Rol de Gran Bretaña 1880 - 1914 Rapoport
Rol de Gran Bretaña 1880 - 1914 Rapoport
Rol de Gran Bretaña 1880 - 1914 Rapoport
( 11 Dísit*. Bxiuur.y Mcurwrn. Divio, Australia ¡n the InternationalE conotny In th c Tve ntleth
Century, Cambridge. 1090. páq 4.
(2) Cí. S<vu ri ix, Unoi. Le K o nd rallell. Essal ele U iio tlc (les cyclcs ton<¡s économlquc.s el
p o lillq u e s. Patis, 1998, KorrjRxntrr señalaba que en la historia del capitalismo existían ciclos
económicos largos de alrededor de 50 años con fases ascendentes iAi. de alzas de precios
y de la actividad económica, y descendentes iBl. de bajas de precios y de la actividad
económica, vinculados a los grandes cambios tecnológicos y productivos. Ver también.
Rai-ihum. Mamo. *La globalízación económica: ideologías, realidad, historia', en Ciclos en l.i
historia. I.i econom ía y la sociedad. ¡V 12. primer semestre de 1997. pags ttl2:T«u>«. Fcirn.
Geofiralia política, Madrid. 1994. págs 1214: Avxxnov. 14-V, -1: 1 . "Los ciclos Kondralieff: el
contexto histórico y los desafíos metodológicos', en C iclos en la historia, la econom ía y la
sociedad. M 10. primer semestre de 1996.
La llamada 'Segunda Revolución Industriar fue. en gran medida, una respues
ta a la crisis: las Innovaciones tecnológicas tuvieron como propósito elevar las
tasas de rentabilidad, que habian caído, mejorando la productividad del trabajo.
En las últimas décadas del siglo X IX y las primeras del XX se produjeron cambios
tecnológicos significativos; la electricidad, la utilización del petroleo y de los
motores a combustión ligados a él, la aparición de nuevos productos quím icos y
materias primas industriales, la revolución en los transportes (automóvil, avión),
y en las comunicaciones (telégrafo, teléfono), la máquina de escribir, el frigorífico,
etc. Esto se com plementa con cam bios en las formas de organización del trabajo
(el taylorismo), que contribuyeron también a aum entar la productividad.
Estos cam bios se concretaron en el marco de diversas perturbaciones sociales
com o consecuencia del descenso en los salarios reales y del aumento de la
desocupación en las ramas de la producción más afectadas por I.) crisis. El
desarrollo de los sindicatos y de las reivindicaciones obreras, bajo el influjo de
nuevas ideologías (socialismo, anarquismo, corrientes sindicalistas propiamente
dichas), se vio acompañado de conflictos y huelgas. El m ovim iento sindical
comenzó a imponer su presencia en los países más industrializados y se produje-
ion cam bios en las legislaciones laborales. Sin embargo, el avance de las
reivindicaciones obreras no afectó (K>r igual a todos los países. Oran Bretaña, por
ejemplo, había ingresado a la crisis con una econom ía próxima al pleno empleo,
lo cual le daba a las organizaciones de trabajadores un mayor |>oder de negocia
ción. Mientras tanto, otios países, com o los Estados Unidos, tenían una fuerza de
trabajo en crecim iento por la inmigración. Por eso. la capacidad de presión de los
traba jadores era sustancialnicntc menor, lo cual pcm iítía im poner transformacio
nes más radicales y reforzar la intensidad del trabajo. De allí que en las últimas
décadas del siglo XIX la productividad creciera m ucho más en los EE.UU. que en
Oran Bretaña.
Al mismo tiempo, la depresión, al disminuir los márgenes de rentabilidad en
las actividades productivas de las naciones líderes llevó a volcar grandes masas de
capital en la especulación financiera y c illa s regiones periféricas y coloniales, f'ero.
junto a la inversión de portafolio o puramente especulativa, se expandió también
la inversión directa, que. además de responder a la aparición de grandes em presas
que implantaban filiales en todo el mundo, garantizaban los movimientos com er
ciales (').
Como consecuencia de estas circunstancias (y en el caso de los Estados
Unidos también de la finalización, en 1805. de la guerra civil), una constelación de
potencias m enores—Alemania. EE.UU.. franela— com enzó a practicar una política
abiertamente proteccionista labandonando los principios del librecambio), a
desarrollar sus industrias, adonde llegaba tardíamente la revolución iniciada en las
islas británicas, y a incrementar su participación en el com ercio mundial, am ena
zando la por entonces indiscutida supremacía británica. Com o señala P v i B a i h o c i i ,
(31 Cf. AriusjMi, Oiovas-i. The Long Twcntícth Ccntury. UHuiros 1004.
el librecam bio com enzaba a ser la "excepción", y el proteccionismo, la "icgla".
pues, com o ocurrió en distintas etapas de la historia del capitalismo, las políticas
liberales no constituyeron una causa, sino m ás bien la consecuencia del alto nivel
de desarrollo económ ico previo (y protegido) de los países que las practicaban y
que les daban condiciones superiores de competitivídad (*). De todas formas,
(rente a ese desalío, el Reino Unido procuró dar una respuesta expandiendo sus
exportaciones de capital y dirigiendo su com ercio hacia los m ercados protegidos
de su imperio y hacia los del mundo periférico.
Se abrió asi una nueva etapa en la econom ía internacional, caracterizada por
la diversificación del poder económ ico mundial, una estructura com ercial con
mayores restricciones y un nuevo y creciente rol de los movimientos de capital.
La com paración entre las tasas de crecim iento a largo plazo de los principales
países industrializados en el periodo 1070/71-1015 muestra la lentitud del
desarrollo de la economía británica en esa ép oca y la mayor compctitividad de sus
rivales.
Fucnlc Alocuo t, Dmm H. (ccrnp ), The D ew lepm cnl ot Bnt.sh Induslry and Fcrcign
Compdibon 1875-19U Londres, 1508
Gráfico I, I. fasas de crecim iento a largo plazo (porcentaje anual 1870/71 - 1913)
de Gran Bretaña. Estados Unidos y Alemania.
(4113x1*00!. t’*i>L, iVrt/ies e l ¡hiuidoxcs de I liisto lrc iconom iquc. I’arív 1995. [>.iqv 31-
47. Ll principal teórico del proteccionismo (uc el economista aloman l'wtiwicn List, en su libro
The National Sjntrm o l ro lilic a l Cconomy. editado por primera vez en IB41.
La desaceleración del ritmo de crecimiento de la econom ía insular se advierte
si comparamos los cincuenta anos que van de 1820 a 1870. que registran tasas
de crecimiento del 3 al 5.5 'Vi anual, con el ¡x'riodo posterior, hasta la Primera
Guerra Mundial, cuando esas tasas variaron entre un 1.5 y un 2.8 anual. Este
proceso de declinación se observa claramente en los sectores básicos de la
Industria, donde Oran Orclaña se vio desplazada del primer lugar, hacía linos de
siglo, por otras naciones. Cn 1890, los listados Unidos ya la superaban cn la
producción de hierro y acero; y cn 1914, fue aventajada |>or Alem ania. Aun en la
industria carbonífera, uno de los pilares del desarrollo económ ico británico, se
produjo una pronunciada declinación de la productividad |>cr cápila. que descen
dió de 403 toneladas en 1881 a 509 toneladas cn 191 I. V aunque a comienzos
de la Primera ü u e n a Mundial la producción y las exportaciones de carbón
provenientes de las islas siguieron aumentando, desde 1900. los lita d o s Unidos
se encontraron también a la vanguardia cn la producción de esc mineral, que cn
aquella época era el principal ptoduclo energético (').
Las razones que se han dado para explicar esta situación son de diversa índole;
económicas, políticas, y aun sociológicas. Pero no c.ibc duda de que el principal
motivo debe buscarse cn la usura que significó para el Reino Unido ser el primer
poder industrial del mundo y mantenerse durante largo tiem|>o en posiciones de
liderazgo, tilo le dificultó modernizar su estructura productiva a fin de ponerla a
la altura de la de sus jóvenes rivales, que se iniciaron con tecnologías m ucho más
avanzadas y en rubros hasta entonces no desarrollados por la industria británica,
com o materiales eléctricos, productos químicos y nuevos tipos de maquinarias.
Kn verdad, las acum ulaciones pasadas de riqueza, la expansión colonial, la
existencia de mercados "cautivos" y el |>odcr financiero de la "City" (que permitió
expandir las inversiones externas y regular los movimientos internacionales de
capital) privaron a la economía inglesa de incentivos para la renovación tecnoló
gica o el cam bio de sus estructuras.
El comercio exterior, elem ento vital para el crecim iento de esa economía, se
vio también afectado. En 1070. la participación británica en el com ercio mundial
llegaba casi al 20 i y en el orden interno representaba para cada habitante la suma
de 17.7 libras esterlinas, mientras que cn el caso de franela su comercio exterior
per cápila era de (5.5 libras.- en el de Alemania, de 5.6 libras, y cn el de los Estados
Unidos, de 4,9 libras. A partir de la década de 1000, sin embargo, dicha
participación comenzó a declinar: ya era del 18,2 . cn el periodo 1891-1895 y del
14.5 en 1911-1915. Esa evolución adversa irá acom pañada por cam bios
significativos cn la dirección del intercambio y cn la composición de la balanza de
pagos.
(5) I4*u*ui. P. 5. 5 Ni-uv, G. L., tiritar» and A n ic rita/i. ,4 Stutly o f Cconom ic C/MW|e.
landres. 1970, 154 y siglos.: p KJu nfn iJi. II. ti., y OsMt. J.. H istoih)
económ ica ile l.i Europa moderna. México. 1957. pág 203.
r.ntrc 1870 y 1913. el com ercio tic exportación c importación británico
experimentó im poitantcs m odificaciones. En ese periododism inuyeron las ex|>or-
tacioncs a Europa y a los Estados Unidos en más de un 8 [:i). mientras que se
incrementó en igu.il proporción la participación de los países periféricos. Asimis
mo. las im portaciones de m alcrías primas y alimentos desde los Estados Unidos
y los países europeos lucron reemplazadas paulatinamente por las de las áreas de
nuevo poblamicnto. colonias y países atrasados.
Tuvo particular im portancia la reducción de algunas exportaciones norteame
ricanas de productos primarios, cuando el país del Norte se orientó decididamente
— luego de la guerra civil— a profundizar su proceso de industrialización y su
mercado interno comenzó a absorber parle de los saldos exportables agrarios.
Oran Bretaña, cuyo propio desarrollo industrial dependía de esos productos, logró
sustituir a su antigua colonia acelerando la incor|x>ración al mercado mundial de
nuevos países proveedores, entre ellos, la Argentina.
En cuanto a la balanza de pagos, en la década de 1870 los ingleses ya
financiaban una parte do sus importaciones con los llam ados‘ ingresos inv isibles*.
Desde m ediados de siglo, el Reino Unido se estaba transformando en un gran
exportador de capitales, especialm ente a través de empresas ferroviarias y
prestamos gubernamentales y. en menor m edida, de industrias extractivas o de
transform ación de productos primarios, plantaciones, compañías de tierras,
bancos y empresas de servicios públicos. El retorno de esas inversiones, altamente
rentables, junto con los ingresos provenientes de fletes, seguros y otros servicios
financieros com pensaron ampliam ente los repetidos déficit en la balanza comer
cial. Entre 1870 y 1913 los capitales colocados en el exterior se incrementaron casi
cuatro veces, mientras que el flujo de ingresos invisibles pegó un sallo aun mayor:
aum entó más de seis veces entre mediados y fines del siglo. En la década i U(>-1
1873 sólo el 12 % de las importaciones se pagaba con esos ingresos en tanto que
para 1894-1903 esa proporción se había duplicado y llegaba al 23.9 °h . En forma
paralela, también se modificaron las áreas de inversión, tiacia 1850, Euro|>a y los
Estados Unidos habían recibido el 50 c.'j del total de las inversiones externas, pero
en 1890 entre los países del Imperio, y en especial los dominios "blancos"
— Canadá. Australia. Mueva Zelanda y Africa del Sur y los países latinoamericanos,
y en este caso sobre todo la Argentina donde se radicó el grueso de las inversiones
realizadas en el subcontinente— poseían el 67 de esos capitales ('). El cuadro
I . I refleja estas alternativas.
El sistema se completaba con la existencia tlel llamado "patrón oro", tiran
Bretaña habia establecido una equivalencia entre el metal \ la libra esterlina en
1816. Otros países, siguiendo estrictamente un patrón oro o un patrón bimetálico
loro y platal, lo instauraron entre 1870 y 1890. ti patrón oro permitía establecer
un m ecanismo de cam bios fijos entre las distintas divisas con base en su
correspondencia común con el metal.
Cuadro 1,1. B tlú n zí de pagos británica. Inversiones e ingresos Invisibles (1870-1913) (en
m illones de libras esterlinas).
(7) Cf. Mohssawm, !>k J., 1.i era del hniHTW, IU75 I9 I4 . Buenos Aires, I99U.
(O) 1Smmikm, P. (1995', pátis. 02*65.
En realidad, aunque Oran Bretaña parecía en la cúspide de su poder económ i
co y financiero (lo que era cierto, sobre lodo para la "C ily" londinense que
conservaba su predominio en las finan zas internacionales), existía ya una plurali
dad de centros económicos de nivel similar que se disputaban los m ercados
mundiales. I’.l comercio internacional estaba abandonando las formas típicas del
librecambio para depender cada vez más de los movim ientos de capital, de la
creciente concentración del |x><1er económ ico en pocas empresas y de la expan
sión colonial: centrada esta última no solamente en la conquista de nuevos
mercados y fuentes de abastecimiento, sino también en la necesidad de contener
la presencia de las otras potencias y extender las áreas de influencia.
Inglaterra, en particular, compensó la pérdida de mercados intensificando sus
relaciones con los paises del Imperio y con el mundo subdesarrollado; pero, como
dice ttoRSMwM, la economía británica vivía ya de "los restos de su monopolio, del
mundo subdesarrollado. de las acum ulaciones pasadas de riqueza y del auge de
sus rivales; era. en realidad, una economía parasitaria' (“>.
Es preciso destacar esle hecho, porque, com o vimos, el com ienzo del fin de
la importancia del Reino Unido en la economía mundial puede situarse ya a
principios de siqlo, cuando aparecen algunos signos inquietantes de declinación
en su poder industrial. Para poner una fecha, la Primera Querrá Mundial es la que
decide la suerte de Inglaterra, ya que cae en forma abrupta su participación en el
comercio mundial y crece la de otros paises del mundo occidental, fundam ental
mente la de los Estados Unidos.
De lodos modos, hacía fines del siglo XIX y principios del XX. los factores de
la producción, el capital y la m ano de obra se movilizaban hacia los paises
periféricos, en especial los 'esp acios abiertos’ de escasa población y grandes
recursos naturales, mientras se recibían en retorno dividendos c intereses, lo que
acrecentaba la acum ulación de capitales y materias primas y alimentos, estimulan
do la exportación de manufacturas. En el caso de la m ano de obra, se aliviaban
también las consecuencias de la crisis económica europea de lines de siglo que
afectó sobre todo a las zonas más atrasadas del continente. Pero el libre
intercambio de productos estaba condicionado por esos m ovimientos de capital
y por la competencia de los paises centrales.
Para muchas naciones, como la Argentina, la inserción en los mercados
mundiales iba a asumirlas características de una relación cada vez más asimétrica,
y el sistema multilateral de com ercio y pagos reforzaba esle fenóm eno en vez de
limitarlo. Los ciclos económicos de las econom ías periféricas estaban subordina
dos a los de los paises industrializados, impidiendo un m anejo propio d e los
instrumentos económicos y financieros, lo que se ponía en evidencia en ocasión
de las profundas crisis de balanza de pagos. La llamada 'coyuntura Inversa” , es
decir, la relación "inversa" entre las fases coyunturalcs de Inglaterra y la de las
naciones periféricas vinculadas a ella, posibilitaba que en las fases ascendentes
(10) Cf. IVt.-mh. Km:. Obras. l ’J IO I'JA'J. tomo IV. IJuenos Aires. 1991-1993.