de que la aprehensión de la imagen del hombre fuese la del hombre tanto, esencialmente, por el rostro, tendrá cada vez

ro, tendrá cada vez más importan­

mismo. El retrato no es percibido como un signo, una mirada, sino cia con el correr de los siglos (la fotografía reemplazó a la pintura:
como una realidad que permite aprehender a la persona. En la por eso existen los documentos de identidad con foto, que utiliza­
Alta Edad Media sólo los altos dignatarios de la Iglesia o del Reino mos ahora; la individuación por medio del cuerpo se vuelve más
dejaban retratos de sus personas, pero protegidos de los maleficios sutil a través de la individuación por medio del rostro).
por la aprobación religiosa de las escenas en que figuraban Para comprender este dato hay que recordar que el rostro es la
rodeados por personajes celestiales. El ejemplo del papa lleva a parte del cuerpo más individualizada, más singular. El rostro es
ricos donantes a desear que su imagen aparezca en las obras la marca de una persona. De ahí su uso social en una sociedad en
religiosas (frescos, manuscritos, luego retablos) a cuya realización la que el individuo comienza a afirmarse con lentitud. La promo­
contribuyen. La donación, a su nombre, de un santo patrono, ción histórica del individuo señala, paralelamente, la del cuerpo y,
permitía que el donante se asegurara la propia perdurabilidad al especialmente, la del rostro. El individuo deja de ser el miembro_
mezclar su presencia con la de los altos personajes de la historia inseparable de la comunidad, del gran cuerpo social, y se vuelve un
cristiana. 16 cuerpo para él solo. La nueva inquietud por la importancia del
En el siglo xivhay otros soportes para los retratos: los retablos, individuo lleva al desarrollo de un arte centrado directamente en
las fachadas de los albergues y las primeras pinturas de caballete. la persona y provoca un refinamiento en la representación de los
En general, en los retablos el donante está representado en rasgos, una preocupación por la singularidad del sujeto, ignorada
compañía de los Santos, pero a veces, y especialmente en las caras socialmente en los siglos anteriores. El individualismo le pone la
externas, sucede que se lo representa solo. firma a la aparición del hombre encerrado en el cuerpo, marca de~
J a n Van Eyck fue el primer pintor que hizo que la afiliación, su diferencia y lo hace, especialmente, en la epifanía del rostro.
obligatoriamente religiosa de la presencia del donante, se esfuma­
ra. La Virgen del canciller Rolin (alrededor de 1435) enfrenta,
como en una discusión cortés entre cónyuges, a la Virgen y al
donante. La topografía de la tela no distingue a la Virgen del El a s c e n s o del individualismo
hombre profano: ambos interlocutores comparten el mismo espa­
cio. El retrato de loa Arnolfini (1434) celebra, sin aprobación
directamente religiosa, la intimidad doméstica de dos esposos. A Como corolario a este desarrollo del individualismo en Europa
sus pies hay un perrito recostado que refuerza la dimensión occidental, la gloria alcanza a cada vez más hombres: los poetas
personal de la escena. Hay un deslizamiento de la celebración gozan, mientras viven, de un considerable renombre. Dante o
religiosa hacia la celebración de lo profano. Hacia 1380, sin Petrarca sirven como ejemplo. Otro rasgo revelador es la aparición
embargo, Girard d'Orléans había abierto el camino al firmar uno de la firma en las obras de los pintores. Los creadores de la Edad
de los primeros cuadros de caballete en el que figuraba sólo el Media permanecían en el anonimato, unidos a la comunidad de los
perfil de Juan el Bueno. hombres, como sucedió con los constructores de las catedrales. Los
En el siglo xv, el retrato individual sin ninguna referencia artistas del Renacimiento, por el contrario, le imprimen su sello
religiosa se afianza en la pintura; tanto en Florencia como en personal a las obras. En el libro Le grand atelier d'Italie, André
Venecia, en Flandes o en Alemania. Se vuelve un cuadro en sí Chastel dice que
mismo, soporte de una memoria, de una celebración personal sin
ninguna otra justificación. La preocupación por el retrato y, por lo en la segunda mitad del siglo XV, el autor de cuadros tiende a
presentarse con menos discreción que antes. Es el momento en que
aparece la firma con la forma delcartellino (hoja o tablita que presenta
16 el nombre del artista u otras indicaciones sobre la ejecución de la
En la Alemania ottoniana, sin embargo, en las condiciones políticas de un obra). Así, es posible encontrar con frecuencia la inserción del
fuerte provincialismo y de una debilidad del Imperio, muchos retratos se insertan
en manuscritos. O, también, los pintores realizan, a menudo, retratos individua­ retrato del autor en el ángulo derecho de la composición, tal como lo
les sobre pequeños cuadros, véase Galienne y Pierre Francastel, Le portrait, hiciera Boticelli en La adoración de los Magos, de los Mediéis
París, Hachette, 1969, p. 61. (alrededor de 1476). Estos nuevos rasgos, que abundan a partir de

42 43
 nerse a las instituciones eclesiásticas, rechazan el magisterio del
1460, revelan, evidentemente, una conciencia más clara de la cura y hacen de la religión un problema de conciencia personal,
personalidad.17 colocando a cada hombre ante Dios sin ningún otro intermediario.
Vasari se vuelve el cantor de estos hombres que alcanzan, de Este es un momento importante del avance individualista. Es en
pronto, un reconocimiento social considerable. El artista deja este contexto que el capitalismo toma impulso a fines del siglo xv,
de ser la ola de superficie llevada por la espiritualidad de las y durante el xvi, y le da al individualismo una extensión cada vez
mayor en el curso de los siglos.
masas, el artesano anónimo de los grandes objetivos colectivos,
para convertirse en un creador autónomo. La noción de artista
está cargada de un valor social que la distingue del resto de las
corporaciones. El cuerpo,
Las ciudades italianas del Renacimiento se honran de haber factor de individuación
cobijado a hombres célebres entre sus muros: santos, pero tam­
bién políticos, poetas, sabios, filósofos, pintores, etcétera. Como
correctivo frente a una gloria y frente a ambiciones que ya nada Con el nuevo sentimiento de ser un individuo, de ser él mismo,
limita, surge la burla, cuyas formas se van desarrollando a partir antes de ser miembro de una comunidad, el cuerpo se convierte en
del Quattrocento.™ Forma de compensación, pero también de la frontera precisa que marca la diferencia entre un hombre y otro.
resistencia del grupo frente a la autonomía de los individuos en su "Factor de individuación", se vuelve un blanco de intervención
propio detrimento. Pero estas burlas, y la ironía, no pueden específica: el más sobresaliente es el de la investigación anatómica
compararse con la risa de la cultura popular, de esencia comuni­ a través de la disección del cuerpo humano. El tejido comunitario
taria. Es, de algún modo, una ideología del rostro, marca la que reunía desde hacía siglos, a pesar de las disparidades sociales,
preocupación por la medida, supone la distancia individual. Inver­ a los diferentes órdenes de la sociedad bajo la protección de la
teología cristiana y de las tradiciones populares, comienza, pues,
samente, la risa popular recoge la esencia carnavalesca de un
a distenderse. La estructuración individualista progresa lenta­
cuerpo que estalla en risotadas; indiferenciado del hombre,
mente en el universo de las prácticas y de las mentalidades del
un cuerpo que desborda sin cesar hacia la naturaleza, el cosmos,
Renacimiento. Limitado en primer término, y por varios siglos, a
la multitud, el exceso (véase infra).
ciertas capas sociales privilegiadas, a ciertas zonas geográficas,
El movimiento de autonomía relativa de los sujetos de ciertos
especialmente a las ciudades..., el individuo se diferencia de sus
grupos sociales se acentúa cada vez más, a medida que los marcos
semejantes. Simultáneamente, el retroceso y luego el abandono de
sociales de la economía medieval vuelan en pedazos ante la
la visión teológica de la naturaleza lo conduce a considerar al
proliferación de los intereses privados. En efecto, la economía
mundo que lo rodea como una forma pura, indiferente, una forma
medieval se opone estructuralmente al enriquecimiento de uno en
ontológicamente vacía que sólo la mano del hombre, a partir de
detrimento de los demás. Está basada en la mesura, en la preocu­
este momento, puede moldear. Este cambio con respecto al lugar
pación por controlar con justicia las sumas adeudadas por un
del hombre dentro del cosmos se da especialmente en los sectores
servicio. Este justum pretium traduce la noción "de un sacrificio
burgueses. La individuación del hombre se produce paralela­
razonable pedido al consumidor" (Henri Hauser) que es suficiente
mente a la desacralización de la naturaleza. En este mundo de lá
como para que viva la familia del productor. Las reglas canónicas
ruptura el cuerpo se convierte en la frontera entre un hombre y
en vigencia prohiben el préstamo con intereses. Calvino, en 1545,
otro. Al perder su arraigo en la comunidad de los hombres, al
distingue entre leyes celestes y leyes humanas para justificar el
separarse del cosmos, el hombre de las capas cultivadas del
crédito y darle legitimidad decisiva a la empresa comercial o
Renacimiento considera el hecho de su encarnación desde un
bancaria. Paralelamente, por otra parte, los reformados, al opo-
ángulo contingente. Se descubre cargado de un cuerpo. Forma
A , Hrrdltalie (1500-1640), París, Gallimard, 1965, ontológicamente vacía, si no despreciada, accidental, obstáculo
para el conocimiento del mundo que lo rodea (infra). Pues, ya lo
pl 7 y
« j |urckhardt )0 p. C ¿í.,Pll 8 y ss -
45

44
veremos, el cuerpo es un resto. Ya no es más el signo de la que comprende, también de manera implícita, al cuerpo aislada­
presencia humana, inseparable del hombre, sino su forma acceso­ mente, en una especie de indiferencia respecto del hombre al que
ria. La definición moderna del cuerpo implica que el hombre se le presta el rostro. El cuerpo se asocia al poseer y no al ser. Pero
aparte del cosmos, de los otros, de sí mismo. El cuerpo es el residuo las ambigüedades que plagan la obra de Vesalio sirven para
de estas tres contracciones. ilustrar la dificultad del paso de un estado a otro.
Las primeras disecciones practicadas por los anatomistas con el
fin de obtener formación y conocimiento muestran un cambio
importante en la historia de las mentalidades occidentales. Con
El hombre anatomizado los anatomistas, el cuerpo deja de agotarse por completo en la
significación de la presencia humana. El cuerpo adquiere peso;
disociado del hombre, se convierte en un objeto de estudio como
Indicio fundamental de este cambio de mentalidad que le da realidad autónoma. Deja de ser el signo irreductible de la inma­
autonomía al individuo y proyecta una luz particular sobre el nencia del hombre y de la ubicuidad del cosmos. Si definimos al
cuerpo humano es la constitución del saber anatómico en la Italia cuerpo moderno como el índice de una ruptura entre el hombre y
del Quattrocento, en las Universidades de Padua, Venecia y, el cosmos, encontramos por primera vez estos diferentes momen­
especialmente, Florencia, que marca una importante mutación tos en la empresa iconoclasta de los primeros anatomistas y,
antropológica. A partir de las primeras disecciones oficiales, de especialmente, a partir de Vesalio. Sin embargo, esta distinción
comienzos del siglo xv, y luego, con la trivialización de la práctica que se produce entre la presencia humana y el cuerpo, que le
en los siglos xvi y xvn europeos, 19 se produce uno de los momentos otorga a este último el privilegio de ser interrogado científicamen­
claves del individualismo occidental. En el orden del conocimien­ te con preguntas específicas, con indiferencia de cualquier otra
to, la distinción que se realiza entre el cuerpo y la persona humana referencia (al hombre, a la naturaleza, a la sociedad...) sólo se
traduce una mutación ontológica decisiva. Estos diferentes proce­ encuentra en su período de nacimiento, y será atormentada aún
dimientos culminan en la invención del cuerpo en la episteme durante mucho tiempo por las representaciones anteriores, tal
occidental. como puede verse en los grabados de la gran obra de Vesalio o en
Antes, el cuerpo no era la singularización del sujeto al que le muchos tratados de anatomía de los siglos xvi y xvn.
prestaba un rostro. El hombre, inseparable del cuerpo, no está
sometido a la singular paradoja deposeer un cuerpo. Durante toda En principio -escribe R. Caillois al respecto- no deberían existir
la Edad Media se prohiben las disecciones, se las considera, imágenes más ajustadas a la documentación estricta, ya que, en este
incluso, impensables. La incisión del utensilio en el cuerpo consis­ terreno, toda fantasía es culpable y peligrosa.20
tiría en una violación del ser humano, fruto de la creación divina.
También significaría atentar contra la piel y la carne del mundo. Al deseo de una figura anatómica objetiva se agregan suplementos
En el universo de los valores medievales^ y renacentistas, el que surgen de un imaginario inquieto, hasta torturado.
hombre se une al universo, condensa el cosmos. El cuerpo no es La disección del cuerpo humano no es una empresa desconocida
aislable del hombre o del mundo: es el hombre y, a su escala, es el antes del Renacimiento. Aunque raramente, sin duda, parece que
cosmos. Con los anatomistas, y especialmente a partir de De los antiguos la practicaban. Quizá Galeno haya abierto algunos
corporis humani fabrica (1543) de Vesalio, nace una diferencia­ cadáveres. Sin embargo Vesalio, irónico, señala que las rectifica­
ción implícita dentro de la episteme occidental entre el hombre y ciones que se realizaron a sus obras a partir de una práctica más
su cuerpo. Allí se encuentra el origen del dualismo contemporáneo regular de la anatomía humana

nos d e m u e s t r a n c l a r a m e n t e que él n u n c a realizó por sí mismo la

19 disección de u n c a d á v e r h u m a n o a ú n fresco. Se equivocó porque
Marcada especialmente por la fabricación de los primeros teatros anatómi­
cos: el construido por Rondelet, en la Universidad de Montpellier, es de 1556; el 20
R. Caillois, "Au coeur du fantastique", en Cohérences aventureuses, Galli-
de Padua es de mediados del siglo XVI. mard, p. 166.

46 47
 el camino a una secularización de la mirada sobre el mundo y a una
disecó monos (admitamos que los haya tomado por cadáveres búsqueda de racionalidad que continúa hasta el día de hoy. A
humanos disecados y preparados para un examen de huesos). A partir de Galileo, las lógicas intelectuales que las capas cultas de
menudo acusó erróneamente a los médicos que habían practicado los siglos xvi y XVII instauraron en una constelación de dominios,
disecciones de seres humanos. Más aún, es posible encontrar con­ no dejan de progresar. Enfrentada a las tradiciones populares y a
clusiones erróneas en lo que respecta a los propios monos.21 las posiciones cristianas, la racionalidad recorre su camino. Y la
Hasta el siglo xvi, el conocimiento del interior invisible del apertura del cuerpo cumplirá un papel nada despreciable en
cuerpo proviene de los comentarios sobre la obra de Galeno. la dinámica de la civilización. Una de las fuentes de nuestra actual
Vesalio, a pesar de las críticas maliciosas que no deja de hacerle, representación del cuerpo (y, por lo tanto, del hombre) se cristaliza
sigue estando, en algunos puntos, influido por su antecesor. De allí. Con Vesalio se anuncia una antropología de otro orden, que
hecho, los rasgos de anatomía anteriores al siglo xvi se apoyan, inicia una cesura (no totalmente consumada) con la anterior al
especialmente, en la anatomía porcina, considerada no muy convertir al hombre (y, por lo tanto, al cuerpo) en una parcela del
alejada, desde el punto de vista estructural, de la del hombre. Si universo. La anatomía vesaliana está un tanto alejada de la que
el cuerpo humano es intocable, es porque el hombre, fragmentojie. hoy caracteriza a las ciencias biomédicas, pero esto no es lo
la comunidad y del universo, también lo es. En el 1300, todavía, el esencial para nosotros. La ruptura epistemológica de Vesalio
papa Bonifacio VIII se oponía a los cruzados que hervían el cuerpo posibilita el pensamiento moderno del cuerpo, aun cuando sólo sea
de los personajes importantes muertos en tierra extranjera para su anunciador.
poder transportar con mayor comodidad el esqueleto hasta su
tierra natal, para su inhumación. Esto constituye, por otra parte,
un signo de que para los contemporáneos el hombre sigue estando
indisociado de su cuerpo, y de que no sería posible distinguir a uno Leonardo da Vinci
del otro. Pero Bonifacio VIII, en su bula De Sepulturis, condena y Vesalio
vigorosamente la reducción del cadáver al estado de esqueleto en
nombre del dogma de la resurrección. El cadáver no debe desmem­
brarse, arruinarse, dividirse, sin que se comprometan las condi­ Oh, tu, que te libras a especulaciones sobre esta máquina nuestra.
no te entristezcas porque la conoces a causa de la muerte de otra
ciones de salvación del hombre al que encarna. Esta es una persona; alégrate, en cambio, de que nuestro creador le haya propor­
prueba, también, pero de otro orden, de que el cuerpo sigue siendo cionado al intelecto tan excelente instrumento. J
el signo del hombre. Cortar al cuerpo en pedazos es romper la
integridad humana, es arriesgarse a comprometer sus posibilida­ Estas son las significativas palabras que Leonardo sostuvo en sus
des ante la perspectiva de la resurrección. El cuerpo es registro del Quaderni. Y, de hecho, los caminos de la anatomía moderna
ser (el hombre es su cuerpo, aunque sea otra cosa), todavía no ha fueron abiertos por dos hombres muy diferentes. Aunque la
sido reducido al registro del poseer (tener un cuerpo, eventual- historia le otorgue la buena suerte a Vesalio (1514-1564), Leonar­
mente distinto de uno mismo). do (1452-1519) lo precede en esta aventura al disecar una treinte­
Pero bajo la égida de un conjunto de factores sociales, económi­ na de cadáveres y al realizar gran cantidad de notas y fichas sobre
cos, políticos, demográficos, etc. cuyos detalles superan el marco la anatomía humana. Pero los manuscritos de Leonardo sólo
de este estudio, la trama cultural se transforma, los sectores tienen una pequeña influencia en su época y luego permanecen,
dirigentes combaten las tradiciones populares, la sujeción del durante mucho tiempo, prácticamente en secreto, a causa del
espíritu a la teología se va diluyendo poco a poco, con lo que se abre abandono de su heredero, Francisco Melri, que se limita, durante
cincuenta años, a copiar solamente algunos fragmentos del ma­
21
André Vesalio, La fabrique du corps humain, Actes Sud-INSERM, 1987, p.
nuscrito dedicado a la pintura. Leonardo da Vinci nunca imprimió
37. Este librito bilingüe (latín-francés) lamentablemente sólo considera el sus ideas o dibujos. Inaprehensible para los de su época, por la
prefacio de Vesalio a su obra. Prefacio que sigue siendo apasionante para una extensión de sus curiosidades y talentos, también lo fue para los
historia de la anatomía y, por lo tanto, también del pensamiento sobre el cuerpo
en el mundo occidental.
49
48
investigadores de los siglos posteriores. Como lo señala Georges Las mentalidades de ese siglo aceptaron sin problemas hechos que
Sarton, Leonardo desdeñó las dos invenciones más importantes ! hubiesen horrorizado a los hombres de las épocas anteriores,
de su época: la tipografía y el grabado 22 que podrían haber ! incluidos los discípulos de Galeno, que ejercían la profesión de
permitido que su obra entrara en el siglo y hacerla perenne, y no ! curar. El cuerpo deja de hablar por el hombre cuyo rostro lleva: se
dejarla dispersa y yerma. Los tratados proyectados por Leonardo j establece la diferencia entre uno y otro. Los anatomistas, indife-
sobre pintura o anatomía y gran parte de las invenciones recopi­ í rentes a las tradiciones y a las prohibiciones, relativamente libres
ladas en los Quaderni no son conocidos. A la muerte de Melri, ! respecto de la religión, parten hacia la conquista del secreto de la
pasaron de mano en mano antes de alcanzar una mayor difusión, ! carne, penetran el microcosmos con la misma independencia de
especialmente a partir de 1769, fecha en la que Chamberlaine j espíritu que Galileo cuando anula, con un trazo matemático, el
reproduce una parte de los dibujos anatómicos en un volumen. La espacio milenario de la Revelación. M. C. Pouchelle tiene razón
posibilidad de que los impresores reprodujeran los manuscritos en cuando sugiere que, al abrir el cuerpo humano, los anatomistas
facsímil (es decir, a fines del siglo xix) permitió conocer definitiva­
mente la amplitud y la calidad del trabajo de Leonardo en materia abren, quizás, el camino para otros descubrimientos, al fisurar,
de anatomía. Vesalio no conoció, sin lugar a duda, estos dibujos y junto a las fronteras del cuerpo, las del mundo terrestre y las del
sus comentarios y por lo tanto es él quien conserva el privilegio de i macrocosmos.24
haber permitido que el saber anatómico entrara en el corpus de la j
ciencia moderna. ! Las primeras lecciones de anatomía realizadas a partir de un
Las primeras disecciones oficiales se produjeron en las univer­ cadáver se organizan como un comentario de Galeno, y la distan­
sidades italianas a comienzos del siglo xi v, utilizando cadáveres de cia frente al cuerpo disecado traduce una sutil jerarquía social.
condenados. Comienzan a producirse a intervalos regulares, bajo Una miniatura del tratado de Guy de Chauliac (1363) refleja
el control de la Iglesia que cuida, con rigor, las autorizaciones que admirablemente esta topografía simbólica totalmente articulada
otorga. De ahí la solemnidad de las primeras disecciones: lentas en torno de la relación con el cuerpo. La escena está montada en
ceremonias que abarcan varios días, realizadas con fines pedagó­ I la Universidad de Montpellier, en la que se practica la disección,
gicos para un público compuesto por cirujanos, barberos, médicos excepcionalmente, desde 1315. Un poco apartado de la mesa en la
y estudiantes. En el siglo xvi se generalizan y van más allá de su que están los restos mortales, el magister, con una obra de Galeno
objetivo original: se convierten en un espectáculo para un audito­ en la mano, se limita a leer en.voz alta el texto consagrado. Con la
rio variado. Los teatros anatómicos aparecen mencionados en las ¡ otra mano, a la distancia, va designando los órganos de los que
guías de viaje. M. Veillon*1 cita un texto de 1690 que establece la habla. Los que abren el cuerpo pertenecen a dos categorías
presencia regular de entre cuatrocientos y quinientos espectado­ diferentes de barberos: el que corta la carne es iletrado, el
res durante las sesiones públicas de anatomía en los jardines del segundo, que extrae los órganos como apoyatura de las palabras
rey. Por otra parte, en El enfermo imaginario, aparece la siguiente | del maestro, es más instruido. En esta miniatura hay varios
1
propuesta de Daiafoirus a Angélique: eclesiásticos presentes. A partir de la bula de Bonifacio VIII, la
■ Iglesia otorga la autorización para proceder al acto anatómico:
Con el permiso del Señor, la invito a que venga a ver, uno de estos una religiosa, con las manos unidas en actitud de rezo y un cura
días, para divertirse, la disección de una mujer, asunto sobre el que están ahí, para velar por la salvación de la mujer expuesta a la
debo pensar (acto II, escena V). curiosidad pública. Los rostros están serios, las poses son so-
1
lemnes.
! Otro grabado, sacado de la Anatomía de Mondo de Luzzi (1532),
de Latrian y Janot, ilustra aun más la preocupación por la
'" Georges Sarton, "Léonard de Vinciingénieur etsavant", en Léonard de Vinci
et l'expériencc scientifique du XVIé siécle, PUF, 1953; véase también, en el mismo
distancia del magister. Subido al pulpito, éste lee una obra de
volumen: Elnier Bclt, "Les dissections anatomiques de Léonard de Vinci". Galeno e indica con la mano, sin mayor precisión, los órganos que
" Mane Veillon, "La naissance de la curiosité anatomique en France (milieu
du XVIé-XVIIe siécles)", en Ethique medícale et droits de l'homme, Actes Sud- 21
INSEHM, 1988, p. 233-250. Marie-Christine Pouchelle, op.cit., p. 137

50 51
insólitas de un museo imaginario de la tortura, un catálogo onírico deslizamiento ontológico que convierte al cuerpo en un puro
de lo insostenible. El trabajo del anatomista no está indemne de artificio de la persona y obliga a esta última a tener un destino
culpa y esto se vislumbra en las figuras. El cuerpo herido, lacera­ solitario, apartado del mundo, de los otros y, huérfana, afligida por
do, es testimonio simbólico del hombre al que representaba, ese apéndice de carne que le da forma a su rostro.
recuerdo de su inviolabilidad pasada. Sostiene Roger Caillois:
El hombre de Vesalio -comprueba G. Canguilhem- es un hombre
En estos documentos, valiosos por su precisión, aflora más misterio responsable de sus actitudes. La iniciativa de la postura según la
verdadero que en las más delirantes invenciones de Jerónimo cual se ofrece al examen le pertenece a él y no al espectador.2"
Bosco".27
Más aún, los desollados de Vesalio toman las poses de los actores
Vesalio representa desollados o esqueletos con una forma convencionales de la Commedia dell'arte.29
humanizada, no inertes y desprovistos de vida, sino con cierta La antigua inserción del hombre como figura del universo sólo
actitud. El cuerpo se borra ante la presencia humana que se hace aparece negativamente en las figuras de Vesalio. Reducido a la
transparente en la estilización de los gestos del cadáver. En condición de desollado o esqueleto, el hombre despide, simbólica­
Vesalio, como en tantos otros, el cuerpo epistemológicamente mente, al cosmos. La significación del cuerpo no remite a ninguna
disociado del hombre, autónomo, es contradicho por el cuerpo otra cosa. El microcosmos se convirtió, para Vesalio, en una
figurado, desollado, pero, ante todo, hombre. La preocupación del hipótesis inútil: el cuerpo no es más que el cuerpo. Y, sin embargo,
anatomista por la exactitud es desbordada por la represión cultu­ como antes, el inconsciente personal y cultural del anatomista
ral a su búsqueda. Algunos grabados explican esto mucho más de necesita una transición. Al cosmos, independiente del cuerpo
lo que el lector pueda creer. El cuerpo protesta contra el gesto humano, se lo deja, negligentemente, de lado; se lo degrada a la
que lo aisla de la presencia humana. En esta insistencia en ser posición de paisaje destinado a suavizar la exposición demasiado
afirma que sigue siendo un hombre. El cuerpo, realmente disecado cruda de los desollados: entonces aparecen los campos sembrados,
por el anatomista, se toma la revancha simbólica a través del los campanarios, los pueblitos minúsculos, las colinas. Un univer­
cuerpo representado que asevera su condición de hombre. so socializado rodea a las figuras y atempera su soledad; pero la
Contrariamente a las apariencias, Vesalio no deshace un cadá­ presencia de otros hombres, al igual que la del cosmos, se reduce
ver, sino algo que sigue siendo un hombre indisociable de su a estos únicos signos. A partir de Vesalio, el hombre cosmológico
cuerpo, un hombre que aulla bajo el escalpelo, medita sobre su de la época anterior se convierte en la caricatura de sí mismo: un
propia muerte y revela, en sus gestos de ajusticiado, el rechazo cosmos en jirones se ofrece como telón de fondo del hombre
(destinado al fracaso, porque la disección ya se hizo) a este anatomizado, decorado puro (de-cuerpo, podríamos decir, si qui­
siéramos jugar con la asonancia).™
Vesalio abre el camino pero se queda en el umbral. Ilustra la
práctica y la representación anatómica en un período en el que el
faníastique, op.cit., p. 165 y ss. Cuando en el texto nos referimos a imágenes que osaba realizar una disección no estaba totalmente liberado de
cargadas de angustia pensamos en ciertos grabados de Vesalio, de T. Bertholin sus antiguas representaciones, arraigadas no sólo en la conciencia
(el frontispicio de su Anatomía Refórmala (1651) es un modelo del género), de G.
Bilos, de Albinus (sus esqueletos meditando, a menudo confrontados con hipopó­ -en donde es posible combatirlas- sino, sobre todo, en el incons­
tamos en sus Tabulae sceleti et musculorum corporis humani) en cuanto al horror ciente cultural del investigador -donde mantienen durante mu­
tranquilo, hay muchos ejemplos: Gauthier d'Agauty, por ejemplo, con su famoso cho tiempo su influencia. ;n
"ángel de la anatomía" tan apreciado por los surrealistas; hay otros grabados en
los que "abre la espalda o el pecho de sonrientes mujeres jóvenes, admirablemen­
te peinadas y maquilladas, para mostrar la disposición de los tejidos del cuerpo" M
Georges Canguilhem, "L'homme de Vésale dans le monde de Copernic",
(Roger Caillois, op.cit., p. 172) o Juan Valverdeí 1563), Charles Estienne( 1546), 1543, en Eludes d'histoire et de philosophie des sciences, Vrin, 1983.
etcétera. Para tener una visión sobre los tratados de anatomía, remitirse a 29
Según lo señala Claude Gandelman, "L'art comme Mortificatio carnis", en
Jacques-Louis Binet y Fierre Descargues, Dessins et traites d'anatomie, París, Le regard dans le texte, París, Méridiens-Klincksieck, 1986, p. 54-56.
Chéne, 1980. 30
Décors (decorado) y de-corps (de-cuerpo) son homófonos (N. de la T.).
27 ;il
R°eer Caillois, op.cit., p. 173. Richard Selzer, cirujano norteamericano, se refiere a un retrato de Vesalio

54 55
 \

Objetivamente escindido de sí mismo, reducido al estado de orgánica se vuelve más rara y designa el campo social. El indivi­
cuerpo, el desollado de Vesalio no deja de manifestar, a través de dualismo ganó un importante terreno. El cuerpo, "modelo por
la humanidad de sus poses, el rechazo a este estado de cosas. excelencia de todo sistema finito", según señala Mary Douglas,33
Objetivamente diferenciado del resto de los hombres, convertido deja de ser apropiado para representar una colectividad humana
en individuo, la estilización de sus actitudes muestra, sin embar­ cuya dimensión holista comienza a distenderse. Entre los siglos
go, un anclaje social que sigue intacto: es un hombre bajo una xviyxvni nace el hombre de la modernidad: un hombre separado
mirada. Y, finalmente, objetivamente separado del cosmos, está de sí mismo (en este caso bajo los auspicios de la división ontoló-
en un paisaje natural, caricatura del microcosmos, pero prueba de gica entre el cuerpo y el hombre), de los otros (el cogito no es el
que Vesalio no puede hacerlo desaparecer del todo.32 cogitamus) y del cosmos (de ahora en más el cuerpo no se queja
El hombre de Vesalio anuncia el nacimiento de un concepto más que por sí mismo, desarraigado del resto del universo,
moderno: el del cuerpo, pero, en ciertos aspectos, sigue dependien­ encuentra el fin en él mismo, deja de ser el eco de un cosmos
do de la concepción anterior de hombre como microcosmos. Al humanizado).
cortar la carne, al aislar el cuerpo, al diferenciarlo del hombre, se Vinculado con el individualismo, es decir con el debilitamiento
distancia también de la tradición. Pero se mantiene, aún, en los de los lazos entre los sujetos y al aspecto más voluntario de los
límites del individualismo y en un universo precopernicano. A contactos, con el aumento de la vida privada opuesta a la vida
pesar de todo, el jalón propuesto por Vesalio es esencial para que pública, emerge, en el siglo xvi, un sentimiento nuevo: la curiosi­
el hombre aprenda a hacer el duelo del cosmos y de su comunidad dad.34 La disección queda legitimada para la investigación médica
y que se descubra, en seguida, subsumido por el cogito. Este es el o para la enseñanza pero además hay particulares que instalan en
fundamento, justamente, de la legitimidad del individuo, del sus domicilios consultorios anatómicos en los que reúnen curiosi­
hombre que se autoriza, en primer término, a sí mismo. De Vesalio dades que el cuerpo humano puede ocultar e incluso despojos de
a Descartes, de la Fabrica al Discurso del método, se produjo el hombres anatomizados, con predilección por cualquier "mons­
duelo en el pensamiento occidental: en un determinado nivel, el truosidad". En esta posibilidad de reunir para uso personal
cuerpo se purifica de toda referencia a la naturaleza y al hombre cadáveres humanos con fines curiosos o para coleccionarlos, del
al que encarnaba. mismo modo que se juntan otros objetos, sin que se vea en esta
En Descartes al cuerpo se le aplica una metáfora mecánica, práctica ninguna ruptura axiológica, es posible observar nueva­
hecho que demuestra un deslizamiento. A la inversa, la metáfora mente el deslizamiento del cuerpo fuera de la persona y su
caracterización como fin en sí mismo, capaz de servir para in­
vestigaciones particulares: objeto anatómico para discernir su
estructura interna, objeto de estudios estéticos para definir las
que adorna la entrada de una célebre facultad de medicina. Señala cómo "su proporciones ideales, el cuerpo se convierte también en objeto de
rostro tiene una expresión de culpa, de melancolía y de temor. Sabe que se
prepara para el mal, para la transgresión, pero no puede abstenerse porque es exhibición.35
un fanático... te comprendo Vesalio. Aún hoy, luego de tantos viajes hacia el Coleccionan despojos o fragmentos anatómicos porque son
interior, experimento la misma sensación de transgresión de lo prohibido cuando
contemplo un cuerpo por dentro, el mismo temor irracional de estar cometiendo singulares o, como Ambroise Paré, para obtener un conocimiento
una mala acción por la que seré castigado. Por más que pensemos en ello, está
prohibido que miremos nuestros órganos. ¿Cuántos de nosotros podemos contem­ 33
Mary Douglas, De la souillure, Maspero, p. 131.
plar el propio bazo, el corazón y sobrevivir? La geografía secreta de nuestro 34
Sobre la curiosidad, véase K. Pomian, Collectionneurs, amateurs et curieux,
cuerpo es una cabeza de medusa que enceguece al ojo demasiado presuntuoso que París, Venice: XVIé-XVIIIé siécle, París, Gallimard, 1987.
se arriesga a mirarla a la cara", Richard Selzer, La chairet le couteau. Confessions 35
Hay que señalar también el tráfico de momias entre Egipto y Francia (de
d'un chirurgien, París, Seuil, 1987, p. 17. hecho, en general confeccionadas poco tiempo antes de la venta con los cadáveres
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Georges Canguilhem señala que el hombre de Vesalio inscribe su destino en de miserables y enfermos) característico de los siglos XVI y XVII. Algunos médicos,
un mundo, en muchos aspectos, precopernicano. "En la tierra, a la que posible­ contra los que se levanta A. Paré, recomiendan tener la momia para defenderse
mente todavía considera inmóvil, el hombre de Vesalio conserva la postura de gran cantidad de males y para prolongar la vida. Hay algunas notas sobre este
aristotélica: está parado, con la cabeza dirigida hacia lo alto, en correspondencia tema en Francoise Loux, Pierre-Marie de la Martiniére, médecins auXVIIé siécle,
con la jerarquía de los elementos, análoga y espejo de la jerarquía de los seres". París, Imago, 1988, p. 41.
Georges Canguilhem, op.cit, p. 29.

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 luego en París donde, según la leyenda, frecuentó a menudo los
un barbero va descubriendo bajo las órdenes de un clérigo que cementerios y patíbulos para conseguir los cadáveres necesarios
repite las palabras del maestro. En este grabado no aparecen los para las disecciones clandestinas. Luego partió hacia Italia del
religiosos. Entre ambos tratados se inicia un cambio de men­ Norte, lugar entonces propicio para las experiencias iconoclastas.
talidad. En 1537 se convierte en doctor en medicina de la Universidad de
Padua.
Los grabados de la Fabrica dibujan una mutación epistemoló­
gica con consecuencias muy importantes, pero pagan un tributo
La Fabrica de Vesalio significativo a las anteriores representaciones del hombre y del
cosmos. El anatomista y el artista no calcan sobre las planchas
una observación objetiva del interior visible del cuerpo humano.
Finalmente, en Padua, en la escuela más célebre del universo... La transposición del espesor del cuerpo en el espacio bidimensio-
dediqué mis cuidados diligentes a investigar la estructura del nal de la página imposibilita cualquier duplicación. El artista, al
hombre y, rechazando los métodos ridículos en uso en las otras trazar las figuras anatómicas, bajo la mirada exigente y cómplice
Universidades, me ocupé de la anatomía y la enseñé de modo tal que de Vesalio, se inscribe en el interior de una convención, de un
nada de lo que nos transmitieron los antiguos quedara en la estilo. Opera una transposición simbólica en la que el cuidado por
sombra.25 la exactitud, la fidelidad al objeto se encabalga con el juego confuso
En 1543 aparece en Bale De humani corporis fabrica de Vesalio, del deseo, de la muerte, de la angustia. La pintura de los desolla­
enorme tratado de 700 páginas con 300 grabados, hechos sin duda dos está muy lejos de ser afectivamente neutra en este momento
por Jean de Calcar, alumno de Tiziano. Desde el comienzo, Vesalio en el que recién nace la reproducción realizada por el grabador. El ->
afirma su independencia de espíritu respecto de la tradición de inconsciente del artista, el del anatomista, que vela por la fideli­
Galeno. El frontispicio de la obra (posiblemente realizado por dad del detalle, intervienen en el trazado de las figuras, en la
Tiziano) muestra, simbólicamente, a Vesalio que procede a la elección de las posturas, del fondo sobre el que se las pinta. Más
intervención sobre el cadáver. El grabado siguiente lo muestra allá de este aspecto individual, pero dirigiendo todo, intervienen,
nuevamente, e invita al lector a aprender de su obra. Sostiene el negativamente, la trama sociocultural, es decir la sumatoria de
brazo de una figura desollada y al costado dispone de una pluma prohibiciones, resistencias arraigadas en las mentalidades con
y un papel para anotar el detalle de su observación. respecto al acto anatómico. La angustia, la culpa, rodean las
Con Andreas Vesalio la anatomía se libera de su juramento de disecciones y provocan numerosas objeciones en el lugar de esta
violación de la integridad humana y de este voyeurismo mórbido
fidelidad a Galeno. La aparición de laFabrica es explícita sobre los del interior del cuerpo. Durante mucho tiempo, hasta el siglo xvm
obstáculos mentales que hay que superar todavía para que el y más allá aún, cada tratado de anatomía constituye una resolu­
cuerpo sea visto, de manera definitiva, como virtualmente distin­ ción particular de este debate interno que opone la sed de conoci­
to del hombre. mientos del anatomista a su propio inconsciente y a las resonan­
Vesalio nació en Bruselas en 1514. La casa de sus padres no cias afectivas de los valores implícitos de la época que tiene
estaba alejada de los lugares en los que se producían las ejecucio­ incorporados.
nes capitales. Históricamente, además, una parte de la naciente Los grabados de la Fabrica y los de muchos otros tratados
ciencia anatómica se perfila a la sombra de los patíbulos (o en la producidos hasta el siglo xvm, presentan cuerpos ajusticiados; en
soledad nocturna de los cementerios). Los cadáveres permanecen estos alternan imágenes cargadas de angustia o de tranquilo
ahí hasta que se los descuartiza. Las primeras observaciones de horror.26 Ofrecen, con el correr de las páginas, las situaciones
Vesalio sobre la anatomía humana se originan en esa mirada
alejada que olvida, metodológicamente, al hombre, para conside­ 26
rar tan sólo su cuerpo. Vesalio cursó sus estudios en Lovaina y Roger Caillois, al intentar una definición fantástica fuera de las conocidas,
fuera de la investigación intencional de los escritores o de los artistas, dedica
hermosas páginas a estos tratados de anatomía: Roger Caillois, Au coeur du
A. Vesalio, La fabrique, op. cit., P-35
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directo y más metódico del cuerpo que le permita mejorar la\ En la habitación impregnada de vinagre en la que disecábamos, ese
práctica médica. Separado del hombre al que encarnaba y del que muerto había dejado de ser el hijo o el amigo, para convertirse sólo
sólo es un signo desprovisto de valor, vestigio indiferente de en un bello ejemplo de la máquina humana...38
alguien que ya no es, se vuelve lícito, a través de esta representa­
ción, buscar y guardar, para gusto personal, tumores, cálculos, La medicina moderna nace de esta fractura ontológica y la
fetos, miembros deformes, o conservar los despojos anatomizados. imagen que se hace del cuerpo humano tiene su fuente en las
En 1582, Ambroise Paré explica la posesión de restos humanos representaciones anatómicas de estos cuerpos sin vida en los que
utilizados para estudiar la anatomía: el hombre no existe más.
Una imagen de este distanciamiento, de este despojo ontológico
Puedo decir que tengo un cuerpo en mi casa. Me lo dio el teniente del es la siguiente: en 1560, el español Juan Valverde publica su
crimen llamado Seguier, señor de La Verriére, luego de que la Anatomía del Corpo humano inspirándose en los trabajos de
justicia lo ejecutara, hace veintisiete años que lo anatomicé: y saqué Vesalio. Uno de los grabados del tratado muestra a un desollado
casi todos los músculos del cuerpo de la parte derecha... la izquierda que, donde termina el brazo, muestra su piel, como si fuese una
la dejé entera: para conservarlo mejor, lo pinché con un punzón en tela; en ella se adivinan los orificios del rostro. La mano izquierda
varios lugares para que el líquido penetrase hasta lo profundo de los sostiene con firmeza el cuchillo de su propio suplicio. Pero hay un
músculos y de otras partes: aún hoy se ven pulmones enteros, artista que abre el camino: en el muro de El juicio final, en la
corazón, diafragma, mediastino, estómago, bazo, ríñones, así como capilla Sixtina (1536-1541), Miguel Ángel se representa a sí
el pelo de la barba y otras partes, hasta las uñas, a las que vi volver mismo como a un desollado. Pinta su rostro sobre la piel arrancada
a crecer después de haberlas cortado varias veces.36
al mártir de San Bartolomé, personaje imponente situado no lejos
de Cristo.
La invención del cuerpo como concepto autónomo implica una
mutación de la situación del hombre. La antropología racionalista
que ciertas corrientes del Renacimiento anunciaron, y que se llevó
a cabo en los siglos siguientes, ya no está incluida dentro de una
cosmología sino que plantea la singularidad del hombre, su El cuerpo como resto
soledad y, paralelamente, actualiza un resto que se denomina
cuerpo. El saber anatómico consagra la autonomía del cuerpo y
una especie de ingravidez del hombre al que aquél, sin embargo, En los siglos xvi xvn, especialmente a partir del emprendimiento
encarna/ 17 En Opus nigrum, Marguerite Yourcenar cuenta la de los anatomistas, se abrió el camino que desdeña los saberes
historia de Zenón, personaje ficticio pero plausible, al mismo populares y que, por lo tanto, reivindica el saber biomédico
tiempo médico, alquimista, filósofo, que nació en 1510. Durante naciente. El saber del cuerpo se convierte en el patrimonio más o
sus peregrinaciones se dedica a disecciones clandestinas, espe­ menos oficial de un grupo de especialistas protegido por las
cialmente con un amigo cuyo hijo acaba de morir. Zenón recuerda: condiciones de racionalidad de su discurso. La cultura erudita que
se desarrolla 'en el siglo xvn sólo alcanza a una minoría de la
población europea, pero es una cultura que provoca acciones.
36
Citado por Marie Veillon, La naissance de la curiosité..., op.cit., p. 237. Transforma, poco a poco, los marcos sociales y culturales. Por eso
17
La hiperespecialización de la medicina actual respecto de ciertas funciones las tradiciones populares de cura continúan manteniendo su
o ciertos órganos sigue esta misma lógica. Esta es la mayor contradicción de influencia contra viento y mareas, preservando saberes sobre el
cualquier medicina que no se ocupe de la persona: ¿quién está enfermo, el hombre hombre y el cuerpo, buscando otras fuentes, situándose en las
o alguno de sus órganos o funciones? ¿Qué hay que curar, al enfermo o a la
enfermedad? Al considerar, con frecuencia, al hombre como un epifenómeno de antípodas del saber anatómico y fisiológico. El divorcio respecto
una alteración que sólo alcanza al cuerpo, una gran parte de la medicina del cuerpo dentro del mundo occidental remite, históricamente, a
contemporánea proclama su fidelidad a la división que anunciaba Vesalio. El la escisión entre la cultura erudita y lo que queda de las culturas
argumento más común en contra de la medicina moderna es que se interesa por
la enfermedad (por el cuerpo, por el órgano enfermo) más que por el enfermo en
sí mismo. La historia personal del sujeto es desdeñable. :1
* Marguerite Yourcenar, L'oeuvre au noir, Le Livre de Poche, p. 118.

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