las reservas de oro. El m ecanismo de ajuste era el siguiente: un déficit
comercial traía corno consecuencia exportaciones de oro a corto plazo, reducien­
do la cantidad de dinero existente en el pais y provocando una caída de los precios.
Esto producía, con el tiempo, un aum ento de las exportaciones, pues los
extranjeros compraban en este mercado a precios más bajos que cn el suyo.
Asimismo, disminuían las importaciones, ya que los consum idores nacionales se
abstenían de comprar los artículos extranjeros, ahora m ás caros. El proceso
inverso también se verificaba. De ese modo el m ovimiento de oro. am onedado o
cn lingotes, daba como resultado el ajuste cn la posición internacional de un país
y del mercado de divisas respecto de las otras naciones que habían adoptado el
mismo sistema. Uis políticas monetarias im plcmenladas por éstas aseguraban la
libre convertibilidad de sus monedas con el oro y la exportación o im portación del
metal sin ningún tipo de impedimentos.

Balanza <¡í pagos 1870 1900 1913


244,10 354,40 634 80
importaciones 303.30 523.10 768.70
Balanza comercia) -59.20 •159.70 -13390
¡r.yesos rvisecs retos 112.10 212.70 367.80
íxcwo-.ie cn cía. cte (oiduycnk) mov. ce ero y cap.) •52.90 44,00 23390
Distritoetón de los Ingresos invisibles (*<) (')
Navcjiodn 39 SO 31.10 31.30
Cop.íjt irnsndo en el exterior 31,70 50.20 50.40
Ote* 28.50 18.70 1830
irwnsics cn ti eiicro (” ) 785.00 1.300.00 3 76300
Distribución geográfica (S)

‘•nper.o8rtjre:o 34.40 51,90 47.30
Estiícs Untícs 25.50 23.10 20.10
Ancrica Ulna 1080 11.» 20.20
Eurccj y Cercano Oriento 29.30 13,50 12.40

O u Citribucion Se tosrg.-eses in.is.bics correspondo a tos periodos !863-1374, 1895-1904y 1E00-1KS.


(“ ) las rvers-ones cn el ei'.cr.ct ca-responJc-n a tos anos 1670.1635 y 1913
Elaboración ptcp-3
Fuente B»o»€u.P, yMvui. G . BrOtivrtAtrerxjn A SíjdyelEccr.orxCnange. 1859(930, Londres, 1970;
tactor-es Uroías, ti finjnciVKitnto etierno <¡eAts.-.cj Uíra. Nw>va YorX. 1964

Cuadro 1,1. B tlú n zí de pagos británica. Inversiones e ingresos Invisibles (1870-1913) (en
m illones de libras esterlinas).

I I Reino Luido se había transformado cn m ucho más que en un banquero


mundial; su déficit comercial, compensado |>or los ingresos invisibles provenien­
tes de sus inversiones y servicios cn el exterior (dividendos, intereses, fletes, etc.),
proveía al resto del globo de una divisa, la libra esterlina, que financiaba el
incremento del comercio y los m ovimientos de capital. Otros dos aspectos
dominaban la econom ía internacional del fin del siglo: la expansión colonial y la
fonnaclón de grandes empresas, que fueron transformando el capitalismo de líbre
competencia cn un capitalismo oligopólico o inonopólico.
Si para algunos países, como Oran Bretaña, la nueva conquista de territorios
constituyó una prolongación del Imperio, cuya "joya principal' a mediados del siglo
X IX era la India, para otros, com o Francia y Alem ania (e incluso países más
pequeños, como Holanda y Bélgica! la úlllm a mitad del siglo resultó el escenario
de una considerable expansión colonial, sobre lodo cn .Asia y Africa. Además de
los objetivos geocstrategieos y políticos, que desem bocarían en conflictos colonia­
les y en la Primera Guerra Mundial, las [>osesioncs coloniales significaban una
salida segura para los productos de la metrópoli, una fuente exclusiva de
aprovisionamiento y un m ercado cautivo para la colocación de capitales. La
libertad de com ercio y la movilidad de factores a un nivel mundial tenían como
base de sustentación los mercados coloniales relativamente protegidos O .
Tanto aceptando la tesis de Mor.wAwri. para quien el U issez-fairc nunca se
aplicó en la India, gobernada |K>r una burocracia metropolitana de 'p lanificadores'
(de la que partici|>ó cn un mom ento de su vida Jo tn Maviara Kroirs). como la de Paul
Baikocm. que afirma que el libre com ercio arruinó las industrias hindúes y aseguró
un mercado formidable para los productos ingleses, no cabe duda de que el
Imperio "form al" desem peñó un papel relevante cn el funcionamiento del sistema
económ ico internacional de la época. Cn todo raso, comenzó a utilizarse a partir
de allí un nuevo término acuñando por el ingles Monso:-: "el imperialismo" (").
Por otro lado, se conform aba el llam ado "capital financiero', según la
terminología de ItiuiHDiMG. que señalaba que la actividad de diferentes empresas
y la acumulación de capitales pasaba a estar cada vez más sujeta al dominio de los
grandes bancos; crecía y se fusionaba el capital industrial estableciendo unidades
de m ayor tamaño (Iru sls y monopolios nacionales c internacionales, como la
United States Steel Corporation, la Standard Oil o la General Electric cn los listados
Unidos; Krupp. AEG o Siem ens cn Alem ania), y se realizaban inversiones directas
a través de la instalación de filiales de esas grandes empresas cn todo el mundo
o la formación de otras nuevas dedicadas a la explotación de ciertos negocios,
com o cn el caso de los ferrocarriles.
Estas razones, sintetizadas en la creciente independencia tecnológica y
financiera de los países europeos y de los Estados Unidos, la crisis de la agricultura
británica y la puesta cn explotación de nuevas tierras cn las áreas de "poblamiento".
la gran disponibilidad de capitales y la búsqueda de mayores rendimientos, y.
finalmente, la necesidad de ganar nuevos mercados para las exportaciones,
explican, juntos o separadamente, el interés de los inversores y compañías
británicos y de otros países centrales hacia las naciones de la periferia cn las
últimas décadas del siglo XIX.

(7) Cf. Mohssawm, !>k J., 1.i era del hniHTW, IU75 I9 I4 . Buenos Aires, I99U.
(O) 1Smmikm, P. (1995', pátis. 02*65.
En realidad, aunque Oran Bretaña parecía en la cúspide de su poder económ i­
co y financiero (lo que era cierto, sobre lodo para la "C ily" londinense que
conservaba su predominio en las finan zas internacionales), existía ya una plurali­
dad de centros económicos de nivel similar que se disputaban los m ercados
mundiales. I’.l comercio internacional estaba abandonando las formas típicas del
librecambio para depender cada vez más de los movim ientos de capital, de la
creciente concentración del |x><1er económ ico en pocas empresas y de la expan­
sión colonial: centrada esta última no solamente en la conquista de nuevos
mercados y fuentes de abastecimiento, sino también en la necesidad de contener
la presencia de las otras potencias y extender las áreas de influencia.
Inglaterra, en particular, compensó la pérdida de mercados intensificando sus
relaciones con los paises del Imperio y con el mundo subdesarrollado; pero, como
dice ttoRSMwM, la economía británica vivía ya de "los restos de su monopolio, del
mundo subdesarrollado. de las acum ulaciones pasadas de riqueza y del auge de
sus rivales; era. en realidad, una economía parasitaria' (“>.
Es preciso destacar esle hecho, porque, com o vimos, el com ienzo del fin de
la importancia del Reino Unido en la economía mundial puede situarse ya a
principios de siqlo, cuando aparecen algunos signos inquietantes de declinación
en su poder industrial. Para poner una fecha, la Primera Querrá Mundial es la que
decide la suerte de Inglaterra, ya que cae en forma abrupta su participación en el
comercio mundial y crece la de otros paises del mundo occidental, fundam ental­
mente la de los Estados Unidos.
De lodos modos, hacía fines del siglo XIX y principios del XX. los factores de
la producción, el capital y la m ano de obra se movilizaban hacia los paises
periféricos, en especial los 'esp acios abiertos’ de escasa población y grandes
recursos naturales, mientras se recibían en retorno dividendos c intereses, lo que
acrecentaba la acum ulación de capitales y materias primas y alimentos, estimulan­
do la exportación de manufacturas. En el caso de la m ano de obra, se aliviaban
también las consecuencias de la crisis económica europea de lines de siglo que
afectó sobre todo a las zonas más atrasadas del continente. Pero el libre
intercambio de productos estaba condicionado por esos m ovimientos de capital
y por la competencia de los paises centrales.
Para muchas naciones, como la Argentina, la inserción en los mercados
mundiales iba a asumirlas características de una relación cada vez más asimétrica,
y el sistema multilateral de com ercio y pagos reforzaba esle fenóm eno en vez de
limitarlo. Los ciclos económicos de las econom ías periféricas estaban subordina­
dos a los de los paises industrializados, impidiendo un m anejo propio d e los
instrumentos económicos y financieros, lo que se ponía en evidencia en ocasión
de las profundas crisis de balanza de pagos. La llamada 'coyuntura Inversa” , es
decir, la relación "inversa" entre las fases coyunturalcs de Inglaterra y la de las
naciones periféricas vinculadas a ella, posibilitaba que en las fases ascendentes

(9) llon»iuwn. r.. J. (19GB). pág. 192.


de acum ulación cn el Reino Unido (fuerte importación de materias primas, déficit
comercial) se crearan condiciones de prosperidad cn sus p a.rlcn aircs basadas en
la importación de capitales provenientes de la metrópoli. Por el contrario, cuando
cn Inglatcnra comenzaba la etapa depresiva, los capitales, atraídos por las mayores
tasas de interés ofrecidas por las instituciones financieras británicas, retornaban
a su país de origen descargando las consecuencias de la crisis en los países de la
periferia, (irán Bretaña pudo asi controlar los ciclos económicos cn su propio
beneficio dada su posición hcgcmóníca cn el com ercio y las finanzas internacio­
nales
Para algunos países latinoamericanos la situación fue más difícil porque los
producios que exportaban encontraban sustitutos cn los mercados mundiales o
constituían recursos rápidamente agotables, com o el caucho, la plata o el guano.
L is estructuras internas (económicas, políticas, institucionales) heredadas de la
é |x xa colonial y afectadas |>or las guerras de la indc|>cndcncia y las guerras civiles
también obstaculizaron las posibilidades de un desarrollo económ ico sostenido.
Cn un m undo más competitivo y con m ayores restricciones, las naciones
latinoamericanas, que se especializaban cn la producción de bienes primarios,
carecieron cn esa época de la oportunidad que tuvieron otros países años antes,
corno fue el caso de los estados Unidos, para industrializar sus economías, o. al
menos, no tuvieron entre sus objetivos principales una política explícita, como
ocurrió con Canadá, que las condujeran en esa dirección.
La incorporación de nuevos países al mercado mundial hacia fines del siglo
X IX se realizaba, entonces, en el marco de un sistema cn expansión, pero que, por
las características mencionadas, limitaba fuertemente sus posibilidades futuras.

1 ,2 . EL M ARCO IDEO LOGICO IN TERN O

CI período anterior al que se analiza, de 1852 a 1880, desde Caseros a R o c a ,


en el cual se cstablcccn las bases polítíco-instítucionalesy económicas del proceso
que se inicia en la década de 1880, suele denominarse 'periodo de transición'.
Desde la sanción de la Constitución nacional, cn 1853. y de los códigos Civil y
Com ercial hasta la capitalización de Buenos Aires, cn 1880. el país empezó a darse
(a pesar de crisis |>oliticasy militares, como los enfrentamientos entre Buenos Aires
y el Gobierno nacional, conflictos internacionales — guerra con el Paraguay— y
expediciones contra los indiosi el marco institucional y la estructura política propia
de un Cstado nacional, proccso que se completaría luego bajo el gobierno de R o c a .

(10) Cf. IVt.-mh. Km:. Obras. l ’J IO I'JA'J. tomo IV. IJuenos Aires. 1991-1993.

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