División Celular Mitosis
División Celular Mitosis
División Celular Mitosis
Profase:
La profase es la primera fase del proceso de mitosis de una célula. Esta fase
comienza con la formación de los cromosomas. Previamente, el ADN se
encontraba enrollado en una “maraña” llamada cromatina, que en esta fase se
“ordena”, condensandose en las estructuras que conocemos como “cromosomas”.
Esta condensación está estrechamente relacionada con la fosforilación de las
histonas, proteínas que “organizan” el material genético.
Cada una de las cromátidas hermanas comienza a ser arrastrada hacia uno de los
polos. Si todo ha progresado de forma adecuada, al final de la anafase, cada polo
de la célula progenitora dispone de una copia idéntica de toda la información
genética del organismo. Esto es esencial, ya que cada célula hija deberá recibir
una copia idéntica del material genético a la célula progenitora.
Telofase:
Durante esta fase, el material genético vuelve a rodearse por la membrana
nuclear. De hecho, si observamos una célula en este momento, encontramos dos
núcleos en lugar de uno. Además, el ADN vuelve a descondensarse en forma de
cromatina.
Durante esta fase, también comienza un nuevo proceso, la citocinesis. La
citocinesis es, en esencia, la separación del citoplasma de la célula progenitora en
dos partes. Cada una de estas partes dará lugar a una nueva célula. De este
modo, a partir de una sola célula obtenemos dos nuevas células idénticas, con la
misma información cromosómica que la célula progenitora.
Fuente: https://genotipia.com/mitosis/
Fijación o absorción:
El primer paso para la infección viral, que culminará con su multiplicación, es la
fijación del agente patógeno en la membrana de la célula donde se llevará a cabo
todo el proceso. La fijación se realiza por medio de ligandos virales, que son
proteínas que se encuentran en la cápsula geométrica del virus, llamada cápside.
Estas proteínas interactúan con los receptores específicos de la superficie
de la célula que hará de "casa okupa" para el virus. En función del grado de
especificidad virus-receptores, el virus será más o menos exitoso en llevar a cabo
la infección.
Penetración:
Una vez unidos al receptor de la superficie celular, los virus inducen a cambios
en las proteínas de su cápsida, lo cual lleva a que se fusionen las
membranas víricas y la de la célula. Algunos virus contienen ADN (ADN vírico),
el cual puede entrar en el interior de la célula mediante endocitosis.
Para que pueda entrar al interior de la célula, este ADN vírico requiere que se
haya roto la membrana y, allí, se establezca un punto de anclaje para el virus. Esto
es posible por medio de enzimas hidrolíticas que se encuentran en la cápside.
A través de la rotura, el virus introduce un tubo central con el cual inyectará su
ADN vírico, vaciando su cápside e introduciendo su contenido en el
citoplasma, es decir, el medio acuoso del interior de la célula. Si una célula
contiene cápsidas en su superficie celular, esto viene a indicar que la célula ha
sido infectada.
Cabe decir que también hay virus que no realizan este proceso de forma idéntica.
Algunos se introducen directamente en el interior de la célula con su cápsida y
todo. Es aquí donde podemos hablar de dos tipos de penetración.
Directa: después de fijarse, el virus abre una brecha y se mete dentro de la célula.
Endocitosis: la célula crea una vesícula para que el virus se meta dentro.
Hay virus que tienen envoltura lipídica, la cual es de la misma naturaleza que
la membrana celular. Esto hace que la célula sea propensa fusionar su
membrana con la del virus y darse la endocitosis.
Ya llegado al interior de la célula, la cápsida, en caso de que haya permanecido
intacta, es eliminada y degradada, ya sea por enzimas virales o las de organismo
hospedador, y se libera el ADN vírico.
Desnudamiento:
Se denomina desnudamiento debido a que el virus, en caso de introducirse dentro
del organismo, pierde su cápside y deja al descubierto su material interno,
como si se desnudara. En función de la duración de la fase de la síntesis, se
pueden distinguir dos modalidades del ciclo de infección vírica.
Por un lado, tenemos el ciclo ordinario. El ADN vírico procede inmediatamente
a la transcripción de su mensaje genético en el ARN vírico, necesario para su
multiplicación, y es aquí donde empezaría la reproducción por sí misma. Esta es la
modalidad más común.
Por otro lado está el ciclo lisogénico. El ADN vírico se cierra por sus extremos,
formando un ADN circular, el cual es similar al de organismos procariotas. Este
ADN se inserta en el ADN bacteriano, en una región en la que tengan una cadena
de nucleótidos parecida.
La bacteria sigue llevando a cabo sus funciones vitales, como si no pasara nada.
Cuando el ADN bacteriano se duplique, el ADN vírico acoplado al mismo
también lo hará, pasando a formar parte del ADN de las dos bacterias hijas.
A su vez, las bacterias hijas podrán tener su descendencia y, así, sucesivamente,
haciendo que con cada replicación bacteriana también se multiplique el ADN
vírico.
Este ADN vírico se desprenderá del ADN de la bacteria cuando se den las
condiciones adecuadas para ello, continuando con sus restantes fases
infecciosas y produciendo nuevos virus mientras contribuye a la muerte de la
bacteria.
El ciclo lisogénico también puede darse en virus que afectan células animales,
como es el caso del papilomavirus de las verrugas y algunos retrovirus que están
implicados en enfermedades oncológicas.
Multiplicación:
Si bien ya lo hemos introducido en la fase de desnudamiento, la fase de
multiplicación del virus es aquella en la que se da la replicación propiamente dicha
del mismo.
En esencia, se trata de replicar el material genético del virus, que se transcriba
su mensaje genético en una molécula de ARN y ésta se traduzca en forma
que se produzcan proteínas víricas, tanto aquellas que forman la cápsida como
las proteínas enzimáticas de su interior. En esta fase hay que tener en cuenta
distintos tipos de virus, dado que no siempre se encuentra ADN en su cápside.
Los virus con ADN, que se amoldan al proceso explicado en la fase anterior,
realizan la replicación de su material genético de forma similar a como lo hacen las
células, utilizando el ADN de la célula como andamio para hacer la multiplicación
de ese material.
Otros virus, que contienen ARN, replican su material genético sin necesidad
de acudir al ADN celular. Cada cadena de ARN trabaja por sí sola como molde
para síntesis de sus complementarias, siendo la célula un simple entorno en
donde se realiza el proceso.
Sea como sea que se formen nuevas cadenas de ADN y ARN, luego tiene lugar el
ensamblaje de las piezas para construir los nuevos viriones. Este ensamblaje
puede darse por acción de enzimas o bien de forma mecánica.
Meiosis:
La meiosis implica dos divisiones celulares consecutivas: meiosis I y meiosis II.
Meiosis I:
Profase I: Los cromosomas homólogos se aparean en un proceso llamado
sinapsis. Ocurre el entrecruzamiento genético, intercambiando segmentos de
cromátidas no hermanas.
Metafase I: Los pares de cromosomas homólogos se alinean en el ecuador de la
célula.
Anafase I: Los cromosomas homólogos se separan y son arrastrados a polos
opuestos.
Telofase I: Se forma una nueva membrana nuclear alrededor de cada conjunto
de cromosomas. La citocinesis puede o no ocurrir, dependiendo del tipo de célula.
Meiosis II:
Profase II: Comienza una nueva ronda de división celular sin duplicación de ADN.
Metafase II: Los cromosomas se alinean en el ecuador de las células haploides.
Anafase II: Las cromátidas hermanas se separan y se mueven hacia polos
opuestos.
Telofase II: Se forman nuevas membranas nucleares alrededor de los conjuntos
de cromosomas. Finaliza la meiosis, resultando en cuatro células hijas haploides,
cada una con la mitad del número de cromosomas de la célula madre.
Fisión Binaria:
Duplicación del ADN: El ADN de la célula se duplica.
Crecimiento y elongación: La célula crece y se alarga.
Separación de los cromosomas duplicados: Los cromosomas duplicados se
separan hacia polos opuestos de la célula.
División celular: La membrana celular se forma entre los dos conjuntos de
cromosomas. Se producen dos células hijas genéticamente idénticas.
La regulación por señales extracelulares en las células implica la capacidad de las
células para responder a señales provenientes del entorno extracelular, que
incluyen señales de otras células, factores de crecimiento, y señales de matriz
extracelular. Estas señales juegan un papel crucial en la regulación del
crecimiento, la diferenciación, la supervivencia celular y otros procesos biológicos.
Receptores de superficie celular:
Las células poseen receptores en su superficie que pueden detectar moléculas
específicas en su entorno. Estos receptores pueden ser proteínas
transmembranales que transmiten señales desde el exterior hasta el interior de la
célula.
Factores de crecimiento:
Los factores de crecimiento son proteínas secretadas por células vecinas que
estimulan el crecimiento, la diferenciación y la supervivencia celular. Cuando un
factor de crecimiento se une a su receptor en la superficie de la célula receptora,
desencadena una cascada de señalización intracelular que puede afectar la
expresión génica y otros procesos celulares.
Comunicación celular directa:
Algunas células pueden comunicarse directamente mediante conexiones físicas,
como uniones celulares o conexiones GAP (uniones comunicantes), permitiendo la
transferencia de señales y moléculas entre células adyacentes.
Contacto con inhibición de crecimiento:
La regulación del crecimiento celular puede depender del contacto entre células.
La "inhibición por contacto" implica que las células pueden detener su proliferación
cuando están en contacto unas con otras, evitando así la formación de tejidos sin
control.
Matriz extracelular (MEC):
Las células están en constante interacción con la matriz extracelular, que es una
red tridimensional de proteínas y carbohidratos. Las señales de la matriz
extracelular pueden modular la adhesión celular, la migración y la diferenciación
celular.
Muerte celular programada (apoptosis):
Las células pueden recibir señales que indican la necesidad de someterse a
apoptosis (muerte celular programada), ya sea como parte del desarrollo normal,
para eliminar células dañadas o como respuesta a señales de estrés.