Notes On Private International Law in Latin America: Notas Sobre El Derecho Internacional Privado en América Latina

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 19

'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

NOTAS SOBRE EL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO


EN AMÉRICA LATINA*
NOTES ON PRIVATE INTERNATIONAL LAW
IN LATIN AMERICA

Leonel PEREZNIETO CASTRO**

RESUMEN: Se trata de un resumen de lo ABSTRACT: This is a summary of what happened in


acontecido en América Latina sobre el dere- Latin America on Private International Law, partic-
cho internacional privado, en especial acerca ularly on international conventional development and
del desarrollo convencional internacional y some national doctrinal developments on the subject
algunos desarrollos doctrinarios nacionales and an overall assessment of what happened.
sobre la materia y una evaluación general de
lo acontecido.

Palabras clave: CIDIP, sistema convencio- .H\ZRUGV: Inter American Specialized Confer-
nal interamericano, ¿sigue siendo una op- ence on Private International Law, The inter Amer-
ción?; apertura económica y jurídica de los ican Conventional System, Remains an Option?;
países latinoamericanos; tendencias de dere- Economic and Legal Opening of Latin American
cho uniforme. Countries, Trends on Uniform Law.

* Artículo recibido el 1o. de septiembre de 2014 y aceptado para su publicación el


27 de marzo de 2015.
** Doctor en derecho por la Universidad de París; profesor titular de carrera en la
UNAM; investigador nacional III por el Conacyt y consejero del despacho Jáuregui y Del
Valle, S. C.

Boletín Mexicano de Derecho Comparado


nueva serie, año XLVIII, núm. 144,
septiembre-diciembre de 2015, pp. 1063-1081

ª6OJWFSTJEBE/BDJPOBM"VUØOPNBEF.ÏYJDP *OTUJUVUPEF*OWFTUJHBDJPOFT+VSÓEJDBT&TUFFTVOBSUÓDVMP0QFO
"DDFTTCBKPMBMJDFODJB$$#:/$/% IUUQDSFBUJWFDPNNPOTPSHMJDFOTFTCZODOE 
%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH
'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

1064 LEONEL PEREZNIETO CASTRO

SUMARIO: I. Introducción. II. Antecedentes. III. Situación actual. IV. La pers-


pectiva académica. V. Conclusiones.

I. INTRODUCCIÓN

Con objeto de presentar un panorama del derecho internacional privado


en América Latina es necesario acotarlo. En este trabajo nos limitaremos
a esbozar unas notas que le permitan al lector saber qué sucede con el
derecho internacional privado (DIPr) en nuestro subcontinente. Con ese
propósito revisaremos algunos datos relevantes de lo que aconteció en los
últimos 150 años en el DIPr. Datos que de alguna medida explican el
futuro de la materia a nivel continental. Se señalarán igualmente datos
de lo acontecido en los últimos años, para terminar con un apartado de
conclusiones.

II. ANTECEDENTES

El DIPr es una materia que florece en aquellos países con movimientos


migratorios y con desarrollo del comercio internacional. Los dos grandes
temas en los que se resume la actividad humana que regula el DIPr. Estas
características son perceptibles en las primeras naciones que elaboraron
un proyecto de tratado internacional de DIPr —no sólo en América, sino
incluso en el mundo— como fue el Tratado de Lima de 1878; estos países
fueron: Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, Perú y Venezuela,
los cuales en esa época eran exportadores netos de materias primas y te-
nían, en mayor o menor medida, una inmigración importante, principal-
mente europea.
En torno a la Convención de Lima, se debatieron dos concepciones
del DIPr, cuya definición se proyectó en el los sistemas jurídicos sudame-
ricanos y en algunos casos, centroamericanos. Por un lado, la concepción
europeísta propuso que fuera la nacionalidad el punto de contacto para
regular las relaciones internacionales1 y, por el otro, los que opinaban que
era más favorable el domicilio como punto de contacto y que se cono-
ció como “el resultado de la residencia en país extraño con el ánimo de

1Balestra, R., Manual de derecho internacional privado, Abeledo Perrot, parte general,
1988, pp. 77 y 78.
D. R. © 2015. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 144, pp. 1063-1081

%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH
'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

NOTAS SOBRE EL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO... 1065

permanecer en él”2 y cuya razón técnica fue muy importante; se trató de


hacer regular por las propias reglas internas a quienes, procedentes de di-
ferentes países, habían venido a residir en definitiva, a esas tierras.3 Esa
fue precisamente la discusión en la cual prevaleció no por mayoría, sino
por decisión de quienes organizaron la elaboración de la Convención, el
criterio de la ley nacional que provocó una ruptura al grado de que esta
Convención quedara sin firmas. El rechazo a la nacionalidad como punto
de contacto fue en razón de que ante los jueces se distorsionaban las rela-
ciones jurídicas de la persona que en realidad residía en otro país.
Hubo entonces una definición clara hacia el domicilio que era una
suerte de territorialismo que ya se había propuesto en el Código Civil
Chileno, recién publicado en 1870.4 Precisamente, ese territorialismo, por
otra parte, interrumpía al tráfico jurídico internacional, por lo que era
preciso contar con un instrumento internacional que vinculara a los siste-
mas jurídicos nacionales de ese grupo de países sudamericanos mediante
un tratado internacional.
A partir de Lima, la lista de instrumentos interamericanos es larga. En
un afán de resumir al máximo se pueden mencionar las siguientes etapas.
a) Primera. El Primer Congreso de Montevideo de 1888-1889; en
éste se aprobaron ocho convenciones sobre una amplia gama de temas:
derecho procesal internacional, propiedad literaria y artística, patentes
de invención, marcas de comercio y fábrica, derecho penal internacional,
ejercicio de profesiones libres, derecho civil internacional, derecho comer-
cial internacional y un protocolo a dichos tratados. En ese Congreso parti-
ciparon Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay.
b) La segunda etapa comenzó con la Primera Conferencia Internacio-
nal Americana de 1889-1890, en la que se creó la Unión Internacional de
las Repúblicas Americanas, y terminó con la Sexta Conferencia; en ésta
se aprobó la Convención sobre Derecho Internacional Privado del 20 de
febrero de 1928 (llamada Código de Bustamante). Esta Convención es
un verdadero Código de DIPr, constituido por 437 artículos que incluyen

2 Vera, R., Principios elementales de derecho internacional privado, Santiago de Chile, Centro

Editorial La Prensa, 1902, p. 180.


3 Fabres, J. C., La legislación de Chile, Santiago de Chile, Cervantes, 1892, pp. 22 y ss.
4 Sobre su autor y motivos del Código, véase Bello, Andrés, Derecho internacional, prin-

cipios de derecho internacional y escritos complementarios, pról. de Eduardo Plaza, Venezuela, Mi-
nisterio de la Educación, 1954.
D. R. © 2015. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 144, pp. 1063-1081

%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH
'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

1066 LEONEL PEREZNIETO CASTRO

derecho civil, comercial, penal y procesal. La Convención, celebrada en


La Habana, Cuba, fue ratificada por 15 países; México la firmó, pero no
la ratificó.
c) La tercera etapa empezó con la Séptima Conferencia Internacio-
nal Americana, celebrada en Montevideo en 1933, en la que se adoptó
una resolución acerca de los métodos de codificación del derecho inter-
nacional público y privado, y se crearon la Comisión de Codificación del
Derecho Internacional y la Comisión de Expertos. Esta etapa se agotó en
la Octava Conferencia Internacional Americana de 1948, en la que se
constituyó la Organización de Estados Americanos (OEA) y se integró el
Consejo Interamericano de Jurisconsultos como órgano permanente de la
institución. Más tarde, en la OEA funcionó el sistema de comisiones para
analizar asuntos muy precisos. Durante esta etapa se llevó a cabo la Se-
gunda Conferencia de Montevideo (1939-1940), en la cual se aprobaron
ocho tratados y un protocolo. Los temas de las convenciones fueron asilo y
refugio políticos, propiedad intelectual, ejercicio de profesiones libres, na-
vegación comercial internacional, derecho penal internacional y derecho
procesal internacional. Los países participantes fueron Argentina, Chile,
Colombia, Bolivia, Brasil, Paraguay, Perú y Uruguay.
d) Cuarta etapa. Finalmente, después de muchos años de inactividad
de la OEA, la doctora Tatiana B. de Maekelt, profesora y jurista vene-
zolana en materia de DIPr, como directora jurídica de la OEA se dio a
la titánica labor de crear la Comisión Interamericana Especializada en
DIPr, conocida hoy en día por sus siglas CIDIP. Esta cuarta etapa comen-
zó en enero de 1975 con la celebración de las Conferencias Americanas
Especializadas en DIPr (CIDIP), que se iniciaron en Panamá; su sexta
conferencia se celebró en la ciudad de Washington en febrero de 2002,
y la séptima conferencia se encuentra en proceso de organización, para
tratar los temas de:

i. Protección al consumidor: ley aplicable, jurisdicción y restitución moneta-


ria (convenciones y leyes modelo);
ii. Garantías mobiliarias: registros electrónicos para implementación de la
Ley Modelo Interamericana sobre Garantías Mobiliarias.5

5 Según el proyecto de resolución de la Séptima Conferencia, presentado por la Co-

misión el 8 de marzo de 2005. Doc. OEA/Ser.G. CP/CAJP-2239/05 REV.2CORR2, 10


de marzo de 2005.
D. R. © 2015. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 144, pp. 1063-1081

%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH
'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

NOTAS SOBRE EL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO... 1067

Hasta ahora, el proceso de la CIDIP ha producido 26 instrumentos


interamericanos (incluidas 20 convenciones, tres protocolos, una ley mo-
delo y dos documentos uniformes). Estos instrumentos cubren una va-
riedad de temas y fueron diseñados con objeto de crear un marco jurídi-
co efectivo para la cooperación legal entre los Estados americanos, dar
certeza a transacciones civiles y comerciales entre las personas, así como
precisar los aspectos procesales de los negocios de personas en el contexto
interamericano.
En la primera de las conferencias en 1975, la celebrada en la ciudad
de Panamá, se aprobaron seis convenciones acerca de los conÀictos de
leyes en materia de cheques; del régimen de poderes para utilizarlos en el
extranjero; de letras de cambio, pagarés y facturas; de arbitraje comercial
internacional; de exhortos o cartas rogatorias, y de recepción de pruebas
en el extranjero. De estas convenciones, México ha ratificado las cinco
últimas; por tanto, son derecho positivo mexicano.
La Segunda Conferencia Americana Especializada en DIPr (CIDIP-
II) se celebró en Montevideo durante abril y mayo de 1979, y en ella se
aprobaron ocho convenciones que tratan los temas siguientes: conÀictos
de leyes en materia de cheques, medidas cautelares, eficacia extraterrito-
rial de las sentencias y laudos arbitrales extranjeros, domicilio de las per-
sonas físicas en el derecho internacional privado; sociedades mercantiles,
pruebas e información respecto del derecho extranjero, y normas gene-
rales de derecho internacional privado. También se formuló el Protocolo
Adicional a la Convención relativa a Exhortos y Cartas Rogatorias, firma-
da en Panamá. México ha ratificado las seis últimas convenciones.
La Tercera Conferencia Americana Especializada en DIPr (CIDIP-
III) se realizó en La Paz, Bolivia, en mayo de 1984, y en la misma se apro-
baron cuatro convenciones relativas a los temas siguientes: competencia
en la esfera internacional para la eficacia de las sentencias extranjeras; el
Protocolo Adicional a la Convención Interamericana sobre Recepción de
Pruebas en el Extranjero; adopción de menores, así como personalidad y
capacidad de las personas jurídicas en el derecho internacional privado.
México ratificó estas convenciones.
La Cuarta Conferencia Americana Especializada en DIPr (CIDIP-
IV), cuya sede fue nuevamente Montevideo, se llevó a cabo en julio de
1989; se aprobaron en ella tres convenciones, las cuales trataron lo rela-
tivo a la restitución internacional de menores, obligaciones alimentarias
D. R. © 2015. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 144, pp. 1063-1081

%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH
'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

1068 LEONEL PEREZNIETO CASTRO

y transporte internacional de carga por carretera. México ratificó las dos


primeras de estas convenciones.
En marzo de 1994 se llevó a cabo la CIDIP-V en la ciudad de Mé-
xico. En ella se aprobaron dos convenciones: la primera sobre el derecho
aplicable a los contratos internacionales y la segunda sobre el tráfico in-
ternacional de menores. México ratificó la primera de las convenciones
señaladas y todavía no ha ratificado la segunda.
La CIDIP-VI se celebró en la ciudad de Washington en febrero de
2002 y se discutieron los temas siguientes: la Convención sobre Ley Apli-
cable y Jurisdicción Internacional competente en materia de responsa-
bilidad civil extracontractual por daños ocasionados por contaminación
transfronteriza; las reglas en materia de documentos y firmas electróni-
cas, la carta de porte (negociable y no negociable) interamericana para el
transporte internacional de mercancías por carretera y la Ley Uniforme
en materia de Garantías Mobiliarias. Las dos primeras no fueron aproba-
das, pero se recomendó continuar su discusión en la siguiente CIDIP; las
demás fueron aprobadas por la Conferencia. México aún no ha adoptado
los instrumentos aprobados por la CIDIP-VI.
El 7 de junio de 2005, en la cuarta sesión plenaria de la Asamblea
General de la OEA, se resolvió adoptar la siguiente agenda para la VII
CIDIP:

— Protección al consumidor: ley aplicable, jurisdicción y restitución mo-


netaria (Convención y leyes modelo).
— Garantías mobiliarias: registros electrónicos para la implementación
de la Ley Modelo Interamericana sobre Garantías Mobiliarias.

Además, se estableció que el método para llevar a cabo el desarrollo


de dichos temas sería una consulta pública. En cuanto a la VII CIDIP, la
Secretaría de Asuntos Jurídicos de la OEA informó que la Conferencia se
había fijado para celebrarse del 7 al 9 de octubre de 2009 en la ciudad de
Washington, y que se convocaría a una segunda conferencia sobre el tema
de protección al consumidor en fecha posterior. Ninguna de las conferen-
cias ha sido celebrada hasta la fecha.
Como puede apreciarse, las actividades de la CIDIP parecen suspen-
didas pero ya empezaba a dejar los temas de familia para enfilarse hacia

D. R. © 2015. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,


Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 144, pp. 1063-1081

%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH
'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

NOTAS SOBRE EL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO... 1069

los comerciales y, específicamente, hacia aquellos vinculados con los pro-


cesos de libre comercio internacional. No se pierde de vista la importancia
de la persona, se le incluye desde otra perspectiva: en su papel de consu-
midora. Sin embargo, la CIDIP ha entrado en una fase de declive en parte
por la indiferencia de los Estados miembros para ratificar las convencio-
nes aprobadas en ese foro y en parte porque gran parte de los temas han
sido copia de lo que se hace en Europa.6

III. SITUACIÓN ACTUAL

Es fácil fechar al DIPr actual a partir de 1975 con la Primera Confe-


rencia Interamericana de DIPr antes mencionada. Después de esta fecha
son discernibles las posiciones que adoptaron los países participantes.
Venezuela y México coincidieron en casi todas las convenciones que
se realizaron. Se lograron coincidencias jurídicas entre las dos delegacio-
nes ante las conferencias. Ambos ratificaron la mayoría de las convencio-
nes aprobadas. Debe mencionarse también al Uruguay como país ratifi-
cante y con su apoyo decidido como anfitrión de dos de estas conferencias
interamericanas.
Países que participaron y ratificaron varias de las convenciones, fue-
ron Argentina, que sistemáticamente se opuso a los proyectos presentados
por México, Venezuela y Uruguay7 y que finalmente ratificó algunas con-
venciones procesales. Colombia, Ecuador, Guatemala, Paraguay y Perú,
ratificaron algunas convenciones.
Dos ausencias fueron significativas: Brasil, que al principio del pro-
ceso convencional interamericano participó, pero un cambio de política
internacional, de parte de la dictadura en el poder, provocó que su pre-
sencia en la CIDIP pasara a un asunto de baja importancia, y así mantuvo

6 Véase Pereznieto Castro, L., “La codificación interamericana. ¿Es todavía una op-

ción?”, Revista Mexicana de Derecho Internacional Privado y Comparado, núm. 1, octubre de 1996,
pp. 71 y ss.
7 Entre las razones que pueden señalarse de la oposición argentina están, en primer

lugar, la personalidad de su representante en estas convenciones, el profesor Antonio Bog-


giano, a quien cualquier propuesta le parecía desatinada y, por el otro lado, en virtud de
que el gobierno argentino distribuía a sus reprentantes la documentación de última hora,
los profesores Werner Goldschmith y Alicia Perugini no tenían el tiempo necesario de
preparar sus propuestas y menos considerar las propuestas de otros países.
D. R. © 2015. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 144, pp. 1063-1081

%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH
'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

1070 LEONEL PEREZNIETO CASTRO

como representantes a empleados de la cancillería, sólo para tomar nota


y no participar en los debates. Quedó entonces la costumbre establecida
en Brasil de adquirir pocos compromisos internacionales y se conoce en
el medio internacional que este país es sumamente cauto en las ratifica-
ciones de convenciones internacionales. Con una gran economía, sin em-
bargo, es un país relativamente cerrado a las corrientes internacionales de
comercio. Se le critica como país proteccionista. Chile, que en la época de las
discusiones y ratificaciones de las convenciones interamericanas, también
estaba inmerso en el proceso de la dictadura por lo que su presencia ante
este foro internacional, fue muy limitada.
Se han celebrado siete conferencias interamericanas y en su mayo-
ría se han regionalizado temas que ya se habían acordado internacio-
nalmente en otros foros, en especial en la Conferencia Permanente de
Derecho Internacional Privado de la Haya, en UNCITRAL y en UNI-
DROIT. Se trató de un afán de copia el adoptar los proyectos sobre temas
ya acordados. La pregunta siempre fue, por qué repetir cuando hay tantos
temas necesarios en la región. ¿Por qué no estudiar a fondo la realidad la-
tinoamericana y plantear la regulación internacional sobre esas materias?
Siempre se discutió que sería aconsejable proponer ratificaciones interna-
cionales en búsqueda de la solución de temas verdaderamente regiona-
les; sin embargo, la posición conservadora sudamericana consideró que el
transcribir lo acordado en otros foros quedara el texto de las convenciones
interamericanas. Ese afán desmedido de imitación ha provocado que en
aquellos casos en los cuales es necesario optar por ratificar una conven-
ción mundial o una regional, se prefiera a la primera, por su alcance y no
se opta por ratificar las segunda; pero cuando así sucede, aparecen con-
tradicciones entre los diferentes textos. La falta de enfoque en este sentido
y una burocracia anquilosada en la OEA, han afectado fuertemente a la
Conferencia al grado que desde hace unos años está en crisis. Así que de
evolución del derecho interamericano en materia de DIPr, habrá poco en
el futuro.8 En todo caso, una cosa es cierta, si los trabajos de la Conferen-
cia se reinician bajo esta óptica nuevamente, se volverá a la repetición de
convenciones aprobadas universalmente, con el consiguiente desinterés de los
Estados en la Conferencia, lo cual agravará más la crisis de la CIDIP.

8 Sobre el tema, véase Pereznieto Castro, L., “La codificación interamericana…”, cit.
D. R. © 2015. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 144, pp. 1063-1081

%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH
'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

NOTAS SOBRE EL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO... 1071

Otro comentario, éste dirigido a la actitud que han tomado los gobier-
nos en Latinoamérica para ratificar y cumplir sus compromisos interna-
cionales. Se trata de una actitud en términos generales, indiferente para
con los trabajos de la CIDIP y, por tanto, son muy pocas las convenciones
ratificadas; sin embargo, hay algunos países, los menos como el caso de
México, que han abierto sus sistemas jurídicos para incorporar nuevas
instituciones.9 Los sistemas jurídicos más abiertos del continente son Mé-
xico y Chile, este último, un país poco ratificante de convenciones pero
ha mostrado gran interés en renovar y modernizar su sistema arancelario
con objeto de facilitar al tráfico jurídico internacional, indispensable en el
subcontinente. Como lo veremos más adelante, hay nuevos ímpetus en las
nuevas generaciones de juristas en ese país.
En mayor o menor medida, puede decirse que los países ratifican-
tes de convenciones internacionales han incorporado a la normatividad
internacional en sus derechos nacionales logrando con ello una moder-
nización normativa en su regulación interna, como fue el caso de Perú,
Paraguay y Venezuela, aunque este país desde hace 15 años emprendió
un camino político distinto, que no sólo le afecta económicamente en lo
interno sino también al tráfico jurídico internacional que ha disminuido
sensiblemente. Pero queda el bastión del posgrado de DIPr en la Univer-
sidad Central de Venezuela, al que nos referiremos en el siguiente aparta-
do y del que estamos seguros saldrá adelante pese a las adversidades que
enfrenta ese noble país.
Los países otrora cerrados por el territorialismo que debieron abrirse
a partir de la década de los ochenta, al menos en el campo jurídico, como
México, su participación en las convenciones interamericanas ha propi-
ciado que las autoridades estén sensibles para incorporar en el derecho
interno a los nuevos cuerpos normativos como una vía para modernizar
su derecho interno.
Hay plena conciencia en la gran mayoría de países de la zona en el
sentido que su participación en el comercio internacional como alternati-
va para su modelo económico de desarrollo, pasa por la apertura jurídica
incluyendo al DIPr. Un ejemplo ha sido Paraguay, que desde hace más

9 Pereznieto Castro, L., “La norma jurídica internacional desde la prespectiva del

derecho internacional privado, el caso de México”, Boletín de la Academia de Ciencias Políticas


y Sociales de Venezuela, núm. 151, 2012, pp. 336 y ss.
D. R. © 2015. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 144, pp. 1063-1081

%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH
'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

1072 LEONEL PEREZNIETO CASTRO

de diez años ha apoyado —con un sistema sensato de becas— a numero-


sos jóvenes juristas para que realicen estudios de posgrado en la UNAM,
principalmente en comercio exterior y, en general, en relaciones interna-
cionales y de esa manera preparar al grupo de juristas que hoy están tra-
bajando en su país en favor de la apertura.
En resumen. Aunque lentamente, hay en los países latinoamericanos,
un proceso de asimilación y profundización en el conocimiento del mun-
do exterior y consiguientemente un desarrollo en el DIPr a nivel judicial
y legislativo. Los gobiernos están atentos al desarrollo internacional y con
ello, al cuidado de una regulación adecuada y que los juristas de la zona
se eduquen con referencias a los derechos de otros países más adelanta-
dos en su proceso de apertura. Se deben modernizar aceleradamente las
instituciones jurídicas, en un doble aspecto, por la creación de nuevos
instrumentos en materia de familia y, sobre todo, homologar su sistema
jurídico comercial con el de aquellos socios con los que se comercia inter-
nacionalmente. En un plazo relativamente breve, han sido aprobadas dos
leyes modelo en materia de DIPr: la panameña (2014) y la dominicana
(2015), que son un buen comienzo para un nuevo ciclo en el que se espera
la aprobación de más leyes de esta naturaleza. México ya cuenta desde
hace 10 años con un proyecto de ley modelo que consta de 229 artículos y
que fue preparado por la Academia Mexicana de Derecho Internacional
Privado.10
Cabe señalar que a partir de 1991, con el Tratado de Asunción se creó
el Mercosur como zona de libre comercio entre los países que suscribieron
dicho tratado.11 Este tratado significó un paso muy importante en materia
de DIPr en la medida que las normas pertenecientes al ámbito de la inte-
gración no adolezcan de una asimetría que les permita a los particulares
desarrollar sus negocios con entera libertad dentro del marco de armoni-
zación que se ha creado en dicho marco jurídico.12 Con el Protocolo de los
Olivos en 2002 se creó un sistema de solución de controversias y a partir

10 Revista Mexicana de Derecho Intrnacional Privado y Comparado, núm. 20, octubre de 2006,

pp. 73 y ss.
11 Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela y Bolivia; tiene como países aso-

ciados a Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam. Como países observadores
participan Nueva Zelanda y México.
12 Goldscmith, W., Derecho internacional privado, 10a. ed., Buenos Aires, Abeledo Perrot,

p. 44.
D. R. © 2015. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 144, pp. 1063-1081

%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH
'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

NOTAS SOBRE EL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO... 1073

de ahí se ha desarrollado un sistema jurídico internacional que vincula


a los países para la aplicación por sus tribunales nacionales, de las reglas
de Mercosur y que se ha convertido en un sistema funcional importante
sobre todo a partir de los encuentros entre los representantes de las cortes
supremas de los países miembros.13 La generación de normatividad inter-
nacional que los Estados miembros introducen en sus sistemas internos
ha sido considerable por lo que se puede hablar de un sistema jurídico
internacional regional en evolución bajo el marco de un tratado de libre
comercio. En cuanto a la funcionabilidad del sistema de solución de con-
troversias por los tribunales internos, se ha mencionado que se trata de
una manifestación “de su empeño en contribuir a la evolución institucio-
nal del proceso de integración, en particular en lo concerniente al forta-
lecimiento y desarrollo jurídico del bloque”.14 Otro desarrollo dentro del
Mercosur relacionado con el DIPr es el que surgió con motivo del proto-
colo de Buenos Aires de 1996 sobre jurisdicción internacional en materia
contractual, conforme al cual se privilegia a la autonomía de la voluntad
a fin de escoger el foro competente.15

IV. LA PERSPECTIVA ACADÉMICA

Es quizá en este nivel donde se discuten constantemente los temas del


DIPr. Ahí están la crítica y la doctrina. Es además un lugar favorable para
conocer de lo sucedido con el DIPr.
A continuación algunas reÀexiones que permitan al lector tener un
panorama de lo que acontece con el DIPr en algunas universidades y cen-
tros de educación superior en América Latina. Se pueden diferenciar al-
gunos elementos en materia de enseñanza en América Latina por grupos
de países y por país en lo particular.
En primer lugar se encuentra el grupo de países que ratificaron las
convenciones de Montevideo de 1889 y que en esa medida manifestaron
su interés por el DIPr desde una época temprana. Varios de ellos han teni-
do desde el siglo XIX una exposición significativa en el comercio exterior,

13 Sobre este tema, véase Dreyzin, A. y Perotti, A., El rol de los tribunales nacionales de los

Estados del Mercosur, Córdoba, Argentina, Advocatus, 2009.


14 Ibidem, p. 196.
15 Araujo, N. de, Dereito internacional privado, Río de Janeiro, Renovar, 2008, pp. 97 y ss.

D. R. © 2015. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,


Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 144, pp. 1063-1081

%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH
'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

1074 LEONEL PEREZNIETO CASTRO

lo que ha contribuido a la necesidad de elaborar reglas internacionales o a


participar con otros Estados en su elaboración. Por otro lado, las adhesio-
nes a nuevas convenciones en la materia motivaron a algunos profesores
civilistas e internacionalistas a poner énfasis en la enseñanza del DIPr en
sus cátedras. Recuérdese como ya se mencionó, que los países ratifican-
tes de las convenciones de Montevideo de 1889 (Argentina, Colombia,
Paraguay, Uruguay, Bolivia y Perú) fueron también signatarios de la Con-
vención sobre Derecho Internacional Privado (Código de Bustamante) de
1928; aunque los cuatro primeros lo hicieron con reservas, aun así rei-
teraron su interés por el DIPr. Una de las razones por las cuales desde
época tan temprana estos países elaboraron y ratificaron convenciones en
materia de DIPr, fue que sus sistemas jurídicos, principalmente el Código
Civil, se elaboraron sobre una base territorialista y la necesidad de comu-
nicarse internacionalmente con otros países. Dicho en otros términos, los
Estados que permanecieron cerrados o semicerrados, al tráfico jurídico
internacional, requerían del DIPr y de la normatividad internacional para
su enlace con el resto del mundo.
Por su parte, Argentina y Uruguay se han destacado desde el siglo
XIX por su producción bibliohemerográfica en la materia y por mantener
cátedras de DIPr en todas las universidades o los centros de enseñanza del
derecho. En ambos países ha habido muy destacados profesores de DIPr a
lo largo de los años.16 Este desarrollo se debe a una gran tradición intelec-
tual en el campo del derecho en general que se ha reÀejado en el DIPr. En
Uruguay, específicamente, existe un nutrido grupo de juristas en la mate-
ria que en los últimos 25 años han podido dar impulso al DIPr moderno,
todos ellos agrupados en torno a la Revista Uruguaya de Derecho Internacional
Privado. En la Argentina, se trata de un nutrido grupo que se encuentra en
la Academia Argentina de Derecho Internacional.17

16 A dos de ellos hay que rendirles tributo, ambos ya fallecidos: al profesor Quintín

Alfonsín cuya Teoría del derecho internacional privado ha sido el libro de referencia de muchos
juristas latinoamericanos. Quintín, Alfonsín, Teoría del derecho internacional privado, Montevi-
deo, Idea, 1982; y al profesor Werner Godschmith a quien nos referiremos más adelante.
17 La Academia es presidida por la profesora de la Universidad de Buenos Aires Bea-

triz Pallarés, asidua asitente al seminario mexicano de DIPr. Hay una escuela, quizá la
mayoritaria que siguió las enseñanzas de profesor Werner Goldschmith, constituida por
varias profesoras, encabezadas por Alicia Peruguini, quien viene de editar la décima edi-
ción de la obra del profesor Goldschmith Derecho internacional privado, que es una puesta al
D. R. © 2015. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 144, pp. 1063-1081

%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH
'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

NOTAS SOBRE EL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO... 1075

Perú tiene, a su vez, una de las más antiguas tradiciones en el campo


del DIPr. Baste recordar que ese país fue el precursor en el mundo del
primer proyecto de convención internacional en materia de DIPr, al cual
ya nos referimos. Esa tradición se logró mantener a lo largo de casi dos
siglos en la Universidad de San Marcos y ha dado frutos, ya que desde
1984 Perú cuenta con un nuevo código civil con un capítulo introductorio
que es en realidad una ley autónoma en materia de DIPr, que con termi-
nología e instituciones clásicas se puede considerar uno de los sistemas
más avanzados en América Latina. Con la apertura que últimamente ha
tenido de su economía, los trabajos de comercio exterior se han incremen-
tado.18
Bolivia y Paraguay también han tenido un aporte: la Facultad de De-
recho y Ciencias Políticas de la Universidad Mayor de San Andrés, en Bo-
livia, se ha destacado por su cátedra de DIPr. Un nutrido grupo de juristas
paraguayos se han dado a la tarea de elaborar obras modernas en materia
de comercio exterior
Colombia ha sido un país con una tradición intelectual ampliamente
desarrollada en el campo del derecho y en especial del DIPr; la Facultad
de Jurisprudencia del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario y
con una perspectiva más moderna, la Universidad de los Andes, han sido
baluartes de las cátedras de DIPr. En la actualidad hay un nuevo desper-
tar del interés por la materia desde una posición más práctica, gracias al
impulso que le ha dado la última universidad mencionada, donde hoy se
discuten muchos temas con proyección internacional y el DIPr se enseña
sobre la base de un pluralismo metodológico.
Además del primer grupo de países señalado, hay otros que fueron
signatarios del Código de Bustamante y sólo nos referiremos a cuatro de
ellos: Brasil, Chile, Panamá y Venezuela.
Brasil tiene un desarrollo propio del DIPr que quizá sea uno de los
más antiguos en América Latina. La primera cátedra de derecho compa-
rado se instituyó en la Facultad de Derecho de São Paulo en 1827 y ese
mismo año se imartió la cátedra de DIPr en las facultades de Sao Paolo
y Recife, de ahí que Brasil sea un país con una amplia y profunda pro-

día y que ella generosamente impulsa, publicada por Abeledo Perrot en Buenos Aires,
2014, véase supra nota 7.
18 Sierraalta, Aníbal, Comercio internacional, dumping, subvenciones y salvaguardias, Ríos de la

Universidad de Medellín, Sello Editorial, 2012, 2 tt.


D. R. © 2015. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 144, pp. 1063-1081

%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH
'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

1076 LEONEL PEREZNIETO CASTRO

ducción bibliohemerográfica,19 una buena jurisprudencia y varios de los


profesores latinoamericanos más destacados en el campo del DIPr. Princi-
palmente en la Universidad de Sao Pablo y en la de Río de Janeiro
Chile es un caso aparte. Con el primer Código Civil en América La-
tina (1855), sus disposiciones en materia de DIPr establecieron, sin em-
bargo, un territorialismo de tal magnitud que durante varias décadas hizo
nulo el estudio de la materia y, por ende, una producción bibliohemero-
gráfica reconocida. No obstante esta situación, la tradición intelectual chi-
lena en el campo del derecho acabó por imponerse y hoy en día Chile tie-
ne cátedras de DIPr en sus universidades más importantes. En la de Chile
y la Pontificia, cátedras que aún están impregnadas con la presencia de
dos figuras en la materia, los profesores de gran relevancia continental ya
fallecidos: Fernando Álbonico y Jaime Navarrete. La creciente participa-
ción de Chile en el comercio internacional ha provocado un renacimiento
del interés por el DIPr, que se apoya en un cuadro de prestigiados y reco-
nocidos jóvenes profesores en la materia. El profesor Eduardo Picand jun-
to con un grupo de profesores de la Universidad de Chile, han iniciado en
octubre de 2014 las primeras jornadas chilenas de DIPr a partir del modelo
mexicano de los seminarios de DIPr.
Panamá no se destaca particularmente por una producción biblio-he-
merográfica importante en el DIPr;20 sin embargo, por ser un país abierto
al comercio internacional con una antigüedad e intensidad que pocos paí-
ses en el subcontinente han tenido. Sus universidades mantienen un interés
permanente por la cátedra de DIPr. Por otro lado, los abogados paname-
ños son personas capacitadas en la práctica cotidiana y con gran interés
por la temática del DIPr.21
Venezuela es otro de los países sudamericanos con una bien estable-
cida tradición en el campo22 del DIPr. Sus dos primeros códigos civiles

19 Sobre esta bibliografía hay una amplia información doctrinal y jurisprudencial,


véase Valladao, Haroldo, Derecho internacional privado, trad. de Leonel Pereznieto Castro,
México, Trillas,1987.
20 Aunque hay que destacar la obra de Boutin, Gilberto, Derecho internacional privado,

2012.
21 Véase Boutin, Gilberto, Derecho internacional privado, 2a. ed., Maitre Boutin, 2006,

pp. 55 y ss.
22 Parra, A., Curso general de derecho internacional privado, Caracas, Universidad Central de

Venezuela, 1998, pp. 53 ss.


D. R. © 2015. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 144, pp. 1063-1081

%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH
'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

NOTAS SOBRE EL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO... 1077

(1826 y 1873) transitan desde la concepción territorialista hasta la per-


sonalista francesa e italiana. Con autores destacados en materia de DIPr
desde el siglo XIX, cuenta desde hace varios años con profesores de reco-
nocido prestigio internacional, principalmente de la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Políticas de la Universidad Central de Venezuela, quienes le
han dado fuerte impulso no sólo al DIPr venezolano, sino también al lati-
noamericano, sin dejar de contar con importantes cátedras en DIPr como
la de la Facultad de Derecho de la Universidad de Zulia y ahora, en una
concepción más práctica, en las universidades Andrés Bello, Santa María
y Mérida.
La doctrina en Venezuela ha tenido dos juristas de primera línea que
le han dado una proyección moderna al DIPr, lo cual se reÀejó en la ley
venezolana de derecho internacional privado de 1998, una de las más
modernas del continente: se trata de Gonzalo Parra Aranguren, quien fue
juez de la Corte de Derecho Internacional de La Haya, y Tatiana B. de
Maekelt, ya fallecida, fundadora de la Conferencia Interamericana Espe-
cializada de Derecho Internacional Privado (CIDIP) y fundadora también
y directora hasta su muerte, de los estudios de posgrado de la Universidad
Central de Venezuela en materia de DIPr, lugar donde durante 15 años se
han formado grupos de jóvenes iusprivatistas, que indudablemente serán
el eje sobre el cual se desarrolle la doctrina venezolana de la posdictadu-
ra.23
En Centroamérica, además de Panamá, también se destaca por la tra-
dición que existe en Guatemala, donde la cátedra de DIPr de la Univer-
sidad de San Carlos ha desempeñado desde el siglo XIX un importante
papel en ese país. La situación centroamericana respecto del DIPr se ha
mantenido gracias a varios de sus profesores que, no obstante dificulta-
des de toda índole, han seguido adelante con la enseñanza del DIPr. En
este sentido, rendimos homenaje a los maestros encabezados por el pro-
fesor Ignacio Ellacuría —siempre interesado en los nuevos desarrollos del

23 Destaco a dos profesoras jóvenes de ese grupo del posgrado, entre otras, Claudia

Madrid Martínez, con su nueva propuesta de la norma de derecho internacional, publi-


cada por la Universidad de Venezuela, Serie de Cuadernos de trabajo, núm. 2, 2004, y a
Yaritza Pérez Pacheco con su tesis que obtuvo el título de doctora en derecho en la Uni-
versidad Nacional Autónoma de México, el 1o. de octubre de 2010, con el tema “Arbitraje
de inversión. Jurídica y política”, núm.136, UCV, Caracas, 2012.
D. R. © 2015. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 144, pp. 1063-1081

%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH
'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

1078 LEONEL PEREZNIETO CASTRO

DIPr— de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, de El


Salvador, masacrados durante la guerra civil en ese país.
Sin embargo, Centroamérica parece haber entrado en una nueva fase
de su historia que impulsará a los países de esa área a participar en las
corrientes del comercio internacional y con ello, seguramente, renacerá
el interés por la materia. Entre estos países destaca Costa Rica, donde se
busca impulsar el estudio de esa disciplina por los beneficios que empieza
a aportar el Tratado de Libre Comercio con México y otros acuerdos de
este tipo con distintos países.
México es un caso aparte.24 Por las razones que se describen más ade-
lante. Después de más de 58 años con un sistema territorialista absolu-
to25 y, en consecuencia, con una posición aislacionista respecto de las co-
rrientes del DIPr, a partir de 1975 el sistema jurídico mexicano empezó a
abrirse aunque lentamente, por la vía convencional internacional, lo que
permitió en 1988 abrir el sistema jurídico hacia el exterior, y posibilitado
una adecuada integración jurídica con países de sistemas tan diferentes
como Estados Unidos de América y Canadá (con excepción de Quebec,
que tiene un sistema jurídico codificado similar al mexicano).
Durante esos 58 años, salvo honrosas excepciones, la enseñanza del
DIPr en México fue escaza, al igual que su producción bibliohemerográ-
fica.26 Sin embargo, el panorama actual es alentador y hay varios factores
que apuntan hacia la promoción del DIPr en las cátedras de las diversas
universidades y centros de enseñanza del derecho en el país. La Facultad
de Derecho de la UNAM modficó en septiembre de 1993 sus planes de
estudio y otorgó al DIPr un lugar importante con una temática moderna.
Extendió de uno a cuatro semestres su enseñanza, que luego redujo a dos
semestres pero se abrió una maestría en la especialidad. En la Escuela Li-

24 Sobre su historia durante el siglo XIX, véase Pereznieto Castro, L., “Consideracio-

nes sobre el derecho internacional privado en México, durante el siglo pasado a partir de
la independencia”, Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 20, mayo-agosto de 1974,
pp. 113 y ss.
25 Sobre este tema, véase Pereznieto Castro, L., Derecho internacional privado, notas sobre

el principio territorialista y el sistema de conflictos en el derecho mexicano, 2a. ed., México, UNAM,
Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1988.
26 Sobre autores y sus obras del siglo XIX y principios del XX, véase Silva S., J. A.,

Derecho internacional privado, Limusa, 2015.


D. R. © 2015. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 144, pp. 1063-1081

%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH
'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

NOTAS SOBRE EL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO... 1079

bre de Derecho de la ciudad de México, se han abierto dos especialidades:


arbitraje comercial internacional y negocios jurídicos internacionales.
En diversas universidades del país el interés por el DIPr se ha incre-
mentado; por ejemplo, en la Universidad de Sonora existe un posgrado
en DIPr desde 1990 que se imparte a través de sus cuatro planteles; en el
Tecnológico de Monterrey, en la Universidad Regiomontana y en la Uni-
versidad de Monterrey hay áreas especializadas en la materia o profesores
dedicados a ella. La Universidad Autónoma de Nuevo León sostiene una
cátedra importante en DIPr que alimenta con conferencistas foráneos.
Desafortunadamente no se puede decir lo mismo en universidades de los
estados del sur, donde no ha habido un interés por mejorar su enseñanza
en esta materia, ni expandir su conocimiento.
Después de 38 años se celebra ininterrumpidamente de forma anual
el Seminario Nacional de Derecho Internacional Privado y Comparado27
en diferentes universidades del país, que sirve como órgano de promoción
de la materia, y las ponencias ahí presentadas constituyen uno de los acer-
vos hemerobibliográficos más relevantes del DIPr en México. Muchos de
estos trabajos se publican en la Revista Mexicana de Derecho Internacional Pri-
vado y Comparado que actualmente se publica en formato electrónico y se
puede consultar gratuitamente.28
Siguiendo el modelo de las jornadas, que con el nombre de seminario
se inició en 1976 en México para difundir al DIPr, se constituyó en 2010,
el seminario anual de DIPr que organiza la Universidad Complutense
en Madrid desde 2009 y donde se discute el DIPr de la Unión Europea,
que es un buen incentivo para los profesores latinoamericanos, de cómo
visualizar su DIPr del futuro. Lo mismo ha sucedido con las jornadas de
DIPr en otros países, organizadas por la Universidad de Chile a partir
de 2014 y en 2015 en Santo Domingo organizadas por la Fundación para
la Democracia y el Desarrollo. Con sede en Asunción, Paraguay, en 2007,
se creó la Asociación Americana de DIPr, también siguiendo el modelo
de organización de México. Aunque el formato de esta organización se
había planteado por la profesora Tatiana Maekelt en 1975, no volvió a
rescatarse hasta 2007, cuando la propia profesora como guía y el profe-

27 Organizado por la Academia Mexicana de Derecho Internacional Privado y Com-

parado.
28 Sus números 31 y 32, disponible en asedio.org

D. R. © 2015. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,


Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 144, pp. 1063-1081

%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH
'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

1080 LEONEL PEREZNIETO CASTRO

sor argentino Diego Fernández como ejecutivo, siguiendo la metodología


de la Academia y del seminarios mexicanos, para su funcionamiento. Se
pueden contar así, varios esfuerzos que demuestran el interés en los círcu-
los académicos en seguir desarrollando el conocimiento de la materia. La
presencia de los profesores en este tipo de reuniones aviva los intercam-
bios que siempre son saludables.
De este breve recorrido puede concluirse que en Latinoamérica se
tiende hacia el desarrollo del DIPr. Hay también una tendencia, aunque
no mayoritaria, a romper los esquemas tradicionales del DIPr e insertar
en su objeto de estudio temas que demanda la realidad internacional,
especialmente el del comercio entre países y hoy en día, insertar en los
planes de estudio de la materia la relación: DIPr-derechos humanos. Aun
en los casos en que existe resistencia al cambio, la formación de los nue-
vos juristas se da por medio de materias como derecho de los negocios
internacionales o transacciones jurídicas internacionales, temas cada día
más difundidos en los medios académicos y donde felizmente conÀuyen
especialistas en DIPr con civilistas y mercantilistas interesados en la rea-
lidad mundial. En todo caso, el DIPr constituye hoy en día una de las
disciplinas básicas que además de mostrar los métodos para la resolución
de problemas derivados del tráfico jurídico internacional, contribuye a la
formación de los profesionales del derecho en la problemática jurídica de
la internacionalización de la familia y de la atención a los negocios inter-
nacionales.

V. CONCLUSIONES

De este breve recorrido podemos concluir que hay un despertar en


la mayoría de los países del área que se proyecta en una mayor apertura
económica y jurídica y en cuanto a ésta, se refleja en una mayor intensi-
dad en la enseñanza del DIPr y en la adecuación de los sistemas jurídicos
nacionales que les permita formar parte de ese mundo globalizado. En
esta medida, el interés por el DIPr es creciente y hacia el futuro será la
comunidad académica la que vaya abriendo brecha en estos temas tan
importantes. La CIDIP seguirá una tendencia a la baja por estar mane-
jada por gente de la OEA poco sensibles al desarrollo de la disciplina en
el subcontinente, por lo que el derecho interamericano tendrá un impasse
en los próximos años. En la medida que subsistan regímenes populistas
D. R. © 2015. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 144, pp. 1063-1081

%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH
'2,KWWSG[GRLRUJLLMH

NOTAS SOBRE EL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO... 1081

en varios de los países del área, el aporte al DIPr será menor porque di-
chos regímenes desarrollan a su interior un nacionalismo contrario a las
corrientes internacionales modernas. Sin embargo y por fortuna, estos
regímenes son pocos e inviables económicamente y, por tanto, en vías de
desaparición. En cambio, la gran mayoría de países del área han encon-
trado en el comercio internacional, una alternativa para su desarrollo y el
DIPr es la savia jurídica de esa transformación.

D. R. © 2015. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas,


Boletín Mexicano de Derecho Comparado, núm. 144, pp. 1063-1081

%-9,QVWLWXWRGH,QYHVWLJDFLRQHV-XUtGLFDV81$0
KWWSVUHYLVWDVMXULGLFDVXQDPP[LQGH[SKSGHUHFKRFRPSDUDGRLVVXHDUFKLYH

También podría gustarte